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Presentado a:
Dr. JOSE ARMANDO SANTIAGO
17 DE DICIEMBRE DE 2018
CAPITULO 42
Honneth, Axel (2017). “La educación y la teoría del reconocimiento”.
El objetivo del presente ensayo es poder vislumbrar de manera clara un panorama general
de la teoría de Axel Honneth, indicando ciertos puntos fundamentales de sus aportes y propuestas.
así mismo, busco sintetizar de la forma más sencilla posible el conjunto de la teoría de Axel
Honneth y que, sin ahondar en ningún elemento especifico, pueda servir para poder tener mejor
propuesta, guardando el respectivo respeto por los diversos condicionantes y aspectos planteados
por el autor. En última instancia hago un análisis de la relación que introdujo este autor entre el
Para comenzar podemos afirmar que Honneth planteo un proyecto de reformulación de una
teoría de la justicia, también caracterizada por una actualización del pensamiento hegeliano.
De igual forma el psicoanálisis para este teórico volvió a ocupar un papel preponderante
en la Teoría Crítica; por un lado, en la discusión del papel intersubjetivo de relaciones afectivas
perspectiva más amplia comprendida por una epistemología moral y su dimensión ontológica,
práctica y filosofía teórica. A partir de ese amplio cuadro esbozo como conclusión lo que se
por Honneth.
revisión del proyecto inicial de la Teoría Crítica que se caracterizó por establecer los cambios comunicativos
del reconocimiento de Axel Honneth tomará como punto de partida este modelo habermasiano, pero lo
condicionada por una lógica subyacente a los conflictos sociales y marcada por reivindicaciones
de reconocimiento.
da cuenta de un modo eficiente de un proyecto normativo que explique las patologías sociales y
Honneth abre un espacio para la elaboración de una lógica moral de los conflictos sociales, que,
en su interpretación, se había mostrado insuficiente en los análisis propuestos por la Teoría Crítica
hasta entonces. Este proyecto es llevado a cabo en la lucha por el reconocimiento, resultado de su
tesis de habilitación elaborada en Frankfurt como profesor asistente de Habermas, donde Honneth
avanza en su propia respuesta a los problemas planteados en Kritik der Macht. Al desplazar el foco
de la tensión entre sistema y mundo de la vida, propuesto por Habermas, hacia la violación
resultado de una lógica de los conflictos sociales, retomando el fundamento social de la Teoría
Crítica cuya orientación será nuevamente guiada por el pensamiento de Hegel. El marco teórico
de la propuesta de Honneth asume así rasgos hegelianos, donde la elaboración del concepto de
reconocimiento en los escritos hegelianos del periodo de Jena será clave para la comprensión e
interpretación de los conflictos sociales. De un modo similar al que Habermas había sugerido en
encuentra en los escritos hegelianos de Jena los vestigios de una consistente teoría social, en
individualización mediante la interacción con la comunidad ética. De ese modo, Honneth extrae
dela filosofía de Hegel la inspiración para una teoría del reconocimiento, complementando la
cuales son, como en Hegel, constitutivas de las relaciones intersubjetivas. La idea básica es que el
reconocimiento recíproco. Esta apuesta conduce a Honneth a analizar los conflictos resultantes de
aptos a regular las relaciones intersubjetivas. Para esta empresa, trata de verificar si la secuencia
de etapas propuestas por Hegel resiste a consideraciones empíricas y si ellas corresponden a formas
de falta de respeto social. Esta estrategia se propone detectar pruebas históricas y sociológicas que
muestren si esas formas de irrespeto social fueron de hecho fuente motivacional de confrontaciones
sociales.
