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EVALUACIÓN DEL RIESGO SEDIMENTOLÓGICO (E.R.S.

)
DE LOS PROYECTOS DE EMBALSE

(Palabras clave: Riesgo, Sedimentos, Hidrología, Presas, El Niño)

Dr.- Ing. Arturo Rocha Felices


Consultor. Profesor Emérito de la
Universidad Nacional de Ingeniería

1. INTRODUCCIÓN

La construcción de presas es fundamental para el progreso. En las últimas décadas


se han construido en el Perú algunas grandes presas, que a su vez han creado
grandes embalses, principalmente con fines de riego. Sin embargo, como toda
gran estructura, las presas tienen una profunda interacción con la Naturaleza.
Como nuestras cuencas están en gran medida sujetas a intensa erosión se genera
un transporte sólido muy importante que atenta contra el éxito de dichos proyectos.
A esto debe añadirse que en los últimos veinte años el Fenómeno de El Niño se ha
presentado dos veces con características de Meganiño, es decir, con gran
magnitud. Los Meganiños presentan características hidrometeorológicas e
implicancias sedimentológicas que involucran un riesgo para los proyectos
hidráulicos que incluyan grandes embalses como parte de su infraestructura [2, 3, 6,
9]. A fin de contribuir a la evaluación de esta amenaza se introduce en esta
ponencia el concepto de Evaluación del Riesgo Sedimentológico (E.R.S.) y la
necesidad de determinar la Factibilidad Sedimentológica de los proyectos de
embalse.
Las presas, como parte de un proyecto de ingeniería, deben concebirse y
desarrollarse del mejor modo posible, compatible con la cantidad y calidad de la
información existente y los requerimientos mínimos necesarios. En los estudios de
factibilidad de los proyectos se examina una serie de aspectos con el objeto de
decidir acerca de su ejecución. Un proyecto de ingeniería debe ser factible desde
diversos puntos de vista. Así por ejemplo, para decidir la inversión se suele
demostrar previamente, entre otras, la factibilidad técnica, ambiental, económica,
financiera, política e institucional. La factibilidad técnica tiene a su vez varios
aspectos que involucran la dificultad de encontrar un esquema de proyecto que

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sea económico, funcional y seguro y que satisfaga las factibilidades antes
mencionadas.
En esta ponencia se introduce el concepto de Evaluación del Riesgo
Sedimentológico involucrado en la ejecución de un proyecto que incluya una gran
presa sobre un lecho fluvial, como resultado de dos fenómenos conocidos: a)
agradación, que ocurre aguas arriba, y b) degradación, que se presenta aguas
abajo.
En los proyectos hidráulicos que incluyen embalses de regulación, sujetos a
pérdida de volumen de almacenamiento por depósito de sólidos, hay siempre un
gran margen de incertidumbre e imprecisión en el cálculo de su vida útil. El cálculo
del transporte sólido fluvial es en general de baja confiabilidad. La predicción de las
cantidades de sólidos que en el futuro depositarán en el embalse tiene un mayor
grado de incertidumbre, pues depende de varios factores adicionales. La pérdida
del volumen útil de un embalse antes de lo previsto tiene enormes repercusiones
técnicas, económicas y sociales [2, 3, 7].
De otro lado, como resultado de la construcción de una gran presa sobre un cauce
fluvial deformable se presenta degradación del cauce aguas abajo, el que puede ser
muy importante y tiene que ser debidamente evaluado, pues las medidas de
ingeniería para contrarrestar sus efectos suelen ser muy costosas [4].
La ocurrencia ocasional del Fenómeno de El Niño, con características de Meganiño,
multiplica notablemente el grado de inseguridad de los resultados previstos, tanto
para aguas arriba como para aguas abajo. Las sorpresas pueden ser muy grandes.
En esta ponencia se plantea la necesidad de que todo proyecto hidráulico, que
incluya embalses de regulación y, cuyo éxito o fracaso dependa de la conservación
de su volumen útil, así como los que incluyan presas sobre el lecho fluvial, que
puedan dar lugar a degradación aguas abajo, deben tener un Estudio del Riesgo
Sedimentológico (E.R.S.) involucrado y, como consecuencia, debe determinarse la
Factibilidad Sedimentológica del proyecto, como parte del Estudio de Factibilidad.
Se intenta demostrar en esta ponencia que la Factibilidad Sedimentológica va más
allá de la factibilidad técnica, pues involucra diversos aspectos de la factibilidad en
general, algunos de los cuales han sido ya mencionados.

