ANTROPOLOGÍA

DEL DEPORTE
emociones, poder y negocios
en el mundo contemporáneo

niko besnier
susan brownell
thomas f. carter

traducción de teresa arijón

~ siglo veintiuno
~ editores
 7. Deporte, nación y nacionalismo

La marcha de 204 equipos nacionales en el estadio durante la

ceremonia de apertura de los juegos Olímpicos de Pekín 2008 marcó el
momento en que el sistema mundial de Estados nacionales -que se había
expandido a lo largo y ancho del planeta desde fines del siglo XVIII-
llegó a su culminación lógica. Por primera vez en la historia, cada milí-
metro habitado del planeta había sido asignado a la jurisdicción de un
comité olímpico nacional. Aunque algunas entidades que reclamaban
ser reconocidas como "países" a los propósitos olímpicos habían confa-
bulado para tener su propia representación separada, no hubo boicots ni
exclusiones oficiales, con una sola excepción. Brunéi, cuyo sultán ocupa-
ba uno de los asientos VIP, no había podido enviar a ningún atleta debi-
do a una reyerta política interna; de lo contrario, los equipos nacionales
habrían sumado 205. Las Islas Marshall, Montenegro y Tuvalu fueron
los últimos territorios en ingresar en el desfile. De allí en adelante, la
aparición de nuevas delegaciones sólo podría resultar de la escisión de
jurisdicciones de comités olímpicos previamente unificados. Por haber-
se desarrollado a la par del nacionalismo moderno durante más de un
siglo, los Juegos Olímpicos se habían convertido en e l mayor escenario
público para anunciar la existencia de un país a una audiencia mundial.
En palabras de John MacAloon: "Para ser una nación reconocida por
otras y ser real para sí mismo, un pueblo debe marchar en el desfile de la
ceremonia inaugural de los juegos Olímpicos".500
¿Por qué la idea de los antiguos juegos Olímpicos resonó en los visio-
narios pensadores decimonónicos que inventaron la ve1·sió11 modc::ma?
La respuesta radica, en parte, en e l surgimiento de los Estados nacio-

500 John MacAloon, "The Turn of Two Centuries: Sport and the Politics of
Intercultural Relations", en Fernand Landry, Marc Landry y Magdaleine
Verles (comps.), Sport ... the Third Millennium. Proceedings ofthe lnternational
Symposium, Québec, Ganada 21-25 May 1990, Quebec, Presses de l'Université
Laval, 1991, pp. 31-44; la cita, en p. 42.
 276 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
nales. Las antiguas ciudades-estado griegas del período clásico eran tan
grandes y poderosas como para mostrarse hostiles y competir entre ellas,
y casi siempre estaban en guerra, pero a la vez eran tan pequeñas que
ninguna pudo jamás dominar a las otras ni establecer un imperio que
borrara sus identidades individuales.
A fines del siglo XIX, cuando el mundo se volvió más pequeño gracias
a las innovaciones tecnológicas (los barcos a vapor, el telégrafo, el servicio
postal), los Estados nacionales de Europa Occidental se encontraban en una
situación muy similar: eran lo bastante grandes y poderosos como para mos-
trarse hostiles y competitivos entre ellos, y aunque muchos tenían imperios
coloniales en rincones alejados del mundo, no podían conquistar y gober-
nar de modo permanente a sus vecinos continentales. Como en la antigua
Grecia, esto generó una situación de guerra constante y en ocasiones un
terrible sufrimiento humano. Y, también como en la antigua Grecia, esas
rivalidades tan destructivas entre Estados suscitaron el deseo de desarrollar
mecanismos que permitieran superarlas. Los Juegos Olímpicos modernos
no conmemoran a un Dios supremo -del modo en que los Juegos antiguos
honraban a Zeus-, sino que celebran la supremacía del Estado nacional
como la unidad política más importante en el mundo actual. En algunos
aspectos, el nacionalismo es la nueva religión oficial de la era modema.501
NACIONES, PAÍSES Y ESTADOS
El concepto de "nación" hace referencia a un grupo de personas que
sienten que comparten una identidad basada en la ciudadanía y en una
historia, una lengua y unos símbolos que son comunes a todos. En líneas
generales, el "nacionalismo" se entiende como un sistema de creencias
culturales en torno a un grupo social -la "nación"- y el sentido iden-
titario que surge entre quienes sienten que lo integran. La nación es
una forma relativamente reciente de organización política, surgida en
Europa Occidental y sus colonias a fines del siglo XVIII, que a comienzos
501 Bruce Kapferer, Legends ofPeople, Myths ofState. Violence, Intolerance, and
Política/ Culture in Sri Lanka and Australia, Washington, Smithsonian
Institution Press, 1988; Michael Herzfeld, The Social Production of Indijference.
Exploring the Symholic Roots of Western Bureaucracy, Chicago, University of
Chicago Press, 1992, pp. 10-47.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 277
del siglo XIX se desplazó hacia el este -en concreto, a Grecia- y llegó a
China a principios del siglo XX.
La idea de "nación" se originó en el Romanticismo europeo de fina-
les del siglo XVIII y comienzos del XIX, y en particular el romanticis-
mo alemán, cuyo epítome es la filosofía de Johann Gottfried Herder
(1744-1803). El ideal romántico afirmaba que los miembros de las nacio-
nes comparten un "sentimiento primordial" o "carácter esencial" nato
que los hace franceses, alemanes o de cualquier otra identidad, y que
una nación debe coincidir con el Estado que la gobierna. El naciona-
lismo romántico suponía que la nación era un agrupamiento "natural"
de personas que tenían derecho a ser representadas por un Estado so-
berano surgido de manera orgánica de entre ellos. La propagación de
las naciones era, para los adalides del romanticismo, un indicador de un
orden mundial "civilizado" en que las formas de gobierno democráticas
reemplazaban a otras variantes de formación estatal, como los imperios
débilmente estructurados, las monarquías absolutas y las teocracias.