Hegel como una respuesta a la intención de la filosofía social moderna de reducir la política a la
imposición del poder, observando que el joven Hegel tenía presente todavía el modelo conceptual
esa manera, el planteamiento que Hegel encontrará en Fichte para componer el modelo de una teoría del
reconocimiento, al mismo tiempo que Hegel lo dinamiza subrayando el papel del conflicto como
elemento estructural de la relación. La vida ética de una sociedad representa las formas de una
intersubjetividad práctica en la cual la vinculación entre los sujetos y, con ello, la comunidad de
el resultado sino la experiencia originaria de subjetivación que debe mantenerse a lo largo del
“gramática moral”, según la cual las experiencias morales mediadas por el reconocimiento intersubjetivo
conducen a los individuos a la afirmación de su identidad, con vistas a un nivel cada vez más
con las ciencias particulares, Honneth le inyecta una inflexión empírica al planteamiento
moral propia de la familia, la sociedad civil y el Estado. En líneas generales, la tesis honnethiana
muestra que a la familia le compete la experiencia del amor; al Estado, la del reconocimiento
La parte final del capítulo del libro está dedicada a la propuesta de un modelo formal de
“El concepto de eticidad se refiere al todo de las condiciones intersubjetivas, de las cuales se
normativos” (Honneth 2003: 271-272). Honneth, así, intenta evitar formas particulares de la vida
buena circunscritas a contextos singulares: por un lado, se propone una concepción de eticidad que
sea planteada de manera abierta, concediendo espacio a una configuración particular variable
- Honneth extrae del proyecto kantiano la propuesta de un modelo universal normativo, al mismo
tiempo que encuentra en Hegel las ventajas de un modelo intersubjetivo de eticidad. El sentido de
universalidad permanece, en cuanto por gramática se entiende una estructura compartida por todos
los miembros de la sociedad, aplicada, en el caso de la teoría del reconocimiento, a las formas
mismo tiempo, el formato que tales relaciones adquieren permanece variable. Con ello Honneth
pretende fortalecer un modelo “pos-tradicional de eticidad”, un modelo que está anclado en la historia,
abierto a cambios, pero que no pierda su tenor normativo. Una vez dibujados los contornos de su
forma, los contenidos morales (que requieren formas específicas de reconocimiento) se inspiran
en ella, pero el formato de estas relaciones no está predeterminado. El desarrollo de esa relación entre forma
y contenido es el núcleo sobre el que los escritos posteriores centran las respuestas a las críticas e
en diferentes aspectos, en los que se destaca la importancia que las directrices para una teoría de
En la interpretación de Honneth, las esferas de la eticidad (Familia, Sociedad Civil y Estado) representan
características varían en cada una de ellas - donde se revela una jerarquización de esas esferas a
además de aquella proporcionada por el derecho en sentido estricto, desarrollado sobre la idea de
un otro de la Justicia, procurando no restringir -como fue la tendencia de las últimas décadas - la
consideración a las relaciones de mercado - cuyo desarrollo bajo una forma más precisa de teoría
Aunque Habermas había destacado el papel de Freud para un análisis crítico de la sociedad, opta
Piaget como modelo para su teoría de la acción comunicativa, abandonando así la importancia que
en la lucha por el reconocimiento recurre a los trabajos del psicoanalista inglés Donald Winnicott
psicoanalítico sustentado empíricamente se mostrará eficaz para la propuesta teórica que Honneth encontrará
fundamental del amor en las relaciones primarias, ella es desarrollada bajo otros parámetros a lo
autor va a discutir aspectos de Freud y de la teoría de las relaciones deobjetos para explicar una
dimensión más amplia de un análisis social y sus patologías. Con esa reconstrucción
se articula una crítica de la sociedad y sus patologías, en la tentativa de comprensión del desarrollo
de la identidad subjetiva.
En el ámbito de una Teoría Crítica de la sociedad –sugiere una interpretación tanto para problemas
de subjetivación sea en un nivel primario - en las relaciones afectivas en la familia- como en una
dimensión más amplia de modos de constitución social que resultan en relaciones intersubjetivas
deficientes. En último análisis, la pregunta sobre patologías subjetivas conduce a su vínculo con
modelos deficientes de racionalidad, de donde Honneth parte para otros desdoblamientos a partir de la
La Teoría Crítica, escribe Honneth, se distingue de otras teorías sociales en cuanto ellas
pueden dar “un contenido objetivo a los patrones de la crítica en la praxis pre-teórica” (Honneth
de la eticidad, Honneth se pregunta por el “nivel cognitivo de los juegos de lenguaje”, donde se subraya “la
relación estrecha que Hegel acredita siempre existir entre modo cognitivo, forma de reconocimiento y
formas de conocimiento” (Honneth 2007: 213-124). Siguiendo esa línea, en los últimos años el
dela filosofía práctica, sino también en cuanto propuesta de respuesta a preguntas tanto ontológicas
como epistemológicas.
