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NOVENA VIRGEN DE GUADALUPE

MARAVILLOSA NOVENA A MARIA


SANTISIMA DE GUADALUPE

ADVERTENCIA

Sabido es que encomendarse a los Ángeles Santos y almas justas del cielo, es devoción
católica muy aceptable a los ojos del Señor; porque nos los dio por intercesores y medianeros;
porque ellos mismos nos enseñan, que para obtener la gloria que poseen y beneficios que
Dios les concedió, es necesario recurrir al centro de la gracia que es María Santísima. Por
cuyas manos deben subir los ruegos, para que puedan bajar los bienes; porque María es la
afortunada, es Madre del Verbo humano, es hermosa sin pecado, Madre nuestra y Abogada,
Virgen bienaventurada, la Soberana, la Vida, la Dulzura apetecida, la Única firme esperanza,
la que de Dios todo lo alcanza y de ninguno se olvida. Por tanto, a ella debemos recurrir en
todas nuestras necesidades, obedeciéndola con este pequeño rezo, o con el Triduo, dándole
gracias por su maravillosa aparición, pudiendo hacerlo en cualquier tiempo, día u hora, según
la urgencia, procurando estar en gracia o al menos, protestando hacerlo cuanto antes, ejercitar
un seto de virtud y caridad, para que con tales diligencias Dios tenga misericordia de
nosotros.

ACTO DE CONTRICION

¡Dulcísimo Jesús de mi vida! Porque sois tan bueno y digno de ser amado, me pesa en el
alma de haberos ofendido, pésame una vez más, sobre todo pesar, que mis culpas hayan
sacrificado tu inocencia, con tu Divina gracia prometo confesar todos mis pecados por el
dolor que tengo, y protesto tener, haberlos cometido, cumpliré la penitencia que me fuere
impuesta, y con ella hazme perseverar en Tu gracia para morir al mundo y vivir en Tu
compañía en la gloria. Amén.

ORACION PARA TODOS LOS DIAS

¡Serenísima Emperatriz de los Cielos y de la Tierra y asombro portentoso de la gracia! aquí


tienes postrado mi corazón y te ofrezco los efectos más sublimes de la Fe, de la Esperanza y
de la Caridad, te confieso Señora por Virgen, Madre, Madre Virgen figurada en Rebeca que
no sólo dio agua al pedírsela el siervo de Abraham, sino también a sus camellos. Tú favoreces
a los vivientes arreglados a la Santa Ley de Dios y a los pecadores agobiados de la culpa. Tú,
eres aquella Reina Ester a quien el gran Rey Asuero concedió la vida a los sentenciados a
morir. Tú, la prudente Abigail que intercedes y aplacas el castigo de Dios. Tú, la alegría de
Judith que la esparces sobre los creyentes, ¡Sí Madre y Señora mía! Tú eres la que bajaste
del cielo, te mostraste en el Tepeyac al humilde indio Juan Diego y te retrataste en su tosca
manta de Ayate, cuya Sagrada Imagen no ha podido borrar la veracidad del tiempo en más
de cuatrocientos setenta y cinco años, conservándose siempre sus admirables perfecciones.
Tú eres la Hija del Eterno Padre, Madre de su Unigénito Hijo, Esposa del Espíritu Santo.
Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, llena de gracia y bendita entre las mujeres. Tú,
la Santa del Santo, Única del Único, Inmaculada del Inmaculado. A Ti, ¡Oh compendio de
las Divinas Gracias. Dones y Virtudes! Clamamos tus hijos desterrados en este valle de
miserias, Dios te destinó para Madre nuestra y Tú, llena de caridad admites gustosísima este
cargo ¡Muéstrame mi Madre! Sin atender a mis maldades, sino a las extrañas de piedad y
clemencia con que te dotó el Altísimo cuando te hizo irrecusable abogada de pecadores. Te
suplico Madre mía, que en los destellos de tu amor, conserven la Religión de tu Santísimo
Hijo, infundiendo tus conocimientos a todo el mundo por la unción de los Sacramentos que
tiene nuestra Santa Madre Iglesia, a cuyo amoroso regazo haz que vuelvan las ovejas
dolorosamente extraviadas en el estéril campo del error. Restitúyenos a tu gracia por medio
de tu devoción, y haz que como hijos tuyos te alabemos, veneremos y bendigamos,
asistiéndonos los Ángeles, Santos y justos de todos los siglos, para lograr así pasar a los
tabernáculos eternos y cantar las virtudes de la Cruz en tu amable compañía. Amén.