Las naciones y los países son distintos de los "Estados". El Estado es una
forma compleja de gobierno centralizado, cuyo espectro abarca desde im-
perios agrarios como el Otomano y la dinastía china Qing, hasta países
industrializados como las contemporáneas República Helénica de Grecia y
República Popular China. En lo que podríamos considerar una definición
"clásica", el teórico social Max Weber definió al Estado moderno como una
organización política de funcionamiento constante y compulsivo, que re-
clama el monopolio del uso legítimo de la fuerza fisica para hacer cumplir
el orden que impone. 502 Ya sea democrático o violentamente opresivo, se
entiende que el Estado, en líneas generales, es la administración política
de un espacio geográfico delimitado y de sus habitantes, a través de los
mecanismos burocráticos de instituciones gubernamentales centralizadas,
operadas y controladas por un pequeño número de especialistas.5º3
La relación entre nación y Estado nunca fue fluida y feliz como la ima-
ginaron los pensadores románticos. En realidad, el gobierno a menudo
era impuesto de arriba abajo a pueblos que no se identificaban con la
nación proclamada o eran oprimidos y excluidos de los gobiernos nacio-
502 Max Weber, Economy and Society. An Outline oflnterpretive Sociology (1922),
Berkeley, University of California Press, 1978, p. 55 [ed. cast.: &onomía y
sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, México, FCE, 1944].
503 Max Weber, "Politics as a Vocation", en Hans. H. Gerth y Charles Wright
Milis (eds. y trads.), From Max Weber. Essays in Sociology, ob. cit. [ed. cast.: La
política como vocación, en El político y el científico, Madrid, Alianza, 2012].
 278 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
nales. Por lo general, los Estados deben realizar grandes esfuerzos para
convencer a sus ciudadanos de que en efecto comparten una identidad
nacional; así, la creación de un sistema nacional de educación pública,
que incorpora la educación física, es uno de los sellos distintivos de un
gobierno central moderno. Hay naciones que no tienen Estado propio,
como Palestina, y hay Estados que no tienen nación, como el "gobierno
en el exilio" tibetano en India. El término "Estado nacional" 'c apta esa ten-
sión. Lo utilizamos para referirnos al ideal de una nación y un Estado que
son uno y el mismo, pero no es más que un ideal que ignora las realidades
conflictivas. Hasta la década de 1980 los pensadores políticos tendían a
ver la nación a través de una lente color rosa, heredada del romanticismo,
que dio origen al concepto. Teóricos más recientes, y de forma notable
Benedict Anderson y Eric Hobsbawm, han criticado estos enfoques; más
adelante analizaremos cómo encajan los deportes en sus teorías.
Uno de los mayores problemas del concepto de "Estado nacional" es
que retrata a todos los Estados nacionales como si fueran de algún modo
equivalentes, aunque la población de la República Popular China (donde
Susan Brownell realizó trabajo de campo) supera más de cien mil veces en
número a la de Tuvalu (donde Niko Besnier en un comienzo hizo tam-
bién investigación) y no puede decirse que sea justo que ambos compitan
de igual a igual en los Juegos Olímpicos. Cuando la realidad no coincide
con la retórica oficial, la brecha puede causar conflictos en el mundo del
deporte. Durante su primer siglo de existencia, el COI decidía según su
propia "geografía deportiva" -así la llamaba Pierre de Coubertin-, y des-
de esa perspectiva autorizaba la participación de países no reconocidos
internacionalmente como Estados soberanos, pero que eran regiones sub--
nacionales, colonias, territorios, protectorados u otros sistemas vicarios:
como Bohemia (una región dentro del Imperio Austrohúngaro), Malta y
Rodesia (colonias británicas antes de su independencia) y Sarre (un limbo
entre Francia y Alemania después de la Segunda Guerra Mundial).
Puerto Rico, Guam, la Samoa estadounidense, las Islas Vírgenes esta-
dounidenses y las Islas Vírgenes británicas -todos bajo jurisdicción po-
lítica estadounidense o británica- compite n como "países" separados,
mientras los atletas de otros territorios semiautónomos con movimientos
independentistas activos, como la Polinesia francesa y Nueva Caledonia,
están obligados a competir bajo la bandera de la metrópolis colonial (en
estos dos casos, Francia). Palestina, que se encuentra bajo ocupación mi-
litar israelí desde 1967, está representada en los Juegos Olímpicos de
Verano desde 1996. Mientras Susan Brownell y Niko Besnier miraban la
transmisión de la ceremonia inaugural de Río 2016 en una gran pantalla
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 279
de televisión en vivo, la multitud aplaudió con muchísimo entusiasmo a
la delegación olímpica palestina.
Sin embargo, en 1996 el COI revisó su Carta Olímpica y estableció que
de allí en adelante los comités olímpicos nacionales debían representar a
Estados miembros de las Naciones Unidas, aunque los comités olímpicos
nacionales existentes mantuvieron su vigencia dentro del COI. El estatus
actual de la Gran China en el Movimiento Olímpico ilustra que a la po-
lítica no se le puede poner un chaleco de fuerza de talle único para to-
dos los modelos de nación. Oficialmente, China reclama Hong Kong,
Macao y Taiwán como territorios que están dentro de las fronteras del
Estado soberano de la República Popular. Pero Hong Kong y Taiwán
eligen sus propios equipos nacionales y marchan por separado en el es-
tadio olímpico: Hong Kong, porque mantuvo vigente su estatus dentro
del COI cuando fue devuelto a China en 1997, y Taiwán, porque en rea-
lidad se rige por un gobierno autónomo, aunque la "fórmula olímpica"
establecida en 1979 obliga al sistema olímpico a cumplir el "Principio de
Una Sola China" y describe a Taiwán como la provincia china de Taipéi.
Macao no tenía un comité olímpico reconocido antes de ser devuelto a
China en 1999, de modo que no hubo fundamentos para mantenerlo
vigente. Si bien China peticionó ante el COI para que Macao tuviera
su propio equipo, el organismo no estuvo de acuerdo y por lo tanto los
atletas de Macao deben derrotar a sus rivales chinos para poder integrar
el equipo olímpico. La representación de "China" en el deporte interna-
cional es motivo de acalorados debates desde hace más de sesenta años.
DEPORTE, GUBERNAMENTALIDAD, BIOPODER Y DISCIPLINA
Vivan donde vivan, las personas reifican estratégicamente - aunque de ma-
nera constante y continua- al Estado, pero tienden a olvidar cuán frag-
mentado e inconsistente es en realidad.504 De forma paradójica, culpan de
sus fracasos a esa presencia mal definida pero fundamental en sus vidas
-tal como culparían a un ser humano-y al segundo siguiente apelan a su
"cosidad"5º5 impersonal como garantía última de autoridad desinteresada.
