Hoy en día, encontrar una teoría de la educación universalmente aceptable resulta muy

problemático ya que la globalización, la informatización, las innovaciones incesantes de la

enseñanza virtual, entre otras desafían los modelos institucionales. En este contexto resulta
imprescindible adoptar actitudes pragmáticas utilizando métodos eficaces para que los
alumnos aprendan los contenidos que necesitan para su desempeño social y laboral.

En la actualidad han renacido las culturas locales y ancestrales en el ciberespacio. Internet se

ha convertido en un gran aliado de los grupos étnicos y sociales minoritarios. Esto nos permite
pensar que la educación tiene que poner más el acento en las competencias para aprovechar
la información, en las capacidades cognitivas y reflexivas más que en el almacenamiento de
datos.

Con respecto a la descolarización, la misma señala una desvalorización de la escuela pero a su

vez, coincide con un mayor acceso a mecanismos de enseñanza-aprendizaje a través de los
sistemas informáticos ya que contienen el más grande y diverso sistema de educación de todos
los tiempos. La desescolarización significa en este contexto el desarrollo de un nuevo espacio
educativo a escala mundial. Marchamos hacia una sociedad educativa global, sin embargo,
todavía muchos de los sitios y programas más frecuentados por los jóvenes no tienen valor
educativo.

La escolarización en América Latina supone crecimientos respecto a las matriculaciones,

escolarizaciones y universidades, sin embargo esto no ha generado cambios en la disminución
de la desigualdad y de la pobreza. Por ende, resulta necesario revisar las amalgamas
voluntaristas entre expansión educativa y desarrollo.

La educación actualmente se encuentra en un contexto de “desbordación” originada por la

masiva escolarización de poblaciones que requieren de recursos y docentes, lo cuales
escasean. Resulta evidente la necesidad de crear nuevas teorías o estrategias para asimilar,
afrontar y superar estos nuevos contextos. Es imprescindible, entonces, una consiente
reflexión que ayude a determinar lo que se debe cambiar, lo que se debe mejorar y lo que aún
se puede conservar.