SEGUNDA ORACION
PARA TODOS LOS DIAS

¡Santísima Virgen María de Guadalupe! A Ti que siempre has atendido a los que os dirigen
sus plegarias humildes y devotas, a Ti que eres Aurora de la mañana, la estrella
resplandeciente del mar, el puerto seguro de la gracia, la medicina celestial, la riqueza única
del pobre y el consuelo de todos los necesitados, humildemente te tributo gracias porque me
has permitido venir ante tu Soberana presencia para consolar mis aflicciones de cuerpo y
alma, y porque recurro a tu patrocinio, te pido y te suplico que con los rayos de tu caridad
enciendas la del Sumo Pontífice, Obispos. Pastores y Ministros Sagrados, para que esparcidas
sus voces en lenguas de fuego, hagan fructuosas sus palabras en el amor de Dios, en amor
tuyo y en el de nuestro prójimo. Cubre con tu manto y mira con ojos de clemencia a nuestro
Gobierno y poniendo en sus sienes el olivo frondoso de una continua paz, haz dichosos a sus
Ministros y Magistrados, superiores e inferiores. Te pido Madre mía, que sobre mis padres,
hermanos, parientes y bienhechores, domésticos y amigos y enemigos derrames las riquezas
de tu libertad. Consuela a los menesterosos y atribulados, conduce a los navegantes y
caminantes, da óptimos frutos a los labradores y que con ventaja ejerzan su oficio los
artesanos, protege Señora a los comerciantes y alumbra a las ciencias divinas y humanas.
Dad salud a los enfermos y obtened el perdón a los pecadores. Libertad a los presos y cautivos
y sostened la perseverancia de los justos. Conserva en paz a los vivos y haz que las almas de
los difuntos y las nuestras, reposen eternamente en tu amable compañía en la gloria. Amén.

Se reza una Salve y después la siguiente:


ORACION

Oh Dios que quisisteis colmarnos de perpetuos beneficios, constituidos bajo el singular


patrocinio de la Beatísima Virgen María. Concede a tus humildes siervos que gocemos en
los cielos, de la visita de aquella en cuya conmemoración nos alegremos hoy en la tierra. Por
nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

A HONOR Y GLORIA
DE MARIA SANTISIMA
Del mundo allá en su origen señalada
Por mano paternal y compasiva fuiste
y alma venerando vientre,
La paz al mundo lleva prometida.

Porque al mundo has dado vida


Gloria a Ti Virgen María.

Ya la excelsa Sión plácida descorre


De precioso zafiro el velo santo
Y en dulces clamorosas armonías de paz.

Porque al mundo has dado vida


Gloria a Ti Virgen María.

ESTRIBILLO

¡Oh Virgen Celestial!


Madre amorosa No quieras desechar Oye piadosa Al pobre americano Con música sonora
Desciendes desde el cielo Radiante cual Aurora Que alumbra el hemisferio y traes tu linda
Imagen Joyel del Dios Eterno,
Y grabas flores.

Tu mano en burdo lienzo. ¡Oh Virgen Celestial..! etc. No lejos de una fuente Solicita en el
cerro Afable, dulcemente Hablaste a Juan Diego Entonces como ahora Mil bienes a tu pueblo
Hiciste consolando Al hombre en su destierro. ¡Oh Virgen Celestial...! etc.

DIA PRIMERO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! Esa corona que ciñen tus sagradas sienes, publica
que eres la Reina del Universo, lo eres Señora y por esto soy y quiero ser tuyo (a). Aquí me
tienes confesándote por Reina y Señora, para que ejerzas en mí los designios de la Divina
Providencia, corren de tu cuenta los pasajes de mi triste vida para que los endereces al bien
de mi alma. Y puesto que en la noche de la Concepción, la gracia se adelantó para preservarte
del pecado, y con esa misma gracia te dignaste aparecer por primera vez (Sábado 9 de
Diciembre de 1531 antes de la Aurora) al rústico Juan Diego y quisiste que las rosas que
cortó en el cerro del Tepeyac representaran, a presencia del Obispo de México, tu Sagrada y

