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Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Derecho de los pueblos indígenas
Quinto semestre
Sección A
Catedrático: Luis Alberto Gómez Medina

CLASE 1

(Fecha 30 de enero del 2023)

SUMARIO

1. Definición de pueblos indígenas


1.1. La complejidad de su elaboración
1.2. La necesidad de la aproximación a su concepto
1.3. Su abordaje desde la perspectiva estatal y
convencional
1.4. Conclusiones
2. Glosario técnico
2.1. Pueblo
2.2. El derecho de la libre determinación de los pueblos
2.3. Indígena
2.4. Pueblos o poblaciones
2.5. Derechos de los pueblos indígenas y derechos de las
minorías
2.6. Identidad Indígena
2.7. El sistema de administración de justicia y la identidad
cultural indígena
3. Normas aplicables
3.1. Normas internacionales
3.2. Normas nacionales
4. Anexos
4.1. Opinión Consultiva (Expediente 199-95) de la Corte
de Constitucionalidad (Acerca del Convenio 169 de
OIT)
4.2. Jerarquía de las normas constitucionales en
Guatemala
1. DEFINICIÓN DE PUEBLOS INDÍGENAS

Los pueblos indígenas en Guatemala han estado presentes en el


territorio nacional por miles de años y estos se encuentran presentes
en distintas partes, poseen diversas características que los
diferencian de otros pueblos.

Algunas de estas importantes características que nos ayudan a poder


reconocer a sus integrantes son: el idioma, costumbres, creencias,
tradiciones, vestimenta, etc., pero algo que en particular los
caracteriza es la identidad que poseen, esta identidad se basa
principalmente en que descienden de forma directa de los antiguos
mayas, civilización que estuvo presente en el territorio de
Mesoamérica.

La civilización maya, de donde descienden los pueblos indígenas, no


sólo ha heredado a estos la identidad que los caracteriza sino
también una serie de conocimientos que van desde lo científico hasta
lo filosófico, una forma de organización social que es digna de
admirar y amplios conocimientos científicos y tecnológicos los cuales
son muy propios de esta cultura, no descuidando bajo ninguna
circunstancia los valores tanto religiosos como morales que a su vez
han sido transmitidos por generaciones.

Se dice también que son considerados como grupos humanos que


tienen en común no sólo la descendencia de pueblos mayas sino
también encontrarse establecidos en determinado territorio el cual es
plenamente identificado. Poseen valores, creencias y costumbres
que son indiscutiblemente propias y que define a su cultura. Ante esto
es primordial recordar que Guatemala es multicultural y multilingüe y
que una de esas culturas tan ricas y atinentes a la patria es la cultura
indígena, aunque existen a su vez en el país otras culturas que
también forman parte de la cultura nacional como son la garífuna y la
xinca.

Al referirse a los pueblos indígenas o tribales el Convenio 169 OIT


(Organización Internacional de Trabajo sobre pueblos indígenas y
tribales en países independientes) establece:

1. Los pueblos tribales en países independientes, cuyas


condiciones sociales, culturales y económicas les distingan de
otros sectores de la colectividad nacional, y que estén regidos
total o parcialmente por sus propias costumbres o tradiciones o
por una legislación especial.” A los pueblos en países
independientes, considerados indígenas por el hecho de
descender de poblaciones que habitaban en el país o en una
región geográfica a la que pertenece el país en la época de la
conquista o la colonización o del establecimiento de las
actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su
situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones
sociales, económicas, culturales y políticas o parte de ellas.
______________________________________________________
2. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá
considerarse un criterio fundamental para determinar los
grupos a los que se aplican las disposiciones del presente
Convenio.

3. La utilización del término pueblos en este Convenio no deberá


interpretarse en el sentido de que tenga implicación alguna en
lo que atañe a los derechos que pueda conferirse a dicho
término en el derecho internacional.

1.1. La complejidad de su elaboración

En lo que refiere al concepto de pueblos indígenas, es necesario


aclarar la siguiente situación. Recientemente, a finales del siglo
pasado e inicios del siglo presente, los pueblos indígenas
latinoamericanos se autoidentificaron como pueblos originarios,
denominación con la que hacen especial énfasis a su presencia
previa a cualquier proceso colonizador y al despojo del que fueron
objeto. Sin embargo, se tendrá como concepto totalizador de las
colectividades indígenas el de pueblos indígenas.

Y es que, como bien lo advierte Midori Papadópolo:

El definir qué es un pueblo o población indígena y quién es indígena


es uno de los problemas más complejos y discutidos a los que se
enfrenta esta temática. Autores, organismos internacionales, los
Estados y las propias organizaciones indígenas, no han encontrado,
todavía, una definición que satisfaga a todos por igual.1


1 Papadópolo,
Midori, El nuevo enfoque internacional en materia de derechos de los pueblos
hindígenas, Serie Justicia, Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IDIES),
bGuatemala, Universidad Rafael Landívar, 1995, pág. 7.
Lo anterior deriva, en buena medida, de la necesaria generalidad que
evidencia el Derecho internacional en esta temática, pues necesita
cubrir el mayor número de Estados y, en el Derecho positivo estatal
se ha preferido no proceder a su definición por los posibles problemas
de los alcances de la misma, particularmente en lo que refiere a la
autodeterminación. Sin embargo, las legislaciones internas no han
dejado de estipular los derechos relativos a los pueblos indígenas, tal
es el caso del Estado de Guatemala.2

Por su parte, para las organizaciones indígenas las definiciones


contempladas tanto en instrumentos internacionales como en
las legislaciones nacionales no son satisfactorias, unas por
ambiguas, otras por contradictorias, otras por insuficientes,
otras por estar marcadas por un tinte paternalista, etc.,
independientemente de la argumentación y queja reiterada de
estas organizaciones de que es a ellos, la única y
exclusivamente, a quienes debería corresponder el derecho de
elaborar una definición.3

Desde los primeros intentos de la sociología por diferenciar lo racial


(con referencia a lo biológico) y lo étnico (con referencia a lo cultural),
el mismo Max Weber, en los inicios del siglo XX, evidenció que este
intento resultaría problemático. Weber, al adentrarse al tema de
comunidades étnicas, indica que los grupos étnicos son
comunidades que aspiran a una categoría o posición particular,
pero que la base de dicha aspiración es artificial. Los elementos
que Weber señala como componentes de los fenómenos étnicos
serían: la raza, la convivencia histórica, la cultura y los supuestos
antepasados comunes, la religión, la lengua, su estatus, la capacidad
de acción política, la creación de símbolos unificadores, etc. Por ello
termina por renunciar a un concepto global étnico.

2 SECCIÓN TERCERA. Comunidades indígenas
Artículo 66.—Protección a grupos étnicos. Guatemala está formada por diversos grupos
étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce,
respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social,
el uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos.
Artículo 67.—Protección a las tierras y las cooperativas agrícolas indígenas. Las tierras de
las cooperativas, comunidades indígenas o cualesquiera otras formas de tenencia comunal o
colectiva de propiedad agraria, así como el patrimonio familiar y vivienda popular, gozarán de
protección especial del Estado, de asistencia crediticia y de técnica preferencial, que garanticen
su posesión y desarrollo, a fin de asegurar a todos los habitantes una mejor calidad de vida.
Las comunidades indígenas y otras que tengan tierras que históricamente les pertenecen y que
tradicionalmente han administrado en forma especial, mantendrán ese sistema.
Artículo 68.—Tierras para comunidades indígenas. Mediante programas especiales y
legislación adecuada, el Estado proveerá de tierras estatales a las comunidades indígenas que
las necesiten para su desarrollo.
3 Papadópolo, Op. Cit., pág. 7.
En el actuar comunitario condicionado ‘étnicamente’ concurren diversos
fenómenos que una consideración sociológica realmente exacta tendría que
separar cuidadosamente. Habría que estudiar por separado: la acción subjetiva
efectiva de las ‘costumbres’, condicionadas por la herencia, de una parte, y por
la tradición, de otra; el alcance de las diversas ‘costumbres’, una por una; la
repercusión de la comunidad lingüística, religiosa o política, antiguas o actuales;
la formación de las costumbres; la medida en que tales componentes despiertan
atracciones o repulsiones y, especialmente, la creencia en la afinidad o
extrañeza de sangre; sus consecuencias diferentes para que la acción, el
comercio sexual, las probabilidades de actividades comunitarias de diferentes
tipos, se desarrollen sobre la base de la comunidad de costumbres o de la creída
comunidad de sangre. Se acabaría así por arrojar seguramente por la borda el
concepto global ‘étnico’. Pues es un término genérico completamente inoperante
para toda investigación rigurosamente exacta (...) Al concepto de comunidad
‘étnica’, que se disipa ante una rigurosa formación conceptual, se asemeja en
cierto grado otro concepto, cargado para la mayoría de nosotros de acentos
patéticos, el de nación, tan pronto como tratamos de aprehenderlo
sociológicamente.4

1.2. La necesidad de la aproximación a su concepto

Papadópolo, justifica que una adecuada definición facilitará una


justa y pronta aplicación de sus derechos. Sin embargo, advierte que,
su sola existencia (de la definición) “no es garantía per se para
garantizar su reconocimiento”. 5 Esta advertencia la ratifica el
sociólogo Rodolfo Stavenhagen, al concluir que: “Aunque han sido
muchos los esfuerzos y los recursos que se han dedicado durante los
últimos cincuenta años para superar la pobreza y marginación que
caracterizan la existencia de la mayoría de pueblos indígenas, ellos
siguen mostrando por lo general en todas partes los niveles de
desarrollo económico, social y humano más bajos. Una clave para
entender el impacto limitado que han tenido las políticas de desarrollo
radica en que estas no han atacado las causas estructurales de
marginación de los pueblos indígenas, causas que están
directamente vinculadas a la falta de reconocimiento, protección,
garantías de cumplimiento de sus derechos humanos, individuales y
colectivos”. 6 Regresando a nuestro intento por hacernos con un
concepto de pueblos indígenas, es el mismo Stavenhagen el que

4 Weber, Max, Economía y sociedad, Primera edición en español, México, Fondo de Cultura
jllEconómica, 1967, pág. 324.
5 Véase: Ibíd.
6 Stavenhagen, Rodolfo, Los pueblos indígenas y sus derechos, Informes Temáticos del Relator

lllEspecial sobre la situación de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de los
lllPueblos Indígenas del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones
lllUnidas, México, Unesco, 2007, pág. 171
subraya esta sensible ausencia terminológica (quede manera
implícita reconoce se encuentra aún presente luego de la aprobación
de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas):

El término indígena se suele intercambiar con otros términos como aborigen,


nativo, oriundo, primeras naciones o tribal u otros conceptos análogos. En
algunos Estados pueden ser de uso común términos locales de difícil traducción.
En otros países no existe designación oficial alguna, aunque puede haber
consenso de que esas poblaciones viven de hecho en determinadas regiones
del país. Y en otros países, se niega en absoluto la existencia de grupos
indígenas, con lo que la definición se hace todavía más problemática. Pero la
falta de una definición internacional no debe impedir la acción constructiva de
promoción y protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas.

1.3. Su abordaje desde la perspectiva estatal y convencional

Stavenhagen afirma que las legislaciones suelen tratar el tema de


los pueblos indígenas, ya sea desde su norma constitucional (como
es el caso del Estado de Guatemala), otros únicamente en su
normativa ordinaria, y la mayoría suele eludir el brindar un concepto
de pueblos indígenas.

Para el caso latinoamericano, es el Estado de Bolivia (con su


Constitución de 2009) el que aporta un serio avance respecto del
tema para nuestra región:

CAPÍTULO CUARTO. DERECHOS DE LAS NACIONES Y


PUEBLOS INDÍGENA ORIGINARIO CAMPESINOS

Artículo 30.

I. Es nación y pueblo indígena originario campesino toda la


colectividad humana que comparta identidad cultural, idioma,
tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya
existencia es anterior a la invasión colonial española.

II. En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con esta


Constitución las naciones y pueblos indígena originario [sic]
campesinos gozan de los siguientes derechos:

1. A existir libremente.
2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades,
prácticas y costumbres, y a su propia cosmovisión.
3. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así lo
desea, se inscriba junto a la ciudadanía boliviana en su cédula de
identidad, pasaporte u otros documentos de identificación con validez
legal.
4. A la libre determinación y territorialidad.
5. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del
Estado.
6. A la titulación colectiva de tierras y territorios.
7. A la protección de sus lugares sagrados.
8. A crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación
propios.
9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina
tradicional, sus
idiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas sean valorados,
respetados y
promocionados.
10. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y
aprovechamiento adecuado de
los ecosistemas.
11. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y
conocimientos, así
como a su valoración, uso, promoción y desarrollo.
12. A una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el
sistema
educativo.
13. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su
cosmovisión y prácticas
tradicionales.
14. Al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos
acorde a su
cosmovisión.
15. A ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en
particular a través
de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles. En este marco, se
respetará y garantizará el derecho a la consulta previa obligatoria,
realizada por el Estado, de buena fe y concertada, respecto a la
explotación de los recursos naturales no renovables en el territorio
que habitan.
16. A la participación en los beneficios de la explotación de los
recursos naturales en sus territorios.
17. A la gestión territorial indígena autónoma, y al uso y
aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables
existentes en su territorio sin perjuicio de los derechos legítimamente
adquiridos por terceros.
18. A la participación en los órganos e instituciones del Estado.

III. El Estado garantiza, respeta y protege los derechos de las


naciones y pueblos indígena originario campesinos consagrados en
esta Constitución y la ley.

Otras normativas constitucionales, de gran avanzada en la región,


respecto a este tema, son la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), y la Constitución de la
República del Ecuador (2008), que respectivamente regulan:

Artículo 119. El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y


comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus
culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos
originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son
necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al
Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y
garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán
inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con lo
establecido en esta Constitución y la ley.

Capítulo cuarto

Derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades


Artículo 56.- Las comunidades, pueblos, y nacionalidades indígenas, el pueblo
afroecuatoriano, el pueblo montubio y las comunas forman parte del Estado
ecuatoriano, único e indivisible.

Artículo 57.- Se reconoce y garantizará a las comunas, comunidades, pueblos


y nacionalidades indígenas, de conformidad con la Constitución y con los pactos,
convenios, declaraciones y demás instrumentos internacionales de derechos
humanos, los siguientes derechos colectivos.

1.4. Conclusiones

Partamos de una definición en conclusión:

“Es el conjunto de principios, instituciones, teorías, valores y normas


que regulan las prácticas cotidianas de un pueblo indígena para la
aplicación de la justicia a sus habitantes, éstas prácticas son basadas
en la cosmogonía, cosmología”.
PARTE GENÉRICA: Es el conjunto de principios, instituciones,
teorías, valores y normas que regulan.

PARTE ESPECÍFICA: Las prácticas cotidianas de un pueblo


indígena para la aplicación de la justicia a sus habitantes, éstas
prácticas son basadas en la cosmogonía, cosmología.

EXPLICACIÓN

Toda definición de cualquier área del Derecho. Tiene dos partes; una
parte genérica y otra parte específica, la primera (genérica) será
igual siempre en todas las definiciones que se hagan, mientras que
la parte (específica) variará dependiendo del área del derecho que
se trate, está parte debe extraerse del Código que regule la materia
en cuestión.

2. GLOSARIO TÉCNICO:

DOCTRINA

2.1. PUEBLO:

El término “pueblos”, adoptado por el Convenio 169 en diferencia al


107, reconoce a una colectividad con cultura, identidad, creencias y
organización propias, así como una especial relación con la tierra.

Según el Estudio del Problema de la Discriminación contra las


Poblaciones Indígenas, presentado en 1974 por el Relator Especial
de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección
a las Minorías, José R. Martínez Cobo, “el término pueblo

A. Designa una entidad social que posee una identidad evidente


y tiene características propias;

B. Implica una relación con un territorio, incluso si el pueblo de que


se trata ha sido injustamente expulsado de él y reemplazado
artificialmente por otra población;

C. El pueblo no se confunde con las minorías étnicas, religiosas o


lingüísticas, cuya existencia y derechos se reconocen en el
Artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.

2.2. EL DERECHO A LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS


PUEBLOS

A. Declaración sobre la concesión de la independencia a los


países y pueblos coloniales, Artículo 2:

“Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud


de este derecho, determinan libremente su condición política y
persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”.

No es interpretable en el marco del Convenio de forma igual que el


mismo término utilizado generalmente en el derecho internacional
(Pactos internacionales de Derechos Civiles y Políticos y de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Artículo 1 común) ya
que la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJO 7 por su
mandato no está en condición a declarar el derecho a la libre
determinación de los pueblos, que fue proclamado
internacionalmente como un derecho de los pueblos a partir de los
movimientos de independencia en los países dominados por el
colonialismo.

La libre-determinación de los pueblos, en esta lógica sólo es


aplicable a países colonizados por potencias europeas y no
dentro de los nuevos estados descolonizados. En Derecho
Internacional no se acepta su aplicación a las minorías étnicas y
pueblos indígenas en los mismos términos. En cuanto a los pueblos
indígenas, el Convenio 169 no los reconoce como titulares del
derecho a la libre-determinación pero el Proyecto de Declaración de
la ONU si lo haría en el marco del Estado nacional:


7 Desde su creación en 1919, la OIT ha prestado especial atención a la situación de los pueblos
indígenas y tribales. En 1957, se adoptó un primer instrumento internacional vinculante, el
Convenio número. 107 sobre Poblaciones indígenas y tribales en países independientes. En
junio de 1989, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT adoptó en forma tripartita con
participación de los gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, el Convenio
núm. 169 sobre Pueblos indígenas y tribales en países independientes. En el proceso de revisión
del Convenio (1987-1989) también fueron consultados y participaron un gran número de pueblos
indígenas y tribales.
Proyecto de Declaración de la ONU sobre los derechos de los
pueblos indígenas:

Artículo 3: Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre


determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su
condición política y persiguen libremente su desarrollo económico,
social y cultural.

Los artículos 31 al 33, básicamente desarrollan este precepto:

Artículo 31: Los pueblos indígenas, como forma concreta de ejercer


su derecho de libre determinación, tienen derecho a la autonomía o
el autogobierno en cuestiones relacionadas con sus asuntos internos
y locales, en particular la cultura, la religión, la educación, la
información, los medios de comunicación, la salud, la vivienda, el
empleo, el bienestar social, las actividades económicas, la gestión de
tierras y recursos, el medio ambiente y el acceso de personas que no
son miembros a su territorio, así como los medios de financiar estas
funciones autónomas.

Artículo 32: Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo de


determinar su propia ciudadanía conforme a sus costumbres y
tradiciones. La ciudadanía indígena no menoscaba el derecho de las
personas indígenas a obtener la ciudadanía de los Estados en que
viven.

Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar las estructuras y


a elegir la composición de sus instituciones de conformidad con sus
propios procedimientos.

Artículo 33: Los pueblos indígenas tienen derecho a promover,


desarrollar y mantener sus estructuras institucionales y sus
costumbres, tradiciones, procedimientos y prácticas jurídicos
característicos, de conformidad con las normas de derechos
humanos internacionalmente reconocidas.

Se entiende que el Convenio 169 no impone una limitación a la libre


determinación de los pueblos o toma una posición en contra de la
misma. En otras palabras, el Convenio no sería incompatible con un
instrumento internacional legal que podría establecer o definir el
derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación.
Este derecho formulado en el Proyecto de Declaración ampliaría el
ámbito del Convenio 169. Pero el mismo Convenio 169 tiende a
asegurar un espacio más amplio de libre determinación de los
pueblos indígenas en el campo del desarrollo, de la cultura y los
demás campos sociales.

Respecto a un aparente derecho de secesión que implícitamente


estaría contenido en el concepto de libre determinación, la
Declaración de Naciones Unidas sobre Relaciones Amistosas
entre Estados da una clara interpretación en cuanto ésta no se
justifica en un sistema de gobierno representativo, respetuoso del
principio de igualdad de derechos y de la libre determinación de los
pueblos:

“Por virtud del principio de igualdad de derechos y libre determinación


de los pueblos, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas,
todos los pueblos tienen el derecho de determinar libremente, sin
interferencia externa, su estatus político, y de perseguir su desarrollo
económico, social y cultural, y cada Estado tiene el deber de respetar
este derecho de acuerdo con las provisiones de esta Carta. Nada en
los párrafos previos será entendido en el sentido que autorizara o
alentara una acción para desmembrar o afectar, total o parcialmente,
la integridad territorial o la unidad política de los países soberanos e
independientes que se conduzcan de acuerdo al principio de igualdad
de derechos y libre determinación de los pueblos como ya fue
descrito anteriormente y de tal manera cuente con un sistema de
gobierno que representa a todo el pueblo perteneciente a su territorio,
sin distinción en cuanto a la raza, la creencia o el color.”

Declaración de Naciones Unidas sobre Relaciones Amistosas


entre Estados, 1970

2.3. INDÍGENA:

Se refiere a los pueblos que total o parcialmente conservan sus


idiomas, instituciones y formas de vida diferentes a la sociedad
dominante y que ocuparon el área antes que otros grupos
poblacionales llegaran. Esta descripción es válida para los pueblos
indígenas de Norte y Sur América y algunos del Pacífico y Europa.
Definición:

Según el estudio del Relator Especial Martínez Cobo:

Son comunidades, pueblos y naciones indígenas los que,

• Teniendo una continuidad histórica con las sociedades anteriores a


la invasión y pre-coloniales que se desarrollaron en sus territorios,
• se consideran distintos de otros sectores de la sociedad que ahora
prevalecen en esos territorios o en parte de ellos;
• constituyen ahora sectores no dominantes de la sociedad y;
• tienen la determinación de preservar, desarrollar y transmitir a
futuras generaciones sus territorios ancestrales y su identidad étnica
como base de su existencia continuada como pueblo,
• de acuerdo con sus propios patrones culturales, sus instituciones y
sus sistemas legales.

Elementos que conforman la indigenidad:

► Elementos objetivos

Descendencia histórica
Prioridad en el tiempo
No-dominancia en el Estado actual
Elementos culturales que los distinguen de otros grupos

► Elementos subjetivos

Auto-identificación
Voluntad de preservar su cultura

El término “Pueblos tribales” en diferencia a los pueblos indígenas


se refiere a una situación social de los pueblos tradicionales en África
y Asia sin establecer prioridades de la migración. Ambos grupos de
pueblos reciben la misma protección bajo el Convenio 169.

El Consejo Mundial de Pueblos Indígenas propuso a la


Subcomisión de Derechos Humanos la siguiente definición:
Subcomisión de Derechos Humanos la siguiente definición:

“Pueblos Indígenas son los grupos de poblaciones como los


nuestros, que desde tiempo inmemorial, habitamos las tierras que
vivimos, conscientes de poseer una personalidad propia con
tradiciones sociales y medios de expresión vinculados al país
heredado de nuestros antepasados con un idioma propio y con
características esenciales y únicas que nos dotan de la firme
convicción de pertenecer a un pueblo, con identidad propia, y que así
nos deben considerar los demás.”

2.4. PUEBLOS O POBLACIONES

La decisión a favor del término “pueblo” sustituyendo el de


“poblaciones” del Convenio 107 fue precedida por una discusión
terminológica y consultas que destacaron que para usar el término
“pueblo” se aplica el rasgo de sociedades organizadas con su propia
identidad, más allá de lo que se logra decir con el término de
“poblaciones” que únicamente haría referencia a que los individuos
compartirían características raciales o culturales en un territorio
determinado.

2.5. DERECHOS DE LOS “PUEBLOS INDÍGENAS” Y LOS


DERECHOS DE LAS “MINORÍAS”

En el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, los derechos


de las minorías étnicas, lingüísticas y religiosas tienen una historia
que se relaciona con los acontecimientos de la Primera Guerra
Mundial, después de la cual la Sociedad de las Naciones (precursora
de la Organización de las Naciones Unidas) proclamó los derechos
de las minorías. Estas minorías han surgido en los Estados europeos
históricamente por los cambios frecuentes en las delimitaciones
fronterizas, los movimientos religiosos y el movimiento de
poblaciones debidos al comercio, las guerras y políticas
poblacionales.

Definición de F. Capotorti (Relator Especial para Minorías)

Un grupo de ciudadanos de un Estado, en minoría numérica y en


posición no dominante en ese Estado, dotados de características
étnicas, religiosas o lingüísticas diferentes a las de la mayoría de la
población, solidarios los unos de los otros, animados, aunque sea
implícitamente, de una voluntad colectiva de supervivencia y que
tienden a la igualdad de hecho y de derecho con la mayoría.

Derechos de las minorías son los que protegen a las minorías


contra la discriminación y garantizan su integridad cultural en países
donde la mayoría es de una cultura diferente, sobre todo referente al
idioma, la religión y la pertenencia étnica. Los pueblos indígenas se
benefician de esta protección, pero ésta no responde totalmente a
sus características y reivindicaciones.

En las Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos


se establece una distinción entre los derechos de las personas
pertenecientes a minorías y los derechos de los pueblos indígenas,
por la situación especial de los últimos y que no está reflejada
plenamente en los instrumentos internacionales sobre minorías.
Personas pertenecientes a los pueblos indígenas pueden reivindicar
derechos de las minorías y así ocurrió en virtud del Artículo 27 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

En cuanto a los indígenas bajo la protección de minorías, resulta


importante el aporte de la Organización de los Estados Americanos,
cuya VII Conferencia, celebrada en Perú en 1938, convocó al Primer
Congreso Indigenista Americano, que se reunió en Pátzcuaro,
México, en 1940. El Congreso inició un movimiento hacia una política
indigenista continental, tendente a garantizar el respeto a la
personalidad y cultura de los pueblos autóctonos, rechazando la
discriminación en su contra y elevando sus condiciones económicas
y sociales a la discusión política. Además, fundó el Instituto
Indigenista Panamericano con sede en México, que se constituyó por
medio de la Convención Internacional Relativa a los Congresos
Indigenistas Americanos conocida como “Convención Indigenista”.

Una importante diferencia entre minorías y pueblos indígenas en el


Derecho Internacional fue siempre que los derechos de las minorías
fueron entendidas como derechos individuales. La introducción del
término “pueblo” en cuanto a las antes llamadas “poblaciones
indígenas”, facilitó entender sus derechos como colectivos. De
especial importancia en este contexto es una decisión del Comité de
Derechos Humanos que generalmente sólo acepta reivindicaciones
individuales. Sin embargo, la Observación General No. 23 del Comité
(1994) introduce que en el caso de los pueblos indígenas, la
preservación del uso de sus tierras puede convertirse en un elemento
esencial del ejercicio de sus derechos culturales, por lo que el Comité
admite en estos casos reivindicaciones en nombre del grupo indígena
afectado en su conjunto. 8


8 Asbjorn Eide. Comentario acerca de la Declaración de las naciones Unidas sobre los derechos de las

personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas.


E/CN.4/Sub.2/AC.5/2001/2, Numerales 15 al 18.
OJO AL DATO

“ Los pueblos indígenas no estuvieron en la mira de la comunidad


internacional hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Su
comprensión inicial como minorías estuvo en la lógica de entonces
que las minorías a lo largo deben integrarse y ser integradas en la
vida nacional sin discriminación. Fue la lucha de los propios pueblos
indígenas y la mayor investigación de sus circunstancias especiales
en el marco de las Naciones Unidas a través de diferentes relatores,
las que impulsaron una nueva visión sobre la materia que hoy está
plasmada en el Convenio 169 de la OIT y los borradores de las
Declaraciones Universal e Interamericana sobre los derechos de los
pueblos indígenas “.

2.6. IDENTIDAD INDÍGENA

La conciencia de los grupos e individuos sobre su propia identidad


indígena es el criterio fundamental para determinar los grupos a los
que se aplican las disposiciones del Convenio. La auto-identificación
considera el sentimiento de pertenencia cultural, de cosmovisión,
espiritualidad y valores compartidos aparte del idioma, territorio
común, historia y pertenencia étnica. Es uno de los principales logros
del Convenio, en el sentido que permite respetar al individuo dentro
de la comunidad y a la comunidad como la organización social y
referencia cultural de sus miembros.

En segundo lugar, historia, territorio, lengua, cosmovisión –entre


otros- se ven a través del tiempo y espacio, para establecer la
identidad más allá de fenotipos y apariencias físicas, culturalismos y
folklore, construidos por las ciencias sociales de influencia occidental.

La discusión al respecto fue amplia: Sobre el artículo 1.2 del


Convenio 169 el Consejo Mundial de Pueblos Indígenas se refirió “...a
aquellos que guardan continuidad histórica con las sociedades
anteriores a la conquista y que se consideran diferentes de otros
sectores de la nación en razón de su identidad cultural”.

Esta definición se discutió profundamente en la Subcomisión de


Derechos Humanos de las Naciones Unidas convocada al efecto
sobre el concepto de identidad. Uno de los principales miembros de
dicha Subcomisión es el Consejo Mundial de Pueblos Indígenas, en
cuya ponencia señala que el derecho de definir quién es persona
indígena se reserva a los propios indígenas: “bajo ninguna
circunstancia debemos permitir que unas definiciones
artificiales...nos digan quienes somos”.

Por su lado José Emilio Rolando Ordóñez Cifuentes, en su Libro Por


su lado José Emilio Rolando Ordóñez Cifuentes, en su Libro
“Conceptualizaciones jurídicas en el Derecho Internacional
“Conceptualizaciones jurídicas en el Derecho Internacional Público
Moderno y la Sociología del Derecho: Indio, Pueblo y Público
Moderno y la Sociología del Derecho: Indio, Pueblo y Minorías”
escribe que Minorías” escribe que “La condición indígena no se
determina por contenidos biológicos ni tampoco culturales fijos, sino
que la cultura y el fenotipo varían entre los pueblos indios, y lo
fundamental es la auto identificación y la conciencia de una
continuidad histórica con el pasado. Lo anterior va encaminado a
evitar las trampas legales que vienen usando nuestros etnocráticos
Estados para negarles la propia condición de indios a los indios.”9

En 1995 el Grupo de Trabajo sobre las Poblaciones Indígenas se


adoptó cuatro principios que debían tenerse en cuenta en toda
posible definición de pueblos indígenas:

a) la prioridad en el tiempo por lo que respecta a la ocupación y el


uso dedeterminado territorio;
b) la perpetuación voluntaria de la distinción cultural, que puede
incluir los aspectos del idioma, la organización social, la religión y los
valores espirituales, los modos de producción, las leyes e
instituciones;
c) la conciencia de la propia identidad, así como su reconocimiento
por otro grupos, o por las autoridades estatales, como una
colectividad distinta; y
d) una experiencia de sometimiento, marginación, desposeimiento,
exclusión o discriminación, independientemente de que estas
condiciones persistan o no.

Por su parte, el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos


Indígenas da una definición muy completa que ha de entenderse de
Identidad en el contexto del proceso de paz de Guatemala:


9 José Emilio Rolando Ordóñez Cifuentes, “Conceptualizaciones jurídicas en el Derecho Internacional

IiiIPúblico Moderno y la Sociología del Derecho: Indio, Pueblo y Minorías”.


La identidad de los pueblos es un conjunto de elementos que los
definen y, a su vez, los hacen reconocerse como tal. Tratándose de
la identidad maya, que ha demostrado una capacidad de resistencia
secular a la asimilación, son elementos fundamentales:

a) La descendencia directa de los antiguos mayas;


b) Idiomas que provienen de una raíz maya común;
c) Una cosmovisión que se basa en la relación armónica de todos los
elementos del universo, en el que el ser humanos es sólo un
elemento más, la tierra es la madre que da la vida, y el maíz es un
signo sagrado, eje de su cultura. Esta cosmovisión se ha transmitido
de generación en generación a través de la producción material y
escrita y por medio de la tradición oral, en la que la mujer ha jugado
un papel determinante;
d) Una cultura común basada en los principios y estructuras del
pensamiento maya, una filosofía, un legado de conocimientos
científicos y tecnológicos, una concepción artística y estética propia,
una memoria histórica colectiva propia, una organización comunitaria
fundamentada en la solidaridad y el respeto a sus semejantes, y una
concepción de la autoridad basada en valores éticos y morales; y
e) La autoidentficación.

2.7. EL SISTEMA DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Y LA


IDENTIDAD CULTURAL INDÍGENA

Con demasiada frecuencia, la sociedad más amplia ha adoptado la


postura de que las instituciones sociales indígenas son contrarias al
interés nacional o, lo que es aún peor, moralmente reprensibles. Por
lo tanto, en numerosos países los sistemas de costumbre indígena
no cuentan con ninguna forma de reconocimiento oficial del Estado.
De la misma manera, varias veces son cuestionadas las prácticas
tradicionales desde el punto de vista de los derechos humanos.

El Proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre los


derechos de los pueblos indígenas establece al respecto que:

“Los pueblos indígenas tienen derecho a promover, desarrollar y


mantener sus estructuras institucionales y sus costumbres,
tradiciones, procedimientos y prácticas jurídicas características, de
conformidad con las normas de derechos humanos
internacionalmente reconocidas.”
Pregunta el Relator Especial sobre la situación de los derechos y
libertades fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhagen:

¿Qué relación guardan los diversos arreglos relativos al gobierno


propio a nivel local entre los pueblos indígenas con el ejercicio de sus
derechos civiles y políticos? ¿Cómo ha afectado la legislación
reciente a la protección y el disfrute de esos derechos? Cuando el
gobierno propio de los indígenas difiere de las estructuras
constitucionales del gobierno municipal ¿Cómo queda afectada la
situación de las comunidades indígenas en lo que se refiere a los
derechos humanos? Sobre este tema, al igual que sobre los que han
mencionado anteriormente, la bibliografía es, en el mejor de los
casos, fragmentaria y hay pocas pruebas que apoyen ninguna
conclusión de gran alcance. El Relator Especial propone abordar esta
cuestión en un marco comparativo desde la perspectiva de los
derechos humanos y la gobernanza democrática y volverá a informar
a la Comisión en el futuro.

Esta situación justificaría esfuerzos especiales de investigación y


diálogo y, a la vez, demanda que las dudas que existen sobre el
respecto sean fundamentadas y puesto en el contexto de una
reflexión más amplia que parte del respeto de los derechos humanos
de los indígenas.

El sistema de administración de justicia se ve ante el reto de


contextualizar el respeto de la identidad cultural de los indígenas que
se manifestaría en el respeto a sus autoridades, prácticas culturales
y su espiritualidad con una auténtica práctica de los derechos
humanos. Del Convenio 169 surge la obligación de la protección de
que personas o comunidades indígenas puedan conservar su
identidad cultural.

3. NORMAS APLICABLES

3.1. Normas internacionales

Historia

El Derecho Internacional ha legislado la protección de las minorías


desde principios del Siglo XX. Entre los más lejanos antecedentes,
está el artículo 23 del Pacto de la Sociedad de las Naciones, que se
refería a la necesidad de crear condiciones de trabajo justas y
humanas para hombres, mujeres y niños, sin distinción.

Del Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial,


surgió entre otras, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y
posteriormente la labor de la Liga de las Naciones, que contribuyó a
la protección de las minorías étnicas, idiomáticas o religiosas
absorbidas por los nuevos Estados surgidos en la posguerra. Las
Potencias Aliadas fomentaron la celebración de tratados especiales
orientados a la protección de estas minorías. El primero fue firmado
por los Aliados con Polonia, en Versalles, el 29 de junio de 1919 que
sirvió de modelo a los subsiguientes temas en este campo.

Los signatarios se comprometieron a preservar la integridad étnica,


idiomática y religiosa, incluyendo el derecho al uso oficial de su
lengua, el de mantener escuelas y el de practicar su religión. Una
cláusula especial, declaraba el reconocimiento de que las normas
relacionadas con la protección de las minorías, constituían
obligaciones de carácter internacional, colocándolas bajo la
protección de la Liga de las Naciones, como sujetos de derechos
directamente, y no por medio del reclamo de su Estado, para ser
conocidas por un comité de la propia organización. El actual sistema
de denuncia de violaciones a los derechos humanos sigue ese
modelo, al reconocer al individuo como sujeto de Derecho
Internacional.

En 1966 se adoptó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos, que en su artículo 27 reconoce a las minorías étnicas,
religiosas e idiomáticas el respeto del derecho “que les corresponde,
en común con los demás miembros de su grupo a tener su propia
vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su
propio idioma.”

Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales, crea obligaciones positivas a cargo del Estado
para procurar que la población, sin distinciones de raza o de cualquier
índole, tenga una mejor educación, trabajo y salario justos, etc.,
aunque sin mencionar expresamente a las poblaciones autóctonas.
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial:

Artículo 2.

b) Cada Estado parte se compromete a no fomentar, defender o


apoyar la discriminación racial practicada por cualesquiera personas
u organizaciones;
d) Cada Estado Parte prohibirá y hará cesar por todos los medios
apropiados incluso, si lo exigieran las circunstancias, medidas
legislativas, la discriminación racial practicada por personas, grupos
u organizaciones;

Artículo 3.

Los Estados partes condenan especialmente la segregación racial y


el apartheid y se comprometen a prevenir, prohibir y eliminar en los
territorios bajo su jurisdicción todas las prácticas de esta naturaleza.

3.2. Normas Nacionales

Ley de Desarrollo Social.

Establece la necesidad de:

a) Promover el mejoramiento social, económico y cultural de la


población indígena con miras a elevar sus condiciones de vida y a
integrar las comunidades aborígenes al proceso de desarrollo;
b) Servir de instrumento de coordinación entre las distintas
instituciones públicas obligadas a la ejecución de obras y a la
prestación de servicios en beneficio de las comunidades indígenas.
4. ANEXO

4.1. Opinión Consultiva (Expediente 199-95) de la Corte de


Constitucionalidad (Acerca del Convenio 169 de OIT)

PRESENTAClON
El Congreso de la República solicitó a la Corte de Constitucionalidad Opinión
Consultiva sobre el CONVENIO 169 SOBRE PUEBLOS INDIGENAS Y
TRIBALES EN PAISES INDEPENDIENTES, con base en el artículo 171 de la
Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. Dicha opinión fue
emitida con fecha dieciocho de mayo del año en curso y es pronunciada en
audiencia pública solemne hoy, veinticinco del mismo mes y año, y será
publicada en el Diario Oficial como lo establece la ley de la materia.

Guatemala es un país unitario, pluricultural, multiétnico y multilingüe, lo que


evidencia la relevancia del tema en la realidad guatemalteca. Por la
trascendencia histórica que para Guatemala tiene el mismo, reviste especial
importancia la divulgación, tanto del Convenio 169 como de la Opinión Consultiva
que se emite, por lo que la Corte de Constitucionalidad ha considerado útil hacer
la presente publicación, para que el mayor número de guatemaltecos tenga
acceso al conocimiento de los mismos.

La Corte de Constitucionalidad considera que sólo con base en estudios


profundos, serenos y objetivos sobre temas de esta naturaleza, se puede llegar
a un conocimiento verdadero de problemas reales que se relacionan con el
desarrollo y la paz de nuestros pueblos, en los que se encontrarán los elementos
necesarios para formar criterios o juicios constructivos sobre los mismos.

Considera la Corte de Constitucionalidad que con la Opinión Consultiva que


emite sobre la constitucionalidad del Convenio 169, está cumpliendo con su
función esencial de la defensa del orden constitucional, al aportar análisis y
conclusiones suficientemente razonadas, que en forma clara y precisa
contribuyan a que se interprete adecuadamente a la luz de la Constitución
Política de Guatemala, el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en
Países Independientes, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
OPINION CONSULTIVA RELATIVA AL CONVENIO 169 SOBRE PUEBLOS
INDÍGENAS Y TRIBALES EN PAISES INDEPENDIENTES Y CONVENIO No.
169 (OIT)

EXPEDIENTE 199-95

En el expediente 199-95, en opinión dictada el 18 de mayo de 1995 la Corte de


Constitucionalidad emitió Opinión Consultiva en cuanto a la consulta realizada
por el Congreso de la República sobre la Constitucionalidad del contenido de las
normas del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD:

Guatemala, dieciocho de mayo de mil novecientos noventa y cinco

I. SOLICITUD DE OPINION CONSULTIVA:

El Congreso de la República en ejercicio de la facultad que le confiere el artículo


171 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad,
compareció ante esta Corte para solicitar, a través de su Presidente, opinión
consultiva y para el efecto formuló la pregunta sobre "LA
CONSTITUCIONALIDAD DEL CONTENIDO DE LAS NORMAS DEL
CONVENIO 169 DE LA ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO,
SOBRE PUEBLOS INDÍGENAS Y TRIBALES EN PAISES
INDEPENDIENTES."