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2. LAS MEDICIONES

La concepción, diseño y operación de una gran presa requiere información amplia,


detallada y confiable acerca del comportamiento fluvial. Para lograr dicha
información las mediciones son fundamentales. En un río resultan indispensables,
tanto para la fase líquida como para la fase sólida. Sin embargo, las mediciones son
relativamente costosas, deben hacerse durante muchos años estar a cargo de
personal técnico especializado e interpretarse correctamente. En el asunto de las
mediciones tenemos mucho por hacer, pues el tema se encuentra bastante
abandonado.
Como sabemos toda medición implica un error. Pero, las mediciones hidrológicas,
y en mayor grado las sedimentológicas, trabajan con una aproximación mucho
menor que la que se presenta en otros aspectos de la ingeniería. En las mediciones
fluviales las fuentes de error son muchas y la confiabilidad de los resultados
obtenidos es baja, aun en las mejores y más perfeccionadas condiciones de
trabajo.
A modo de ejemplo podría mencionarse lo siguiente. La simple medición de un solo
valor de la concentración de sólidos en suspensión puede tener un error que en
algunos casos alcanza al 60%. El solo hecho de cambiar de instrumento de
medición implica un error que puede ser del 40%. En las mediciones de sólidos en
suspensión lo que se mide son concentraciones. Para obtener el gasto sólido es
necesario medir además las velocidades de la corriente y a partir de ellas obtener
los caudales líquidos. De modo que si pensamos en la acumulación de errores que
se presentarán al pasar desde una medición aislada hasta la obtención del gasto
sólido en toda la sección, y luego en un año, resulta evidente el gran error
involucrado. A partir de las mediciones realizadas durante un cierto número de
años se suele obtener una ley gasto líquido-gasto sólido, que es la que se usa por
extrapolación, con todos los errores que esto implica, para el cálculo del aporte de
sólidos durante n años.
Otro factor agravante es que precisamente durante las grandes avenidas, que son
las que transportan mayor cantidad de sólidos, generalmente no se realizan
mediciones del gasto sólido. Aún más, muchas veces no se mide la avenida misma.
Es preocupante que en el Perú sea creciente la escasez con que se realizan las
mediciones hidrológicas y, sobre todo, las sedimentológicas, aun en ríos en los que
se prevé que su aprovechamiento requiere embalses de regulación.

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Tenemos, pues, que aceptar la realidad de que en el Perú en hidrología, y en mucho
mayor grado en sedimentología, existe una información muy escasa. Este hecho
tiene que repercutir en el Riesgo Sedimentológico de un proyecto y, eventualmente,
en su Factibilidad Sedimentológica.

3. LOS EMBALSES DE REGULACIÓN

En muchos proyectos hidráulicos resulta indispensable la regulación de los


caudales naturales de un río. Surgen así las presas y los respectivos embalses
como una necesidad inherente al proyecto. Uno de los problemas que
generalmente se presenta es que una parte de los sólidos transportados por la
corriente es depositada en el embalse y causa la pérdida de su volumen de
almacenamiento. La pérdida de volumen útil de los embalses es un fenómeno
natural, que puede acelerarse en determinadas circunstancias. No todo embalse,
que pueda resultar factible desde diversos puntos de vista, como podrían ser los
aspectos topográficos, hidrológicos o geológicos, es necesariamente factible y
conveniente desde el punto de vista sedimentológico. Así como en algunos casos
durante los estudios se abandona un probable lugar de embalse porque sus
condiciones geológicas desfavorables no pueden ser manejadas a un costo
razonable, también debe ser posible descartar un embalse porque no reúna las
condiciones sedimentológicas adecuadas; es decir, porque se estima que el Riesgo
Sedimentológico es muy alto. En este caso se diría que no hay Factibilidad
Sedimentológica para el embalse. La Factibilidad Sedimentológica, como se verá
más adelante, está asociada a diversos aspectos del Proyecto. Algunos de ellos
podrían estar fuera de control del proyectista.
Se distingue usualmente dos tipos de embalses. Los ubicados sobre el lecho
fluvial, a los que podríamos llamar frontales, y los ubicados lateralmente con
respecto a la corriente principal. Los primeros, los frontales, como Poechos o
Gallito Ciego, reciben la totalidad del aporte sólido fluvial. En cambio los segundos,
los laterales, reciben sólo una parte del aporte sólido fluvial y, además, pueden
protegerse con un desarenador.
Desde el punto de vista sedimentológico sólo podría considerarse propiamente
como un embalse lateral, aquel que cumpla dos condiciones: a) que sólo ingresen a
él los caudales que necesitan regulación; es decir, que no sea un elemento de paso
para caudales que no necesitan regulación, y b) que esté convenientemente

