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Santiago de Chile.

Metropolización, globalización, desigualdad


Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester

 
Santiago de Chile. Metropolización,
globalización, desigualdad1
Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester2

Abstract

The paper describes how poverty and exclusion within Santiago has been
overlooked, in part, because of the city’s strong economic performance and
impressive aggregate social indicators. It highlights how segregated the city has
become -for instance the political fragmentation and the difference between the 34
municipalities that conform Santiago in terms of their per capita income, quality of
education, extent of new building investment, and municipal authority levels of
income and expenditure. It also describes the loss of social and physical space for
public interaction and the rising perception of insecurity. It suggests that such
problems are in part linked to the lack of democratic structures within Santiago
since it lacks a democratic metropolitan government. Power, resources and
decisions remain within national ministries.

Key Words: Social exclusion; segregation; urban poverty; political fragmentation.

Resumen

El siguiente artículo describe cómo la pobreza y la exclusión dentro de Santiago ha


sido pasada por alto en parte debido al fuerte desempeño económico y al positivo
conjunto de indicadores sociales que la ciudad exhibe. Enfatiza cuán segregada
se ha vuelto la ciudad, subrayando la fragmentación política y las grandes
diferencias entre las 34 municipalidades que conforman el Gran Santiago en lo
que se refiere a ingreso per cápita, calidad de la educación, cobertura de la inversión
en edificación y los niveles de ingreso y gasto de las autoridades municipales.
También describe la pérdida de espacio social y físico para la interacción pública
y el crecimiento de una percepción de inseguridad. Sugiere que tales problemas
en parte se relacionan con una falta de estructuras democráticas en Santiago ya
que la ciudad carece de un gobierno metropolitano representativo y además el
poder, los recursos y la toma de decisiones permanecen en un plano nacional.

Palabras Clave: Exclusión social; segregación; pobreza urbana; fragmentación


política.

1
Este artículo se basa en: "Santiago Report: Governance and Urban Poverty", University of Birmingham, UK,
realizado por Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester; en "Los rostros de Santiago", Tiempo 2000, Santiago, de Eduardo
Dockendorff y Alfredo Rodríguez; y en "Santiago de Chile: Metropolization, Globalization and Inequity", Environment &
Urbanization (London), vol. 11, Nº 2 (April 2000).
2
Investigadores de SUR, Corporación de Estudios Sociales y Educación. E-mail: arsur@terra.cl

Revista eure (Vol. XXVII, Nº 80), pp. 121-139, Santiago de Chile, mayo 2001
[121]

 
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1. Introducción que queremos destacar en este artículo es
que la ciudad muestra una diversidad de
rostros con distinto signo. Algunos mues-
Santiago es una paradoja; el país es,
tran inequívocamente los éxitos económi-
tal vez, una paradoja. Considerando
cos; otros parecieran empinarse, pero sin
sus cifras macroeconómicas, en oca-
lograrlo; otros se han quedado definitiva-
siones se presenta a Chile como la histo-
mente al margen de tales logros.
ria de éxito de América Latina: así lo con-
firman su crecimiento económico y sus
indicadores sociales. Sin embargo, lo que • Santiago es una ciudad con una gran
puede ser una realidad de acuerdo a esas segregación socioeconómica. La ubi-
cifras globales, quizás no lo sea tanto en cación de los grupos de ingresos si-
aquello que llamamos "la vida cotidiana". milares en el área urbana está clara-
mente diferenciada. Los grupos de más
El país ha tenido un crecimiento econó- altos ingresos se encuentran en sólo
mico estable durante la última década, a 6 de las 34 comunas. Por su parte,
3
una tasa aproximada de 7.6 anual. Santia- los grupos de menores ingresos apa-
go, como el país, visto desde las grandes recen en sólo 20 comunas. La cali-
cifras, no parece presentar problemas. Más dad de la infraestructura básica y de
bien lo opuesto: las cosas van muy bien los servicios públicos es muy diferen-
-aceptando, por supuesto, los vaivenes nor- te entre distintos barrios o sectores
males en una economía en desarrollo, cada de la ciudad. Si bien la cobertura es
vez más inserta en los mercados interna- casi total, la calidad es desigual.
cionales y dependiente de ellos-.
• Santiago es una ciudad en donde sus
habitantes viven con temor e inquie-
La ciudad de Santiago tiene una econo- tud. A pesar de que Santiago es una
mía diversificada con una predominancia de de las ciudades más seguras de
los servicios financieros; concentra el 48% América Latina, prevalece un senti-
del PIB; su tasa de crecimiento promedio miento de inseguridad relacionado con
anual durante la década ha sido de 8,5%, la violencia delictiva, que se extiende
4
superior al promedio nacional (7,6%). En al sistema institucional político y eco-
los últimos años, las cifras de desempleo nómico.
5
han descendido y las tasas de indigencia
y pobreza son las menores del país. La • Santiago no es una ciudad en térmi-
indigencia se ha reducido de 9,6% en 1990 nos políticos o administrativos. El Gran
a 3,5% en 1998; la pobreza, de 33% a Santiago se extiende a través de tres
15,4%. Si bien los efectos de la crisis provincias, está formado por 34 co-
asiática han modificado estas cifras, es munas, cada una de ellas con un
previsible que el país y la ciudad retomarán municipio autónomo, en los cuales, a
su camino exitoso. su vez, las instituciones del gobierno
central intervienen directamente. Las
La ciudad mirada desde más cerca tie- competencias y responsabilidades de
ne una cara mucho más compleja, menos las diferentes autoridades no están
exitosa, más difícil de percibir. El punto establecidas de manera clara.

3
Crecimiento período 1990-97, según Banco 5
La percepción de inseguridad y en parti-
Central
4
1999. cular la contaminación atmosférica -Santiago es
Datos Banco Central 1999.
una de las ciudades más contaminadas de América
Latina- son fenómenos no excluyentes por natu-
raleza.