II. RAZONES DE LA CONSULTA:

El Presidente del Congreso de la República expone que la solicitud que antecede


la fórmula por mandato del Pleno del mencionado Organismo del Estado,
contenido en la moción privilegiada aprobada el cuatro de abril del año en curso
y que transcrita en su parte conducente dice: "MOCION PRIVILEGIADA:
CONSIDERANDO: Que el proyecto de Decreto que aprueba el Convenio 169 de
la Organización Internacional del Trabajo -OIT- sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en Países Independientes, se encuentra en su proceso de aprobación
ante el Pleno del Congreso de la República, sin que esta legislatura haya tenido
la posibilidad de discutirlo, en virtud de que cuando asumió, dicho proyecto se
encontraba ya en la fase final de su adopción, habiendo sido ya conocido en
tercera lectura; es procedente, previo a su discusión por artículos y redacción
final, conocer la opinión consultiva de la Corte de Constitucionalidad, sobre los
distintos aspectos que contiene dicho proyecto y sus implicaciones con respecto
a la Constitución y leyes vigentes. POR LO ANTERIOR, SOLICITAMOS: Que
por conducto de la Presidencia del Congreso de la República y conforme lo
determinan los artículos 171 y 172 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad, se solicita la opinión consultiva de la Corte de
Constitucionalidad sobre el contenido del Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo, -OIT- sobre Pueblos Indígenas y Tribales, para que
específicamente opine sobre: "LA CONSTITUCIONALIDAD DEL CONTENIDO
DE LAS NORMAS DEL CONVENIO 169 DE LA ORGANIZACIÓN
INTERNACIONAL DEL TRABAJO, SOBRE PUEBLOS INDíGENAS Y
TRIBALES EN PAISES INDEPENDIENTES."

III. LEGITIMACION DEL CONGRESO DE LA REPUBLICA PARA SOLICITAR


LA OPINION CONSULTIVA.

El Congreso de la República está legitimado para someter a consulta de esta


Corte las dudas que se le presenten, que impliquen interpretación de la
Constitución Política de la República y, para el efecto, solicitar la opinión de la
misma, con base en lo que dispone el artículo 171 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, que textualmente dice: "Podrán
solicitar la opinión de la Corte de Constitucionalidad, el Congreso de la
República, el Presidente de la República y la Corte Suprema de Justicia."

IV. COMPETENCIA DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD PARA


EVACUAR LA CONSULTA.

La Corte de Constitucionalidad es un Tribunal colegiado, permanente, de


jurisdicción privativa, que tiene como función esencial la defensa del orden
constitucional y para su cumplimiento la Constitución y la ley de la materia le
asignan funciones específicas; los artículos 268 y 272 inciso e) de la Constitución
Política de la República y 149, 163 inciso e), 171, 172 y 175 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad establecen el marco jurídico dentro
del cual está comprendida la opinión consultiva "sobre la constitucionalidad de
los tratados, convenios y proyectos de ley, a solicitud de cualquiera de los
Organismos del Estado". En consecuencia, atendiendo a la solicitud que le hace
el Congreso de la República a la Corte, ésta determina su competencia para
evacuar la consulta, por lo que procede al análisis de la misma y emite su opinión.

V. ANTECEDENTES RELACIONADOS CON EL CONVENIO 169 DE LA


ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO -OIT-.

ORIGEN Y CONTENIDO GENERAL

La septuagésima sexta Conferencia Internacional del Trabajo, reunida en junio


de mil novecientos ochenta y nueve, en Ginebra, Suiza, consideró que en
muchas partes del mundo los pueblos indígenas y tribales no gozaban de los
derechos humanos fundamentales en el mismo grado que el resto de la
población, por lo que decidió adoptar el Convenio ciento sesenta y nueve (169),
"Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes".

Este Convenio revisa normas anteriores de la Organización Internacional del


Trabajo OIT-, especialmente el Convenio ciento siete (107), de mil novecientos
cincuenta y siete, y se aplica de conformidad con su artículo 1 a los pueblos
tribales de países independientes, cuyas condiciones sociales, culturales y
económicas les distingan de otros sectores y también a los pueblos en países
independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de
poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que
pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del
establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su
situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones sociales,
económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.

El Convenio 107 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, no obstante


contener casi los mismos principios de reconocimiento de los derechos de las
poblaciones indígenas y tribales en países independientes, en su contexto se
fundamentaba básicamente en la teoría ya superada de la integración social de
dichos pueblos, o sea, la que mediante acciones paternalistas trataba de lograr
su asimilación o incorporación, es decir, que los indígenas al asumir la calidad
de ciudadanos tenderían a desaparecer como tales.

Por el contrario, el Convenio 169 de la OIT, aporta nuevos elementos eficaces


para remover los obstáculos que impiden a los pueblos indígenas gozar de los
derechos humanos y libertades fundamentales, en el mismo grado que el resto
de la población; por una parte, se promueve el respeto a su cultura, religión,
organización social y económica y a su identidad propia como pueblos, lo que
ningún Estado democrático de derecho o grupo social puede negarles; y, por la
otra, incorpora el mecanismo de la participación y consulta con los pueblos
interesados, a través de sus organizaciones o de sus representantes, en el
proceso de planificación, discusión, ejecución y toma de decisiones sobre los
problemas que les son propios, como forma de garantizar su integridad, el
reconocimiento, respeto y fomento de sus valores culturales, religiosos y
espirituales.

Lo anteriormente señalado significa que el Convenio 169 de la OIT constituye el


instrumento jurídico internacional mediante el cual la Organización Mundial de
las Naciones Unidas (ONU), a través de su organismo especializado,
Organización Internacional del Trabajo -OIT- y en el marco de su competencia,
reitera los principios de la Carta y demás tratados, convenios y declaraciones
que en materia de derechos humanos y libertades fundamentales ha adoptado
la comunidad internacional para reafirmar, fomentar y extender el goce efectivo
de esos derechos a los pueblos indígenas y tribales en los países independientes
que, a la vez, forman parte de la población en general de los Estados miembros
de la Organización de las Naciones Unidas.

VI. MARCO CONSTITUCIONAL GUATEMALTECO

La Constitución Política de la República regula en la Sección Tercera del Capitulo


II, Título II, lo relativo a "Comunidades Indígenas", estableciendo que Guatemala
está formada por diversos grupos étnicos, entre los que figuran los grupos
indígenas de ascendencia maya, señalando que el Estado reconoce, respeta y
promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización
social, el uso de trajes indígenas, sus idiomas y dialectos.
El artículo 67 de la Constitución de Guatemala establece que gozarán de
especial protección del Estado, asistencia crediticia y de técnica preferencial,
que garanticen su posesión y desarrollo, las tierras de las cooperativas,
comunidades indígenas o cualesquiera otras formas de tenencia comunal o
colectiva de propiedad agraria, para asegurar a los habitantes una mejor calidad
de vida. También señala que las comunidades indígenas que tengan tierras que
históricamente les pertenecen y que tradicionalmente han administrado en forma
especial mantendrán ese sistema.

La Constitución contempla en el artículo 68 que mediante programas especiales


y legislación adecuada, el Estado proveerá de tierras estatales a las
comunidades indígenas que las necesiten para su desarrollo.

En el artículo 69 establece que las actividades laborales que impliquen traslación


de trabajadores fuera de sus comunidades, gozarán de protección y legislación
que aseguren las condiciones adecuadas de salud, seguridad y previsión social,
que impidan el pago de salarios no ajustados a la ley, la desintegración de esas
comunidades y en general todo trato discriminatorio. Por último, el artículo 70 de
la Constitución prevé que una ley a la fecha no emitida regulará lo relativo a esa
sección, es decir, a la protección de los grupos étnicos, a las tierras y
cooperativas agrícolas indígenas y a su calidad como trabajadores.

Por otra parte, Guatemala ha suscrito, aprobado y ratificado varios tratados y


convenios internacionales, que forman parte de su legislación, en los que se
reconocen los derechos humanos y las libertades fundamentales, encontrándose
dentro de ellos la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de
Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Este último, en el artículo 27,
dispone que "En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o
lingüísticas, no se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el
derecho que les corresponde en común con los demás miembros de su grupo, a
tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear
su propio idioma.

Finalmente, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las


Formas de Discriminación Racial, ratificada también por Guatemala, con fecha
treinta de noviembre de mil novecientos ochenta y dos, en el artículo 5 garantiza
el derecho de toda persona de igualdad ante la ley, sin distinción de raza, color
y origen nacional o étnico, y particularmente, los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales que en particular se determinan en dicha
Convención.

VII. REGULACION CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS INDÍGENAS EN


ALGUNOS PAISES DE AMERICA LATINA

En casi todos los Estados latinoamericanos caracterizados por su unidad


nacional multiétnica, pluricultural y multilingüe y aun antes de haber suscrito,
aprobado y ratificado el Convenio 169 sobre pueblos indígenas, ya habían
incorporado en sus textos constitucionales normas similares a las que contiene
dicho Convenio, dirigidas a promover el respeto a la cultura, religión,
organización social y económica y a la identidad propia de los pueblos indígenas
y a incorporar mecanismos de participación y consulta de esas comunidades en
la solución de los problemas que les afecten, sin que tal determinación haya
producido consecuencias o efectos desfavorables para la unidad nacional, la
integridad territorial o la paz social de esos Estados. Entre los Estados
latinoamericanos que han constitucionalizado preceptos sobre los derechos y la
identidad de los pueblos indígenas podemos mencionar:

A) Argentina:

La Constitución de la Nación Argentina, promulgada el veintidós de


agosto de mil novecientos noventa y cuatro, en su artículo 75,
establece dentro de las atribuciones del Congreso, en el inciso 17,
la obligación de este órgano de reconocer la preexistencia étnica y
cultural de los pueblos indígenas argentinos. Así como garantizar
el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e
intercultural; reconocer la personeria jurídica de sus comunidades
y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que
tradicionalmente ocupan; regular la entrega de otras aptas y que
sean suficientes para el desarrollo humano; estableciendo que
ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de
gravámenes o embargos; deberá asegurar su participación en la
gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses
que los afecten.

B) Colombia:

Colombia, de conformidad con su Constitución Polftica,


promulgada en el año de 1991, es un Estado social de derecho,
organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con
autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa
y pluralista. Dentro de su organización como República unitaria,
establece que el "Estado reconoce y protege la diversidad étnica y
cultural de la Nación colombiana"; reconoce que "el castellano es
el idioma oficial de Colombia. Las lenguas y dialectos de los grupos
étnicos son también oficiales en sus territorios. La enseñanza que
se imparta en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias
será bilingüe". Con los artículos citados puede establecerse que la
República de Colombia, constituyendo una unidad, permite que en
los "territorios" en los que existan grupos étnicos éstos mantengan
sus propios dialectos, culturas, tradiciones y costumbres, sin que
por ello se menoscabe esa unidad que la conforma.
C) Ecuador:

El Ecuador, de conformidad con su Constitución, reformada en el


año de 1983, es un Estado soberano, independiente, democrático
y unitario. Dentro de esa unidad reconoce como idioma oficial el
castellano, estableciendo que el quichua y las demás lenguas
aborígenes forman parte de la cultura nacional. Prevé que en los
sistemas de educación que se desarrollen en las zonas
de predominante población indígena, se utilizará como lengua
principal de educación el quichua o la lengua de la cultura
respectiva; y el castellano, como lengua de relación
intercultural. Si bien oficializa el castellano, establece que éste
será una lengua de relación intercultural, reconociendo la
importancia de las restantes lenguas aborígenes.

D) Nicaragua:

La Constitución Política de la República de Nicaragua, promulgada


el diecinueve de noviembre mil novecientos ochenta y seis,
establece que esa República se constituye como un Estado
independiente, libre, soberano, unitario e indivisible. Reconoce que
el idioma oficial del Estado es el español, sin embargo, dentro de
esa unidad e indivisibilidad reconoce también que "Las lenguas
de las Comunidades de la Costa Atlántica de Nicaragua
también tendrán uso oficial en los casos que establezca la
ley".

Por otra parte, en su artículo 180 establece que las Comunidades


de la Costa Atlántica tienen el derecho de vivir y desarrollarse bajo
las formas de organización social que corresponden a sus
tradiciones históricas y culturales", todo esto dentro del Estado del
que forman parte, garantizándoseles también el disfrute de sus
recursos naturales, la efectividad de sus formas de propiedad
comunal y la libre elección de sus autoridades y representantes.
Asimismo, garantiza la preservación de sus culturas, lenguas,
religiones y costumbres.

E) Paraguay:

La Constitución del Paraguay, promulgada el veinte de junio de mil


novecientos noventa y dos, que define en su artículo 1 a la
República del Paraguay como un Estado social de derecho,
unitario, indivisible y descentralizado, es el cuerpo normativo que
desarrolla con mayor amplitud en América Latina los derechos de
los pueblos indígenas y el de preservar su identidad étnica en su
respectivo hábitat, en la forma siguiente: a) el artículo 62 reconoce
la existencia de los pueblos indígenas; b) el artículo 63 reconoce y
garantiza el derecho de éstos a preservar y a desarrollar su
identidad étnica en el respectivo hábitat; teniendo el derecho a
aplicar sus sistemas de organización política, social, económica,
cultural y religiosa, pudiéndose sujetar a sus normas
consuetudinarias para la regulación de la convivencia interna,
siempre que no atenten contra los derechos fundamentales
establecidos en la Constitución. En los conflictos jurisdiccionales,
se tendrá en cuenta el derecho consuetudinario indígena; c) el
artículo 64 garantiza el derecho de los pueblos indígenas a la
propiedad comunitaria de la tierra; proveyéndoles gratuitamente el
Estado de esas tierras, las cuales serán inembargables,
indivisibles, intransferibles, imprescriptibles, no susceptibles de
garantizar obligaciones contractuales ni de ser arrendadas;
asimismo estarán exentas de tributos; prohibiendo la remoción o
traslado de su hábitat sin el expreso consentimiento de los mismos;
d) el artículo 65 garantiza el derecho de los pueblos indígenas a
participar en la vida económica, social, cultural y política del país
de acuerdo con sus usos consuetudinarios, con la Constitución y
las leyes; e) el artículo 66 prevé que el Estado respetará las
peculiaridades de los pueblos indígenas, especialmente lo relativo
a la educación formal, atendiendo la defensa contra la regresión
demográfica, la depredación de su hábitat, la contaminación
ambiental, la explotación económica y la alienación cultural; f) el
artículo 67 establece que se exonera a los miembros de los pueblos
indígenas de prestar servicios sociales, civiles o militares así como
de las cargas públicas que establezca la ley; g) el artículo 77 regula
lo relativo a la enseñanza en los comienzos del proceso escolar, la
cual se realizará en la lengua oficial materna del educando; h) el
artículo 140 establece que el Paraguay es un país pluricultural y
bilingüe, y que sus idiomas oficiales son el castellano y el guaraní.

F) Perú:

La República de Perú, de conformidad con su Constitución Política


del año de 1993, es democrática, social, independiente y soberana.
Establece en su artículo 43 que el Estado es uno e indivisible.
Dentro de la unidad del Estado que se reconoce a la República del
Perú, éste establece que toda persona tiene derecho a su identidad
étnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica
y cultural de la nación. Señala también que todo peruano tiene
derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante
un intérprete. (Artículo 2 inciso 19). El Estado se compromete a
fomentar la educación bilingüe e intercultural, según las
características de cada zona, preservando las diversas
manifestaciones culturales y lingüísticas del país, promoviendo la
integración nacional. (Artículo 17). La Constitución peruana
reconoce la existencia legal y otorga la calidad de personas
jurídicas a las comunidades campesinas y las nativas;
reconociéndoles también autonomía en su organización, trabajo
comunal, uso y libre disposición de sus tierras y propiedad de las
mismas. Permite a sus autoridades que con el apoyo de las Rondas
Campesinas puedan ejercer las funciones jurisdiccionales dentro
de su ámbito territorial de conformidad con el derecho
consuetudinario.

En adición a los preceptos constitucionales citados, es de resaltar


la reciente labor que por la vía de la legislación ordinaria vienen
desarrollando en reconocimiento y respeto de los derechos y la
identidad de los pueblos indígenas países como México, Argentina,
Brasil y Chile, así como los demás Estados que a la fecha han
ratificado o aprobado el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo: Noruega, Dinamarca, México, Colombia,
Bolivia, Argentina, Costa Rica, Paraguay, Perú y Honduras.

VIII. ANALISIS DE LA CONSTITUCIONALIDAD DEL CONVENIO 169 DE LA


ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO -OIT-

Para realizar el análisis de la constitucionalidad del Convenio 169 mencionado,


por razón de método, se analizará éste en forma global y, posteriormente, cada
una de las partes que lo integran a efecto de determinar su conformidad o
disconformidad con la Constitución.

En cuanto al primer aspecto, es decir, su estudio en conjunto, es necesario,


previamente a analizarlo, determinar el lugar que el Convenio ocupa dentro del
ordenamiento jurídico y su posición respecto de la Constitución para dilucidar si,
en un momento determinado, podría substituir aspectos de la norma suprema
por contradecirla, como se ha expuesto por algunos sectores. A ese respecto,
cabe afirmar que se reconoce en el artículo 46 de la Constitución el principio
general de que en materia de derechos humanos los tratados y convenciones
aceptados y ratificados por Guatemala tienen preeminencia sobre el derecho
interno. Al respecto, esta Corte ha considerado que la Constitución debe
interpretarse como un conjunto armónico, en el que cada parte se interpreta en
forma acorde con las restantes, que ninguna disposición debe ser considerada
aisladamente y que debe preferirse la conclusión que armonice y no la que
coloque en pugna a los distintos preceptos del texto constitucional. En primer
término, el hecho de que la Constitución haya establecido esa supremacía sobre
el derecho interno, debe entenderse como su reconocimiento a la evolución en
materia de derechos humanos, pero su jerarquización es la de ingresar al
ordenamiento jurídico interno aquellas normas que superen al reconocimiento
explícito de los derechos que ella posee, pero nunca con potestad reformadora
y menos derogatoria de sus preceptos por la eventualidad de entrar en
contradicción con normas de la propia Constitución, y este ingreso o recepción
a la legislación nacional se daría, por lo tanto, no por vía del artículo 46, sino por
la del primer párrafo del artículo 44, que dice: "Los derechos y garantías que
otorga la Constitución no excluyen otros que, aunque no figuren expresamente
en ella, son inherentes a la persona humana". Congruente con lo anterior la
Constitución garantiza su jerarquía y rigidez con las disposiciones de los artículos
44 párrafo tercero, 175 párrafo primero, 204 y las relativas a que únicamente el
poder constituyente o el procedimiento que establece el artículo 280 de la
Constitución tienen facultad reformadora de la misma. En armonía con esta tesis
esta Corte emitió la sentencia del diecinueve de octubre de mil novecientos
noventa, emitida dentro del expediente 280-90, Gaceta Jurisprudencial número
dieciocho, página noventa y nueve.

De manera preliminar puede afirmarse que el Convenio 169 de la OIT, en su


conjunto, no contraviene la Constitución, ya que no regula ninguna materia que
colisione con la ley fundamental sino que, al contrario, trata aspectos que han
sido considerados constitucionalmente como llamados a desarrollarse a través
de la legislación ordinaria.

De conformidad con el artículo 66 de la Constitución, el Estado de Guatemala,


debe reconocer, respetar y promover las formas de vida, costumbres,
tradiciones, formas de organización social, el uso de trajes indígenas, idiomas,
dialectos de los pueblos indígenas, cuyo fin es mantener los factores que tienden
a conservar su identidad, entendiéndose ésta como el conjunto de elementos
que los definen y, a la vez, los hacen reconocerse como tal.

El Convenio 169 de la OIT versa sobre pueblos indígenas y tribales en países


independientes; Guatemala se caracteriza sociológicamente como un país
multiétnico, pluricultural y multilingüe, dentro de la unidad del Estado y la
indivisibilidad de su territorio, por lo que al suscribir, aprobar y ratificar el
Convenio sobre esa materia, desarrolla aspectos complementarios dentro de su
ordenamiento jurídico interno y que en forma global no contradicen ningún
precepto constitucional.

Para determinar si las normas que integran el referido Convenio, se encuentran


conformes con la Constitución, esta Corte estima que la normas del mismo que
reconocen derechos comunes a todos los habitantes no contradicen la
Constitución. En lo que respecta a otras normas se analizará cada una de las
partes del mismo:

A) Respecto de la Parte 1, "Política General", se ha discutido su


constitucionalidad debido a que en la misma se menciona que se aplicará el
Convenio a los pueblos con identidad e instituciones propias; lo que, se ha
argumentado, podría afectar la unidad del territorio, debido a que se ha
considerado que la existencia de un "pueblo" crea el derecho de su
autodeterminación, y esto atentaría contra la indivisibilidad del territorio del que
forma parte.

A ese respecto cabe considerar que el Convenio 169, en su denominación,


claramente expresa que versa "Sobre pueblos indígenas y tribales
en países independientes", lo que se ratifica en el artículo 1. Por otra parte, se
especifica que el término "pueblo" no deberá interpretarse en el sentido de que
tenga implicación alguna en lo que atañe a los derechos que pueda conferirse a
dicho término en el Derecho Internacional, sino que debe entenderse como
"pueblo", según los conceptos del propio Convenio, aquellos sectores o grupos
de la colectividad cuyas condiciones sociales, culturales y económicas les
distingan del resto de la sociedad, y que estén regidos por sus propias
costumbres o tradiciones, así como los que desciendan de poblaciones que
habitaban en el país o en una región geográfica a la que perteneció el país en la
época de la conquista o colonización.

De lo anterior puede establecerse que se refiere a países independientes,


aplicándose a ciertos sectores de la sociedad de esos países, que por reunir
determinadas características pueden calificarse como pueblos para los fines del
Convenio, manteniendo de esa manera la unidad del Estado.

Respecto al derecho de libre determinación que erróneamente se atribuye a los


pueblos, a que se refiere el Convenio, cabe considerar qué debe entenderse por
libre determinación y a quiénes es aplicable ese derecho.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobados y ratificados por
Guatemala disponen que todos los pueblos tienen derecho a su libre
determinación y, en virtud de este derecho, establecen libremente su condición
política y proveen, asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.
Además, la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de la Organización de
Naciones Unidas, del catorce de diciembre de mil novecientos sesenta, que
contiene la Declaración sobre la Concesión de la Independencia de los Países y
Pueblos Coloniales, regula el derecho de autodeterminación de los pueblos,
reservando el ejercicio de este derecho a los habitantes de los territorios no
autónomos o bajo administración fiduciaria, pero hace expresa excepción de
que no es aplicable ese principio a los pueblos de
los países independientes ni puede atentar contra la integridad territorial
de los Estados.

En consecuencia, el referido principio de autodeterminación no es aplicable a los


pueblos a que el Convenio se refiere, ya que éste expresamente dispone que el
ámbito personal y espacial de aplicación se circunscribe a pueblos indígenas y
tribales de países independientes, por lo que dicho Convenio no atenta contra la
unidad ni la integridad territorial de los Estados de que forman parte esos
pueblos.

Los artículos 2, 3, 4 y 5 tienden a asegurar los derechos humanos y libertades


fundamentales de los integrantes de los pueblos indígenas y tribales, sin incurrir
en discriminación, reconociendo los valores, costumbres e ideales que les son
propios, lo que guarda armonía con los preceptos constitucionales contenidos en
los artículos 66, 67, 68 y 69.

El artículo 6 del Convenio establece que al aplicar las disposiciones del mismo,
los gobiernos deberán consultar a los pueblos interesados, al prever medidas
que les afecten, permitiendo la participación libre de los integrantes de dichos
pueblos, a los efectos de alcanzar consensos mediante el diálogo, la negociación
y la concertación, tal como se procede en casos similares con otros sectores de
la sociedad. La Constitución prevé mecanismos de participación democrática a
través de los cuales los ciudadanos pueden pronunciarse en cuestiones de
elección de autoridades, respecto de decisiones de especial trascendencia y en
aquellos casos en que se haga necesaria su participación en planes de
desarrollo urbano y rural, por lo que la participación en la planificación, discusión
y toma de decisiones de los problemas que le conciernen a un pueblo indígena
no vulnera ningún precepto constitucional, sino que reafirma y afianza los
principios democráticos sobre los que se asienta el Estado de Guatemala.

En lo referente a los artículos que conforman el Convenio en general, cabe


resaltar el aspecto promocional o programático de algunas de sus normas, cuya
concreción y desarrollo requiere de sucesivas disposiciones legislativas,
administrativas y de gobierno, lo que concuerda con lo ordenado por el artículo
70 de la Constitución. Además, las normas del Convenio consideran una
aplicación flexible y conforme a los derechos fundamentales definidos por el
sistema jurídico nacional e internacional y tomando en cuenta las condiciones
propias de cada país.

Así, el artículo 7 del Convenio establece que los pueblos interesados deberán
tener el derecho de decidir sus propias prioridades... y de controlar, "en la medida
de lo posible", su propio desarrollo económico, social y cultural, lo que evidencia
que no constituye una norma preceptiva de aplicación inmediata e inflexible. El
artículo 8 del Convenio establece que se debe tomar en consideración el derecho
consuetudinario de los pueblos a conservar sus costumbres e instituciones
propias "siempre que éstas no sean incompatibles con los derechos
fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional ni con los derechos
humanos internacionalmente reconocidos", es decir, no existe incompatibilidad
con la Constitución.

El artículo 9 también contiene una norma en el mismo sentido, al establecer que


"en la medida en que ello sea compatible con el sistema jurídico nacional se
respetarán los métodos que estos pueblos utilicen para la represión de los
delitos". Como puede observarse, los artículos 8 y 9 al señalar la aplicación del
derecho consuetudinario lo hacen siempre dentro del marco del derecho
existente en el país de que se trate; así, el artículo 8 al señalar que al aplicar el
derecho a los pueblos interesados deberán tomarse en consideración sus
costumbres o derecho consuetudinario, no establece que se juzgará con base
en esas costumbres, sino que se tomarán en consideración éstas al momento
de juzgar. El artículo 9 al indicar que deberán respetarse los métodos que los
pueblos utilicen para la represión de los delitos prevé que esto será en la medida
en que ello sea compatible con el sistema jurídico nacional, y con los derechos
humanos internacionalmente reconocidos, por lo que si estos métodos los
contrarían no serán aplicables. En lo que respecta al artículo 10, al establecer
que "deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del
encarcelamiento", al imponérselas a los miembros de los pueblos indígenas,
debe entenderse también que se refiere a tipos de sanción distintos,
contemplados dentro de la legislación. Así puede mencionarse que en muchas
comunidades no se utiliza como sanción de un delito la cárcel sino medidas
reparadoras del daño, por lo que si estos mecanismos han sido eficaces en
ciertas comunidades podrían introducirse en la legislación para que se apliquen
a esos grupos indígenas; sin embargo, de no existir tipos de sanción diferentes
del encarcelamiento deberá aplicarse éste, pero al haber incorporado dentro de
la legislación otras sanciones diferentes al encarcelamiento deberá darse
preferencia a las mismas. De ninguna manera, podría pretenderse su aplicación,
si no existieran en la legislación.
Se ha argumentado que la sanción diferente a los miembros de los pueblos
indígenas, así como otras disposiciones del Convenio, vulneran el derecho de
igualdad reconocido constitucionalmente.

Esta Corte ha considerado en casos anteriores, que el derecho de igualdad


enunciado en el artículo 4o. de la Constitución, se traduce en que las personas
que se encuentran en determinada situación jurídica, tengan la posibilidad y
capacidad de ser titulares cualitativamente de los mismos derechos y contraer
obligaciones (...) este principio se refiere a que no debe darse un tratamiento
jurídico disímil a situaciones de hecho idénticas; de ahí que la garantía de
igualdad no se opone a que el legislador contemple la necesidad o conveniencia
de clasificar y diferenciar situaciones distintas y de darles un tratamiento diverso,
siempre que tal diferencia tenga una justificación razonable dentro del sistema
de valores que la Constitución consagra (...) la ley debe tratar de igual manera a
los iguales en iguales circunstancias; sin embargo, en el caso de variar las
circunstancias, de ser desiguales los sujetos o de estar en desigualdad de
condiciones, han de ser tratados en forma desigual... (Sentencia de esta Corte
del doce de enero de mil novecientos noventa y cinco, dictada dentro del
expediente número quinientos treinta y siete guión noventa y tres).

En consecuencia, al encontrarse los sujetos que integran un pueblo en


desiguales circuntancias que los que forman otros sectores de la sociedad
pueden ser tratados en forma diferente, sin que ello viole el artículo 4o. de la
Constitución.

B) La Parte II del Convenio, artículos 13 al 20, regula lo relativo a las Tierras,


reconociendo la especial relación que tienen los indígenas con las tierras y
territorios que ocupan o utilizan de alguna manera y, en particular, los aspectos
colectivos de esa relación. El concepto de tierras se refiere a los aspectos
jurídicos sobre ellas. Se establece que deberá reconocerse el derecho de
propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan; así como
el derecho de estos pueblos a no ser trasladados de esas tierras regulando que
cuando el traslado y reubicación de esos pueblos se consideren necesarios, sólo
deberán efectuarse con su consentimiento, debiendo regresar a sus tierras
tradicionales en cuanto dejen de existir las causas que motivaron el traslado y
reubicación; y si el retorno no fuere posible deberá compensárseles en los
términos contemplados en el Convenio. Se deberán prever sanciones contra
intrusiones no autorizadas a las tierras de su propiedad, tomando las medidas
para impedir tales infracciones. A ese respecto esta Corte puede afirmar que la
obligación de los gobiernos de respetar la importancia especial que para las
culturas reviste su relación con las tierras o territorios, así como el hecho de
reconocer a los pueblos interesados el derecho de propiedad y posesión de las
tierras que tradicionalmente ocupan, se encuentra concurrente con los preceptos
de los artículos 66, 67 y 68 de la Constitución. Además, los procedimientos a
utilizar para decidir las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos
interesados, deberán instituirse conforme al artículo 14 inciso 3 del Convenio, o
sea adecuados al marco del sistema jurídico nacional, por lo que estando
garantizada la propiedad privada como un derecho inherente a la persona en la
Constitución Política de la República (artículo 39), en el caso de que las tierras
que ocuparan los pueblos interesados fuesen propiedad de una persona distinta,
ésta tiene a su disposición medios legales para reivindicarlas y, para afectar su
derecho de propiedad, tendría que recurrirse a un procedimiento legal
establecido por la Constitución, el que en este caso podría ser la expropiación
por razones de utilidad colectiva, beneficio social o interés público (artículo 40),
porque de otra manera, conforme a la Constitución se encuentra prohibida la
confiscación de bienes, la que, por supuesto, tampoco está admitida por el
Convenio.

Se ha señalado que el hecho de que se regule en el inciso 3 del artículo 14 del


Convenio la necesidad de contemplar procedimientos adecuados para decidir
las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados, puede
contradecir la Constitución; sin embargo, puede resaltarse que el citado inciso
es claro al indicar que dichos procedimientos deberán instituirse "en el marco del
sistema jurídico nacional", por lo que no contradice de ninguna manera la
Constitución.

Se ha cuestionado que el Convenio en su artículo 13 establezca que el término


"territorio" debe incluirse dentro del término "tierras", porque el primero puede
tener una acepción más amplia. A ese respecto, cabe considerar que el mismo
artículo 13 dispone que el concepto "territorio", cubre la totalidad del hábitat de
las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera
y no debe dársele otra acepción. Además, dicho concepto es aplicable a los
artículo 15 y 16 del Convenio, que se refieren, el primero, a la protección de los
recursos naturales existentes en sus tierras y, el segundo, a las disposiciones
contenidas en los casos de traslados de las tierras que ocupan. En cuanto a la
participación en los beneficios derivados de la explotación de los recursos
naturales pertenecientes al Estado, ello tendrá efecto "siempre que sea posible."
Las disposiciones contenidas en los artículos anteriormente mencionados, que
integran la Parte II del Convenio no contradicen la Constitución.

C) La parte III del Convenio regula lo relativo a "Contratación y Condiciones de


Empleo", estableciendo que los gobiernos deberán evitar cualquier
discriminación entre los trabajadores pertenecientes a los pueblos interesados y
los demás trabajadores, así como en lo referente al acceso a empleos,
remuneraciones iguales por igual trabajo, asistencia médica y social, seguridad
e higiene en el trabajo, derecho de asociación y sindicalización. A ese respecto
puede afirmarse que esa parte se encuentra acorde a lo establecido en el artículo
69 de la Constitución y también a lo regulado en la Sección Octava del Capítulo
II, Título II del texto constitucional que trata lo relativo al trabajo y no contiene
ninguna discriminación ni limitación a los derechos ahí reconocidos a favor de
los trabajadores, y si así fuere devendría nulo conforme al artículo 106 de la
Constitución. Si el Convenio otorgara derechos adicionales o más beneficiosos
al trabajador, los mismos serian aplicables en virtud de que los consignados en
la Constitución constituyen los derechos sociales mínimos que fundamentan la
legislación del trabajo según el artículo 102 de la Constitución, cuyo inciso t)
preceptúa que lo establecido en Convenios y tratados internacionales en los que
el Estado participe, referentes a asuntos de trabajo y que concedan a los
trabajadores mejores protecciones o condiciones, se considerarán como parte
de los derechos mínimos de que gozan los trabajadores guatemaltecos. En
consecuencia de ninguna manera resultan contrarios a la Constitución los
preceptos consignados en la Parte III del Convenio.

D) La Parte IV, "Formación Profesional, Artesanía e Industrias Rurales",


establece la participación voluntaria de los miembros de los pueblos interesados
en programas de formación profesional de aplicación general, contemplando que
dichos miembros puedan disponer de medios de formación profesional por lo
menos iguales a los de los demás ciudadanos y, en su caso, programas que
respondan a necesidades especiales, creando para ello las condiciones y
mecanismos de participación con el objeto de lograr ese fin. Esta Corte considera
que con lo anterior se está tratando de lograr condiciones de igualdad para los
miembros de las comunidades indígenas, propiciando las decisiones tendentes
a obtenerlo, por lo que con ello no se viola la Constitución.

E) La Parte V regula la "Seguridad Social y Salud", preceptuando que los


regímenes de seguridad social deberán extenderse progresivamente a los
pueblos interesados y aplicárseles sin ninguna discriminación, atribuyéndoles
responsabilidades propias, así como la consideración de sus propias
condiciones tradicionales, económicas, geográficas, sociales y culturales, en lo
que respecta a servicios adecuados de salud, lo que armoniza con los artículos
98 y 100 de la Constitución.

F) La parte VI contiene lo referente a "Educación y Medios de Comunicación",


señalando en los artículos 27 y 28 que los programas y servicios de educación
destinados a los pueblos interesados deberán desarrollarse y aplicarse en
cooperación con estos últimos, a fin de responder a sus necesidades
particulares, y deberán abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus
sistemas de valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y
culturales; enseñarse a los niños a leer y escribir en su propia lengua indígena o
en la que más comunmente se hable en el grupo a que pertenezcan, tratando de
que los integrantes de estos grupos se encuentren por lo menos en condiciones
de igualdad con el resto de la comunidad. La regulación de esta parte y la anterior
coadyuva al cumplimiento del artículo 4o. de la Constitución, sin lesionar ningún
otro precepto de la misma. Además, al preverse la enseñanza de los niños en
sus propias lenguas, se desarrolla el precepto contenido en el artículo 66 de la
Constitución, que contiene la obligación del Estado en cuanto a respetar y
promover los idiomas y dialectos de los grupos indígenas.

G) La parte VII, "Contactos y Cooperación a través de las Fronteras", indica que


los gobiernos deberán tomar medidas apropiadas, incluso por medio de
acuerdos internacionales, para facilitar los contactos y la cooperación entre
pueblos indígenas y tribales a través de las fronteras, incluidas las actividades
en las esferas económica, social, cultural, espiritual y del medio ambiente, todo
ello tendente a lograr el mejor desarrollo de los citados pueblos, en las distintas
esferas de su vida, con lo que no se viola ninguna norma constitucional.

H) La parte VIII, "Administración", prevé las medidas que las autoridades


deberán adoptar para administrar los programas que afecten a los pueblos
interesados, con lo que se pretende hacer efectivos los términos del Convenio,
lo que no evidencia lesión a ninguna norma constitucional.
I) La parte IX, "Disposiciones Generales", establece que la naturaleza y alcance
de las medidas que se adopten para dar efecto al Convenio deberán
determinarse con flexibilidad, tomando en cuenta las condiciones propias de
cada país, lo que evidencia su constitucionalidad, toda vez que sus normas
deben irse desarrollando en la legislación nacional tomando en cuenta las
condiciones propias del país, lo que reafirma el carácter programático,
promocional y de principios del Convenio al establecer directrices de acción para
la futura labor del Estado, de conformidad con las disposiciones contenidas en
el Convenio 169 a fin de promover el respeto a los derechos y a la identidad de
los pueblos indígenas de Guatemala y promover la participación en el proceso
de planificación, discusión y solución de los problemas que les son propios a
esos pueblos, lo que no contradice sino que, por el contrario, viene a afianzar y
consolidar el sistema de valores que la Constitución proclama y reconoce,
especialmente en lo preceptuado por sus artículos 66, 67, 68 y 69.

CONCLUSION:

Como ha quedado expuesto, en el Convenio 169 de la Organización


Internacional del Trabajo, no existen disposiciones que puedan considerarse
incompatibles con el texto constitucional, pues interpretadas dichas normas
dentro del marco general de flexibilidad con que fue concebido, el citado
Convenio sólo puede producir las consecuencias favorables que se previeron
para promover el respeto a la cultura, la religión, la organización social y
económica y la identidad de los pueblos indígenas de Guatemala así como la
participación de ellos en el proceso de planificación, discusión y toma de
decisiones sobre los asuntos propios de su comunidad.

Guatemala, ha suscrito, aprobado y ratificado con anterioridad varios


instrumentos jurídicos internacionales de reconocimiento, promoción y defensa
de los derechos humanos de los habitantes en general y de los cuales también
son nominalmente destinatarios los pueblos indígenas; sin embargo, tomando
en cuenta que si bien es cierto que las reglas del juego democrático son
formalmente iguales para todos, existe una evidente desigualdad real de los
pueblos indígenas con relación a otros sectores de los habitantes del país, por
lo cual el Convenio se diseñó como un mecanismo jurídico especialmente
dirigido a remover parte de los obstáculos que impiden a estos pueblos el goce
real y efectivo de los derechos humanos fundamentales, para que por lo menos
los disfruten en el mismo grado de igualdad que los demás integrantes de la
sociedad. Guatemala es reconocida y caracterizada como un Estado unitario,
multiétnico, pluricultural y multilingüe, conformada esa unidad dentro de la
integridad territorial y las diversas expresiones socio-culturales de los pueblos
indígenas, los que aún mantienen la cohesión de su identidad, especialmente los
de ascendencia Maya, como los Achi, Akateco, Awakateko, Chorti, Chuj, Itza,
Ixil, Jakalteco, Kanjobal, Kaqchikel, Kiche, Mam, Mopan, Poqomam, Poqomchi,
Q'eqchi, Sakapulteko, Sikapakense, Tectiteco, Tz'utujil y Uspanteco. Esta Corte
es del criterio que el Convenio 169 analizado no contradice lo dispuesto en la
Constitución y es un instrumento jurídico internacional complementario que viene
a desarrollar las disposiciones programáticas de los artículos 66, 67,68 y 69 de
la misma, lo que no se opone sino que, por el contrario, tiende a consolidar el
sistema de valores que proclama el texto constitucional.
OPINION DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD:

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo anteriormente considerado y en


lo establecido en los artículos citados y 268, 272 inciso e) de la Constitución
Política de la República y 175, 176, 177 y 183 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, se pronuncia en los términos expuestos y
OPINA:

EL CONTENIDO DE LAS NORMAS DEL CONVENIO 169 DE LA


ORGANIZACION INTERNACIONAL DE TRABAJO, SOBRE PUEBLOS
INDíGENAS Y TRIBALES EN PAISES INDEPENDIENTES, NO CONTRADICE
LA CONSTITUCION POLÍTICA DE LA REPUBLICA.

POR LO TANTO:

A) Hágase el pronunciamiento en audiencia pública solemne con citación del


Congreso de la República. B) Para el efecto, se señala la audiencia del jueves
veinticinco de mayo a las dieciocho horas, en la Sala de Vistas Públicas de esta
Corte. C) Publíquese en el Diario Oficial dentro de tercero día de haber sido
hecho el pronunciamiento en audiencia pública solemne.

4.2. Jerarquía de las normas constitucionales en Guatemala

i) Constitución y normas constitucionales: son las normas


creadas por la Asamblea Nacional Constituyente el cual es un órgano
extraordinario y es creado con el fin de crear estas normas, asimismo
es temporal.

ii) Normas ordinarias: son normas creadas por el órgano legislativo


permanente del Estado, que es el encargado de la emisión de las
mismas, este órgano es ordinario y de carácter permanente.

iii) Normas reglamentarias: nacen con el objeto de establecer los


mecanismos para aplicar las leyes ordinarias. Por lo general son
creadas por el organismo ejecutivo y en ocasiones por el legislativo
y judicial.

iv) Normas individualizadas: se aplican en personas plenamente


identificadas y su aplicación es particular.
CLASE 2

SUMARIO

1. Antecedentes históricos de los pueblos indígenas


2. Etapas de evolución de los pueblos indígenas
2.1. Período preclásico o formativo (2000 aC-300 d.C.)
2.2. Período Protoclasico o Transicional: (300-600 d.C.)
2.3. Período clásico o de desarollo (600-1000 d.C.)
2.4. Período postclásico o de desintegración (1000-1524
d.C)
3. Inicio de la colonización externa
4. Los pueblos indígenas latinoamericanos en el proceso de
invasión, colonización y sometimiento
5. Los pueblos indígenas en el modelo Estado-nación
(Estado Liberal)
6. Los pueblos indígenas frente a los modelos coloniales y
republicanos
7. Los pueblos indígenas en el ámbito internacional
8. Inicio del tránsito del modelo integracionista al modelo
pluralista
9. Tratamiento jurídico - político del derecho indígena en la
historia de Guatemala
9.1. Modelo de segregación durante la época colonial
9.2. Modelo de asimilación durante la independencia
Jjjjjjjj9.3.jModelo político de integración durante la república
Uuuu9.4. Modelo pluralista de la década de los noventas

1. Antecedentes históricos de los pueblos indígenas

Los pueblos indígenas se encontraban en el continente Americano,


denominándose a este segmento Mesoamérica que comprendía los
siguientes países México (Yucatán, Chiapas) por supuesto
Guatemala, que se considera el corazón de la cultura; Belice, El
Salvador y Honduras.

