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NULIDAD Vs IMPUGNACIN
NULIDAD Vs IMPUGNACIN
Magistrado Ponente:
NICOLAS BECHARA SIMANCAS
Santafé de Bogotá D.C., veinticinco (25) de agosto de dos mil (2000).
Referencia: Expediente 5215
Se decide el recurso de casación interpuesto por la parte
demandante frente a la sentencia de 8 de agosto de 1994, proferida por el
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Santafé de Bogotá D.C., Sala de
Familia, en este proceso ordinario iniciado por DELIA ROSALBA SANTIAGO
VELASQUEZ contra CARLOS JULIO GOMEZ MERCHAN, ANGELA MARIA Y
CARLOS BENIGNO GOMEZ SANTIAGO.
ANTECEDENTES
I.- Por demanda presentada ante el Juzgado Séptimo de
Familia de Santafé de Bogotá D. C. el 31 de julio de 1992, la mencionada actora
solicita que con audiencia de los referidos demandados se hagan las siguientes
declaraciones:
"1.- Que se declare la nulidad, por OBJETO ILICITO, de los
registros de nacimiento en los que la demandante aparece como madre
matrimonial, de ANGELA MARIA GOMEZ SANTIAGO Y CARLOS BENIGNO GOMEZ
SANTIAGO, cuyos verdaderos nombres son los mismos, pero, sin el segundo
apellido de la madre demandante, el cual debe ser reemplazado por el apellido
de la verdadera madre.
"LA NULIDAD se demanda únicamente respecto de la
anotación como madre de la demandante. Respecto de los demás datos no hay
objeción de ninguna naturaleza.
"El registro parcialmente ilegal de ANGELA MARIA GOMEZ
SANTIAGO se inscribió en el REGISTRO DE NACIMIENTO No. 2690145 de la
NOTARIA SEPTIMA DE BOGOTA, el cual debe anularse parcialmente como
consecuencia lógica de la declaración de nulidad impetrada.
"El registro parcialmente ilegal de CARLOS BENIGNO GOMEZ
SANTIAGO se inscribió en el REGISTRO DE NACIMIENTO No. 2690146 el cual
debe anularse parcialmente como consecuencia lógica de la declaración de
nulidad impetrada.
"2.-Que se ofície a la NOTARIA SEPTIMA DE BOGOTA para
que se tome nota de la declaración de nulidad parcial y se deje sin valor en los
registros de nacimiento relacionados en el numeral anterior la inscripción
correspondiente a los datos de la demandante como madre y que son objeto
materia de este proceso.
"3.- Que se ordene a la Notaria Séptima que anulados
parcialmente los registros objeto de este proceso se inscriban los nacimientos
de los menores en un serial que reemplace a los anulados, pero omitiendo en el
nombre de la madre el de la demandante...”
II.- Las pretensiones anteriores tienen por fundamento los
hechos seguidamente señalados:
a.-) ANGELA MARIA GOMEZ Y CARLOS BENIGNO GOMEZ
nacieron en esta ciudad el 7 de enero y el 7 de noviembre de 1975,
respectivamente, los que se inscribieron en la Notaria Séptima de este Círculo
bajo los seriales 2690145 y 2690146.
b.-) El padre de ANGELA MARIA Y CARLOS BENIGNO es el
demandado CARLOS JULIO GOMEZ MERCHAN pero la demandante DELIA
ROSALBA SANTIAGO VELASQUEZ, con quien aquel contrajo matrimonio católico
el 7 de abril de 1973, no es la madre de ellos, puesto que nunca ha dado a luz.
c.-) La inscripción de los nacimientos de ANGELA MARIA Y
CARLOS BENIGNO se hizo el 27 de mayo de 1977, sin el consentimiento de la
demandante.
d.-) Las inscripciones de los dos nacimientos, por ser
producto de un delito, son absolutamente nulas y nunca se pueden sanear.