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Este Santiago -el segregado, temeroso table y económicamente más eficiente. En
y fragmentado- encarna una nueva y radi- el Gran Santiago de las últimas décadas,
cal paradoja: una ciudad (el lugar de los la marcada preeminencia de un mercado
ciudadanos) que está en vías o amenaza- desregulado en la asignación de recursos,
da de perderse como espacio público. Y en la localización de las inversiones para
cuando hablamos de espacio público urba- servicios básicos así como en infraestruc-
no, nos referimos a una doble dimensión: tura urbana, ha derivado en un desarrollo
el espacio público físico, y el espacio pú- muy desigual al interior de la ciudad.
blico como metáfora de una sociedad po-
lítica. No son realidades separadas. La La estrategia de inserción en un mundo
historia reciente de Chile llevó a que nues- global que ha seguido Chile, hace impres-
tra sociedad se replegara a la esfera priva- cindible contar con una metrópolis acorde
da y buscara refugio en las relaciones ‘cara con las exigencias de la competitividad del
a cara’: la familia, los amigos más cerca- país. Una metrópolis con severa segrega-
nos. El otro lado de esta moneda fue la ción social afecta tarde o temprano su
pérdida del espacio físico de la sociedad gobernabilidad y su seguridad. Una metró-
civil. A ello nos está llevando la inseguri- polis sin gobierno o administración y sin
dad, tanto ante la violencia delictiva como autoridad responsable de la ciudad, hace
ante la violencia económica y política de imposible por una parte un gobierno demo-
nuestro sistema. crático con control ciudadano; por otra parte
hace imposible el manejo eficiente de de-
Estas situaciones, que se han genera- sechos, el creciente tránsito y los cada
lizado en la sociedad chilena, han alcanza- vez más frecuentes conflictos por uso de
do mayor gravedad en los sectores pobres. suelo, con lo cual la calidad de vida se
Para citar un caso, la erradicación masiva deteriora.
y forzada -en los años 80, durante la dic-
tadura militar- de cerca de 180 mil habi- El crecimiento concentrado del país no
tantes de asentamientos precarios (cam- es culpa de la ciudad capital. Es fruto de
pamentos) en el Gran Santiago: fueron lite- un desarrollo global que distribuye mal los
ralmente sacados de sus comunas de recursos entre personas, ciudades y regio-
residencia y reubicados en la periferia de nes. La estrategia de desarrollar las regio-
la ciudad, en lugares determinados por las nes a costa de Santiago es un contrasen-
autoridades, especialmente en el lado sur tido. Debemos ocuparnos de Santiago y
(Centro de Estudios del Desarrollo, 1990). de las regiones, con acciones complemen-
Hasta el día de hoy, estas erradicaciones tarias en beneficio del país en su conjunto.
representan un problema de desarraigo y
pérdida no sólo de los espacios físicos
conocidos, sino del espacio social, y de la 2. Metropolización y
posibilidad de refugio en espacios globalización
percibidos como protectores y protegidos:
la casa, el centro deportivo, la junta de La población del país está concentrada en
vecinos. las áreas urbanas (85%), y más de los dos
tercios de la población urbana corresponde
La ciudad la hacen los ciudadanos (la a las aglomeraciones de Santiago,
"sociedad civil"), el Estado y el mercado. Valparaíso y Concepción. Esta concentra-
Un adecuado equilibrio entre estos agentes ción de población no es reciente, sino un
permite hacer de la ciudad un espacio proceso incremental que ha tenido lugar
políticamente más democrático, socialmen- durante este siglo. Ya a principios de la
te más justo, ambientalmente más susten- década de los 30, la población urbana

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sobrepasaba a la rural. Diversos autores da entre fines de los años 30 y mediados
han asociado el proceso de urbanización de los 70, que concentró la actividad in-
de la población del país con la industriali- dustrial, comercial y financiera en Santia-
zación sustitutiva de importaciones ocurri- go.

Cuadro 1. Ciudades de más de 100 mil habitantes en 1992. Población, orden según tamaño, tasa de crecimiento y
porcentajes respecto al total urbano y total nacional, 1952, 1960, 1970, 1982, y 1992

A fines de los años 80 y durante esta productos agrícolas, forestales y pesqueros.


década, tomaron impulso (alcanzaron Ello hizo suponer que podrían tomar nuevo
momentum) diversos cambios en el mode- rumbo las tendencias demográficas del país.
lo económico, con la apertura de la econo- Sin embargo, esto no ocurrió: al contrario,
mía al exterior y el auge exportador de las actividades económicas y el capital han

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seguido concentradas en Santiago, al igual primera, se produjo una dispersión de las
6
que la población, y ello a pesar del discur- actividades productivas y un fuerte retroce-
so desconcentrador de la dictadura militar, so en las actividades económicas de San-
o del discurso de la descentralización de tiago. En la segunda fase, durante la mitad
los gobiernos de la Concertación. de los años ochenta, una vez que el perío-
do reestructurador de mayor intensidad hubo
El anterior no ha sido un proceso ho- pasado, volvieron las tendencias de con-
mogéneo. Tomando en cuenta la reestruc- centración económica y demográfica en
turación económica llevada a cabo en el torno a la Región Metropolitana. Esta ten-
país en los últimos veinticinco años, De dencia se observa en el cuadro siguiente.
Mattos (1999) distingue dos fases. En la

Cuadro 2. Participación del Área Metropolitana en el Producto Geográfico Bruto y en el el Producto Industrial Bruto
(porcentajes)

Aunque la Región Metropolitana -y el período 1967-94, la participación del em-


Gran Santiago incluido en ella- ha recupe- pleo industrial descendió (30,8 a 21,8%) y
rado su participación histórica en el PGB, aumentó la del sector servicios (30,7 a
la estructura del empleo ha variado. En el 37,5%).