Guatemala, ha sido el corazón de esta cultura debido a que los


mayas (antepasados de los pueblos indígenas que han habitado
desde tiempos remotos y que siguen estando presentes) se
asentaron en gran parte del territorio nacional, de allí el hecho de
poder apreciar en estos tiempos tanta maravilla arquitectónica y
legados de historia milenaria y cultural en tierras guatemaltecas.

Aún se conservan ciertas costumbres y tradiciones que identifican de


manera puntual a los descendientes de pueblos indígenas siendo
una de estas las ceremonias mayas, cabe resaltar que en la cultura
xinca y garífuna a su vez existen también culturas y tradiciones que
los enriquecen y hacen que cada una de estas culturas posea su
propia riqueza.

Es necesario resaltar que pueblos indígenas se les denomina en la


actualidad a los miembros de una comunidad o poblaciones que
habitan en el país y descienden de poblaciones que a lo largo de los
años han habitado el territorio nacional, además la forma de
convivencia que han tenido ha sido ordenada pues la vida que han
llevado se encuentra regulada para su desarrollo en sociedad y
descansa en un sistema de organización adecuado.

2. Etapas de evolución de los pueblos indígenas

Al hablar un poco de las etapas en cuanto los orígenes de los pueblos


indígenas es necesario que el estudio se remonte a algunos siglos
antes de Cristo en donde se encuentra:

2.1. Período preclásico o formativo (2000 aC-300 d.C.): lo que


se resalta del mismo es que se llevó a cabo una formación
y asentamiento de los pueblos indígenas mismos que
subsistían por sí mismos y tenían como gran base para su
alimentación la agricultura, no dejando por un lado las
artesanías, la cerámica entre otras.

2.2. Período Protoclasico o Transicional: (300-600 d.C.): Se


acelera el proceso de desarrollo cultural, aparecen los
centros ceremoniales planificados, se crean las primeras
construcciones destinadas al culto, además son decoradas
con pintura, las estelas son esculpidas con inscripciones
jeroglíficas y fechas, asimismo aparecen dibujadas algunas
personalidades en las esculturas. También las decoraciones
ya son policromadas. Continúa el maíz como alimento
principal de la sociedad Maya. El respeto a los abuelos se
inicia en este periodo, asimismo es creada es creada la
institución política-social llamada Consejo, bajo el principio
de cooperación y el pensamiento cosmogónico.

2.3. Período clásico o de desarollo (600-1000 d.C.): es de


manifestar que dentro de este período existe un ascenso
bastante importante para la civilización maya, un despegue
de la agricultura, una proliferación de dioses.

En este período nace el calendario maya el cual hasta la actualidad


continúa siendo muy célebre. En el tema de construcciones la
arquitectura se destacó alcanzando niveles grandes de excelencia en
donde también se crean centros ceremoniales.

2.4. Período postclásico o de desintegración (1000-1524


d.C): fue muy complicado en cuanto al tema de las
invasiones por parte de otras tribus y pueblos, en virtud que
estos se encontraban mejor preparados para las guerras
surgiendo de estas batallas los señoríos.

En todo caso siempre fue la agricultura la gran base de los pueblos


en este período aunque no prosperaron otros aspectos como el arte.

Si se puede remontar a la época prehispánica los grupos indígenas


contaban con una organización socio-político y jurídico cimentada
con base a la situación y necesidad de dichos pueblos, por lo tanto
no se puede aducir que ésta civilización fue desorganizada, ya que
todos los indicios de organización giran alrededor de una realidad
que apunta a la aristocracia más grande de la historia de la
humanidad que son los Mayas.

3. Inicio de la colonización externa

Antes de la llegada de la invasión de los castellanos a estos


territorios, el pueblo maya se encontraba construyendo su futuro con
fundamento en sus propias prácticas políticas-jurídicas, es decir
evolucionando bajo su propia dinámica. En aquel entonces existían
vínculos favorables entre los diferentes pueblos. Tales como la visita
del Maya K’iche, al pueblo de nacionalidad Yukateco. A la llegada de
la invasión castellana. Moctezuma lll, aviso a las autoridades K’iches
sobre la matanza del pueblo azteca. Con esto queda evidenciado con
claridad que existían relaciones, que existían relaciones diplomáticas
entre Mayas K’iches, Mayas yucatecos y Aztecas.
Hay que recordar que los desajustes generaban conflictos entre las
nacionalidades mayas, pero no había repartimientos, imposición de
idiomas, imposición de religiones; no había violacion masiva de
mujeres, en otras palabras no había etnocidios, cómo produjeron la
Cruz, las espadas, los cañones y los arcabucea españoles.

Los mayas antiguos tenían sus propios estados, y sus propias


autoridades, quienes eran seleccionados tomando en cuenta sus
habilidades, su fecha de nacimiento.

Lamentablemente para el pueblo maya en 15024, los castellanos,


destruyeron documentos, robaron, incendiaron casas, masacraron,
violaron mujeres, luego las quemaban vivas. También quemaron
abuelos, niños y demás autoridades que lograron vivir, fueron
reducidos a la esclavitud, desde ese momento se inicia la imposición
violenta de autoridades castellanas a pueblos vencidos.

En las Verapaces en 1590 se calculaba que la población había


descendido a 50,000 indígenas a 10,000 esto dio como consecuencia
de la exagerada explotación física que sufrían en la construcción de
sus edificios y en otros centros de explotación física que sufrían en la
construcción de edificios y en otros centros de explotación colonial.
En ese contexto el invasor justificaba y defendía la explotación que
ejercía, argumentando que las nacionalidades mayas, no podían
autogobernarse, por lo mismo son ellos, y los Reyes llamados a
hacerlo. Todas las autoridades deberían de ser nombradas por los
Reyes españoles para la correcta administración. De los pueblos
militarmente vencidos.

Lo importante en esta tragedia, es que a la par de la invasión


extranjera, también se inició un proceso de resistencia y defensa, en
el correr de los siglos, que se ha mantenido y se mantiene hasta el
día de hoy.

4. Los pueblos indígenas latinoamericanos en el proceso de


invasión, colonización y sometimiento

Colonia a la “acción de un poder extranjero que domina por la fuerza


un territorio determinado y promueve su ocupación poblacional por
personas procedentes de su propio territorio en condiciones de
privilegio”. Esto precisamente sucedió de manos de los españoles en
los territorios que hoy ocupa Guatemala, ya que éstos lograron
imponerse de forma violenta y despojar de sus tierras a los pueblos
originarios. Para entender este despojo es necesario pensar en dos
factores clave que definieron el dominio español, por un lado la
economía y por el otro la religión.

El proceso de invasión y posterior colonización de la región


latinoamericana, particularmente la que quedó bajo la
administración de la Corona española, fue catastrófico para los
pueblos originarios. La superioridad tecnológica, evidenciada en
armamento, tácticas y recursos bélicos, fue fundamental para el
sometimiento de los pobladores originarios, pero, sin lugar a dudas,
las enfermedades y la explotación fueron determinantes para
diezmar y someter a poblaciones tan amplias.

Los primeros asentamientos europeos en América, a partir del


primero fundado por Colón en 1492, estuvieron en las Antillas.
Los indios de las islas, cuya población en el momento de su
‘descubrimiento’ se calcula que superaba el millón, fueron
exterminados rápidamente en la mayoría de las islas por las
enfermedades, el expolio, la esclavitud, la guerra y el asesinato
ocasional.

Luego del proceso de conquista y, en muchos casos de exterminio,


el periodo de la colonia significó un amplio debate respecto de los
derechos de los indígenas, y la polémica Las Casas-Sepulveda10,
fue sin duda el inicio de un debate que perduraría por cuatro siglos
hasta dar definitivamente por vencedor a Las Casas, con el
reconocimiento a nivel internacional de los derechos de los pueblos
indígenas.

En principio los españoles perseguían la riqueza que encontraron en


las tierras americanas, principalmente metales como el oro y la plata

10 Elmomento culminante de la causa de los indios es el de las famosas controversias de
Valladolid, a mediados del siglo, 1550-1551, que obedecen, una vez más, al deseo de la Corona
española de encontrar justificación a las guerras que se hacían en las Indias. La disputa de
Valladolid tiene un valor emblemático, porque en ella se enfrentan dos grandes hombres: el
erudito Ginés de Sepúlveda, que años atrás había tratado el tema de la guerra justa en su primer
‘Demócrates’, con una concepción aristotélica de la guerra y la esclavitud, y Bartolomé de las
Casas, buen conocedor de los textos sagrados y de la literatura proindigenista... en este
importante encuentro, se enfrentan las dos ideologías sobre la guerra de conquista y la
naturaleza de los indios”. Soriano, Ramón, Historia temática de los Derechos Humanos,
Colección Universitaria, Textos Jurídicos, Sevilla, España, Editorial Mad, 2003, pág. 39
además de la explotación de la fuerza de trabajo indígena en
plantaciones agrícolas. Este periodo estuvo lleno de abusos de parte
de los españoles y a pesar que las resistencias indígenas
provocaban que el dominio español no fuera pleno, la esclavitud se
convirtió en la principal forma de explotación de las poblaciones
originarias a través de las instituciones conocidas como Encomienda
y Repartimiento. Estas instituciones en un principio se presentaban
juntas, es decir, el Repartimiento implicaba la entrega de personas
para que trabajaran la tierra que también le era asignada a un
encomendero y a cambio este se comprometía a evangelizar a estas
personas, sin embargo como dice Severo Martínez en la Patria del
Criollo.

La corona española fue sin duda la metrópoli colonial que afrontó de


una manera más clara —con iniciativas judiciales y legislativas, con
reflexiones morales e incluso teológicas— el estatus del pueblo
sometido y la justificación legal de la conquista. Prueba de ello fueron
Las Leyes de Burgos de 1512, las Nuevas de 1542 y todo el
esfuerzo que culminó en la Recopilación de las Leyes de Indias,
que en gran medida fue el resultado de la lucha de religiosos como
fray Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas y Francisco de
Vitoria, que dejaron claramente sentada la doctrina de la naturaleza
racional y, por tanto, el carácter de persona del indígena con sus
mismos derechos y obligaciones que cualquier otro vasallo libre de la
monarquía.

Pese a que esta legislación reconocía a los indios como seres libres,
y admitía que su trabajo debería realizarse en condiciones humanas;
y pese a que su salario podía ser pagado en especie y que autorizaba
el uso de la fuerza en contra de quienes se opusieran o resistieran a
ser evangelizados, la normativa poco tenía que ver con la realidad
que afrontaban los indígenas en el Nuevo Mundo. Existía un trato
paternalista y protector en relación a los indígenas, lo que los
convertía en un “menor de edad perpetuo”. Los tributos, el diezmo, la
encomienda, el trabajo forzoso en las minas y la discriminación,
hicieron de los indígenas sujetos explotados y denigrados en el
periodo de la Colonia.

Las Leyes de Burgos buscaron, con poca o ninguna eficacia, regular


las relaciones entre invasores y pueblos originarios. La
evangelización de los indios fue declarada prioritaria y con ese fin, y
con el de evitar los abusos y la miseria a la que eran sometidos los
indígenas, se crearon particularmente las instituciones del
requerimiento y de la encomienda, siendo el primero un documento
que exigía la subordinación “legítima” de los pueblos invadidos,
mientras la segunda, una institución que organizaba la explotación
de las comunidades indígenas con el pretexto, por parte del español
favorecido, de cristianizar a los indígenas. Mediante estas
instituciones se legitimaba el derecho divino de los reyes españoles
sobre las tierras conquistadas y el deber de sometimiento a sus leyes
por parte de los pobladores originarios, así como la obligación de
trabajar y tributar.

En 1530, Carlos V emite una Real Cédula en la que prohíbe la


esclavitud en las Indias. Esta cédula consta de cuatro apartados, de
ellos el primero y el cuarto resultan relevantes a la situación de los
indígenas en el nuevo continente. El emperador se disculpa por el
mantenimiento de la esclavitud, y aduce que era una reminiscencia
de reinados anteriores. También reconoce la ineficacia de la
legislación proteccionista indiana, para luego, en 1534, retroceder
sobre esta decisión.

La abolición no rebasó el quinquenio. El 20 de febrero de 1534 Carlos V derogó la prohibición de


la esclavitud, autorizando nuevamente el cautiverio de los indios por causa de guerra justa o por
rescate. El emperador se queja en su nueva disposición de que la abolición de la esclavitud no
había servido para nada, porque continuaban los daños y muertes provocados a los indios y la
rebelión de éstos contra los españoles con mayor determinación al saberse ahora libres de ser
reducidos a la condición de esclavo.

Los excesos que en la práctica generó la aplicación de estas leyes,


conllevaron a la emisión de un nuevo ordenamiento (las Leyes
Nuevas, 1542) que extinguiera la encomienda y proscribiera la
esclavitud, y que garantizara un mejor trato para los indios. Sin
embargo, la nueva legislación poco adelantó en lo referido a un trato
más digno y menos expoliador para con los indígenas.

gracias a las gestiones e injerencia de Fray Bartolomé de las Casas.


Al impulsar esto, la Corona esperaba retomar el control que había
perdido sobre los colonizadores y pretendía generar una política que
cambiara el curso de la Colonia. Los puntos que impulsaría según
Taracena (2014. P:40) serían:

1) Prohibir la esclavitud
2) Prohibir que oficiales reales y sacerdotes de tener encomiendas
3) Prohibir el uso de los indígenas como cargadores, que fueran
enviados lejos de sus lugares y servicios personales
4) Ordenar que los indígenas repartidos pasaran a la Corona a la
muerte de los españoles que los poseían
5) Limitar la capacidad tributaria de la encomienda y a su posesión

Estas disposiciones reales desataron un gran revuelo en los


territorios colonizados, llevando a algunos españoles a rebelarse
contra la autoridad, sin éxito en ello ya que la llegada de Alonso
López de Cerrato como presidente de la Audiencia pondría orden y
haría cumplir las Leyes Nuevas en todo el territorio. Esta situación
modificaría instituciones como la Encomienda y el Repartimiento, el
cual se habría convertido “en un sistema que obligaba a los nativos
a trabajar por temporadas en las haciendas, retornando con estricta
regularidad a sus pueblos para trabajar en su propio sustento y en la
producción de tributos”.

La utopía paternalista e igualitaria de Las Leyes Nuevas dio paso en la crudeza de los hechos a
su sometimiento como un pueblo conquistado, en el que su rango jurídico nuevo de indio frente
al étnico del pasado lo que sancionaba era ni más ni menos que unas cargas tributarias y de
trabajo forzoso, de las que estaban exceptuados todos aquellos que precisamente no tenían esa
condición. Esa consideración de indio era la confirmación de que todos los pueblos autóctonos
por primera vez eran tratados, independientemente de su nivel cultural o su origen, con un único
ordenamiento jurídico que les atañía a todos por igual. De esta forma, las instituciones
ancestrales indígenas y el modo de organizar sus comunidades fueron desmanteladas
progresivamente en función del interés del Estado.

El siglo XVII marca, para los pueblos indígenas en Latinoamérica, el


fortalecimiento y consolidación de los mecanismos de control y
explotación de sus integrantes. Aparejadamente a este proceso, se
da una reducción progresiva de la población indígena, esto debido,
entre muchos factores, a la carga que les imponían los modelos de
repartimientos y, muy especialmente para la región norte de América
del Sur, la denominada mita minera.

Lo inhumano de este modelo, propició que un gran número de


pobladores indígenas huyeran a los valles y las costas,
incorporándose a la fuerza laboral de las haciendas de las áreas
litorales e intermedias. Las haciendas requerían de la fuerza de
trabajo de los indígenas y se convirtieron, rápidamente, en altamente
productivas. La incorporación a las haciendas hace que los indígenas
pasen a ser ligados, a estas fincas de gran extensión, por medio de
deudas.

Frente a la legislación específica de que se le dota en el siglo XVII, incluida la real cédula
de 1697, que disponía que era considerado como los demás vasallos de Europa con las
mismas dignidades que los limpios de sangre del estado general, la realidad se
contraponía una vez más al cuerpo doctrinal. En su estatus social, se encuentran en
realidad en una última escala, por debajo de los esclavos. Éstos podían liberarse de esa
condición, lo que no era evidentemente su caso.

Al final del siglo XVII y el siglo XVIII se producen una serie de intentos
en la implementación de pueblos-misiones. Muchas de estas
empresas utópicas- aislacionistas fracasaron. Las misiones de los
jesuitas corrieron con mejor suerte con su sistema colectivista que
hacía del sacerdote el administrador y guía espiritual de estas
comunidades que veían en el exterior un peligro de contaminación.

En 1767 se da la expulsión de los jesuitas de los dominios españoles


en América. Esto produce un reacomodamiento de las élites, las que
ven en la organización dejada por los jesuitas (pueblos indígenas y
tierras) un botín a tomar, convirtiendo las misiones en haciendas
particulares y a los indígenas en el recurso humano disponible para
hacerlas producir.

Estos factores de marginación, explotación, de ausencia de derechos


efectivos, desembocaron en una serie de rebeliones indígenas que
marcaron el siglo XVIII. Ante la magnitud de estos movimientos, la
Corona española actuó, generalmente haciendo uso de la violencia,
y excepcionalmente buscando aminorar la carga e infortunios
impuestos a los indígenas. Pero sería tarde, pues al inicio del siglo
XIX, ante la suma de factores geopolíticos, la región se
independizaría guiada por los criollos y sin un papel protagónico de
los pueblos indígenas cuya suerte no cambiaría.

Los motines de indios fueron una realidad cotidiana y profunda en la vida colonial de
Centroamérica. Los documentos de archivo se refieren a ellos con inquietante
frecuencia y los cronistas los mencionan en muchos puntos de sus relatos.

Las rebeliones indígenas fueron en muchas ocasiones una respuesta frente al despojo
de sus tierras, los tributos y las medidas coercitivas para obligarles a trabajar en las
mitas, los obrajes o las haciendas. En 1712-13 las comunidades mayas tzeltales de
Chiapas se rebelaron por el incremento de la presión fiscal del alcalde mayor de la
Iglesia, a lo que se unió la cruzada contra la idolatría de los dominicos, lo que dotó a ese
movimiento de implicaciones religiosas.

Si bien esta rebelión resistió unos tres años, su represión fue violenta
y su saldo superó a los mil indígenas fallecidos. Otras rebeliones,
como la de Salamá y San Juan Chamelco (Guatemala, 1734-35)
también tuvieron esa faceta sincrética pero, finalmente, corrieron la
misma suerte. El despojo de las tierras comunales, la reforma agraria
que afectaría directamente a las haciendas enajenadas a los jesuitas,
y los gravámenes tributarios, fueron el detonante de múltiples
rebeliones en la Audiencia de Quito (1736-37, 1764, 1777).
Memorables son las mayores rebeliones indígenas que vio el
continente americano, encabezadas por Túpac Amaru (1780-81) y
Túpac Catari (1781). Las mismas culminaron con la ejecución
(descuartización) de sus líderes y con un saldo de más de 100 mil
muertes.

La Corona por su parte entendió la necesidad de profundizar en las reformas, pero no solo en un
sentido puramente fiscal: se aceleró el establecimiento de intendentes, que sustituyeron a los
odiados corregidores y permitió abolir definitivamente el sistema de repartimientos, y se
estableció una Audiencia en Cuzco para garantizar un mejor gobierno de esa zona. De todas
formas, sería en esta región donde se darán los principales movimientos antiespañoles en la
época de la independencia, entre 1809 y 1814.

Otros cambios sucedían en Europa, a finales del silgo XVII, cuando


nace y se materializa el concepto de Estado-nación. Se trata del
denominado Estado moderno que nace con el Tratado de Westfalia
que pone fin a la Guerra de los Treinta Años que se convirtió en una
guerra general entre las grandes potencias de la época en busca de
la hegemonía europea. La configuración del Estado moderno
europeo tendrá fuertes repercusiones sobre los derechos de los
pueblos indígenas, esto queda evidenciado en la exposición de sus
características, algunas nominales y otras que buscaron hacerse
efectivas a toda costa:

—Una asociación de seres humanos legalmente ‘libres’, entre los que se ha extendido un cierto
sentimiento de solidaridad.
—Ocupando un territorio con fronteras claras y definidas.
—Organizado de acuerdo a un único sistema de leyes propio con una jerarquía de cortes de
justicia que imposibilitan la existencia de jurisdicciones independientes.
—Gobernado en exclusiva por un gobierno soberano central y exclusivo que tiene a su
disposición un fuerte poder ejecutivo.
—Siendo parte de un conjunto de Estados que han venido a ser conocidos como Europa y que
poseen territorios, conocidos en ocasiones como colonias, fuera de Europa.
—Normalmente están preparándose para la guerra, en medio de una guerra o recuperándose
de una guerra, diseñadas para mantener el equilibrio de poderes en el sistema europeo de
Estados.

CONCLUSIÓN

El período Colonial también marco la forma en que la distribución de


la tierra se dio en Guatemala provocando que pequeños grupos
familiares acumularan la mayor cantidad de tierra fértil y de bienes
naturales en el país y como veremos posteriormente, esto ha
provocado que la desigualdad sea una constante a lo largo de la
historia de Guatemala. Sin embargo, es necesario tener presente
que, si bien la situación de los pueblos indígenas durante el período
colonial estuvo marca por la explotación y violencia, estos nunca
jugaron un papel inmóvil y de total tolerancia y aceptación a este tipo
de control español, las revueltas y las estrategias tomadas por los
pueblos fueron también un factor importante que ha definido hasta el
día de hoy la lucha por el derecho de formas de vida dignas, derecho
a la tierra y el respeto a su autonomía como pueblos.

5. Los pueblos indígenas en el modelo Estado-nación o


Fundación de Estado Liberal

El conocido como período liberal es uno de los momentos que guarda


mayor complejidad de análisis en la historia de Guatemala, sobre
todo por la importancia que este tuvo en la consolidación de la
estructura social del país y en la forma en que este se llevó a cabo
en el momento posterior a la colonia. Sería durante este período que
se fundara la idea de un Estado-Nación en Guatemala, construido a
partir de las ideas de las élites y de su constante relación dialéctica
con los grupos indígenas.

Como lo advierte James Anaya, en la concepción moderna del


Estado-nación, sus ideólogos transformaron el concepto de Derecho
natural de un código moral universal para la humanidad, en un
régimen bicéfalo que implicaba tanto los derechos naturales de los
individuos como los derechos naturales del Estado. Esto generó un
concepto postwestfaliano del Derecho de gentes. Emmerich de
Vattel, filósofo, jurista y diplomático suizo (1714-1769), mantuvo la
idea de un Derecho natural de presumible universalidad, pero advirtió
que no podía asumirse identidad entre el Derecho natural y el
Derecho de gentes, pues este último variaría conforme a su objeto.
Del pensamiento de Vattel nos interesa su idea dicotómica estado-
individuo, pues en ella no tienen cabida los pueblos indígenas.

La dicotomía estado/individuo que subyace en la construcción de Vattel tuvo una gran influencia
en el pensamiento liberal occidental. A diferencia de los teóricos iusnaturalistas, el esquema
estado/individuo reconoce los derechos de los individuos por una parte y la soberanía del
colectivo social completo por otra. Sin embargo, esta construcción no presta atención a la gran
variedad de formas de asociación intermedias o alternativas que pueden encontrarse en otras
culturas humanas, ni está ideada para adscribir a dichos grupos otros derechos que los que
puedan deducirse de las libertades del individuo o de las prerrogativas del Estado.

El Estado resulta ser el modelo ideal de asociación y aspiración


humana. Estado y nación, para Vattel, resultan ser conceptos que
coinciden en plenitud. Por ello a este modelo se le denominó Estado-
nación, la relación que guarda el Estado hacia sus miembros
únicamente será Estado/individuo. Al considerar que no existen
grupos intermedios en esta relación Estado-nación, los pueblos
indígenas pierden su calidad de pueblos y quedan reducidos a ser
considerados únicamente como individuos.

Sin embargo, las concepciones de Vattel fueron, en muchos


aspectos, ambiguas. Esto se puede evidenciar en su concepto de
Estado y de la existencia, en ciertos casos, de pueblos indígenas
como sociedades intermedias en el territorio de un Estado. Su
concepto de Estado tiende a ser amplio, al incluir a todos los “cuerpos
políticos o sociedades de hombres que reuniendo sus fuerzas
procuran su conservación y utilidad. En su concepción de las
sociedades intermedias, y en referencia a los pueblos indígenas en
América, como los radicados en México (aztecas) y Perú (incas) que
alcanzaban para él carácter de imperios civilizados, los reconocía
primariamente como naciones. Luego, con la sumisión a la Corona
española, entendía que: “Una vez que un pueblo ha pasado al
gobierno de otro, no es ya más un Estado, y no se encuentra bajo el
Derecho de Gentes.

Este modelo de Estado-nación, fue el implantado en la Latinoamérica


republicana. El siglo XIX fue el siglo de los procesos independentistas
en la región. La mayoría fueron guiados por criollos ilustrados que,
en su totalidad, pretendieron asumir como un hecho la unidad
nacional de los nuevos Estados.

6. Los pueblos indígenas frente a los modelos coloniales y


republicanos

Con base en la exposición que realizan Willem Assies, Gemma van


der Haar y A. J. Hoekema, que a su vez reseñan los aportes de
Marzal e Yrigoyen, podemos identificar cuatro modelos o políticas de
tratamiento hacia los pueblos indígenas en los países andinos y
Mesoamérica.

Desde la Colonia se han dado diversos modelos de tratamiento a los indígenas. Los tres primeros
modelos son proyectos políticos configurados sobre el supuesto de la subordinación política de
los indígenas. El primero, el modelo colonial de segregación, dentro de un patrón de tutela-
explotación buscó mantener a la población indígena dentro de pueblos de indios conservando
sus características étnico-culturales. El segundo modelo [asimilacionista], implantado durante la
Independencia, buscó la desaparición de los indígenas y su asimilación al mundo mestizo. El
tercero [modelo integracionista], inaugurado en este siglo [XX], ha tenido como objetivo la
integración de los indígenas al mercado y al Estado, reconociéndole solo algunos derechos
específicos. Un cuarto modelo se vislumbra con las reformas constitucionales de los noventa; es
un modelo pluralista que reconoce una configuración estatal plural y ya no tiene a los pueblos
indígenas como objeto de políticas, sino que los trata como sujetos políticos. Los pueblos
indígenas adquieren pleno derecho a la participación y se les reconoce sus derechos, cultura,
idiomas y sistemas normativos.

El tiempo del “modelo pluralista”, al que hace mención


particularmente Raquel Yrigoyen, tuvo que esperar el reconocimiento
en el ámbito internacional y luego estatal de los derechos de los
pueblos indígenas. Incluso, en algunos Estados latinoamericanos
esta apertura no ha llegado (Guatemala, Chile, Argentina).

Los últimos cinco siglos evidenciaron la negación a los pueblos


indígenas de su estatus de seres humanos y actores fundamentales
de la cultura y la historia. Claro, esta negación y abandono de los
pueblos indígenas ha sido menos radical conforme nos acercamos a
la época actual. Al igual que las mujeres, los pueblos indígenas
debieron esperar a la segunda mitad del siglo XX para ser
reconocidos como actores plenos, tanto en el ámbito internacional
como estatal.

Las poblaciones indígenas fueron las grandes ausentes de las Naciones Unidas. La voz de
aproximadamente 300 millones de personas en el mundo no se escuchó en los recintos ni en los
foros internacionales del sistema hasta 1957, cuando la OIT aprobó la recomendación sobre
poblaciones indígenas y tribales. La subcomisión de Prevención de Discriminación y Protección
de Minorías llevó a cabo un estudio sobre su situación en el mundo y en 1982 creó el grupo de
trabajo sobre el tema. Los derechos de estos pueblos tampoco aparecen en los instrumentos
internacionales de derechos humanos. La ausencia de los indígenas de la actividad de la ONU
es el reflejo de más de quinientos años de ausencia de la historia de la humanidad.

El colonialismo, como proceso económico, político, militar e


ideológico, ha estado presente en toda la historia de la civilización
occidental, aún en este siglo. Por colonialismo se entiende la
“Tendencia a mantener un territorio en régimen de colonia, como
fuente de desarrollo y explotación de riqueza, e incluso para
movilizaciones militares”40. Si bien el fenómeno del colonialismo fue
más intenso en los periodos de los grandes imperios mundiales,
como el romano (27 a.C.-476 d.C.), este varió de la creación de
colonias en lugares no poblados a la sumisión de civilizaciones por
razón de la conquista militar, ahora tecnológica, económica y cultural.

Para el caso de los pueblos indígenas latinoamericanos, el


colonialismo fue una política que estuvo presente de manera oficial
desde los albores de la misma modernidad. Paradójicamente, los
grandes avances científicos que permitieron el descubrimiento de
nuevas rutas de comercio, la invención de nueva tecnología que
hiciera posible explorar nuevos territorios en ultramar, y el nacimiento
de la era de la razón, tuvieron efectos totalmente distintos en América
que en Europa. Aquella fue descubierta, conquistada y colonizada
(sometida), esta alcanzó grandes progresos industriales y
tecnológicos que fueron posibles, en gran parte, a la disponibilidad
de las riquezas provenientes del Nuevo continente. La era de la razón
recorre los territorios europeos y se generan grandes revoluciones en
nombre de la razón, la libertad, la igualdad y el individualismo. Si bien
estos fundamentos también vendrían a cristalizarse en los procesos
de independencia en las colonias del continente americano, los
pueblos indígenas permanecerían al margen de sus conquistas.

El Tratado de Tordesillas fue fundamental para el proceso de


colonización de los territorios del continente americano. En 1494,
España y Portugal, se reparten los territorios y zonas de navegación
del Nuevo Mundo. La relación entre colonizadores y colonizados, ya
fue expuesta. Transcurren 463 años de invisibilización,
discriminación y graves infortunios para los pueblos indígenas a nivel
mundial; es hasta el año de 1957 en que la Organización
Internacional del Trabajo se ocupa del tema y la situación de los
pueblos indígenas.
Amparados en los conceptos de universalidad y unicidad de la llamada civilización, los países
practicaron políticas asimilantes e integradoras de todas las etnias, y los resultados se plasmaron
en la negación y el abandono de las comunidades originarias. En todos los lugares del planeta,
los pueblos indígenas fueron los generadores de procesos culturales autóctonos y los
precursores de civilizaciones que perecieron o perecerán si no se les reconoce el espacio real
de participación en la vida colectiva a que tienen derecho. Los pueblos indígenas reclaman el
derecho a existir como pueblos, con autonomía cultural, porque eso fue lo que perdieron gracias
al colonialismo. En el siglo XXI los pueblos originarios del mundo accederán a la vida social y
política como sujetos de derechos y deberes en condiciones de igualdad y de respeto por sus
culturas.

7. Los pueblos indígenas en el ámbito internacional

Con el final de la Segunda Guerra Mundial se producen grandes


cambios geopolíticos, también se consolidan instituciones y
normativas internacionales que se venían gestando desde la primera
postguerra mundial. Tal es el caso de la Organización de las
Naciones Unidas (1945), de la Carta de las Naciones Unidas (1945)
y de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), entre
otros.

La postura de la ONU respecto de los dominios coloniales de las


potencias europeas en otros hemisferios, fue la de promover un
proceso acelerado de descolonización. Sin embargo, esto no implicó
la toma en cuenta de las colectividades étnicas y nacionales de forma
particular. Los derechos de estas colectividades quedaron
subsumidos a la concepción individual de los derechos humanos,
entendidos como sujetos individuales y no colectivos de los mismos.

La libre autodeterminación de los pueblos contenida en el Artículo 1


de la Carta de la ONU fue interpretada de manera restrictiva, no
aplicable a las colectividades indígenas que conformaban Estados
independientes.

Artículo 1. Los propósitos de las Naciones Unidas son: ... 2. Fomentar entre las naciones
relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la
libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz
universal.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, en sus artículos 1


y 2, recoge, como ya se indicó, los derechos de los indígenas como
individuos, no como colectividades o pueblos.

Artículo1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2.1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición.

El 16 de diciembre de 1966 la ONU abre a ratificación el Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos (que entrará en vigencia
diez años después). El Artículo 27 de dicho Pacto estipula: En los
Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no
se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el
derecho que les corresponde, en común con los demás miembros de
su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su
propia religión y a emplear su propio idioma.
En el derecho internacional los términos pueblos y minorías aparecen ligados a derechos
diferentes. El término pueblo está vinculado al derecho a la libre determinación; éste se asigna a
todo sujeto colectivo denominado pueblo, y comprende el derecho y la libertad de decidir
colectivamente su estatuto político y su desarrollo económico y sociocultural. En cambio, el
término minoría se asocia a ciertos derechos culturales (religión, lengua, y vida cultural propia),
los cuales se otorgan a las personas pertenecientes a alguna minoría, y pueden ser ejercerlos
individual o colectivamente. Además, como se presume que estas minorías seguirán viviendo
dentro de los Estados conocidos, en lugar del derecho a la libre determinación, se establecen
medidas de protección, las cuales las aplicarían la comunidad internacional o los Estados.

Si bien, la situación de los pueblos indígenas en el mundo era, en su


generalidad, ignominiosa, desde que se aprobó por la OIT la
Recomendación sobre poblaciones indígenas y tribales (1957),
tuvieron que pasar casi 15 años para que se iniciara una verdadera
y normativa preocupación por dicha situación de parte de las
Naciones Unidas. Es, en 1971, con la resolución No. 1589 del
Consejo Económico y Social (ECOSOC), que se autoriza a la
Subcomisión de Prevención y Discriminación y Protección de
Minorías para que realice un estudio sobre la situación de las
poblaciones indígenas, particularmente respecto de la discriminación
en contra de estas.

Este es el inicio de un grupo de trabajo que anualmente viene


cumpliendo sus funciones mediante representantes mundiales de los
pueblos indígenas.

Una de sus grandes tareas ha sido la elaboración de la Declaración


sobre los derechos de las poblaciones indígenas, así como la
evaluación de la situación de los derechos humanos de estas
poblaciones. Para promover y profundizar el conocimiento de los
derechos de los pueblos indígenas las Naciones Unidas decreta en
1993 el Año internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo.
Sin embargo, el proyecto de Declaración avanzó lentamente, al punto
que desde 1994 el contenido de la misma se encontraba en la
Comisión para su estudio y, hasta el 2004, solamente se habían
logrado aprobar dos artículos.

Mediante la Resolución 48/163, del 21 de diciembre de 1993, se


decretó la Década de las Poblaciones Indígenas. Si bien se lograron
avances organizativos, de sensibilización y de denuncia, esta
Década concluyó sin logros sustantivos.

En enero de 2005 la ONU decreta un segundo Decenio de las


Poblaciones Indígenas. Finalmente, el 13 de septiembre de 2007, la
Asamblea General de las Naciones Unidas, emite la Declaración de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

8. Inicio del tránsito del modelo integracionista al modelo


pluralista

Sin embargo, como ya se ha indicado en reiteradas ocasiones en


esta investigación, la situación de los pueblos indígenas cambia
sustancialmente con la aprobación del Convenio 169, Sobre pueblos
indígenas y tribales en países independientes, de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), que en 1989 revisa el Convenio 107,
de la misma organización, de 1957. Por medio de este Convenio, se
pasa de la idea de integración de los indígenas a las sociedades
estatales dominantes, al reconocimiento de un nuevo paradigma
intercultural que visibiliza a los indígenas como miembros de pueblos
diferenciados. Se les reconoce su derecho a la existencia colectiva,
a su identidad cultural y a su propia institucionalidad, dentro de la
misma unidad del Estado.

Esto último evidencia que el término pueblo y la autodeterminación


que a los mismos les acompaña, es entendido dentro de los límites
de las organizaciones estatales de los que forman parte,
orientándose estos conceptos y sus alcances a su papel activo en las
decisiones estatales que les afecten como colectividades, pudiendo
ser su mayor alcance, la obtención de un nivel máximo de
descentralización manifestados en las denominadas autonomías o
como una federación de Estados.

A finales de los sesenta, diversas organizaciones indígenas del


continente comenzaron a impugnar la política integracionista de los
Estados, aduciendo que era etnocida por sus fines y transgredía los
derechos históricos y políticos de sus pueblos.

Desde entonces y de manera progresiva, las organizaciones de los pueblos indígenas han
orientado sus luchas en dos frentes: en el ámbito de los Estados-nación en los que quedaron
insertos y en el ámbito internacional, presionando en ambos espacios por el reconocimiento
jurídico y político de su condición de pueblos y los derechos colectivos (políticos, económicos,
sociales y culturales) que les corresponden en tanto pueblos. En este proceso, los indígenas
exigen el derecho a sostener sus sistemas y culturas diferentes; rechazan que se les denominen
poblaciones, minorías o grupos étnicos, y reclaman ser reconocidos como pueblos con iguales
derechos a todos los pueblos, esto es, con derecho a la libre determinación.

Sin embargo, ni la primera ni la segunda Década de los Pueblos


Indígenas han logrado llenar las expectativas del reconocimiento
pleno de los pueblos indígenas como sujetos plenos y efectivos del
catálogo general de los derechos humanos y menos de sus derechos
específicos. La entrada en vigencia del Convenio 169, y de su
ratificación por parte del Estado de Guatemala, aún enfrentan serias
oposiciones del Estado y de los grupos económicos. Aún no logra
conciliar y consensuar los intereses entre estos sectores.

En el mundo contemporáneo, los pueblos indígenas viven generalmente bajo condiciones de


gran desventaja comparativa dentro de los Estados que fueron construidos en torno a ellos. Los
fenómenos históricos motivados por la discriminación racial no son meras injusticias del pasado,
sino que se traducen en desigualdades presentes. Los pueblos indígenas se han visto privados
de vastas extensiones de tierras y del acceso a los recursos necesarios para la subsistencia, y
han padecido el efecto de las fuerzas que históricamente han procurado hacer desaparecer sus
instituciones políticas y culturales. Como consecuencia, los pueblos indígenas han sido
discriminados en términos económicos y sociales, su cohesión como comunidades se ha visto
quebrantada o amenazada y la integridad de sus culturas ha sido socavada. Tanto en los Estados
industrializados como en los países en vías de desarrollo, los sectores indígenas se entran, casi
invariablemente, en el último escalón dela escala socioeconómica y existen al margen del poder.
Las palabras de James Anaya resumen la realidad que
contemporáneamente afrontan los pueblos indígenas y, evidencian
que el proceso de explotación, de exclusión y de discriminación, al
que originalmente fueron sometidos, permanece aún, en algunos
casos, invariable, en otros, tamizado o con ropas nuevas, pero
continúa allí.

No se trata de recursos retóricos ni trasnochados, se trata de


entender el presente, de afrontarlo para transformarlo evitando
procesos innecesariamente traumáticos.

9. Tratamiento jurídico - político del derecho indígena en la


historia de Guatemala

Yrigoyen Fajardo, señala cuatro modelos básicos de tratamiento del


derecho indígena en la historia de Guatemala, a continuación se
resume cada una de ellas.

9.1. Modelo de segregación durante la época colonial

Durante la Colonia se instauró un modelo jurídico-político de


separación de la población en pueblos de indios y villas de españoles,
a fin de que se conservaran apartadas o separadas las diferencias
étnicos-raciales.

Para hacer eficiente el régimen colonial, se reconoció a algunas


autoridades indígenas que servían de relación con el mundo colonial,
facilitando la organización de los indios para el trabajo, el tributo y la
evangelización.

Se permitió la conservación de usos y costumbres indígenas


mientras no afectasen la ley divina y natural, el orden económico-
político ni la religión católica. Se autorizó a los alcaldes de los pueblos
de indios administrar justicia en causas entre indios; pero sólo
cuando la pena no era grave, porque los casos graves debían pasar
al corregidor español. Así, el sistema de normas y autoridades
indígenas sobrevivió adaptándose y utilizando instituciones
coloniales como las alcaldías, los cabildos y las cofradías.

9.2. Modelo de asimilación durante la independencia


Con la independencia se importó de Europa el modelo de estado-
nación y la idea de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

Se instituyó el modelo estado-nación, con una sola cultura, un solo


idioma y una sola religión oficial, que se plasmó en la constitución.

