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Alta y Baja Edad Media

La Edad Media es un período muy extenso en la historia de la civilización occidental. Es durante


este a etapa de la Historia en la que Europa va formando varias culturas que, varios siglos más
tardes, determinarán la forma y tipo de sociedad de los estados que se pueden encontrar en la
actualidad en el Viejo Continente.
Los historiadores consideran que el medievo empezó con la caída del Imperio Romano en el año
467 d. C., poniéndose fin de una vez por todas a la Antigüedad Clásica, protagonizada por Roma,
Grecia y Egipto junto con otras civilizaciones como la cartaginesa. Con el fin del mundo clásico
empezaba la Edad Media, la cual se puede diferenciar en dos subperíodos: la alta y la baja Edad
Media.
La Alta Edad Media empieza en el siglo V d. C. y durará hasta el siglo XI d.C, mientras que su
sucesora, la Baja Edad Media, empezará en el siglo XI d.C. y terminará en el XV d. C. Estos dos
períodos históricos presentan características muy diferentes; a continuación veremos un poco más
a fondo los contextos en los que se dieron.
Alta Edad Media
La Alta Edad Media es el subperíodo de la historia de Europa que abarca desde la caída del Imperio
Romano de Occidente hasta, aproximadamente, el año 1000, momento en el cual se da un
importante resurgimiento económico y cultural en el Viejo Mundo.
Los principales estados protagonistas durante la Alta Edad Media son tres imperios que
“compartirán” los territorios europeos, enfrentándose en guerras para arrebatarle al otro sus
tierras: el Imperio Bizantino, el Califato Omeya y el Imperio Carolingio.
El Imperio Romano se desintegró debido a múltiples factores, aunque los principales fueron el
asedio de los pueblos germánicos, la debilitación y barbarización del ejército romano y múltiples
revueltas sociales dentro del imperio motivadas por hambrunas y la devaluación de la moneda.
Ante esta situación, la todopoderosa Roma cayó como un castillo de naipes, fragmentándose en
varios reinos, mayormente católicos con base románico-germánica.
De esta forma se da el inicio de la Alta Edad Media, caracterizada por ser un período de bastante
inestabilidad. Se practicaba la piratería, los saqueos perpetrados por eslavos, normandos,
húngaros y sarracenos eran algo cotidiano y las gentes no se sentían seguras en las ciudades, con
lo cual las fueron abandonando para refugiarse en el campo.
Las diferencias entre ricos y pobres se acentúan y aparece el feudalismo. Los señores más ricos
podían permitirse tener tierras, haciendo que otros trabajaran para ellos a cambio de brindarles
protección. Estos terratenientes eran muy poderosos en sus tierras, actuando casi como tiranos, y
protagonizaron la descentralización del poder de los recién creados reinos cristianos, algo que
contrastaba con cómo se gobernaba en la Antigua Roma.
Los nobles daban tierras a sus vasallos a través de un contrato sinalagmático, con el cual se
obligaba a ambas partes a contribuir con algún servicio, como dando protección al vasallo o
beneficiando económica y políticamente al señor terrateniente.
La Iglesia Católica empieza a adquirir un poder muy grande, que irá en aumento con el paso de los
años. El alto clero es un grupo social fuertemente privilegiado, a veces más que la mismísima
nobleza. También es un grupo muy culto, con lo cual serán los que contribuyan y monopolicen la
creación cultural a principios de la Edad Media, construyendo monasterios, abadías, iglesias y
catedrales y transformándolos en centros de producción cultural.
Baja Edad Media
La Baja Edad Media sucede a la Alta Edad Media. Este período abarca desde los inicios del siglo XI
d.C. hasta el Renacimiento, ya entrados en el siglo XV, con el descubrimiento de América por parte
de Colón en 1492, aunque también se ha planteado como fecha final de este período la conquista
de Constantinopla por los Otomanos en 1453. El feudalismo sigue teniendo una importante
función organizadora de la sociedad, y la Iglesia Católica ejerce un poder supremo sobre la
Cristiandad occidental.
Durante este período surgen nuevas clases sociales, especialmente destacable la burguesía. Los
burgueses no son nobles, sino gente sin privilegios dentro de la sociedad medieval pero que,
gracias a sus profesiones siendo artesanos, herreros y demás trabajan a sueldo por sí mismos, sin
servir a ningún señor feudal y teniendo cierta capacidad adquisitiva.
Si bien no había libertad de pensamiento, poco a poco se van haciendo grandes descubrimientos
científicos. Muchas disciplinas, como las matemáticas, la historia, la astronomía y la filosofía van
desarrollando sus corpus de conocimientos, sentando las bases para que se diera el Renacimiento
a finales de la Baja Edad Media. Además, se fundan las primeras universidades, construyéndose
cerca de 50 en toda Europa entre los siglos XIII y XVI.
Diferencias culturales
En la Alta Edad Media la cultura grecorromana sigue siendo ligeramente vigente, aunque poco a
poco va deteriorándose y da lugar a varias culturas, todas ellas compartiendo como estilo artístico
el románico. El latín empieza a evolucionar, especialmente entre las clases más bajas, que no
sabían ni leer ni escribir, creándose hablares de transición entre el latín clásico y las lenguas
románicas: el latín medieval.
El continente europeo no es culturalmente homogéneo durante el período altomedieval. Además
de haber cristianos, tanto católicos como ortodoxos, se encuentran musulmanes quienes viven en
las tierras conquistadas por el Califato Omeya. En la Península Ibérica los musulmanes conquistan
la mayor parte de su territorio, creando Al-Ándalus, que llegaba hasta la cornisa cantábrica, siendo
el reino de Asturias el último reducto cristiano de la península.
La cultura estaba monopolizada por los clérigos, quienes en sus catedrales, iglesias, abadías y
monasterios trabajaban escribiendo libros en latín, la lengua litúrgica. La población, si bien
continuaba hablando latín medieval, este estaba muy mezclado con palabras procedentes de
lenguas de los vascos, eslavos, celtas, musulmanes y demás pueblos que habían ido invadiendo los
reinos cristianos. Aunque las lenguas románicas todavía no existían propiamente hablando,
estaban formándose.
Durante la Baja Edad Media los reinos cristianos fueron poco a poco ocupando los territorios
musulmanes, "recuperando" sus tierras y expandiendo no únicamente la fe cristiana, sino también
sus lenguas. El latín evoluciona tanto que, a partir de los siglos X-XI sus hablantes ya no se
entienden entre reino y reino. Es en esta época en la que se considera que nacen las lenguas
románicas como el castellano, el galaico-portugués, el catalán, el navarroaragonés, el asturleonés,
el occitano, el francés o el italiano.
Si bien los clérigos representaban un importante papel en cuanto a la creación y transmisión de la
cultura, entre las clases más laicas, especialmente entre burgueses, hay un mayor interés por la
educación. Es aquí cuando empiezan a fundarse las primeras universidades como nuevos centros
de formación y, si bien en ellas el latín seguía siendo la lengua de cultural, se empieza a tener un
mayor interés por las lenguas vernáculas, tanto románicas como germánicas. En lo referente a lo
artístico, el estilo predominante era el gótico.

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