Perfectísima Imagen y que se fabricara un Templo en nuestro suelo Americano, donde


atenderías benigna los ruegos de los que con fervor te invocaren. Por tanto te suplico, Madre
mía, no permitas que yo permanezca en la oscura noche de la culpa, y alcanzadme de tu
Santísimo Hijo, que desviado de las vanidades del mundo, sea fiel OH preservante de su
Santa Ley, para triunfar del enemigo común de nuestras almas, tanto en vida como en la
muerte y pueda recrearme con tu Divina Presencia en la vida Eterna. Amén.

Aquí se hace la petición y después se rezan cuatro Ave Marías con Gloria Patri, en memoria
de las cuatro apariciones de Nuestra Señora.

DIA SEGUNDO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! Esas tus Sagradas manos en acción de suplicar y
rogar, acreditan que eres fiel abogada nuestra y que desde el trono de tu reino celestial
imploras de la Santísima Trinidad los favores y felicidades que necesitamos. ¿Con qué
corresponderé tantas finezas? Y pues en el mismo día de tu primera aparición aguardaste por
la tarde al dichoso indio Juan Diego, de quien el ilustradísimo Señor Obispo dudó por no
parecerle digna persona de tan alta embajada y mandato y como Ruth elevaste el primer favor
con la grandeza del segundo para que volviese a decir al Obispo que 'Tú Virgen Madre del
Verbo Dios, lo enviabas para que edificase un Templo en el cerro Tepeyac, donde oirás
amorosa los ruegos de tus hijos que te aclaman”. Te suplico Madre mía, me des una caridad
ardiente y obediencia resignada para que apoyando el edificio espiritual de las virtudes,
redoble Dios tu poderosa intercesión, beneficios y misericordias y seamos objeto de
complacencia, capaces de reconocer el éxito de tu abogacía en la mansión eterna de los
escogidos. Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA TERCERO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! Ese circo de rayos de sol, testifica la íntima unidad
que tienes con el sol de la Divinidad, que no hay en Ti cosa alguna que no sea luz, gracia y
santidad. Tú Señora, estás llena de gracia en el piélago inmenso de las divinas perfecciones
y atributos de Dios, vives en su corazón. Y pues eres vara del mejor Airón, vara de José, de
cuya fecunda raíz brotó la más fragante Azucena, te apareciste por tercera vez (Domingo 10
de Diciembre de 1531) al dichosísimo Juan Diego de México, para que bajo el titule ce Santa
María de Guadalupe, te fabricara un Templo en este Continente americano, qu le7- informado
escrupulosamente desconfió de sus simples palabras pidiéndole señales de tus designios y
alentado por tu celo y confianza, ofreció llevar las que Tú Señora, le dieras como un
testimonio inviolable que Tú mandabas. Te suplico Madre mía, por tan altos valores, envía
uno de esos rayos divinos a mi tibio corazón para encender en amor de Dios, haciéndome
digno súbdito de la Santa Iglesia y de los que en el mundo representan su asombrosa
soberanía, para que obedezcamos sus preceptos, le amemos en tu compañía en la tierra y
pasemos en su gracia a deleitarnos con su real presencia en los tabernáculos eternos, Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA CUARTO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! Ese ángel precioso que está en tus sagrados pies
representa la humanidad con que debo ofrecerte mi alma para que sea digno trono de su
soberanía, y pues, que el Ilustrísimo Señor Obispo mandó a sus familiares siguiesen a Juan
Diego para informarse de todo lo que aconteciera y después que lo siguieron se les
desapareció en el llano que está cerca del cerro de México, escondiendo Dios, de sus curiosos
ojos, el misterio que revelaba a la humanidad y sencillez del pequeño en la humana
estimación. Te suplico, Madre mía, por tan misericordiosos arcanos, que admitas mi espíritu
humillado y veas que mi deseo no tiene otro objeto más que el temor de ofender a tu
Santísimo Hijo, y que haciéndolo trono de tus piedades, me separes de la culpa y curiosidad
mandada, para que esté siempre esclavo tuyo hasta exaltarlo en tu gracia y gozar de sus
celestiales delicias, Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA QUINTO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! Ese vestido hermoso sembrado de estrellas, cuya
orilla está sostenida por uno de los Querubines que asisten a tu Soberana presencia, da a
conocer que sólo en Ti hay virtudes tan altas. Bendita sea la mano del Altísimo que unió a
Ti, tan realizada gala, tan brillante y rica, con humildad tan excelsa. Quiero fijar mis ojos en
Ti y poner mi corazón en el tuyo. Y en tu cuarta aparición (Martes 12 de Diciembre de 1531).
Juan Diego se excusó de no haber llegado a tu presencia por la grave enfermedad de su tío
Juan Bernardino a quien Tú, Señora te le apareciste y le sanaste milagrosamente, diciéndole
que te invocara con el asombroso título de Santa María de Guadalupe. Te suplico ¡Oh salud
de los enfermos, que tu poder irresistible, tu infalible piedad, tu altísima ciencia y alimento
eficaz, nos cubras con el manto de tu caridad y cure las dolencias espirituales y temporales
que nos aquejan, para darte cordiales gracias ante tu Santísima Imagen en la tierra, purgadas
con la contrición y penitencia pasemos a los alcázares de la gloria a alabarte y bendecirte en
compañía de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA SEXTO

