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“Sería una injuria para mi

Esposo esperar a ver


si me gusta otro;
Él me ha elegido primero,
Él me tendrá”. Santa. Inés.

Voz de la Virgen santísima,


a las Hijas de María Inmaculada. la constancia en el bien obrar.
De María esposa del Espíritu Santo pintada Acostumbrad el dulce ejercicio de la
por él mismo presencia de Dios, para que el Rey
eterno, reclinado en vuestro corazón, lo
Mucho provecho podréis sacar, amadas convierta en un nardo oloroso, que
hijas mías, de este primer capítulo del siempre esté exhalando el aroma de la
cántico divino. oración, del amor y del agradecimiento.
Primeramente, debéis desear con Sobre todo, no olvidéis, mis muy amadas
ardor la unión con Jesucristo, como yo hijas, el meditar la dolorosa Pasión del
deseaba y pedía su santa Encarnación. Si Salvador; haced de todos sus pasos como
el Señor os llama á servirle en una vida un manojito de amarga mirra que esté
más perfecta en el claustro de un siempre en vuestro corazón y vuestra
convento o en otra Congregación memoria, y El, como sabroso racimo, os
religiosa, no dejéis entibiar vuestros dará á beber sus gracias en las viñas de
deseos; pedidlo con ardor y con Engaddí, que son los santos sacramentos.
constancia, y para merecerlo en algún Y mi Jesús alabará vuestra hermosura y
modo apartaos de las delicias del siglo la sencillez y la simplicidad de vuestras
considerando que los ungüentos del intenciones; y vosotras alabaréis la suya,
Esposo son infinitamente superiores al de donde habrá venido toda la vuestra.
vino de los goces mundanales: Corred en Y vuestra alma será como un
pos de mi con la imitación de las virtudes lecho donde el Señor descanse, oloroso
y sed rectas en todas vuestras acciones e con las flores de vuestros afectos; y con
intenciones. Entrad a las cámaras de la las sólidas virtudes, formará como el
oración íntima y profunda, y empezad techo de vuestra casa, y con sus dones y
siempre por meditar la negrura de gracias especiales, la hermoseará como
Vuestras pasadas culpas, que el sol de la con preciosos adornos. Y qué, amadas
concupiscencia os hizo cometer. Deplorad hijas, ¿no suspiraréis por llegar a esta
el olvido de vuestra alma, viña del Señor dicha?, ¿no desearéis con deseo, ser las
que abandonasteis por entreteneros en esposas de mi dulce y divino Jesús?
las vinas de ajenos cuidados. Buscad al En mí hallaréis abogada y
Señor en el medio día de su amor y de protectora: yo soy vuestra Madre y seré
sus finezas, pues bien sabéis que también vuestra Madrina: yo os purificaré
descansa y apacienta en la sagrada y os adornaré para esas bodas
Eucaristía. celestiales. Vosotras sedme siempre
Acostumbrad practicar la hora fieles: no abandonéis jamás el sacratísimo
eucarística, que es una hora de Rosario, cuyos misterios de gozo, de dolor
meditación semanaria a los pies de Jesús y de gloria, visteis figurados en el nardo
Sacramentado, para que os enseñe a oloroso, la amarga mirra y el florido cipro.
amarle a él sólo, y no andar vagueando Traed siempre con vosotras vuestro
tras de las miserables criaturas, sino regir rosario, y pensad que vuestra Madre os
y dominar vuestras pasiones a ejemplo de ama con un amor que nunca podréis
los santos. Si así lo hacéis, hijas mías, mi comprender, y en la vida os asistirá, en la
Jesús os colmará de gracias y favores: os muerte vendrá a recibiros, bajará al
hará como sus carrozas, que por todas purgatorio a libertaros, y os presentará a
partes le llevéis en vuestro corazón; os Jesús en las delicias de la gloria.
dará virginal modestia en vuestro
semblante, y os adornará el cuello y los Voz de las hijas.
brazos con la docilidad de la obediencia y ¡Bendita seas, Madre mía! oído hemos tu
voz y quedamos encantadas;
procuraremos obedecerte en todo; pero
no nos abandones: se tú nuestra luz,
nuestra guía y nuestra más dulce
esperanza!

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