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protegido por un adecuado desarenador. Si se cumplen estas dos condiciones se
podrá analizar el funcionamiento del embalse considerándolo
sedimentológicamente como lateral.
Los embalses frontales, originados por la construcción de una gran presa sobre un
lecho fluvial, crean hacia aguas abajo condiciones de degradación, las que se
examinan más adelante.
En el momento de elaborarse un proyecto se establece la vida útil del embalse, lo
que debe hacerse en concordancia con sus fines y sus costos y aceptando un
riesgo de falla razonable, que acá denominamos Riesgo Sedimentológico.

4. SOBRE LA DETERMINACIÓN DEL APORTE SÓLIDO

La determinación del aporte sólido de un río a lo largo de un cierto número de años


es el primer paso en el cálculo del volumen de sólidos que puede depositar en un
embalse. Este cálculo no es fácil y tiene un margen de error bastante grande, que
debemos conocer y admitir. Sin embargo, en estas determinaciones no suele
incorporarse un coeficiente de seguridad.
Son varios los pasos que habitualmente se siguen en los métodos para calcular el
aporte sólido de un río. Los métodos consisten esencialmente, como se mencionó
antes, en tratar de establecer una ley gasto líquido-gasto sólido a partir de las
mediciones existentes de los caudales y de las determinaciones del gasto sólido,
conformado por la suma del gasto sólido en suspensión, obtenido por mediciones,
y del gasto sólido de fondo, obtenido mediante cálculos.
La primera observación que se puede hacer al respecto es dudar de la existencia
confiable de tal ley, pues los sedimentos transportados por la corriente se originan
en la erosión de la cuenca, y ésta depende de varios factores. La erosión de la
cuenca es muy variable a lo largo del tiempo y su intensificación puede producirse
por la aparición de circunstancias diferentes al aumento de la precipitación, que a
su vez da lugar al aumento de la escorrentía.
Sabemos que las determinaciones del gasto sólido tienen muy baja confiabilidad.
Sin embargo, lo usual es que una vez obtenida y aceptada la validez de una ley
gasto líquido-gasto sólido, se calcule por extrapolación el transporte sólido a lo
largo de un periodo dado. Esto implica aceptar que dicha ley va a conservar su
validez en el futuro.
Es necesario recordar que las mediciones hidrológicas y lo que de ellas pueda
inferirse son esencialmente retrospectivas, porque miran al pasado. La gran

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hipótesis que se hace respecto a la predicción de las descargas de un río es que el
futuro va a ser semejante al pasado. La experiencia de las últimas décadas ha
demostrado ampliamente que esta hipótesis es insostenible. Así por ejemplo, la
aparición de un Meganiño en los años siguientes a la puesta en marcha de una obra
puede no corresponder con lo observado y medido en los cincuenta años
precedentes [9].
El cálculo del transporte sólido fluvial, que es consecuencia directa de la erosión de
la cuenca, debe ser esencialmente prospectivo, porque debe mirar al futuro. La
erosión de la cuenca puede cambiar radicalmente en pocos años. Las acciones
humanas, por ejemplo, pueden hacer que esto suceda. Esto puede ser por comisión
o por omisión. La tala de árboles y la destrucción de la cobertura vegetal pueden
empezar después de haber obtenido la ley gasto líquido-gasto sólido. Puede ocurrir
también que no se realizan las acciones de conservación de la cuenca y de
protección contra la erosión, supuestas en el estudio al obtener la ley gasto líquido-
gasto sólido.
En ambos aspectos, el del agua y el de los sólidos, dependemos de lo que ocurra
en el futuro. De otro lado, la experiencia ha demostrado que los cálculos hechos a
partir de una serie histórica son muy sensibles a la longitud y características del
registro en el que se apoya. Los comentarios anteriores se agravan aún más si
tomamos en cuenta que hay periodos bastante largos de años secos. Las
mediciones obtenidas en esos años dan valores muy pequeños para el gasto sólido
y su extrapolación es engañosa. Veamos algunos ejemplos sobre cantidad de
información que se tuvo disponible para tomar decisiones con respecto a
embalses. El estudio de factibilidad del proyecto Chira-Piura, que incluye el
embalse de Poechos, estuvo basado sedimentológicamente en las mediciones
realizadas durante el periodo 1965-67 (tres años) [3]. El estudio del proyecto
Jequetepeque-Zaña, que incluye el embalse de Gallito Ciego, tuvo como las base
las mediciones de sólidos realizadas entre enero1968 y junio 1969 (menos de dos
años) [10]. El estudio definitivo del proyecto Olmos, que incluye el embalse de
Limón, sobre el río Huancabamba, tuvo su base sedimentológica en las 171
mediciones de sólidos en suspensión realizadas entre mayo 1975 y enero 1979, lo
que en la práctica significa tres años de mediciones, pues las de 1975 no incluyeron
el periodo de avenidas [1]. Como puede verse fácilmente la información disponible
fue mínima, insuficiente para tomar decisiones confiables.

