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La histórica disputa en Centroamérica por la soberanía en el golfo de

Fonseca (y por qué se reavivó ahora)


 Redacción

 BBC News Mundo

14 octubre 2021

El golfo de Fonseca, en el océano Pacífico, ha sido históricamente una fuente de tensiones donde Honduras,
El Salvador y Nicaragua hacen reclamos territoriales.

Ahora, el consejo de ministros hondureño publicó un decreto para "reafirmar la soberanía nacional en los
espacios marítimos que le corresponden a Honduras en dichas aguas".

En el decreto, el gobierno de Honduras anuncia un plan de desarrollo para la región.

Pero ¿qué significa exactamente esto y por qué hay disputas territoriales en esta región?

Triple frontera

El golfo de Fonseca, con 3.200 kilómetros cuadrados, ha sido escenario de conflictos territoriales desde las
independencias de Honduras, El Salvador y Nicaragua.

A diferencia de Nicaragua, que cuenta con 352 kilómetros de costa sobre el Pacífico, y El Salvador, con 307
km, para Honduras el golfo es su única salida a ese océano.

El principal problema es la falta de delimitación de las aguas, asunto que ha llegado hasta la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para dirimir una disputa entre El Salvador y Honduras.

En una resolución en 1992, la CIJ determinó que ambos estados tenían soberanía exclusiva sobre una franja
de 3 millas náuticas a partir de su costa, pero adjudicó la administración del resto de las aguas del golfo a
los tres países que lo comparten.

Isla Conejo, en el centro de la disputa

Pese a que apenas es un peñón de menos de 1 km cuadrado, Isla Conejo es objeto de una larga disputa por su
soberanía entre El Salvador y Honduras.

En los años 80, cuando El Salvador estaba en plena guerra civil, el contingente militar salvadoreño que
resguardaba la isla volvió al continente, y tropas del ejército hondureño aprovecharon para ocupar por primera
vez el islote.

Entonces empezó una controversia diplomática entre ambos países. El Salvador argumenta que Honduras
ocupó la isla ilegalmente, y este que el peñón es suyo por su mayor cercanía a la costa hondureña (unos 600
metros).

La disputa casi siempre resurge en las campañas electorales. Honduras celebra elecciones generales el 28 de
noviembre.

Pero ¿por qué hay una disputa sobre una isla de medio kilómetro cuadrado?

La ubicación geográfica de sus vecinos forma una especie de pinza en la entrada de la bahía, lo cual cierra
aún más el libre acceso pues ambos cuentan con una soberanía de 12 millas náuticas según la Convención de
Naciones Unidas sobre Derecho del Mar.

Si las autoridades nicaragüenses y salvadoreñas acordaran limitar la navegación en su mar territorial, podrían
aislar a los hondureños.
En esas condiciones las islas en el golfo Fonseca tienen un valor fundamental, incluso un islote como Conejo.

Para Honduras el conflicto fue superado con el fallo de la Corte de La Haya en 1992 que reconoce la
soberanía de 3 millas náuticas (5,5 km) desde la costa de cada nación.

Mientras El Salvador argumenta que Isla Conejo nunca formó parte de la resolución, pues no la
menciona específicamente.

En la resolución se establece la soberanía sobre otras islas: El Tigre, que le pertenece a Honduras, y
Meanguera y Meanguerita, a El Salvador.

En 2003, la CIJ rechazó una petición de El Salvador para revisar dicha resolución.

Qué dice el nuevo decreto de Honduras

"Ante la existencia de voces disonantes que surgen más allá de nuestras fronteras, estamos enviando al
Congreso Nacional un decreto para reafirmar nuestra soberanía y la extensión de nuestro territorio apegado a
la sentencia" de la Corte Internacional de Justicia, de 1992, dijo en un comunicado esta semana el presidente
hondureño Juan Orlando Hernández.

"Isla Conejo es territorio hondureño y punto. Ahí no hay discusión", agregó el mandatario.

El decreto aprobado el miércoles por el consejo de ministros de Honduras tiene por objetivo "impulsar la paz
y el desarrollo sustentable del Golfo de Fonseca".

"Ponemos a disposición un Corredor Logístico de primer mundo al servicio de Centroamérica e impulsar el


desarrollo y la generación de miles de empleos en beneficio de nuestras naciones", tuiteó Hernández.

La iniciativa incluye la construcción del puente para unir Amapala, en la isla del Tigre, con tierra firme, así
como "constituir el Instituto para el Desarrollo del Archipiélago Hondureño en el Golfo de Fonseca".

Además, haciendo referencia a las sentencias de la CIJ de 1992 y 2003, el decreto "reafirma" la soberanía
sobre 25 islas e islotes en el golfo, entre las que se encuentra Isla Conejo.

