Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/301643655
CITATIONS READS
2 8,975
3 authors:
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Proyecto Ajusco de la UACH sobre Ecología del Fuego, Manejo del Fuego y Restauración de Áreas Incendiadas View project
All content following this page was uploaded by Domingo Miguel Molina Terrén on 26 April 2016.
1.-Introducción
La estrategia en incendios forestales se puede definir como ‘el conjunto de acciones de
respuesta que se aplican para mitigar la incertidumbre que la emergencia va creando’.
Cabe destacar que el concepto incertidumbre es la base del problema y el objetivo de la
estrategia.
Un incendio forestal son muchas cosas a la vez, empezando por una perturbación en el
ecosistema y acabando por una emergencia que pone intereses sobre un paisaje en peligro, y
especialmente y últimamente, una amenaza también bienes y personas. Por ello, el proceso
básico para la elaboración de una estrategia es poder discernir, entre todos los problemas que
un incendio acarrea, cual es el objetivo de solución o cuales van a ser las decisiones y
acciones a tomar para minimizar los daños.
En este punto es donde vamos a distinguir entre estrategia y tácticas. Las tácticas serian las
acciones operativas de lucha contra el incendio para conseguir un objetivo concreto, mientras
que la estrategia seria la suma de incertidumbre marco, incertidumbre objetivo, objeto de
solución y acciones a tomar y aplicar para reducir la incertidumbre al nivel objetivo deseado. Es
decir, una estrategia se aplica para reducir una incertidumbre excesiva (problema) a un nivel de
incertidumbre razonable (objetivo). Esta decisión se puede materializar cuando disponemos de
un objetivo de solución, que entendemos como el estado de las cosas a conseguir. Una vez
identificado esto, el cómo gestionamos la incertidumbre fijándonos un objetivo medible a ser
alcanzado, el cómo decidimos las operaciones a llevar a cabo para materializarlo, esto son
nuestras tácticas. Estas tácticas se van a componer de maniobras operativas de ataque,
defensa o manejo del fuego.
Cabe destacar que es muy común el confundir las maniobras con las tácticas y con la
estrategia. Es decir, muchas unidades confunden la metodología de lucha contra las llamas,
que es una maniobra, con la estrategia. Esta confusión lleva a menudo a la situación de
trabajar reactivamente delante de un incendio, es decir en base a las llamas que vemos, y no
en base a lo importante: al incendio y su potencial. En la terminología anterior, esto, lo
importante lo denominábamos “pasar de incertidumbre excesiva (problema) a un nivel de
incertidumbre razonable (objetivo)”.
Ej: ataque con línea de defensa desde la roca al campo de almendros y quema de ensanche
posterior cuando el fuego esté a menos de 20 metros. Esto seria una táctica de ataque paralelo
empleando dos maniobras diferentes pero ejecutadas de forma consecutiva
Estrategia: La estrategia sería un conjunto de tácticas aplicadas para limitar el potencial del
incendio en cierto perímetro y reducir las amenazas del fuego sobre usos, bienes y personas.
En concreto, la táctica descrita en el punto anterior seria una parte de ejecución de la estrategia.
Confundir estos tres términos (que son tres niveles jerárquicos distintos) hace que perdamos
capacidad de actuación eficiente ante el incendio y que las emergencias nos dominen en la
toma de decisiones, con lo cual vamos por detrás del fuego física y mentalmente. Esto es, no
somos pro-activos sino reactivos.
Es decir, no tener claro que lo que una unidad hace es una maniobra y no una táctica, nos
dificulta encontrar ventanas de actuación. Simple y rutinariamente aplicamos la maniobra y
difícilmente nos adaptamos a las oportunidades del terreno y del momento. Hacerlo implica
tener una visión táctica.
El siguiente nivel es pensar en potencial del incendio, en pensar cuándo y dónde voy a poder
parar un incendio y cuándo y dónde no. Y por lo tanto, tener claro el potencial real del incendio
y los usos, bienes y personas en riesgo según ese potencial. Una vez claro esto, puedo
reconstruir el potencial usando tácticas que se concretarán en maniobras. Si puedo tener esta
visión estratégica, entonces puedo ir por delante del incendio y tomar decisiones para
minimizar esa incertidumbre, ese peligro.