III.- Enterado de la demanda, CARLOS JULIO GOMEZ
MERCHAN, satisfaciendo el derecho de postulación, procedió a contestarla,
aceptando unos hechos y negando otros, entre ellos que no es verdad que el
registro de los para entonces menores se hubiera hecho sin el consentimiento de
la demandante, que por el contrario lo aprobó, no obstante lo cual termina
allanándose a las pretensiones de la demandante "en razón a que la señora
DELIA ROSALBA SANTIAGO VELASQUEZ no es la madre biológica de los
menores ANGELA MARIA GOMEZ Y CARLOS BENIGNO GOMEZ".
IV.- Previamente a la admisión de la demanda, se designó
curador ad litem a los menores demandados, quien notificado del auto admisorio
de la misma y descorriendo el traslado que de ella se le dio, se opuso a las
peticiones de la actora manifestando que la acción de nulidad formulada no es la
que corresponde, sino la de "impugnación de la filiación legítima de la
maternidad", por lo que propone la excepción de fondo que denomina "petición
de modo indebido".
V.- El juzgado del conocimiento le puso fin a la primera
instancia mediante sentencia de 3 de agosto de 1993, en la que hizo los
pronunciamientos siguientes:
"PRIMERO: Declarar fundado la excepción perentoria
nominada por la parte demandada como "petición de modo indebido".
"SEGUNDO: Absolver a los demandados de las pretensiones
de la parte actora.
"TERCERO: Negar las súplicas de la demanda.”
VI.- Descontenta con lo así resuelto, la demandante
interpuso recurso de alzada, decidido por la Sala de Familia del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Santafé de Bogotá D. C. mediante sentencia de 8 de
agosto de 1994, en lo que confirmó lo resuelto por el a quo.
FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
DECISION
Por lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de
Casación Civil, en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la
sentencia de 8 de agosto de 1994, proferida por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Santafé de Bogotá, Sala de Familia, en este proceso ordinario
iniciado por DELIA ROSALBA SANTIAGO VELASQUEZ contra CARLOS JULIO
GOMEZ MERCHAN, ANGELA MARIA Y CARLOS BENIGNO GOMEZ
SANTIAGO.
Costas del recurso a cargo de la parte recurrente.
Liquídense.
COPIESE, NOTIFÍQUESE Y DEVUÉLVASE.
SILVIO FERNANDO TREJOS BUENO
MANUEL ARDILA VELASQUEZ
NICOLAS BECHARA SIMANCAS
JORGE ANTONIO CASTILLO RUGELES
CARLOS IGNACIO JARAMILLO JARAMILLO
JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ
JORGE SANTOS BALLESTEROS
Magistrado Ponente
FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ
Aprobada en sala del veintisiete (27) de mayo de dos mil trece (2013).
I.- EL LITIGIO
2.- A partir de la reforma del artículo 217 del Código Civil por el artículo 3° de
la Ley 75 de 1968, con el condicionamiento de la sentencia C-109 de 1995 de la Corte
Constitucional, “el hijo está legitimado para impugnar la paternidad matrimonial en cualquier
tiempo por idénticas razones o casuales autorizadas para el padre; hoy por virtud de los mandatos
del artículo 5° de la ley 1060 de 2006 mediante prueba científica que permita establecer la
verdadera filiación”, encontrándose conformado el contradictorio “en armonía con la pretendida
impugnación de paternidad”.
TERCER CARGO
CONSIDERACIONES
1.- El promotor pide que se anule el registro civil de nacimiento realizado por
su progenitora, en virtud del cual quedo como hijo de Ángel María Castelblanco, para que cobre
pleno valor el reconocimiento que de él hizo con posterioridad Januario Pachón Arriero.
De tal manera que, como todos los de esta estirpe, obedece a condicionamientos
de taxatividad, convalidación y trascendencia, en la medida que no cualquier irregularidad es
susceptible de afectar lo actuado. Sólo aquella que por su relevancia, expresa consagración legal
y falta de regularización genera un grave traumatismo para el pleito, justifica que se reconsidere lo
que ya se encuentra finiquitado.