504 Akhil Gupta, "Blurred Boundaries: The Discourse of Corruption, the Culture
of Poli tics, and the Imagined State", American Ethnologist, vol. 22, n º 2, 1995,
pp. 375-402.
505 Probable referencia a la pregunta de Heidegger por "la cosa". (N. de T.]
280 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
Esa autoridad se refuerza mediante los efectos acumulativos de sus en-
cuentros cotidianos con estructuras burocráticas que conjuran los efec-
tos y condiciones de la conversión del Estado en objeto.506
Tal vez el pensamiento más creativo sobre la naturaleza del poder del
Estado fue el de Michel Foucault en la década de 1970, cuando desarrolló
sus conceptos de "gubemamentalidad" y "biopoder". Para Foucault, en el
siglo XVIII el foco del poder estatal cambió de la soberanía y el control so-
bre las cosas (la economía material) a la gubemamentalidad y el control
sobre las personas (la población). La invención de las estadísticas sociales
y el desarrollo de la demografía posibilitaron que los gobernantes com-
prendieran a sus gobernados de nuevas maneras. Conducta sexual, repro-
ducción, consumo y tasa de crecimiento poblacional se transformaron en
objetivos de intervención del gobierno. Surgieron nuevas leyes (como las
que criminalizaban la homosexualidad, que reemplazaron a las viejas le-
yes de sodomía en toda Europa y América del Norte a partir de mediados
del siglo XIX) e instituciones (hospitales, escuelas públicas, cuarteles mi-
litares y prisiones) para regular los cuerpos y las mentes de la población.
Cada vez más, gobernar se convirtió en una ciencia impulsada por nuevos
tipos de profesionales del derecho, la medicina y la educación. El concep-
to de gubemamentalidad evita reducir el Estado a un conjunto limitado
de funciones y captura la creencia de Foucault en que el Estado
no tiene esta unidad, esta individualidad, esta funcionalidad ri-
gurosa, ni, para ser francos, esta importancia; quizá, después de
todo, el Estado no sea más que una realidad compuesta y una
abstracción mitificada, cuya importancia es mucho más limita-
da de lo que muchos de nosotros pensamos.507
Foucault llamó a esta versión del poder del Estado "biopoder" o "biopo-
lítica", una política preocupada por gobernar poblaciones, que opera
mediante el control de los cuerpos a través de sistemas reguladores y dis-
ciplinarios y al aumentar sus capacidades de vigilancia en áreas como la
familia, la salud, la sexualidad, el nacimiento y la muerte.508 Este enfoque
506 Eric Wolf, Pathways ofPower. Building an Anthropology ofthe Modern World,
Berkeley, University of California Press, 2001 , pp. 320-334; Partha Chatterjee,
The Nation and lts Fragments. Colonial and Pos/colonial Histories, Princeton,
Princeton University Press, 1993. · de Alan Sheridan, Nueva York, Vintage Books, 1997, p. 26 [ed. cast.: Vigilar
507 Foucault, "Govemmentality'', cit, p. 103.
508 Íd.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 28 l
de Foucault sobre el cuerpo inauguró una nueva manera de entender la
relación entre deporte y Estado. No es una coincidencia que la disciplina
de la educación fisica se desarrollara a la par del surgimiento de los Estados
nacionales modernos y los sistemas nacionales de enseñanza pública.
Por otra parte, en los deportes suele verse con nitidez lo que Foucault
llamaba la "microfísica del poder". 509 Los deportes disciplinan cuer-
pos, modelan pensamientos y exhiben el producto de ese proceso
como un ejemplo para el público. Las vidas de los atletas en el sistema
deportivo de China, financiado por el Estado desde mediados hasta
fines de los años ochenta, ilustran la teoría de Foucault. Durante ese
período, cuando las reformas de mercado aún no se habían conso-
lidado, la sociedad china se caracterizaba por un Estado intrusivo y
autoritario, y las vidas de los atletas mostraban con cristalina claridad
su funcionamiento. Los competidores comenzaban a formarse a tem-
prana _e dad en internados provinciales y municipales con orientación
deportiva, donde llevaban vidas semimilitarizadas. Eran categoriza-
dos y estudiados; se monitoreaban sus movimientos, sus dietas y sus
funciones corporales; sus días giraban en tomo a entrenar, comer y
dormir, con horarios estrictos desde que despertaban a primera hora
de la mañana hasta el toque de queda nocturno; los varones no tenían
permitido fumar tabaco y las mujeres no podían usar el cabello largo
y suelto, y ambos tenían prohibido tener novias y novios y casarse. El
objetivo de la "educación del pensamiento" y la "educación política"
era inculcar el espíritu deportivo y la moral socialista. Todo esto cons-
tituía lo que Foucault llamaba un régimen "disciplinario" que preten-
día producir cuerpos dóciles.
Susan Brownell experimentó de primera mano la disciplina deporti-
va socialista cuando representó a Pekín en los National College Carnes
de 1986, para lo cual tuvo que participar en un campamento de en-
trenamiento previo de dos meses -y medio de duración. Atletas y en-
trenadores por igual tomaban muy en serio su deber de representar
a los estudiantes universitarios de la ciudad capital, Pekín, que, según
creían, debía funcionar como centro de propagación de la "civilización
espiritual" (véase el capítulo 6 sobre una descripción del deporte y la
teoría del "ce ntro civilizador"). A los integrantes del equipo se les re-
509 Michel Foucault, Discipline and Punish. Tite Birtlt oftite Prison ( 1995), trad.
y castigar. Nacimiento de la prisión, ed. revisada y corregida, Buenos Aires,
Siglo XXI, 2018].
 282 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 283

quería memorizar canciones y eslóganes, estudiar folletos sobre ética

de la competencia, y escuchar conferencias sobre el espíritu deportivo
y el espíritu del encuentro. Después de tomar lista cada mañana en el
campo de deportes, practicaban marcha para estar en condiciones de
liderar a los estudiantes de la nación en su ingreso al estadio durante la
ceremonia de apertura. La performance incluía paso de ganso y corear
lemas como "¡Estudia con esfuerzo!" y "¡Defiende a la nación!" alterna-
dos con el estribillo "¡Entrena el cuerpo!".