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Estamos, pues, frente un cálculo cuyas fuentes de error hasta ahora señaladas son
enormes. Pero, la aparición eventual de los Meganiños, presentada más adelante,
hace más incierta la situación y obliga al cálculo del Riesgo involucrado [5, 7, 8].

5. DEGRADACIÓN AGUAS ABAJO

El otro de los problemas ocasionado por una gran presa frontal y cuyo efecto se
agrava durante los Meganiños es la degradación del cauce fluvial aguas abajo de la
presa. La degradación se origina como consecuencia del desequilibrio
sedimentológico creado entre los tramos ubicados aguas arriba y aguas abajo de la
presa. En la medida en la que la presa sea mayor y cree un embalse que retenga
más sólidos ocurrirá que los caudales que escurren hacia aguas abajo, libres de
sedimentos, causen una mayor profundización del lecho y una disminución de su
pendiente. El cálculo de la degradación no es nada fácil. Se recurre generalmente a
modelos matemáticos que implican grandes simplificaciones del modo como
ocurren los fenómenos y cuya confiabilidad es baja [4].
La aparición del Fenómeno de El Niño, con su secuencia de caudales altos durante
mucho tiempo, hace que pierda sentido el concepto de Caudal Dominante. En estas
condiciones lo que determina la degradación es el hidrograma de crecidas
constituido por picos sucesivos, no descritos ni tomados en cuenta en un modelo
matemático. Los modelos físicos resultan ser más útiles en muchos casos. En
modelos hidráulicos recientemente estudiados se ha introducido en lugar de un
caudal de diseño, un Hidrograma de Diseño, más acorde con lo que ocurre durante
los Meganiños.
La degradación aguas debajo de una gran presa es de dos tipos: local y
generalizada. Así por ejemplo, es muy claro lo que ocurre en el tramo del río Chira
ubicado aguas abajo de Poechos. Todo el curso fluvial mencionado se encuentra en
degradación. Casi la totalidad del aporte sólido de la cuenca es retenido en el
embalse de Poechos y sólo existe aguas abajo el aporte ocasional de algunos
cursos de agua. En consecuencia, durante el FEN dicho tramo soporta grandes
caudales líquidos sin el correspondiente aporte sólido.
Los fenómenos de erosión local (socavación) ocurridos en los últimos años son
notables, pues se ha alcanzado hasta veinte metros de profundidad.

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6. INCIDENCIA DEL FENÓMENO DE EL NIÑO

