MINISTERIO DEL PODER PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA ESCUELA DE LA MAGISTRATURA ESPECIALIZACION DE GESTION JUDICIAL
PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS PARA
SER ADJUDICATARIO DE UNA FINCA
Autores: José González 15.438.867
Licney Vivas 12.961.488 Yajaira Ramírez 11.975.762 John Godoy 22.642.482 José Andronico
Febrero de2019 INTRODUCCION
Desde el punto de vista doctrinario, la propiedad agraria puede ser definida
como el más amplio, autónomo y soberano poder que tiene el hombre sobre la superficie apta para el cultivo, en función de la producción, de la estabilidad y del desarrollo al servicio armónico de los sujetos titulares y la sociedad. La propiedad agraria que proyecta el Derecho Agrario Moderno, se nos presenta conforme a las exigencias de nuestros tiempos como un poder dinámico, positivo y participativo. Esto es, funcional, que atribuye facultades, deberes y limitaciones a sus titulares y de aquí su necesidad, por lo que debe cumplir una función social; la propiedad agraria es un derecho que nace con el hombre y con la sociedad, instrumento necesario para la subsistencia, desenvolvimiento y desarrollo de los mismos. Como concepto general y en sus distintas formas de manifestarse, tampoco es diferente de la propiedad del derecho común, mueble, inmueble, aunque en ocasiones suele tener limitaciones en cuanto a su ejercicio, uso y disposición y a los medios de prueba. Para el logro de las finalidades, de rango constitucional, se establece la afectación del uso de todas las tierras, sean públicas o privadas, con vocación para el desarrollo agroalimentario. Esta afectación no constituye ningún tipo de gravamen, La moderna tendencia somete el derecho de propiedad a un interés social. En cumplimiento del mandato constitucional contenido en el artículo 307 de nuestra Carta Magna, el Decreto Ley establece el impuesto que grava la infraproductividad de las tierras con vocación agraria. Como medio de regularización de la posesión de las tierras y con la finalidad de estimular su productividad, se prevé un procedimiento de rescate de las tierras del Estado que se encuentren en manos de terceros. Dichas tierras podrán ser, no obstante, objeto de adjudicación a los particulares que demuestren aptitud para su desarrollo y cultivo. La adjudicación es un procedimiento administrativo previsto en la ley de tierras y desarrollo agrario (LDTDA) mediante el cual el Estado a través del Instituto Nacional de Tierras (INTI) otorga o transfiere el derecho de propiedad agraria sobre sus tierras a los sujetos beneficiarios de la ley, los cuales se agrupan, El contenido del derecho de propiedad, con sus atributos de uso, goce y disposición, se encuentra sujeto al efectivo cumplimiento de la función social específica que el ordenamiento jurídico le atribuya. En el caso de las tierras con vocación agraria, su uso, goce y disposición están sujetos al efectivo cumplimiento de su función social, que viene a ser la productividad agraria. La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico indeterminado que funge como patrón de medición de la adecuación que exista entre la tierra objeto de propiedad y su función social. Se establecen, al efecto, tres niveles básicos de productividad: finca ociosa o inculta, finca mejorable y finca productiva. Las tierras calificables como fincas ociosas o incultas son aquellas que no cumplen con los requisitos mínimos de producción; en tal sentido, pueden ser objeto de intervención o expropiación agraria, y serán gravadas con un tributo; este gravamen y las eventuales intervención o expropiación sobre la tierra ociosa, más que un castigo a la improductividad, procuran ser un medio a través del cual las misma s sean puestas en producción. La finca mejorable es aquella que, sin ser productiva, puede ser puesta en producción en un lapso de tiempo razonable; en estos casos, se busca que el propietario de la misma sea quien lleve a cabo el plan de adaptación de las tierras a los niveles de productividad. La finca productiva es aquella que está dentro de los parámetros de productividad establecidos por el Ejecutivo Nacional. Las tierras propiedad del Estado o, previa expropiación, las tierras propiedad de particulares que se encuentren improductivas, podrán ser otorgadas en adjudicación a aquellos sujetos dedicados a la actividad agraria rural que demuestren aptitud para transformarlas en fundos productivos. La adjudicación de estas tierras otorgará a los beneficiarios