Se buscaba la asimilación o desaparición de la cultura indígena


dentro de la nación mestiza, bajo la ideología del progreso y la
superación del atraso indígena. Así mismo se buscó extinguir los
idiomas indígenas, su religión y su cultura.

Se eliminó la palabra indígena de todas las constituciones y la


diferencia entre los regímenes jurídicos, para pasar todos a ser
individuos; se estableció el monismo jurídico, desaparecieron los
fueros y con ellos todos los derechos de los pueblos de indios. Sin
embargo, en la legislación se mantuvo la atribución de los alcaldes
de administrar justicia, si bien con funciones limitadas, ello permitió
la supervivencia del derecho indígena.

La Constitución de 1825 equiparaba a los indígenas con el resto de


ciudadanos, pero a partir de fines del siglo XIX hasta mediados del
siglo XX, se dictaron leyes ordinarias y reglamentarias que los
diferenciaba de modo discriminatorio.

La necesidad de la burguesía agroexportadora del uso intensivo de


mano de obra barata, se contradecía con la igualdad de derechos
ciudadanos. Así, mediante normas infraconstitucionales, como leyes
y decretos gubernamentales, se obligó a los indígenas a trabajar en
las fincas y en la construcción vial.

La ley contra la vagancia según Decreto Legislativo número 1996


(como mecanismo adicional para garantizar el trabajo en las fincas);
la Ley de Viabilidad, según Decreto Legislativo número 1974
(garantizaba el trabajo en la construcción vial) y el reclutamiento
militar (para tener fuerza de choque en la represión de los
movimientos indígenas y urbanos) se aplicaron prácticamente sólo
contra indígenas. Liberales y conservadores, discriminaron y
reprimieron por igual a la población indígena.

9.3. Modelo político de integración durante la república


A mediados del siglo XX, recorre en latinoamérica la preocupación
por el problema indígena, se crea el Instituto Indigenista
Interamericano y se inicia el proceso para lograr cambiar normativas
constitucionales. Nuevas condiciones de la modernización
económica exigen la integración de los indígenas al mercado.
Igualmente, la necesidad de legitimación de los gobiernos obliga el
reconocimiento de derechos a los indígenas. La Constitución Política
de 1945, es la primera en Guatemala que reconoce a los grupos y
comunidades indígenas como sujetos colectivos. con derechos
específicos.

Entre éstos, el derecho a la inalienabilidad de las tierras comunales,


es decir, la no enajenación de las tierras comunales. Durante la
llamada primavera democrática, se sanciona la supresión del trabajo
obligatorio y la reforma agraria para modernizar la economía e
integrar a los indígenas al mercado bajo otras condiciones. La
contrarrevolución de 1954 hace fracasar tales objetivos y ninguna
otra constitución vuelve a mencionar la inalienabilidad de las tierras
comunales ni la reforma agraria. Las constituciones posteriores
(1956, 1965, 1985) reconocen derechos a los grupos y comunidades
indígenas con el objetivo de integrarlos a la nación.

Si bien, las constituciones plantean un modelo de integración de los


indígenas a la nación, a partir de la contrarrevolución de 1954,
durante los años de la guerra y particularmente en su período más
cruel (1974-1981), se convirtieron en objeto de represión y hasta de
exterminio, buscando su eliminación física y cultural. Con el inicio de
la democratización del gobierno y del proceso de paz, la Constitución
Política de 1985 reconoció una serie de derechos a los indígenas.

En el modelo integracionista que diseñan las Constituciones, se


mantiene la idea del estado-nación y se reconoce derechos
específicos a los indígenas, sin reconocer explícitamente una
conformación plural de la nación. Por ejemplo, la Constitución de
1985 habla de grupos étnicos y comunidades indígenas, pero no los
reconoce como pueblos; igualmente, promueve el uso de los idiomas
indígenas, pero no llega a oficializarlos. Así mismo, se mantiene la
identidad estado-derecho, por lo que no se reconoce el derecho
indígena. Sin embargo, hasta antes de la Constitución de 1985 todas
las Constituciones otorgaban funciones jurisdiccionales a los
alcaldes, por lo que en la práctica era un espacio para el
mantenimiento del derecho indígena. La Constitución de 1985
reconoce y respeta las costumbres indígenas y sus formas de
organización, pero no reconoce el derecho indígena como tal. Es
más, establece la exclusividad de la función jurisdiccional por el
Organismo Judicial y elimina explícitamente las funciones de justicia
que tenían los municipios y alcaldes, impidiendo como consecuencia,
el ejercicio del derecho indígena que se hacía a través de los alcaldes
y cabildos.

9.4. Modelo pluralista de la década de los noventas

Resulta evidente la existencia real o fáctica de un pluralismo legal en


Guatemala, constituido por el derecho estatal, el derecho
consuetudinario indígena y los sistemas normativos que utilizan los
otros grupos culturales existente en el territorio. Junto a esto, también
resulta claro que el derecho utilizado por los indígenas es ignorado
por el derecho estatal, especialmente en el actual ordenamiento
constitucional.

En la década del noventa se firman los acuerdos de paz, que


constituyen un compromiso político y se ratifica el Convenio 169 de
la OIT, que constituye una obligación jurídica del estado
guatemalteco. En ambos casos, se reconoce los derechos e
identidad de los pueblos indígenas. Los acuerdos de paz reconocen
la conformación multiétnica, pluricultural y multibilingüe de la nación
y del estado, la oficialización de los idiomas indígenas y plantean el
reconocimiento del derecho consuetudinario o indígena. Así mismo
las recomendaciones del informe de la Comisión de Fortalecimiento
de la Justicia, una comisión fundada de los acuerdos de paz, hablan
expresamente del reconocimiento del pluralismo legal.

La propuesta de reforma constitucional de los pueblos indígenas,


presentada por la Coordinadora de los Pueblos Mayas de Guatemala
-COPMAGUA-, propone el reconocimiento del derecho indígena. Las
recomendaciones del informe de la Comisión de Esclarecimiento
Histórico, fortalecen las hechas por la Comisión de Fortalecimiento
de la Justicia.

Con el modelo pluralista se propone un modelo de justicia plural así:


1) Que la justicia estatal respete el carácter multiétnico, pluricultural
y multilingüe de la población; garantice la consideración de valores
culturales y el peritaje cultural, así como el acceso a la justicia en
idiomas indígenas. 2) El reconocimiento del derecho consuetudinario
indígena con sus propias normas, valores, procedimientos,
instituciones y autoridades para regular la convivencia social y
resolver conflictos, mientras no viole los derechos humanos. 3) El
reconocimiento y ampliación de mecanismos alternativos de
resolución de conflictos. La concreción de este modelo todavía está
pendiente en Guatemala.

CLASE # 3

06 de febrero de 2023


SUMARIO

1. HISTORIA CONSTITUCIONAL GUATEMALTECA


REFERENTE A LOS PUEBLOS INDÍGENAS
1.1. CONSTITUCION DE BAYONA, 1808.
1.2. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA MONARQUÍA
ESPAÑOLA ( promulgada en Cádiz el 19 de marzo de
1812)
1.3. Decreto de Independencia Absoluta de las Provincias
del Centro de América
1.4. CONSTITUCION DE LA REPÚBLICA FEDERAL DE
CENTRO AMERICA, DECRETADA POR LA ASAMBLEA
NACIONAL CONSTITUYENTE EL 22 DE NOVIEMBRE DE
1824. ( La Constitución Federal de Centro América de
1824 )
1.5. PRIMERA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE
GUATEMALA. 1825
1.6. ACTA CONSTITUTIVA DE LA REPÚBLICA DE
GUATEMALA (El Acta Constituyente de 1851 y su
reforma de 1855).
1.7. LEY CONSTITUTIVA DE LA REPÚBLICA DE
GUATEMALA DECRETADA POR LA ASAMBLEA
NACIONAL CONSTITUYENTE EL 11 DE DICIEMBRE DE
1879, Y SUS REFORMAS (La Constitución de 1879).
1.8. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE
GUATEMALA, PROMULGADA EL 11 DE MARZO DE
1945.- (La Asamblea Constituyente de 1945).
1.9. CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA
DECRETADA POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EL
02 DE FEBRERO DE 1956.
1.10. CONSTITUCION DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA
DECRETADA POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EL
15 DE SEPTIEMBRE DE 1965.

1. HISTORIA CONSTITUCIONAL GUATEMALTECA


REFERENTE A LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Al analizar la situación de los indígenas en los primeros años de vida


independiente no se encuentra un cambio sustancial a lo que se
habían encontrado padeciendo, puesto que la estructura como tal de
gobierno no adentraba aún al indígena como persona de derechos y
obligaciones, se veía como una parte negativa de la sociedad.

Por mencionar alguna de las bases que sirve de parámetro al


momento de asegurar la no inclusión de los indígenas en la sociedad
es el hecho de que la mayoría de los mismos no pertenecían a las
urbes, a las ciudades principales sino por el contrario eran destinados
a estar en sus mismas comunidades basándose en la agricultura
como medio primario para alcanzar la subsistencia.

A través de la coacción se utilizaron de manera cruel ciertos métodos


a fin de controlar las tierras y la fuerza laboral de los indígenas en
favor de los sectores ladinos, a pesar de que existían áreas que se
encontraban ampliamente habitadas, se realizaron expropiaciones
de estas tierras a las poblaciones que habitaban y cultivaban estas
tierras. Las opresiones laborales eran evidentes, aún mas en el
sentido de ser explotados como trabajadores en fincas de café por
ejemplo.

Ante estos eventos debe advertirse que no existía igualdad entre la


población, los indígenas veían sus derechos gravemente disminuidos
y muy seriamente perjudicados ya que a todas luces se les fijaba en
el escalón en el último peldaño de una pirámide que se encontraba
encabezada por los sectores no indígenas.

Al momento de hablar de independencia no sólo para Guatemala


sino también para otros países de América latina es darse cuenta que
la misma ha sido buscada e instaurada por parte de personas criollas
y de parte de personas indígenas que al mismo tiempo de buscarla
velen porque se rescaten los derechos que cada uno posee, lo
anterior es un punto importante en todo lo concerniente a los
derechos que han de ser valorados y respetados para la población y
el sector indígena, que no buscaba beneficios personales o
económicos sino simplemente esa tan anhelada equidad que no
pudo llevarse a cabo, inclusive se tuvieron grandes desatenciones a
la cultura como el hecho de “que se dictaran ciertas leyes para su
protección, aunque “siempre inspiradas en la caridad cristiana, y
algunas veces procurando anular rasgos valiosos de su cultura,
como es el idioma”, según se desprende, por ejemplo, de lo
dispuesto en un decreto legislativo de 1824, que buscaba extinguir el
idioma de los indígenas (Decreto Legislativo Núm. 14, 29 de octubre
de 1824).

Se debe hacer referencia al periodo republicano, que abarca de 1821


en adelante, en este período se debe hacer notar que tuvo como
característica que el poder lo ostentaban dictadores que no se
preocuparon por legislar en favor de los pueblos indígenas, al
contrario lo que realizaban era una explotación desmedida de
indígenas, no obstante se pregonaba en las Constituciones que los
derechos se mantenían en igualdad para todos, es mas, al hablar de
este período, los indígenas constituyeron una base de milicias, lo
anterior con los presidentes Justo Rufino Barrios y Rafael Carrera.,
por otro lado su mano de obra fue la utilizada por lo barato que era la
misma y porque llegaban a utilizar a los indígenas como esclavos a
pesar de que gracias a esta excelente, barata, útil y explotada mano
de obra se pudo cultivar el café, convirtiéndolo en uno de los cultivos
principales, grandes carreteras fueron construidas gracias también a
esta explotación desmedida.

Existen ciertos datos históricos que son dignos de hacer notar como
por ejemplo que Guatemala principalmente durante la primera mitad
del siglo XIX, tiempo en el que se independizó de España, es
considerado como un país indígena no al cien por ciento pero sí en
grandes proporciones muy particulares y sobre todo culturales, basta
manifestar que casi el ochenta por ciento de su población es
indígena. A lo anterior por supuesto que surgen varias interrogantes
que se plantean a fin de complementar este estudio siendo una de
ellas el hecho de ¿por qué no gobiernan los indígenas si son
mayoría? ¿por qué Guatemala no se declara un pueblo indígena
y que se hagan respetar esas formas de vida, la cultura y el
lenguaje que la mayoría utilizan? Parte de la respuesta que según
es estudio minucioso de la historia ha aclarado es por la razón de que
tampoco durante esa época la población indígena contaba con una
especie de organización política que reflejara que se encontraban
plenamente organizados a fin de poder tener una propuesta concreta
de Estado, por otro lado es necesario y preciso decir que la población
indígena fue tratada con un hostigamiento tal que prefirieron alejarse
lo mas posible de todo tipo de actos que tuviesen algo que ver con
cuestiones de gobierno.

Ante las interrogantes y respuestas que se han vertido es necesario


hacer ver que para algunos era de suma importancia que se pudiera
llevar a cabo una ladinización, en referencia a ese grupo menor de
personas que habitaban tierras Guatemaltecas cosa que llevó a una
evidente división de indígenas y ladinos en un país donde como se
repite la mayoría de la población era indígena, si se suma esto a los
constantes vejámenes de los cuales eran víctimas resulta
evidentemente notoria una división total del país.

Ahora serán presentados de manera concreta alguna parte de los


distintos textos Constitucionales que tanto antes como después
de la independencia han marcado a la población Guatemalteca,
dentro de este muy breve análisis se indicará la ausencia de
participación y de inclusión de la totalidad de los pueblos
guatemaltecos.

1.1. CONSTITUCION DE BAYONA, 1808.

Se considera como el primer antecedente de Constitución la cual


fue promulgada en 1808, al momento en que Napoleón presentó
un texto de Constitución. A la misma en virtud a su origen y su
proceso de formación no se le considera una Constitución, sino una
carta otorgada: el proyecto de estatuto fue presentado por Napoleón
a sesenta y cinco diputados españoles a los que sólo se les permitió
deliberar sobre su contenido. No existió voluntad previa de
elaborar un documento constitucional, se les impuso un texto y
se aceptó por unas Cortes reducidas convocadas en territorio
francés.

Cabe resaltar que con esta Constitución se fortalecieron los cimientos


de las relaciones entre los territorios americanos y el viejo continente.
Se inspiraba en el liberalismo moderado, pues conservaba muchas
instituciones conservadoras.

Debe indicarse que La Constitución de Bayona, promulgada por José


Bonaparte el 8 de julio de1808, dentro de sus apartados incluía los
territorios americanos de dominación española en su ámbito de
aplicación. A pesar de esto no tuvo vigencia muy pocas condiciones
se daban para que esta Constitución hubiese podido cobrar la
vigencia respectiva.
Al momento de ver el texto se debe mencionar que se componía de
146 Artículos, siendo la mayoría de estos dedicados al Estado y su
estructura, y unos cuantos reconocían los derechos de los habitantes
de España y sus provincias.

En tal sentido Guatemala se vio de alguna forma representada por


primera vez. El artículo que se referirá a continuación hace
referencia a la religión, sin embargo ningún artículo de esta
Constitución hace referencia a los pueblos indígenas como
tales.

Según el primer artículo de esta constitución la religión que se impone


a las personas es la católica no teniendo la oportunidad de que se
pueda seguir alguna otra, cabe resaltar que dentro de esta
constitución no aparece el término indígena, se enmarca que los
reinos y provincias españolas de América gozarán de los mismos
derechos que los de la metrópoli pero no se hace referencia a los
pueblos indígenas en ninguno de sus apartados, existiendo una
ausencia total de reconocimiento y salvaguardo de sus derechos.

Llama poderosamente la atención que en su primer artículo se


establece que la única posibilidad de religión es la católica, vedando
con esto totalmente la posibilidad de que los indígenas practiquen la
suya. Es una ausencia total de derechos en beneficio de pueblos
indígenas.

1.2. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA MONARQUÍA


ESPAÑOLA ( promulgada en Cádiz el 19 de marzo de
1812)

Promulgada el 19 de marzo de 1812. Se debe decir que este fue el


primer texto constitucional con vigencia en América y nace en
virtud de la falta de conformidad española frente a Napoleón, en
la elaboración de la misma se encontraron presentes representantes
de América. El principio de legalidad fue uno de los que se hizo
presente en la misma, manteniendo también la igualdad que debía
darse entre las personas.
Se busca el hecho de una igualdad entre todas las personas que
ocupen los territorios españoles, pero es notorio de que no se
mencionaba a personas indígenas en particular sino a nivel general
a los habitantes de Guatemala. En todo caso se hacía referencia a
una igualdad racial pero bajo ningún punto de vista hablando de los
pueblos originarios de Guatemala.

La Constitución de 1812 nombra a los indígenas una sola vez y no


es precisamente con ocasión de la ciudadanía. Cuando trata del
régimen territorial, entre las competencias de unas instituciones,
incluye la siguiente respecto al caso de América: Es la cláusula
décima de su Artículo 335, rematada con un calificativo llamativo:
“indios” “infieles”.

Resulta una disposición de tutela encomendada conjuntamente a la


Iglesia católica. Llama la atención porque la Constitución de Cádiz
era confesional (Artículo. 12), pero también liberal.

Décimo. Las diputaciones de las provincias de ultramar velarán


sobre la economía, orden y progreso de las misiones para la
conversión de los indios infieles, cuyos encargados les darán razón
de sus operaciones en este ramo, para que se eviten los abusos: todo
lo que las diputaciones pondrán en noticia del gobierno.

Y las mismas Cortes tuvieron ocasión de aplicar directamente tal


previsión concreta. Estamos así ante lo que podría definirse como
“presencia con igualdad y tutela.

1.3. Decreto de Independencia Absoluta de las Provincias


del Centro de América

Una fecha trascendental fue la del 1 de julio de 1823, cuando por acta
redactada por el Licenciado José Francisco Córdova se realizó la
proclamación de la independencia general y de forma absoluta del
antiguo Reino de Guatemala.

Esta independencia se dio con relación a España y México. Se


resalta que se fundó la República; se realizó un vínculo que unía a
las provincias y surge un nuevo Estado que recibiría el nombre de
"Provincias Unidas del Centro de América":
Nosotros por tanto, los representantes de dichas provincias, en su
nombre, con su autoridad y conformes en todo con sus votos,
declaramos solemnemente:

1ª. Que las expresadas provincias, representadas en esta Asamblea,


son libres e independientes de la antigua España, de Méjico y de
cualquiera otra potencia así del antiguo, como del nuevo mundo; y
que no son ni deben ser el patrimonio de persona ni familia alguna.

2ª. En consecuencia, son y forman nación soberana, con derechos


y en aptitud de ejercer y celebrar cuantos actos, contratos y funciones
ejercen y celebran los otros pueblos libres de la tierra.

Al hablar de inclusión de los indígenas es notorio que no se


encuentra presentes ni en término pues queda claro que lo
principal era dejar claro que se tiene una independencia
absoluta en relación a cualquier nación.

1.4. CONSTITUCION DE LA REPÚBLICA FEDERAL DE


CENTRO AMERICA, DECRETADA POR LA ASAMBLEA
NACIONAL CONSTITUYENTE EL 22 DE NOVIEMBRE DE
1824. ( La Constitución Federal de Centro América de
1824 ).

Una Asamblea Nacional Constituyente formó una Comisión de


Constitución, encargada de elaborar unas Bases Constitucionales en
1823 que normarían los primeros pasos de la República y que darían
la pauta para la elaboración de la ley definitiva. Aparece en las bases
de 27 de septiembre de 1823 lo siguiente:

Estas bases constitucionales constan de 45 Artículos dentro de los


cuales no se expresa la palabra indígena, por lo cual se puede
apreciar que se sostienen en la igualdad que debe de existir entre los
miembros del pueblo, así como la felicidad del mismo evidenciando
de esta forma una base sobre principios como la libertad y la
seguridad en favor de las personas de un modo general.

Se resaltan los siguientes artículos dentro de los cuales se observa


que se refiere a igualdad de personas pero sin especificar ni incluir
de ninguna forma a los pueblos indígenas.
Bases de Constitución Federal.

Artículo 1o. La constitución se dirige a asegurar la felicidad del


pueblo, sosteniéndole en el mayor goce posible de sus facultades;
establece la independencia y soberanía nacional; determina con
exactitud la división de los tres poderes; y afianza los derechos del
hombre y del ciudadano, sobre los principios eternos de libertad,
igualdad seguridad y propiedad.

Artículo 2o. La forma de gobierno de las provincias unidas del centro


de américa es republicana representativa federal.

Artículo 3o. La denominación de estas provincias en lo sucesivo:


estados federales del centro de américa.

Artículo 4o. Su religión: la católica, apostólica romana, con exclusión


del ejercicio público de cualquiera otra.

Al momento de referirse propiamente a la Constitución de la


República Federal de Centroamérica, dada por la Asamblea
Nacional Constituyente en 22 de Noviembre de 1824 se enuncia
que fija las bases de una nueva entidad nacional, se reconocen en
ella la soberanía popular junto a una amplia lista de derechos.

En esta Constitución se establecen las directrices que tendrán los


países Centroamericanos siendo estos cinco Estados, que son:
Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. La
provincia de Chiapas se tendrá por Estado de la federación cuando
libremente se una. Se detalla que su religión es: la católica apostólica
romana, con exclusión del ejercicio público de cualquiera otra.

Una parte importante de la misma es que expresa el hecho de que


todo hombre es libre en la República, aumentando que no puede ser
esclavo el que se acoja a sus leyes, ni ciudadano el que trafique en
esclavos, pero con lo anterior tampoco aclara de una forma directa la
inclusión de la población indígena, pues aunque se base en la
igualdad que debe existir para bien y desarrollo de los habitantes de
cada una de las Repúblicas no hace especial mención o énfasis en
este sector de la población que en Guatemala seguían haciendo
mayoría.

A continuación se detallan algunos artículos que hacen referencia al


pueblo como tal pero que se le llamaba así a la República Federal de
Centro América, basándose en los principios de igualdad, libertad,
respeto y en cuanto a procedimientos legales y de juicio todas las
personas estaban sujetas en igualdad a la ley, pero no detalla al igual
que las anteriores condiciones nada relativo a los pueblos indígenas.

Artículo 2º. Es esencial al soberano y su primer objeto la


conservación de la libertad, igualdad, seguridad y propiedad.

Artículo 3º. Forman el pueblo de la República todos sus habitantes.

Artículo 11. Su religión es: la católica apostólica romana, con


exclusión del ejercicio publico de cualquiera otra.

Artículo 153. Todos los ciudadanos y habitantes de la República, sin


distinción alguna, estarán sometidos al mismo orden de
procedimientos y de juicio que determinen las leyes.

Importante resulta mencionar que en su Artículo 13 esta Constitución


prohíbe de manera tajante lo relativo a la esclavitud, reforzando con
esto el tema de igualdad en favor de todos los miembros de la
población y por ende de los pueblos indígenas, por otro lado el
Artículo 14 de este cuerpo legal confiere a todos los habitantes de la
República incluidos indígenas el goce de la ciudadanía alcanzando
con esto una plena ventaja en reconocimiento de derechos.

1.5. PRIMERA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE


GUATEMALA. 1825

Al momento de referirse a esta Constitución se especulaba mucho al


respecto y por el hecho de ser la primera que en la misma se
incluirían de forma directa ciertos derechos y reconocimientos en
favor de los pueblos indígenas, mismos que no habían podido tener
ese reconocimiento legal con anterioridad. Esta Constitución fue
promulgada el 11 de octubre de 1825 siendo una copia de la federal,
y su vigencia duró hasta que la Federación se extingue.

Es muy importante reconocer que esta Constitución así como la de


1824 de la República Federal de Centro América no establece
apartados en favor de los pueblos indígenas, es mas no toman en
cuenta dentro de sus artículos a esta población.

Lo que podemos resaltar de ella es lo siguiente:


Según esta constitución en su Artículo 20 se reconocen como
derechos del hombre en sociedad la libertad, la igualdad, la
seguridad y la propiedad destacando el Artículo 21 que todo hombre
es libre en el Estado prohibiendo la esclavitud al concretizar que
nadie puede venderse ni ser vendido.

Se destaca entonces que no deben existir distinciones sociales así


como el hecho de manifestar que todos los ciudadanos son
admisibles a los empleos públicos. Lo anterior va de la mano con la
situación de que todos los habitantes del Estado están obligados a
obedecer y respetar la ley, la que es igual para todos. Esta igualdad
es más referencial que verdadera pues las diferencias entre culturas
siempre estaban presentes.

La libertad de emisión del pensamiento se empezaba a contemplar


en el hecho de que según el Artículo 25 no se podía impedir a las
personas la libertad de decir, escribir, imprimir y publicar sus
pensamientos y que todo esto no tendría censura alguna media vez
no transgrediera los derechos de otras personas.

Por otro lado en el Artículo 28 se puede apreciar que el Estado


garantiza la protección de todos sus habitantes y deben ser
protegidos en el goce de su vida, de su reputación, de su libertad,
seguridad y propiedad. Ninguno debe ser privado de estos derechos
sino en los casos prevenidos por la ley, y con las formalidades
legales. Otra ventaja de la cual se hace referencia según el Artículo
30 se da al manifestar que existe derecho de petición pues se
establece que todos los ciudadanos tienen derecho para dirigir sus
peticiones a las autoridades públicas, en la forma que arreglen las
leyes el ejercicio del derecho de petición.

Esta constitución garantizaba la inviolabilidad de todas las


propiedades, el uso libre de los bienes de todos los habitantes y
corporaciones, y la justa indemnización de aquellas cuyo sacrificio
exija con grave urgencia la necesidad pública, legal y previamente
justificada; garantizándose también previamente.

En la sección 2 que establece los derechos particulares de los


habitantes podemos apreciar que el espíritu de esta Constitución es
que se dé una igualdad entre personas y aunque se establece de
forma clara este principio, no abarca el hecho de la protección que
se debe dar en favor de los pueblos indígenas, al contrario como ya
se indicaba no se mencionan los mismos. Con esta situación de
seguir pregonando la “igualdad” se seguía dejando por un lado a mas
de la mitad de la población del país.

Existe entonces una ausencia de derechos en favor de los pueblos


indígenas en esta Constitución, a pesar de que el principio de
igualdad se sostenía como en las anteriores no enmarcaba a este
grupo de la población que seguía siendo más de la mitad del país.

1.6. ACTA CONSTITUTIVA DE LA REPÚBLICA DE


GUATEMALA (El Acta Constituyente de 1851 y su
reforma de 1855).

El 19 de octubre se promulgó el Acta Constitutiva, con solamente 18


Artículos. Dentro de esta se establecía el Poder Ejecutivo, mismo que
era encabezado por un presidente que gozaba de amplias
atribuciones dentro de las cuales se destacaban las facultades de
legislación delegada u veto absoluto, y la autoridad para fiscalizar al
Organismo Judicial y a los funcionaros administrativos.

Dentro de esta Acta Constitutiva que como ya se estableció cuenta


con 18 Artículos basta con analizar a profundidad el artículo 1 de
dicho cuerpo legal en donde se establece quienes pueden ser
considerados como Guatemaltecos, estableciéndose de manera
puntual que lo son todas las personas que hayan nacido en la
República, o que se hallaban en ella al tiempo de hacerse su
independencia de la España.

Por otro lado se hace saber que los hijos de padres guatemaltecos,
aunque hayan nacido en país extranjero también serán considerados
como guatemaltecos y en definitiva las personas naturales de los
otros Estados de Centro América, avecindados en la República.

Hablando de la libertad que gozan las personas se hace muy


importante referencia a que son ciudadanos los guatemaltecos que
tengan una profesión, oficio o propiedad que les proporcione medios
de subsistir con la respectiva independencia, demostrando con esto
que se fomenta a través del trabajo digno el goce de ciudadanía.

De esa cuenta se puede establecer en todo caso que la ciudadanía


era concedida de manera inmediata a la población indígena. En esta
acta constitutiva es evidente que no existe la presencia
indígena, y a pesar de que se toma en cuenta a la población en
general en términos de ciudadanía por ejemplo no contempla de
ninguna forma el hecho de hablar de los Pueblos indígenas.

1.7. LEY CONSTITUTIVA DE LA REPÚBLICA DE


GUATEMALA DECRETADA POR LA ASAMBLEA
NACIONAL CONSTITUYENTE EL 11 DE DICIEMBRE DE
1879, Y SUS REFORMAS (La Constitución de 1879).

Reformas a la Ley Constitutiva de la República de Guatemala,


decretadas a 20 de octubre de 1885.

Reforma a la Constitución de la República de Guatemala


decretada el 5 de noviembre de 1887.

Reforma a la Constitución de la República de Guatemala,


decretada el 30 de agosto de 1897.

Reforma a la Constitución de la República de Guatemala,


decretada el 12 de julio de 1903.

Reforma a la Constitución de la República de Guatemala


Decretada el 11 de marzo de 1921.

Reforma a la Constitucion de la Republica de Guatemala,


decretada el 20 de diciembre de 1927.

Reforma a la Constitución de la República de Guatemala,


decretada el 11 de julio de 1935.

Reforma a la Constitución de la República de Guatemala,


decretada el 12 de septiembre de 1941.

Constitución de la República de Guatemala con todas sus


reformas, vigente hasta el 28 de noviembre de 1944, en que fue
derogada por decreto número 18 de la Junta Revolucionaria de
Gobierno.

Se establece que con fecha 11 de diciembre de 1879 se logra un


nuevo texto. Esta Constitución contenía en total 104 Artículos, y es la
mas duradera hasta el momento en virtud de que duró hasta 1944 a
pesar eso sí de haber tenido varias reformas.
Dentro de los artículos a destacar es necesario manifestar que en el
Artículo 16 hace referencia a que las autoridades de la República
están instituidas para mantener a los habitantes en el goce de sus
derechos, que son: la libertad, la igualdad y la seguridad de la
persona, de la honra y de los bienes. Se le atribuye a la nación un
poder originario pues se establece que los funcionarios no son
dueños sino depositarios de la autoridad, sujetos y jamás superiores
a la ley y siempre responsables por su conducta oficial.

Dentro de los 104 Artículos de esta Constitución se destaca el hecho


de manifestar la libertad que goza Guatemala como nación, así como
la independencia que se posee.

Se recuerda siempre que se deben sostener fuertes los lazos de


unión con otras naciones Centroamericanas. Un punto importante es
manifestar los requisitos que se deben de tener a fin de contar con la
ciudadanía y dentro de ellos se encuentra que con el hecho de ser
mayores de 21 años de edad, y teniendo alguna profesión u oficio
que le permita subsistir será considerado entonces como ciudadano
guatemalteco, no haciendo referencia ni distinción alguna entre
indígena y no indígena, por otro lado sin distinción alguna las
personas que pertenecen al ejército y sean mayores de 18 años
también obtienen de forma inmediata la ciudadanía, no siendo lo
anterior diferenciado entre indígenas y no indígenas.

Al buscar lo relativo a la igualdad entre personas se puede enunciar


en el Artículo 16 que es un derecho que las autoridades de la
República deben no sólo respetar sino mantener a fin de alcanzar
esa armonía de unos con otros. Una situación muy importante a
considerar en esta Constitución es que se declara la libertad de
religión, situación que hasta ese momento no se había dado y que es
favorable a pueblos indígenas a fin de que puedan profanar la religión
que sea de su predilección así como la libertad de culto para ellos
que para nadie es un secreto sostenían la adoración a varios Dioses.

1.8. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE


GUATEMALA, PROMULGADA EL 11 DE MARZO DE
1945.- (La Asamblea Constituyente de 1945).

Es necesario indicar que en ningún momento se puso en tela de juicio


el hecho de sólo realizar una nueva reforma para esta Constitución,
sino que esta Constitución representada un cambio y a su vez el
reconocimiento de nuevos derechos en favor de las personas. Se
planteó de esa cuenta una revolución total para la nueva Constitución
que al mismo tiempo de establecer derechos agregaría ciertas
garantías que recaerían sobre el bien de los miembros de la
población.

El nuevo estilo moral creado por la revolución exige un nuevo


instrumento legal. Una revolución de la profundidad de la nuestra, no
podía conformarse con aderezar algunos artículos de las
Constituciones incumplidas. Necesitamos una nueva Constitución
que instaure de una vez por todas el régimen de legalidad y la
decencia en la vida ciudadana y eso es lo que proponen los
constituyentes de 1945.

El Artículo 1 de esta constitución establece que Guatemala es una


República libre, soberana e independiente, organizada con el fin
primordial de asegurar a sus habitantes el goce de la libertad, la
cultura, el bienestar económico y la justicia social. Su sistema de
gobierno es democrático - representativo.

Continúa manifestando el Artículo 2 lo referente a la soberanía


radicada en el pueblo, quien delega su ejercicio en los organismos
Legislativo, Ejecutivo y Judicial, entre los cuales no hay
subordinación. El principio de alternabilidad en el ejercicio del
cargo de Presidente de la República, es imprescindible para el
sistema político nacional, y el pueblo podrá recurrir a la rebelión
cuando se osare conculcar dicho principio.

No se reconoce otro tipo de idioma de nueva cuenta en esta


constitución pues sólo se toma como oficial el español.

Dentro de los primeros artículos de esta Constitución se puede


analizar que se sigue con el hecho de remarcar que Guatemala es
una Republica, asimismo se establece que como fin primordial el
hecho de que se debe garantizar a los habitantes esa tan anhelada
libertad así como es desarrollo de la cultura a fin de lograr con esto
esa valoración que se debe dar por lo propio del país y esa riqueza
inagotable que engrandece al Estado; el bienestar económico
también juega un papel importante dentro de los que establece esta
Constitución y el fomento del mismo.

Un punto en el que no se toma en cuenta directamente a las


poblaciones indígenas es en el tema del idioma oficial el cuál se
estableció debía ser el español, no dejando espacio para los
idiomas originarios que se hablaban por gran porcentaje del
país.
Es interesante que esta Constitución se enfoca principalmente a
conceder a todos los ciudadanos las garantía individuales a fin de
que cada uno alcance su desarrollo particular y en su Artículo 21 se
establece algo que empieza de alguna forma a rescatar ciertos
derechos en favor de los pueblos indígenas al establecer que se
declara ilegal y punible cualquier discriminación por motivo de
filiación, sexo, raza, color, clase, creencias religiosas o ideas
políticas.

Artículo 21. Toda persona goza de las garantías que establece esta
Constitución, sin más restricciones. que las que ella misma expresa.
Con igual salvedad se declara ilegal y punible cualquier
discriminación por motivo de filiación, sexo, raza, color, clase,
creencias religiosas o ideas políticas.

Lo anterior se puede considerar un intento por rescatar al Estado


Guatemalteco de varias formas de discriminación entre unos y otros,
pero particularmente de los denominados ladinos hacia la población
indígena. Una de las funciones primordiales que tiene el Estado es
procurar que todos sus habitantes sin excepción gocen de un
bienestar que les permita incrementar su riqueza gozando con esto
de una vida a plenitud sin distinción alguna.

La importancia que se le da a los derechos humanos es


fundamental dentro de esta Constitución y vale la pena resaltar que
se toman en cuenta como principales la vida, la libertad
entendiéndose con esto que no se permitía bajo ninguna
circunstancia alguna forma de esclavitud, la igualdad buscando con
esto que en un Estado tan multicultural lo que se de principalmente
sea el respeto entre personas y el fomento al trato digno e igualitario
entre los mismo así como la seguridad misma que debe ser
plenamente garantizada como punto mínimo de bienestar social,
pues a la persona se le debe garantizar lo relativo al resguardo de su
honra y de los bienes. A ninguna persona puede impedirse lo que no
prohíbe la ley.

Dentro del Artículo 28 se menciona que se puede tener sin


excepción alguna disponibilidad de los bienes propios media vez esta
práctica no contravenga lo establecido en la ley y si se adhiere que
en el Artículo 29 se refiere particularmente que es libre la profesión
de todas las religiones, así como el ejercicio de todos los cultos
entonces se puede evidenciar que de a poco se van respetando aún
mas los derechos individuales de las personas y por ende de los
pueblos indígenas. Aunque no se establezca de manera clara lo
relativo a las religiones o celebración de cultos que puedan tener las
personas indígenas se da vía libre para que puedan ejercerla y
seguirla sin ninguna preocupación.

La Constitución de 1945 se inscribe en el denominado


constitucionalismo social que supera la visión liberal individualista de
los “derechos a la libertad, la igualdad y seguridad de las personas,
de la honra y de los bienes” (Artículo 16 de la Constitución de 1879).

La Constitución de 1945 se vio influida, a decir de sus cons-


tituyentes, por las cartas fundamentales de España, Cuba, Mé- xico
y Costa Rica.

En cuanto a la regulación de los derechos de los pueblos indios, la


Constitución:

Declara de interés y utilidad nacionales, el desarrollo de una política integral para el mejoramiento
económico, social y cultural de los grupos indígenas. A ese efecto, pueden dictarse las leyes,
reglamentos y disposiciones especiales para los grupos indígenas contemplando sus
necesidades, condiciones, prácticas, usos y costumbres.

La Constitución de 1945 entre las obligaciones presidenciales


estableció:

“Crear y mantener las instituciones y dependencias convenientes que


concentren su atención sobre los problemas indígenas y garanticen
de manera efectiva el empleo de los servicios del gobierno en favor
de la resolución de aquellos problemas” (Artículo 137, inciso 15).

Concedió constitucionalmente autonomía a la Universidad de San


Carlos y fijó entre sus obligaciones: “poner todo su empeño en la
resolución del problema indígena” (ley orgánica).

En política cultural, vinculada a la cuestión indígena y amparados en


el citado Artículo 83 constitucional, los gobiernos revolucionarios
de Arévalo y Arbenz llevaron a cabo las siguientes iniciativas:

Por acuerdo gubernativo de fecha 28 de agosto de 1945 fue creado


el Instituto Nacional Indigenista. Se creó el Instituto de Antropología
e Historia (1945) y se aprobó el convenio de adhesión al Instituto
Indigenista Interamericano (1945).
Al promulgar el Código de trabajo se abolió la discriminación por
motivos de raza, religión, credos políticos y situación económica. Se
preceptuó la modalidad del uso de las lenguas indígenas en los
tribunales, en las zonas predominantes de esa cultura (1947).

Se sanciona el Decreto 444, “Estatuto de uniones de hecho”, en


donde son aceptados los matrimonios de acuerdo con las
costumbres, tradiciones y ritos indígenas (1947).

El Decreto 426 protege la producción de tejidos indígenas.

Por Acuerdo del 3 de agosto de 1950 se regula sobre los alfabetos


de las lenguas indígenas más importantes de Guatemala (kachiquel,
quiché, kekchí y mam). Los decretos anteriores en materia de
lenguas indígenas procuraban extinguirlas.

Se gestó el Decreto 223 (Ley provisional de sindicalización), que el


Código del trabajo reguló después en detalle, pues en un primer
momento cerró el paso a las organizaciones agrícolas a las cuales
abrió espacio hasta 1948, cuando se proclamó y entró en vigor el
código de trabajo. El primero de mayo de 1948 entró en vigor el nuevo
Código de Trabajo. El primero en Guatemala que junto a la fundación
del seguro social representan las más importantes realizaciones en
materia de legislación social.

En materia agraria, la Constitución estableció en su Artículo 91 que


“El Estado reconoce la existencia de la propiedad privada y garantiza
su función social sin más limitaciones que las determinadas por la
Ley, por razones de necesidad, utilidad pública o interés nacional”, y
en el Artículo 92, que: “Por causa de utilidad o necesidad pública o
interés social legalmente comprobado, puede ordenarse la
expropiación de la propiedad privada, previa indemnización”.

Los artículos transcritos constituyeron la base constitucional de la


reforma agraria guatemalteca influida por la reforma agraria
mexicana.

El Artículo 39 es una clara muestra de la “buena fe” que se tiene


para buscar y fomentar la igualdad entre personas, no deja ninguna
duda al hecho de que se busque respetar el derecho de igualdad para
todas las personas aunque el artículo que en esta Constitución
menciona de forma directa a los pueblos indígenas es el 52 y algo
que realmente quedará para la historia es el hecho de que se
deje plasmado tajantemente que debe ser de utilidad e interés
públicos el problema indígena.

La Constitución protegió irrestrictamente la propiedad privada. No le


atribuye función social (Artículo 124) ni prohíbe los latifundios,
autoriza la enajenación de bienes nacionales en favor de particulares
(Artículo 216) y protege especialmente las inver- siones extranjeras.

Naturalmente que la primera acción “legislativa” fue la de rogación de


la Constitución de 1945 y su sustitución por un estatuto político, que
otorgó todo el Poder Legislativo y el Ejecutivo a la junta de gobierno
presidida por Castillo Armas, a la que le sucedió la Constitución que
entró en vigor el 1 de marzo de 1956.