La aparición del Fenómeno de El Niño, especialmente cuando lo hace con


características de Meganiño, significa un incremento notable, tanto del caudal
líquido como del aporte sólido y resulta ser determinante para la vida útil de un
embalse y para la deformación del lecho fluvial ubicado aguas abajo de una gran
presa frontal. Así por ejemplo, durante un Meganiño, en un solo año, se puede
incorporar a un embalse una cantidad de sólidos igual a la suma de muchos años
precedentes.
Investigaciones realizadas sobre el periodo de retorno de los grandes Niños indican
que en la costa norte podría ser del orden de 50 años [6]. Esto significa que diez,
veinte o treinta años de mediciones, o aun más, que serían consideradas
habitualmente un registro bastante largo, no lograrían medir un solo Meganiño. En
cambio, en el futuro, durante la vida de la obra podrían presentarse varios
Meganiños. De acá surge un aspecto fundamental del problema. La ley gasto
líquido-gasto sólido obtenida en la forma tradicional no informa necesariamente
acerca del efecto de la aparición futura de Meganiños.
Además, habría que recordar que durante los grandes Niños las lluvias
extraordinarias ocurren predominantemente en las partes bajas de las cuencas, lo
que incorpora sólidos diferentes en cantidad y calidad provenientes de zonas de la
cuenca no considerados en la ley que pudiera haber sido establecida a partir de los
datos de años precedentes.
La consideración de los Meganiños crea enormes problemas en la predicción del
volumen de sólidos depositados en el embalse. Para tener una idea de las grandes
dificultades implícitas bastaría con mencionar un solo caso posible. Si en un
proyecto dado tuviésemos la certeza de que durante la vida útil del embalse se va a
presentar un Meganiño nos quedaría la incertidumbre de saber si éste va a ocurrir
hacia el principio o hacia el final de la vida útil, pues esto cambia las condiciones de
sedimentación dentro del embalse.
Los grandes caudales líquidos asociados a los Meganiños producen serias
erosiones aguas abajo de la presa, lo que puede conducir a la falla de las
estructuras apoyadas en el lecho fluvial.
En consecuencia, en zonas conocidas como ámbito del Fenómeno de El Niño se
debe necesariamente incluir en los estudios la probabilidad de ocurrencia de
Meganiños durante la vida prevista del embalse y debería hacerse un estudio del

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Riesgo Sedimentológico involucrado y considerarse coeficientes de seguridad muy
grandes en la determinación de la Factibilidad Sedimentológica del Proyecto.

7. RIESGO SEDIMENTOLÓGICO

En la colmatación de embalses, es decir, en la pérdida de su volumen con el paso


del tiempo, hay dos posibilidades: una, que se realice al ritmo previsto en los
estudios, otra, que se realice de una manera acelerada. En general, la experiencia
mundial demuestra que hay una tendencia a la subestimación del aporte de sólidos
y, en consecuencia, a la aparición de casos de colmatación acelerada.
No hay estructura que sea 100% segura. En el cálculo del volumen que debe
reservarse en un embalse para el depósito de los sólidos (Volumen Muerto) y en el
de su correspondiente colmatación por el paso del tiempo, los factores de
inseguridad son muchos. Dichos factores deben ser evaluados para apreciar, en
primer lugar, si tenemos un mínimo de información confiable para hacer alguna
determinación razonable. Luego, se debe determinar el probable margen de error
involucrado como consecuencia de la aparición de factores y circunstancias
diferentes a las previstas.
Cuando se trata de proyectar todo esto al futuro debe añadirse la incertidumbre de
las series hidrológicas que se presentarán, que pueden incluir uno o más
Meganiños, y la variación de la erosión en la cuenca. Todo esto es con respecto al
cálculo del aporte de sólidos. Habrá luego que determinar que porcentaje de ese
aporte queda retenido en el embalse.
Pero, en el cálculo del volumen que ocuparán los sólidos en el embalse tenemos
que agregar otras incertidumbres, o imprecisiones, cada una con su propio error,
además de las provenientes de la ley gasto líquido-gasto sólido, tales como la
granulometría, las propiedades físicas de las partículas, el peso específico aparente
(bulk density) que tendrá la masa depositada, las reglas de operación del embalse,
la oportunidad relativa en la que se presentarán los Meganiños y algunas otras más.
De modo, pues, que sin exagerar debemos indicar que un cálculo de Volumen
Muerto no puede tener una aproximación inferior al 100% y que en algunos casos
es bastante mayor. Basta con ver la experiencia nacional y mundial acerca de la
colmatación acelerada de embalses. A todas estas consideraciones de carácter
teórico y de validez general se debe añadir específicamente las ya mencionadas
acerca de la escasez y baja confiabilidad de las mediciones en el Perú.