el derecho de trabajar las mismas y percibir sus frutos. Igualmente, el derecho otorgado mediante la adjudicación es transmisible a los sucesores del adjudicatario. Se trata, en este caso, de un derecho de propiedad sui generis, no encuadrable dentro de las clásicas categorías jurídicas del Derecho Civil. Así, mientras el adjudicatario no goza del atributo de disposición de la tierra, no pudiendo enajenarla, tampoco puede el estado, mientras la misma sea productiva, revocar la adjudicación. Cabe destacar que la adjudicación es un trámite meramente administrativo especial a través del Instituto Nacional de Tierras, el estado a través del INTI otorga al campesino o campesina el derecho de propiedad agraria sobre unas tierras para que puedan trabajarlas. Desde el punto de vista doctrinario, la propiedad agraria puede ser definida como el más amplio, autónomo y soberano poder que tiene el hombre sobre la superficie apta para el cultivo, en función de la producción, de la estabilidad y del desarrollo al servicio armónico de los sujetos titulares y la sociedad. La propiedad agraria que proyecta el Derecho Agrario Moderno, se nos presenta conforme a las exigencias de nuestros tiempos como un poder dinámico, positivo y participativo. Esto es, funcional, que atribuye facultades, deberes y limitaciones a sus titulares y de aquí su necesidad, por lo que debe cumplir una función social; la propiedad agraria es un derecho que nace con el hombre y con la sociedad, instrumento necesario para la subsistencia, desenvolvimiento y desarrollo de los mismos. Como concepto general y en sus distintas formas de manifestarse, tampoco es diferente de la propiedad del derecho común, mueble, inmueble, aunque en ocasiones suele tener limitaciones en cuanto a su ejercicio, uso y disposición y a los medios de prueba. El Decreto Ley de Tierras y Desarrollo Agrario viene a prestar ese nuevo marco legal, en el cual se busca profundizar y dar operatividad concreta a los valores constitucionales de desarrollo social a través del sector agrario. Para ello se procura una justa distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y participativa en cuanto a la tenencia de tierras y desarrollo de toda la actividad agraria. En este sentido, y en consonancia con lo establecido por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 307, se pretende implantar los medios necesarios para la eliminación íntegra del régimen latifundista, como sistema contrario a la justicia, al interés general y a la paz social en el campo. Otra de las finalidades del nuevo marco legal es el aseguramiento de la biodiversidad, la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario, y la seguridad agroalimentaria y de la presente y futuras generaciones. Especialmente importante resulta lo relativo a la seguridad agroalimentaria, también consagrada como valor constitucional en el aludido artículo 307 de nuestra Ley Fundamental; se busca, por tanto, el desarrollo de una producción agraria con fines no meramente económicos, sino primordialmente, como el medio fundamental de atender de manera efectiva y eficiente la demanda alimentaria de la población del país. Otra de las novedades que introduce el nuevo régimen legal, es la creación de tres institutos autónomos separados, en sustitución del Instituto Agrario Nacional: el Instituto Nacional de Tierras, la Corporación Venezolana Agraria y el Instituto Nacional de Desarrollo Rural. Se pretende así dividir las distintas actividades de acuerdo a un principio de especialidad. Así, el Instituto Nacional de Tierras estará a cargo de la regularización de las tierras con vocación agraria, llevando a cabo los procedimientos de declaratoria de finca ociosa y de certificación de finca mejorable o productiva; igualmente, será competente para tramitar los procedimientos de expropiación agraria y de rescate, y para intervenir preventivamente las tierras que se encuentren improductivas. La Corporación Venezolana Agraria tendrá por objeto desarrollar, coordinar y supervisar las actividades empresariales del Estado para el desarrollo del sector agrario. A tales fines, podrá crear las empresas y demás entes de carácter privado que sean necesarios para el eficaz cumplimiento de su objeto. Todos los preceptos establecidos en la Constitución y Ley Agraria parten de principios legales partiendo de lo que es la propiedad la cual en el artículo 115 de la constitución garantiza el derecho a la propiedad, diferente de lo que es la propiedad agraria.