La tarea como debe ser de tomar cartas en el asunto al referirse a


este tema tan importante es delegada al Estado y se rige que éste
deberá acudir con la mayor actividad y celo a su solución. No sólo se
da una imposición para abordar esta problemática sino también se
considera que se deben crear las instituciones y dependencias que
se requieran. Asimismo se detalla que a fin de minimizar los
problemas que sufren los indígenas o las poblaciones multiétnicas se
deberá dictar leyes tanto penales, civiles, procesales, comerciales,
agrarias y de trabajo, generando también todo tipo de disposiciones
que aseguraran la resolución de cualquier tipo de problemas que
presentaran los pueblos indígenas en su desarrollo particular y social.

Como hecho importante que marcó esta Constitución se debe


mencionar la revolución de Octubre en virtud de que con esta se
marca el inicio de la emancipación legal de los pueblos indígenas
esto porque entre otras cosas se prohibió el trabajo forzado y se les
da la oportunidad de ejercer sus derechos políticos.

La Constitución de 1945 buscó hacer partícipe a los indígenas de la


sociedad no sólo reconociéndoles derechos sino dando las pautas a
fin de que se fortaleciera ese acercamiento e inclusión social, a fin de
que aparte de valorar se respetara y se enalteciera esta cultura. Para
terminar de recopilar lo que esta Constitución significó para los
pueblos indígenas se manifiesta que dentro de esta si se aborda por
primera vez la cuestión indígena como un problema que debe ser
resuelto a fin de lograr una plena armonía entre ciudadanos,
enfocándose en la igualdad entre personas y el respeto a los
derechos humanos.

1.9. CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA


DECRETADA POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EL
02 DE FEBRERO DE 1956.

Esta Constitución contaba con el antecedente de que la anterior


había reconocido de forma directa en sus artículos el problema de los
pueblos indígenas y lo afrontaba como una situación a la cual se le
debía de dar una solución pronta y adecuada creando inclusive
instituciones que pudieran salvaguardar los derechos de los pueblos
indígenas.

Se mencionará que esta Constitución reconoce también derechos y


garantías que deben ser cubiertas a fin de seguir manteniendo esa
igualdad y reconocimiento de que tanto se había hablado en la
Constitución anterior. Se parte del punto que a pesar de que se vive
en un Estado multicultural se sigue manteniendo como idioma oficial
el español. En un artículo se establece que el sufragio se considera
optativo para las personas analfabetas, recordando que en esos
tiempos la mayoría de las personas indígenas eran analfabetas
aunque gracias a este artículo se les brindaba la posibilidad de
participar en comicios electorales.

Llama poderosamente la atención que se utilice el término minorías


numéricamente estimables y se les reconoce que tendrán
representación en los cuerpos colegiados que se integren por
elección popular, aunque con lo anterior se buscaba no dejar fuera a
cualquiera de las minorías sociales que existiera como pueden ser
las personas indígenas. Como garantía individual absoluta se
estableció que todos los seres humanos eran libres e iguales en
dignidad y derechos, reiterando que nadie podía ser sometido a
servidumbre ni a otra condición que menoscabe su personalidad
siendo esto un claro llamado a la prohibición de esclavitud.

Algo muy importante que se destaca en esta Constitución es que


cualquier discriminación por motivo de raza, color, sexo, religión,
nacimiento, posición económica o social, u opiniones políticas se
declara como ilegal, y ante esto se entiende que toda acción ilegal
conlleva cierto castigo o sanción. De esta forma se disminuía de
forma directa la discriminación por motivos sobre todo de raza.
Un aspecto a resaltar es de que se garantiza el ejercicio de todas las
religiones y con esto las creencias que cada persona podía tener, no
olvidando que los mayas tenías diversidad de culto y esto les
beneficiaba en cuanto al hecho de que se les daba esa libertad y
reconocimiento legal.

Un punto necesario como lo había sido en todas las Constituciones


era hablar de cultura y por supuesto que no sólo había
reconocimiento para esta sino un fomento por parte del Estado, ya
que se resguardaba toda la riqueza arqueológica, histórica y artística
existente en el territorio de la República.

El Artículo 110 establecía que era un interés público el fomento de


una política integral para promover el desarrollo de la cultura y el
mejoramiento económico y social de los grupos indígenas, con esto
se reconocía al indígena y se valoraba su presencia así como su
desarrollo dentro de la sociedad. Algo importante a su vez eran las
condiciones igualitarias que se planteaba para ladinos y no ladinos
para obtener un cargo público.

1.10. CONSTITUCION DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA


DECRETADA POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EL
15 DE SEPTIEMBRE DE 1965.

En esta nueva Constitución se tiene la necesidad por parte del Estado


a crear un compromiso al mejoramiento socio-económico de los
grupos indígenas para su integración en la cultura nacional. Se busca
evitar la discriminación y sancionarla a fin de que cada vez sean
menos los casos en los cuales se vaya a desarrollar este inadecuado
comportamiento.

A pesar de intentar ser una Constitución que pueda tener inclusión


es necesario manifestar algunos puntos importantes dentro de la
misma partiendo del hecho que se establecía que el idioma oficial es
el español, acá también se establecía que para ser ciudadano el
único requisito era ser mayor de dieciocho años no haciendo ningún
tipo de exclusión social.

En cuanto a garantías constitucionales se estableció que en


Guatemala, todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad
y derechos. El Estado garantiza como derechos inherentes a la
persona humana: la vida, la integridad corporal, la dignidad, la
seguridad personal y la de sus bienes. Ninguna persona puede ser
sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su
dignidad y decoro. Se prohíbe cualquier discriminación por motivo de
raza, color, sexo, religión, nacimiento, posición económica o social u
opiniones políticas”.

Se tomó como una obligación primordial del Estado el fomento y la


divulgación de la cultura en todas sus manifestaciones. La educación
tiene como fines principales el desarrollo integral de la personalidad,
su mejoramiento físico y espiritual, la superación de la
responsabilidad individual del ciudadano, el progreso cívico del
pueblo, la elevación del patriotismo y el respeto a los derechos
humanos.

Un punto muy importante es que se declarara de urgencia nacional


la del país orientado hacia la educación fundamental del pueblo. Es
obligación social contribuir a la alfabetización. El Estado deberá
organizarla y promoverla con todos los recursos necesarios”.

Con lo anterior se llega a un breve análisis de algunos artículos que


en la historia Constitucional Guatemalteca y sin contar con nuestra
actual Constitución se han tenido en cuanto a la cuestión indígena.

CLASE 4

Fecha: 08-02-2023

SUMARIO

1. Definición de Derecho Indígena


2. Principios que rigen el derecho indígena
3. Características del derecho indígena
4. Elementos



1. Definición de Derecho Indígena

Es necesario manifestar que en cuanto al derecho indígena se


encuentra en la legislación algunos apartados especiales en normas
que serán aplicadas a los miembros de comunidades, grupos,
aldeas, caseríos o en sí un lugar donde se haya establecido un grupo
de personas pertenecientes a la cultura indígena.Conlo anterior se
debe ser claro en afirmar que la legislación contempla el pleno
reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas y que en todo
momento se busca el cumplimiento de lo establecido en la Ley
Suprema referente al derecho constitucional de igualdad.

Al hablar de Derecho Indígena se toma como sinónimo de Derecho


Consuetudinario y al referirse a estos se consideran como: “ normas
de carácter tradicional y legal que no se encuentran codificadas y
escritas pero que han subsistido con el pasar del tiempo y que son
propias de una cultura determinada en donde se establece la forma
en la cual se corregirán acciones que vayan en contra del orden
social, como deben aplicarse las sanciones y quien debe de
aplicarlas”. Es un sistema jurídico o derecho que nace históricamente
en el seno de cada pueblo, producto de la vida social, sus formas de
organización en los procesos de producción, actividades cotidianas,
trabajos colectivos y búsqueda de satisfacción de las necesidades
básicas de cada individuo y colectividad. Para los Pueblos Indígenas,
este cuerpo normativo se basa en los principios y valores del derecho
a la vida.

“Es el conjunto de sistemas, normas, principios, leyes, autoridades


que rigen y regulan la convivencia de una familia, comunidad o
pueblo. Tiene la misión principal de guardar el equilibrio, la armonía
y equidad en las relaciones económicas, políticas, sociales,
culturales, educativas, jurídicas y otros sistemas, así como el
conjunto y diversidad de autoridades que intervienen en el Derecho
Indígena, llámese Derecho Kuna, Derecho Maya, Derecho tzeltal
etc”.

No está demás recordar que al derecho indígena se le denomina


también consuetudinario, derecho de costumbre. Lo han ido
practicando las comunidades de generación en generación
convirtiéndose en una herencia milenaria que siempre ha estado
presente.

Poseen una base que es la cosmovisión maya, que se afianza para


regir la conducta del ser humano en sociedad y sus relaciones
personales, familiares, patrimoniales y recordando lo elemental que
es el derecho a la vida. Para el efecto se cuenta con autoridades que
serán las que lo van a aplicar guardando entre sí esa jerarquía que
le permite a través de su conocimiento y experiencia juzgar y resolver
de manera equitativa cualquier situación que merezca su
conocimiento e intromisión en favor de continuar con el bien común.
Todo parte de la filosofía que como pueblos tienen y donde se
persigue una armonía entre todos los miembros, no dejando a nadie
por un lado, al final ser lo más justos y ecuánimes posible.

Fundamental es decir que este derecho, del cual se hace


referencia, no ha muerto, se mantiene vigente y se aplica en
diversas comunidades, por supuesto que han existido variaciones
pero en todo caso su aplicabilidad ha cambiado respecto a las formas
por medio de las cuales se hace cumplir lo establecido a fin de
mantener esa tan anhelada armonía entre pueblos.

Pero hay que tomar algo muy en cuenta y es la circunstancia de la


que se hablaba al principio, no es un derecho codificado y las
personas indígenas que lo practican deben respetar las normas
legales establecidas dentro del Estado al cual pertenecen.

2. Principios que rigen el derecho indígena

Principio: Primer instante del ser, de la existencia, de la vida. Razón,


fundamento, origen, causa primera. Fundamentos o rudimentos de
una ciencia o arte. Máxima, norma, guía.

Un principio es la idea fundamental que rige las manifestaciones


exteriores de la voluntad. “Son los fundamentos, las máximas que
rigen un determinado comportamiento.”

Al momento en que se hace referencia a la palabra principio se puede


imaginar como el comienzo de algo, el punto de partida que da inicio
a algo, el instante en el cual se toma como referencia de los
comienzos puros, concretos y exactos de algo, ¿Qué puede ser ese
algo? En este caso se precisa ese instante de existencia de la norma
o guía que regirá las distintas clases de derecho.

La aplicación de la justicia que se practica en las comunidades donde


se impone el derecho indígena también se basa en ciertos principios
a fin de mantener ese equilibrio en cuanto a la justicia, la igualdad y
el respeto. Resaltando los principios básicos resulta puntual
manifestar que todos se orientan a mantener una adecuada
armonía en la convivencia de las personas, un equilibrio que se
dé entre normas que darán a cada quien lo que le pertenece.
Al mencionar la armonía como uno de estos principios se toma en
cuenta que con esta se busca que las partes estén satisfechos con
lo que se resuelve, se debe ser lo mas equitativo posible en todo lo
que tenga que ver con la aplicación de castigos y redención de penas.

No cabe duda que las autoridades que apliquen el derecho indígena


deberán estar en concordancia y relación con estos relevantes y
precisos principios en beneficio no sólo de mantener la armonía
necesaria sino de impartir de manera adecuada la justicia en las
comunidades.

Principio de dualidad: En la filosofía maya la dualidad no significa


antagonismo, es decir no existen contrarios, sino se complementan,
por ejemplo la vida será complementada por la muerte, el día tiene
como complemento la noche, lo bueno y lo malo, etc. Los opuestos
forman una unidad a favor de la vida, del equilibrio, la armonía, la
templanza y la esperanza.

Principio de procesalidad: Es un camino que se debe recorrer para


aprender. En la vida se aprende y es la que enseña a tomar
decisiones e iniciar procesos. Este principio motiva a una actitud de
flexibilidad ante nuevos cambios y nuevas acomodaciones de la vida.

Principio de complementariedad: Va unido al de la dualidad y su


principal expresión es la unión del hombre y la mujer. Ambos deben
tener una responsabilidad común ya que concluyen un proceso o
ciclo de vida al momento de la fecundación. La pareja es la que refleja
el sol y la luna.

Principio de respeto: Indica que todas y cada una de las personas


deben situarse como parte de un todo; hacer daño al otro significa
dañarse a sí mismo. Es un proceso de interiorización del consejo del
anciano y del sentido del valor del otro. De este principio nace el
sentido de reparación del daño causado a una persona, o a las cosas
existentes sobre la madre naturaleza, mayormente cuando el daño
se hace intencionalmente.

Principio de consenso: Motiva para llegar a un acuerdo, a una


complementariedad de criterios y opiniones de las personas, se da
por medio del diálogo y la participación de todos. Con este principio
se intenta alcanzar un beneficio colectivo debido que el interés
común prevalece sobre el particular.
Principio de participación: Este principio se refiere a que cada
miembro de la comunidad y de la familia debe proponer y aportar.
Para cualquier decisión que desea tomar la comunidad se deben
tomar en cuenta los intereses y necesidades de cada uno de sus
miembros. Solamente con la participación de todos los miembros de
la comunidad la acción se convierte en legítima.

Principio de aporte o de contribución: Se inspira en el sentido de


la responsabilidad y la corresponsabilidad comunitaria, se funda en
la ayuda y contribución mutua. El aporte no precisamente debe ser
material, puede ser intelectual que se cumple cuando se dan ideas o
consejos a algún miembro de la comunidad cuando lo necesita.

Principio de escucha: Se fundamenta en el sentido que no todo está


terminado, acabado, por el contrario la escucha permite llegar a
conclusiones consensuadas y reflexionadas en grupo, se actúa
entonces desde una verdad o criterio reconstruido, porque la escucha
permite obtener más información sobre lo que se va a discutir;
permite hacer consultas internas al grupo, en la casa o en la
comunidad; permite tomar decisiones a partir de discusiones
individuales y colectivas; permite igualmente conocer la decisión y los
intereses individuales latentes de todos los miembros y, finalmente,
permite sensibilizar, analizar, dialogar y negociar cualquier tema de
interés colectivo.

Todos los principios que rigen al derecho indígena se


complementan y en muchas ocasiones a los mismos se les puede
ver como características que definen este derecho y todo lo que
engloba al mismo; es muy necesario hacer notar que no existen
materias diferenciadas en derecho indígena, puesto que se maneja
de forma general y en todo busca el bienestar de las personas a las
cuales se les aplica el mismo, no olvidando la esencia de sus
principios y el bien que se persigue con la aplicación del derecho
indígena a las personas.

3. Características del derecho indígena

Es necesario resaltar que el derecho indígena posee características


muy propias las cuales van resaltando lo mas importante y
significativo de su esencia, siendo un derecho tan antiguo cuenta con
procedimientos por medio de los cuales se han de resolver los
conflictos surgidos, pero es muy importante hacer mención de que
esas reglas para el comportamiento contemplan a su vez la
cosmovisión, la espiritualidad, el principio del bien común y la cultura
que engloba a estos pueblos. También se establece normas que se
aplican a la administración de las tierras por ejemplo, los deberes y
derechos que poseen los miembros de las comunidades entre otros
derechos sociales del ser humano.

Consensual: de carácter meramente consensual en virtud de que


tanto las autoridades como los consejos que en su mayoría se forma
por ancianos toman decisiones en conjunto a medida que se le dé la
mejor solución posible a los distintos problemas presentados.

Es eminentemente oral: en este sentido se hace mención a que


todo, absolutamente todo es oral y las partes manifiestan sus
argumentos los cuales son escuchados y contestados por las
autoridades respectivas.

Es de principio integral: la persona tiene un valor primordial, bajo


ninguna circunstancia existen diferencias por clases sociales.

Es de carácter preventivo: en todo momento lo que busca es que


las personas se conduzcan de manera adecuada dentro de la
comunidad y en caso contrario se les asigna un trabajo para que
colaboren y produzcan en beneficio de todos considerándose estas
sanciones leves.

Es gratuito para las partes: en todo caso resulta muy real que no
se realiza pago alguno a las autoridades por mediar en la resolución
de conflictos, es así en todos los casos y niveles.

Es rápido: lo que interesa es conocer, escuchar y dictaminar la


decisión final que las partes deberán cumplir, por esta razón es que
se realiza todo de manera rápida y sencilla.

Es reparador o restitutivo: en diversas ocasiones se ha ocasionado


algún daño o menoscabo, esta característica hace referencia al
hecho de que si bien no en todas las ocasiones se puede restituir
íntegramente el daño causado se busca que las cosas sean
restituidas en el estado en el que se encontraban.
Es flexible: según los casos, se proponen alternativas para que las
partes puedan avenirse y conciliar.

4. Elementos

Flexibilidad: esto se refiere de forma directa a la manera en que se


van a arreglar todos los problemas que sean puestos a consideración
de las autoridades correspondientes, buscando la mejor solución a
los problemas sin tener que agrandar las circunstancias que lo
provocaron, ante todo encontrar variantes que ayuden a su mejor
culminación.

Dinamismo: esto se refiere como elemento a que en el derecho


indígena concurren varios personajes para alcanzar una solución a
los problemas que estén ocurriendo, entre ellos se pueden mencionar
a las autoridades, a la población a los familiares entre otros.

Circulación: con este elemento se manifiesta que el derecho


indígena se aplica como un derecho preventivo y que se va a
desarrollar en todos los ámbitos del ser humano como tal a fin de
prever y subsanar su vida en comunidad.

CLASE 15 de febrero de 2023.

SUMARIO

1. La Interculturalidad
2. Cosmovisión maya
3. Autoridades en el derecho indígena

1. La interculturalidad

“Interculturalidad es el proceso que conlleva la posibilidad de la


convivencia entre culturas, sabiendo que existen vínculos y valores
comunes, así como la necesidad de establecer relaciones entre ellas,
puesto que son interdependientes y a la vez son potencias de
desarrollo, en tanto se tenga la disponibilidad de aprender de la otra
u otras culturas”.

Analizando la definición anterior de interculturalidad e integrando la


misma se puede entender quese manifiesta gracias a la rica
diversidad de culturas con las cuales se cuenta en territorio nacional,
siendo uno de los fines de la misma el hecho de poder lograr la unión
adecuada y pacífica de cada una de esas culturas para llegar a un
estado ideal.Por lo tanto la interculturalidad es esa diversidad de
culturas étnicas que se encuentran distribuidas a lo largo del territorio
nacional y que conservan ciertos tipos de elementos que las
diferencian de otras, todo ese mestizaje que se va interrelacionando
y que hace de este territorio un lugar multiétnico, multilingüe y
multicultural.

Los pueblos indígenas poseen diversas etnias y como es sabido en


Guatemala existen otras culturas como pueden ser los garífunas,
xincas, grupos sociales como lo son los ladinos. Lamentablemente
no se aprovecha para bien esa mezcla tan rica de culturas y
tradiciones a fin de tener un mejor desarrollo, económico, político,
cultural y social.

2. Cosmovisión maya

La cosmovisión maya es la forma en que el pueblo ve y analiza cada


una de las cosas que se encuentran a su alrededor en el universo,
aclarando un poco al respecto se referirá al conjunto de tradiciones
que ellos poseen y que desean seguir cumpliendo con el pasar de los
años. Todo lo referente asus derechos, costumbres y tradiciones las
han ido adoptando como herencia milenaria y siguen el ideal de
resolver a través de medios pacíficos cualquier tipo de conflictos.

3. Autoridades en el derecho indígena

Es necesario conocer las autoridades que intervienen en la


administración de justicia en el derecho indígena

Los ancianos y ancianas: Representan la autoridad más importante


y son reconocidos por su creatividad y rectitud. Normalmente, son las
personas que tienen 24 años o más, de servicio ala comunidad.

Sacerdote maya: Frecuentemente se reduce su función a ser


simplemente un guía espiritual o religioso. Pero realmente sus
funciones en la comunidad son las siguientes: ceremonias, sigue el
movimiento del calendario, observa el movimiento del sol, asigna
nombre a los niños cuando nacen, son consejeros y asignan los días
favorables para la solución de problemas.
Comadronas: Son las que acompañan desde la concepción de los
hijos hasta 60 días después del parto. Su función principal es
asesorar a las familias, los padres y abuelos sobre la evolución del
futuro ser. Por ello, dan consejos sobre los cuidados que requiere el
niño que va a nacer, y preparan física y psicológicamente a las
futuras madres conforme los principios de la medicina maya. Se
podría decir que es la ginecóloga maya.

Curanderos: Son las personas que tienen amplios conocimientos


sobre la aplicación de la medicina natural e integral.

Intermediarios: Son personas que poseen cualidades para la


negociación. Son diplomáticos y hábiles para las relaciones sociales,
quienes intervienen al momento de pedir permiso para formar una
nueva familia.

Padres de Familia: Son los primeros en dar el ejemplo, aconsejar,


educar y criar a sus hijos desde la cosmovisión maya.

Tíos y Tías: Como parte de una familia también están obligados a


dar buenos ejemplos a los demás miembros de la familia y actuar
respetando los principios de la cultura maya.

Los Padrinos: Esta autoridad fue introducida por el catolicismo, sin


embargo actualmente ocupan un lugar importante en la vida familiar
y comunitaria del pueblo maya.

Alcaldes Indígenas: Estas autoridades tienen sus formas propias de


elección, el servicio que prestan no es remunerado, las decisiones
tomadas según su cosmovisión, en lo interno de las comunidades
son reconocidas constitucionalmente y representan a la autoridad
máxima, tiene reconocimiento internacional y son respaldados y
legitimados por las comunidades; entre las funciones de las
autoridades sobresalen: orientar la resolución de problemas y
conflictos: impartir justicia Maya y aplicar medidas correctivas según
la gravedad del caso, entre otros.
ANEXOS

1. Aplicación del derecho indígena, función principal de la


alcaldía indígena en el Municipio de Zacualpa,
Departamento de El Quiché

1.1. Municipio de Zacualpa

A. Ubicación geográfica del municipio

El Departamento de El Quiché está integrado por 21 municipios y


entre ellos el Municipio de Zacualpa, que limita al norte con San
Andrés Sajcabajá y Canillá; al este con Joyabaj; al sur con Joyabaj y
Chiché; y al oeste con Chinique, Chiché y San Andrés Sajcabajá,
todos del departamento del Quiché. Su área territorial es
aproximadamente de 247.73 kilómetros cuadrados y una altura de
1,496 metros sobre el nivel del mar.

B. División político-administrativa

El municipio cuenta con las siguientes aldeas, Arriquin, Camacutz


Chicha, Chimatzatz, Chixocol, Chuchuca, Chojolonquiej,
Chutzaq ́balkik, La Cumbre, La Vega, Pacoc I, Pacoc II, Pasojoc,
Piedras Blancas, Potrero Viejo, Potrero Viejo I, San Antonio Sinache,
San Antonio Sinache I, San José Sinache II, Tierra Blanca, Tonala,
Trapichitos I, Trapichitos II, Tinaja I, Tinaja II, Túrbala, Túrbala I,
Xejox, Xemosche, Xicalcal, Xoljib.

C. Historia del municipio

El territorio que ocupa actualmente el Municipio de Zacualpa fue


conquistado en el siglo XIII (entre 1250 y 1300 después de Cristo)
por guerreros de origen mexicano, que conquistaron a la población
nativa de habla quiché, arrebatando su idioma e imponiendo su
organización política y patrones culturales. En ese período, previo a
la llegada de los conquistadores, Zacualpa se llamó Pamacá, de
acuerdo con la información contenida en el Popol Vuh.
“El origen del actual pueblo de Zacualpa se remonta al año 1549,
cuando en cumplimiento de una Real Cédula y siguiendo las
instrucciones giradas por el Oidor Pedro Ramírez de Quiñónez, los
misioneros dominicos procedieron a reducir o congregar en pueblos
a la población indígena que vivía dispersa, con la finalidad de facilitar
la evangelización y el control de la mano de obra. Durante el periodo
colonial el pueblo fue conocido con los nombres de Azacualpa, La
Zacualpa o Espíritu Santo de la Zacualpa.”

Se cree que el fundador del pueblo fue el fraile dominico Diego de


Robledo, razón por la cual el pueblo fue conocido como Sacualpa de
Robledo durante cierta época y que se construyó con los habitantes
de los antiguos asentamientos de Ahauquiché, Nihaib, Cahuiquib,
Roqueché y otras de la zona.

Por el año de 1631, el alcalde mayor de Verapaz, Martín Alfonso


Tovilla hizo una visita a la región, señalando que visitó el pueblo
Zacualpa del Espíritu Santo o Tzacualpa, que contaba con más de
400 casas (lo que permite suponer no menos de 2,000 habitantes) y
que estaba otorgado en encomienda al español Fernando Ruiz de
Contreras, Secretario del consejo de Indias del Rey de España.

En 1690, el cronista Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, en su


obra Recordación Florida, anota que Zacualpa tenía una población
de 530 habitantes que producía las mejores granadas del reino.

El arzobispo Pedro Cortés y Larraz, en su Descripción Geográfica-


Moral de la Diócesis de Goathemala, (1769), señala que el tiempo de
su visita a la población contaba con solamente 426 habitantes, en
tanto que a principios de ese siglo (siglo XVIII) tenía unos 15,000
habitantes, suponiendo el prelado que la causa no era tanto la
migración a la costa, como señalaban los informes oficiales, sino que
el abandono de las reducciones y el refugio en las montañas.

Durante el periodo colonial Zacualpa perteneció al Corregimiento de


Tecpanatitán o Sololá, que a partir de 1785 se convirtió en la alcaldía
mayor de Sololá y que comprendía los actuales departamentos de
Suchitepéquez, Sololá y Quiché.

En noviembre de 1825 la Asamblea Constituyente del Estado de


Guatemala, decretó la división del territorio del Estado en 7
departamentos, uno de los cuales era el de Suchitepéquez y Sololá.
Este departamento estaba dividido en seis distritos, entre ellos
Joyabaj, al que pertenecía la municipalidad de Sacualpa. A partir de
1852 Suchitepéquez se separa de Sololá y el 12 de agosto de1872
es creado el Departamento de El Quiché, apareciendo Zacualpa
entre los municipios que lo integraban.

D. Etimología de la palabra Zacualpa

Existen varias versiones sobre el significado del nombre de Zacualpa.


Según el cronista Fuentes y Guzmán, al lugar lo llaman la Tzacalpa
que significa pueblo viejo. De acuerdo con el historiador Jorge Luis
Arriola, es una palabra derivada de idioma náhuatl tzacual-pan, que
significa lugar de encierro o escondrijo; de tzacoali, encierro y pan,
sufijo locativo. Finalmente, el historiador Francis Gall anota en el
Diccionario Geográfico de Guatemala, que Tzacualli significa
montículo y pan significa lugar de abundancia, lo que daría
abundancia de promontorios.

Durante el período hispánico se conoció a la cabecera como


Azacualpa, La Zacualpa, o Espíritu Santo La Zacualpa. Durante el
período indígena se le conoció como Pacamá.

La alcaldía indígena en el Municipio de Zacualpa

Breve historia de la alcaldía indígena en el Municipio de


Zacualpa

La alcaldía indígena fue una institución que existió en épocas atrás,


sin embargo, había venido funcionado conjuntamente con la cofradía,
como actualmente funcionan otras alcaldías indígenas que aún
sobreviven.

Esta institución se disolvió, debido al enfrentamiento de la guerra fría


de los años 80 que afectó dramáticamente a los pobladores del
Municipio de Zacualpa, particularmente a la población indígena que
fue la que más sufrió y entre ellos los miembros o autoridades de esta
institución, quienes fueron amenazados, atados, torturados y
eliminados físicamente por parte del ejército. Así mismo influyó la
falta regularización del reconocimiento oficial de la alcaldía indígena,
ya que según “Un estudio de la defensoría maya, las alcaldías
indígenas existían en la mayor parte del país, pero fueron
desapareciendo tras su desregularizaciòn. Las leyes sólo admitían
como oficial una alcaldía, a la que había que llegar a través del
sistema de elección partidaria.”

En 1999 se constituyó la alcaldía indígena, en el Municipio de


Zacualpa del Departamento de Quiche, como una institución
independiente de la cofradía y para su integración se nombró a cuatro
personas ancianas por consenso de la población indígena. Dicho
acto fue eminentemente verbal, no se hizo constar en ninguna acta.

La alcaldía indígena se estableció debido a que en 1998, el Municipio


de Zacualpa se vio afectado por hechos de violencia común, como
constantes asaltos, robos, entre otros; situación por la que según los
pobladores, las autoridades estatales no lograron hacer algo al
respecto. La comunidad aprehendía a los ladrones y lo entregaban a
las autoridades oficiales correspondientes, ya que por ley era todo lo
que podía hacer.

Cuando los miembros de la comunidad se dieron cuenta que las


personas imputadas de algún delito ingresaban a la cárcel y al día
siguiente salían libres; perdieron la confianza en la capacidad de las
autoridades para ejecutar la ley, se enfurecieron y empezaron a
tomar la justicia por sus propias manos, linchando a toda persona
que descubrieran cometiendo algún delito. En aquel momento don
Valerio Tomin, alcalde primero indígena actual, orientó a la población
que no se perpetraran más linchamientos, los instó a que se
organizaran y crearan una autoridad máxima indígena, para con ello
resolver los problemas que surgieran en el municipio de acuerdo a
sus normas, principios y valores y ante todo respetando la vida.

La alcaldía indígena del Municipio de Zacualpa, es una institución


que regula la convivencia entre sus miembros a través de la
aplicación del derecho indígena y por consiguiente, su objetivo es
mantener la paz social en su comunidad, previniendo la violencia. Por
medio de esta institución, la población indígena hace valer sus
derechos, ya que consideran la aplicación del derecho
consuetudinario un procedimiento de justicia heredado por sus
ancestros.

La alcaldía indígena no emite resoluciones, sus fallos o decisiones


son emitidos a través de actas, las cuales les denominan actas de
compromiso, que son plasmadas en el libro de actas autorizados por
ellos mismos.
Actualmente la alcaldía indígena es institución que no cuenta con un
inmueble propio, rentan una oficina cuyo egreso es cubierto con el
apoyo económico que brinda la Unión Europea por intermedio de la
defensoría indígena. Tampoco cuentan con recursos físicos como
computadoras, teléfonos, archivos, más que con los muebles
indispensables un escritorio y sobre ella las varas (señal de
existencia de autoridad y por ende justicia) de cada uno de sus
integrantes, sillas, un libro de acta y un sello. Es de esta forma como
los días jueves y domingos, más no teniendo un horario especifico,
inician a dedicarse a la aplicación del sistema jurídico indígena,
desde las ocho de la mañana hasta concluir con el último caso,
regularmente a las seis de la tarde, resolviendo entre diez y quince
conflictos por día. Esto significa: justicia pronta, cumplida, económica
y por lo tanto legítima.

Las funciones que desarrollan los integrantes de la alcaldía indígena


son ad honorem, ya que sus miembros no reciben ningún beneficio o
salario a cambio, más que las pequeñas donaciones que algunas de
las partes del conflicto dejan como agradecimiento a la resolución del
mismo, el cual es empleado para cubrir los gastos de transporte, así
como para el consumo de sus alimentos ese día en el municipio, ya
que los miembros de la alcaldía residen en las aldeas del mismo.

Entre los problemas enfrentados, han sido expresiones de individuos


y de profesionales del derecho, que los miembros de alcaldía
indígena cometen el delito de usurpación de funciones, por
administrar justicia sin ser jueces; así mismo en el ejercicio de la
aplicación del derecho consuetudinario son expuestos a acusaciones
de delitos tal como el de allanamiento de morada.

1.2. Autoridades de la alcaldía indígena

Los cargos o autoridades de la alcaldía indígena en orden jerárquico


son Alcalde Indígena Primero, Alcalde Indígena Segundo, Alcalde
Indígena Tercero, Alcalde Indígena Cuarto y un Secretario. Estas
personas fueron designadas por la población indígena que integran
las diferentes comunidades del municipio.

Los requisitos que se exigieron a los miembros que forman parte de


la alcaldía indígena fueron personas honorables, responsables,
respetuosas, pacientes, no poseer vicio alguno y especialmente
personas ancianas, es decir, mayores de cuarenta y cinco años
(experiencia). Los miembros fueron elegidos en 1999, llevan ocho
años en funciones. Hasta acá son las mismas personas que la
constituyeron. No ha existido ninguna toma de posesión, más que la
primera.

A. Independencia de la alcaldía indígena, respecto de la alcaldía


municipal (concejo municipal)

La alcaldía indígena no tiene ningún vinculo o relación de


dependencia con la municipalidad, pero si de coordinación con los
alcaldes auxiliares o comunitarios existente en el municipio,
reconocidos por la alcaldía municipal. La forma de designación de los
alcaldes auxiliares es por elección entre los miembros de las
comunidades.

La principal función de los alcaldes auxiliares respecto a la alcaldía


indígena es la de trasladar correspondencias, mensajes, citaciones,
peticiones y mediar en conflictos. El desempeño de cargos en la
alcaldía indígena y los alcaldes auxiliares es parte de un sistema de
servicio a la comunidad, que no se presta a cambio de una retribución
económica.

B. Conflictos que resuelve la alcaldía indígena en el Municipio


de Zacualpa

La alcaldía indígena inició su función especialmente por el aumento


de delitos en la localidad, actualmente realizan una función global ya
que los miembros de la alcaldía indígena manifiestan que el
Convenio 169 de la OIT, les confiere toda la facultad y potestad de
resolver todo tipo o clase de conflictos, desde familiares hasta
comunales.

Entre los casos familiares están las herencias, calumnias,


difamación, maltrato de niños, agresiones, adulterio, infidelidad
conyugal, violencia familiar, abandono de hogar, deudas, falta de
respeto u obediencia a los mayores.

Entre los comunales están alterar la tranquilidad de la comunidad,


casos laborales (incumplimiento de contratos), calumnia y
difamación, amenazas, abusos deshonestos, violación, rapto de
menores, intento de homicidios, agresión por ebriedad, robos (de
animales y objetos), asaltos, engaños y estafas, falso testimonio,
envidias, riñas, deudas, alteración de linderos, daños o destrucción
de cultivos causados por animales, documentación y propiedad de
tierras, paso por caminos vecinales y paso de aguas, tala de árboles.
Así mismo velan por las necesidades de la comunidad.

C. Legislación bajo la cual se ampara la alcaldía indígena

Los integrantes de la alcaldía indígena para ejecutar sus funciones


se amparan en las siguientes normas;

La Constitución Política de la República de Guatemala de 1985, el


Artículo 66 establece: “Guatemala está formada por diversos grupos
étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia
maya. El Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida,
costumbres, tradiciones y formas de organización social, el uso del
traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos”. El artículo
en mención, reconoce las costumbres, formas de vida, formas de
organización y tradiciones. Se puede interpretar que incluyen la
justicia y prácticas jurídicas indígenas.

El Convenio 169 de la OIT, sobre pueblos indígenas y tribales, el


Artículo 8 establece: “...el deber de respeto del derecho
consuetudinario siempre que no sea incompatible con los derechos
fundamentales reconocidos en los marcos jurídicos nacionales ni con
los derechos humanos internacionalmente reconocidos” (Art. 8. 2;
9.1). En este sentido, el Convenio 169 reconoce el derecho de los
pueblos indígenas a conservar sus costumbres e instituciones
propias (Art. 8.1). En el ámbito de la represión de los delitos, el
Convenio 169 establece el deber de respetar los métodos
tradicionalmente utilizados por los pueblos indígenas en la represión
de delitos cometidos por sus miembros (Art.9.1).

Aún cuando la Constitución Política de la República de Guatemala no


tiene una norma expresa que reconozca el derecho indígena o
consuetudinario, por la ratificación del Convenio 169 de la OIT, el
Estado ha reconocido en el ordenamiento jurídico interno el derecho
consuetudinario o indígena.

D. Procedimiento de impartir justicia, por la alcaldía indígena

El procedimiento de justicia indígena que aplican los miembros de la


alcaldía indígena es el siguiente;
Presentado el caso o la queja de forma verbal por el afectado, ante
la oficina de la alcaldía indígena se procede a hacer de conocimiento
a las otras personas (parte afectada o ofendida así como a la parte
ofensora) que se encuentran involucradas en el asunto a través de
una citación.

Entre otras, lo que resalta de este sistema, es que no sólo pueden


concurrir las personas citadas, sino también otras personas
afectadas por el conflicto tales como los padres, hijos, testigos,
padrinos, de las partes así como los alcaldes auxiliares o
comunitarios de la comunidad respectiva.

En el día, hora y lugar citado, habiendo constatado la presencia tanto


de los miembros de la alcaldía indígena como de las personas citas,
el alcalde primero indígena quien tiene a su cargo la dirección de la
reunión y quien les propicia al diálogo, les da la cordial bienvenida y
les explica el objeto por la cual están reunidos. Inmediatamente para
comprender del por qué se produjo el conflicto comienzan a escuchar
la versión del caso o del conflicto para llegar a escudriñar la verdad,
iniciando con la persona que lo haya presentado. De esta misma
forma escuchan a los testigos, para obtener todas las versiones
posibles. En esta etapa se escucha pero así mismo se realizan
cuestionamientos acerca del conflicto ocasionado.

Obtenidas todas las versiones, el alcalde primero indígena inicia a


darles consejos, haciéndolos reflexionar del porque hacerse daño
entre hermanos. Así mismo dependiendo de la materia en discusión,
los miembros de la alcaldía indígena proponen formas de solución o
las partes mismas proponen las formas de llegar a un acuerdo o
conciliación y en consecuencia un compromiso de cumplimiento. Por
ende es en esta etapa donde las personas reconocen su falta, su
error, el delito cometido, pidiendo perdón al ofendido, así como
reparando, retribuyendo o restituyendo el daño ocasionado;
produciendo de esta manera la tranquilidad, armonía y bienestar,
entre los involucrados.

Por último, el secretario realiza la trascripción del acta, la que se


efectúa en un libro de actas autorizados por los miembros de la
alcaldía indígena, en el cual se hace constar lo que se dialogó en la
reunión, así como el acuerdo, consenso o conciliación al que las
partes llegaron, firmando el acta todas las personas que se
encuentran en el acto.
Para la población indígena y en especial las persona involucradas en
un asunto que atañe al sistema maya, la palabra de cumplimiento así
como plasmar su firma o huella digital conlleva una gran
responsabilidad. Es por ello que la mayoría de las cuestiones
llevadas a la alcaldía indígena, son consumadas y por ende las partes
quedan satisfechas.

En síntesis los problemas o cuestiones que llegan a la alcaldía


indígena se resuelven de la siguiente forma;

Primero. Se recibe la queja de la persona afectada.


Segundo. Se cita a la persona contra quien se presentó la queja,
quien deberá presentarse ante la alcaldía indígena.
Tercero. En el día, hora y lugar citados, se escuchan a las dos
partes, se motiva con términos
conciliatorios para que el problema sea comprendido, e identificando
la verdad para evitar violencia.
Cuarto. Se expresa las formas de solución y se trata que los
involucrados lleguen a un acuerdo.
Quinto. Los acuerdos alcanzados quedan plasmados en una acta.

El elemento procesal que hay que resaltar en ésta forma de


resolución de conflictos para esta comunidad, es la discusión amplia,
no existiendo límite de tiempo para cada caso, desde dos horas hasta
tres horas dependiendo de la dimensión del problema. El proceso de
discusión es tan importante como el resultado final y constituye un
espacio correctivo, una forma de mediación y a veces una sanción.

Así mismo, un aspecto que hay que destacar de este sistema es que
cuando a la oficina de la alcaldía indígena acuden las dos partes a
plantear su conflicto, se escuchan a ambos y se resuelve
inmediatamente, utilizando el procedimiento anteriormente
explicado.

Caso contrario cuando únicamente comparece una de las partes del


conflicto, se cita a la otra parte para que los miembros de la Alcaldía
lo escuchen. Las citaciones se envían a la municipalidad del
Municipio de Zacualpa, para que la persona correspondiente los haga
llegar al alcalde auxiliar de la aldea que corresponda, y éste lo haga
saber a la persona indicada. Dependiendo de la trascendencia del
asunto y a petición de la persona, realizada la citación sin haber
concurrido la persona notificada los integrantes de la alcaldía
indígena junto con el alcalde auxiliar que representa a la aldea, hacen
acto de presencia a la aldea donde vive la persona que fue citada, a
resolver el conflicto; regularmente la reunión se realiza en la escuela
o en el campo de la aldea.

Sí los miembros de la alcaldía indígena tienen conocimiento de la


existencia de objetos robados y estos se encuentran en un hogar u
otro establecimiento, convocan al alcalde auxiliar de la aldea y juntos
realizan un reconocimiento, el convocar al alcalde auxiliar es para
resguardar a los integrantes de la alcaldía indígena de cualquier
acusación de la comisión de algún delito como el de allanamiento de
morada.

Los objetos utilizados en la comisión de los ilícitos, son recogidos y


desechados ante los transgresores.

E. Medios de convicción que utilizan los miembros de la


alcaldía indígena

Para la resolución de los conflictos así como para la imposición de


sanciones se fundamentan en los medios de prueba siguientes;
Documentos.
Testimonio de las partes.
Testigos.
Reconocimiento del hecho.