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Existen, pues, varias situaciones en las que, sin la menor duda, se puede afirmar
que existe un Riesgo Sedimentológico alto, tales como: a) Cuencas muy
erosionables y que no se haya tomado las medidas previstas de conservación de la
cuenca y de control de la erosión, b) Notable contraste entre abundancia y escasez
de agua, c) Fenómeno de El Niño, d) Escasez de mediciones, e) Baja confiabilidad
de las mediciones, f)Que en la época en la que se realizaron los estudios
sedimentológicos no se presentaron avenidas importantes, g) Vida útil muy corta
para el Volumen Muerto y h) Posibilidad de manejo inadecuado del embalse.
La colmatación acelerada de embalses está dentro de lo posible. Es un riesgo real
que debe ser evaluado oportunamente [2].
Pero, el Riesgo Sedimentológico no sólo se da por la agradación aguas arriba de la
presa, sino que la degradación que puede ocurrir implica poner en riesgo todas las
estructuras que existan aguas abajo de la presa.
Es decir, se debe determinar el Riesgo Sedimentológico tanto agradación como por
sedimentación. Un profesional experimentado y conocedor de estos problemas
sabe claramente cuando se está enfrentando a un Riesgo Sedimentológico alto.
Finalmente, se debe adoptar un coeficiente de seguridad, lo que hasta ahora no se
hace y determinar la Factibilidad Sedimentológica del Proyecto.

8. PROYECTO SUSTITUTORIO

Cuando se crea un gran embalse con fines de riego se está propiciando un cambio
en la naturaleza mediante la transformación de una zona árida en un área en la que
no sólo pueden realizarse labores agrícolas, sino desarrollarse la vida en general. El
proyecto transforma la naturaleza de tal modo que crea condiciones para la vida en
lo que antes era un desierto. Pero, si el proyecto depende de la conservación del
volumen útil de un embalse calculado para un cierto número de años, a veces muy
pequeño, entonces puede ocurrir que cuando el proyecto este en pleno desarrollo
empiece a disminuir el volumen útil del embalse y su capacidad de regulación.
Como el proyecto ha significado la creación de nuevas condiciones de vida no es
fácil darlas por terminadas con el argumento de que ya se recuperó la inversión.
Por lo tanto, en este tipo de proyectos debe haber un proyecto sustitutorio, como
parte de su Factibilidad Sedimentológica. Un proyecto sustitutorio es un proyecto
de ingeniería diferente que permite obtener los mismos resultados.

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9. FACTBILIDAD SEDIMENTOLÓGICA

Como consecuencia del Estudio de Riesgo Sedimentológico puede llegarse a la


conclusión de que las probabilidades de falla del proyecto son muy altas. Todo esto
nos puede llevar al convencimiento de que el proyecto no es sedimentológicamente
factible.
La Factibilidad Sedimentológica tiene características especiales que la vinculan a
diversos hechos, aspectos y circunstancias. Por ejemplo, si se determinase en un
caso dado que por diversas razones se prevé un incremento a futuro de la erosión
de la cuenca, y no haya forma de impedirlo, entonces simplemente el proyecto no
tiene factibilidad sedimentológica. Son varias las circunstancias por las que se
puede prever un aumento a futuro en la erosión de la cuenca, pero, podría haber
también otras circunstancias que lleven a la imposibilidad real de realizar el Manejo
de la Cuenca [7].
En casos de Riesgo Sedimentológico medio la imposibilidad de vincular (en el
sentido legal del término) el desarrollo del proyecto y el manejo de la cuenca
podría ser causa de que no se obtenga una factibilidad sedimentológica aceptable.
La incertidumbre razonable con respecto a la aparición de Meganiños y la
imposibilidad de prever sus efectos puede ser causa de que no se obtenga una
factibilidad sedimentológica aceptable. La factibilidad sedimentológica de un
proyecto debería estar ligada a la existencia de un proyecto sustitutorio.

10. CONCLUSIONES

I. La erosión de cuencas es un problema que afecta el desarrollo de una región.


La erosión de cuencas tiene un impacto técnico, económico, social y político.
II. Los estudios sedimentológicos deben formar parte de los estudios iniciales
de un proyecto. Es decir, que no deben dejarse para el último. Deben formar
del estudio de la cuenca, junto con la hidrometría y las mediciones
meteorológicas. La estimación de la erosión, y por lo tanto, de la producción
de sedimentos de una cuenca, debe formar parte de la evaluación de los
recursos naturales. Las mediciones sedimentológicas son sumamente
escasas en el Perú, aun en los ríos en los que se prevé la necesidad de
embalses de regulación.