Tres décadas más tarde, Brownell todavía recuerda esos lemas porque
repetirlos al ritmo de los movimientos corporales convertía al cuerpo
en un artefacto mnemotécnico, recurso que resultaba mucho más efi-
caz porque los cuerpos individuales estaban sincronizados con el cuerpo
grupal. El equipo, precisamente por haber aprendido a manejar estas
formas de disciplina, también servía de ejemplo a otros, ya se tratara de
equipos colegas en las ceremonias inaugurales o de los espectadores que
miraban el evento por televisión nacional. Brownell "cumplió su deber":
ganó una medalla de oro en heptatlón, corrió en dos equipos de relevos
que obtuvieron medallas de plata, y fue distinguida como "atleta de la
civilización espiritual". Asu entender, la "modernidad" de las técnicas de
entrenamiento del cuerpo para la nación consistía en que eran mucho Figura 18. Una integrante del equipo femenino fiyiano celebra con emoción
la primera medalla dorada obtenida por sus compatriotas hombres en una
más continuas, detalladas, calculadas y normalizadoras que los regíme- disciplina olímpica. Río dejaneiro, agosto de 2016. Susan Brownell.
nes disciplinarios de la era imperial (antes de 1912).510

El deporte facilita tanto el ensalzamiento de lo propio como la demo-

NACIONALISMO
Los Estados nacionales no existirían si no estuvieran legitimados por una
ideología que los fundamenta y acompaña. Producto, al menos en un
principio, de sentimientos positivos de asociación, el nacionalismo pue-
de devenir en sentimientos reaccionarios hacia un Otro percibido. Ese
Otro por lo general pertenece a otras naciones: es alguien que está del
otro lado de una frontera política. Pero el Otro también puede ser un
grupo interno, como una etnia o una raza minoritarias. Así, el naciona-
lismo puede expresarse a través de proclamas celebratorias de autorre-
conocimiento y autoafirmación, pero también mediante la denigración
a otros grupos para afirmar la superioridad del propio.
510 Brownell, Training the Bodyfor China, ob. cit., pp. 147-149.
nización de lo ajeno. Esto fue así sobre todo en las competencias de-
portivas internacionales en el apogeo de la Guerra Fría, a mediados del
siglo XX. La "milagrosa victoria en el hielo" del equipo de hockey sobre
hielo estadounidense contra el hasta entonces invencible equipo sovié-
tico en los Juegos de Invierno de Lake Placid 1980, en un partido juga-
do contra un trasfondo de crecientes tensiones políticas entre los dos
países, fue el epítome del nacionalismo estadounidense, desde el canto
de los espectadores que coreaban entre la multitud "¡Estados Unidos!
¡Estados Unidos!" hasta los relatos del espíritu combativo del intrépido
equipo estadounidense supuestamente condenado a perder frente al gi-
gante soviético, considerado en aquel entonces una imbatible fuerza de
la naturaleza.
Otro ejemplo famoso es la victoria de Hungría sobre la Unión Soviética
en waterpolo en Melbourne 1956, poco después de que la URSS repri-
miera la revolución húngara. Los atletas húngaros habían oído los dispa-
ros y visto la humareda desde su campo de entrenamiento en la monta-
284 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
ña antes de ser evacuados; cuando por fin consiguieron una impactante
victoria de 4 tantos contra O, la sangre ya había teñido el agua de rojo.511
En el primer partido de la Copa Mundial de la FIFA 2002, que se jugó en
Japón y Corea, la victoria del seleccionado senegalés sobre los campeo-
nes mundiales que defendían el título -es decir, los franceses- simboli-
zó el derrocamiento del colonialismo francés por el pueblo de Senegal.
Mientras los medios franceses apenas se hicieron eco de la derrota, miles
de personas salieron a celebrar en las calles de Dakar, como si la selec-
ción nacional hubiera ganado la Copa del Mundo. Este tipo de triunfos a
menudo quedan incorporados a las historias nacionales como instancias
inolvidables de victoria nacional sobre un adversario.
Como argumentó Benedict Anderson, uno de los teóricos más influ-
yentes sobre el tema, la nación es una "comunidad imaginada", social y
culturalmente construida. 512 Es "imaginada" porque, en la inmensa ma-
yoría de las naciones, ninguno de sus miembros se encontrará al menos
una vez cara a cara con todos y cada uno de los otros individuos que
la conforman. Anderson ponía énfasis en el rol fundamental que de-
sempeñó el "capitalismo impreso" (el negocio de imprimir y vender pe-
riódicos y otros medios en papel) en el ascenso del nacionalismo desde
fines del siglo XVIII. Por extensión, hoy los medios masivos electrónicos
son centrales para la construcción del nacionalismo. Los medios difun-
den imágenes que ponen en primer plano la comunidad y minimizan la
diferencia, sobre todo cuando está en juego la nación -como en tiempos
de guerra-, lo que atrae a grupos cada vez más numerosos de gente hacia
una identidad nacional imaginada. En las industrias del entretenimien-
to actuales, la "no santísima trinidad" de deporte, cultura y medios de
comunicación involucra de lleno a los deportes en la construcción y pre-
servación de la nación. 513
Las transmisiones televisivas del Superbowl de fútbol americano están
entre las más vistas de la historia en los Estados Unidos. Aunque sólo par-
ticipan equipos de ese país, el ganador es reconocido como "campeón
mundial", lo que llevó a un bloguero británico a reflexionar, no sin un
51 l Se dicen muchas cosas sobre el partido "con el agua teñida de sangre".
Algunos dicen que el agua estaba roja; otros, que es una exageración. Susan
Brownell conoció a un espectador que estuvo presente y le dijo que el agua
era de color rosa.
