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Artículo 18 Código Penal : “Ningún delito se castigará con otra pena que la que le señale una
ley promulgada con anterioridad a su perpetración…”
La doctrina distingue entre los delitos de resultado “instantáneo” versus los delitos permanentes
para poder determinar el momento de comisión del delito.
Respecto de los delitos permanentes, habituales continuados, no hay mayor discusión sobre la
determinación del tiempo de comisión, ya que se entenderían cometidos durante todo el tiempo
de su ejecución.
La Corte suprema anuló una sentencia que condenaba conforme a una nueva ley, más severa
para el afectado, sin consignar en su fundamentación las razones que llevaron a dar por
establecido que los delitos de abusos deshonestos o abusos sexuales, efectivamente se
cometieron después de la promulgación de la misma, estableciendo que necesariamente se debe
considerar el principio e in dubio pro reo, concluyendo que en el momento de comisión del delito
al que se ha referencia, se radica durante la vigencia de la ley anterior a la modificación
introducida en el año 2004.
PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD
Antes de la entrada en vigencia del Código Procesal Penal del año 2000, se excluía la
aplicación del principio de irretroactividad a las leyes procesales porque rigen in actum.
Considerando que la norma tiene rango meramente legal y no constitucional, podría ser eludida
por una ley que expresamente haga excepción a lo dispuesto en el artículo 11 del Código
Penal.
Esta garantía obliga al tribunal a aplicar una nueva ley a hechos cometidos con anterioridad a
su promulgación, cuando ello sea más favorable al afectado.
- Retroactividad penal del tratamiento punitivo más favorable establecido para una nueva
figura privilegiada.
La retroactividad de la ley penal más favorable, procede no sólo cuando la nueva ley suprime o
disminuye directamente la punibilidad del hecho, sino también cuando consagra eximentes de
responsabilidad penal o atenuantes que lo benefician o incluso cuando altera las descripciones
del tipo, adicionando exigencias que no concurren en la conducta por la cual se le reprocha.
Esto es importante, porque el mismo hecho cometido por el autor, quedaría sujeto a un
tratamiento más favorable. Podría quedar como atípico o constitutivo de un delito menos grave
si existía un tipo residual.
La ley penal temporal es aquella que tipifica ciertas conductas, o establece un estatuto penal
más severo para ciertas conductas que ya eran típicas, pero limita su vigencia, desde un inicio
a un determinado período, tras el cual volverá a regir el estatuto anterior más benigno.
En la práctica, se considera que la nueva ley que entró en vigencia después del periodo de la
ley penal temporal, no se aplica, y que aquellas conductas deben ser juzgadas y condenadas
conforme al estatuto legal establecido por la ley temporal, de modo que la aplicación retroactiva
de la nueva ley, no viene exigida por la garantía de la retroactividad penal favorable.
EL problema de las leyes penales intermedias se presenta cuando el hecho cometido durante la
vigencia de una ley penal más severa (primera ley) posteriormente, a consecuencia de la
promulgación de una ley penal más favorable (segunda ley) queda hipotéticamente en situación
de beneficiarse de la retroactividad penal favorable, pero no es objeto de condena sino hasta
que, tiempo más tarde, una tercera ley, ya ha derogado a la segunda, estableciendo un
tratamiento más severo que esta, sea o no más severa que la primera ley.
En otra decisión, la Corte Suprema también ha considerado relevante, para resolver si la nueva
ley es más favorable, no sólo la extensión de las sanciones, sino su naturaleza y el hecho de
que, como ocurre con las sanciones penales de adolescentes, en las reglas de determinación
de la sanción el “objetivo central que ha de tenerse en cuenta por el juzgador es la reinserción
social del infractor” y el “interés superior de este”.
Se entiende que la ley penal tiene aplicación ultractiva cuando, aun después de haber sido
derogada y sustituída por otra, se sigue aplicando al hecho cometido bajo su vigencia.
Entonces, cabe concluir que el principio de irretroactividad impone, por regla general, la
aplicación ultractiva de la ley penal anterior, salvo en los casos en que la nueva ley sea más
favorable al afectado y su aplicación venga exigida por la garantía de la retroactividad penal
favorable.