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III. Los cálculos sedimentológicos tienen un elevado margen de error, inherente
a su naturaleza, el que se ve agravado por falta de acuciosidad en las
mediciones. Las leyes gasto líquido-gasto sólido son de baja confiabilidad.
IV. Durante el Fenómeno de El Niño, especialmente cuando se presenta con
características de Meganiño, hay un incremento notable en el aporte de
sólidos al sistema. Aun más, se incorporan sólidos provenientes de las
partes media y baja de la cuenca que probablemente no formaron parte de la
obtención de la ley gasto líquido-gasto sólido.
V. En el Perú las mediciones de grandes avenidas son prácticamente
inexistentes. Las mediciones de transporte sólido, aun en ríos en los que se
prevé la necesidad de regulación de caudales, son prácticamente nulas.
VI. Todo proyecto hidráulico ubicado en “zonas erosionables” debe tener un
Estudio de Riesgo Sedimentológico (E.R.S.). El E.R.S. implica el cálculo de la
probabilidad de que la determinación del aporte de sólidos y del Volumen
Muerto requerido tenga un error importante que pueda afectar la vida y el
éxito del proyecto. Incluye, ciertamente, la estimación de la probabilidad de
eventos extremos capaces de producir una gran cantidad de sedimentos, no
necesariamente registrada en las mediciones existentes, la que puede afectar
seriamente una obra de ingeniería.
VII. En presas ubicadas sobre el lecho de un río, en zonas erosionables, sólo se
debe adoptar la solución de considerar un Volumen Muerto, sin purga,
cuando el Volumen Muerto por Sedimentación sea mucho menor que el
volumen útil del embalse para un tiempo suficientemente grande compatible
con el desarrollo y fines del proyecto, que seguramente es mucho mayor de
100 años.
VIII. Se debe prever que el cauce fluvial ubicado aguas abajo de una gran presa
está sujeto a fuerte degradación, tanto como socavación (erosión local) como
erosión generalizada a lo largo de varios kilómetros.
IX. En los proyectos que además del significado económico tienen un marcado
significado social debe incluirse dentro de la Factibilidad Sedimentológica la
existencia de un proyecto de ingeniería alternativo (sustitutorio), a
implementarse en el futuro (por ejemplo, otro embalse).
X. Los proyectos actualmente en estudio, o los que no han pasado a la etapa de
ejecución, y que consideran embalses, deben revisarse para evaluar

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debidamente su Riesgo Sedimentológico a la luz de la información reciente y
de las experiencias vividas.
XI. Al calcular la vida útil de un embalse y la degradación que pueda ocurrir
aguas abajo de una presa, lo que estamos evaluando en realidad es la
probabilidad de que en un lapso determinado se presenten uno o más
Meganiños.

11. REFERENCIAS

1. ROCHA FELICES, Arturo Revisión de los Aspectos Hidrológicos y


Sedimentológicos del Estudio Definitivo del Proyecto Olmos. Informe 1981
2. ROCHA FELICES, Arturo Sedimentación acelerada de embalses IV Congreso
Nacional de Ingeniería Civil. Memorias del Congreso y en la revista El Ingeniero
Civil, Nº 25, Jul-Ago. 1983.
3. ROCHA FELICES, Arturo La sedimentación de Poechos El Ingeniero Civil, N°
77, 1992.
4. ROCHA FELICES, Arturo Introducción a la Hidráulica Fluvial. Universidad
Nacional de Ingeniería Lima. 1998
5. ROCHA FELICES, Arturo Control del Material Sólido en el Sistema de
Aprovechamiento del Proyecto Especial CHAVIMOCHIC, Informe. 1999
6. ROCHA FELICES, Arturo La Ingeniería frente al Fenómeno de El Niño
Revista Técnica de la Facultad de Ingeniería Civil - UNI, Año 01 N° 1, 2003.
7. ROCHA FELICES, Arturo Aspectos sedimentológicos del manejo de cuencas
en zonas áridas sujetas al Fenómeno de El Niño. XIV Congreso Nacional de
Ingeniería Civil. Iquitos 2003.
8. ROCHA FELICES, Arturo Consideraciones de diseño de estructuras
hidráulicas sometidas al Fenómeno de El Niño XIV Congreso Nacional de
Ingeniería Civil. Iquitos 2003.
9. ROCHA FELICES, Arturo Caracterización hidrometeorológica del Fenómeno
de El Niño XIV Congreso Nacional de Ingeniería Civil. Iquitos 2003.
10. SALZGITTER INDUSTRIEBAU GmbH Proyecto Jequetepeque-Zaña – Estudio
de Factibilidad Técnica y Económica 1973■

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