Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
OBJETIVOS:
1. Aprender a discernir los estados de consolación y desolación, y cómo
aprovecharlos para crecimiento propio y del prójimo.
2. Aprovecharlos para la oración y para conocer la voluntad divina.
LUGAR: Sala.
MATERIALES:
Manual: “Consolación-Desolación”.
Pueden tener mesa para apoyar los papeles.
Adelante, tres asientos.
Pizarrón, tizas, borrador; o notebook, proyector y ppt.
CANTOS: Ven Espíritu Santo – Espíritu Santo, usa mi ser – Espíritu Santo,
ven aquí – Que no se apague el fuego- Yo tengo gozo, gozo – Estoy
alegre – El fruto del Espíritu – Jesucristo está pasando por aquí -
Ardiendo en fuego - Fuego, la Iglesia pide fuego – Conviene que Cristo
crezca - Espero, Señor, espero – Yo soy testigo del poder de Dios –
Puedo confiar en el Señor – Entre tus manos - Ya no tengo fuerzas -
Aunque marche por la oscuridad – Cansado del camino.
1. INTRODUCCIÓN
1
Si se usa ppt, los panelistas se colocan a un costado de la pantalla.
G: En lo que llevamos de esta Convivencia, todos han de haber experimentado
algunas consolaciones espirituales, pero quizá también algunas desolaciones,
como José y María cuando perdieron o encontraron a Jesús. Este es un buen
momento para profundizar en esas experiencias. Preparémonos cantando.
CANTO: Ven Espíritu Santo – Espíritu Santo, usa mi ser – Espíritu Santo,
ven aquí – Que no se apague el fuego.
G: Ahora vamos a conocerlas más a fondo. Una y otra pueden darse en tres
planos, como está indicado en la hoja: en el sentimiento, en el entendimiento
y en la voluntad. Esto es una distinción pedagógica, porque somos una
unidad, pero conviene que aprendamos a distinguir lo que el Señor nos da,
para que lo secundemos mejor.
2. EN EL SENTIMIENTO
G: Primero vamos al plano del sentimiento, que es el más fácil de experimentar.
Pero comencemos cantando.
3. EN EL ENTENDIMIENTO
G: ¡Amén! ¡Gracias, Señor! ¿Y cómo se manifiesta “Doña” Consolación en el
entendimiento?
4. EN LA VOLUNTAD
G: Y ahora, ¿cómo se manifiestan una y otra en el plano de la voluntad?
G: Ya ven que los términos estudiados son muy parecidos y otros autores los
entienden quizá de otro modo. En todas las CcD procuraremos usar el mismo
vocabulario, para que podamos entendernos con claridad.
(ORACIONES)
C1: Gracias, Señor, porque nos has hecho comprender mejor algunas de
nuestras experiencias espirituales y nos estás despertando el deseo de
examinarlas después de cada oración, para ir creciendo en discernimiento de
espíritus.
C2: Espíritu de Amor y de vida: te damos gracias por las consolaciones y
también por las desolaciones. En el tiempo de consolación es más fácil
construir el edificio hacia lo alto: ejercitar la oración, el apostolado, la
generosidad. Pero el tiempo de desolación es muy bueno para ahondar en
los cimientos del edificio: la humildad, el arrepentimiento, la aceptación de
los planes divinos, el esfuerzo de la voluntad, la constancia, la paciencia
heroica, la unión con Cristo crucificado. ¡Que no desperdiciemos las
desolaciones!
5. CAUSAS DE LA DESOLACIÓN
G: Cuando hemos tenido una desolación, es importante averiguar sus causas,
para poder actuar como corresponde frente a ella y para crecer en nuestra
experiencia para más adelante. Además, uno adquiere capacidad para
aconsejar a otros: “No hay mejor cirujano que el bien acuchillado”. Así se
desarrolla tal “olfato” que a veces podemos decir: “tu desolación viene de esto
y por esto”. El carisma de discernimiento de espíritus no es una simple
experiencia propia sino una gracia, pero se desarrolla con el ejercicio. Vamos
a seguir viendo la hoja en el párrafo “¿Qué causa habrá tenido?”