¡Virgen Santísima María de Guadalupe! ¿Qué otra cosa significa ese reluciente diván que
forma la luna bajo tus sagrados pies? Sino que hollaste en tu virginal pureza las vanidades
del mundo quedando superior a todo lo creado, pues desde siempre fuiste llena de gracia sin
padecer mengua ni imperfecciones; pues mandaste a Juan Diego cortase las flores del árido
y espinoso cerro y poniéndolas con tus benditas manos en su manto le mandaste se dirigiese
a dar las señas que el Ilustrísimo Obispo le había pedido, permitiendo Dios que al descorrer
la manta cayeran las rosas y se hallara en ella tu linda Imagen en tu Purísima Concepción,
haciendo conocer a todo el mundo que eres el Arca de la Nueva Alianza, donde se reservó el
verdadero maná que bajó de los cielos, contiene toda dulzura que experimenta el que lo recibe
dignamente, Arca cerrada con el oro más súbito de la caridad, hermosa por dentro y fuera y
matizado con el esmalte de las virtudes infusas y morales. Te suplico rendidamente Madre
mía, que me hagas firme morada de tus sagradas plantas para no sufrir mengua alguna en la
Fe, Esperanza y Caridad y que obrando con prudencia, justicia, fortaleza y templanza,
tampoco mengue mi memoria, entendimiento y voluntad en pedirte las divinas rosas de tus
misericordias para cumplir mis obligaciones en la tierra y gozar tus inefables piedades en los
eternos contentos de la gloria, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA SEPTIMO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! Esa orilla de oro que el Divino Artífice bordó en
tus vestidos acude al finísimo oro de caridad y amor de Dios con que fueron enriquecidas tus
operaciones y estoy seguro que desde tu privilegiada Concepción jamás te has olvidado de
mi, así está comprobado por haberos dado por Patrona universal de tus hijos, los americanos
y por Protectora de cuantos invocan tu Nombre Santo. Pues eres la Divina María, prefigurada
es aquella nube que hizo sombra a los Israelitas para que el calor del sol meridiano no les
fatigase demasiado, humildemente te pido, Madre mía, des la mano a quien caído te invocara
para levantarse. Quítanos ¡Oh Madre y Señora! la más leve tentación de las asechanzas del
demonio y concupiscencia de la carne. Haznos sombra tu patrocinio y protección, y apaga
con la lluvia de tu gracia, los cálidos vapores que excitan la tierra de nuestro cuerpo. Y por
último, haz que los torbellinos que forman los impíos y descarriados del Trono del Altar,
sean aplacados y sus pobrecitas almas reconciliadas con tu Hijo Dios en tu Santa Iglesia,
donde en unión de los fieles creyentes recibamos los adorables efectos de expiación y
satisfacción para ser renovados en la gracia y con ésta exhalar el espíritu nombrando a Jesús,
María y José, Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA OCTAVO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe!