512 Benedict Anderson, Jmagined Cammunities, ob. cit.
513 David R. Rowe, The Unholy Trinity. Sport, Culture, and the Media, Buckingham,
Open University Press, 1999, pp. 22-24.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 285
dejo de ironía: "Queridos estadounidenses: ustedes no pueden ser cam-
peones mundiales si ningún otro país compite". 514 El espectáculo televi-
sado presenta el Superbowl como un festejo nacional que celebra los va-
lores, las costumbres y las normas de la "americanidad" aceptable. En un
estudio sobre la transmisión que la NBC hizo de la previa del Superbowl
en 1986, Lawrence Wenner, un especialista reconocido en deportes y
medios, llegó a la conclusión de que las expresiones exaltadas de los
comentaristas reforzaban el lema expresado en la gráfica de apertura: Super
Sunday. An American Cekbration [ una celebración estadounidense] .515
A la vez, el nacionalismo se refuerza de manera constante median-
te objetos y actos cotidianos tan comunes y corrientes que la gente ni
siquiera los advierte, pero que sin embargo tienen un efecto sublimi-
nal. El sociólogo Michael Billig denominó "nacionalismo banal" a este
fenómeno. 516 Las banderas, las imágenes de los billetes y los nombres de
las organizaciones deportivas (por ejemplo, la National Football League
y la NBA estadounidenses, que no mencionan a cuál nación refiere el
término "nacional") son claros ejemplos de esta cuestión. Casi todos los
eventos deportivos en los Estados Unidos comienzan con los espectado-
res cantando el himno nacional, guiados por una grabación o por un
cantante invitado, mientras contemplan la bandera nacional.
La bandera y el himno no son tan omnipresentes en el resto del mun-
do; de hecho, aunque los medios occidentales nos bombardean con noti-
cias alarmistas sobre el ultranacionalismo en China, los visitantes chinos
a quienes Susan Brownell recibió y acompañó en los Estados U nidos que-
daron azorados ante lo que, a sus ojos, era una expresión de crudo fervor
nacional incluso en los eventos deportivos de reducida repercusión me-
diática. Para uno de sus invitados fue todavía más sorprendente ver a los
en general decorosos espectadores de actividades gimnásticas estallar en
gritos alborozados de "¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!" en las Pruebas
Olímpicas 2016 de gimnasia masculina en San Luis, aunque los únicos
competidores eran estadounidenses.
514 Steven Wells, "Dear America: You Can't Be World Champions If No One Else
Takes Part", Guardian (Londres), 18 de septiembre de 2008, disponible en
<www.theguardian.com>.
515 Lawrence A. Wenner, "The Superbowl Pregame Show: Cultural Fantasies and
Political Subtext", en Lawrence A. Wenner (comp.), Media, Sports, and Society,
Newbury Park, Sage, 1989, pp. 157-1 79.
516 Michael Billig, Banal Nationalism, Londres, Sage, 1995 [ed. cast.: Nacionalismo
banal, Madrid, Capitán Swing, 2014).
286 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
Para poder ocupar su lugar como igual entre las potencias deportivas,
un Estado nacional debe tener una historia deportiva propia que date, si
es posible, de la Antigüedad, y que pasará a integrar el arsenal de símbo-
los que otorgan legitimidad a la nación y al Estado que la gobierna. Las
naciones consideradas miembros de la "civilización occidental" pueden
rastrear sus raíces deportivas hasta los Juegos Olímpicos de la antigua
Grecia. Una bibliografía publicada en 1984 incluía una lista de 186 libros
y artículos sobre lus antiguos Juegos Olímpicos y 1345 fuentes sobre los
deportes griegos antiguos en general, publicadas en inglés, francés, ale-
mán y otros idiomas desde 1752.517 En contraste, aunque la civilización
china es tan antigua como la occidental y su historia está igual de bien
documentada en los archivos existentes, la primera historia del deporte
en China se escribió en 1919, y en 1984 sólo existían unos pocos libros
sobre el tema en ese país.518
La escritura de historias nacionales del deporte es parte de un proceso
mediante el cual numerosos países no occidentales intentan inscribirse
hoy en la historia mundial. Por lo tanto, es importante que esas historias
se publiquen en inglés u otra lengua internacional de amplio alcance.
Resulta curioso que naciones casi siempre retratadas en Occidente como
antagónicas a la internacionalización y el intercambio de ideas con los
occidentales parezcan novatos ansiosos por unirse al juego, a la luz de
sus esfuerzos por difundir sus historias deportivas nacionales. Por ejem-
plo: la República Popular China produjo una gran cantidad de libros y
artículos, e incluso organizó una exposición en el Museo Olímpico del
COI en Lausana, para acompañar su candidatura como sede olímpica y
su surgimiento como potencia deportiva.5 19
En 2006, la Academia Olímpica Iraní organizó el simposio interna-
cional "La historia del deporte en lranzamin [el Gran Irán]", primer
intento de los especialistas por estudiar el tópico de manera sistemática.
517 Thomas F. Scanlon, Greek and R.oman Athletics. A Bibliography, Chicago, Ares
Publishers, 1984, pp. 55-65. Los números se basan en un conteo de Susan
Brownell.
518 Guo Xifen, Zhongguo tiyushi [Historia de los deportes chinos], Shanghái,
Shangwu Press, 1919. Otras historias deportivas publicadas antes de 1984
incluyen: Gunsun Hoh, Physical Education in China Physical Education in China,
Shanghái, Commercial Press, 1926, y Xu Yongchang, Zhongguo gudai tiyu
[Deportes chinos antiguos], Pekín, Beijing Shifan daxue chubanshe, 1983.
519 Susan Brownell ofrece un argumento más completo sobre la historia del
deporte y la tradición intelectual occidental en Beijing's Games, ob. cit.,
pp. 1947.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 287
Las palabras preliminares escritas por Mohammadjatamí-presidente de
Irán que acababa de dejar su cargo-y el presidente del Comité Olímpico
Iraní reflejaban los típicos argumentos nacionalistas: Irán tiene una rica
y antigua civilización que ha hecho enormes aportes a la cultura mun-
dial; el deporte es hoy uno de los medios más importantes para el diálo-
go entre civilizaciones; aunque los estudios humanistas del deporte han
sido desatendidos hasta ahora, ha llegado el momento de desarrollarlos
para promover la cultura iraní en el mundo y facilitar el diálogo con
otras culturas y civilizaciones. 52º
El deporte ha funcionado como instrumento del nacionalismo en
los numerosos casos en que la relación entre los dos componentes del
Estado nacional -Estado y nación- es potencialmente conflictiva -como
ocurre en los regímenes autoritarios- y el Estado hace grandes esfuer-
zos para apropiarse del deporte con el objetivo de obtener el apoyo de
la nación. En los años del régimen autocrático de Hosni Mubarak en
Egipto, antes de su estruendosa caída en 2012, el Estado en general y
Mubarak en particular utilizaron de forma muy estratégica el fútbol con
este propósito. 521 En contraste con otros lugares del mundo, donde la
propiedad de los equipos había sido privatizada en concordancia con la
tendencia neoliberal, en Egipto muchos de los grandes equipos pertene-
cían al Estado, que invertía grandes sumas de dinero en infraestructura.
