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JURIDICA
Etimológicamente el término Deontología proviene de los vocablos griegos:
Deón (deber) y Logos (razonamiento o ciencia), es decir, es la Ciencia del
Deber.
La eficacia del código deontológico excede el fuero interno del profesional, pues
ante la realización de ciertas conductas surge la sanción. Esta sanciones son
las que brindan eficacia en el prevención de la conducta profesional incorrecta;
mecanismos que no posee la ética en sí misma.”
Son reglas de conducta de carácter obligatorio que han sido creadas por
un órgano reconocido por el estado y cuyo incumplimiento trae como
consecuencia la aplicación de la fuerza (coercitivamente)
L a c a ra c t e r í s t i c a e s e n c i a l d e l a s n o r m a s j u r í d i c a s e s l a
OBLIGATORIEDAD y la posibilidad que tiene la autoridad de hacerlas
cumplir por medio de la fuerza.
La Deontología Moral
Un código de ética es un código de ciertas restricciones
que la persona sigue para mejorar la forma de
comportarse en la vida.
Hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas
que regulan y guían una actividad profesional.
Hoy en día prácticamente todas las profesiones han
desarrollado sus propios códigos deontológicos.
Diferencia entre Deontología
Profesional y Ética Profesional
Deontología Profesional
Es el conjunto de normas
vinculantes para un
colectivo profesional
Etica Profesional
Es la disciplina que estudia los
contenidos normativos de un
colectivo profesional, es decir, su
objeto de estudio es la deontología
profesional.
Derecho positivo y moral
Ambos fenómenos sociales, aunque
gocen de una conexión necesaria, es
imprescindible diferenciarlos como tipos
de control social, sin que haya que
separarlos.
Partiendo de los múltiples ejemplos en
los cuales normas jurídicas no incluyen
normas morales, y normas morales que
no son impuestas paralelamente como
jurídicas, por carecer de relevancia para
el derecho, resulta sencillo comprobar las
diferencias entre la moral y el derecho.
Derecho positivo y moral
La moral desde un perspectiva
positivista, equivale o representa en
algunos casos no de forma general, a
una etapa previa a la creación de una
norma jurídica, ya que a través del
consenso esta eleva a rango positivo,
una norma moral a norma jurídica.
Por ejemplo el Código de Deberes
Jurídicos Morales y Éticos del
Profesional en Derecho, de esta forma
y de muchas más es que se manifiesta
la relación entre ambos fenómenos, y
que tomados desde una perspectiva
mucho mas general uno y otro tienen
como fin primordial la consecución de
la paz social.
Diferencias entre
derecho y moral
Pero existen diferencias esenciales entre ambas actividades. Éstas se
resumen en un aspecto esencial: el derecho viene de fuera, mientras la
moral procede de cada individuo. A partir de ello, se establecen
algunas diferencias específicas:
Por otra parte, no bastan las normas jurídicas para que una
sociedad sea justa. Por supuesto, tampoco basta la moral cívica
puesto que carece de poder coercitivo. Ambas son necesarias y
complementarias. Además, muchas veces la evolución jurídica es
muy lenta; por lo regular, la ética se anticipa al derecho.
FIN DEL DERECHO
El bien común resulta ser el principal fin de
derecho, entendido este como la satisfacción de las
necesidades indispensables para el desarrollo de
cada miembro de una sociedad.
Tal principio, al pretender tan delicada finalidad, se ve
puesto en peligro ante la inminente generalización
del mal prestigio de los abogados, toda vez que no
existe la confianza en las capacidades morales e
intelectuales de nuestro gremio.
Se puede afirmar que la profesión de la abogacía, es una de las profesiones más
antiguas que existen en el mundo y también es la menos comprendida en la
historia. Todas las sociedades consideran al abogado como una persona sin ética,
amoral, sin sentimientos, en sí lo consideran como una persona malvada, estas y
otras más son características universales que las sociedades, por medio del
conocimiento cotidiano, otorgan a los abogados.
Es común escuchar a diario, comentarios y afirmaciones, sobre la
sociedad.
II. Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos a la conciencia y al decoro
profesional.
IV. Ningún abogado debe utilizar, en el patrocinio de los casos que le sean confiados, medios ilícitos o injustos.
VI. No debe evitar trabajo ni tiempo para obtener la victoria del caso que tenga encargado.
VII. Ningún abogado debe aceptar más causas de las que el tiempo disponible le permita.
VIII. El abogado debe amar la justicia y la honradez tanto como las niñas de sus ojos.
IX. La demora y la negligencia de un abogado causan perjuicio al cliente y cuando eso acontece, debe indemnizarlo.
X. Para hacer una buena defensa el abogado debe ser verídico, sincero y lógico.
SAN ALFONSO MARIA DE
LIGORIO
III. No se debe imponer al cliente pagos que no sean obligatorios, bajo pena de devolución.
IV. Se debe tratar la causa del cliente con el mismo cuidado que las cosas propias.
V. Es preciso entregarse al estudio de los procesos a fin de que de ellos se puedan deducir los argumentos útiles para la defensa de
las causas que le son confiadas.
VI. Las demoras y negligencias de los abogados son perjudiciales a los intereses de los clientes. Los perjuicios así causados deben,
pues, ser reembolsados al cliente. Si no se hace así, se peca contra la justicia.
VII. El abogado debe implorar el auxilio de Dios en las causas que tiene que defender, pues Dios es el primer defensor de la justicia.
VIII. No es aceptable que el abogado acepte causas superiores a su talento, a sus fuerzas o al tiempo que muchas veces le faltará
para preparar adecuadamente su defensa.
IX. El abogado debe ser siempre justo y honesto, dos cualidades que debe cuidar como a las niñas de sus ojos.
X. Un abogado que pierde una causa por su negligencia es deudor de su cliente y debe reembolsarte los perjuicios que le ocasione.
XII. Por último, las partes de un abogado han de ser la competencia, el estudio, la verdad, la fidelidad y la justicia.
EL DECÁLOGO DEL ABOGADO” DE ÁNGEL OSSORIO Y GALLARDO
“IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti”.
“V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser menos”.
“X. Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber”.
DECALOGO DEL ABOGADO
EDUARDO COUTURE
A la edad de 45 años, Eduardo Juan Couture Etcheverry, el gran jurista uruguayo, impartió una
conferencia en el Colegio de Abogados de Buenos Aires, reproducida en el Boletín del mismo de
1949. Tiene como génesis un esbozo publicado en la Revista de Derecho Procesal de 1948, de
donde nace una pequeña obra jurídica de enorme contenido ético, quizá de los más famosos
textos de la literatura en la materia, Los mandamientos del abogado, mejor conocido como El
decálogo del abogado.
El decálogo del abogado es el fruto de sus años como catedrático y escritor, de abogado
postulante, de académico y ferviente amante de la aplicación del Derecho, en especial del Procesal
Civil.
La genial obra del jurista uruguayo no es únicamente válida para abogados, sino para el ejercicio de
cualquier profesión o, incluso, para la vida misma. Tantas veces reproducido, un portal jurídico que
se precie de serlo, no puede dejar de tenerla en su cabecera, siendo así del tenor literal siguiente:
DECALOGO DEL ABOGADO
EDUARDO COUTURE
MANDAMIENTOS DEL ABOGADO (EDUARDO J.
COUTURE, 1904- 1956)
1. Estudia. El derecho se transforma constantemente. Si no
sigues sus pasos serás cada
día menos abogado.