Ese tu Santísimo Retrato en la manta de Juan Diego, manifiesta al universo las Divinas y
Altas perfecciones con que dotó } el Altísimo, Tu inocentísima alma en tu . Prodigiosa e
Inmaculada Concepción, ese tosco lienzo de Ayate que los siglos han respetado, ostenta tu
sin igual belleza y hermosura. Quisiste Señora, tomar aquella pobre tilma o capa de Juan
Diego, para dejarnos estampada tu Divina Imagen que es el encanto de los Ángeles, el
consuelo de los hombres y la admiración del universo, para publicarla sublimada de sus
virtudes y para que imitemos tu santa humildad.

Pues Tú Virgen María, eres estrella resplandeciente de Jacob, con cuya luz guías a los
mortales a seguro puerto. Y según San Bernardo, con tu mediación no escollaremos en los
sirtes del pecado, ni seremos vencidos por las tentaciones. Te pido, Madre mía, con toda
humildad, que la pobreza y miseria de mi alma, no sea embarazo para que estampes en ella
tu graciosísima Imagen. Yo, hijo tuyo, te lo pido, Señora y para ello te ofrezco las telas de
mi corazón. Tómalo Madre mía en tus manos y no lo dejes jamás, para que lo dirijas por la
senda de la ley de Dios, apartándolo de los peligros que ofrecen nuestros enemigos. Haz
Señora, que tu Purísima Concepción retratada en Guadalupe, mude el corazón de los
incrédulos y como estrella matutina alumbres sus potencias y sentidos, para que conociendo
el poder de Dios, confiesen con nosotros los creyentes, los inefables arcanos de tu pureza y
de tu verdadera existencia y que arrepentidos todos de nuestras culpas merezcamos adorarte
en la tierra y glorificarte en los cielos. Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

DIA NOVENO

¡Virgen Santísima, María de Guadalupe! La existencia de tu preciosa Divina Imagen


retratada en la tosca manta de Juan Diego, donde te conservan los siglos contra la veracidad
de los tiempos y elementos no han podido borrar tu belleza y hermosura, es el testimonio más
auténtico del poder de Dios multiplicado en tu agraciado merecimiento y para mí el motivo
más fuerte que anima mi racional credulidad y reigiosal confianza. Pues eres la Ester
amabilísima que introducida en la recámara del Divino Asuero, Dios Omnipotente, conserva
íntima unión con el Señor que te sublimó sobre todas las generaciones, sobre todos los justos
y aún sobre todos los Ángeles del cielo. Te pido y ruego poderosa Señora, conserves mi alma
exenta de toda culpa para que volviéndola a tu sagrado dominio, purificada de todos los
defectos terrenales, guíes mis pasos a la montaña fragante de tu gracia y que dignamente te
sirva para agradar así a tu Santísimo Hijo hasta vencer los enemigos de mi alma en la hora
de la muerte y siendo este día, el último de tu Novena, te pido humildemente perdón de la
tibieza, negligencia e imperfecciones que haya tenido. Mi ánimo no es otro que reconocerte,
alabarte, clamarte como Madre y protectora y pedirte la perseverancia final, porque bien
sabes, Señora, que desde mi tierna edad mis labios han pronunciado tu sacro nombre, yo he
mirado, reverenciado y reconocido como Madre llena de misericordia y como Patrona y
protectora de mi alma. Tú Señora, has querido mirarme como hijo predilecto y por eso creo
que cuando de Dios soy y he recibido, es venido de su augusta mano, yo no he correspondido
a tu amor y bondad pero a más de pesarme, te protesto una enmienda cumplida. Tu venida y
existencia, sólo es para recordarnos tu amor, cuidado, solicitud que como Madre tienes por
nosotros y por tanto recurro a Ti que me alcances la misericordia de tu Hijo Santísimo, quien
en mi pobre agonía oiga llamarme bendito de Dios Padre, para poseer en tu compañía el reino
de los cielos. Amén.

Aquí se hace la Petición y lo demás como el Primer Día.

OCTAVAS AL AUGUSTO
PATROCINIO DE MARIA
SANTISIMA

SALVE
Salve Aurora Inmortal, carro triunfante de eterna caridad, de sacro fuego;
Salve, anuncio del día, luz radiante, Aurora de paz y de sosiego que sentada en el trono más
brillante te dignas atender mi humilde ruego inspírame en tu honor glorioso canto que en la
turba infernal sirva de espanto.

