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FORO N°9
1- El trabajo es individual.
1. Impaciencia
El egoísmo puede llegar a ser positivo en situaciones puntuales, pero en una gran
cantidad de situaciones lo único que hace es llevarnos a cortar nuestros vínculos con la
sociedad.
Así, nos hace quedarnos solos poco a poco, no solo perjudicando a quienes nos rodean
a causa de las veces en las que les decepcionamos, sino además llevándonos a perder
capital humano a nuestro alrededor: menos gente dispuesta a ayudarnos y a esforzarse
por darnos apoyo cuando lo necesitemos.
3. Celos
Los celos nos llevan a sentir la necesidad de controlar la vida de otras personas por el
miedo a perderlas, lo cual es, paradójicamente, un hecho que daña significativamente
cualquier vínculo personal que pudiésemos tener con ella al no reconocer su
individualidad y libertad personal.
Por ejemplo, una persona que ve con malos ojos que su pareja quede con amigos o
amigas a solas, está cayendo en los celos e intentado que toda la vida social del ser
querido gire alrededor de ella.
4. Cobardía
La cobardía nos lleva a no tomar decisiones que, aunque son incómodas y suponen salir
de la zona de confort, son necesarias para que nuestras vidas o las de nuestra
comunidad o colectivo mejore.
Por ejemplo, no querer cortar con alguien para no exponerse a una situación llena de
lloros y frustración suele ser un ejemplo de cobardía que perjudica a al menos dos
personas (uno mismo incluido).
El conformismo no tiene por qué ser malo; a fin de cuentas, no todo el mundo vive en
una situación en la que pueda permitirse arriesgar constantemente con tal de aspirar a
objetivos diferentes. Sin embargo, el conformismo aplicado específicamente al
conocimiento si´ es una de las debilidades humanas. El motivo es que nos hace
quedarnos a ciegas en un mundo en el que el
conocimiento nos puede ahorrar muchos problemas.
6. Resentimiento
7. Dependencia
Hay personas que se acostumbran a vivir según el modo en el que otros viven, imitando
sus valores, su manera de pensar y de actuar, e incluso su estética.
El ser humano debería siempre enfocarse hacia nuevos retos, nuevas experiencias que le
permitan dar pasos adelante en su desarrollo personal. Conocer gente nueva, visitar
países y culturas, leer sobre temas interesantes... son hábitos que hacen que un
individuo crezca intelectualmente y esté más abierto a cruzar nuevos horizontes.
Las personas que no son capaces de abrirse a
nuevas experiencias, a menudo se estancan en realidades anodinas, con hábitos poco
edificantes y que les anclan a una realidad aburrida. Para intentar resolver esta situación
solo es necesario abrir la mente y estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort y
buscar cuáles son nuestras inquietudes.
9. Actitud controladora
Las personas que se rigen excesivamente según códigos estrictos de honor y que no son
capaces de admitir sus errores a causa del orgullo presentan una de las debilidades del
ser humano que más dañan la vida social: el exceso de Ego. Esta puede llevar a
generarse enemistades de manera totalmente innecesaria, e incluso facilita que se
pierda la salud por la incapacidad de reconocer que se necesita ayuda.
Las personas que no son capaces de controlar su ira creen que el mundo es un lugar en
el que cualquier afrenta hacia ellos debe ser corregida de inmediato, aunque solo sea
expresando el enfado y dañando a alguien con ello. De manera irracional, creen que en
el mundo hay un sistema de compensación por el cual si el que ha actuado mal no
puede compensar el daño, al menos puede ser el blanco de la furia de quien se siente
ofendido.
5. Haz ejercicio
Tienen un amplio vocabulario emocional que les ayuda a saber expresar exactamente
cómo se sienten y ponerlo en palabras. Además, tienen lo que llamamos “empatía”,
ponerse en los zapatos de la otra persona y sentir lo que siente el otro. Reconocen las
expresiones y el lenguaje no verbal de las demás personas para interpretar qué es lo que
sienten.
Al reconocer las emociones y los sentimientos propios es más fácil que sepan qué tienen
que hacer o cómo tienen que comportarse. Así es que, expresan sus emociones y sus
pensamientos de una manera más honesta consigo mismos y con los demás. Son los
dueños de su expresión emocional.
La personas con alta inteligencia emocional se caracterizan por tener una personalidad
firme y no tomarse demasiado a pecho los comentarios ajenos. No se llevan las
amenazas a lo personal y saben diferenciar entre hechos y opiniones. Diferencian las
críticas constructivas de las críticas que sólo pretenden hundirlos y saben alejarse de
comentarios despectivos que sólo traen destrucción.
No se obsesionan con una idea, sino que están abiertos a nuevas ideas y opiniones
teniendo en cuenta que son ellos los que pueden estar equivocados.
5- No buscan la perfección
Saben que nadie es perfecto y que la perfección es una ilusión que lleva a tener
expectativas distorsionadas respecto de la realidad. No persiguen hacerlo todo bien a la
primera. Saben que todo forma parte del proceso de aprendizaje y que el error es
humano.
“Dime con quien andas y te diré quién eres” es algo que tienen claro las personas con
alta inteligencia emocional, por eso se relacionan con gente soñadora, personas
optimistas y con energía positiva. Se alejan de personas tóxicas . Al tener buenas
vibraciones y rodearse de gente positiva, ven el mundo desde una perspectiva más sana
y que favorece la creatividad.
Saber decir que NO es un paso de gigante si quieres aspirar a tener alta inteligencia
emocional. Estas personas ponen límites cuando es necesario y defienden sus valores
ante todo. La asertividad es saber decir aquello que sientes y quieres respetando tus
derechos y los de los demás.
Saben cuáles son sus virtudes y sus puntos fuertes, pero también cuáles son sus
debilidades . Esto viene de un proceso de autoconocimiento profundo (un conócete a ti
mismo en toda regla). Las personas con alta inteligencia emocional tratan de mejorarse
a sí mismos continuamente, manifiestan valores altos en resiliencia (la capacidad de
reponerse tras una caída).
Saben que cambiar forma parte de la vida y que negar el cambio es negar la vida misma.
Abrazan la incertidumbre y aceptan que hay cosas que no pueden controlar. Agradecen
las oportunidades que les brinda la vida para cambiar y reinventarse, siempre en un
proceso de mejora constante. Cambiar pensamientos, formas de actuar, creencias… todo
forma parte del desarrollo personal.
Las personas con alta inteligencia emocional son proactivas, es decir, se mueven antes
de que la situación lo exija. Proponen planes, estrategias, se plantean objetivos, etc.
Tienen una mentalidad y una actitud de éxito y actúan en pos de sus objetivos
marcados.
15- Son dueños de su tiempo y deciden en qué emplean sus energías
La felicidad no es algo externo , la felicidad es una forma de ver la vida. Las personas con
alta inteligencia emocional manejan las emociones positivas. Manejan las emociones y
pueden elegir cómo sentirse en cada situación. De esta forma, saben generar emociones
agradables que le ayuden en vida diaria.