"El archipiélago hondureño en el Golfo de Fonseca está constituido por las siguientes islas: Ramaditas,
Conejo, Garrobo, Frijol, Grande, Chocolatillo, Chocolate, Santa Elena, Tigrito, Zacate Grande, Güegüensi,
Del Toro, Exposición, El Coyote, Violín, Inglesera, Sirena, el Tigre, el Pacar, Comandante, de la Vaca, de las
Almejas, de Pájaros, la Boca, los Matones", dice el texto.

El mandatario insistió en la "vocación pacifista" del decreto, pero añadió: "tenemos todo el derecho de
defender nuestra soberanía y la seguridad del pueblo. No vamos a ceder ni dudar en lo que es nuestro sagrado
deber de defender la patria".

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respondió al hilo en Twitter de Hernández con un "meme".

Sin embargo, diputados de la oposición salvadoreña señalaron que cualquier disputa que se genere entre El
Salvador y Honduras por el decreto sería una "cortina de humo" para distraer de los problemas internos de
cada país.

René Portillo Cuadra, legislador de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena), dijo que era "un
excelente tema electoral para Honduras y una buena cortina de humo para el Gobierno de El Salvador para
ocultar los verdaderos problemas", según la agencia Efe.

La diputada del partido Vamos Claudia Ortiz también indicó que reavivar la disputa por la isla sería "un
distractor de los problemas importantes".

El miércoles más tarde, Hernández volvió a tuitear que el golfo de Fonseca "no volverá a ser objeto de
conflictos".
Golfo de Fonseca: la "triple frontera" fuente de conflictos en
Centroamérica que ahora Honduras, El Salvador y Nicaragua ven
como una oportunidad
 Juan Paullier

 BBC Mundo, Ciudad de México

23 agosto 2017

El golfo de Fonseca ha sido históricamente fuente de conflictos entre El Salvador, Honduras y


Nicaragua. Y a pesar de su belleza -y de un ilustre pasado- también es una de las zonas más pobres de
Centroamérica.

Pero las tres naciones que comparten la bahía ahora quieren convertir a este paradisíaco rincón del océano
Pacífico en "un espacio de paz, desarrollo y prosperidad" en una región mejor conocida por su violencia.

El futuro del golfo, de 3.200 kilómetros cuadrados, será el tema de una reunión especial de presidentes
prevista para el próximo 30 de agosto en Managua, la capital nicaragüense.

Y si los tres países finalmente logran ponerse de acuerdo, la iniciativa podría finalmente llevar algo de
estabilidad a una zona donde los conflictos territoriales se han venido sucediendo desde la independencia.

Y el asunto también pasó a ser considerado por la misma Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La
Haya luego de que El Salvador y Honduras recurrieran al tribunal para dirimir un diferendo por una isla de
medio kilómetro cuadrado llamada Conejo.

En su resolución de 1992 la CIJ determinó que ambos Estados tenían soberanía exclusiva sobre una franja de
tres millas a partir de su costa, pero adjudicó la administración del resto de las aguas del golfo a los tres países
que lo comparten.

Y la falta de una delimitación precisa ha seguido generando conflictos, con militares disparándoles a los
pescadores a los que acusan de faenar en aguas ajenas y presidentes amenazado con el uso de la fuerza
aérea para defender su soberanía.

¿Empujados por Honduras?

Las cosas, sin embargo, no siempre fueron así.

La ciudad hondureña de Amapala, ubicada en el golfo, fue de hecho capital de la efímera República Mayor


de Centroamérica, conformada por Honduras, El Salvador y Nicaragua a finales del siglo XIX.

Por poco tiempo después la ciudad fue además capital de Honduras. Y el físico alemán Albert Einstein la
visitó en 1925 mientras que el presidente de Estados Unidos, Herbert Hoover, lo hizo tres años después.

Pero mientras Nicaragua cuenta con 352 kilómetros de costa sobre el Pacífico y El Salvador con 307, la única
salida hondureña al mar pasa por el Golfo de Fonseca, lo que poco a poco le fue quitando importancia
tanto a Amapala como a su puerto.

Y el fracasado proyecto integracionista también dio paso a reclamos, amenazas y acusaciones que continúan
hasta el día de hoy.
"No tengo que levantar los F-5 para que me abran paso", advirtió por ejemplo en marzo de 2013 el entonces
presidente hondureño, Porfirio Lobo -electo tras un golpe de Estado en 2009- al tiempo que acusaba a El
Salvador y Nicaragua de obstaculizar la salida al Pacífico de las embarcaciones hondureñas.

