Está en la página 1de 3

I.

INTRODUCCIÓN

La mediocridad ha dejado de ser una tara cuyo origen se encuentra en la vulgaridad


y el conformismo de ciertos individuos y se ha convertido en un fenómeno sistémico
que es funcional al orden cultural, económico, social y político en el que vivimos. La
persona mediocre acepta las cosas mínimas, es decir, conformarse con lo primero
que aparezca o que se obtenga. Estamos de acuerdo que individuo es distinto al
otro, cada quien tiene sus particularidades y toman la vida desde sus puntos de
vista, todo esto lo llevan a ser únicos
La mediocridad es el comienzo de toda derrota ya que una derrota no es más que el
no cumplimiento de algún objetivo o una meta, es el inconformismo de saber qué
hará en el futuro si le irá bien o mal, ya que no verá más allá de lo que tiene. Aceptar
la mediocridad proviene del miedo a fallar, así como de no estar dispuesto a lidiar
con otros que te derriben, pero puedes elegir hacer lo que amas y luchar para ser el
mejor en eso sin importar lo que digan los demás. Una mentalidad de víctima hace
que sea fácil quedarse atascado en la vida, pero el comportamiento de los demás
solo te convierte en su víctima si te dejas afectar. Cuando las críticas insignificantes
dictan cómo vives tu vida, te conviertes en un esclavo de ellas.

II. DESARROLLO

¿Permanecer en la mediocridad, alcanza para desarrollar un máximo potencial?

Una persona que se ha permitido permanecer en la mediocridad simplemente no


alcanza su máximo potencial porque no se esfuerza más allá de su zona de creer que
está conforme con lo poco que tiene. Según el autor White (2021) la zona de confort
nos instala en la comodidad de dejarnos llevar por lo que sucede a nuestro
alrededor sin formar parte activa de los retos que pueden aparecer en nuestra vida.
Por lo tanto, el permanecer afincados a nuestra zona de comodidad puede llevarnos
a sufrir apatía e incluso depresión, porque no desarrollamos todo nuestro potencial
no permite ver al mundo en sí y todo el abanico de posibilidades de desarrollo que
podamos encontrar con el esfuerzo, es decir dejamos de vernos a nosotros mismos
de lo que somos capaces. Y de acuerdo a Deneault (2018) señala, que la
mediocridad nos anima de todas las maneras posibles a aletargarse antes que, a
pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo
repugnante. Así mismo, continúa diciendo que en el sistema social las
mediocridades están sobrerrepresentadas en el personal de las empresas
neoliberales y en los pasillos del poder contemporáneo, es decir, por qué vivimos en
una mediocracia.

¿Podemos considerar la mediocridad como una elección de vida?


La persona que elige la mediocridad, elige lo mínimo aceptable. Eliges no hacer, no
arriesgarte, no descubrir, no intentar, no equivocarte, no ver y no encontrar.
Cuando eliges quedarte en la mediocridad también eliges ocultar tus habilidades, tus
talentos y dejas ir muchas oportunidades. Aceptas el empleo que encuentras
disponible, aunque no cumpla tus expectativas. Tu relación de pareja se torna
monótona y todo el potencial que tienes lo desaprovechas por quedarte cómodo
con lo que tienes.
Elegir quedarse en la mediocridad puede ser más fácil que salir e ir por lo que
sueñas. Esto último conlleva un esfuerzo que no te dará resultados positivos de
inmediato. Pero, ¿sabes qué? E s mucho mejor salir y arriesgarse a tener una vida
que no te satisface. Si estás decidido descubre algunas formas de combatir la
mediocridad. Sin embargo, con el quehacer diario de lo mismo sin aspiraciones ni
metas, se convierte en una elección de vida.
¿Es el mediocre es un tonto o un ignorante?
Según, Heidegger (1929), el mediocre hace lo que le dice la gente, su gente. Dice el
proverbio chino que cualquier sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el
necio permanece sentado en él. A todos nos conforma la mediocridad, pero el
mediocre no sale de ahí, porque persiste. Ahí radica la esencia de su mediocridad. El
que no cuestiona ni somete a crítica su proyecto es, “impropio”, carece de la
propiedad de sí mismo por haberla cedido al rebaño, y ahí también reside su carga
viral; en que desactivará cualquier iniciativa que sobresalga o engrandezca el orden
establecido. Por lo tanto, el ser mediocre no es un ignorante ni tonto, es solo un ser
conformista, no tiene metas ni propósitos para logara un desarrollo superior, ellos
abundan unos y otros en el espectro social, nunca alcanzan los logros de otros que
se esfuerzan y salen de la mediocridad.
¿Se nace o se hace mediocre?
Cada uno de nosotros tiene habilidades y cualidades únicas que pueden aportar
mucho al mundo. Sin embargo, mucha gente se queda estancada con lo fácil y eligen
no ir más allá. Una sociedad dominada por mediocres es una sociedad imposible de
desarrollo, incapaz de crear nada, de variar un ápice su rumbo porque solo está
firmemente capacitada para obedecer ciegamente el camino que le han marcado
independientemente de lo que tenga delante. Pero hay motivos para su expansión.
El mediocre finge por lo que se convierte en un valor en sí mismo. La mediocridad
lleva a todo el mundo a subordinar cualquier tipo de deliberación a modelos
arbitrarios promovidos por instancias de autoridad. Prefieren el silencio y la inercia;
no pensar es su única manera de no equivocarse. Sus cerebros son casas de
hospedaje, pero sin dueño; los demás piensan por ellos, que agradecen en lo íntimo
ese favor. Por lo tanto, cada quien nace con sus virtudes y defectos, pero con
habilidades y posibilidades. La mediocridad se hace con las taras de no querer
superarse y hacer un modo de vida el estancamiento.

III. CONCLUSIONES

1. La mediocridad se ha convertido en un fenómeno sistémico que es funcional al


orden cultural, económico, social y político en el que vivimos.

2. La mediocridad es el comienzo de toda derrota ya que una derrota no es más que


el no cumplimiento de algún objetivo o una meta.

3. Una persona que se ha permitido permanecer en la mediocridad simplemente no


alcanza su máximo potencial porque no se esfuerza más allá de su zona de creer
que está conforme con lo poco que tiene.

4. El permanecer afincados a nuestra zona de comodidad puede llevarnos a sufrir


apatía e incluso depresión, porque no desarrollamos todo nuestro potencial, no
permite ver al mundo en sí y todo el abanico de posibilidades de desarrollo.

REFERENCIAS
Deneault (2018) “La mediocridad” Canadá.
https://www.elespanol.com/el-cultural/20190904/alain-deneault...

Heidegger (1929). Una mirada filosófica al concepto de “aburrimiento”. Alemania.


White (2009). "From Comfort Zone to Performance Management". Performance
Management Solutions. Archived from the original.

También podría gustarte