Cuadro 3. Estructura del empleo Región Metropolitana, 1967-95 (porcentajes)

Fuente: De Mattos (1999:3)

6
Lo que sí ha cambiado es la velocidad del
La diferencia de 14.5 corresponde a las migracio-
proceso de urbanización: entre 1952 y 1960,
nes del campo a la ciudad. Los resultados del
mientras la población urbana creció a una tasa de
39.8 por mil, la población del país lo hizo a 25.3. censo de 1992 muestran que el peso de las
migraciones ha bajado a 1.5.

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Estas diferencias se explican por la válido para el caso de Santiago -y, en grado
apertura de la economía chilena a los menor, para las aglomeraciones urbanas
mercados mundiales, donde la ciudad de de Valparaíso-Viña del Mar y Concepción-
Santiago tiene un rol de nodo secundario Talcahuano-, una ciudad segregada en
en la red global de grandes ciudades. términos socioeconómicos, con áreas ur-
Desde mediados de los años 80, Santiago, banas fragmentadas desde el punto de vis-
que tradicionalmente había concentrado los ta administrativo, con inequidades en la
servicios financieros nacionales, por la calidad de los servicios públicos, y cre-
apertura de los mercados financieros co- ciente inquietud, temor y percepción de
menzó a ser sede de bancos extranjeros, inseguridad en la población.
de servicios especializados para los pro-
ductores -informática, consultores- y, en
3. El rostro de la segregación
los años recientes, lugar de la inversión
externa (De Mattos 1999). Estas activida-
des, vinculadas a la economía global, tie- Santiago es una ciudad muy segregada en
nen sus propias expresiones arquitectóni- términos socioeconómicos. Si bien las
cas y localizaciones urbanas, y han así condiciones de vida de los pobres han
cambiado el paisaje de la ciudad. mejorado notoriamente desde 1990, la dis-
tribución espacial de la pobreza en la ciu-
dad no ha cambiado mucho en los últimos
De esta forma, si bien en Chile el sis-
años. En las áreas urbanas donde subsis-
tema de ciudades no se ha modificado
te la pobreza, encontramos bajos niveles
sustancialmente, los procesos de transfor-
educacionales, subempleo, baja autoes-
mación económica y concentración econó-
tima, débiles redes que abran acceso a
mica han dado origen a cambios importan-
oportunidades, una población estigmatiza-
tes al interior de las ciudades, en su con-
da socialmente por el crimen, la violencia
figuración espacial. Ello es especialmente
y la drogadicción.

Cuadro 4: Pobreza en la Región Metropolitana y en el país (porcentajes)

Fuente: Mideplan. Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN)

El área urbana de Santiago está clara- Un análisis de la pobreza e indigencia por


mente diferenciada según los niveles de municipalidad en la ciudad de Santiago
ingreso de las familias. Los grupos de muestra que en nueve comunas, es pobre
mayores ingresos se concentran en 6 de entre 0 y 10% de la población; en once
las 34 comunas de la ciudad. El resultado comunas, es pobre entre 10 y 20% de la
es un cuadro de importantes diferencias en población; en cinco comunas, es pobre
la calidad y volumen tanto de la infraes- entre 20 y 30% de la población. Los extre-
tructura y servicios, como de las viviendas. mos fluctúan entre 1,6% de pobreza en

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Ñuñoa, una comuna habitada casi en su 3.1. La persistencia de la pobreza
totalidad por sectores de ingresos medios, urbana "dura"
y 29,2% en La Pintana.
Para un sector de la población de Santia-
La pobreza no es solo un rasgo que go, ha sido imposible la superación de su
distingue a una comuna frente a las otras situación de pobreza. Muestra altos nive-
comunas de la ciudad; es también un fac- les de marginalidad y una tendencia a la
tor de diferenciación al interior de las co- perpetuación inter-generacional de la po-
munas. En efecto, aunque ciertamente breza. En estos grupos se da también un
pueden clasificarse algunas comunas de muy bajo nivel de escolaridad y escasa
Santiago como pobres, también es cierto capacitación laboral, a lo que se suma su
que al interior de estas comunas -al igual limitado acceso a redes que ofrezcan ac-
que en otras con mejores niveles de ingre- ceso a oportunidades.
sos- hay sectores que concentran extre-
ma pobreza. Es el caso de los Esta situación de pobreza crónica da
asentamientos urbanos precarios (campa- cuenta de la mayor parte de la pobreza
mentos) y de aquellos originados en ocu- actual en la ciudad, pero no es represen-
paciones ilegales de terrenos (tomas), cu- tativa de todas las situaciones de pobreza.
yos habitantes viven en las peores condi- Un fenómeno más reciente es el de las
ciones de vida imaginables. También hay personas que permanecen fuera del mer-
pobreza en áreas urbanas consolidadas con cado laboral durante largos períodos de
buena infraestructura y equipamiento, pero tiempo, como consecuencia de la reestruc-
con una población empobrecida, como es turación económica y la innovación tecno-
el caso del centro de Santiago. lógica. Esto puede deberse a una incapa-
cidad para ‘reciclarse’ en el mercado labo-
En términos generales, las zonas po- ral, pero también a los tipos de empleo
bres antiguas, ubicadas por lo general en que ofrece la economía, en especial en el
la periferia de la ciudad, han permanecido caso de las mujeres, los ancianos, los
pobres. Algunas de estas zonas han sido jóvenes o los trabajadores con bajo nivel
objeto de políticas de mejoramiento urba- escolar. En este sentido, es importante
no, con resultados visibles, y han aumen- señalar que una parte de las personas
tado las tasas de empleo. Otras se han pobres e indigentes están empleadas en el
deteriorado debido a la pérdida de organi- sector formal de la economía, lo que impli-
zación comunitaria, que les daba sentido ca que el tener un empleo, incluso en el
de identidad, capacidad de acción colecti- sector formal, no es garantía contra la
va y de control de fenómenos como la pobreza.
drogadicción, el crimen y el alcoholismo.
Aunque una gran proporción de los
Otro importante factor en la distribución desempleados y de los trabajadores infor-
espacial de la pobreza en Santiago ha sido males de Santiago son pobres, la mayoría
la erradicación forzada de ‘campamentos’ de los pobres trabaja en el sector formal.
durante la dictadura militar ya mencionada, Esto se relaciona con el hecho de que la
que significó rupturas en las comunidades, mayoría de las personas que viven en si-
complejos procesos de reestructuración y tuación de pobreza -en particular en áreas
una concentración espacial de la pobreza. urbanas- son trabajadores con escasas
calificaciones y bajos ingresos. Este es
uno de los rasgos más característicos tan-
to de la economía nacional como de la
economía urbana. También es signo de la