Ejemplo 1
Analizamos a nivel de ejemplo la imagen 1. El fuego de la Riba (Tarragona) de julio del
2011. Empieza al lado de una carretera al mediodía de un día de viento fuerte y seco del
NW. La previsión meteo disponible y avanzada era de viento fuerte hasta la última hora del
día, con un cambio a viento húmedo del este al mediodía del siguiente. Esto claramente
dejaba una ventana de comportamiento extremo de un día, como mínimo de una tarde.
Como se puede ver en la imagen, la cabeza avanza a velocidad fuera de capacidad de
extinción por un paisaje muy inaccesible. La secuencia de decisiones ese día era:
- Estrategia: Seguir progresando por flancos con los recursos iniciales. Los medios
aéreos (MAER) priorizan el flanco izquierdo para evitar el descenso del flanco al
valle por donde se acanala el viento. Con esto, se quiere evitar que el fuego cruce
el río y nos abra otro cono en la otra vertiente. El flanco derecho va a crear otro
emplazamiento a media ladera para utilizar la pista forestal como apoyo de
maniobras de ensanche y evitar que el cono se siga abriendo por allí. La cabeza se
va a dejar a libre propagación, pues esta entrando en descenso hacia cultivos a 1,2
km.
- Objetivo de Solución: Tener una sola carrera que no entra en el valle y no afecta
población y no ensancha el flanco derecho por lo que no penetra en el macizo de
Prades. Será un incendio de 400 a 480 ha de matorral que quedará confinado a
primeras horas de la noche. Esto es, nuestro problema ya es razonable.
- Táctica: Ataque con línea de agua directamente sobre el FIZ (flanco izquierdo) y
con apoyo MAER y unidad de apoyo en las descargas. Ataque línea de agua sobre
flanco en el tercio inferior del FD (flanco derecho). Quema de ensanche con apoyo
de agua en el tercio central del FD y hasta que empieza el descenso de la cabeza.
- Maniobras: Unidad de trabajo con MAER con remate posterior de línea de agua +
unidades de líneas de agua + unidad de quemas de ensanche en FD con apoyo de
agua + descargas con retardante de los AVA (avión de vigilancia y ataque, Air
Tractor) en la parte central y delantera del FIZ
Como se puede ver en este ejemplo, la estrategia inicial reduce la incertidumbre a los
primeros medios y los hace más eficientes, pues desde un primer momento trabajan con el
objetivo inicial de una sola carrera potencial. La adaptación in situ del mando es definir el
resultado objetivo final, con lo que reduce la incertidumbre y, en base a esto, fija las
tácticas de cada flanco concreto y las maniobras de trabajo.
Ejemplo 2
En la Imagen 2, se puede observar la visión que la unidad helitransportada tiene del incendio
en el momento en que llega al mismo. Es un incendio pequeño, un día sin viento y situado en la
parte alta de la ladera. Claramente el potencial es limitado, ya que lo peor que el incendio
puede hacer es subir. Por lo tanto lo que necesita hacer el fuego para crecer es bajar y
reposicionarse en la parte baja de la ladera. La unidad que va a llegar al lugar va a poder con el
incendio ya que las llamas están dentro de capacidad de extinción.
Este es el típico caso de fuego en que la evolución del mismo es predecible y la situación no
genera caos. En este caso la aplicación de la maniobra, (ataque combinado de unidad en tierra
con herramientas manuales y MAER (helicóptero bombardero con descargas de apoyo) la
táctica (maniobra aplicada en ataque directo sin buscar infraestructuras de apoyo ni descargas
de retardante) se confunden y son en si mismas la estrategia.
Tactica: Ataque directo sobre las llamas in situ para garantizar la extinción inmediata
Por otra parte, la filosofía también nos plantea dos enfoques estratégicos según vayamos a
contener el problema, es decir, pararlo y estabilizarlo o por el contrario vayamos directos a la
base del problema y nos plateemos estrategias de solución para eliminar la posibilidad de la
amenaza.