La Sala, en sentencia de 5 de diciembre de 2008, exp. 1999-02197-01, recordó
que “la procedencia de la causal 5ª de casación, por haberse incurrido en alguno de los vicios
invalidantes consagrados en el artículo 140 del C. de P. C., supone las siguientes condiciones: ‘a)
que las irregularidades aducidas como constitutivas de nulidad general existan realmente; b) que
además de corresponder a realidades procesales comprobables, esas irregularidades estén
contempladas taxativamente dentro de las causales de nulidad adjetiva que enumera el referido
artículo 140; y por último, c) que concurriendo los dos presupuestos anteriores y si son saneables,
respecto de las nulidades así en principio caracterizadas no aparezca que fueron convalidadas por
el asentimiento expreso o tácito de la persona legitimada para hacerlas valer’. (Sentencia del 22
de abril de 1993. n.p. que sintetizó lo dicho en las publicadas en G. J. Tomos XLI bis pág.132,
CXXXVI, pág. 143 y CLII, pág. 219)”.
5.- Tienen relevancia para la decisión que se está tomando, sin entrar a
cuestionar la validez de las pruebas aportadas y que no son materia de discusión, los siguientes
hechos:
b.-) Que como fruto del anterior vínculo Dolores “Fernández” declaró el 26 de
marzo de 1958, en la Notaría Única de Chía, el nacimiento el 13 de esos mismos mes y año de
Luis Enrique Castelblanco Fernández (folio 4, cuaderno 1).
d.-) Que Januario Pachón Arriero falleció el 6 de octubre de 1998 (folio 136,
cuaderno 1).
Como lo tiene dicho la Corte “[e]n lo que concierne con el señalamiento de los
sujetos entre quienes debe trabarse el proceso de filiación paterna de carácter extramatrimonial, el
legislador patrio ha obrado con especial previsión: si bien es cierto que ha entendido la necesidad
de fijar precisas reglas conducentes a la verificación de tal estado civil, como derecho fundamental
de toda persona a establecerlo, ante la falta de un reconocimiento espontáneo del mismo
padre”, resaltado ajeno al texto (sentencia de 1° de agosto de 2003, exp. 7769).
Esto es así porque al existir la restricción del artículo 3° de la Ley 45 de 1936,
modificado por el 3° de la Ley 75 de 1968, para aceptar la paternidad extramatrimonial del hijo de
mujer casada salvo, entre otros casos, “cuando por sentencia ejecutoriada se declare que el hijo
no lo es del marido”, el que esto hubiera ocurrido únicamente dejó latente la manifestación de
quien libre de apremios afirmó ser padre del inscrito.
Por lo tanto, para que surtiera efectos el acto de reconocimiento llevado a cabo por
Pachón Arriero, era imprescindible impugnar la paternidad legítima de Luis Enrique, sin que fuera
necesaria la presencia de Januario Pachón Arriero, ni la de sus herederos determinados e
indeterminados.
Cosa muy distinta es que, como sucedió en este caso, se admitiera su intervención
como terceros que pudieran resultar perjudicados con las resultas del proceso, para que no saliera
avante, sin que ello conlleve la posibilidad de discutir el acto de reconocimiento.
SEGUNDO CARGO
Con apoyo en la causal segunda del artículo 368 del Código de Procedimiento
Civil acusa “disconformidad e incongruencia en la sentencia de segundo grado, (…) en la medida
en que lo deprecado en la demanda tenía un objeto sustancialmente distinto a la declaración de
paternidad que finalmente dedujo el ad quem”.
1.- Toda sentencia “debe tener un marco o límite, que lo imponen las
pretensiones o súplicas deducidas en la demanda, y en su caso los medios de defensa formulados
por el extremo pasivo de la relación jurídico-procesal”, que de ser quebrantado implica que “queda
viciada, puesto que al decidir sobre cuestiones no pedidas o sobre más de lo pedido, lo hace con
exceso de poder y, por ende, sin tener competencia para ello; y también resulta viciado el fallo
cuando omite pronunciamiento sobre peticiones o excepciones, porque, en tal supuesto, por
defecto en el ejercicio de su poder legítimo quedan insolutos (sic), total o parcialmente, algunos
aspectos de la controversia”.