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heterogeneidad de la economía, patente en sos. El hecho es que el ingreso per cápita
la segmentación del mercado laboral. Lo del decil más rico es todavía cuarenta ve-
anterior se hace especialmente notorio al ces el del decil más pobre.
considerar el tamaño de los establecimien-
tos: cerca de las tres cuartas partes de 3.2. Desigualdades en el acceso a
quienes perciben menos de dos salarios servicios básicos
mínimos trabajan en empresas de menos
de diez trabajadores o son trabajadores por
cuenta propia. En general, Santiago tiene buena cobertu-
ra de infraestructura básica y servicios. Las
deficiencias aparecen en la calidad de los
Entre los grupos de extrema pobreza, servicios suministrados a los grupos de
la tasa de desempleo casi cuadriplica el bajos ingresos.
promedio nacional y es quince veces ma-
yor que la de los sectores más ricos. Esta
situación es particularmente marcada en- El hecho de que Santiago tenga buena
tre jóvenes de las comunas pobres, que cobertura de servicios públicos implica un
presentan niveles de desempleo varias ve- cambio desde la preocupación por el défi-
ces superiores al promedio nacional; y entre cit en ellos, a una que se centra en su
mujeres, en especial las jefas de hogar y calidad. El servicio de educación básica es
cuyo ingreso es el principal en la manuten- uno de los que mejor ilustra esta situación.
ción de la familia, situación que se da en A menudo se dice que la educación es la
22% de los hogares del país. En la Región vía para superar la pobreza. Todas las
Metropolitana, el porcentaje de hogares municipalidades del país administran un
cuyo jefe es una mujer, es mayor (24%). sistema educacional gratuito, utilizado por
Las comunas donde este fenómeno es los sectores de menores ingresos. Desgra-
especialmente pronunciado son Santiago ciadamente, debido a la falta de recursos,
(centro) (40,3%), Independencia (32,3%) la calidad de este servicio es muy baja.
Recoleta (30%), Ñuñoa (34,7%), Pedro Por consiguiente, en vez de reducir las
Aguirre Cerda (37,1%) y Lo Prado (32,3%). diferencias sociales, las mantiene y, a la
larga, las refuerza. El punto no es, enton-
ces, si existen los servicios, sino cuán
Aunque en la última década han dismi- buenos son.
nuido las cifras de pobreza e indigencia, sí
ha persistido la inequidad, que aumenta la
brecha entre los grupos sociales, genera Para continuar con el ejemplo de la
una percepción de empobrecimiento relati- educación: la educación básica es obliga-
vo y reduce la capacidad de superar la toria en Chile, y los padres tienen plena
pobreza. Según diversas encuestas de libertad para elegir dónde desean que es-
opinión, una mayoría de las personas po- tudien sus hijos, considerando que en el
bres manifiesta que el desarrollo económi- país existen tres subsistemas, según quién
co no la ha favorecido, y cerca de la mitad administre el establecimiento educacional:
indica que la pobreza se mantiene igual, a las escuelas municipales, las escuelas
pesar de aumentos en los ingresos y privadas subvencionadas, y las escuelas
mejoramientos en la infraestructura. Los privadas pagadas. En 1997, la cobertura
sectores pobres no se perciben como favo- de educación básica en la Región Metro-
recidos, a pesar de nuevas disposiciones politana era de 95,47% del total de los
institucionales (aumento del salario míni- niños en edad escolar.
mo, reforma tributaria, aumento del gasto
social), que han contribuido a superar la El nivel del servicio varía de acuerdo a
pobreza a través del aumento de los ingre- los grupos de ingresos que atienden y a
las áreas geográficas de la ciudad donde

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se encuentran los establecimientos. No es bargo, que los aportes de las municipalida-
igual el que ofrecen las escuelas municipa- des pobres solo pueden ser limitados.
les y el de las privadas subvencionadas.
En la década de los 80 disminuyó el La situación es mejor en las escuelas
financiamiento de las escuelas municipa- privadas subvencionadas. Aunque muchas
les, que atendían a niños provenientes de son administradas con criterios comercia-
hogares de bajos ingresos, debido a la les (para obtener ganancias), intentan
reducción de los aportes públicos. Ello mantener la imagen de ofrecer mejor infra-
significó un gran deterioro en la infraestruc- estructura y equipamiento que las escue-
tura y equipamiento, paralelo a una baja en las municipales, con el fin de atraer más
el salario del profesorado que debilitó pro- matrículas. No obstante, estos gastos im-
fundamente su motivación laboral, con las plican ahorros en servicios, como educa-
obvias repercusiones negativas en la cali- ción extra-curricular, psicólogos escolares,
dad de la educación. educación especial, etc.