Por ejemplo, en la construcción de flamantes y relucientes estadios (que
permanecían casi vacíos porque la gente prefería mirar los partidos por
televisión).
Mubarak, un fanático del fútbol, solía aparecer en los partidos impor-
tantes y solía comunicarse con los jugadores cuando la selección nacio-
nal jugaba en el extranjero. Cuando las victorias del equipo en la Copa
Africana de Naciones en tres eventos bienales consecutivos (2006, 2008 y
2010) provocaron grandes demostraciones de júbilo nacional, Mubarak
recibió a los jugadores en el palacio de gobierno y posó como "el pa-
dre de la nación", imagen publicitada hasta el hartazgo. Esto es lo que
Achille Mbembe IJama "la vulgarización del poder": cuando el Estado
520 Hasan Bastani Rad, S. Amir Hosseini y Haideh Saira (comps.), Histt,ry ofSpurt
in lranzamin. The First International Simposium [sic] on Histqry ofSpurt in Iran (1),
Teherán, lranian Olympic and Paralympic National Academy, noviembre de
2006, disponible en <www.olympicacademy.ir>.
521 Car) Rommel, Rcvolution, Play andFeeling. Assembling Emotionality, National
Subjectivity and Football in Cairo, 1990-2013, tesis de doctorado, Department
of Anthropology and Sociology, School of Oriental and African Studies,
University of London, 2015, pp. 83-87.
288 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
"desciende" al nivel del pueblo para consolidar su legitimidad, en espe-
cial cuando esa legitimidad se basa en la opresión y es, por consiguiente,
frágil.522
DESAFIAR A LA NACIÓN
Los seres humanos obtienen un sentido de identidad de otras categorías
más allá de la nación a la cual pertenecen, y esto es quizá más verdadero
hoy en día que cuando Anderson formuló su teoría de las comunidades
imaginadas. El propio Anderson lo admitió en sus memorias publicadas
de forma póstuma:
No fue sino hasta mucho después, en realidad después de re-
tirarme, que empecé a reconocer[ ... ] que utilizar la nación y
los Estados nacionales como unidades básicas de análisis con-
llevaba ignorar fatalmente el hecho obvio de que, en realidad,
estas unidades estaban vinculadas entre sí y eran atravesadas
por corrientes político-intelectuales globales como el libera-
lismo, el fascismo, el socialismo y el comunismo, y asimismo
por vastas redes religiosas y fuerzas económicas y tecnológicas.
También tuve que aceptar la realidad de que muy pocas per-
sonas son pura y exclusivamente nacionalistas. Por muy fuerte
que sea su nacionalismo, también puede interesarles el cine
de Hollywood, el neoliberalismo, el manga japonés, los dere-
chos humanos, el inminente desastre ecológico, la moda, la
ciencia, el anarquismo, el poscolonialismo, la "democracia",
los movimientos de los pueblos indígenas, las salas de chat, la
astrología, las lenguas supranacionales como el español y el
árabe, etc.523
Debido a estas lealtades en permanenle competencia, es necesario refor-
zar de forma constante la idea de nación para que sus miembros crean
en ella. Y está claro que los eventos deportivos a gran escala contribu-
522 lbíd., p. 89; Achille Mbembe, "Provisional Notes on the Postcolony", Africa,
vol. 62, nº l , 1992, pp. 3-38.
523 Benedict Anderson, A Life beyond the Boundarus, Londres, Verso, 2016,
pp. 127-128.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 289
yen a cimentada y fomentarla, incluso entre los más escépticos. Cuando
las personas se autoperciben como una nación, por ejemplo, como "los
Estados Unidos", se ubican en oposición a otras naciones, como Rusia y
China. Y son estas oposiciones las que atraen a los espectadores de depor-
tes internacionales. Sin embargo, la fantasía de "Estados Unidos" versus
(digamos) "Cuba" se basa en un retrato ilusorio de las naciones como
homólogos de unidades políticas. Los Estados Unidos y Cuba no son uni-
dades políticas similares e iguales en la realidad, pero en el diamante de
béisbol, la pista de atletismo y el cuadrilátero de boxeo parecen mucho
más equiparables en destreza y valentía.
La condición de nación suele ser reclamada por grupos sociales que,
desde una perspectiva lógica, podrían constituir comunidades limita-
das, soberanas e imaginadas. Basados en la creencia de que constitu-
yen naciones, los movimientos separatistas en Cataluña y el País Vasco
o Euskadi (ambos en España), Tíbet (bajo control chino) y Chechenia
(bajo control ruso) han procurado escindirse de los Estados nacionales a
los que en teoría pertenecen. Las organizaciones deportivas son vías para
que los separatistas busquen el reconocimiento oficial de sus naciones:
los archivos del COI albergan centenares de cartas de distintos grupos
que piden reconocimiento y el derecho de enviar un equipo a los Juegos
Olímpicos.
Los eventos deportivos alternativos afirman los reclamos de nacionali-
dad de grupos no reconocidos políticamente. Uno de estos eventos está
organizado por la Confederation of Independent Football Associations
[Confederación de Asociaciones de Fútbol Independientes] (ConIFA),
"una organización-paraguas global para los equipos nacionales que no
están bajo el auspicio de la FIFA: aquellos que representan naciones,
minorías o regiones culturales subordinadas o aisladas".524
Fundada en 2013, la ConIFA es una asociación de entidades eclécticas
desde el punto de vista político que la FIFA no reconoce como miem-
bros, pero que tienen aspiraciones nacionalistas o están vinculadas con
movimientos separatistas. Incluye equipos de kurdos (de quienes suele
decirse que son el pueblo sin Estado más numeroso del mundo, con una
población estimada de treinta y cinco millones de personas residentes en
lrak, Irán, Siria y Turquía); tibetanos (Tíbet es una provincia de China,
pero el Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano, vive en el exi-
lio en India y el equipo proviene de esa comunidad tibetana exiliada);
524 Sitio web de la ConIFA, <www.conifa.org>.
290 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
uygures (habitantes musulmanes de la región autónoma de Sinkiang en
China, donde existe un movimiento separatista activo pero en extremo
reprimido por el gobierno chino);525 el equipo de la ConIFA (funda-
do por exiliados en los Estados Unidos); chipriotas del norte (oriundos
de la región norte de Chipre, bajo control de los turcos); e isle~os de
Chagos ( expulsados por la fuerza de su tierra natal en el océano Indico
por el gobierno británico durante la Guerra Fría, para la construcción de
una enorme base militar estadounidense, y que ahora viven en la pobre-
za en la República de Mauricio y Gran Bretaña).