REINA
Eres Reina del Qelo Soberana, cuyo imperio feliz en paz profunda si ataca la impiedad con
furia insana el vicio es la razón en que se funda; y en vano la victoria canta ufana la Iglesia
ha de arrastrar nuevo trofeo, venciendo a la impiedad que la arruina, pues siendo Tú Señora
su esperanza suspirando a tus pies todo alcanza.

SALVE
Salve, zarza de Oreb, fuente sellada, Salve, rosa fragante, arca preciosa,
Salve, cedro, ciprés, palma elevada,
Salve huerto fecundo, escala hermosa, Salve, torre de escudos coronada,
Salve, gloria del Qelo portentosa, tu esposo es el Eterno, es Dios tu Padre, y del Verbo
Inmortal Tú eres la Madre.
AD TE CLAMAMOS EXULES FILIS EXA
La Madre universal de los mortales, por su falta de amor y obediencia, atrajo sobre si funestos
males y a sus hijos legó esta triste herencia, estas plagas, Señora, tan fatales nos oprimen y
arrastran con violencia, clamamos por lo tanto sin consuelo, desterrado por Dios del alto
Qelo.

AD TE SUSPIRAMOS GEMENTES ET FLENTES IN HOC LACRIMARUM VALE


De lágrimas regado el valle umbroso repite el aire tétrico acechos la noche extiende el manto
pavoroso, los mares se alborotan y los vientos, nunca reina la paz, nunca reposo en la triste
mansión de los lamentos, todo aquí nos refleja y nos espanta.

EJA ERGO ADVOCATA NOSTRA ILLOS TUOS MISERICORDES OCULOS AD NOS


CONVERTE
Volved pues, gran Señora vuestros ojos, míranos con piedad y enternecida, dignos son de
castigos mis arrojos, más siempre al pecador dais acogida acaben para siempre los enojos
pues ya he propuesto reformar mi vida y siendo mi abogada y protectora perdonad,
Virgen Santa, al que os adora.

EL JESUN BENEDICTUS FRUCTUS VENTRIS TULNO BLESPOT HOC EXILIUN


OSTENDE
Después de este destierro miserable mostradnos, gran Señora, el fruto Santo de tu vientre
feliz, Dios adorable, que en la Patria inmortal es el encanto, mostradnos a Jesús Madre
admirable cubriéndonos a todos con tu manto, y al pie del trono excelso arrodillados
cantemos un himno trasportado.

O CLEMENS
Tus gracias, bondades y favores transmiten a los siglos tu memoria, y entonando la tierra tus
loores reproduce sin fin tu ilustre historia, a Ti, la Iglesia debe sus honores y los justos sus
dichas en la gloria ¡Oh Madre de ternura y de clemencia alcánzame el perdón y la
indulgencia!

OPIA
En busca de la oveja descarriada te arrojas a los valles tenebrosos, los cerros y los montes
fatigada, atraviesas con pasos presurosos, y sigues con ardor desconsolada, sus vestigios
errantes y tortuosos, gimiendo al fin, divisas al ingrato y abraza con piedad al insensato.

DULCE VIRGO MARIA


Es feliz, gran Señora nuestra suerte, por tu inmensa bondad y dulzura, concédenos también
dichosa muerte un tránsito de paz sin amargura, despida el labio en ella un grito fuerte
invocando tu nombre Virgen Pura resplandezca tu Patrocinio en la hora fatal del exterminio.
INDULGENCIAS
Por un breve Tratado en Roma el 14 de Agosto de 1560, Nuestro Santo Padre El Papa Pío
IX, concedió Indulgencia Plenaria y remisión de todos sus pecados a todos los fieles que
visitaren la Iglesia y Santuario de Guadalupe que se venera en esta ciudad, si confesados y
comulgados oraren por la paz y concordia entre los pueblos cristianos y la exaltación de
Nuestra Santa Madre Iglesia, desde la víspera hasta el ocaso de los días siguientes.