Las áreas periféricas de la ciudad, que Decíamos que la calidad del servicio
concentran a la población de más bajos varía según el subsistema educacional de
ingresos, son las más afectadas por esta que se trate, dependiendo del sector
situación. A comienzos de esta década, la socioeconómico al que está dirigido. Esto
mayoría de las instituciones municipales se ve confirmado por los resultados del lla-
mostraban importantes grados de deterioro mado Sistema de Medición de la Calidad
en su infraestructura y equipamiento. Las de la Educación (SIMCE), una prueba apli-
condiciones materiales eran deplorables, cada desde 1988 a lo largo de todo el país
los servicios higiénicos estaban en muy a los cuartos años de educación básica en
malas condiciones, y era notoria la falta de los años pares, y a los octavos años de
equipamiento y mantenimiento en salas de educación básica en los años impares.
clase, comedores, patios, espacios para
educación física, etc.
Los resultados de la prueba SIMCE 1997
(8º Año Básico) muestran que los estable-
Es evidente que la caída en aportes cimientos municipales obtienen los resul-
públicos obligó a las municipalidades a tados más bajos.
transferir o aportar fondos de sus propios
presupuestos para dedicarlos a educación,
tanto para salarios como para gastos ad- El cuadro siguiente muestra los resulta-
ministrativos. Hay que considerar, sin em- dos promedio del país y de la Región
Metropolitana (incluidos los tres subsiste-
mas).

Cuadro 5: Promedios nacionales totales prueba SIMCE, Totales regionales y por tipo de establecimiento en la
Región Metropolitana 1997 (8º Básico)

Fuente: Ministerio de Educación.

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Los resultados SIMCE entre las diferen- 3.3. La concentración de la inversión


tes comunas de Santiago arrojan resulta- en infraestructura habitacional y
dos desiguales. Si bien entre 1990 y 1998 de servicios en la ciudad
los puntajes en general mejoraron en todos
los establecimientos, y los colegios muni-
cipales y los particulares subvencionados La concentración de la construcción es otro
muestran una mayor velocidad en esta indicador que refleja la desigualdad en el
mejoría que aquella de los particulares desarrollo reciente de Santiago.
pagados, persiste la brecha entre estos
últimos y los demás. La expresión territo- La ciudad de Santiago tiene actualmen-
rial de esta desigualdad es elocuente: los te 60 mil hectáreas y hace diez años tenía
mayores puntajes se concentran visible- 45 mil. En menos de diez años se exten-
mente en Las Condes, Providencia y dió 15 mil hectáreas. No ha sido un creci-
Vitacura. miento homogéneo. La distribución por
comunas de los permisos de construcción
aprobados en el período nos dan una bue-
na idea al respecto: en la ciudad de San-
tiago se aprobaron 39,5 millones de me-
tros cuadrados. Lo cual no es poco, ya
que según Pablo Trivelli, en 1990 la super-
ficie construida total de Santiago era de
110 millones de metros cuadrados.

Lo que estas cifras globales o prome- plo, los datos de los permisos aprobados
dios estadísticos no muestran es la forma de construcción habitualmente se presen-
como los metros cuadrados de los distin- tan en tablas estadísticas, incluso
tos tipos de usos se han distribuido en el desagregados por comunas, pero carecen
espacio de la ciudad. A veces se tiende a de referencia espacial. Para explorar la
pensar los procesos urbanos en forma distribución espacial de la actividad de la
abstracta, sin tomar en cuenta la importan- construcción comencemos con el total de
cia de su distribución espacial, por ejem- metros cuadrados aprobados ordenados en
forma decreciente por comunas (Cuadro 7).

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Cuadro 7. Comunas del Gran Santiago según total de metros cuadrados de construcción aprobados
entre 1990-1998, en orden descendiente

Elaboración sobre la base de datos de la Cámara Chilena de la Construcción

Este ejercicio muestra cómo los me- 15 de las 34 comunas. Es decir, en más
tros cuadrados aprobados no se distribu- de la mitad de las comunas del Gran San-
yen homogéneamente en la ciudad; al tiago (19), que de acuerdo a las proyeccio-
contrario, existe un crecimiento muy con- nes del INE comprende a más de dos
centrado. Casi la mitad de todos los me- millones cuatrocientas mil personas, prác-
tros cuadrados aprobados corresponden a ticamente no se ha construido nada.
cuatro comunas; y el noventa por ciento a
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¿Dónde ha ocurrido el crecimiento? El ciudad, mientras que en las zonas inter-
Plano Nº 1 nos muestra que el noventa por medias de la ciudad no ha pasado casi
ciento de los metros cuadrados de edifica- nada durante 10 años.
ción están localizados en la periferia de la

Plano 1. Localización del 90% de metros cuadrados aprobados, 1990/1996

El crecimiento de la ciudad se ha dado • Concentración de oferta de vivienda


siguiendo sólo las tendencias del merca- para sectores de mayores ingresos
do: en la periferia nororiente. Estas ten-
dencias quedan patentes al observar
• Ausencia de crecimiento y mejora- la distribución de los tamaños prome-
miento en las áreas consolidadas de dios de las viviendas aprobadas: hay
la ciudad; una gradiente entre los más de 200
metros cuadrados promedio en el
• Construcción de vivienda social en las nororiente de la ciudad y los 40 a 50
zonas periféricas de suelo barato, y metros cuadrados en la periferia po-
niente y sur.

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Plano 2. Tamaño promedio de viviendas 1990/1998

La baja actividad en las comunas del La nueva tendencia de localización de


centro de la ciudad -en algunas de las la edificación destinada a oficinas, es tal
cuales la construcción ha sido casi igual a vez el rasgo más sobresaliente: este uso
cero- ha tenido como consecuencia el del espacio comienza a retirarse del centro
deterioro de la infraestructura urbana, pér- de la ciudad. El 96% del total de metros
dida acelerada del patrimonio urbano y de cuadrados está concentrado en 5 de las
plusvalía de los terrenos e inmuebles. Esto 34 comunas del Gran Santiago. Es un fe-
ha tenido una excepción: la política de nómeno que muestra cómo el proceso
repoblamiento que ha impulsado la Munici- de globalización está reestructurando las
palidad de Santiago por intermedio de la ciudades, al crear nuevas zonas de servi-
Corporación de Desarrollo de Santiago, que cios, con nuevos patrones de diseño, de
revirtió las tendencias de decrecimiento. localización, complementadas con equipa-
Esto ha mostrado en la práctica cómo una mientos urbanos de alta calidad.
acción programada y concertada modifica
positivamente las tendencias del mercado
inmobiliario.