Estas se definen en función de si están prefijadas como parte del dispositivo de primer ataque
o adaptadas a la emergencia en concreto.
Ejemplo 3:
Si nos ceñimos al enfoque nos encontramos con la filosofía pero también la capacidad de
solución que podamos tener. En base a esto, las definimos como:
Estrategias de Contención
Son aquellas que van a conseguir reducir la incertidumbre e incluso eliminarla de momento
pero no van a poder solucionar el problema. Es decir, el problema potencial va a continuar
latente. Este caso aplica con todo su peso en el caso de los incendios forestales. Podemos
apagar el incendio y reducir la incertidumbre a cero, pero nada impide que mañana otro
incendio queme y cree incertidumbre en el bosque verde que hoy no ha quemado. Por eso,
decimos que las estrategias para incendios forestales, basadas en su extinción son estrategias
de contención de la amenaza incendio forestal, porque en ningún caso solucionan la amenaza.
Esa incertidumbre continúa allí, contenida.
Estrategias de Solución
Son aquellas que eliminan el problema y por tanto la incertidumbre del momento y la contenida.
En el caso de los incendios forestales, son las estrategias de extinción como complemento de
una estrategia básica de gestión forestal basada en gestión de cargas y continuidades de
combustible las que se pueden aproximar más a una solución del problema. Esta claro que la
erradicación del incendio forestal de nuestros montes no es posible, ya que estrategias
basadas en este precepto tienen su punto débil en la alta incertidumbre que genera cualquier
ignición imprevista.
Son estrategias basadas en eliminar el potencial de propagación por encima de la capacidad
de extinción las que permiten reducir la incertidumbre y eliminarla.
Dicho de otro modo, reducir el potencial de un incendio forestal es un objetivo posible (requiere
conocimiento y estrategia) pero la erradicación de los incendios forestales es un objetivo
imposible y, por ello, generador de frustración
Ejemplo 4
Las generaciones de incendios (Castellnou 2010) son un ejemplo de la evolución de la
estrategia Tipo según enfoque.
Como puede verse, la evolución del problema incendio ha ido en aumento, pero solo ahora,
con la 4ª y 5ª generación del problema, se está empezando a mirar estrategias de calado y
largo recorrido basadas en la solución al problema. Desde un principio, se puede observar
como la carga de combustible, y la continuidad de la misma, ha generado el problema, al cual
solo respondíamos con más medios y más ataque y más detección. La incorporación del
análisis, los sistemas de manejo y la estrategia han sido los últimos pasos de las estrategias de
contención.
Son los principios sobre las que estructurar un eje de lógica donde construir las decisiones que
van a componer nuestro plan de actuación y, por lo tanto, nuestra estrategia. Su formulación y
consecuente respuesta nos ha de permitir el poder identificar la incertidumbre, el potencial y el
objetivo de nuestra estrategia. Las más usadas son:
Ejemplo 5
Las imagen 3 nos muestra las vistas en el momento inicial del flanco derecho e izquierdo
de un incipiente incendio. En las imágenes, se puede apreciar con claridad que el
comportamiento del fuego es topográfico. La previsión del día era de estabilidad
atmosférica con lo que no era previsible ningún cambio a peor.
El Factor de cambio
Las organizaciones de alta fiabilidad (HRO) tiene como metodología el análisis del error
para aprender. Una organización de alta fiabilidad (HRO) es una organización que ha
logrado evitar catástrofes en un entorno donde los accidentes son altamente
esperables debido a factores de riesgo y la complejidad. Las raíces del paradigma HRO
fueron desarrollados por un grupo de investigadores de la Universidad de California
Berkeley (Todd LaPorte, Rochlin Gene, y Karlene Roberts)
Para reducir la incertidumbre, que es lo más importante, hay que reconocer y evaluar que los
resultados que se están obteniendo se ajustan a la planificación que hemos realizado. Hay que
enseñar progreso según lo planificado para tener efecto en la reducción de la incertidumbre y
reforzar la estrategia.