3.- Los razonamientos del fallador son lógicamente inválidos, lo que torna
injusta la decisión, pues, parte de premisas falsas. “En este caso se vislumbra un margen de
injusticia de la sentencia aquí impugnada, que coincide teóricamente con la eventual desviación
entre la forma concreta en que los hechos se determinan y su verdad empírica”.
4.- Ni siquiera son compatibles “con la teoría según la cual el proceso sirva
únicamente para resolver conflictos: si no se acepta como válida cualquier solución del conflicto y
se piensa, en cambio que debe ser resuelto sobre la base de algún criterio de justicia, entonces se
presenta de nuevo la necesidad de reconocer que la determinación verdadera de los hechos es
condición necesaria para cualquier solución justa de un conflicto”.
6.- No se alega una errada interpretación del libelo, “sino que existe una
verdadera incongruencia entre lo pedido y lo resuelto en la sentencia acusada. Así mismo la
sentencia impugnada causa agravio a mis poderdantes en la medida que de permanecer incólume
afectaría los derechos patrimoniales adquiridos con arreglo a la ley”.
CONSIDERACIONES
También estimó que al existir dos actos públicos de registro del estado civil en los
que se reporta diferente padre respecto de la misma persona, estando plenamente establecido
que quien asentó el último es quien detenta tal condición, pierde eficacia el inicial.
De ahí que el fallador no puede desconocer a su arbitrio los límites que trazan los
litigantes a medida que van compareciendo, para reconocer algo distinto o mucho más de lo que
se exige, ni pasando por alto algún reclamo. Un proceder así, que tomaría por sorpresa a los
intervinientes, sería lesivo del debido proceso y desconocería elementales garantías procesales
como la posibilidad de replicar.
a.-) Que en vigencia del matrimonio entre Ángel María “Castiblanco” y Dolores
“Cárdenas”, nació Luís Enrique, siendo registrado por la madre como fruto del mismo (folio 4,
cuaderno 1).
c.-) Que Pachón Arriero murió el 6 de octubre de 1998 (folio 136, cuaderno 1).
d.-) Que Miguel Alfonso y Rafael Antonio Pachón Arrierro, son hermanos del
causante y le tramitaron sucesión como únicos interesados, el 10 de agosto de 1999, en la Notaría
47 de Bogotá (folios 120 al 140, cuaderno 1).
(iv) Dejar “como documento público que acredita el estado civil como hijo
extramatrimonial de Luís Enrique Pachón Fernández, el acta de reconocimiento suscrita por su
finado padre el 20 de septiembre de 1973 en el municipio de Quipile Cundinamarca, oficiando en
tal sentido a las autoridades correspondientes”.
Así mismo, se cuestionó la validez del registro civil de nacimiento del accionante
hecho por su progenitora, con el fin de que el acto voluntario de reconocimiento se active, una vez
desvirtuada la presunción legal de que los hijos habidos en el matrimonio son del esposo.
Al respecto esta Sala precisó que “la secuencia obvia que genera un
pronunciamiento en tal sentido, de declarar la nulidad, inoponibilidad, inexistencia o falsedad de un
registro civil de nacimiento, por considerarse que la persona que se dice hija de quien se hace
figurar como madre o padre, no es tal, es la de dejar establecido que la maternidad o la
paternidad, o ambas, no son ciertos, lo que jurídicamente tiene que ver, ineludiblemente, con la
impugnación de dichas calidades, motivo por el cual tiene decantado esta Corporación que la
referida acción contra la veracidad del registro civil en esos aspectos, debe sujetarse a los
términos previstos en los artículos 336 y 337 del C. C. (…) En ese orden de ideas, aunque el
Tribunal no hubiera efectuado el giro interpretativo de entender como nulidad la inexistencia que
se pidió del registro civil, la conclusión de comprender implícitamente invocada la de impugnación
era ineludible, porque en este caso lo que se reclamaba en contra de la presunción de
autenticidad del registro civil, finalmente recaía sobre la impugnación de las condiciones de padres
del referido (…), máxime que los hechos fundantes de la demanda aluden a la falsedad de la
paternidad y maternidad inscritos en el registro de nacimiento (…) Es más, tiene dicho también la
jurisprudencia de la Corte, que aún ante la hipótesis de que en efecto se consideraran como
acciones independientes tanto la de nulidad o inexistencia, como la de impugnación, de cualquier
modo el término de caducidad de la segunda tendría operancia para la primera” (sentencia de 14
de septiembre de 2004, exp. 01047).
