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Comentario crítico de los retos de la Educación en Costa Rica

Desde el mismo inicio de nuestra vida independiente, la educación ha sido


el principal instrumento de la política pública para promover oportunidades de
mayor bienestar a las personas. Eso sigue siendo así. Pero además enfrentamos
un mundo en que la educación y la permanente capacitación laboral de los
trabajadores son esenciales para triunfar ante la velocidad del cambio tecnológico,
la creciente automatización, la robotización y la inteligencia artificial que aceleran
su incorporación a la producción.

A pesar del aumento de la inversión en educación, la mayoría de los


estudiantes en Costa Rica salen de la escuela con bases débiles para el trabajo y
un aprendizaje adicional y la brecha de logros entre niños de lugares pobres y los
de lugares ricos sigue siendo persistentemente alta. La pobreza está aumentando
en todo el país y se ha estancado en medio de las preocupaciones por la baja
productividad y escasez de habilidades.

Desde ese nuevo paradigma, la educación no se limita a un espacio físico


ni formal, sino que es permanente y debe gestarse y desarrollarse desde y para la
vida. Esto implica considerarla en la cotidianidad y lo común, al reconocer a las
personas como seres relacionales, es por ello que el sector educativo en Costa
Rica necesita una reforma más fuerte y más estratégica para abordar estos retos y
así asegurarse de que la educación siga siendo un motor para el desarrollo del
país.

Sin embargo, estos logros no están seguros actualmente. Un contexto


complejo pone en evidencia los retos que el sistema enfrenta para asegurar el
ingreso o regreso, la permanencia y el éxito educativo de cada estudiante.

El aprendizaje no finaliza, las sociedades cambian y con ellas, las formas


en que las personas viven y se relacionan; esos cambios exigen brindar, desde la
educación, las condiciones y competencias requeridas para garantizar una
sociedad de aprendizaje que impulse la inclusión social, el bienestar y crecimiento
tanto de los países en general como de las poblaciones en particular.
Surge entonces, la realidad actual, denominada “era del conocimiento” lleva
marcada en sí el fenómeno de grandes innovaciones tecnológicas y
organizacionales en gran parte de los ejes sociales, económicos y culturales, es
por ello que es de suma importancia la inclusión de la tecnología en el aula. Los
llamados TICS ( herramientas que se han incorporado gradualmente a la
educación, generando métodos innovadores de enseñanza que se adapten a los
nuevos modelos pedagógicos, dejando de lado los tradicionales métodos de
enseñanza fundamentados en la transmisión de conocimiento, profesor, clase y
estudiante).

Hago hincapié que las TIC en los procesos de enseñanza están


relacionado con todas las actividades de apoyo que pueden servir y utilizarse para
el proceso de enseñanza aprendizaje de los estudiantes con la guía de los
docentes, como recurso pedagógico ya que éstos son de gran utilidad en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, porque permiten mejorar las prácticas
educativas, las relaciones con los estudiantes y alcanzar de forma más dinámica
los objetivos propuestos en los diferentes currículos académicos.

Sin embargo, surgen muchos problemas de acceso a dispositivos y


conectividad, condicionando el uso de estas herramientas y las oportunidades de
alfabetización digital, afectando no solamente el aprendizaje actual, sino también
las futuras oportunidades de empleo para personas jóvenes, en la economía en
general y en la disponibilidad de oferta calificada, esencial para la atracción de
inversiones que brinden al país las posibilidades de transformar su economía y su
desarrollo.

Actualmente, se cuenta con un sistema educativo cuya cabeza es


comandada por un Ministerio de Educación, que responde de manera
incondicional, a las políticas del Estado, aun cuando se supone que esto es lo
correcto, ya que éste es quien vela por el bienestar y el progreso de la educación
primaria y secundaria del país, la realidad presenta una situación muy diferente en
términos de progreso e igualdad. En la actualidad es posible encontrarse con
centros educativos docentes agobiados por la carga de trabajo, al que se le ha
enseñado a doblegarse y que se siente desvalorizados por un sistema social.

