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Catequesis Perseverancia en la fe

Una característica de la fe es la libertad: Punto 160 del Catecismo: “El hombre, al creer,
debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe estar obligado contra su voluntad a
abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza”.

Si es voluntario, ¿no es importante? ¿Sólo es importante si es obligatorio? La fe es una


respuesta a una llamada. Dios te ama y quiere entrar en tu vida. Toca tu puerta, y esa
llamada requiere una respuesta. Por eso la respuesta es libre. Dios toca la puerta pero no
quiere derribarla; depende de ti si le abres la puerta o no. Las cosas más importantes no
son las obligatorias sino las libres, porque el amor tiene que ver con la libertad. Querer a
nuestra familia y a nuestros amigos es algo libre; es algo que elegimos todos los días y a
cada momento. Ser responsable en una situación es una decisión que tomamos. Si fuese
obligatorio y no pudiéramos elegir, no estaríamos siendo libres, y no estaríamos eligiendo
amar a esa persona, o portarnos de determinada manera. A Dios no le gustan los esclavos;
le gustan los amigos, y por eso responderle no es obligatorio sino libre.

“Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he
llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre.”

A vosotros se os pide que sigáis a Cristo por amor, no por obligación. TE OBLIGO A QUE
ME AMES, TE OBLIGO A QUE SEAS MI AMIGO→ ¿tiene sentido?

Pero como amar es libre, tenemos que decidir hacerlo a cada momento, y a veces podemos
no responder a la llamada de Dios, a veces no le abrimos la puerta, o a veces nos puede
costar. Y alguno pensará: uf, qué duro seguir rezando el rosario, qué duro seguir rezando…
En el campamento hemos sentido cosas fuertes, las misas son emotivas, etc → la vuelta a
la rutina (misas aburridas) → NO PUEDE DEPENDER DE LO QUE NOS APETECE O DE
LO QUE SENTIMOS.
EJEMPLO → amigo. De repente decimos: qué pereza quedar con él, qué pereza ayudarle
en esto, etc. ¿Estamos siendo realmente sus amigos? ¿O sólo estamos con él cuando nos
interesa, cuando nos divierte? ¿Eso es amor o es interés? ¿Le queremos a él como amigo o
sólo nos gusta lo que nos puede reportar?

Catecismo 166 La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la


iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer
solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se
ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a
otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra
fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no
puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a
sostener la fe de los otros. → IMPLICACIONES: la fe como acto libre, la fe como
DON/regalo, la fe como compartida.

Que nadie piense que para perseverar sólo dependemos de lo fuertes que somos.

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¿Quién de aquí tiene fe porque se le ha ocurrido tenerla? Porque un día dijo: “me apetece”.
La fe es un regalo, y hay que cuidarlo porque si no se debilita.

¿Qué diríais de alguien al que le han regalado una planta, y no la riega ni una sola vez?
Pues que es un desagradecido. ¿Y cómo se riega la fe?

- Para perseverar en lo que hemos vivido estos días hacen falta armas, las armas con las
que puedes defender los tesoros que has encontrado. Tú sabrás cuán valioso es lo que te
llevas. Estas armas se te han dado aquí también:

o La oración: por la mañana, por la tarde, por la noche… cuando tú


quieras, pero busca el momento de quedarte a solas con Dios y hablar
con él, porque él te está esperando. Pide la fuerza y la ayuda al
Espíritu Santo.

o Los sacramentos: acude a la confesión, pide ayuda a un sacerdote, ve


a misa TODOS los domingos y procura estar preparado para
comulgar: dejar que Dios mismo entre en ti te convierte en inmortal.

o La Virgen María: pégate a ella! María es nuestra madre


verdaderamente. Ella está siempre pendiente de nosotros, nos ha
dado a luz y nos está educando en la Vida verdadera que es la que
nos lleva al Cielo. Nuestra meta es el Cielo, esa sí es la vida
verdadera, la que será para siempre. No dejes el Rosario, es un arma
poderosa. Has descubierto que rezar el rosario todos los días es
posible. De hecho es hermoso dedicar un rato a rezar a tu Madre del
Cielo y pedirle por las necesidades de quienes más quieres. No lo
dejes, coge tu rosario y busca ese hueco todos los días. Y si un día lo
dejas, no pasa nada, al siguiente vuelve a cogerlo.

o La Iglesia: aquí ha sido fácil porque íbamos todos a una. Pues en tú día
a día será más fácil, si vives tu fe con un grupo de amigos como tú.
Acércate a tu parroquia, o a la de al lado… busca un grupo de jóvenes
con quienes poder vivir y compartir la fe.

Son 4 armas, si las tienes contigo, vencerás. Porque ahora depende de ti lo que pase en los
próximos días. Ya no habrá nadie que te diga “vamos a la oración”, “a rezar el Rosario”, “vamos a
misa”…. No, ahora, si quieres seguir viviendo así tendrás que coger tus armas y hacer el esfuerzo.
Piensa que ahora es el mejor momento. Aquí llega tu día a día, que es cuando tienes que mostrarle a
Jesús tu amistad con él. Ahora abrirle la puerta es completamente libre. Piénsalo así: ahora se hace
un poco más difícil vivir la fe porque ya no será como en el campamento (la oración, la misa, el
rosario, todo eso ya no estarán pensados por otros y puestos en la rutina del día a día, sino que los
tienes que poner tú), pero precisamente por eso es tu oportunidad de mostrarle tu amor a Jesús.
Ahora es cuando puedes decirle: Jesús, te quiero, quiero seguir siendo tu amigo, y nuestra amistad
no dependerá de mis ganas ni de mis caprichos, he descubierto en ti un tesoro y no quiero
descuidarte.

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