El petitum de tener “como documento público que acredita el estado civil como hijo
extramatrimonial de Luís Enrique Pachón Fernández, el acta de reconocimiento suscrita por su
finado padre [Januario Pachón Arriero] el 20 de septiembre de 1973 en el municipio de Quipile
Cundinamarca, oficiando en tal sentido a las autoridades correspondientes”, como consecuencia
de la anulación del registro de Luis Enrique como hijo de Ángel María, que como se resaltó
equivale a la impugnación que salió avante, tiene una directa correlación con lo que sobre el
particular decidió el sentenciador.
Además queda claro que lo que hizo el Tribunal fue examinar los pedimentos y
deducir de ellos que, en lo atinente a la reclamación de nulidad del citado registro civil de
nacimiento, de lo que en realidad se trataba era de impugnar la paternidad legítima, pero sin que
se lesionara un derecho concreto de los recurrentes, pues, con tal proceder lo que se produjo fue
una ruptura filial del accionante con una persona que les era completamente ajena.
Esto quiere decir que si bien el a quo encontró que “no existe siquiera causal de
nulidad impetrada sobre el registro civil de nacimiento del señor Luís Enrique Castelblanco
Fernández, y más aún, probada en el plenario”, en los términos del artículo 140 del Decreto 1260
de 1970, nada le impedía concluir, como si lo hizo su superior, que más que de los vicios formales
en su realización, lo que en realidad se trataba con la litis era establecer el verdadero estado civil
del accionante, como protección a una garantía de orden constitucional.
En suma, con la indicada exégesis lo que se hizo fue otorgarle un efecto útil, tanto
a los hechos expuestos como a las pruebas recaudadas, para producir un resultado legítimo al
ponerle fin a la controversia, con una conclusión que está plenamente respaldada y apoyada por la
jurisprudencia reiterada de esta Corporación.
Por lo tanto, como el fallador de segundo grado obró de manera válida, no puede
predicarse, bajo ningún aspecto, que excedió su atribución, ni mucho menos que haya sorprendido
con la forma como desató el conflicto a los litisconsortes, con mayor razón si cualquier reclamo
sobre la adecuación que hizo el Tribunal a la petición de nulidad del registro civil en que figuraba
Ángel María Castelblanco como padre matrimonial de Luis Enrique, sólo les interesaba a estos
dos, pues, eran los legítimos contradictores.
Costas a cargo de los impugnantes, las que serán liquidadas por la Secretaría, e
incluirá en estas la suma de seis millones de pesos ($6’000.000) por concepto de agencias en
derecho.
Notifíquese y devuélvase
Sentencia T-381/13
Referencia: expediente T-3811565
Magistrado Ponente:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
Bogotá DC, veintiocho (28) de junio de dos mil trece (2013)
La Sala Tercera de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los
Magistrados Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, Jorge Iván Palacio Palacio y
Luis Guillermo Guerrero Pérez, quien la preside, en ejercicio de sus
competencias constitucionales y legales, específicamente las previstas en los
artículos 86 y 241.9 de la Constitución Política y 33 y siguientes del Decreto
2591 de 1991, ha proferido la siguiente:
SENTENCIA
En el proceso de revisión del fallo de tutela proferido por la Sala de Decisión
Civil-Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Manizales, en el
trámite de la acción de amparo constitucional instaurada por Yhon Eduar
Sánchez Henao en contra del Juzgado 7° Adjunto de Familia de Manizales.