F. Sanciones que aplica la alcaldía indígena

Los integrantes de la alcaldía indígena sancionan de acuerdo a sus


conocimientos, sabiduría, entendimiento, principios y valores de la
comunidad, así como de precedentes, es decir, que fallan en base a
casos similares ya resueltos.

Entre las sanciones cabe indicar;

Sanciones constitutivas de aspectos morales el cual consiste, en


regaños o llamadas de atención al ofensor o exigir a éste que
presente disculpas o perdón y así mismo exhortarlo a que no se
vuelva a repetir el hecho.
Sanción social, consistente en avergonzar al trasgresor frente a la
comunidad, por ejemplo cargar con el objeto robado por todo el
municipio.
Sanción corporal que consiste en la aplicación de azotes.
Las reparaciones o restituciones de los daños causados.
Las expulsiones o destierros, que obliga al trasgresor salir de su
comunidad e ir a vivir a otro
pueblo.

En ningún momento existen amenazas de privación de libertad,


mucho menos linchamientos. Dependiendo de la materia, el último
recurso generalmente consiste en pasar el caso a los tribunales
oficiales, cuando las partes no llegan a una conciliación, y es utilizado
como presión, el cual contribuye a hacer más expedita la vía de
solución. También se extienden a citas bíblicas tratando de
moralizarlas a las partes, advirtiéndoles sobre las consecuencias de
sus actitudes.

Manifiestan que la sanción, en muchos sentidos, no pretenden ser


realmente un castigo mucho menos una tortura, sino busca ser un
mecanismo drástico para llevar a la reflexión a las personas que
cometen trasgresiones y además sirva de ejemplo a los miembros de
la comunidad para que no sigan el mismo camino.

Tal es el caso cuando someten a una persona a la justicia criminal,


debido a trasgresión o comisión de algún delito, o por la reincidencia;
luego de haber agotado el procedimiento y haberle llamado la
atención, se aplica la sanción corporal, dependiendo de la dimensión
del delito, imponen de cinco a veinticinco azotes. Ellos ven esta
medida como algo positivo, con ello no se les esta quitando o
privando la vida, al contrario se les esta corrigiendo para que dejen
el camino malo que iniciaron y vean el correcto, debido a la
vergüenza que atraviesa al momento de la imposición de la sanción
ante la población o la comunidad.

Caso contrario si lo entregan a las autoridades estatales, le


impondrán una multa la cual cubrirá o lo privaran de su liberad sin
embargo, seguirá actuando de la misma manera; consideran que de
acuerdo a la aplicación de su sistema jurídico indígena, es como
lograran sacar adelante a sus hermanos.

Las situaciones de abandono de hogar, emplean el procedimiento no


solamente con personas casadas sino también con personas unidas.
Agotado el procedimiento correspondiente, llegan a un acuerdo en
que cubrirán los gastos de sus hijos. Los miembros de la alcaldía
indígena imponen un mínimo de ciento cincuenta quetzales a
doscientos quetzales por cada niño, mínimo que debe ser aumentado
cuando el niño llegue al año escolar.

La formación de expedientes se realiza con los siguientes


documentos;

Fotocopia de certificación de nacimiento de los niños.


Fotocopia de cédula de la madre.
Fotocopia de la cédula del padre.
El acta de compromiso, en el cual se hace constar el compromiso
o la obligación de pasar la mensualidad a sus hijos.

El padre debe de realizar el pago respectivo en la oficina de la


alcaldía indígena en presencia del secretario y de la madre de sus
hijos, como consecuencia firman un documento en el cual se hace
constar el pago respectivo, así como de recibido.

Actualmente los integrantes de la alcaldía indígena gestionan


expedientes con padres de familia que se encuentran en el
extranjero, con quienes se comunican por los medios de
comunicación más factibles, con el objeto de llamarles a la reflexión
y por ende llegar a un acuerdo. Caso contrario tienen previsto que los
expedientes se resolverán cuando los obligados regresen al país. En
dichos expedientes se hace constar desde cuando dejaron
abandonados a sus hijos.

Aspectos trascendentales que aplica la alcaldía indígena, relativos a


la aplicación del sistema jurídico indígena

Los casos jurídicos consuetudinarios se resuelven sin mayores


formalismos, se solucionan en forma verbal y en el idioma propio de
la comunidad, situación que da lugar a que exista confianza y por
ende respeto a las autoridades.

Un aspecto trascendental que aplica la alcaldía indígena en el


ordenamiento jurídico indígena, es el principio de que nadie puede
ser perseguido criminalmente más de una vez por el mismo hecho.
Manifiestan que una persona que haya sido juzgada según el
derecho consuetudinario indígena, ya no puede ser juzgada por el
derecho oficial; así mismo cuando una persona haya sido juzgada
por el derecho oficial no puede ser juzgada nuevamente por el
derecho indígena, sea cual fuere el caso produce cosa juzgada.
Si dentro del conflicto surgido, existe una persona no indígena, lo que
efectúan las autoridades de la alcaldía indígena, es preguntar a
ambas partes, tanto a la afectada como a la ofensora si desean que
el problema sea resuelto según el sistema jurídico indígena o según
el derecho oficial, regularmente las personas se inclinan porque su
conflicto sea resuelto según el derecho indígena. Luego proceden a
la trascripción del acta respectiva en el cual se hace constar, que las
personas según su voluntad se someten bajo el ordenamiento
jurídico maya. Si luego reciben algún reclamo del por qué se aplicó o
se juzgó según el derecho maya, ellos se amparan en el acta, en el
cual se hizo constar que se sometieron a dicho sistema bajo su
voluntad y decisión, por lo tanto el conflicto ya fue resuelto y por ende
no puede ser juzgado nuevamente.

Instancias que aplican el derecho indígena en el Municipio de


Zacualpa, Departamento de El Quiché

Es importante resaltar que dentro del Municipio de Zacualpa existen


varias instancias que aplican el derecho indígena, debido a que no
sólo se encuentra la alcaldía indígena sino también los alcaldes
comunitarios o auxiliares, quienes están revestidos de autoridad en
sus comunidades; por lo tanto ellos solucionan los problemas que
suscitan en su comunidad o aldea, de acuerdo a sus procedimientos,
valores y principios. Cuando estos problemas sean delicados o de
mayor trascendencia, los remiten o trasladan a la alcaldía indígena,
para que sea ésta quien los solucione. Es decir, que los alcaldes
auxiliares pueden imponer sanciones a quienes cometen faltas.

En dichas comunidades, el alcalde auxiliar es la autoridad máxima y


él considera las sanciones a imponer a los que han cometido alguna
falta.

Comúnmente la comunidad indígena, utiliza un orden jerárquico para


que su conflicto sea resuelto, es decir, que previo a pasar a la alcaldía
indígena debe pasar por las autoridades auxiliares de la aldea; van
de primero con el auxiliar, si allí no le solventan su situación ellos
piden que por su condición de indígena lo envíen a la alcaldía
indígena, por lo tanto el alcalde auxiliar lo remite a la alcaldía
indígena.
G. Avances o logros de la alcaldía indígena

Entre uno de sus avances se destaca el diálogo con las diferentes


maras organizadas e integradas por personas indígenas en el
municipio. Como resultado de las sanciones morales, es decir, de los
consejos y las reflexiones realizadas a estas personas, obtuvieron los
planes y por ende lograron obtener información de como se
organizan y como funcionan en dichas aldeas.

Han resuelto un 95 % de los casos que llegan a dicha alcaldía,


conforme a sus procedimientos, valores y principios y por ende ha
disminuido el número de robos, asaltos dentro de la población, y
sobre todo no ocurren linchamientos.

El resto de los casos son traslados a los juzgados correspondientes


por tratarse de delitos como el homicidio, asesinatos y violaciones.

Así mismo han resuelto asuntos de abandono de hogar, con padres


de familias que se encuentra en el extranjero especialmente en los
Estados Unidos de América; la técnica que han utilizado es la sanción
moral, es decir, llamándoles la atención así como a la reflexión y lo
realizan a través de los medios de comunicación más viables, tales
como cassettes que son enviados por vía postal o llamadas
telefónicas. Y han alcanzado que estos recapaciten y envíen una
mensualidad a su familia para sufragar los gastos correspondientes.

Como se aprecia, este es un modelo sencillo de aplicación de justicia


que resulta ser efectivo y positivo ante la población, además de lo
señalado, es rápido, económico, auténtico y sobre todo legítimo.

ANEXOS

El último día de clases 20 de febrero se les indicó que los Derechos


Colectivos ( Derechos impregnados en la Constitución Política de la
República de Guatemala ) eran objeto de examen con las sentencias
de la Corte de Constitucionalidad ( Porfavor fijarse en los números
de expediente de cada sentencia ) Que están subrayados.

SECCIÓN TERCERA

Comunidades indígenas
Artículo 66.- Protección a grupos étnicos. Guatemala está
formada por diversos grupos étnicos entre los que figuran los grupos
indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y
promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de
organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres,
idiomas y dialectos.

1. Convenio 169 de la OIT ( Sentencias que tratan del


Convenio OIT )

“[...] el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo


sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, por
tratarse de un tratado internacional en materia de Derechos
Humanos, forma parte de la Constitución material o bloque de
constitucionalidad guatemalteco, que esta Corte ha identificado como
el conjunto normativo que contiene principios o disposiciones
materialmente constitucionales, comprendiendo tanto las contenidas
expresamente en el Texto Fundamental como las existentes fuera de
este, pero que desarrollan o complementan el catálogo de derechos
fundamentales contenidos en la Constitución formal; garantizando
así la coherencia de la legislación interna con los compromisos
exteriores del Estado y, al mismo tiempo, consolidando la garantía de
los Derechos Humanos en el país [...]” Corte de Constitucionalidad.
Expediente 5955-2013. Fecha de sentencia: 25/11/2015.

“[...] Guatemala es reconocida y caracterizada como un Estado


unitario, multiétnico, pluricultural y multilingüe y que el referido
Convenio [169 de la OIT] estaba destinado a servir como un
mecanismo jurídico especialmente dirigido a remover parte de los
obstáculos que impedían a estos pueblos el goce real y efectivo de
los derechos humanos para que, por lo menos, los disfrutaran en el
mismo grado de igualdad que los demás integrantes de la sociedad,
y que dicho Convenio constituía un instrumento jurídico internacional
complementario, que venía a desarrollar las disposiciones
programáticas de los artículos 66, 67, 68 y 69 de la Constitución [...],
lo cual tiende a consolidar el sistema de valores que proclama el texto
constitucional. Este instrumento es sólo uno de varios que, sumados,
evidencian el esfuerzo que se ha venido realizando para la protección
de los pueblos indígenas y para lograr que gocen de un tratamiento
que no sea separatista.” Corte de Constitucionalidad. Expediente
3217-2010. Fecha de sentencia: 15/11/2011.
“[...] tal convenio [Convenio 169], considerado en su integridad,
propicia la participación en la planificación, discusión y toma de
decisiones de los problemas que le conciernen a un pueblo indígena
y reafirma y afianza los principios democráticos sobre los que se
asienta el Estado de Guatemala [...]” Corte de Constitucionalidad.
Expediente 3878-2007. Fecha de sentencia: 21/12/2009.

2. Derecho a la personalidad jurídica

“[...] esta Corte ha establecido que las comunidades asentadas en los


diferentes municipios de nuestro país, están facultadas para acudir
ante la justicia constitucional en procura de la defensa de los
derechos e intereses que colectivamente comparten, por medio de
las personas a las que reconocen representatividad de acuerdo a sus
prácticas y costumbres.” Corte de Constitucionalidad. Expediente
1052-2017. Fecha de sentencia: 14/05/2019.

“[...] los pueblos indígenas son poblaciones anteriores a las


invasiones o conquistas que se dieron en territorios americanos,
como lo define el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo; son ancestrales y preexistentes al propio Estado. Esto
permite establecer que subordinar su existencia a un registro
municipal obligatorio sería contrario a la naturaleza ancestral y
tradición de los pueblos indígenas, así como una falta por parte del
Estado al respeto a la diversidad étnica. Esto también sería nugatorio
de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y del
reconocimiento que ya se les ha dado mediante instrumentos
internacionales y del propio Texto Constitucional. Asimismo, asumir
que una comunidad podrá tener la capacidad para ejercer sus
derechos solamente si está inscrita o que una autoridad tradicional
solo puede actuar como tal si antes ha sido autorizada por el Estado
sería violatorio a ese reconocimiento y a la garantía que debe dotar
el Estado a los derechos de todas las personas, específicamente en
este caso a los pueblos indígenas. Es por ello que es preciso que
esta Corte está de acuerdo con que el registro de comunidades
indígenas, que regula el artículo 20 del Código Municipal, es una
inscripción declarativa como parte del cumplimiento de la obligación
estatal de permitir a los pueblos indígenas ejercer su derecho a
formalizar su personería, como parte de su derecho al
reconocimiento de su personalidad jurídica por parte del Estado. [...]
Al respecto, es importante establecer que el trámite del registro de
las comunidades indígenas que debe realizarse por las
municipalidades debe efectuarse de una manera sencilla y dentro de
un plazo razonable. Además, es importante indicar que la gestión que
se realice por parte de las municipalidades deberá ser acorde a los
propios usos y costumbres de los pueblos indígenas, especialmente
en lo que concierne a la acreditación de sus propios representantes
y la identificación de las personas que conforman su pueblo.”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 5533-2016. Fecha de
sentencia: 09/05/2018.

La Corte considera que el derecho a que el Estado reconozca su


personalidad jurídica es una de las medidas especiales que se debe
proporcionar a los grupos indígenas y tribales a fin de garantizar que
éstos puedan gozar de sus territorios según sus tradiciones. Ésta es
la consecuencia natural del reconocimiento del derecho que tienen
los miembros de los grupos indígenas y tribales a gozar de ciertos
derechos de forma comunitaria.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso del Pueblo


Saramaka vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007.
Serie C No. 172. Párr. 172.

3. Reconocimiento de protección a los pueblos xinca y


garífuna

“[...] Es importante aclarar que si bien el artículo 66 constitucional se


refiere a pueblos de ascendencia maya, el mismo se aplica para los
pueblos garífuna y xinca que ocupan el territorio nacional; por
consiguiente estos también gozan del derecho a la personalidad
jurídica en su dimensión colectiva.” Corte de Constitucionalidad.
Expediente 5533-2016. Fecha de sentencia: 09/05/2018.

“[...] este Tribunal recuerda que la protección ofrecida respecto del


derecho a la propiedad colectiva por el artículo 21 de la Convención
y el Convenio 169 de la OIT, es la misma independientemente de la
calificación de los titulares de dicho derecho como un pueblo o una
Comunidad indígena o tribal, por lo que el desconocimiento del
Estado de la Comunidad como un pueblo originario no tiene
incidencia alguna en los derechos de los cuales esta y sus miembros
son titulares, ni en las obligaciones estatales correspondientes [...].”
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Comunidad
Garífuna Triunfo de la Cruz y sus Miembros Vs. Honduras.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 08 de octubre de
2015. Serie C No. 305. Párr. 57

4. Condiciones de desigualdad

“Es el Estado de Guatemala quien ha desarrollado de manera mínima


ciertos mecanismos para el sector indígena en Guatemala, como
promover la educación intercultural, el apoyo, el fomento de las
actividades productivas rurales y sobre todo el impulso a las
actividades que eliminan conductas discriminatorias racistas y de
exclusión, las cuales son típicas de la sociedad guatemalteca, todo
esto producto de la composición étnica de la población guatemalteca
y la pobreza, que son un resultado de la expulsión del sector indígena
en aspectos sociales económicos y políticos del país, por supuesto
en detrimento de su bienestar y desarrollo. Muchas de las
organizaciones indígenas en el país reconocen el retraso del
cumplimiento total del Acuerdo sobre la identidad de las poblaciones
indígenas, pero reconocen que el Estado, aunque de manera
mínima, ha permitido abrir espacios de diálogo, así como la
participación e intervención indígena en el debate de la realidad
nacional. Finalmente, los avances que se han producido en el
reconocimiento del derecho indígena son mínimos y se han
extendido en su mayor parte al aspecto de medidas específicas, que
sean impulsadas por el estado que protejan y reconozcan el derecho
indígena, respetando las normas internacionales de derechos
humanos así como adoptando políticas que permitan una igualdad al
sistema de justicia tratando de desaparecer el patrón cultural, racista
y discriminatorio.” Corte de Constitucionalidad. Expediente 2229-
2010. Fecha de sentencia: 08/02/2011.

“[...] esta Corte consideró que Guatemala es reconocida y


caracterizada como un Estado unitario, multiétnico, pluricultural y
multilingüe y que el referido Convenio [169 de la OIT] estaba
destinado a servir como un mecanismo jurídico especialmente
dirigido a remover parte de los obstáculos que impedían a estos
pueblos el goce real y efectivo de los derechos humanos para que,
por lo menos, los disfrutaran en el mismo grado de igualdad que los
demás integrantes de la sociedad, y que dicho Convenio constituía
un instrumento jurídico internacional complementario, que venía a
desarrollar las disposiciones programáticas de los artículos 66, 67,
68 y 69 de la Constitución (que conforman la sección en referencia),
lo cual tiende a consolidar el sistema de valores que proclama el texto
constitucional. Este instrumento es sólo uno de varios que, sumados,
evidencian el esfuerzo que se ha venido realizando para la protección
de los pueblos indígenas y para lograr que gocen de un tratamiento
que no sea separatista. Además de ello, la jurisprudencia relativa a
proteger la identidad y derechos de los pueblos indígenas se ha
mantenido por este Tribunal a partir de la citada opinión consultiva. Y
es que este tema de la discriminación es particularmente sensible en
los casos en los que ésta se dirige contra los pueblos indígenas, no
sólo porque, como en Guatemala, pueden representar una porción
importante de la población, sino también y, especialmente, porque
los caracteriza la tenencia y utilización de idiomas, religión,
vestimenta, prácticas sociales y tradiciones propias; todos estos
elementos que pueden ser causa de trato distinto injustificado por ser
diferentes a los del sujeto activo de la conducta discriminatoria.”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 3217-2010. Fecha de
sentencia: 15/11/2011.

“Guatemala, ha suscrito, aprobado y ratificado con anterioridad varios


instrumentos jurídicos internacionales de reconocimiento, promoción
y defensa de los derechos humanos de los habitantes en general y
de los cuales también son nominalmente destinatarios los pueblos
indígenas; sin embargo, tomando en cuenta que si bien es cierto que
las reglas del juego democrático son formalmente iguales para todos,
existe una evidente desigualdad real de los pueblos indígenas con
relación a otros sectores de los habitantes del país, por lo cual el
Convenio se diseñó como un mecanismo jurídico especialmente
dirigido a remover parte de los obstáculos que impiden a estos
pueblos el goce real y efectivo de los derechos humanos
fundamentales, para que por lo menos los disfruten en el mismo
grado de igualdad que los demás integrantes de la sociedad.
Guatemala es reconocida y caracterizada como un Estado unitario,
multiétnico, pluricultural y multilingüe, conformada esa unidad dentro
de la integridad territorial y las diversas expresiones socio-culturales
de los pueblos indígenas, los que aún mantienen la cohesión de su
identidad, especialmente los de ascendencia Maya [...].”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 199-95. Fecha de
opinión consultiva: 18/05/1995.

“[...] de conformidad con los artículos 24 (Igualdad ante la Ley) y 1.1


(Obligación de Respetar los Derechos) de la Convención Americana,
los Estados deben garantizar, en condiciones de igualdad, el pleno
ejercicio y goce de los derechos de estas personas que están sujetas
a su jurisdicción. Sin embargo, hay que resaltar que para garantizar
efectivamente estos derechos, al interpretar y aplicar su normativa
interna, los Estados deben tomar en consideración las características
propias que diferencian a los miembros de los pueblos indígenas de
la población en general y que conforman su identidad cultural. El
mismo razonamiento debe aplicar la Corte, como en efecto lo hará
en el presente caso, para valorar el alcance y el contenido de los
artículos de la Convención Americana, cuya violación la Comisión y
los representantes imputan al Estado.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Comunidad


Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125. Párr.
51.

“En el presente caso está establecido que la situación de extrema y


especial vulnerabilidad de los miembros de la Comunidad se debe,
inter alia, a la falta de recursos adecuados y efectivos que en los
hechos proteja los derechos de los indígenas y no sólo de manera
formal; la débil presencia de instituciones estatales obligadas a
prestar servicios y bienes a los miembros de la Comunidad, en
especial, alimentación, agua, salud y educación; y a la prevalencia
de una visión de la propiedad que otorga mayor protección a los
propietarios privados por sobre los reclamos territoriales indígenas,
desconociéndose, con ello, su identidad cultural y amenazando su
subsistencia física. Asimismo, quedó demostrado el hecho de que la
declaratoria de reserva natural privada sobre parte del territorio
reclamado por la Comunidad no tomó en cuenta su reclamo
territorrial ni tampoco fue consultada sobre dicha declaratoria. Todo
lo anterior evidencia una discriminación de facto en contra de los
miembros de la Comunidad Xákmok Kásek, marginalizados en el
goce de los derechos que el Tribunal declara violados en esta
Sentencia. Asimismo, se evidencia que el Estado no ha adoptado las
medidas positivas necesarias para revertir tal exclusión.
[...] Por lo expuesto, y de conformidad con las violaciones de los
derechos previamente declaradas, la Corte considera que el Estado
no ha adoptado medidas suficientes y efectivas para garantizar sin
discriminación los derechos de los miembros de la Comunidad
Xákmok Kásek, de conformidad con el artículo 1.1 de la Convención,
en relación con los derechos reconocidos en los artículos 21.1, 8.1,
25.1, 4.1, 3 y 19 del mismo instrumento.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Comunidad


Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214.
Párrs. 273-275.

“Tomando en cuenta los criterios de interpretación estipulados en el


artículo 29 de la Convención Americana y en la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, la Corte considera que el origen
étnico es un criterio prohibido de discriminación que se encuentra
comprendido dentro de la expresión “cualquier otra condición social”
del artículo 1.1. de la Convención Americana. El Tribunal ha indicado
que al interpretarse el contenido de dicha expresión debe ‘elegirse la
alternativa más favorable para la tutela de los derechos protegidos
por dicho tratado, según el principio de la norma más favorable al ser
humano’. Los criterios específicos en virtud de los cuales está
prohibido discriminar, según el referido artículo, no son un listado
taxativo o limitativo sino meramente enunciativo. La redacción de esa
norma “deja abiertos los criterios con la inclusión del término ‘otra
condición social’ para incorporar así a otras categorías que no
hubiesen sido explícitamente indicadas’.

[...] Varios tratados internacionales prohíben expresamente la


discriminación por origen étnico. Asimismo, otros instrumentos
internacionales reafirman que los pueblos indígenas deben estar
libres de toda forma de discriminación.

[...] La Corte toma en cuenta que la etnia se refiere a comunidades


de personas que comparten, entre otras, características de
naturaleza socio cultural, tales como afinidades culturales,
lingüísticas, espirituales y orígenes históricos y tradicionales. Dentro
de esta categoría se encuentran los pueblos indígenas, respecto de
los cuales la Corte ha reconocido que tienen características propias
que conforman su identidad cultural, tales como su derecho
consuetudinario, sus características económicas, sociales, sus
valores, usos y costumbres.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Norín


Catrimán y otros (Dirigentes, miembros y activista del Pueblo
Indígena Mapuche) Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 29 de mayo de 2014. Serie C No. 279. Párrs. 202-
204.

5. Participación de los pueblos indígenas y tribales en


políticas y programas públicos
“[...] En este punto, es necesario destacar que para lograr una
verdadera inclusión de los pueblos indígenas en las políticas y
programas de gobierno, es indispensable adoptar mecanismos ad
hoc que hagan posible su participación, no solo por medio de las
instituciones oficiales creadas por el Estado, sino que, en aras de
lograr una auténtica democracia participativa, es necesario
conferirles intervención por medio de sus propias instituciones
representativas; es decir, que es necesario implementar mecanismos
adecuados para que la participación de la población indígena no
alcance solo el plano formal, sino, sobre todo, el material o sustancial,
de modo que contribuya eficazmente a superar las desigualdades
históricas que han padecido estos pueblos [...].”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 2066-2019. Fecha de
sentencia: 22/04/2020.

“[...] no consta que las instrucciones hayan sido adoptadas en


consenso, entre las interesadas y las autoridades del sistema de
salud nacional y con observancia de las costumbres y tradiciones en
materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres indígenas en
Guatemala, verbigracia, permitir el uso de la medicina tradicional,
coordinación entre el personal del sistema nacional de salud y las
comadronas, en condiciones de igualdad. [...] procede otorgar de
forma total el amparo, precisando los efectos positivos así: la
autoridad impugnada debe: [...] en consenso con las comadronas
indígenas que forman parte de sistema de salud ancestral de los
cuatro pueblos Maya, Garífuna, Xinca y Ladino deberá adoptar las
medidas jurídicas, técnicas y operativas que permitan la inclusión real
y el respeto de las costumbres, idioma, usos y tradiciones de las
mujeres indígenas en la prestación de los servicios para la atención
de demandas de salud materno y neonatal en sus comunidades; [...]
en consenso con las comadronas indígenas que forman parte de
sistema de salud ancestral de los cuatro pueblos Maya, Garífuna,
Xinca y Ladino deberá: i. implementar acciones de prevención,
promoción, recuperación y rehabilitación de la salud de las pacientes
indígenas en el área materna y neonatal; ii. establecer programas y
prácticas institucionales que garanticen la salud sexual y reproductiva
con pertinencia cultural; iii. facilitar la presencia de personal maya
hablante en la atención a las usuarias –pacientes y comadronas
indígenas– en el sistema de salud oficial [...].” Corte de
Constitucionalidad. Expediente 3362-2017. Fecha de sentencia:
27/03/2019.
reconocidos y a los derechos fundamentales definidos por el sistema
jurídico nacional; mientras que la declaración de la Organización de
la Naciones Unidas refiere como límites a la jurisdicción indígena la
ley, las obligaciones internacionales en materia de derechos
humanos y los derechos y las libertades de los demás.”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 1559-2018. Fecha de
sentencia: 28/01/2020.

“Existe vulneración constitucional cuando la autoridad cuestionada


desconoce la existencia del derecho indígena y pretende someter a
proceso judicial a un miembro de un pueblo originario, no obstante
fue juzgado por los mismos hechos por sus autoridades tradicionales,
conforme a las costumbres propias de su cultura [...] para garantizar
real y efectivamente los derechos humanos de los pueblos indígenas
guatemaltecos debe hacerse acopio del respeto a sus costumbres y
formas de organización social, lo que incluye, necesariamente, el
reconocimiento de la existencia de un sistema jurídico propio, por
medio del que se dirimen los conflictos suscitados en el seno de esas
comunidades, permitiendo así la transición de un Estado con visión
monista –basado en la existencia de un solo sistema jurídico
occidental– a una pluralista –en la que coexisten coordinadamente
ambos sistemas jurídicos, oficial e indígena–.Debe acotarse que la
alusión a derecho indígena supone la existencia de múltiples
sistemas que provienen de los pueblos de origen maya y de aquellos
no descendientes que habitan el país, que si bien comparten valores
en común, cada uno posee características singulares que los tornan
diversos, pero que al compartir una similar historia social y política,
han formado una unidad colectiva respecto al derecho estatal. Es
decir, que es insostenible la pretensión de la existencia de un derecho
indígena propio y único, que resulte aplicable a todos los pueblos
originarios que habitan en el territorio del país; ello atendiendo a la
realidad cultural, histórica y social. [...] partiendo del pleno
reconocimiento del derecho indígena, que conlleva la potestad que
tienen los pueblos originarios para resolver sus conflictos sociales
conforme a su propio derecho, es preciso señalar que ello implica: i)
la existencia de autoridades propias de los pueblos indígenas que
ejercen esa función; ii) la potestad que tienen los mismos pueblos y
sus autoridades para establecer normas y procedimientos propios; iii)
la necesaria adecuación del derecho indígena, sus normas y
procedimientos a los derechos y garantías que establece la
Constitución y las normas que integran el bloque de
constitucionalidad; y iv) el esfuerzo que debe efectuar el Estado para
dictar las pautas de coordinación y cooperación entre el derecho
indígena y el sistema de justicia oficial. En ese sentido, para viabilizar
el ejercicio del derecho indígena, en respeto y coordinación con las
diferentes culturas que habitan el país, esta Corte estima necesario,
como pauta del pluralismo jurídico, definir los elementos que deben
concurrir para su aplicación: a)personal: consiste en que los sujetos
interesados deben ser miembros, así como poseer y mantener un
sentido de pertenencia a su comunidad, esto es, a su cultura,
costumbres y tradiciones; b) territorial: los hechos deben ocurrir
dentro del territorio que pertenece a la comunidad; c) institucional:
debe existir y ser reconocido un sistema de resolución de conflictos
propio, que integre sus usos, costumbres y procedimientos,
comúnmente conocidos y aceptados por los miembros de la
comunidad; y d) objetivo: el conflicto debe afectar los intereses de la
comunidad de que se trate, por lesionar un valor protegido por su
cultura. Finalmente, es de puntualizar que los actos realizados en
aplicación del derecho indígena y, sobre todo, las decisiones
adoptadas por sus autoridades tradicionales –de la misma forma que
las resoluciones de la justicia estatal– pueden ser sometidas a control
de constitucionalidad por medio del amparo; ello, para garantizar el
respeto y pleno goce de los derechos que prevé la Constitución y las
normas que integran el bloque de constitucionalidad.”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 1467-2014. Fecha de
sentencia: 10/03/2016.

“[...] se evidencia que la comunidad indígena llevó a cabo el


procedimiento respectivo para impartir justicia dentro de su
colectividad con el ánimo de dictar una resolución y dar por terminado
el conflicto, no obstante, al analizar el caso concreto, se estima
pertinente citar el artículo 8, numeral 3, del Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo, sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en Países Independientes, que indica: ‘(...) La aplicación de
los párrafos 1 y 2 de este artículo no deberá impedir a los miembros
de dichos pueblos ejercer los derechos reconocidos a todos los
ciudadanos del país y asumir las obligaciones correspondientes que
permite al agraviado no someterse a la jurisdicción del derecho
consuetudinario si no está anuente a ello y, hacer uso de la vía
ordinaria, es decir ejercer los derechos que le asisten en la
Constitución Política de la República de Guatemala y demás leyes
ordinarias del país, dentro de los cuales se encuentra el derecho a
denunciar ante la autoridad competente, acerca de la comisión de un
hecho que, a su juicio reviste las características de un delito o falta,
más aun cuando estime que fue vulnerado un derecho propio, siendo
este el caso del agraviado en el asunto, puesto que, de la lectura de
las actas descritas en el párrafo precedente, que son los documentos
en que consta el actuar de la Municipalidad respectiva, se denota que
el señor Juan Bocel Ambrocio en ningún momento manifestó aceptar
sujetarse a la justicia de la mencionada potestad local, para que la
misma conociera y resolviera respecto a lo sucedido, sobre todo
cuando en la tercer acta descrita, se refleja la incomparecencia de
éste en la reunión en la cual se dio a conocer la resolución final de la
cuestión, demostrando con ello su voluntad de no sujetarse a las
autoridades indígenas correspondientes.” Corte de
Constitucionalidad. Expediente 2906-2017. Fecha de sentencia:
21/09/2017.

“[...] la importancia de armonizar el derecho estatal con las decisiones


adoptadas en las comunidades indígenas, con la finalidad de lograr
una sana convivencia social que, basada en el respeto recíproco de
la identidad cultural de todas las personas que habitan el país, haga
viable alcanzar el fin supremo del Estado que es la realización del
bien común. En consecuencia, la autoridad cuestionada al reconocer
valor al acta faccionada por el Alcalde Comunal, en la que se hace
constar un convenio de fijación de pensión alimenticia, no lesionó
derechos constitucionales sino actúo armonizando decisiones
adoptadas ante autoridades indígenas frente al derecho estatal.”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 4044-2018. Fecha de
sentencia: 22/05/2019.

“[...] el marco jurídico previamente citado, reconoce la existencia del


derecho consuetudinario indígena y sobre todo el deber de las
autoridades y tribunales de respetarlo y observarlo al momento de
resolver, particularmente en casos de naturaleza penal. Es decir,
cuando el asunto lo requiera, acorde con aquel entorno normativo
oficial e internacional que admite la existencia del sistema jurídico
maya, los órganos jurisdiccionales nacionales con competencia en
materia criminal tienen el deber de tomar en consideración las
costumbres, instituciones y métodos tradicionales que rigen la vida
social de las comunidades étnicas, siempre y cuando las mismas no
sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el
sistema jurídico nacional ni con los derechos humanos
internacionalmente reconocidos.”Corte de Constitucionalidad.
Expediente 3300-2009. Fecha de sentencia: 21/10/2010.

6. Acceso a la justicia de los pueblos indígenas


“[...] La Corte advierte que el acceso a la justicia y la protección
especial que se debe otorgar a los pueblos indígenas se encuentra
regulado en la Constitución del Estado de Guatemala. No obstante,
este Tribunal ha establecido que la legislación por sí sola no es
suficiente para garantizar la plena efectividad de los derechos
protegidos por la Convención Americana, sino que comporta la
necesidad de una conducta gubernamental que asegure la
existencia, en la realidad, de una eficaz garantía del libre y pleno
ejercicio de los derechos humanos.
[...] Este Tribunal considera que para garantizar el acceso a la justicia
de las víctimas -en tanto miembros del pueblo indígena Maya- y que
la investigación de los hechos se realice con la debida diligencia, sin
obstáculos y sin discriminación, el Estado debe asegurar que
aquellas puedan comprender y hacerse comprender en los
procedimientos legales iniciados, facilitándoles intérpretes u otros
medios eficaces para tal fin. Asimismo, el Estado deberá garantizar,
en la medida de lo posible, que las víctimas del presente caso no
tengan que hacer esfuerzos desmedidos o exagerados para acceder
a los centros de administración de justicia encargados de la
investigación del presente caso. Sin perjuicio de lo anterior, la Corte
considera necesario ordenar al Estado el pago de una suma por
concepto de gastos futuros, como una forma de garantizar que las
víctimas puedan actuar en el proceso penal abierto ante la justicia
ordinaria [...]”.
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Tiu Tojín Vs.
Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de
noviembre de 2008. Serie C No. 190. Párrs. 99 y 100.

“La Corte consideró probado que la señora Fernández Ortega no


contó con un intérprete provisto por el Estado a fin de presentar su
denuncia y tampoco recibió’ en su idioma información sobre las
actuaciones derivadas de su denuncia. Para poder poner en
conocimiento de las autoridades el delito que la había afectado y
acceder a información debió’ recurrir a una persona conocida que
hablaba español. Por otra parte, en ocasiones posteriores que
convocó a la víctima, el Estado dispuso la presencia de un intérprete
y además informó que se encontraba implementando un programa
de formación de intérpretes indígenas en Guerrero. La Corte valora
positivamente ambas medidas adoptadas por México. Sin embargo,
la imposibilidad de denunciar y recibir información en su idioma en
los momentos iniciales implicó, en el presente caso, un trato que no
tomó en cuenta la situación de vulnerabilidad de la señora Fernández
Ortega, basada en su idioma y etnicidad, implicando un menoscabo
de hecho injustificado en su derecho de acceder a la justicia. Con
base en lo anterior, la Corte considera que el Estado incumplió’ su
obligacióń de garantizar, sin discriminación, el derecho de acceso a
la justicia en los términos de los artículos 8.1 y 25 de la Convención
Americana, en relación el artículo 1.1 del mismo instrumento.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Fernández


Ortega y otros. Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010.
Serie C No. 215. Párr. 201.

7. Derechos políticos

“[...] con el hostigamiento y posterior desaparición de Florencio


Chitay no sólo se truncó el ejercicio de su derecho político dentro del
período comprendido en su cargo, sino que también se le impidió
cumplir con un mandato y vocación dentro del proceso de formación
de líderes comunitarios. Asimismo, la comunidad se vio privada de la
representación de uno de sus líderes en diversos ámbitos de su
estructura social, y principalmente en el acceso al ejercicio pleno de
la participación directa de un líder indígena en las estructuras del
Estado, donde la representación de grupos en situaciones de
desigualdad resulta ser un prerrequisito necesario para la realización
de aspectos fundamentales como la inclusión, la autodeterminación
y el desarrollo de las comunidades indígenas dentro de un Estado
plural y democrático.”

“El Tribunal nota que, en el desarrollo de la participación política


representativa, los elegidos ejercen su función por mandato o
designación y en representación de una colectividad. Esta dualidad
recae tanto en el derecho del individuo que ejerce el mandato o
designación (participación directa) como en el derecho de la
colectividad a ser representada. En este sentido, la violación del
primero repercute en la vulneración del otro derecho.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Chitay Nech


y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de mayo de 2010. Serie
C No. 212. Párrs. 113 y 115.

“La restricción de participar a través de un partido político impuso a


los candidatos propuestos por YATAMA una forma de organización
ajena a sus usos, costumbres y tradiciones, como requisito para
ejercer el derecho a la participación política, en contravención de las
normas internas [...] que obligan al Estado a respetar las formas de
organización de las comunidades de la Costa Atlántica, y afectó en
forma negativa la participación electoral de dichos candidatos en las
elecciones municipales de 2000. El Estado no ha justificado que
dicha restricción atienda a un propósito útil y oportuno que la torne
necesaria para satisfacer un interés público imperativo. Por el
contrario, dicha restricción implica un impedimento para el ejercicio
pleno del derecho a ser elegido de los miembros de las comunidades
indígenas y étnicas que integran YATAMA.

Con base en las anteriores consideraciones, la Corte estima que la


limitación analizada en los párrafos precedentes constituye una
restricción indebida al ejercicio de un derecho político, que implica un
límite innecesario al derecho a ser elegido, tomando en cuenta las
circunstancias del presente caso, a las que no son necesariamente
asimilables todas las hipótesis de agrupaciones para fines políticos
que pudieran presentarse en otras sociedades nacionales o sectores
de una misma sociedad nacional.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Yatama Vs.


Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C No. 127. Párrs.
218 y 219.

8. Conocimientos ancestrales

“[...] Debe tenerse presente que los conocimientos referidos


[ancestrales] guardan importancia desde el punto de vista cultural,
intelectual y espiritual para las comunidades que los han creado y
ahora ejercen, mantienen y velan por preservar. Estos derivan de
prácticas que se generan, conservan y transmiten en un contexto
tradicional y se asocian claramente a la cultura de comunidades que
los conservan y los transmiten intergeneracionalmente, siendo
celosas depositarias de estos, por lo que su apropiación individual o
uso indebido conlleva un perjuicio para los pueblos a los que les
corresponde su titularidad. [...] En la actualidad es innegable la
necesidad de protección de los conocimientos tradicionales
indígenas y sus expresiones culturales tradicionales; ello se pone de
manifiesto en los diversos esfuerzos desarrollados dentro del seno
de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual para lograr
consensos entre los Estados, a fin de alcanzar la emisión de una
convención que aborde ese tópico. [...] La insuficiencia de cuerpos
normativos como los antes comentados y de la legislación específica
en materia de propiedad intelectual anterior refuerza la idea de que
es necesario contar con un mecanismo especial de protección de
esos conocimientos y expresiones para regular cómo puede darse
legítimamente su aprovechamiento. Debe tenerse presente que, en
atención a la cosmovisión propia de los pueblos indígenas, sus
creaciones textiles representativas son manifestación propia de su
cultura y cotidianidad; además, son producto de la herencia de
conocimientos tradicionales, por lo que su protección debe ser
regulada en cuerpo normativo ad hoc que atienda a sus
características propias y que no supedite a las comunidades a
formalidades que les son ajenas. [...] Con un ánimo propositivo y sin
que ello signifique una sujeción a un contenido específico, esta Corte
es del criterio que un cuerpo normativo ad hoc, en materia de
propiedad intelectual colectiva indígena, pudiera contener como
mínimo: a) el reconocimiento de ese tipo de propiedad –intelectual
colectiva indígena–, su definición y alcances; b) precisión de los
principios que la rigen – principalmente lo relativo a su titularidad y la
no sujeción a temporalidad–, así como el objeto de protección; c)
establecimiento de un sistema de registro de conocimientos
tradicionales y las expresiones culturales tradicionales –de tipo
gratuito, facultativo y meramente declarativo–; d) indicación expresa
de quienes están autorizados para su aprovechamiento – establecer
si estos pueden ser objeto de licencia [nunca de cesión alguna]–; e)
disposición de medidas preventivas y prescriptivas del uso
inadecuado y no autorizado de la propiedad intelectual colectiva
indígena; f) designación de autoridades estatales responsables de
velar por el cumplimiento de las disposiciones normativas;
g)previsión de mecanismos administrativos y procesales que
garanticen a las comunidades la defensa de sus derechos; y h)
determinación de cómo se garantizaría el reparto justo y equitativo
de beneficios que deriven del aprovechamiento debidamente
autorizado de quienes no pertenecen a los pueblos indígenas.
Ciertamente, la tarea pendiente para lograr la debida protección no
se advierte del todo fácil; por ello mismo es que esta Corte ha
estimado necesario sugerir elementos que pudiera contener un
cuerpo normativo específico que regule la materia a fin de que cese
la omisión estatal de protección a las comunidades indígenas en sus
manifestaciones de propiedad intelectual, ya que esa actitud tiene
implicaciones constitucionales que no pueden soslayarse. La
apuesta por la emisión de disposiciones normativas específicas no
debe ser entendida en el sentido que con ello acaba la problemática
expuesta en los párrafos de este considerando, pues, además, se
precisa que el Estado desarrolle políticas públicas –que impliquen
medidas preventivas y positivas– tendentes a lograr la mejor
protección; ello como producto del diálogo constante que debiera
tener con esas comunidades.”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 2112-2016. Fecha de
sentencia: 17/10/2017.