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Plano 3. Localización del 96% del total de metros cuadrados de oficina

4. El rostro del temor 4.1. Inseguridad ciudadana y pérdida


7
del espacio público
Aunque se la considera una ciudad segura
entre las grandes urbes latinoamericanas, La percepción de inseguridad afecta la vida
sus habitantes perciben Santiago como un social: disminuyen los contactos sociales,
lugar amenazante, una ciudad de miedo. hay una tendencia al auto-encierro, y los
En la actualidad es relativamente generali- ciudadanos están perdiendo sus espacios
zada una sensación de inseguridad vincu- públicos de reunión. En la ciudad, los es-
lada a la violencia delictiva y al sistema pacios públicos tienden a hacerse priva-
económico y político-institucional. No obs-
tante, la percepción de inseguridad no se
basa, ni tiene su correlato, en las tasas de
7
victimización. Véase Enrique Oviedo, Alfredo Rodríguez
(1998), "Santiago, una ciudad con temor. Insegu-
ridad ciudadana y pérdida del espacio público".
Este artículo se basa en la información de un
estudio multi-centrado en actitudes y normas
culturales respecto de la violencia (Proyecto
Activa), realizado en ocho ciudades de América
Latina y España, con el apoyo y coordinación de
la Organización Panamericana de la Salud y la
Oficina Regional de la Organización Mundial de la
Salud (OPS/OMS). SUR, Centro de Estudios Socia-
les y Educación llevó a cabo el estudio en Chile,
con el apoyo de la Dirección de Organizaciones
Sociales del Ministerio Secretaría General de
Gobierno.

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Santiago de Chile. Metropolización, globalización, desigualdad
Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester

 
dos. En una ciudad segregada socioeco- incluso mayor en el estrato más bajo (44%)
nómicamente como Santiago, la percep- que en el mediano (36%) o el alto (29%).
ción de inseguridad en los espacios públi-
cos implica la casi inexistencia de La percepción de inseguridad y el aban-
interacción entre habitantes pertenecientes dono del espacio público, tanto físico como
a distintos estratos sociales. La percep- social, funciona como un proceso circular
ción de inseguridad se asocia, por tanto, a y acumulativo. Todo lo anterior nos lleva a
un clasismo que es típico de la idiosincra- pensar que, si perdemos los espacios para
sia chilena y que ha influido en la forma en la interacción social -en último término, el
que hacemos nuestras ciudades, expresa- lugar donde se construye la identidad co-
da en el hecho de que 41% de los barrios lectiva-, aumenta la percepción de inseguridad.
de la ciudad son socialmente homogéneos.
4.2. Espacio público e inseguridad
Uno de los correlatos potencialmente por violencia delictiva
más serios de lo anterior es que los habi-
tantes de Santiago que tienen una percep-
ción de inseguridad en la ciudad tienden a La violencia en las ciudades chilenas
apoyar la resolución de conflictos naciona- es un nuevo tema en los estudios y en la
les por medios no-pacíficos, a diferencia agenda política y social, y sobre él la infor-
de aquellos que consideran la ciudad o su mación es todavía obviamente escasa. Por
barrio como un espacio seguro. Más aún, lo general, los análisis comparativos de
en ambos grupos -seguros e inseguros-, índices de violencia han considerado San-
sorprende ver el alto porcentaje que apoya tiago como una ciudad segura en el con-
medios no-pacíficos, considerando el bajo texto latinoamericano. Uno de los estudios
índice de violencia en el país. Este valor precursores en este ámbito (Duff & Mac
cultural es señal de un deteriorado espacio Cammant) sitúan a Chile entre los tres
público sociopolítico. países con más bajos índices en América
Latina.
Algunos enfoques teóricos en este
ámbito permiten sostener que, para supe- Las tasas de violencia tanto en Santia-
rar el miedo, las personas tienden a cierta go como en el país no han aumentado en
adaptación conformista, a homogeneizar sus los últimos diez años. No obstante, el tema
creencias y comportamientos, y a sobreva- de la seguridad ciudadana está cada vez
lorar la fuerza y el poder como medio de más presente en las noticias de los me-
resolver diferencias. Por su parte, el estu- dios de comunicación masivos y en las
dio de Oviedo y Rodríguez citado muestra, opiniones que registran las encuestas, en
al menos como conclusión parcial, que la especial cuando se trata de delincuencia.
inseguridad ciudadana se asocia positiva-
mente a la debilidad de los valores demo- En el caso de Santiago, sus habitantes
cráticos, a la existencia de una evaluación manifiestan mayor inseguridad en los es-
negativa de las instituciones sociales, al pacios públicos que en los privados, situa-
pesimismo en relación con el futuro del ción contradictoria cuando se la compara
país y a una actitud negativa hacia los con la información estadística nacional.
medios pacíficos de resolución de conflic- Según ésta, los hurtos, los robos con fuer-
tos. Así, 37% de la población de Santiago za y los robos con violencia, afectan más
manifiesta una opinión favorable a la dicta- a las residencias que a las personas, ins-
dura o indiferente en relación con la exis- tituciones o vehículos (Oviedo, 1994).
tencia de un sistema democrático o dicta-
torial. Esta opinión tiene una frecuencia

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Santiago de Chile. Metropolización, globalización, desigualdad
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Cuadro 8. Percepción de inseguridad según estrato socioeconómico, Santiago, Chile, 1997