radical: a una dimensión afectiva – que constituye más originariamente la subjetividad – donde
reconocimiento básicas para la integridad del individuo. En discusión con un vasto abanico de autores
como Heidegger, John Dewey, Stanley Cavell, Adorno y Michael Tomasello, Honneth describe como la
experiencia del reconocimiento apunta que a una relación teórico-cognitiva le precede siempre una
revisión de un modelo de racionalidad que comprenda una interpretación peculiar de la praxis pre-
afecto” posibilitan que “los sujetos, a pesar de todo el deslumbramiento, continúen interesados en
Ese sentido revalidado del reconocimiento apunta a nuevas formas de aplicación, al mismo
tiempo que revela aspectos que requieren un complemento categórico que extrapola el enunciado
En el campo de la filosofía social y práctica, Honneth está actualmente asociado con el proyecto
de revitalizar la teoría crítica por medio de una teoría del reconocimiento o teoría del
reconocimiento recíproco, cuyo primer bosquejo fue esbozado en su obra La lucha por el
de Honneth consiste en articular la dimensión descriptiva de una teoría del reconocimiento con la
descripción prescriptiva de una teoría moral. Para ello, se apoya en la premisa antropológica según
la cual "el hombre solamente es hombre entre los hombres" (Fichte), es decir que la relación
la sociología de la educación reduce su objeto al análisis de un sistema social y, más aún, al estudio
del dispositivo escolar, y todavía más, a la crítica del carácter ideológico del currículum. La
amplio, casi cenital, que pretende combinarlo descriptivo con lo normativo y lo general con lo
particular, por lo que es adecuada para obtener una indicada y adecuada noción de educación. La
aplicación de la teoría del reconocimiento a la sociología de la educación tiene que evitar los
simplismos. Por ejemplo, identificar los modos de reconocimiento del amor, el derecho y la
concreto.
Citaremos en extenso las propias palabras de Honneth en una entrevista que le realizaron
«La idea que en nuestras sociedades las escuelas están determinadas por dos normas que
compiten mutuamente, la adopté del sociólogo francés François Dubet; este ha querido
mostrar en una investigación muy bella que en las escuelas predomina tanto la norma de la
“igualdad” como la norma del “rendimiento”, sin que quede establecido de una vez por todas de
forma institucional cómo se deben relacionarla una con la otra. Esto me parece una idea
reconocimiento: en nuestro sistema escolar se dirige a las alumnas y los alumnos o bien como a
futuros ciudadanos, con la pretensión de que tengan las mismas posibilidades de participación y
colaboración, o bien como a portadores de rendimientos en el mercado de trabajo, con todas las
las dos formas de reconocimiento se puede describir también de manera que en el primer caso se
mientras que en el segundo caso la enseñanza es entendida como cualificación pedagógica para
institucional entre la familia y el sistema económico. Sobre cuál de las dos principios
de reconocimiento domina en la escuela en cada momento, deciden siempre, tal como lo veo yo,
las disputas político-morales dentro del ámbito público acerca del papel y de la tarea de la
educación escolar; y, según mi impresión, no hay duda de que hoy en día, en la ejecución de la
reconocimiento ha alcanzado el predominio, fuertemente apoyado por parte de los padres de las
capas sociales más altas que así esperan ventajas competitivas para sus hijas e hijos en el mercado
laboral. Por regla general quizá se podría decir que en épocas de reformas democráticas y de un
reconocimiento –como en los años 60 y 70–, mientras que en épocas del retroceso se impone el
principio de rendimiento. Pero desde luego hay que tener cuidado con tales generalizaciones
históricas».
educación es la superación de las perspectivas de la acción comunicativa, que han gozado de gran
primacía moral, que Habermas (2010) creyó ver ratificado en la aplicación que Lawrence Kohlberg
hizo de las teorías de Piaget. Cortado ese nexo no con la navaja de Ockham, sino más bien con el
estilete de Foucault y Bourdieu, tendría que disolverse aquella noche dialógica en la que todos
reconocimiento ganó importancia de forma notable en las ciencias de educación, sobre todo, si lo
sobre la escuela. En la medida en la que soy capaz de abarcar este interesante campo, se realizan
desde hace algunos años investigaciones fascinantes sobre la negociación de reconocimiento entre
profesores y alumnos por un lado y entre diferentes grupos de alumnos por el otro: en ello se sigue
naturalmente la idea de que tales conflictos de reconocimiento se efectúan al principio por debajo
incluso toda escuela como institución un trasfondo hasta ahora desatendido en buena medida, a
padres y madres– por disponer de la autoridad para establecer criterios de rendimiento, objetivos
de la enseñanza e incluso las tareas más generales de la escuela como tal. Todo ello está cambiando
constantemente, pero solo se puede apreciar cuando se deja el nivel de la comunicación oficial y
sociología dela educación que esté a la altura de la teoría sociológica más reciente y, al mismo
Para terminar podemos afirmar categóricamente que en relación con el tema de la educación, no se puede
entender la Escuela Nueva, por ejemplo, sin el nexo con aquella hermenéutica formativa de Hegel,
pero Honneth no ha dado ese paso. Si adoptáramos esa perspectiva dialéctica, cobraría unos enormes avances en el
proceso enseñanza-aprendizaje.