9. Derecho a la salud con pertinencia cultural

“[...] esta Corte advierte que aunque exista la política en materia de


salud materno y neonatal con algún enfoque cultural, no se han
obtenido resultados reales y efectivos. Esto, tomando en cuenta,
entre otros, que la autoridad refutada reconoció que incumplió la
orden expresa de realizar la programación presupuestaria para
proveer de insumos a las comadronas, emanada por el Tribunal de
amparo en el fallo impugnado. De ahí que, este tipo de reclamos
(sociales) ameritan un remedio colectivo y las medidas que el Estado
adopte tienen que alcanzar a todo el conglomerado afectado,
mujeres pacientes indígenas y comadronas, en general y no solo a
las amparistas. on base en lo expuesto, a juicio de esta Corte es
meritorio otorgar el amparo promovido, con los alcances necesarios
para que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, cumpla
con garantizar eficazmente el derecho a la salud sexual y
reproductiva con pertinencia cultural a las mujeres indígenas, así
como de dotar de los insumos necesarios a las comadronas
indígenas que forman parte de sistema de salud ancestral de los
cuatro pueblos Maya, Garífuna, Xinca y Ladino, que les permita
prestar servicios de salud comunitaria a las mujeres de los pueblos
indígenas, en la etapa de maternidad y neonatal, emitiendo para ello
las reglamentaciones, protocolos y otros documentos técnicos que
permitan viabilizar el ejercicio del derecho que se tutela.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 3362-2017. Fecha de


sentencia: 27/03/2019.

10. Rituales fúnebres

“[...] la Corte observa que actualmente los miembros de la


comunidad de Río Negro no pueden realizar sus rituales fúnebres por
el hecho de que el Estado no ha localizado ni identificado a la mayor
parte de los restos de personas supuestamente ejecutadas durante
las masacres, y a que 17 personas se encuentran desaparecidas
forzadamente. Pero, por otro lado, tampoco pueden realizar cualquier
otro tipo de rituales pues los sitios sagrados a los cuales solían acudir
se encuentran inundados a raíz de la construcción de la hidroeléctrica
de Chixoy. Esta Corte ya ha señalado que la relación especial de los
pueblos indígenas con sus territorios ancestrales no estriba
solamente en que constituyen su principal medio de subsistencia,
sino un elemento integrante de su cosmovisión, religiosidad y, por
ende, de su identidad o integridad cultural, el cual es un derecho
fundamental y de naturaleza colectiva de las comunidades indígenas,
que debe ser respetado en una sociedad multicultural, pluralista y
democrática, como la de Guatemala.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Masacres de


Río Negro Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de septiembre de 2012.
Serie C No. 250. Párr. 160.

11. Sistema jurídico propio de los pueblos indígenas

“[...] el pluralismo jurídico generalmente es sinónimo de una sociedad


en la que conviven junto al derecho estatal, diferentes prácticas
jurídicas de pueblos y comunidades indígenas. Los procedimientos
que lleve a cabo y sanciones que imponga la justicia indígena no
pueden ser juzgados solo desde el punto de vista de las normas del
sistema ordinario, en virtud de quees indispensable conocer los
aspectos sociales y culturales de la comunidad en que se aplican, es
decir, debe comprenderse la cosmovisión indígena y su sistema
normativo propio; sin embargo, esta particular concepción de la
justicia es compatible con las exigencias del respeto a los derechos
humanos, que es común, tanto en los instrumentos de protección
internacional de los derechos de los pueblos indígenas, como
constitucionalmente. Tal exigencia se presenta de diferentes
maneras y con expresiones diferentes, puesto que en el Convenio
169 de la Organización Internacional del Trabajo –OIT– se exige a la
jurisdicción indígena el respeto a los derechos humanos
internacionalmente

12. Protección a los idiomas originarios


“Este Tribunal comparte el criterio del a quo en cuanto a otorgar la
protección constitucional de amparo, en virtud que, el Fondo de
Desarrollo Indígena Guatemalteco –FODIGUA– es un organismo
nacional que pretende apoyar y fortalecer el desarrollo humano de
los pueblos indígenas de ascendencia maya, con cobertura
geográfica en las regiones lingüísticas Mayas y, que los principios en
que se funda dicha institución, entre otros, son los de participación y
representación, por lo que la autoridad denunciada debió establecer
en la Convocatoria, las cualidades y los requisitos de los aspirantes
que desean participar en la obtención al cargo, esto para darle
certeza y seguridad jurídica a cada uno de ellos; asimismo, debió
publicar la convocatoria no solamente en idioma español, sino en por
lo menos, los idiomas Mayas de más habla, garífuna y xinca, y así
cumplir sus fines, decir, de participación y representación de todas
las comunidades indígenas.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 617-2019. Fecha de


sentencia: 14/05/2020.

“[...] el fenómeno de la multiculturalidad apareja comúnmente el del


multilingüismo y, de hecho, en el contexto de la cobertura
constitucional de la identidad cultural, el idioma conlleva singular
importancia en dos sentidos. Por un lado, constituye uno de los
elementos configuradores de aquella y, como tal, hace parte del
objeto de su protección; por otro, comporta insustituible valor como
vehículo e instrumento de preservación, divulgación y continuidad
histórica de la identidad cultural. [...] Tanto la educación como la
identidad cultural y la lengua materna, son reconocidas en la
Constitución Política de la República, en los estándares
internacionales de derechos humanos y leyes ordinarias aplicables y
en la jurisprudencia constitucional, como derechos esenciales que
asisten a los guatemaltecos, con especial referencia a los pueblos
indígenas como sujetos colectivos de Derecho en el caso de la
identidad cultural y el idioma originario. Por tanto, su exigibilidad
demanda del Estado las medidas administrativas y legislativas
pertinentes para asegurar su conjunta y armónica efectividad. [...] la
relacionada exposición pone de manifiesto que la diversidad étnica,
cultural y lingüística que caracteriza a la población guatemalteca,
impone a las autoridades competentes en la materia, priorizar la
institucionalización y la efectiva implementación de un modelo de
Educación Bilingüe Intercultural que asegure la calidad y pertinencia
cultural de la enseñanza en cada comunidad educativa del país,
habida cuenta que el adecuado cumplimiento de la responsabilidad
del Estado en la prestación de ese servicio esencial está
inescindiblemente vinculado a sus deberes: i. de velar por la igualdad
material de los educandos en dignidad y derechos; ii. de proteger la
identidad cultural y la lengua materna de los educandos, por
elemental aplicación de los principios de interdependencia e
indivisibilidad de los derechos humanos; iii.de formar ciudadanos
que, individual y colectivamente, guarden conducta fraternal entre sí
y convivan de modo natural, respetuoso y solidario con otros que se
identifican con culturas diferentes y iv. de generar condiciones
estructurales que favorezcan la inclusión y desarrollo de los pueblos
Maya, Garífuna y Xinka. Al respecto conviene matizar,
concretamente con relación a los pueblos originarios, que sería
irrazonable endilgar a la Administración Pública, por medio del
Ministerio de Educación, la exclusiva responsabilidad sobre la
continuidad histórica y fiel conservación de sus valores, tradiciones,
cultura y cosmovisión, puesto que, como es natural, es a las propias
comunidades indígenas y sus autoridades ancestrales a las que, en
primer orden, corresponde resguardar y desarrollar de su identidad
cultural. Sin embargo, sin perjuicio de lo anterior resulta indudable,
como se ha explicado en la motivación del presente fallo, que aquella
posee la obligación de disponer sus recursos e infraestructura en
función de coadyuvar con esa tarea, en los términos indicados en el
párrafo precedente, además de, como mínimo, suprimir cualesquiera
prácticas, políticas, proyectos o acciones que la contraríen, degraden
u obstaculicen; en especial, teniendo en consideración que ejerce su
competencia en el proceso educativo, que reviste tan sensible
trascendencia para moldear la idiosincrasia de la sociedad y sus
miembros. [...] En conclusión, la obligación gubernamental de impartir
educación bilingüe intercultural, se encuentra amparada por normas
previstas en todos los niveles del ordenamiento jurídico aplicable
para el Estado de Guatemala y cuenta con el marco institucional
dispuesto para su cumplimiento.”

Corte de Constitucionalidad. Expedientes acumulados 4783-


2013, 4812-2013, 4813-2013. Fecha de sentencia: 05/07/2016.

“[...] resulta incuestionable el hecho de que las postulantes, como


reclusas del Centro de Orientación Femenino –COF– deben
beneficiarse de los servicios que dicho régimen ofrece por medio del
nombrado establecimiento y, asimismo, deben gozar de los derechos
a los que se ha hecho alusión. Y si el Estado reconoce como su
obligación garantizar el derecho de comunicación en el propio idioma
de las personas reclusas, no puede sino entenderse que si se ha
generado la situación descrita por las accionantes, es necesario
conminar a la autoridad correspondiente a que asuma las medidas
pertinentes para modificar aquel escenario de separación provocado,
fundamentalmente, por la omisión de prestar facilidades de
comunicación en el propio idioma de las mujeres internas. [...] se ha
reconocido en la ley de la materia que uno de los principales fines del
sistema penitenciario consiste en ‘proporcionar a las personas
reclusas las condiciones favorables para su educación y
readaptación a la sociedad, que les permita alcanzar un desarrollo
personal durante el cumplimiento de la pena y posteriormente
reintegrarse a la sociedad’, y tomando en cuenta que las ahora
postulantes han reprochado en amparo el hecho de no tener acceso
a tales servicios debido a su impedimento de comprender el idioma
español utilizado para impartirlos (lo que evidencia su deseo de
beneficiarse de los mismos), no es aceptable que se intente justificar
el incumplimiento de aquel compromiso con la simple afirmación de
que la asistencia a las clases correspondientes no es obligatoria sino
discrecional, pues la obligación de facilitar los referidos servicios no
está sujeta a la voluntad de los usuarios, sino que, constituyendo uno
de los principales fines del sistema de presidios en Guatemala, su
prestación debe mantenerse con independencia de aquella
condición.” Corte de Constitucionalidad. Expediente 3217-2010.
Fecha de sentencia: 15/11/2011.

“Los Estados deben tomar en consideración los datos que


diferencian a los miembros de pueblos indígenas de la población en
general, y que conforman la identidad cultural de aquéllos. La lengua
es uno de los más importantes elementos de identidad de un pueblo,
precisamente porque garantiza la expresión, difusión y transmisión
de su cultura.”
En el presente caso, la restricción al ejercicio de la libertad de hablar
garífuna aplicada a algunos reclusos del Centro Penal de Tela, fue
discriminatoria en perjuicio del señor Alfredo López Álvarez, como
miembro de la comunidad garífuna. [...] La Corte encuentra que al
prohibir al señor Alfredo López Álvarez expresarse en el idioma de
su elección, durante su detención en el Centro Penal de Tela, el
Estado aplicó una restricción al ejercicio de su libertad de expresión
incompatible con la garantía prevista en la Convención y que, a su
vez, constituyó un acto discriminatorio en su contra.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso López


Álvarez vs. Honduras. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia
de 1 de febrero de 2006. Serie C No. 141. Párrs. 171-173.
13. Conocimientos ancestrales

“[...] se puede referir que los conocimientos tradicionales indígenas


son aquellos que son heredados por los pueblos originarios y que
pertenecen colectivamente a los integrantes de esas comunidades,
precisamente por ser parte de su patrimonio cultural, que es reflejo
de su identidad y cosmovisión. Por su parte las expresiones
tradicionales culturales constituyen las formas como se materializan
esos conocimientos. Debe tenerse presente que los conocimientos
referidos guardan importancia desde el punto de vista cultural,
intelectual y espiritual para las comunidades que los han creado y
ahora ejercen, mantienen y velan por preservar. Estos derivan de
prácticas que se generan, conservan y transmiten en un contexto
tradicional y se asocian claramente a la cultura de comunidades que
los conservan y los trasmiten intergeneracionalmente, siendo celosas
depositarias de estos, por lo que su apropiación individual o uso
indebido conlleva un perjuicio para los pueblos a los que les
corresponde su titularidad [...]” Corte de Constitucionalidad.
Expediente 2112-2016. Fecha de sentencia: 17/10/2017.

14. Sistema jurídico propio de los pueblos indígenas

“Existe vulneración constitucional cuando la autoridad cuestionada


desconoce la existencia del derecho indígena y pretende someter a
proceso judicial a un miembro de un pueblo originario, no obstante
fue juzgado por los mismos hechos por sus autoridades tradicionales,
conforme a las costumbres propias de su cultura [...] partiendo del
pleno reconocimiento del derecho indígena, que conlleva la potestad
que tienen los pueblos originarios para resolver sus conflictos
sociales conforme a su propio derecho, es preciso señalar que ello
implica: i) la existencia de autoridades propias de los pueblos
indígenas que ejercen esa función; ii) la potestad que tienen los
mismos pueblos y sus autoridades para establecer normas y
procedimientos propios; iii) la necesaria adecuación del derecho
indígena, sus normas y procedimientos a los derechos y garantías
que establece la Constitución y las normas que integran el bloque de
constitucionalidad; y iv) el esfuerzo que debe efectuar el Estado para
dictar las pautas de coordinación y cooperación entre el derecho
indígena y el sistema de justicia oficial. En ese sentido, para viabilizar
el ejercicio del derecho indígena, en respeto y coordinación con las
diferentes culturas que habitan el país, esta Corte estima necesario,
como pauta del pluralismo jurídico, definir los elementos que deben
concurrir para su aplicación: a)personal: consiste en que los sujetos
interesados deben ser miembros, así como poseer y mantener un
sentido de pertenencia a su comunidad, esto es, a su cultura,
costumbres y tradiciones; b)territorial: los hechos deben ocurrir
dentro del territorio que pertenece a la comunidad; c)institucional:
debe existir y ser reconocido un sistema de resolución de conflictos
propio, que integre sus usos, costumbres y procedimientos,
comúnmente conocidos y aceptados por los miembros de la
comunidad; y d)objetivo: el conflicto debe afectar los intereses de la
comunidad de que se trate, por lesionar un valor protegido por su
cultura. Finalmente, es de puntualizar que los actos realizados en
aplicación del derecho indígena y, sobre todo, las decisiones
adoptadas por sus autoridades tradicionales –de la misma forma que
las resoluciones de la justicia estatal– pueden ser sometidas a control
de constitucionalidad por medio del amparo; ello, para garantizar el
respeto y pleno goce de los derechos que prevé la Constitución y las
normas que integran el bloque de constitucionalidad.” Corte de
Constitucionalidad. Expediente 1467-2014. Fecha de sentencia:
10/03/2016.

“[...] el marco jurídico previamente citado, reconoce la existencia del


derecho consuetudinario indígena y sobre todo el deber de las
autoridades y tribunales de respetarlo y observarlo al momento de
resolver, particularmente en casos de naturaleza penal. Es decir,
cuando el asunto lo requiera, acorde con aquel entorno normativo
oficial e internacional que admite la existencia del sistema jurídico
maya, los órganos jurisdiccionales nacionales con competencia en
materia criminal tienen el deber de tomar en consideración las
costumbres, instituciones y métodos tradicionales que rigen la vida
social de las comunidades étnicas, siempre y cuando las mismas no
sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el
sistema jurídico nacional ni con los derechos humanos
internacionalmente reconocidos.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 3300-2009. Fecha de


sentencia: 21/10/2010.

15. Condiciones de desigualdad

“Muchas de las organizaciones indígenas en el país reconocen el


retraso del cumplimiento total del Acuerdo sobre la identidad de las
poblaciones indígenas, pero reconocen que el Estado, aunque de
manera mínima, ha permitido abrir espacios de diálogo así como la
participación e intervención indígena en el debate de la realidad
nacional.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 2229-2010. Fecha de


sentencia: 08/02/2011.

“Guatemala, ha suscrito, aprobado y ratificado con anterioridad varios


instrumentos jurídicos internacionales de reconocimiento, promoción
y defensa de los derechos humanos de los habitantes en general y
de los cuales también son nominalmente destinatarios los pueblos
indígenas; sin embargo, tomando en cuenta que si bien es cierto que
las reglas del juego democrático son formalmente iguales para todos,
existe una evidente desigualdad real de los pueblos indígenas con
relación a otros sectores de los habitantes del país, por lo cual el
Convenio se diseñó como un mecanismo jurídico especialmente
dirigido a remover parte de los obstáculos que impiden a estos
pueblos el goce real y efectivo de los derechos humanos
fundamentales, para que por lo menos los disfruten en el mismo
grado de igualdad que los demás integrantes de la sociedad.
Guatemala es reconocida y caracterizada como un Estado unitario,
multiétnico, pluricultural y multilingüe, conformada esa unidad dentro
de la integridad territorial y las diversas expresiones socio-culturales
de los pueblos indígenas, los que aún mantienen la cohesión de su
identidad, especialmente los de ascendencia Maya [...]” Corte de
Constitucionalidad. Expediente 199-95. Fecha de opinión
consultiva: 18/05/1995.

Artículo 67.- Protección a las tierras y las cooperativas agrícolas


indígenas. Las tierras de las cooperativas, comunidades indígenas
o cualesquiera otras formas de tenencia comunal o colectiva de
propiedad agraria, así como el patrimonio familiar y vivienda popular,
gozarán de protección especial del Estado, de asistencia crediticia y
de técnica preferencial, que garanticen su posesión y desarrollo, a fin
de asegurar a todos los habitantes una mejor calidad de vida.

Las comunidades indígenas y otras que tengan tierras que


históricamente les pertenecen y que tradicionalmente han
administrado en forma especial, mantendrán ese sistema.

1. Propiedad comunal indígena

“[...] esta Corte puede afirmar que la obligación de los gobiernos de


respetar la importancia especial que para las culturas reviste su
relación con las tierras o territorios [contenida en el Convenio 169 de
la OIT], así como el hecho de reconocer a los pueblos interesados el
derecho de propiedad y posesión de las tierras que tradicionalmente
ocupan, se encuentra concurrente con los preceptos de los artículos
66, 67 y 68 de la Constitución. Además, los procedimientos a utilizar
para decidir las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos
interesados, deberán instituirse conforme al artículo 14 inciso 3 del
Convenio, o sea adecuados al marco del sistema jurídico nacional
[...] Se ha cuestionado que el Convenio en su artículo 13 establezca
que el término ‘territorio’ debe incluirse dentro del término ‘tierras’,
porque el primero puede tener una acepción más amplia. A ese
respecto, cabe considerar que el mismo artículo 13 dispone que el
concepto ‘territorio’, cubre la totalidad del hábitat de las regiones que
los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera y no
debe dársele otra acepción. Además, dicho concepto es aplicable a
los artículo 15 y 16 del Convenio, que se refieren, el primero, a la
protección de los recursos naturales existentes en sus tierras y, el
segundo, a las disposiciones contenidas en los casos de traslados de
las tierras que ocupan. En cuanto a la participación en los beneficios
derivados de la explotación de los recursos naturales pertenecientes
al Estado, ello tendrá efecto ‘siempre que sea posible.’ Las
disposiciones contenidas en los artículos anteriormente
mencionados, que integran la Parte II del Convenio no contradicen la
Constitución.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 199-95. Fecha de


sentencia: 18/05/1995.

“[...] el Reglamento impugnado [Reglamento Específico para


Reconocimiento y Declaración de Tierras Comunales] regula las
condiciones que debe tener un terreno o predio para ser declarado
como tierra comunal, estableciendo que son necesarias la posesión,
la pertenencia histórica y la administración especial; condiciones que
deben concurrir obligatoriamente para que proceda la declaración de
tierra comunal a favor de una comunidad indígena. Las condiciones
aludidas, están vinculadas con el mandato otorgado al Registro de
Información Catastral en el artículo 65 de la Ley del Registro
mencionado [...] y el Convenio 169 [...], circunstancias que se
produjeron, y que se pueden constatar al analizar el texto de la norma
impugnada.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 4334-2009. Fecha de


sentencia: 01/06/2010.
“[...] la especial protección que la Carta Magna dedica al derecho de
propiedad comunal de los pueblos indígenas [...], en congruencia con
el significativo papel que juega la tierra en su cosmovisión. Esto
último ha sido reconocido a nivel internacional, en la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos [...] puntualizando
además que el argumento de que las tierras en disputa estén siendo
debidamente explotadas no basta para vedar esa posibilidad, habida
cuenta de que bajo el mismo ‘... subyace la idea de que los indígenas
no pueden, bajo ninguna circunstancia, reclamar sus tierras
tradicionales cuando éstas se encuentren explotadas y en plena
productividad, mirándose la cuestión indígena exclusivamente a
través de la productividad de la tierra y del régimen agrario, lo que
resulta insuficiente a las peculiaridades propias de dichos pueblos’
[...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 1101-2010. Fecha de


sentencia: 04/05/2011.

“[...] la especial forma de propiedad y control de la tierra de los


pueblos indígenas [...] hace necesaria la creación de normas jurídicas
específicas de reconocimiento y protección de la propiedad comunal,
que atienda al carácter sui generis de esta particulares modalidades
de propiedad colectiva que ejercen estos pueblos, sin dejar de
garantizar las pautas indígenas de uso y ocupación del territorio, de
conformidad con los estándares internacionales en materia de
derechos humanos y en especial de los pueblos indígenas y tribales.
[...] Debido a las características de la propiedad comunal indígena,
en la creación de la preceptiva que debe regular este derecho, es
necesario atender a las prácticas tradicionales de uso de la tierra y el
sistema consuetudinario de tenencia de la tierra que estos pueblos
han establecido según el concepto de territorio que les es reconocido
tanto en la Constitución Política de la República como en normas
internacionales.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 4670-2017. Fecha de


sentencia: 8/10/2019.

“Mediante una interpretación evolutiva de los instrumentos


internacionales de protección de derechos humanos, tomando en
cuenta las normas de interpretación aplicables y, de conformidad con
el artículo 29.b de la Convención - que prohíbe una interpretación
restrictiva de los derechos - , esta Corte considera que el artículo 21
de la Convención protege el derecho a la propiedad en un sentido
que comprende, entre otros, los derechos de los miembros de las
comunidades indígenas en el marco de la propiedad comunal [...].
[...] es menester hacer algunas precisiones respecto del concepto de
propiedad en las comunidades indígenas. Entre los indígenas existe
una tradición comunitaria sobre una forma comunal de la propiedad
colectiva de la tierra, en el sentido de que la pertenencia de ésta no
se centra en un individuo sino en el grupo y su comunidad. Los
indígenas por el hecho de su propia existencia tienen derecho a vivir
libremente en sus propios territorios; la estrecha relación que los
indígenas mantienen con la tierra debe de ser reconocida y
comprendida como la base fundamental de sus culturas, su vida
espiritual, su integridad y su supervivencia económica. Para las
comunidades indígenas la relación con la tierra no es meramente una
cuestión de posesión y producción sino un elemento material y
espiritual del que deben gozar plenamente, inclusive para preservar
su legado cultural y transmitirlo a las generaciones futuras.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la


Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001.
Serie C No. 79. Párrs. 148 y 149.

2. Relación entre derechos territoriales indígenas y otros


derechos

“Ahora bien, cuando la propiedad comunal indígena y la propiedad


privada particular entran en contradicciones reales o aparentes, la
propia Convención Americana y la jurisprudencia del Tribunal
proveen las pautas para definir las restricciones admisibles al goce y
ejercicio de estos derechos, a saber: a) deben estar establecidas por
ley; b) deben ser necesarias; c) deben ser proporcionales, y d) deben
hacerse con el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad
democrática.”

“Al aplicar estos estándares a los conflictos que se presentan entre


la propiedad privada y los reclamos de reivindicación de propiedad
ancestral de los miembros de comunidades indígenas, los Estados
deben valorar caso por caso las restricciones que resultarían del
reconocimiento de un derecho por sobre el otro. Así, por ejemplo, los
Estados deben tener en cuenta que los derechos territoriales
indígenas abarcan un concepto más amplio y diferente que está
relacionado con el derecho colectivo a la supervivencia como pueblo
organizado, con el control de su hábitat como una condición
necesaria para la reproducción de su cultura, para su propio
desarrollo y para llevar a cabo sus planes de vida. La propiedad sobre
la tierra garantiza que los miembros de las comunidades indígenas
conserven su patrimonio cultural. Al desconocerse el derecho
ancestral de los miembros de las comunidades indígenas sobre sus
territorios, se podría estar afectando otros derechos básicos, como el
derecho a la identidad cultural y la supervivencia misma de las
comunidades indígenas y sus miembros.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Comunidad


Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125. Párrs.
144, 146 y 147.

“Adicionalmente, respecto de las restricciones sobre el derecho de


los miembros de los pueblos indígenas y tribales, en especial al uso
y goce de las tierras y los recursos naturales que han poseído
tradicionalmente, un factor crucial a considerar es también si la
restricción implica una denegación de las tradiciones y costumbres
de un modo que ponga en peligro la propia subsistencia del grupo y
de sus integrantes. [...]”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso del Pueblo


Saramaka Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007.
Serie C No. 172. Párr. 128.

“Esta Corte ya ha señalado que la relación especial de los pueblos


indígenas con sus territorios ancestrales no estriba solamente en que
constituyen su principal medio de subsistencia, sino un elemento
integrante de su cosmovisión, religiosidad y, por ende, de su
identidad o integridad cultural, el cual es un derecho fundamental y
de naturaleza colectiva de las comunidades indígenas, que debe ser
respetado en una sociedad multicultural, pluralista y democrática,
como la de Guatemala.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Masacres de


Río Negro Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de septiembre de 2012.
Serie C No. 250. Párr. 160.

3. Formas de relación entre los pueblos indígenas y sus


tierras
“El segundo punto de análisis se refiere a si el derecho de
recuperación de tierras tradicionales permanece indefinidamente en
el tiempo. Para dilucidar este asunto, la Corte toma en cuenta que la
base espiritual y material de la identidad de los pueblos indígenas se
sustenta principalmente en su relación única con sus tierras
tradicionales. Mientras esa relación exista, el derecho a la
reivindicación permanecerá vigente, caso contrario, se extinguirá.
Dicha relación puede expresarse de distintas maneras, según el
pueblo indígena del que se trate y las circunstancias concretas en
que se encuentre, y puede incluir el uso o presencia tradicional, ya
sea a través de lazos espirituales o ceremoniales; asentamientos o
cultivos esporádicos; caza, pesca o recolección estacional o nómada;
uso de recursos naturales ligados a sus costumbres; y cualquier otro
elemento característico de su cultura.

Debe considerarse, además, que la relación con la tierra debe ser


posible. Por ejemplo, en casos como el presente, que la relación con
la tierra se manifiesta inter alia en las actividades tradicionales de
caza, pesca y recolección, si los indígenas realizan pocas o ninguna
de esas actividades tradicionales dentro de las tierras que han
perdido, porque se han visto impedidos de hacerlo por causas ajenas
a su voluntad que impliquen un obstáculo real de mantener dicha
relación, como violencias o amenazas en su contra, se entenderá que
el derecho a la recuperación persiste hasta que tales impedimentos
desaparezcan.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Comunidad


Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146.
Párrs. 131 y 132.

4. Protección de recursos naturales en territorios indígenas

[...] debido a la conexión intrínseca que los integrantes de los


pueblos indígenas y tribales tienen con su territorio, es necesaria la
protección del derecho a la propiedad sobre éste, de conformidad con
el artículo 21 de la Convención, para garantizar su supervivencia. De
este modo, el derecho a usar y gozar del territorio carecería de
sentido en el contexto de los miembros de los pueblos indígenas y
tribales si dicho derecho no estuviera conectado con los recursos
naturales que se encuentran dentro del territorio. Por ello, el reclamo
por la titularidad de las tierras de los integrantes de los pueblos
indígenas y tribales deriva de la necesidad de garantizar la seguridad
y la permanencia del control y uso de los recursos naturales por su
parte, lo que a su vez, mantiene ese estilo de vida. Esta conexión
entre el territorio y los recursos naturales necesarios para su
supervivencia física y cultural, es exactamente lo que se precisa
proteger conforme al artículo 21 de la Convención a fin de garantizar
a los miembros de los pueblos indígenas y tribales el uso y goce de
su propiedad. De este análisis, se entiende que los recursos
naturales que se encuentran en los territorios de los pueblos
indígenas y tribales que están protegidos en los términos del artículo
21 son aquellos recursos naturales que han usado tradicionalmente
y que son necesarios para la propia supervivencia, desarrollo y
continuidad del estilo de vida de dicho pueblo.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso del Pueblo


Saramaka Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007.
Serie C No. 172. Párr. 122.

5. Obligaciones del Estado con relación al derecho de


propiedad de los pueblos indígenas

“En el caso del Estado de Guatemala, en mil novecientos noventa y


nueve se creó el Fondo de Tierras, como ‘institución de naturaleza
pública, participativa y de servicio, instituida para facilitar el acceso a
la tierra y generar condiciones para el desarrollo rural integral y
sostenible, a través de proyectos productivos, agropecuarios,
forestales e hidrobiológicos’[...] aduciéndose por su medio se daba
sentido práctico a los Acuerdos sobre Identidad y Derechos de los
Pueblos Indígenas y de Aspectos Socioeconómicos y Situación
Agraria [...] Empero, a la presente fecha, no han sido regulados, en
esa ley ni en cualesquiera otra normativa legal, procedimientos,
supuestos o criterios de calificación para tramitar y resolver
administrativa y/o judicialmente solicitudes de reivindicación de
posesión, uso o propiedad, por concepto de derechos ancestrales,
formuladas por comunidades indígenas respecto de bienes
inmuebles que se encuentren inscritos registralmente como
propiedad privada de otros particulares. Asimismo, el Congreso de la
República no ha atendido el mandato constituyente plasmado en el
Artículo 70 de la Ley Fundamental [...] De cualquier manera, las
omisiones relacionadas, o la inexistencia de fuero especializado
sobre la materia en el Organismo Judicial, no pueden ser
interpretadas en el sentido de vedar la posibilidad de que demandas
como la que ocupa esta exposición sean sustanciadas y dilucidadas
ante los tribunales ordinarios del país. [...] Asimismo, son los
procedimientos tramitados ante los órganos jurisdiccionales el
escenario propicio, en tiempo y modo, para que sean desplegadas la
argumentación y la actividad probatoria necesarias –verbigracia,
peritajes culturales, estudios históricos, dictámenes catastrales, etc.–
a fin de que las partes con intereses contrapuestos respalden o
desvanezcan sus respectivas proposiciones de hecho y de Derecho,
con el grado de detenimiento y profundidad que requiere la temática
agraria. Entender que esa posibilidad está vedada equivaldría a
hacer nugatorio para los pueblos indígenas el acceso a la justicia
protegido en los Artículos 29 constitucional [...] y 12 del Convenio 169
de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países Independientes. Esto, cabe aclarar,
sin perjuicio de que, en casos de características distintas al que
motiva este análisis, puedan resultar pertinentes gestiones de orden
administrativo, de acuerdo con lo dispuesto en el Artículo 45 de la
Ley del Fondo de Tierras.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 121-2014. Fecha de


sentencia: 21/03/2017.

“El derecho consuetudinario de los pueblos indígenas debe ser


tenido especialmente en cuenta, para los efectos de que se trata.
Como producto de la costumbre, la posesión de la tierra debería
bastar para que las comunidades indígenas que carezcan de un título
real sobre la propiedad de la tierra obtengan el reconocimiento oficial
de dicha propiedad y el consiguiente registro.

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la


Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001.
Serie C No. 79. Párr. 151.

“[...] el Tribunal recuerda su jurisprudencia respecto a la propiedad


comunitaria de las tierras indígenas, según la cual se indica inter alia
que: 1) la posesión tradicional de los indígenas sobre sus tierras tiene
efectos equivalentes al título de pleno dominio que otorga el Estado;
2) la posesión tradicional otorga a los indígenas el derecho a exigir el
reconocimiento oficial de propiedad y su registro; 3) los miembros de
los pueblos indígenas que por causas ajenas a su voluntad han salido
o perdido la posesión de sus tierras tradicionales mantienen el
derecho de propiedad sobre las mismas, aún a falta de título legal,
salvo cuando las tierras hayan sido legítimamente trasladadas a
terceros de buena fe; 4) el Estado debe delimitar, demarcar y otorgar
título colectivo de las tierras a los miembros de las comunidades
indígenas; 5) los miembros de los pueblos indígenas que
involuntariamente han perdido la posesión de sus tierras, y éstas han
sido trasladadas legítimamente a terceros de buena fe, tienen el
derecho de recuperarlas o a obtener otras tierras de igual extensión
y calidad; 6) el Estado debe garantizar la propiedad efectiva de los
pueblos indígenas y abstenerse de realizar actos que puedan llevar
a que los agentes del propio Estado, o terceros que actúen con su
aquiescencia o su tolerancia, afecten la existencia, el valor, el uso o
el goce de su territorio; 7) el Estado debe garantizar el derecho de los
pueblos indígenas de controlar efectivamente y ser propietarios de su
territorio sin ningún tipo de interferencia externa de terceros, y 8) el
Estado debe garantizar el derecho de los pueblos indígenas al control
y uso de su territorio y recursos naturales. Con respecto a lo
señalado, la Corte ha sostenido que no se trata de un privilegio para
usar la tierra, el cual puede ser despojado por el Estado u opacado
por derechos a la propiedad de terceros, sino de un derecho de los
integrantes de pueblos indígenas y tribales para obtener la titulación
de su territorio a fin de garantizar el uso y goce permanente de dicha
tierra.”

“[...] los pueblos indígenas y tribales tienen derecho a que existan


mecanismos administrativos efectivos y expeditos para proteger,
garantizar y promover sus derechos sobre los territorios indígenas, a
través de los cuales se puedan llevar a cabo los procesos de
reconocimiento, titulación, demarcación y delimitación de su
propiedad territorial. Los procedimientos en mención deben cumplir
las reglas del debido proceso legal consagradas en los artículos 8 y
25 de la Convención Americana.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblo


Indígena Xucuru y sus miembros Vs. Brasil. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de
febrero de 2018. Serie C No. 346. Párrs. 117 y 130.

“[...] la Corte reitera la obligación del Estado de garantizar el uso y


goce efectivo del derecho a la propiedad indígena o tribal, para lo
cual pueden adoptarse diversas medidas, entre ellas el saneamiento.
En este sentido, para efectos del presente caso, el Tribunal entiende
que el saneamiento consiste en un proceso que deriva en la
obligación del Estado de remover cualquier tipo de interferencia
sobre el territorio en cuestión. En particular, se realizará a través de
la posesión plena del legítimo propietario y, de ser procedente y
según lo acordado, mediante el pago de mejoras y la reubicación de
los terceros ocupantes, a fin de que la Comunidad de Punta Piedra
pueda hacer uso y goce pacífico y efectivo de su dominio pleno de la
propiedad colectiva.” Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Caso Comunidad Garífuna de Punta Piedra y sus
miembros Vs. Honduras. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de octubre de 2015. Serie
C No. 304. Párr. 181.

6. Amparo como vía para cuestionar inscripciones registrales


anómalas en perjuicio de propiedad comunal indígena

“[...] esta Corte aprecia que, tal como lo afirmó el Tribunal a quo, no
existen documentos en los que se sustente la inscripción del dominio
de la finca antes relacionada a favor de la Municipalidad de
Chuarrancho, pues con base en las fotocopias de la certificación que
remitió la autoridad cuestionada, esta Corte no encuentra que los
vecinos de Chuarrancho hayan otorgado -mediante el instrumento
público respectivo- el dominio de la referida finca a favor de la
Municipalidad de Chuarrancho, con lo cual se advierte que con la
operación registral objetada, la autoridad reprochada incumplió con
lo dispuesto en el artículo 1125 del Código Civil, el que, obliga al
Registro General de la Propiedad a inscribir únicamente aquellos
actos que se apoyan en algún título en el que se autoriza el traslado
del dominio de un bien, situación que no se produjo en el caso
concreto, pues sin fundamento alguno se inscribió el dominio de la
ya citada finca a favor de aquella Municipalidad [...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 628-2013. Fecha de


sentencia: 24/06/2014.

“[...] Desde los precedentes más tempranos de su abundante


jurisprudencia sobre el particular, esta Corte ha asentado que es
factible acudir directamente a la justicia constitucional a denunciar la
violación del derecho de propiedad ocasionada por inscripciones
registrales originadas en anomalías e ilegalidades, precisando que,
en todo caso, son los subsiguientes adquirentes de buena fe –de
haberlos– los que estarían llamados a reclamar en la jurisdicción
ordinaria la responsabilidad de quien corresponda [...] Las tesis
jurisprudenciales anteriormente citadas son aplicables a la situación
bajo juzgamiento en el presente caso, habida cuenta que, como se
explicó en el apartado considerativo precedente, las solicitantes
señalan como violado su derecho de propiedad privada en intrínseca
conexión con el concepto de propiedad ancestral y comunal de tierras
comunales indígenas al que se alude en los artículos 66 y 67 de la
Constitución Política de la República. Se concurre, por ende, con la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la consideración de
la propiedad como derecho fundamental que debe ser comprendido
y protegido en un sentido amplio y tutelar, que abarca tanto la
connotación típicamente civilista, como la concepción tradicional y
comunitaria propia de los pueblos indígenas.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 5955-2014. Fecha de


sentencia: 25/11/2015. Ӷ Garantías o salvaguardas en caso de
restricciones al derecho a la propiedad.

“[...] quedó descrito que la legislación guatemalteca prevé una lista


de los Instrumentos de Evaluación Ambiental que corresponde
presentar a los interesados dependiendo del tipo de proyecto cuya
autorización estatal persigan obtener. Según puede advertirse del
análisis del articulado del Reglamento citado [Reglamento de
Evaluación, Control y Seguimiento Ambiental, Acuerdo Gubernativo
431-2007, vigente a ese momento] [...], el Estudio de Impacto
Ambiental es el más profundo y completo de los instrumentos que
prevé la legislación nacional para medir la incidencia que los
proyectos, obras, industrias o actividades puedan tener en el
ambiente en el que vayan a ser ejecutados. Esas características –de
completitud y profundidad– se encuentran intrínsecamente
vinculadas al hecho de ser este el instrumento exigible en el caso de
proyectos cuyo impacto potencial sea considerado mayor o grave.”
“[...] ni el pago de estas cantidades dinerarias ni las solas donaciones
de artículos o la ejecución de proyectos aislados, no puede, de forma
alguna, ser tomada como referente exacto de cumplimiento de las
obligaciones que atañen a las entidades ejecutoras de proyectos de
explotación de recursos naturales, en áreas en las cuales se
encuentran radicados pueblos indígenas. Esta Corte comparte la
afirmación realizada por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en cuanto a que es incorrecto que los Estados confundan
las obras que de buena voluntad realizan las entidades en el marco
de sus políticas de responsabilidad social empresarial con la garantía
que prevé el Artículo 15.2 del Convenio 169 [...] Este punto de vista
es conteste con la afirmación efectuada también por el ex Relator de
la Organización de Naciones Unidas Sobre Derechos De Los
Pueblos Indígenas, James Anaya: [...]”
Corte de Constitucionalidad. Expediente 4785-2017. Fecha de
sentencia: 03/09/2018.