El día de la Inmaculada Concepción, el de la Natividad, el de la Anunciación, el de la


Purificación, el de la Asunción y el de la Santísima Virgen de Guadalupe que se celebra el
12 de Diciembre. Esta indulgencia puede aplicarse por modo de sufragio por las benditas
Ánimas del Purgatorio. Por este mismo Breve ganan siete cuarentenas de perdón por las
penitencias impuestas y que no hayan sido cumplidas, todos los fieles que al menor, con un
corazón contrito oraren en cada día 12 de los meses del año. Estas gracias e indulgencias son
perpetuas. Así consta en el archivo Eclesiástico de esta Diócesis.

MAÑANITAS A LA SANTISIMA VIRGEN DE GUADALUPE


iOh Virgen la más hermosa del valle del Anahuac, tus hijos muy de mañana te vienen a
saludar.

CORO
Despierta Madre despierta mira que ya amaneció, ya los pajaritos cantan la luna ya se metió.

Aquella alegre mañana en que apareciste a Juan mientras Dios me de la vida nunca se me
olvidará.

Cuando miro tu carita llena de tanto candor, quisiera darte mil besos para mostrarte mi amor.

Envidia no tengo a nadie más que al ángel que a tus pies hace cuatrocientos años que te sirve
de escabel.

Madre, los americanos dijiste venían a ver, pues, ya lo ves, morenita, si te sabemos querer.

HIMNO VENID A GUADALUPE

CORO
Venid a Guadalupe, todos con frescas flores, si somos pecadores, nuestra Madre ella es.

ESTROFAS
Un sábado feliz Juan Diego caminaba y al Tepeyac miraba con mucha admiración, cuando
una luz le hiere, más que el sol esplendente y derretirse siente de gozo el corazón.
Allí escucho cantares cual aves tronadoras, y música sonora cual ecos del Edén, en nimbo
esplendoroso por bello iris circuido contempla complacido a Divina Mujer.

Ella abriendo amorosa sus labios virginales, con frases celestiales al indio así le habló: “Hijo
muy amado un Templo aquí yo quiero tú serás mensajero de la Madre de Dios”.

“De aquí ve presuroso, lleva hijito el recado y dile al buen Prelado que tú me viste a mí”.
Juan Diego vuelve presto, el rostro entristecido porque no fue creído, ni despachado bien.

Y nueva vez lo manda la Excelsa Reina y Madre y nueva vez lo tratan de mago e impostor.
En su humildad esconde la nota soberana mientras María sana al tío que enfermó.

“Corta y lleva esas flores en tu ayate cerrado y vuelve ante el Prelado para mostrarlas fiel”

¡Oh grande maravilla, portento inigualado! ¡Zumarraga abismado de hinojos se postró!

“En esa pobre tilma está la Madre Santa, volemos presurosos al pie del Tepeyac, y
levantemos presto un Templo muy hermoso como ella lo ha pedido a Juan su porta voz”.

Al ver su Imagen bella el Papa así exclamó: “Jamás la Madre Amada a ninguna nación,
mostróle tanta ternura y tal predilección, como al gran continente hallado por Colón”.

VIRGEN DE GUADALUPE

¡Oh Virgen de Guadalupe!,


Vos sois nuestro honor y gloria, en vuestra Imagen Divina y aparición milagrosa, apareciste
más bella que el sol, la luna y la aurora.

y diste la seña cierta a Juan Diego en unas rosas, y extendiendo éste su manta se vio tu Imagen
hermosa, en que quisiste quedaros como Madre y Protectora.

Si la gente de estos pueblos busca Virgen amorosa si a nosotros nos buscabais aquí nos tienes
Señora.

Bendíceme ahora y siempre


Y las rosas que contigo envío,
y las rosas que contigo envío,
son la muestra clara, son la muestra clara,
son la muestra clara que yo te amo a Ti.
y jamás me desampares, como el Indio Juan Diego yo cantaré tus bondades.

LA GUADALUPANA

Desde el cielo una hermosa mañana desde el cielo una hermosa mañana la Guadalupana, la
Guadalupana, la Guadalupana bajo al Tepeyac.

Juan Dieguito, la Virgen le dijo,


Juan Dieguito, la Virgen le dijo, este cerro elijo, este cerro elijo, este cerro elijo para hacer
mi altar.

De los hijos queridos tengo,


De los hijos queridos tengo.

Yo ya los bendigo, yo ya los bendigo, yo ya los bendigo, porque estoy aquí.

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