Cada uno vaya leyendo una en voz alta: ¿Cuál es la primera?
S2:
Indisposición física
No es la desolación en sí misma pero puede ponerme al borde de ella.
Entonces el diablo suele aprovecharse para darme un empujoncito hacia la
desolación y el desaliento. Hagan memoria: cuando estuvieron engripados,
¿tenían ánimo para rezar, leer la Palabra, hacer sus apuntes espirituales?
Pero, ¡ojo!: la enfermedad es una ocasión para la generosidad y la entrega a
Dios. Entonces vivo la bienaventuranza de estar clavado en la cruz con Cristo.
Heridas interiores
Ciertas desgracias pueden dejar un resentimiento. Por ejemplo, “Dios es malo
porque se llevó a mi abuelita”. Con frecuencia no lo recordamos, pero aflora
desolación: por ejemplo, amargura o repliegue sobre sí mismo. Para este
problema el remedio oportuno es la oración de sanación interior. En algunos
casos podrá ser necesaria la ayuda de un profesional. (Eclo 38,9-13).
Purificación mística
En el camino de la vida espiritual hay noches oscuras, purificaciones místicas,
en las que no se puede encontrar una causa física ni moral. Suponen
crecimiento espiritual y preparan para nuevos avances. Suelen durar bastante
tiempo. Durante ellas el alma sigue siendo fiel a Dios y no encuentra algo
concreto que esté interceptando la gracia. Muchos se imaginan que toda
desolación proviene del diablo, pero no es verdad.
CANTO: Espero, Señor, espero – Yo soy testigo del poder de Dios – Puedo
confiar en el Señor – Entre tus manos.
G: Así como el que actúa mal desperdicia la desolación, hay muchos que
desperdician la consolación y no obtienen todo el fruto que la consolación
podría dar. Vamos a preguntarle a X cómo tratar a la consolación. Vean:
“¿Cómo actuaste en la consolación?”
¿La pediste y la recibiste con intención pura?
S1: Es bueno pedir la consolación. Algunos, por falso ascetismo o por machismo,
no se atreven a pedirla. Pero tengo que pedirla con intención pura: poder
amar más a Dios y al prójimo. Lo importante es que crezca Jesús y disminuya
yo.
¿La agradeciste y te humillaste, reconociendo que es un don gratuito?
S1: Todos los santos, al experimentar los favores de Dios, se anonadaban. María
cuando exulta de gozo dice: “Dios miró con bondad la pequeñez de su
servidora”.
¿La moderaste si fue excesiva?
S1: Puede ser excesiva, no la gracia misma sino las manifestaciones que
resulten molestas a otros; o las reacciones psíquicas que produzca en mí
mismo, quitándome armonía interior; o los efectos en mi vida, si me deja
como soñando cuando es el momento de trabajar o me quita el interés por
el trato con los demás. Lo excesivo nunca es bueno.
¿La aprovechaste para entregarte más a Mí?
S1: Esa es la finalidad de los consuelos.
¿Orientaste tu consolación al bien espiritual de otros?
S1: Existe el peligro de guardársela para uno mismo, con espiritualidad
individualista (2Co 1,4).
¿Procuraste tomar fuerza para la próxima desolación?
S1: Es el momento de revisar la muralla y recomponer las tropas, para el
próximo asalto del enemigo. Es el momento de decir: “Señor, estoy dispuesto
a ir contigo a la cárcel y a la muerte”, recordando también: “Satanás ha pedido
poder para zarandearlos como el trigo, pero yo he rogado por ti para que no te
falte la fe” (Lc 22,31-32).
¿Descubriste qué cosas te han ayudado a recibir esta consolación?
S1: Haber guardado mejor el silencio, haber perdonado a Fulano, la compañía
de tal persona, el haberte alejado de tal otra, la hora adecuada, la postura, el
lugar, etc. Aunque la consolación es una gracia que Dios puede dar cuando
quiera, esas circunstancias ayudan a recibirla mejor. Examinar cada caso va
aumentando mi experiencia para buscar más eficazmente la verdadera
devoción.