“[...] De la normativa citada pueden extraerse varias conclusiones


relevantes para la resolución del presente caso: 1. Cuando se
pretenda implementar cualesquiera proyectos, obras, industrias o
actividades que puedan producir detrimento al ambiente y a recursos
naturales o culturales, previamente debe realizarse el instrumento de
evaluación ambiental que corresponda según la categoría de
aquellos [...] 2. La aprobación del Estudio de Evaluación de Impacto
Ambiental corresponde al Ministerio de Ambiente y Recursos
Naturales. Durante la tramitación de la solicitud de una licencia de
extracción minera, el interesado debe comparecer ante el Ministerio
de Energía y Minas a aportar ese instrumento ambiental debidamente
aprobado, acto que debe realizar antes de que esta última autoridad
dicte la medida administrativa que decida lo relativo el derecho
minero solicitado. [...] Según la Guía de Términos de Referencia para
la Elaboración del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental
(exigible para el caso del proyecto al que se alude en el presente
fallo) el Estudio de Evaluación debía contener, entre otros extremos,
[...]. 4. Las licencias de explotación minera confieren a su titular la
facultad de explotar yacimientos dentro de un área máxima de veinte
kilómetros cuadrados [...]. Concatenadas las dos últimas nociones
extraídas de la normativa analizada, puede afirmarse que, en virtud
que la licencia de extracción minera conlleva autorización para
efectuar actividades dentro de un polígono determinado,
indefectiblemente, el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental,
debe ser realizado sobre la totalidad del área en la que se propone
ejecutar el proyecto u obra [...]. En caso de establecer que es factible
la ejecución del proyecto, con base en lo que conste en el citado
Estudio y según el propio análisis que debe efectuar la Cartera
ministerial, antes de emitir la resolución final, esa dependencia
estatal podrá asumir las siguientes actitudes: a) en el caso de los
territorios en los que no se prevea afectación de pueblos indígenas,
deberá decidir si otorga o no la licencia solicitada, en caso de acceder
a conferirla, debe establecer las obligaciones que el Estado impondrá
al interesado, a efecto de que se cumpla con mitigar y prevenir el
impacto que el proyecto u obra ocasionará al medio ambiente. En la
licencia debe fijar, con claridad, los derechos que esa autorización
incorpora para su titular y las obligaciones que le conlleva y b) en el
caso de que el proyecto se pretenda implementar en territorio en el
cual sí sea previsible la afectación de pueblos indígenas, el Ministerio
debe agotar con ellos el proceso de consulta que prevé el Convenio
169.”
“Esta Corte, en anteriores oportunidades, ha considerado también
que los Estudios de Evaluación de Impacto Ambiental poseen
especial importancia en la realización del proceso de consulta a los
pueblos indígenas, esto en atención a que, por un lado, es en tales
instrumentos ambientales en los que se establece el área de
influencia del proyecto propuesto, sus alcances y los posibles riesgos
que conlleva su implementación. Se ha afirmado también que una
vez determinada el área de influencia, las autoridades respectivas
están en condiciones de establecer si en esa circunscripción habitan
pueblos indígenas que pudieran verse afectados por la ejecución del
proyecto u obra [...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 697-2019. Fecha de


sentencia: 18/06/2020.

“[...] de conformidad con el artículo 1.1 de la Convención, a fin de


garantizar que las restricciones impuestas a los Saramakas respecto
del derecho a la propiedad por la emisión de concesiones dentro de
su territorio no impliquen una denegación de su subsistencia como
pueblo tribal, el Estado debe cumplir con las siguientes tres
garantías: primero, el Estado debe asegurar la participación efectiva
de los miembros del pueblo Saramaka, de conformidad con sus
costumbres y tradiciones, en relación con todo plan de desarrollo,
inversión, exploración o extracción (en adelante “plan de desarrollo o
inversión”) que se lleve a cabo dentro del territorio Saramaka.
Segundo, el Estado debe garantizar que los miembros del pueblo
Saramaka se beneficien razonablemente del plan que se lleve a cabo
dentro de su territorio. Tercero, el Estado debe garantizar que no se
emitirá ninguna concesión dentro del territorio Saramaka a menos y
hasta que entidades independientes y técnicamente capaces, bajo la
supervisión del Estado, realicen un estudio previo de impacto social
y ambiental. Mediante estas salvaguardas se intenta preservar,
proteger y garantizar la relación especial que los miembros del
pueblo Saramaka tienen con su territorio, la cual a su vez, garantiza
su subsistencia como pueblo tribal.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso del Pueblo


Saramaka Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007.
Serie C No. 172. Párr. 129.
7. Derecho de consulta en medidas que puedan afectar
territorios indígenas

“Esta Corte ha apuntado en oportunidades anteriores [...] que el


soporte normativo de la consulta a los pueblos indígenas acerca de
medidas estatales susceptibles de causarles afectación reside en
una serie de instrumentos internacionales de los cuales el Estado de
Guatemala [...]. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
hecho notar que la consulta regulada en el Convenio 169 sobre
Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del
Trabajo se ha consolidado como principio general del Derecho
Internacional, habida cuenta que muchos países miembros de la
Organización de los Estados Americanos, a través de reformas en su
normatividad interna y de los pronunciamientos emanados de sus
más altas cortes de justicia, han respaldado su protección [...]. Así
concebida, la prerrogativa en referencia conlleva para el Estado, con
relación a las acciones gubernamentales que podrían afectarles
directamente, la obligación de implementar e institucionalizar
procedimientos mediante los cuales, se genere de buena fe, en forma
sistemática y acorde a sus tradiciones ancestrales, una dinámica de
información, participación y diálogo con sus legítimos representantes,
con el propósito de concertar acuerdos sobre las medidas que se
proyecta realizar [...]. El reconocimiento de la consulta prevista en el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, como parte
del catálogo de derechos fundamentales protegidos en el control de
convencionalidad, demanda del Estado de Guatemala, en general, la
realización de cualesquiera modificaciones estructurales que sean
necesarias, en sus instituciones y legislación interna, para darle
eficaz cabida en el contexto nacional; así lo han expresado este
mismo Tribunal [...] y la Corte Interamericana de Derechos Humanos
[...], es importante esclarecer si en el decurso de los procedimientos
administrativos por los que se tramitaron esas autorizaciones, se
produjo alguna diligencia a la que sea dable atribuir el carácter de
consulta válidamente efectuada. Para ese cometido es necesario, en
primer lugar, recapitular, en síntesis, los elementos definitorios de la
consulta, de acuerdo a lo preceptuado en el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en Países Independientes, y el desarrollo interpretativo que
sobre su normativa han efectuado la Corte Interamericana de
Derechos Humanos [...]; la Comisión de Expertos en Aplicación de
Convenios y Recomendaciones de la Organización Internacional del
Trabajo [...] y el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas [...]: A. Carácter previo a la
medida gubernativa. B. Comprende un verdadero diálogo en el que
privan la buena fe, la comunicación constante, la transparencia, el
entendimiento y el respeto mutuos; no se agota con la sola
información. C. Orientada al objetivo de arribar a acuerdos, con el
consenso como vía para la toma de decisiones; no se trata de que
una parte se imponga a la otra. D. Se concreta mediante
procedimientos culturalmente apropiados, en los que se respetan las
costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas y tribales,
especialmente en cuanto a sus instituciones representativas. Esos
estándares de derecho internacional ya han quedado reflejados en la
jurisprudencia de este Tribunal sobre la materia.”
“En el contexto nacional, actualmente se carece de un cuerpo
normativo específico que viabilice el derecho a la consulta y, pese a
que en la resolución de varios casos, esta Corte ha asentado vasta
jurisprudencia en la que se exhorta superar aquella ausencia, [...] aún
persisten gran cantidad de denuncias en la jurisdicción constitucional
vinculadas con la violación del derecho de mérito. [...] Toda situación
debe ser resuelta y, para ello, debe integrarse la normativa vigente,
para así superar la ausencia de un procedimiento de consulta a
pueblos indígenas en Guatemala, estableciéndose por medio del fallo
los lineamientos que deberán desarrollarse –en concordancia con los
estándares internacionales– aplicables no solo para el caso objeto de
examen, sino para todo conflicto que a futuro se suscite vinculado a
ese tópico, mientras no exista una legislación específica respecto del
tema [...] Para tales efectos, el Estado de Guatemala, por medio del
Ministerio citado, deberá tener en cuenta los siguientes criterios: 1.
La consulta debe ser previa [...] 2. La consulta debe ser informada
[...] 3. La consulta de buena fe [...] Ahora, es oportuno referir que esta
Corte, en otras sentencias en donde abordó la misma temática
analizada en el presente asunto, propuso algunas pautas básicas a
seguir, a modo de marco referencial, para que el procedimiento por
el que se materializara la consulta se llevara a cabo en concordancia
con los estándares internacionales sobre la materia, por lo que a
continuación se reiteran tales pautas: [...]”

Corte de Constitucionalidad. Expedientes acumulados 90-2017,


91-2017 y 92-2017. Fecha de sentencia: 26/05/2017.

“[...] se ha sostenido que para que proceda la consulta es necesario


que concurran dos circunstancias: la primera, que las acciones o
decisiones del poder público encuadren en el concepto genérico de
medidas administrativas o legislativas; y la segunda, que pueda
razonablemente preverse que la decisión afectará en forma directa a
los pueblos indígenas. Sobre este último punto, es pertinente resaltar
que existe vasta jurisprudencia de este Tribunal en cuanto a que la
afectación directa se determina en función de la incidencia que esas
medidas puedan tener en sus condiciones de vida –sea de índole
social, económica, espiritual, ambiental, sanitaria, alimentaria, etc–.
A esto obedece que los Estados estén obligados a asumir todas las
medidas necesarias, a fin de que no se cause menoscabo en la
identidad cultural y subsistencia digna de los pueblos indígenas.”
“Esta Corte [...] ha afirmado que para decidir la viabilidad de toda
actividad de desarrollo programada por los gobiernos en áreas en las
cuales se encuentren asentados pueblos indígenas, debe
considerarse el resultado de estudios acerca de la incidencia que en
aquellos ámbitos pueda generar la medida, debiéndose distinguir y
proteger la singular significación que entraña para dichos pueblos el
vínculo con la tierra, en virtud de lo cual, debe respetarse la
importancia especial que para las culturas y valores espirituales de
tales pueblos reviste su relación con la tierra o territorios que ocupan
o utilizan de alguna otra manera, y en particular la connotación
colectiva de esa relación [...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 4785-2017. Fecha de


sentencia: 03/09/2018.

“[...] el Estado debe garantizar el derecho de consulta y participación


en todas las fases de planeación e implementación de un proyecto o
medida que pueda afectar el territorio de una Comunidad indígena o
tribal, u otros derechos esenciales para su supervivencia como
pueblo. Lo anterior debe realizarse desde las primeras etapas de la
elaboración o planificación del proyecto o la medida propuesta, a fin
de que los pueblos indígenas puedan verdaderamente participar e
influir en el proceso de adopción de decisiones, de conformidad con
los estándares internacionales pertinentes. En esta línea, el Estado
debe asegurar que los derechos de los pueblos indígenas y tribales
no sean obviados en cualquier otra actividad o acuerdo que haga con
terceros, o en el marco de decisiones del poder público que
afectarían sus derechos e intereses. Por ello, en su caso,
corresponde también al Estado llevar a cabo tareas de fiscalización
y de control y desplegar, cuando sea pertinente, formas de tutela
efectiva de ese derecho por medio de los órganos judiciales
correspondientes. En cuanto a sus características, la Corte ha
establecido que la consulta debe ser realizada con carácter previo,
de buena fe, con la finalidad de llegar a un acuerdo, adecuada,
accesible e informada.” Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Caso Comunidad Garífuna Triunfo de la Cruz y sus
miembros Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 8 de octubre de 2015. Serie C No. 305. Párr. 160.

“La Corte ha establecido que para garantizar la participación efectiva


de los integrantes de un pueblo o comunidad indígena en los planes
de desarrollo o inversión dentro de su territorio, el Estado tiene el
deber de consultar, activamente y de manera informada, con dicha
comunidad, según sus costumbres y tradiciones, en el marco de una
comunicación constante entre las partes. Además, las consultas
deben realizarse de buena fe, a través de procedimientos
culturalmente adecuados y deben tener como fin llegar a un acuerdo.
Asimismo, se debe consultar con el pueblo o la comunidad, de
conformidad con sus propias tradiciones, en las primeras etapas del
plan de desarrollo o inversión y no únicamente cuando surja la
necesidad de obtener la aprobación de la comunidad, si éste fuera el
caso. Asimismo, el Estado debe asegurarse que los miembros del
pueblo o de la comunidad tengan conocimiento de los posibles
beneficios y riesgos, para que puedan evaluar si aceptan el plan de
desarrollo o inversión propuesto. Por último, la consulta debe tener
en cuenta los métodos tradicionales del pueblo o comunidad para la
toma de decisiones. El incumplimiento de esta obligación, o la
realización de la consulta sin observar sus características esenciales,
comprometen la responsabilidad internacional de los Estados.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblo


Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador. Fondo y
Reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012. Serie C No. 245.
Párr. 177.

8. Territorios indígenas, áreas protegidas y medio ambiente

“El Convenio 169 confiere particular protección al derecho al medio


ambiente sano que asiste a los pueblos indígenas, extremo que
puede denotarse del contenido de varios de sus preceptos, que
aseguran el resguardo de ese derecho. De la misma manera, el
citado instrumento internacional establece los mecanismos idóneos
para que los Estados cumplan con su obligación de permitir que los
pueblos interesados participen en el diseño de mecanismos de
protección del medio ambiente que les rodea. La protección
específica que ese instrumento internacional confiere al derecho a un
ambiente sano de los pueblos originarios atiende a la relación
especial que estos poseen con la tierra, derivado de su cosmovisión
[...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 4785-2017. Fecha de


sentencia: 03/09/2018.

“La Corte considera relevante hacer referencia a la necesidad de


compatibilizar la protección de las áreas protegidas con el adecuado
uso y goce de los territorios tradicionales de los pueblos indígenas.
En este sentido, la Corte estima que un área protegida, consiste no
solamente en la dimensión biológica, sino también en la sociocultural
y que, por tanto, incorpora un enfoque interdisciplinario y
participativo. En este sentido, los pueblos indígenas, por lo general,
pueden desempeñar un rol relevante en la conservación de la
naturaleza, dado que ciertos usos tradicionales conllevan prácticas
de sustentabilidad y se consideran fundamentales para la eficacia de
las estrategias de conservación. Por ello, el respeto de los derechos
de los pueblos indígenas, puede redundar positivamente en la
conservación del medioambiente. Así, el derecho de los pueblos
indígenas y las normas internacionales de medio ambiente deben
comprenderse como derechos complementarios y no excluyentes.
En vista de lo anterior, la Corte reitera que, en principio, existe una
compatibilidad entre las áreas naturales protegidas y el derecho de
los pueblos indígenas y tribales en la protección de los recursos
naturales sobre sus territorios, destacando que los pueblos indígenas
y tribales, por su interrelación con la naturaleza y formas de vida,
pueden contribuir de manera relevante en dicha conservación. En
este sentido, los criterios de a) participación efectiva, b) acceso y uso
de sus territorios tradicionales y c) de recibir beneficios de la
conservación — todos ellos, siempre y cuando sean compatibles con
la protección y utilización sostenible— [...], resultan elementos
fundamentales para alcanzar dicha compatibilidad, la cual debe ser
evaluada por el Estado. En consecuencia, es necesario que el Estado
cuente con mecanismos adecuados para la implementación de tales
criterios como parte de la garantía de los pueblos indígenas y tribales
a su vida digna e identidad cultural, en relación con la protección de
los recursos naturales que se encuentren en sus territorios
tradicionales.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblos


Kaliña y Locono Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2015. Serie C No. 309. Párrs.
180 y 181.
9. Propiedad ancestral

“El régimen constitucional, empero, también contempla, tanto a nivel


nacional como internacional, previsiones que impiden que el
beneficio de unos pueda producir perjuicios, algunos incluso
irreversibles, al hábitat natural y cultural de individuos o
comunidades. Tal es el caso de los artículos 58, 66, 67 y 97
Constitucionales y el Convenio 169 [...] Para el caso, es necesario
conciliar el aprovechamiento racional de los recursos naturales no
renovables con el respeto a derechos sustanciales de cualquier
persona y conglomerado social, en especial cuando se trata de
miembros de grupos marginados de los procesos de decisión del
poder público. Lo que se requiere es que, por una parte, se
identifiquen y, como consecuencia, se observen y atiendan
adecuadamente los intereses legítimos de los afectados o
potencialmente afectados; y que, por la otra, se prevengan reparos
injustificados a proyectos solventes de desarrollo para la Nación.
Para estimar a una comunidad representativa de pueblos indígenas
susceptible de afectación directa por la realización de algún proyecto,
operación o actividad, no es indispensable que el lugar en el que se
planee instalar la infraestructura o la maquinaria requeridos para el
efecto, se halle precisamente dentro de linderos de propiedad
formalmente reconocida a la comunidad en referencia, porque el
objeto de protección de la consulta no se circunscribe, ni se refiere
principalmente, a la esfera patrimonial –en la connotación civilista de
la expresión–, sino aglutina elementos de naturaleza heterogénea
enraizados en la cosmovisión propia de los pueblos indígenas y en el
fenómeno de marginación que han padecido, respecto a los procesos
de decisión del poder público y del acceso a servicios básicos aun
cuando se registren algunos avances en el orden político y social–.
En definitiva, de lo antes relacionado se colige que resultará
procedente la consulta a pueblos indígenas cuando se prevean
disposiciones de poder público, sean legislativas o administrativas,
susceptibles de afectarles directamente, en el entendido de que esto
último se determina en función de la incidencia que esas medidas
puedan llegar a tener en sus condiciones de vida –sea de índole
social, económica, espiritual, ambiental, sanitaria, alimentaria, etc.–,
a fin de prevenir que se produzca de modo y con intensidad tales que
conlleven detrimento de su identidad cultural y su subsistencia digna
[...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 3753-2014. Fecha de


sentencia: 12/01/2016.
10. Derecho de consulta

“Esta Corte ha apuntado en oportunidades anteriores [...] que el


soporte normativo de la consulta a los pueblos indígenas acerca de
medidas estatales susceptibles de causarles afectación reside en
una serie de instrumentos internacionales de los cuales el Estado de
Guatemala [...]. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
hecho notar que la consulta regulada en el Convenio 169 sobre
Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del
Trabajo se ha consolidado como principio general del Derecho
Internacional, habida cuenta que muchos países miembros de la
Organización de los Estados Americanos, a través de reformas en su
normatividad interna y de los pronunciamientos emanados de sus
más altas cortes de justicia, han respaldado su protección [...]. Así
concebida, la prerrogativa en referencia conlleva para el Estado, con
relación a las acciones gubernamentales que podrían afectarles
directamente, la obligación de implementar e institucionalizar
procedimientos mediante los cuales, se genere de buena fe, en forma
sistemática y acorde a sus tradiciones ancestrales, una dinámica de
información, participación y diálogo con sus legítimos representantes,
con el propósito de concertar acuerdos sobre las medidas que se
proyecta realizar [...]. El reconocimiento de la consulta prevista en el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, como parte
del catálogo de derechos fundamentales protegidos en el control de
convencionalidad, demanda del Estado de Guatemala, en general, la
realización de cualesquiera modificaciones estructurales que sean
necesarias, en sus instituciones y legislación interna, para darle
eficaz cabida en el contexto nacional; así lo han expresado este
mismo Tribunal [...] y la Corte Interamericana de Derechos Humanos
[...], es importante esclarecer si en el decurso de los procedimientos
administrativos por los que se tramitaron esas autorizaciones, se
produjo alguna diligencia a la que sea dable atribuir el carácter de
consulta válidamente efectuada. Para ese cometido es necesario, en
primer lugar, recapitular, en síntesis, los elementos definitorios de la
consulta, de acuerdo a lo preceptuado en el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en Países Independientes, y el desarrollo interpretativo que
sobre su normativa han efectuado la Corte Interamericana de
Derechos Humanos [...]; la Comisión de Expertos en Aplicación de
Convenios y Recomendaciones de la Organización Internacional del
Trabajo [...] y el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas [...]: A. Carácter previo a la
medida gubernativa. B. Comprende un verdadero diálogo en el que
privan la buena fe, la comunicación constante, la transparencia, el
entendimiento y el respeto mutuos; no se agota con la sola
información. C. Orientada al objetivo de arribar a acuerdos, con el
consenso como vía para la toma de decisiones; no se trata de que
una parte se imponga a la otra. D. Se concreta mediante
procedimientos culturalmente apropiados, en los que se respetan las
costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas y tribales,
especialmente en cuanto a sus instituciones representativas. Esos
estándares de derecho internacional ya han quedado reflejados en la
jurisprudencia de este Tribunal sobre la materia.”

Corte de Constitucionalidad. Expedientes acumulados 90-2017,


91-2017 y 92-2017. Fecha de sentencia: 26/05/2017.

“[...] cuando las leyes tuvieren un objeto concreto y específico


relacionado con los pueblos indígenas y tribales, protegidos por el
Convenio 169 [...], sería viable que la función legislativa tuviera apoyo
en las adecuadas consultas que le permitan emitir una legislación
acorde con las garantías a los derechos y libertades de las indicadas
poblaciones, en armonía con los intereses de la Nación guatemalteca
[...] Por otra parte, cuando alguno de estos poblados resintiera
afectación por la aplicación de la ley, siempre tendrá a su alcance
exigir que, en su propia comunidad, se proceda a realizar las
consultas reconocidas por el citado Convenio 169, como expresión
de su voluntad para que el Estado tome las disposiciones necesarias
que protejan sus intereses y para que compartan de manera efectiva
sus beneficios.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 1008-2012. Fecha de


sentencia: 28/02/2013.

11. Relación de los pueblos indígenas con su territorio

“[...] la especial protección que la Carta Magna dedica al derecho de


propiedad comunal de los pueblos indígenas [...], en congruencia con
el significativo papel que juega la tierra en su cosmovisión. Esto
último ha sido reconocido a nivel internacional, en la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos [...] puntualizando
además que el argumento de que las tierras en disputa estén siendo
debidamente explotadas no basta para vedar esa posibilidad, habida
cuenta de que bajo el mismo ‘... subyace la idea de que los indígenas
no pueden, bajo ninguna circunstancia, reclamar sus tierras
tradicionales cuando éstas se encuentren explotadas y en plena
productividad, mirándose la cuestión indígena exclusivamente a
través de la productividad de la tierra y del régimen agrario, lo que
resulta insuficiente a las peculiaridades propias de dichos pueblos
[...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 1101-2010. Fecha de


sentencia: 04/05/2011.

12. Relación entre territorios indígenas y protección del


medio ambiente

La Corte considera relevante hacer referencia a la necesidad de


compatibilizar la protección de las áreas protegidas con el adecuado
uso y goce de los territorios tradicionales de los pueblos indígenas.
En este sentido, la Corte estima que un área protegida, consiste no
solamente en la dimensión biológica, sino también en la sociocultural
y que, por tanto, incorpora un enfoque interdisciplinario y
participativo. En este sentido, los pueblos indígenas, por lo general,
pueden desempeñar un rol relevante en la conservación de la
naturaleza, dado que ciertos usos tradicionales conllevan prácticas
de sustentabilidad y se consideran fundamentales para la eficacia de
las estrategias de conservación. Por ello, el respeto de los derechos
de los pueblos indígenas, puede redundar positivamente en la
conservación del medioambiente. Así, el derecho de los pueblos
indígenas y las normas internacionales de medio ambiente deben
comprenderse como derechos complementarios y no excluyentes.
En vista de lo anterior, la Corte reitera que, en principio, existe una
compatibilidad entre las áreas naturales protegidas y el derecho de
los pueblos indígenas y tribales en la protección de los recursos
naturales sobre sus territorios, destacando que los pueblos indígenas
y tribales, por su interrelación con la naturaleza y formas de vida,
pueden contribuir de manera relevante en dicha conservación. En
este sentido, los criterios de a) participación efectiva, b) acceso y uso
de sus territorios tradicionales y c) de recibir beneficios de la
conservación — todos ellos, siempre y cuando sean compatibles con
la protección y utilización sostenible— [...], resultan elementos
fundamentales para alcanzar dicha compatibilidad, la cual debe ser
evaluada por el Estado. En consecuencia, es necesario que el Estado
cuente con mecanismos adecuados para la implementación de tales
criterios como parte de la garantía de los pueblos indígenas y tribales
a su vida digna e identidad cultural, en relación con la protección de
los recursos naturales que se encuentren en sus territorios
tradicionales.”

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblos


Kaliña y Locono Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2015. Serie C No. 309. Párrs.
180 y 181.

Artículo 68.- Tierras para comunidades indígenas. Mediante


programas especiales y legislación adecuada, el Estado proveerá de
tierras estatales a las comunidades indígenas que las necesiten para
su desarrollo.

Actualmente, la Constitución Política de la República de Guatemala,


establece: ‘Artículo 67. [...]’.‘Artículo 105. [...]’. ‘Artículo 119. [...] g)
[...]’ El derecho humano a una vivienda es reconocido en el párrafo I,
del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales [...] Por su parte el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (CDESC), organismo creado para
la verificación del cumplimiento del referido Pacto Internacional por
parte de los Estados firmantes, elaboró la Observación General
Número cuatro (OG4), con el fin de profundizar en los elementos y el
contenido mínimo que una vivienda debe tener para poder considerar
que las personas tienen su derecho a la vivienda plenamente
garantizado. [...] Concorde con lo anteriormente establecido esta
Corte también ha afirmado que conforme a la Constitución Política el
Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la
familia; su fin supremo es la realización del bien común; debe
garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la
justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona,
para lo cual debe adoptar las medidas que a su juicio sean
convenientes según lo demanden las necesidades y condiciones del
momento, que pueden ser no sólo individuales sino también sociales.
[Sentencia del diecisiete de septiembre de mil novecientos ochenta y
seis, dictada en el expediente doce – ochenta y seis (12-86).].” Corte
de Constitucionalidad. Expediente 1205-2008. Fecha de
sentencia: 17/02/2010.

Artículo 69.- Traslación de trabajadores y su protección. Las


actividades laborales que impliquen traslación de trabajadores fuera
de sus comunidades, serán objeto de protección y legislación que
aseguren las condiciones adecuadas de salud, seguridad y previsión
social que impidan el pago de salarios no ajustados a la ley, la
desintegración de esas comunidades y en general todo trato
discriminatorio.

“[...] La parte III del Convenio [169 de la OIT] regula lo relativo a


‘Contratación y Condiciones de Empleo’, estableciendo que los
gobiernos deberán evitar cualquier discriminación entre los
trabajadores pertenecientes a los pueblos interesados y los demás
trabajadores, así como en lo referente al acceso a empleos,
remuneraciones iguales por igual trabajo, asistencia médica y social,
seguridad e higiene en el trabajo, derecho de asociación y
sindicalización. A ese respecto puede afirmarse que esa parte se
encuentra acorde a lo establecido en el artículo 69 de la Constitución
y también a lo regulado en la Sección Octava del Capítulo II, Título II
del texto constitucional que trata lo relativo al trabajo y no contiene
ninguna discriminación ni limitación a los derechos ahí reconocidos a
favor de los trabajadores, y si así fuere devendría nulo conforme al
artículo 106 de la Constitución. Si el Convenio otorgara derechos
adicionales o más beneficiosos al trabajador, los mismos serían
aplicables en virtud de que los consignados en la Constitución
constituyen los derechos sociales mínimos que fundamentan la
legislación del trabajo según el artículo 102 de la Constitución, cuyo
inciso t) preceptúa que lo establecido en Convenios y tratados
internacionales en los que el Estado participe, referentes a asuntos
de trabajo y que concedan a los trabajadores mejores protecciones o
condiciones, se considerarán como parte de los derechos mínimos
de que gozan los trabajadores guatemaltecos. En consecuencia de
ninguna manera resultan contrarios a la Constitución los preceptos
consignados en la Parte III del Convenio.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 199-95. Fecha de


sentencia: 18/05/1995.

Artículo 70.- Ley específica. Una ley regulará lo relativo a las


materias de esta sección.

“El artículo 70 de la Constitución Política de la República de


Guatemala, hace alusión a la creación de una ley específica en la
materia que regule lo determinado con la sección tercera de la
Constitución y que hasta la fecha no se ha elaborado, esta Corte
considera, que dicha Ley debiese contener aspectos como: a)
impulsar políticas de coordinación entre el derecho estatal y el
derecho indígena, contemplando aspectos mínimos como resolver
conflictos de jurisdicción y competencia que puedan surgir entre el
ejercicio del derecho Indígena y el derecho estatal; b) darle plena
validez así como respeto a las decisiones tomadas por las
autoridades indígenas; y c) que los ámbitos de aplicación de ambos
sistemas jurídicos se encuentren bien definidos. Es menester que
también se haga participe a las diferentes y diversas instituciones
indígenas en este proceso, tal y como lo regula el Convenio 169 de
la OIT, así como los acuerdos de Paz que persiguen implementar
medidas que conllevan el pleno respeto y reconocimiento del sistema
jurídico de los pueblos indígenas; d) mediante dicha ley existen
políticas a través de las cuales se logre alcanzar una coordinación
entre el ejercicio del derecho Indígena y el derecho estatal, aspecto
de difícil solución, debido a la problemática de marginación y
exclusión de la normativa indígena; e) con dicha ley debe buscarse
un estado homogéneo en donde exista el reconocimiento de la
pluralidad jurídica, para el desarrollo del ejercicio de una democracia
plena y absoluta, utilizando mecanismos que lleven a cabo una
coordinación de sistemas, es decir, la de hacer judicial lo relativo a
las resoluciones o decisiones sobre las soluciones de conflictos de
índole indígena que se genera dentro de su ámbito de aplicación. Por
lo antes expuesto, esta Corte estima que efectivamente concurre la
ausencia de labor legislativa por parte del Congreso de la República
en cuanto al tópico que el accionante estima que se ha omitido
legislar, a pesar de existir mandato constitucional. No obstante, el
planteamiento formulado no puede prosperar dado que se ha
incumplido una de los requisitos esenciales de viabilidad de la
inconstitucionalidad directa: la cita puntual de la norma jurídica de la
que se acusa contravención constitucional, la cual debe gozar de
generalidad y de vigencia; ello es así, ya que si no se formula tal
señalamiento no se posibilitaría la confrontación de la norma
constitucional y la infraconstitucional [...]”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 2229-2010. Fecha de


sentencia: 08/02/2011.

“[...] en esta ocasión, esta Corte, ante su función esencial de ser la


suprema defensora de la Constitución y el orden constitucional de
Guatemala, le corresponde velar por la eficacia normativa del Texto
Supremo derivado de actitudes omisas del legislador que impiden o
hacen nugatorio el pleno goce de derechos humanos, por lo que
estima ocioso limitarse a reiterar las exhortaciones que, en los
términos indicados, ha venido haciendo desde hace
aproximadamente una década, ya que, en este tópico, estas han
resultado insuficientes, por lo que en aras de evitar que continúe la
omisión de desarrollar una legislación que garantice el derecho en
mención, se opta por compeler a los Diputados del Congreso de la
República de Guatemala a que, en el plazo de un año contado a partir
de notificada esta sentencia, se produzca el proceso legislativo a
efecto de asegurar que en el citado plazo se apruebe la normativa
legal atinente al derecho de consulta. Para ese cometido deberá
tomarse en cuenta lo apuntado por este Tribunal en cuanto a la
participación coordinada, sistemática y armónica de integrantes de
los pueblos indígenas en ese proceso legislativo [sentencias dictadas
dentro de los expedientes un mil setenta y dos-dos mil once (1072-
2011), acumulados cuatro mil novecientos cincuenta y siete y cuatro
mil novecientos cincuenta y ocho/dos mil doce (4957 y 4958/2012),
acumulados ciento cincuenta y seis y ciento cincuenta y nueve/dos
mil trece (156 y 159/2013), cuatrocientos once-dos mil catorce (411-
2014), y tres mil setecientos cincuenta y tres-dos mil catorce (3753-
2014), respectivamente]. Se estima oportuno concluir señalando que
la omisión por parte del Congreso de la República de legislar sobre
la consulta referida, ha propiciado en el país un clima de
desconfianza para las comunidades indígenas que pueden verse
perjudicadas por proyectos encaminados al desarrollo social y las
empresas inversionistas de tales proyectos, al no existir reglas claras
que doten de certeza jurídica el goce del derecho a la consulta de las
comunidades mencionadas y de otros derechos que puedan verse
afectados por operaciones o actividades de exploración o explotación
de los recursos naturales en sus territorios, así como los de las
entidades referidas que aportan su capital para poner en marcha los
proyectos aludidos con el riesgo inminente de que su inversión pueda
verse mermada o perderse ante la inexistencia de aquellas reglas.
Esa realidad nacional precisamente justifica al Tribunal adoptar la
emisión de una sentencia estructural, que hace factible la creación
de directrices normativas generales para configurar las pautas del
procedimiento de consulta a los pueblos indígenas que debe
observar el Ministerio de Energía y Minas (véase considerando XII),
no solo para este caso, sino para futuros, con la finalidad de superar
la ausencia de legislación interna que regule sobre el particular, así
como la vinculación de otras autoridades distintas de la reclamada en
amparo, para garantizar la efectividad del derecho de mérito, lo que
permitió en esta oportunidad estimar razonable compeler al
Congreso de la República de Guatemala, por ser el organismo estatal
que no ha decretado la normativa concerniente a aquel
procedimiento. Sentencias como la presente cobran relevancia en el
ámbito nacional, porque ante la actitud despreocupada de la
institución estatal responsable de decretar disposiciones sobre la
materia –consulta–, esta Corte, ejerciendo la función que le ha sido
encomendada por el Magno Texto –defensa del orden
constitucional–, diseña una estructura para el pleno goce de un
derecho colectivo y de prestación, superando así los obstáculos que
existen para su plena efectivización; esto propugna la realización de
manera responsable de proyectos encaminados al desarrollo
sostenible (en beneficio de las comunidades indígenas y de los
propios inversionistas), lo que dota de certeza y seguridad jurídicas
los derechos de los pueblos indígenas y la inversión de los
particulares, buscándose de esa forma el equilibrio y armonización
de diversos intereses, dentro de un ambiente de concordia y
convivencia pacífica, en donde exista el compromiso del Estado de
respetar y garantizar los derechos fundamentales de las personas,
en especial de aquellas que en forma colectiva e individual han sido
susceptibles de segregación o marginación histórica.”

Corte de Constitucionalidad. Expedientes acumulados 90-2017,


91-2017 Y 92-2017. Fecha de sentencia: 26/05/2017.

“El hecho que en el presente fallo no se acoja el planteamiento de


inconstitucionalidad general parcial por omisión relativa dirigida
contra los artículos 5, 12 y 113 de la Ley de Derechos de Autor y
Derechos Conexos, así como 4 y 152 de la Ley de Propiedad
Industrial, implica que no se ha advertido la necesidad de reformar
esos preceptos normativos, pues, según el profuso análisis contenido
en el considerando que precede, lo ideal para proteger los
conocimientos tradicionales y expresiones culturales tradicionales es
un cuerpo normativo específico que responda a las aspiraciones de
protección permanente –no temporal– de las tejedoras indígenas. La
falta de acogimiento referida no es óbice para que esta Corte, en
virtud de ser receptiva de los argumentos de las accionantes y al
sensibilizarse por el estado de cosas inconstitucional que se produce
por la ausencia de una normativa protectora de la propiedad
intelectual colectiva de los pueblos indígenas, aproveche la
oportunidad para exhortar a los diputados del Congreso de la
República a que emitan la ley específica que brinde la necesaria
protección a los conocimientos tradicionales y expresiones culturales
tradicionales de esas comunidades. Para ese efecto, deberán tener
en cuenta que en las líneas finales del considerando anterior se
dejaron plasmados algunos elementos que pudieran estar contenidos
en ese cuerpo normativo. [...] si bien se han advertido legítimos los
reclamos de las accionantes y merecedores de la debida respuesta,
se ha estimado que no es con la modificación de algunos de los
enunciados legales cuestionados que se les puede brindar
protección, sino en un instrumento normativo ad hoc.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 2112-2016. Fecha de


sentencia: 17/10/2017.

“[...] esta Corte estima que el Congreso de la República debe emitir


la regulación atinente que reconozca y proteja de forma específica la
propiedad comunal indígena en el territorio guatemalteco, en
consenso con las propias comunidades. Esta normativa debe incluir,
como mínimo, el respeto a sus principios relacionados con el uso,
administración, transmisión de sus tierras, según sus propias formas
tradicionales de propiedad, así como el reconocimiento de títulos
colectivos de propiedad, conforme las propias costumbres
ancestrales de cada unidad organizativa. Para ello debe tomar en
cuenta los instrumentos normativos internacionales relacionados con
esta materia, así como lo indicado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en observancia del derecho consuetudinario, los
valores, usos y costumbres que sobre sus territorios aplican los
pueblos indígenas. Ciertamente, la regulación especial sobre este
derecho es una tarea pendiente del Congreso de la República para
lograr su debida protección; por ello es que esta Corte considera que
debe exhortarse al citado Organismo estatal para que mediante un
cuerpo normativo específico regule la materia, a fin de que cese la
omisión de legislar lo relativo al derecho de propiedad de las
comunidades indígenas, ya que esa actitud tiene implicaciones
constitucionales que no pueden soslayarse. La apuesta por la
emisión de disposiciones normativas específicas no debe ser
entendida en el sentido que con ello acaba la problemática expuesta
en los párrafos de este considerando, pues, además, se precisa que
el Estado desarrolle políticas públicas –que impliquen medidas
preventivas y positivas– tendentes a lograr la mejor protección; ello
como producto del diálogo constante que debiera tener con esas
comunidades. Es por ello que, al contemplar la Carta Magna
(artículos 67, 68 y 70) el derecho de propiedad de las comunidades
indígenas sobre sus territorios ancestrales, lo pertinente es que todo
lo relacionado con la propiedad comunal de los pueblos indígenas
sobre sus territorios, y los derechos derivados de ella, debieran estar
regulados en un cuerpo normativo específico; en tal virtud, esta Corte
estima que se debe emitir exhortación al Organismo Legislativo, para
que [...] emita el decreto que corresponda para superar la omisión
constitucional encontrada. [...] aunado a ello, es necesario reiterar
que cualquier medida legislativa en relación al derecho comunal de
la tierra debe ser consultada previamente con los pueblos indígenas
por tratarse de un derecho contemplado en Tratados y Convenios
Internacionales y ser temas que afectan directamente sus intereses.”

Corte de Constitucionalidad. Expediente 4670-2017. Fecha de


sentencia: 08/10/2019.

FUENTES DEL DERECHO

Definición.

Es el nacimiento, o el principio de las causas que le dan origen a las


normas jurídicas

Clasificación:

Reales.

Fuentes Reales o Materiales se incluyen en ellas todos los factores y


circunstancias que provocan la aparición y determinan el contenido
de las normas jurídicas. Son pues ajenas al derecho y simplemente
constituyen su antecedente lógico y natural, obedecen a causas de
tipo político, religioso, económico, social y biológico.

Históricas.

Son los lugares en donde el Derecho ha quedado plasmado. Por ser


el derecho una obra humana, abstracta, de existencia ideal, se hace
necesario plasmarlo de alguna forma. En documentos, papiros,
estelas, monumentos, los cuales constituyen las fuentes historias del
derecho.

Formales.

Son las formas obligadas y pre-determinadas que ineludiblemente


deben revestir los preceptos de conducta exterior, para imponerse
socialmente; en virtud de la potencia coercitiva del derecho. Son los
medios o modos utilizados por el derecho para poderse expresar.

Ley
Es la norma jurídica general originada en la legislación.

Costumbre

Es el derecho no escrito que nace espontáneamente, sin intervención


estatal, surge directamente de la población por imitaciones y
comportamientos heredados. Se forma insensiblemente mediante la
repetición de ciertas formas de comportamiento que poco a poco van
adquiriendo carácter de obligatoriedad, conviertiendose en
exigencias colectivas mediante el convencimiento tácito del grupo
social donde ha surgido. Su nacimiento es espontáneo, emerge sin
intervención estatal. Es una fuente natural que surge directamente de
la población por imitaciones comportamientos heredados.

Jurisprudencia

La jurisprudencia es una fuente formal del derecho. Forma


jurisprudencia por lo menos 5 fallos uniformes del Tribunal de
casación que enuncien un mismo criterio en casos similares, y no
interrumpidos por otro en contrario. La jurisprudencia obligatoria se
convierte en una fuente formal de derecho, ya que puede ser
invocadas por las personas como norma obligatoria y debe ser
aplicada por los tribunales al resolver los casos semejantes. La
importancia de la jurisprudencia en Guatemala puede ser utilizada
para:

a) Interpretar en determinado sentido una norma de derecho; b)


Definir o precisar el contenido de la misma; y c) Llenar las lagunas
dejadas por la ley.

Principios Generales del Derecho

Son aquellos postulados del derecho Natural que son los pilares
fundamentales sobre los que se rige la legislación positiva a los
ideales jurídicos de la comunidad..Contribuyen a la creación de
normas jurídicas.

Doctrina

Se le denomina así a los estudios de carácter científico que los


juristas realizan acerca del Derecho, ya sea con el propósito
puramente teórico de sistematización de sus preceptos, ya con la
finalidad de interpretar sus normas y señalar las reglas de su
aplicación.

LA NORMA JURÍDICA

Clasificación y Características:

Normas Morales:

Conjunto de principios rectores internos de la conducta humana que


indican cuales son las sanciones buenas o malas para hacerlas o
evitarlas. La moral solo regula los actos internos, la causa psicológica
que produce la conducta humana, su sanción se da con "el cargo de
conciencia".

Normas Convencionales o Sociales:

Conjunto de mandatos impuestos por el decoro, la colectividad o un


determinado grupo, por ejemplo la caballerosidad, el bien hablar, la
etiqueta, etc. su sanción será el rechazo o la aceptación del grupo.

Normas Religiosas:

Son preceptos dictados por dios a los hombres, su violación está


sancionada con el premio o castigo en la vida eterna. Su principal
diferencia con la norma jurídica es la sanción que siempre se aplicará
hasta después de la muerte.

Normas Jurídicas:

Regla de conducta sancionada por el Estado, que establece


derechos y obligaciones recíprocos.

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