Fuente: Oviedo & Rodríguez, 1998

Durante los años 90, ha habido ausen- Por otra parte, la vida en los vecindarios
cia de organización autónoma y de partici- pobres de Santiago se ha hecho más pe-
pación entre las comunidades pobres de la ligrosa, haciendo de la seguridad ciudada-
ciudad, junto con una falta de perspectivas na un problema central. Se han debilitado
de largo plazo. Se ha perdido capital social los mecanismos organizacionales que an-
y lo que se llamó movimientos tes actuaban como un freno a la violencia
poblacionales, esto es, política en el ámbi- y al crimen. Como consecuencia, los ba-
to comunitario, vecinal, preocupada de la rrios se han desarticulado y devenido más
representación y no solo del acceso a pro- inseguros, y la gente busca soluciones por
gramas estatales. la vía de reforzar la presencia policial. La
exacerbación de este problema se asocia
En los barrios populares el reconoci- estrechamente a las manifestaciones de
miento político y la efectividad práctica del desigualdad, en particular allí donde la rea-
liderazgo se han deteriorado, y está de lidad de la pobreza choca con los estilos
moda hablar de la ‘crisis de las organiza- de vida basados en el consumo promovi-
ciones’. Al mismo tiempo, muchos de los dos tan implacablemente por los medios
liderazgos sociales mantienen una perspec- de comunicación. La penetración de las
tiva fuertemente crítica tanto de la política drogas en los barrios pobres de la ciudad,
como de los políticos. Desde otro punto de en especial entre los jóvenes, ha llevado
vista, esto revela el repliegue de una ener- también a la creación de nuevos grupos y
gía social que permanece intacta, pero al modificado la estructura de poder al interior
margen de la esfera política y estatal, del barrio mismo. Y esto hace aún más
percibida como ajena (Salazar, 1988). difíciles las tareas de liderazgo y la cons-
trucción de nuevas relaciones sociales.

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Santiago de Chile. Metropolización, globalización, desigualdad
Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester

 
5. El rostro de la 5.1. Gobierno regional
fragmentación política
Los gobiernos regionales son los encar-
La estructura político-administrativa gados de la planificación regional (planes
subnacional chilena está compuesta de 13 reguladores interurbanos, planes comuna-
regiones (cada una a cargo de un inten- les, planes medioambientales, planes de
dente), divididas en 51 provincias (adminis- desarrollo económico y de desarrollo so-
tradas por gobernadores) y éstas divididas cial y cultural); de acciones resolutivas en
en 341 comunas (administradas por alcal- materia de inversiones públicas, en espe-
des). En esta estructura no se contempla cial en servicios básicos e infraestructura;
una categoría específica exacta para ciu- y del desempeño del transporte público, el
dades o zonas urbanas, como áreas me- desarrollo de las áreas rurales y zonas
tropolitanas, redes o aglomeraciones urba- aisladas, la asistencia técnica a las muni-
nas. Por ejemplo, la ciudad de Santiago cipalidades, y la coordinación con ministe-
-o Área Metropolitana de Santiago- inclu- rios y municipalidades para los planes de
ye más de una provincia: la provincia de desarrollo de la región.
Santiago, subdividida en 32 comunas y mu-
nicipalidades, y las provincias de Cordillera En cuanto a los recursos necesarios
y Maipo, con las comunas de Puente Alto para el cumplimiento de sus funciones, los
y San Bernardo. Además, la comuna del gobiernos regionales dependen del Fondo
centro de la ciudad también se llama San- Nacional de Desarrollo Regional (FNDR),
tiago. Y no existe una instancia guberna- destinado a financiar iniciativas de impacto
mental cuya área de responsabilidad sea regional o local, la mayoría ejecutadas por
toda la ciudad; en el caso de Santiago, las municipalidades.
toda el Área Metropolitana.
5.2. Administración comunal
En Chile, entonces, no hay instituciones
con jurisdicción especial sobre las ciuda-
La entidad responsable de la adminis-
des, situación que se hace más grave en el
tración comunal es la municipalidad, enti-
caso de Santiago, dada su complejidad y
dad autónoma, con estatus legal y patri-
fragmentación administrativa. La inexisten-
monio propio, cuyo objetivo es satisfacer
cia de instituciones con atribuciones o com-
las necesidades de la comunidad local y
petencias específicas sobre las ciudades ha
asegurar su participación en el progreso
llevado a que instituciones regionales -como
económico, social y cultural de la respec-
las Secretarías Regionales Ministeriales y
tiva comuna. Su principal autoridad es el
las Direcciones Regionales de ministerios
alcalde, que dura cuatro años en el cargo
nacionales (de Vivienda y Urbanismo, de 8
y puede ser reelegido. La entidad colegia-
Obras Públicas, de Transportes)-, o incluso
da de la municipalidad es el Concejo, que
instituciones descentralizadas -como la
tiene una función normativa, resolutiva y de
Comisión Nacional del Medio Ambiente
supervisión. Lo integran concejales electos
(Conama)- intervengan en todas las ciuda-
a través de elecciones directas, mediante
des del país. De hecho, los tres ministerios
un sistema de representación proporcional;
mencionados y Conama son, quizás, las
su cargo dura cuatro años y también pue-
instituciones con mayor poder estructurante
en Santiago: diseñan y construyen la red
de autopistas, la vialidad urbana, deciden la 8
El candidato a concejal que obtiene al
localización de la vivienda social, regulan el menos 35% del total de votos válidos y pertenece
transporte, determinan las condiciones am- a la lista más votada, es proclamado alcalde. Si
bientales, etc. no se cumplen estos requisitos, el gobierno
municipal elige alcalde entre los concejales electos