526
Pero la confederación también incluye a Padania, un movimiento se-
paratista de extrema derecha en el norte de Italia, y al País Székely, una
minoría húngara en Rumania con elementos políticamente extremistas.
La Copa Mundial 2016 de la ConIFA se realizó en Sujumi, Abjasia, pero
atrajo pocos espectadores y quedó como un gesto simbólico aunque sin
duda demostrativo del poder del deporte para afirmar el nacionalismo,
aun cuando expresara desencanto frente al materialismo, la corrupción
527
y el culto a la celebridad que caracterizan al gran mundo del deporte.
NACIONALISMO, DEPORTE E INVENCIÓN DE LA TRADICIÓN
Los filósofos románticos creían que la lengua, la religión, las leyes, la
vestimenta, las canciones, las danzas y las costumbres locales expresa-
ban rasgos nacionales esenciales. Esta convicción dio origen a la dis-
ciplina de los estudios del folklore, cuyo propósito era catalogar esas
prácticas y aportar los materiales necesarios para la construcción de las
identidades nacionales mode rnas. Si bien no despertaban un interés
tan pronunciado como la lengua y la religión, los juegos y los deportes
formaban parte de las "costumbres" que recolectaban los estudiosos
del folklore.
525 Existen muchas grafías para uigur, utilizamos la del Merriam-Webster's Colkgiate
Dictionary -uyghur- en el texto original en inglés. Sin embargo, como el
gobierno chino prefiere Uygur, usamos esa grafía en la designación oficial de
la región.
526 David Vine, [stand of Shame. The Secret History of the U.S. Military Base on Diego
García (2009), Princeton, Princeton University Press, 2011.
527 Maríajosé Riquelme del Valle, "Inside the Con!FA World Cup for
Unrecognised States", A!Jazeera, 6 de junio de 2016, disponible en <www.
aljazeera.com>.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 291
Según Michael Herzfeld, la interrelación entre ideología naciona-
lista y folklore en Grecia estaba personificada por Nikolaos G. Politis,
fundador de la disciplina de estudios del folklore en ese país. 528 Lo
que Herzfeld omitió señalar fue que Politis, profesor en la Universidad
de Atenas, también fue miembro del comité de competiciones de los
Juegos Olímpicos de Atenas en 1896, arquitecto de la renovación del
Estadio Panatenaico, donde se realizaron las ceremonias de inaugu-
ración y clausura, y autor de dos capítulos del informe oficial de los
Juegos Olímpicos. 529 Un subcomité propuso en un principio que entre
una competencia atlética y otra, o bien por las noches, se presentaran
danzas folklóricas y recreaciones costumbristas, pero esta actividad se
canceló debido a los recortes de presupuesto y a la renuencia de las
bailarinas de zonas rurales a actuar frente al público. 530 Aunque Politis
no integraba el comité que presentó la propuesta, la teoría de que las
costumbres locales personificaban el carácter nacional se basaba en la
convicción de que esas actuaciones complementarían la exhibición de
las antiguas glorias de Grecia ( encarnadas en los Juegos Olímpicos re-
divivos) y mostrarían las condiciones actuales de los griegos provenien-
tes de los rincones más remotos del mundo.
El reviva[ de los Juegos Olímpicos, de hecho, fue parte de una ten-
dencia generalizada en los países occidentales desde 1870 hasta 1914,
período en el cual se inventó una cantidad de nuevas instituciones y
prácticas, como el Jubileo Real británico, el Día de la Bastilla francés,
las Hijas de la Revolución Norteamericana, el May Day, el cantar "La
Internacional" ( el himno socialista), la Football Association Soccer
Cup (FA Cup) inglesa, el Tour de France y la veneración de la ban-
dera en los Estados Unidos. El historiador británico Eric Hobsbawm
acuñó la frase "invención de la tradición" para describir este fenóme-
no. 531 Las "tradiciones inventadas" son prácticas repetitivas que buscan
528 Michael Herzfeld, Ours Once More. Fo/J¡/ore, ldeology, and the Making ofModern
Greece, Austin, University ofTexas Press, 1982, pp. 97-122.
529 Spyridéin P. Lambros y Nikolaos G. Polites, The Olympic Games, B.C. 776-A.
D. 1896, Atenas, C. Beck; Nueva York, American Olympic Committee, 1896.
530 Konstantinos Georgiadis, Die ideengeschichtliche Grundlage der Erneuerung der
Olympischen Spiek im 19. Jahrhundert in Griechenland und ihre Umsetzung J 896
in Athen [Los fundamentos intelectuales-históricos del resurgimiento de los
Juegos Olímpicos en el siglo XIX en Grecia y su traslado a Atenas en 1896],
Kassel, Agon..Sportverlag, 2000, pp. 70..79 Georgiadis, Olympic Reviva{, ob. cit.,
p.77.
531 Eric Hobsbawm, "lntroduction: lnventing Traditions", en Eric Hobsbawm y
Terence Ranger (comps.), The Invention ofTradition, Cambridge, Cambridge
 292 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
inculcar ciertos valores y normas e intentan establecer una continuidad
con el pasado histórico, a menudo tenue. Están gobernadas por reglas
manifiestas o tácitas y son ritualizadas y simbólicas. Incluyen tanto las
"tradiciones" deliberadamente inventadas y construidas por un iniciador
que los historiadores pueden identificar, como aquellas que emergen y
se establecen con rapidez y de una manera más difícil de rastrear dentro
de un período que se puede determinar. En última instancia, todas las
tradiciones son inventadas, aspecto que ha generado críticas en relación
con la utilidad del adjetivo "inventada" en la frase de Hobsbawm.