Y un año después fue el entonces presidente salvadoreño Mauricio Funes el que le exigió a su homólogo
hondureño, Juan Orlando Hernández, la desocupación de isla Conejo, calificando la construcción de un
helipuerto hondureño en la misma de "provocación".

Fue en la década de 1980 -cuando El Salvador se hallaba en plena guerra civil- que tropas del ejército
hondureño ocuparon por primera vez la isla, aprovechando la partida del contingente salvadoreño que
acostumbraba resguardarlo.

Y todo sugiere que, una vez más, son las acciones hondureñas las que están obligando a volverle a poner
atención a la zona, aunque en este caso se trata de un ambicioso proyecto de inversión y no de una acción
militar.

Las polémicas ZEDE

Efectivamente, en esta zona del litoral hondureño, el gobierno autorizó la instalación de una Zona de Empleo
y Desarrollo Económico (ZEDE), una nueva y polémica figura político-administrativa aprobada de forma
controversial en 2013.

Las ZEDE son -de acuerdo a su sitio web- "espacios territoriales altamente atractivos a la inversión nacional y
extranjera (...) tienen personalidad jurídica, están autorizadas a establecer su propia política y normativa".

Sus críticos las han denunciado como una inaceptable cesión de soberanía, señalando que en algunas
circunstancias tendrán más poder que el propio Estado hondureño y podrán desconocer la inmensa mayoría de
los artículos de la Constitución, algo que Tegucigalpa niega.

Y el gobierno de Juan Orlando Hernández parece decidido a instalar la primera ZEDE en Amapala, donde
hay planes de construir un "megapuerto" que se conectaría con el Atlántico a través de un "canal seco" para
hacerle - un poco de - competencia al canal de Panamá.

A fines del mes pasado el general retirado René Osorio, designado del gobierno para las ZEDE, aseguró que
el estudio de factibilidad para la que se quiere instalar en Amapala está "casi listo" y que inversionistas de
Corea del Sur, China y Estados Unidos han mostrado interés.

Pero, para que el proyecto funcione Honduras necesita avanzar en la definición de reglas claras para el
manejo del Golfo de Fonseca.

Y para eso necesita del concurso de sus vecinos centroamericanos.

"Paso histórico"

Por lo pronto, el tema de las ZEDE no figura como tal en la agenda de la reunión del 30 de agosto, la que
oficialmente servirá para discutir un ambicioso Plan Maestro de Proyectos de Inversión y Desarrollo
Económico del golfo de Fonseca.

De dicho plan poco se sabe hasta el momento, salvo que estará financiado por el Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE), que describió la iniciativa como "un instrumento de planificación,
negociación y gestión" que busca contribuir al desarrollo de la región por medio de programas e inversiones
para impulsar la transformación económica y social del golfo.

Vinicio Cerezo, el secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) -al que pertenece
el BCIE- ha sin embargo destacado el liderazgo del presidente hondureño Juan Orlando Hernández en el
tema.
Y Hernández ya calificó la reunión -en la que también participarán el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega,
y Salvador Sánchez Cerén de El Salvador- como un "paso histórico".

Según el mandatario hondureño, el golfo de Fonseca "siempre tuvo que ser una zona de paz, de
oportunidades" y ahora debe convertirse "en un polo de desarrollo (...) en beneficio de sus pueblos".

Las intenciones, sin embargo, no son nuevas.

Los mandatarios centroamericanos firmaron dos años atrás una declaración conjunta para hacer de esa zona
un espacio de paz y seguridad. Y ya en 2007 habían dicho lo mismo, pero las palabras quedaron en la nada.

Así, el reto para los presidentes de los tres países será el saber dejar atrás las zozobras del pasado para llevar
la discusión a buen puerto y así tratar de sacarle provecho a una zona deprimida en una región golpeada por la
pobreza.

"¿Para qué nos vamos a estar peleando porque un pescador se pasa de la raya, de donde está la frontera
marítima, y ni cuenta se da porque él anda pescando, ganándose el sustento de la familia?", declaró
Hernández.

"Esa es la zona más pobre de Honduras, El Salvador y Nicaragua cuando puede ser de las más ricas, si nos
ponemos a trabajar juntos".
“La disputa del Golfo de Fonseca: tensiones y conflictos históricos
entre El Salvador, Honduras y Nicaragua”

Objetivo general:

"Explorar las tensiones y conflictos entre El Salvador, Honduras y Nicaragua con respecto a la disputa del
Golfo de Fonseca".

Objetivos específicos:

1. Analizar el origen de la disputa por el golfo de Fonseca entre El Salvador, Honduras y Nicaragua.

2. Examinar la evolución de la disputa durante los últimos años.

3. Investigar las estrategias usadas por los tres países para abordar el conflicto.

4. Estudiar los posibles resultados de la disputa.

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