I. ANTECEDENTES
1.1. Hechos
1.1.1. El accionante señala que sostuvo una relación sentimental con la
señora Lida Mariana Ramírez Peña. Con ocasión de la misma, el 4 de
diciembre de 1995, nació el menor Juan Diego Sánchez Ramírez, quien fue
registrado como hijo de la pareja el día 21 de diciembre del año en cita.
1.1.2. El actor afirma que luego de que terminara la relación sentimental, él
continuó respondiendo por el menor hasta el 14 de enero de 2011, fecha en la
que decidió iniciar un proceso de impugnación de la paternidad. La demanda
fue repartida al Juzgado 7° Adjunto de Familia de Manizales.
1.1.3. En el curso del proceso, el accionante aportó como prueba un informe
de febrero de 2004, con el resultado del análisis de ADN realizado al menor
por parte del Laboratorio de Genética del Instituto de Biología de la Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia. De acuerdo
con el citado informe, el señor Sánchez Henao no es el padre biológico del
menor.
1.1.4. Con posterioridad, se ordenó la práctica de una segunda prueba de
ADN, a cargo del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
Seccional Caldas. El 1° de junio de 2011, se confirmó lo establecido en la
primera prueba y se procedió a vincular el resultado al proceso cuyo trámite
final se llevó acabo el 27 de septiembre de 2011.
Por lo demás, la citada señora indicó que transcurrieron seis meses entre el
momento de expedición de la sentencia ordinaria y la interposición de la
acción de tutela, en contra de los mandatos del principio de inmediatez.
Finalmente, afirmó que en días recientes el señor Sánchez Henao se ha
reunido y comunicado en términos amigables con el menor Juan Diego,
ejerciendo su rol como padre.
2.2. Con el fin de resolver estos problemas jurídicos, inicialmente, la Sala (i)
reiterará la jurisprudencia constitucional en relación con la procedencia de la
acción de tutela contra providencias judiciales; a continuación (ii) hará una
breve referencia al marco normativo de los procesos de impugnación de la
paternidad; luego recordará la (iii) importancia de la figura de la caducidad y
del respeto de los términos judiciales, en aras de preservar la seguridad
jurídica y; por último, (iv) hará un recuento de la jurisprudencia de la Corte
sobre los procesos de filiación. Con fundamento en lo anterior, esta Sala de
Revisión (v) procederá a decidir el caso concreto.
Ellos se dividen en dos grupos: (i) los requisitos generales, que están
relacionados con condiciones fácticas y de procedimiento, las cuales buscan
hacer compatible dicha procedencia con la eficacia de valores de estirpe
constitucional y legal, relacionados con la seguridad jurídica, los efectos de la
cosa juzgada, la independencia y autonomía del juez, al igual que la
distribución jerárquica de competencias en la rama jurisdiccional; y, (ii) los
requisitos específicos, que se refieren a la descripción de los defectos en que
puede incurrir una decisión judicial y que la hacen incompatible con la
Constitución.
-Que se hayan agotado todos los medios ordinarios y extraordinarios de
defensa judicial al alcance de la persona afectada, salvo que se trate de evitar
la consumación de un perjuicio irremediable de naturaleza iusfundamental[17],
caso en el cual se podrá conceder el amparo como mecanismo transitorio de
defensa judicial.
-Defecto fáctico, surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que
permita la aplicación del supuesto legal en que se sustenta la decisión.
Con este propósito, el artículo 248 del citado Código disponía que:
Por lo anterior, la Corte encuentra que dicho término procesal tiene como
finalidad proteger los derechos fundamentales al estado civil y a la
personalidad jurídica[35]. Esto significa que aun cuando se consagra una
barrera para el acceso a la administración de justicia, se trata de una
limitación que no sólo busca evitar la desidia o negligencia del interesado en el
ejercicio del derecho de acción, sino también impedir la desestabilización
permanente de las relaciones sociales y familiares que surgen del vínculo filial.
Para la Corte, es claro que el término de caducidad impide que un individuo
sobre el cual existe una duda sobre su paternidad, se vea obligado a convivir
largos períodos de incertidumbre sobre su estado civil o que el mismo pueda
ser controvertido en cualquier momento.