Sin credibilidad, una estrategia no será realista y nunca pasara de acciones operativas
dispersas sobre un perímetro. Si esto pasa, no tendremos la iniciativa y por lo tanto estaremos
sujetos al azar.
Ejemplo 6
Vemos una secuencia de imágenes sobre la evolución de la extinción del flanco izquierdo
de un incendio en la zona de Collserola (Barcelona). La posición inicial de los medios es
atacar de abajo hacia arriba con los retenes terrestres y con apoyo de medio aéreo para
acabar con rapidez con un incendio muy mediático y de alta presión para el dispositivo (los
4 millones de personas de Barcelona ciudad están viendo el incendio y está siendo
retransmitido en directo por los medios de comunicación en hora punta).
La estrategia diseñada era la de atacar con un retén y el apoyo del medio aéreo el flanco
izquierdo más visible del incendio mientras los Bomberos apagaban bien la cola más cercana a
las casas y dos retenes más perimetraban el resto del incendio. Con un medio aéreo tenía que
bastar para evitar el crecimiento del flanco y garantizar el fácil y rápido progreso del retén por
tierra.
El día era de riesgo en Cataluña y no se quisieron destinar más medios en la zona, mantenido
así la cobertura del resto de territorio con una garantía de recursos.
Ante esta situación, las descargas del helicóptero se dirigen a la cabeza del incendio para
bajar las llamas más visibles. En un flanqueo ascendente esta maniobra es inefectiva, ya que
las llamas de la parte media baja rápidamente se recolocan y vuelven a correr hacia la cresta
dejando en nada el efecto de la descarga MAER. Este hecho provoca que se quiera insistir
para tener un efecto en la cabeza. Al no entender el movimiento de las llamas, la estrategia se
pierde y focalizamos en las llamas, reaccionando a ellas y pidiendo más descargas hasta tener
un efecto. Esto desarticula la estrategia, resta apoyo al avance de abajo a arriba del retén
terrestre y lastra hasta 2 medios aéreos más en la extinción.
La cultura de arriesgar
El demonio número uno aparece delante de la tesitura de tomar riesgos. Aplicar maniobras es
fácil y simplemente es viable o no. Pero aplicar tácticas ya implica planificar una ventana y eso
implica tomar decisiones con incertidumbre que en determinadas ocasiones pueden fallar.
Aparece aquí el miedo a equivocarse y aquella verdad que reza, ‘el que no hace no se
equivoca’, aparece para tentar a no planificar y quedarnos atados a intentar una maniobra sin
más. Hacer el paso a transformar la maniobra en táctica como parte de una estrategia es el
primer paso de nuestro objetivo y es el que ataca este miedo tan arraigado en organizaciones
jerarquizadas como son las de emergencias.
El último y más dañino de los demonios es justificar los miedos propios y las inseguridades en
errores de los compañeros. Este demonio destruye los equipos y crea una cultura de
obediencia solo a órdenes de otros que asumen la responsabilidad. Es un demonio que
traspasa responsabilidad a los demás y que tiene como último efecto el acumular la
responsabilidad arriba en la estructura con lo cual incentiva y alimenta que la organización se
vuelva defensiva y reactiva y no tenga incentivos en planificar una estrategia para reducir
potencial.
La credibilidad de la estrategia es básica para poder luchar contra los demonios que desde
dentro del dispositivo van minando su capacidad de respuesta a través de destruir la capacidad
de actuar, planificar y aprender.
Esta es la razón final de la necesidad de una estrategia: poder crear capacidad de respuesta
estructurada, planificada y adaptada, eliminando incertidumbre.
Con todo, el mundo de los incendios forestales, está todavía dentro de las estrategias de
contención de un problema complejo y creciente como es la gestión forestal y del paisaje y la
amenaza que sobre este último son los incendios de 4rta y 5ª generación. Dentro de esta
situación, hay que tener en cuenta también que todavía son más aplicadas las estrategias de
‘sistema’ o de salida que las de ‘momento’ o adaptadas al problema concreto.