Está en la página 1de 2

Definición

Inflamación de la vejiga. Generalmente se produce cuando hay una infección causada por una
bacteria, la cual se denomina “infección de las vías urinarias”. Esto puede ser doloroso y molesto y
si la infección se propaga a los riñones, puede convertirse en un problema grave.
También puede manifestarse como una reacción a ciertos medicamentos o a la radioterapia, así
como factores que pueden irritar a la vejiga, mediante el uso productos de higiene íntima, los geles
espermicidas o el uso prolongado de una sonda. De igual forma, puede aparecer como una
complicación de otra enfermedad.

Signos y síntomas
Necesidad intensa y constante de orinar.
Una sensación de dolor o ardor al orinar.
Oliguria.
Sangre en la orina (hematuria).
Orina turbia y de olor fuerte.
Molestias pélvicas.
Sensación de presión en el área inferior del vientre (abdomen).
Fiebre leve.

Diagnóstico
Análisis de orina: se debe recolectar una pequeña cantidad de orina en un recipiente. Para detectar
signos de infección, como bacterias, sangre o pus. Si se detectan bacterias, es posible que también
te hagan una prueba llamada "cultivo de orina" para determinar qué tipo de bacterias causa la
infección.

Tratamiento
Está orientado a eliminar a la bacteria responsable y, a su vez, aliviar las molestias. Los
medicamentos elegidos dependerán si se trata de una infección aguda o crónica. Las opciones
terapéuticas incluyen las siguientes:

Antibióticos
Se trata del grupo de medicamentos de primera elección para tratar la cistitis, ya que se
encargan de erradicar al agente causal. Según estudios, los microorganismos que causan
infecciones urinarias con mayor frecuencia son aquellos que habitan el tracto gastrointestinal,
como lo es Escherichia coli.
Fosfomicina: la dosis recomendada es de 1 sobre de 8 gramos en dosis única o cada 24
horas durante 2 días.
Nitrofurantoína: la posología suele ser de 1 cápsula de 100 miligramos cada 6 horas
durante 7 o 10 días. Al igual que la fosfomicina, ésta posee un efecto mínimo sobre la
flora normal del intestino.
Trimetoprin-Sulfametoxazol: es la mezcla de 2 compuestos farmacológicos que
cuentan con una efectividad especial contra Escherichia coli y otras enterobacterias.
Su dosis suele ser de 1 o 2 comprimidos cada 12 horas, por al menos 5 días.
Penicilinas y cefalosporinas: son compuestos que actúan inhibiendo la formación de la
pared que recubre a las bacterias. Su dosis varía para cada grupo de medicamentos.
Algunas penicilinas empleadas son la ampicilina y la amoxicilina con ácido clavulánico.
Fluoroquinolonas: no suelen usarse con frecuencia ya que los riesgos superan los
beneficios en la mayoría de los casos. La ofloxacina, la ciprofloxacina y la levofloxacina
son algunas de las más útiles.

Antiespasmódicos y analgésicos
Los antiespasmódicos, como la escopolamina y el flavoxato, impiden la contracción de la vejiga,
lo que reduce el dolor y la frecuencia urinaria. También se puede emplear la fenazopiridina, ya que
es un fármaco útil y bien tolerado por las personas con cistitis no complicada.
Sin embargo, presentan contraindicaciones: tanto la escopolamina como el flavoxato no se
deben emplear en las patologías urinarias obstructivas, en la obstrucción pilórica y el íleo paralítico,
ya que disminuyen el peristaltismo natural y empeoran esas patologías. La escopolamina también
se contraindica en la miastenia gravis y en el glaucoma de ángulo estrecho. Por su parte, la
fenazopiridina está contraindicada en los menores de 12 años. Además, debe usarse con sumo
cuidado en las personas con afecciones hepáticas o renales.

Antiinflamatorios
Los AINES, como el ibuprofeno, disminuyen la inflamación en la vejiga, aliviando el dolor y el ardor
al orinar.

También podría gustarte