A raíz de lo anterior, la recuperación de la educación no se llevará a cabo si


las condiciones básicas para el aprendizaje no están disponibles para todos los
alumnos por igual. Ese es uno de los grandes desafíos que enfrenta nuestro país,
es urgente asegurar que las herramientas para apoyar, enriquecer y diversificar el
aprendizaje estén disponibles para aquellos que se encuentran en zonas remotas
con acceso limitado( La particularidad de las realidades transversalizadas de los
espacios y poblaciones rurales debe ser siempre consideradas como punto de
partida en el diseño y mediación de los procesos de enseñanza y aprendizaje.)
Como consecuencia de ello, encontramos sujetos excluidos del sistema
educativo donde son marginados y marcados por grandes brechas entre
educación rural y urbana, condiciones paupérrimas para estudiantes socialmente
desfavorecidos, sistemas educativos desarticulados, violencia en centros
educativos, falta de cobertura, falta de presupuesto, repitencia y desmotivación
estudiantil.
A pesar de los avances en la ampliación del acceso a la tecnología
educativa en los últimos años, la conectividad, especialmente en las zonas
urbanas y rurales vulnerables, sigue siendo un obstáculo. La conectividad no
implica solo acceder a internet y a herramientas digitales. La conectividad
garantiza el acceso a conocimientos libres y oportunidades de formación y
capacitación a gran escala. Lo que indica que no todo el país está bajo esa
cobertura, existe un número muy grande de escuelas y colegios que por estar en
zonas geográficas muy lejanas son excluidas de la brecha digital, perjudicando el
proceso de enseñanza innovar, recreativo y actualizado de miles de estudiantes,
tanto de primaria como de secundaria.

Por otro lado, dentro de las falencias educativas encontramos; la educación


superior se debe diversificar más, ser más inclusiva tanto para jóvenes como para
adultos reflejando así su nuevo rol como la etapa final de la educación secundaria
y la puerta de entrada a oportunidades laborales y de estudio para todos los
costarricenses.

Un crecimiento del desempleo profesional, aunado a la falta de preparación


para insertarse con éxito a la sociedad del conocimiento, resultan ser retos que
debe asumir la educación superior. El sistema de educación superior necesita una
amplia reforma en el aseguramiento de la calidad, el financiamiento y la
gobernanza para asegurarse de que respalda y responde a las metas de
desarrollo de Costa Rica. En tal sentido se debe de apoyar más a este tipo de
población con becas, préstamos, con acceso a las universidades que muchas
veces limitan con sus requisitos el ingreso de estudiantes de zonas más
vulnerables como es el caso de las zonas rurales. Son excluidos en muchos casos
por pertenecer a la población indígena o por ser personas emigrantes o
discapacitadas.

La creciente desigualdad refleja esta preocupante brecha de habilidades,


situación que requiere que se tomen medidas para crear un sistema de educación
diversificado, mucho más inclusivo que involucre a todos los estudiantes y los
retenga en el sistema educativo y que les brinde un mejor punto de partida para el
éxito en la vida y a nivel laboral.

En este sentido se encuentra la deserción estudiantil, que plantea al


sistema educativo la necesidad de buscar alternativas que permitan
disminuirla y dar respuesta a las necesidades económicas, sociales, afectivas
y psicológicas de los estudiantes.

Para el logro de estos objetivos, es indispensable que el esfuerzo


institucional organizado de manera sistemática, se una a la puesta en práctica de
acciones educativas e innovadoras dirigidas a satisfacer las necesidades
básicas que favorezcan la construcción de aprendizaje significativos que
amplíen las oportunidades para que los estudiantes se desenvuelvan en la
sociedad.
Ya que; muchos de los cambios que sufren los adolescentes puede ir
desde los propios de su crecimiento y adaptación al medio, hasta
aquellos que pueden modificar negativamente el destino de su vida, como
son: la pobreza, la delincuencia, las drogas, la prostitución, el abandono
escolar temprano, el trabajo infantil, el bajo rendimiento académico del
estudiantado y la escasa calidad de la oferta educativa pública. Convirtiéndose en
factores que pueden provocar en él o la joven inestabilidad y rechazo hacia
sus estudios, dejando de lado las experiencias de compartir su vida, con los
nuevos amigos, compañeros y profesores.

Queda en evidencia la gran necesidad del país de lograr que el sistema


educativo enfoque sus caminos para enfrentar las crecientes desigualdades
socioeconómicas, lograr la inclusión educativa de las poblaciones en mayor
condición de vulnerabilidad, y que reflejan bajos logros educativos sobre todo en la
educación primaria que condicionan las trayectorias y la vinculación educativa en
la secundaria y estudios superiores. Es importantísimo retener a los adolescentes
en los colegios para que completen la educación secundaria. Hoy, la mitad de las
y los adolescentes salen del sistema educativo antes de completarlo.
Si bien la transformación de la educación no puede realizarse de un día
para el otro y requiere de la participación y el compromiso de todas y todos, es
esencial que el país, la región y el mundo asuman el compromiso y tomen las
decisiones ahora hacia una educación enfocada en la inclusión, la calidad, los
derechos en la que ningún niño, niña, adolescente y joven se queden atrás ni
fuera. Solo de manera articulada se podrá incidir en la transformación requerida
para construir sociedades más justas y equitativas.

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