Principio de la Función social de la propiedad agraria: “El principio de
función social es' aquel según el cual la propiedad de la tierra, la ocupación o posesión de la misma y en general, toda situación de legítima tenencia, deben cumplir un papel activo en la producción agraria con arreglo a las exigencias formales y materiales establecidas al efecto según los casos”. Tal principio se fundamenta en el Art. 99 de la Constitución Nacional que establece: "Se garantiza el derecho de propiedad. En, virtud de su función social la propiedad estará sometida a 'las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general”.
Principio de Permanencia agraria: “Derecho de permanencia agraria es el
poder jurídico atribuido por la Ley a los ocupantes de. "Fundos o predios rústicos" que realicen una actividad agro productiva y/o conservacionista útil, en virtud de un contrato de arrendamiento u otro de tenencia, o de una ocupación unilateral por más de un año, para garantizarles la estabilidad tenencia, haciéndola inmune a las acciones de desalojo o desahucio intentadas por el propietario de la tierra y, en general, por cualquier persona pública o privada”. Principio de producción económica: De acuerdo con los conceptos que conforman la concepción agrarista, este derecho está destinado fundamentalmente a la producción, a lograr que la misma sea eficiente y capaz para satisfacer las necesidades nacionales, de la familia del sujeto productor y de él mismo. En tal sentido, el artículo 306 constitucional recoge este principio. Principio del fomento de la actividad conservacionista: La Constitución Nacional y la Ley de Tierra y Desarrollo Agrario contienen un articulado profuso entorno a la materia conservacionista. Es para ambos cuerpos legales un asunto de primera importancia. A tal efecto la Constitución en sus artículos 107 y 127 y la ley en sus artículos 1 y 22.
Propiedad civil: El derecho de propiedad forma parte de los derechos reales.
Es uno de los derechos que el hombre tiene o alcanza sobre las cosas. Las cosas objeto de este derecho pueden ser corporales o incorporales. Vamos a referirnos exclusivamente a la propiedad sobre cosas corporales, a la propiedad corporal. Estrechamente vinculado al vocablo propiedad, se encuentra la palabra “dominio”. La mayoría de la doctrina utiliza los términos propiedad y dominio como sinónimo. Nuestro Código Civil (CC), define la propiedad como “el derecho de usar, gozar, y disponer de una cosa de manera exclusiva con las restricciones y obligaciones establecidas por la Ley” (artículo 545 CC). Precisamente en el concepto de función social, descansa el fundamento de las limitaciones legales al derecho de propiedad, pues serán éstas limitaciones, en definitiva, las llamadas a armonizar dicho derecho con los requerimientos del interés general, evitando que éste se convierta en una traba para la satisfacción de los intereses del grupo social.
Propiedad Agraria: La orientación que el Derecho Agrario da al problema de
la tierra, de instaurar formas más justas de goce o explotación, lleva a establecer como fin de aquel derecho, “facilitar el arraigo de los cultivadores a la tierra y su acceso a la propiedad de la misma”. Estos fines permiten postular, dentro del Derecho Agrario, un sistema de propiedad posesiva, sin intermediación, donde la posesión deja de ser un simple hecho y pasa ser el elemento esencial de la conservación de la propiedad. La propiedad agraria, en consecuencia, es reformulada conceptualmente, vinculándola estrechamente a la posesión y aunque sigue teniendo existencia y esencia propia, no puede sin embargo definirse sin la posesión o prescindiendo de ésta. Si bien los elementos integrantes de la propiedad, subjetivos (sujetos activos) y objetivos (cosas corporales e incorporales), continúan siendo los mismos, no obstante su contenido, en virtud de la jerarquía alcanzada por la posesión, si sufren una verdadera transformación. En efecto, ya el propietario no puede decidir si usa o no usa de la tierra, porque en ello va envuelta la existencia misma de su derecho de dominio. La propiedad como derecho de usar, gozar y disponer libre y exclusivamente de una cosa, aun con las limitaciones o restricciones establecidas por causa de utilidad pública, sin su efectivo ejercicio mediante actos materiales de posesión, es insostenible para el Derecho Agrario. Por ello, la propiedad que postula el Derecho Agrario, supone un nuevo concepto donde la posesión es un elemento integrante, el cual además se constituye en el elemento conservador de la propiedad misma. Más que facultad, el propietario tiene ahora el deber de usar de la cosa y si no cumple con tal deber, pierde su dominio. Por ello, la propiedad agraria ha dejado de ser perpetua para convertirse en temporal y condicionada.