6.5. Conclusiones
7. Caso concreto
7.1. El señor Yhon Eduar Sánchez Henao instauró acción de tutela en contra
del Juzgado 7º Adjunto de Familia de Manizales, con ocasión de un proceso de
impugnación de la paternidad. En su escrito solicita que se decrete la nulidad
del fallo que declaró la caducidad de la acción y, en su lugar, se continúe con
el trámite del proceso y se analicen las pruebas presentadas. En criterio del
actor, y atendiendo a lo establecido en su escrito de tutela, el juez incurrió en
un defecto fáctico al no examinar las pruebas de ADN que se presentaron en el
proceso, una realizada en el mes de febrero de 2004 y otra practicada en
septiembre de 2011, en contravía del principio de primacía del derecho
sustancial sobre las formas.
7.2. Con fundamento en la controversia planteada y teniendo en cuenta las
consideraciones expuestas en esta providencia, la Sala adelantará el examen
de la procedibilidad de la acción de tutela contra providencias judiciales,
especialmente en lo referente al requisito de subsidiariedad, pues el
accionante no apeló la decisión, ni agotó el recurso extraordinario de casación;
y al requisito de inmediatez, ya que el actor interpuso la acción 6 meses
después de que se profirió el fallo de primera (y única) instancia en el trámite
que se surtió ante los jueces de familia. Para tal fin, en primer lugar, se
examinarán los requisitos generales de procedibilidad:
7.2.3. Inmediatez
7.2.3.1. Sobre este punto, la señora Lida Mariana Ramírez Peña (madre del
menor Sánchez Ramírez) indica que el amparo no está llamado a prosperar,
por cuanto la acción de tutela fue interpuesta 6 meses después de que fuera
proferida la sentencia de primera (y única) instancia en el proceso de
impugnación de la paternidad.
7.2.3.3. Frente al caso bajo estudio, encuentra la Sala que la presente acción,
cumple con el requisito de inmediatez, pues el término de 6 meses es
razonable para interponer la acción de tutela contra la providencia judicial que
declaró la caducidad de la acción. Adicionalmente, conforme a lo expuesto en
el acápite anterior, declarar la improcedencia de la acción por este requisito,
implicaría una carga desproporcionada frente a los derechos fundamentales
supuestamente comprometidos.
Si bien el actor sólo hizo mención de la posible existencia del citado defecto
fáctico, en realidad su queja se encuentra encaminada a que se contabilice la
caducidad desde el momento en que se realizó la segunda prueba de ADN,
esto es, el 27 de septiembre de 2011. De ahí que, a juicio de esta
Corporación, es claro que el actor también considera que en dicha providencia
se incurrió en un defecto sustantivo [58], pues el operador judicial dio aplicación
errónea a las reglas previstas en el ordenamiento jurídico, sobre la forma de
contabilizar el término de caducidad de la acción de impugnación.
La acción de tutela no puede ser vista como una herramienta para desconocer
las reglas de caducidad previstas en el ordenamiento jurídico, las cuales
constituyen un límite temporal de orden público previsto por el legislador para
acudir a la administración de justicia, especialmente cuando se acude al
amparo constitucional con el fin de cuestionar o desestabilizar los vínculos
familiares que se han construido con el paso de los años. Por esta razón, en el
caso concreto, si bien existe una prueba de que el actor no es el progenitor del
menor Juan Diego, la inactividad de éste durante ocho (8) años, implica que
aceptó su rol como padre del citado menor.
Por otra parte, en cuanto a la posible configuración del defecto fáctico, es claro
que el juez no estaba habilitado para analizar el fondo del asunto, ya que se
acreditó la caducidad de la acción, siendo procedente el rechazo de plano de la
misma[60]. Así las cosas, la falta de análisis de las pruebas de ADN no puede
ser entendido como un error por parte del operador judicial, frente a un
trámite procesal que desde el inicio estaba llamado a ser rechazado.
IV. DECISIÓN
RESUELVE
Magistrado
Magistrado
MARTHA VICTORIA SÁCHICA DE MONCALEANO
Secretaría General