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Santiago de Chile. Metropolización, globalización, desigualdad
Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester

 
den ser reelegidos. La instancia de partici- 6. ¿Es posible gobernar
pación de la ciudadanía es el Consejo Santiago?
Económico y Social Comunal, compuesto
por representantes de la comunidad local
organizada, y que tiene carácter consulti- ¿Qué hacer -como decíamos al comien-
vo. zo- con este Santiago segregado, temero-
so y fragmentado? Porque en la ciudad el
habitante no sólo habita o trabaja, sino
La posibilidad de que una municipalidad también puede ser ciudadano. Es más, es
pueda influir sobre las políticas nacionales en la ciudad donde el ciudadano adquiere
sectoriales que representan inversiones conciencia de sus derechos políticos y
públicas, es casi cero. Las principales socioeconómicos y donde expresa sus
decisiones sobre infraestructura e inversio- demandas. Es en la ciudad, por último,
nes sociales en Chile recaen en el Gobier- donde el ciudadano puede constatar que la
no (el Ejecutivo). En algunos casos, puede democracia adquiere un sentido también
ejercerse alguna influencia a través del para su cotidianidad: cuando las deman-
Congreso, en el momento en que se discu- das de su comunidad organizada son aten-
te el presupuesto nacional anual para su didas por la autoridad o cuando se resuel-
aprobación. Las pocas municipalidades que ven conflictos urbanos respetando sus de-
administran sus propios recursos de inver- rechos.
sión (no más de cinco en el país) pueden
negociar con mayores posibilidades con los
ministerios y otras agencias gubernamen- Para que lo anterior sea una realidad, la
tales. Esto es importante, porque las prin- ciudad requiere estar organizada adminis-
cipales inversiones en las áreas urbanas trativa y políticamente. Esto no ocurre en
no son de decisión de los gobiernos regio- Chile, donde las ciudades no tienen un
nales o locales (municipalidades). estatuto político y administrativo en tanto
tales. Esto constituye parte sustancial del
perfeccionamiento democrático aún pen-
En la actualidad, la brecha entre la diente de las instituciones políticas en
comuna más rica (Santiago) y la más po- Chile.
bre (La Pintana), tanto en ingresos como
en gastos, es de 10 veces. A principios de
la actual década, dicha diferencia era de Esta construcción política y administra-
solo 7 veces. De esta forma, los ingresos tiva de la ciudad requiere avanzar en el
per cápita y los gastos de las comunas proceso de descentralización. En efecto,
más ricas se han incrementado más que si el municipio está llamado a jugar un
en las municipalidades más pobres: papel central en la gestión urbana, deberá
contar con las competencias y recursos
necesarios. De otro modo, la instancia que
• Los cuatro municipios más pobres los reúna y coordine, cualquiera sea su
incrementaron sus ingresos un 21% denominación -administración de la ciudad
entre 1992 y 1997, mientras los cua- o gobierno metropolitano-, terminará ocu-
tro más ricos lo hicieron en un 82% pada con los municipios deficitarios y las
en el mismo período. crisis urbanas (inundaciones, episodios
ambientales), perdiendo toda visión y con-
• Los cuatro municipios más pobres ducción político-estratégica del área metro-
incrementaron sus gastos un 37% politana. La descentralización para la ciu-
entre 1992 y 1997, mientras los cua- dad implica, entre otras cosas, que tarde o
tro más ricos lo hicieron en un 98% temprano su autoridad máxima deberá ser
en el mismo período. elegida directamente por la ciudadanía.

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Alfredo Rodríguez y Lucy Winchester

 
La recuperación de los espacios públi- 7. Bibliografía
cos deberá ser la gran prioridad estratégi-
ca del desarrollo urbano de la próxima Banco Central de Chile (1990). Evolución
década. En los años recientes, el único de la economía y perspectivas. Santia-
espacio público ganado al rápido desarrollo go: Banco Central de Chile.
inmobiliario es aquel destinado a satisfacer Duff, E. & J. Mac Cammant (1976). Violence
las demandas de los vehículos motoriza- and repression in Latin America. New
dos. De hecho, gran parte de las políticas York and London: The Free Press.
de transporte urbano han tendido a privile-
De Mattos, Carlos (1999). "Santiago de
giar siempre a los medios y sistemas de
Chile, globalización y expansión metro-
transporte (licitación de recorridos, plan de
politana: lo que existía sigue existien-
modernización de omnibuses, innovación
do", Eure, XXV, 76.
tecnológica de sistemas de combustión,
concesiones de vías urbanas), antes que Ministerio de Educación (1997). Resulta-
al ciudadano usuario. Este, en su condi- dos prueba SIMCE 1997. Santiago:
ción esencial de peatón, encuentra cada Ministerio de Educación.
vez menos espacio, seguridad y tranquili- Ministerio de Planificación y Cooperación
dad en la ciudad. (MIDEPLAN) (1997). Pobreza y distri-
bución del ingreso en Chile, 1996. Re-
sultados de la Encuesta de Caracteri-
Es esencial que este esfuerzo de recu- zación Socioeconómica Nacional. San-
peración se efectúe con los ciudadanos y tiago: MIDEPLAN.
sus organizaciones. El espacio público debe
Oviedo, Enrique (1994). Violencia urbana,
recoger las preferencias e intereses loca-
percepción o realidad: el caso de la
les de la gente. Pues, aparte de la recupe-
ciudad de Santiago", Programa de Ges-
ración de calidad de vida en la metrópolis,
tión Urbana de Naciones Unidas, Ciu-
lo que está aquí en juego es la restitución
dad y Violencia, Ecuador: PGU.
de las certidumbres y confianzas básicas
Oviedo, Enrique y Alfredo Rodríguez (1998).
de las personas, tanto en su capacidad de
"Santiago, una ciudad con temor. Inse-
creación y vivencias colectivas, como en el
guridad ciudadana y pérdida del espa-
sentimiento de pertenencia a un espacio
cio público", Boletín Temas Sociales,
común donde se funda el sentimiento de
25.
un nosotros ciudadano.
Salazar, Gabriel (1988). Presentación de
"Sociedad Civil, participación y ciuda-
danía emergente".Proposiciones 28.

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