Preceptos Legales Para Adjudicación De Tierras Ante El INTI
Articulo 305 C.R.B.V
Artículo 13.14.17.20 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario
Beneficios a los Adjudicados:
1. Derecho a una parcela para la producción agraria 2. Derecho a ser usufructuarios de la parcela con fines productivos 3. Acceso a germoplasmas para establecer plantaciones 4. Seguro de producción contra catástrofes naturales 5. Condiciones para el desarrollo humano integral
El procedimiento de adjudicación sigue los siguientes pasos:
Solicitud del interesado ante el INTI acompañada de:
Manifestación de voluntad del interesado para trabajar la tierra. Identificación completa del solicitante Ocupación y número de personas que constituya el grupo familiar Declaración jurada de no poseer otra parcela En caso de ser poseedor de una parcela insuficiente, expresar condiciones y características de la misma.
El INTI recibe la solicitud y sus recaudos, instruye un expediente y decide en 30
días hábiles la procedencia o no de la solicitud (art. 60 y 61). El expediente contendrá: Datos del solicitante Identificación y delimitación del terreno cuya adjudicación se solicita Estudio socioeconómico del solicitante Documentación que evidencie condición de sujeto preferencial a que aluden los artículos 14 y 17 #7 de la LTDA.
El acto que otorgue la adjudicación deberá, además, indicar el plan de
desarrollo productivo a ser desarrollado en la parcela por el adjudicatario, de acuerdo a los planes establecidos por el Ejecutivo Nacional (art. 62). Para pensar: ¿cuáles son los planes del Ejecutivo Nacional en materia de agraria y de seguridad agroalimentaria? ¿Dónde puede el productor encontrarlos? ¿Existen esos planes a nivel de municipio agrícola, a nivel de finca? Características de la propiedad agraria (la llamada propiedad sui géneris) en la ley de tierras y desarrollo agrario:
Limitada solo al uso y disfrute, no a la disposición
El uso y disfrute es con fines agroalimentarios Expresamente se prohíbe la enajenación (art. 12) Prohibición expresa de constituir hipoteca (art. 11) Solo se permite un solo tipo de gravamen: el de prenda sobre la cosecha. No sobre la tierra en si (art. 11) Está excluida toda negociación a terceros no autorizada por el INTI. El sujeto beneficiado por la transferencia deberá comprometerse a trabajar la parcela por lo menos durante tres años, al cabo de los cuales podrá ser favorecido con el título de adjudicación (art. 65). La adjudicación transfiere la posesión legítima de las tierras productivas, transferibles, a su vez, por herencia. Los derechos emanados del título de adjudicación no podrán ser enajenados (art. 66) La adjudicación otorgada es revocable por el INTI, cuando adjudicatario no haya cumplido el compromiso de trabajar la tierra (art.67).
Se debe tener en cuenta las diferencias entre adjudicación, expropiación, y
rescate, el estado a través del INTI tiene la potestad de revocar la adjudicación otorgada, por tal razón se debe evaluar la relación que existe entre el tipo de derecho de propiedad otorgado mediante esta ley, y la productividad de la tierra, inversión agrícola y acceso al financiamiento rural. La adjudicación otorga meramente un derecho de propiedad agraria que en verdad es un título de ocupación de las tierras productivas ocupadas con derecho de usufructo y que el estado legitima por la vía administrativa, por tanto el INTI sigue siendo el propietario de las tierras.