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REVISTA BIBLIOPSI

Pensamos y reflexionamos
sobre la salud mental en
tiempos de Covid-19.

Diálogo con Alejandro Dagfal

ANTE LA DISTANCIA REAL


TENDEMOS REDES SIMBOLICAS
ANTE LA DISTANCIA REAL
TENDEMOS REDES SIMBOLICAS
*Agosto 2020

Al comienzo de este año un virus desconocido, luego denominado


covid-19, se convertía en poco tiempo en una Pandemia mundial
afectando gravemente a toda la población y poniendo en jaque a los
sistemas de salud. Estos hechos permitieron visibilizar las enormes
injusticias de un sistema que excluye, que vulnera derechos, que
promueve el hambre y la pobreza a lo largo y ancho de todo el planeta.
Frente a esta crisis, cada país ha construido respuestas de acuerdo al
modelo de Estado que sostienen y defienden. En América, ahora
principal foco de infección mundial, encontramos países como Brasil
o Estados Unidos que han apostado a la propuesta e ilusión neoliberal
de salvación individual, con nula intervención del Estado y con
resultados realmente deplorables: miles de muertxs, millones de
infectadxs, aumentó de pobreza y crisis económica producto de la
ausencia y la desidia estatal.
Como futuros profesionales de la salud se nos hace cada vez más
necesario poder repensar nuestra subjetividad en estos tiempos de
Pandemia. Ante una realidad que no admite certezas, bajo estas
circunstancias es previsible el aumento de tensiones, ansiedad,
vulnerabilidades, desgano, impotencia ante esta nueva normalidad
nos proponemos problematizar y cuestionar esta nueva realidad que
nos remite directamente a lo inédito, y en ese sentido, en esta edicion
compartimos la entrevista realizada a Alejandro Dagfal en mayo del
corriente año.
¿Cuáles son las consecuencias subjetivas que puede tener el
Aislamiento, Social, Preventivo y Obligatorio, producto de la
Pandemia, en las subjetividades?

AD: Sobre este punto, me parece que hay un deslizamiento entre


lx que implican las consecuencias del ASPO y las de una
pandemia de escala mundial. Últimamente, sobre todo en lxs
medios hegemónicos, se tiende a culpar al ASPO por
consecuencias subjetivas derivadas de la pandemia. Por ejemplo,
el miedo a salir del hogar, en realidad, se relaciona más con el
miedo al contagio que con el temor a ser interpelado por las
fuerzas policiales. En todo caso, el ASPO va a terminar
relativamente pronto. Pero la pandemia no. Es decir que hay
nuevas formas de “distanciamiento de lxs cuerpos”, nuevas
formas de administración de lx social que serán necesarias para
evitar el contagio. Y esa es una realidad que ha venido para
quedarse por un tiempo largo. Sus consecuencias subjetivas son
muy difíciles de anticipar desde Argentina, donde aún no hemos
llegado al pico de infecciones.

Hay un deslizamiento
entre lx que implican
las consecuencias
del ASPO y las de una
pandemia de escala
mundial.
Otra de las preguntas para la cual aún no pudimos elaborar una
respuesta clara es: ¿Qué es lx que tenemos para aportar les
estudiantes de psicología en este contexto?

AD: En este contexto, creo que lxs estudiantes de psicología


tienen mucho para aportar, en el sentido de que, al ser “nativos
digitales”, manejan con mayor comodidad que lxs docentes lxs
resortes técnicos de lx virtual. Esa familiaridad con las
tecnologías que, a pesar del alejamiento de lxs cuerpos, permiten
diversos acercamientos subjetivos, lxs hacen responsables de
acompañar e incluso formar a lxs mayores en el uso de esos
mismos medios. Esto permite una solidaridad intergeneracional
que, en otro momento, habría sido impensable. Al mismo tiempo,
dentro de la Facultad, eso da a lxs estudiantes un rol mucho más
activo. Ya no son meros receptores de un “servicio educativo
virtual”, sino que les permite ser protagonistas, exigiendo nivel
educativo, pero también aportando propuestas y soluciones para
lxs problemas que la virtualidad supone.

Esa familiaridad con las tecnologías


que, a pesar del alejamiento de lxs
cuerpos, permiten diversos
acercamientos subjetivos, lxs hacen
responsables de acompañar e incluso
formar a lxs mayores en el uso de esos
mismos medios.
En ese sentido, ante la
angustia de lx inesperado, de
lx innombrable, de lx indecible
de la muerte, sólo cabe la
invención.
Las regulaciones sanitarias actuales imponen un aislamiento
que prohíbe las reuniones, y en ese sentido, nos invade la
pregunta sobre cómo habitar el duelo en épocas de pandemia,
sabiendo que no es posible llevar adelante un ritual de despedida,
algo tan característico en la cultura humana.

AD: Esta pregunta remite a uno de lxs problemas más difíciles:


cómo hacer un verdadero duelo sin la presencia de lxs cuerpxs,
tanto de lxs difuntos como de lxs deudxs. ¿Cómo llorar una muerte
sin el abrazo que contiene y posibilita ese llanto? En ese sentido,
ante la angustia de lx inesperado, de lx innombrable, de lx
indecible de la muerte, sólo cabe la invención. Porque no sólo
esperamos el pico de la pandemia, sino que estamos en el clímax
de la angustia. Algo muy malo va a pasar, pero aún no sabemos
cuándo, ni cómo, ni con qué alcance. En este contexto, una
muerte, cualquier muerte, es aún más angustiosa. Tanto más
cuanto que aún no hemos inventado las formas de asumir
colectivamente estas pérdidas, aunque más no sea de manera
virtual. Pero la humanidad ha demostrado una y mil veces su
capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes y
dramáticas. No creo que esta sea la excepción. Gradualmente, la
angustia irá cediendo. E iremos encontrando las vías, lxs medios,
para reemplazar lx que hoy parece irreemplazable. De eso se trata
la cultura. Y la vida en comunidad…
Considerando al tiempo como un ordenador y como necesario
para nuestra historización a partir de la cual construir identidad,
nos preguntamos ¿Cómo lidiar con la situación de encierro
constante en la que todo se vuelve monótono? ¿Qué hacemos
con lxs proyectos que no pudimos llevar a cabo por la pandemia?
¿Cómo lidiar con la incertidumbre de no poder proyectar la vida a
futuro?

AD: Son muchas preguntas de orden diverso: el tiempo, la historia,


la identidad, la monotonía del encierro, lxs proyectos no
realizados, la incertidumbre sobre el futuro… Me parece que no
hay respuestas fáciles sobre qué hacer ni cómo lidiar con esas
situaciones. No hay guías de recomendaciones ni pautas de
buena práctica que ahorren ese pasaje por la angustia, por la
subjetivación de una pérdida, que son lxs primeros pasos,
indispensables para la elaboración de nuevas respuestas, para el
duelo de lxs proyectos fallidos y la invención de lxs nuevos…

Virtualidad y nuevas formas de relación: Todas las personas que


elaboramos este documento coincidimos con que la virtualidad,
efecto del ASPO ha borrado las limitaciones de lxs espacios de
intimidad. Hoy trabajamos, estudiamos y nos reunimos
virtualmente con nuestrxs familiares y amigxs desde el mismo
lugar. Y en este sentido nos preguntamos ¿Es posible construir
una nueva intimidad? ¿Cómo construimos lxs límites a la
virtualidad?

AD: Una vez más, la virtualidad es un efecto de la pandemia, no del


ASPO. Si el ASPO se levantara mañana, la virtualidad seguiría. De
hecho, incluso antes de la pandemia, la cantidad de actividades
virtuales era impresionante (desde el e-shopping hasta el
compartir pantalla para ver películas a distancia).
Es cierto que la “virtualidad no elegida” plantea otros problemas,
desde cierto “hacinamiento digital” (que se transforma en real en
lxs barrios vulnerados) hasta la falta de intimidad para
comunicarse virtualmente. No obstante, esas dificultades
también pueden ser vistas como oportunidades. El hecho de tener
que compartir dispositivos, por ejemplo, disipa cierta sensación de
autonomía, previa a la pandemia, en un período en el que cada uno
creía ser autosuficiente desde la comunidad de su propio
dispositivo. La pandemia nos pone ante la cruda realidad de que
nos seguimos necesitando lxs unos a lxs otros, lx cual nos
muestra que todas las ilusiones de autonomía estaban más
ligadas una forma de subjetivación ligada al capitalismo
neoliberal que a nuestras necesidades más básicas de contacto e
interacción. Dicho esto, es cierto que en estos tiempos será
necesario redefinir lxs límites de lx público y lx privado, de la
intimidad que queda desdibujada en esta virtualidad forzosa. Eso
es muy claro para lxs que trabajamos virtualmente (como lxs
profesores e investigadores) y para lxs que asisten a clases
virtuales, que no necesariamente respetan lxs horarios ni lxs
ritmos habituales. Habrá que encontrar nuevos espacios, tiempos
y ritmos para desvirtualizar lx íntimo.

Es cierto que en estos


tiempos será necesario
redefinir lxs límites de
lx público y lx privado,
de la intimidad que
queda desdibujada en
esta virtualidad
En aislamiento nos encontramos en una nueva relación con
nuestros sentidos: el tacto se pierde, la mirada se encuentra
mediatizada por una pantalla, nuestra voz puede ser fácilmente
muteada por el anfitrión de la reunión, y demás. Para la gran
mayoría esto significa una experiencia novedosa, casi inédita,
que trasciende la dimensión espacial y temporal que habitamos
y en este sentido nos preguntamos: ¿afectarán estas nuevas
condiciones a la construcción de subjetividades? ¿Cómo es
posible encontrarnos con un otrx allí donde no hay más que un
dispositivo electrónico? ¿Deberán amoldarse nuestros sentidos a
esta nueva normalidad?

AD: Este problema de la alteridad, de lx otro en lx virtual ya se


venía planteando mucho antes de la pandemia, que no hizo más
que multiplicar exponencialmente una tendencia que la precedía.
Es claro que las subjetividades eran y van a ser afectadas por
este predominio exagerado (y ahora no elegido) de lx virtual. Al
mismo tiempo, por ejemplo, lxs dispositivos terapéuticos ya se
venían adaptando a estas nuevas realidades (pienso por ejemplo
en la atención telefónica de pacientes, que luego paso al Skype y,
ahora, a otras plataformas más novedosas. No hay forma en la que
la aceleración de todos estos procesos no vaya a afectar la
construcción de nuevas subjetividades. Sin embargo, no se trata
de un amoldamiento, entendido como adaptación pasiva, sino de
una adaptación activa que implica asimilación, pero también
invención
Es una realidad a la que deberemos
acostumbrarnos para poder intervenir de
manera crítica, cuestionando las
naturalizaciones que instala el sentido
común de lxs medios.
Hace unos días en el reporte matutino del Ministerio de Salud,
estuvo participando el Científico Pablo A. González, donde hizo
mención sobre algo clave durante estos últimos días, que es la
desinformación y la diseminación de noticias falsas. A raíz de sus
palabras nos cuestionamos de qué forma la desinformación y la
sobreinformación puede afectar nuestra subjetividad en
términos emocionales. Y por sobre todo nos cuestionamos qué
consecuencias tiene que los temas de Salud Mental sean
tratados tan livianamente por personas ajenas al campo de la
salud.

AD: Al igual que la pregunta anterior, el problema de las fake news


precedía largamente a la pandemia, que no hizo más que agravar
y multiplicar este problema. En contextos de crisis, la noticias
falsas tienden a difundirse muy rápidamente, como lxs virus,
causando daños que a veces son tan o más perjudiciales
(erosionando la credibilidad de instituciones y gobiernos,
promoviendo climas destituyentes, preparando la instalación de
“líderes providenciales” como Trump y Bolsonaro, etc.). En ese
marco, el tratamiento “liviano” de lxs problemas de la salud
mental se insereta en un tratamiento “liviano” (por no decir
mentiroso) de todos lxs problemas de la sociedad. Es una realidad
a la que deberemos acostumbrarnos para poder intervenir de
manera crítica, cuestionando las naturalizaciones que instala el
sentido común de lxs medios.
- Alejandro Dagfal -
Licenciado en psicología por la Universidad Nacional de
La Plata (UNLP), magíster y doctor en historia por la
Universidad de París VII, es investigador independiente
del CONICET. Ha sido docenteinvestigador en las
universidades de Bretaña Occidental y Lyon I, y profesor
invitado en la École des Hautes Études en Sciences
Sociales. Actualmente es profesor de Historia de la
Psicología(UBA) y director honorario del Centro
Argentino de Historia del Psicoanálisis, la Psicología y
la Psiquiatría (Biblioteca Nacional). Ha escrito
numerosos trabajos sobre la “historia psi” durante el
siglo XX.
Escribinos para participar
brotepsicouba@gmail.com
Brotepsico.UBA
11 2742-5295

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