En el mundo de los deportes, el revivalde los Juegos Olímpicos moder-
nos en 1896 por Pierre de Coubertin es un ejemplo básico de invención
deliberada. Como hemos visto en capítulos anteriores, las ceremonias
que hoy consideramos "naturales" evolucionaron durante un período de
varias décadas que incluyó la creación del desfile de atletas y las ceremo-
nias de premiación en 1906 y 1908, y la entrega de la antorcha olímpica
en 1936. Si bien suele decirse que continúan la tradición de los Juegos
Olímpicos antiguos, los modernos están separados por una brecha de
casi dos mil quinientos años, y las disciplinas deportivas y ceremonias no
tienen casi nada en común. La invención de esa versión moderna es un
ejemplo del "uso de materiales antiguos para construir tradiciones in-
ventadas novedosas, con propósitos totalmente novedosos", como decía
Hobsbawm.532
El historiador contrastaba las tradiciones inventadas con las conven-
ciones y las rutinas que cumplen funciones prácticas, aunque observó
que ambas podían combinarse. El casco que se utiliza en la cacería ecues-
tre del zorro podría tener una función práctica en caso de caída, pero
combinado con el huntingpink (la chaqueta escarlata que usan los hom-
bres) y otros accesorios compone una tradición inventada.533 La forma
de los cascos utilizados por los ejércitos cambiaría si se demostrara que
otro formato ofrece mayor protección; sin embargo, llevaría décadas
reemplazar el casco de equitación revestido en terciopelo negro, aun-
que se comprobara que no ofrece la protección adecuada en caso de
caírla. En la década de 1970 se desarrollaron versiones más seguras, pero
muchos años después continuaban usándose en los entrenamientos y
no en las competencias. Esto ilustra una característica de las tradiciones
University Press, 1983, pp. 1-14 [ed. cast.: La invención de la tradición,
Barcelona, Crítica, 2001 J.
532 lbíd., p. 6.
533 lbíd., pp. 3-4.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 293
inventadas: pueden ser muy difíciles de cambiar porque están vinculadas
con un pasado romántico.
Hobsbawm pensaba que la invención de tradiciones es más frecuente
cuando los rápidos cambios sociales destruyen los modelos sociales que
respondían a las viejas tradiciones, y aparecen nuevos modelos que ocu-
pan su lugar. Argumentaba que en los últimos dos siglos las tradiciones
inventadas del nacionalismo europeo habían reemplazado a los festiva-
les barrocos, las banderas, los templos, las procesiones, los tañidos de
campanas, las salvas de disparos, las canciones folklóricas, los juegos, las
danzas, etc. Una nación tenía que tener cierta parafernalia: una ciudad
capital, una bandera, un himno y uniformes militares. Todavía hoy, los
eventos deportivos suelen estar rodeados de otros múltiples géneros de
performance originalm~nte inventados para fomentar el nacionalismo,
como el izamiento de la bandera, el canto del himno, los desfiles, las
procesiones, los festejos y las ceremonias inaugurales. Es relevante recor-
dar que, para ser reconocido por el COI, un comité olímpico nacional
debe remitir cuatro ítems para ser aprobados: nombre, bandera, himno
y estatuto. Estos cuatro ítems superficiales constituyen una nación para
el sistema olímpico.
A diferencia de los antiguos valores religiosos y las "supersticiones"
locales (que los pensadores iluministas reprobaban) , los nuevos valores
patrióticos tendían a estar pobremente definidos. Pero eso no impidió
que fueran compulsivos. En Gran Bretaña y los Estados Unidos, ponerse
de pie para cantar el himno nacional o durante el izamiento de la ban-
dera era un símbolo de soberanía y debía ser respetado como tal. Eso
era un reflejo de toda la cultura de la nación. Sin embargo, las nuevas
tradiciones nacionalistas no pudieron llenar el vacío dejado por la decli-
nación de las antiguas tradiciones y costumbres de las sociedades agra-
rias. Tal vez esto explique por qué el deporte, según Hobsbawm una de
las nuevas prácticas sociales más significativas de nuestra época, adquirió
tanta importancia desde fines del siglo XIX.534 Los deportes en general,
y en particular el fútbol en Europa, se convirtieron en un "culto proleta-
rio masivo" en las década<; de 1870 y 1880, período en que adquirieron
muchas de sus características institucionales. Cuando fueron inventados
e institucionalizados a escala nacional e internacional, los deportes apor-
taron un nuevo medio para las expresiones de identidad de las naciones,
534 Eric Hobsbawm, "Mass-Producing Traditions: Europe, 1870-1914", en
Hobsbawm y Ranger (comps.), ob. cit., pp. 263-308.
294 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
y las competencias deportivas internacionales pronto se volvieron más
importantes que las nacionales.
Como ocurre con otras, la invención de tradiciones deportivas nacio-
nales puede seguir trayectorias complicadas. Por ejemplo, el muay thai
o "boxeo tailandés" suele ser considerado (por su nombre) el deporte
nacional de Tailandia por antonomasia. Sin embargo, se originó en el
noreste rural de ese país entre las minorías marginadas lao de la pro-
vincia de Isan. Los niños de esas familias pobres se unían a los campos
de entrenamiento de muay thai en la primera infancia, con la esperan-
za de obtener reconocimiento y al final trasladarse a la capital del país,
Bangkok.535 Como en muchos otros contextos (véase el capítulo 8), el de-
porte representaba sueños de movilidad socioeconómica allí donde las
rígidas jerarquías sociales ofrecían muy pocas posibilidades a los varones
de origen rural y a las etnias minoritarias.
En el contexto rural tailandés, el muay thai estaba entrelazado con el
budismo en múltiples maneras: el entrenamiento y las peleas iban acom-
pañados de elaborados rituales religiosos, y el deseo de ganar dinero
con el deporte estaba motivado por los preceptos budistas de deber fi-
lial hacia los progenitores. La movilidad social a través del boxeo corría
paralela a otra vía de escape de la pobreza y la subordinación: hacerse
monje budista. Ambos caminos compartían numerosas características
-entre ellas, el énfasis en el entrenamiento riguroso, la obediencia a la
autoridad y la adhesión a códigos morales estrictos-, aunque el boxeo
fuera una exhibición de violencia y mundanidad y ser monje exigiera
ascetismo y renunciación. 536
A partir de la década de 1980 las clases medias urbanas comenzaron a
apropiarse del muay thai. En el proceso sus reglas se estandarizaron, su
espectro técnico se redujo y su significado se transformó: las resonancias
religiosas desaparecieron por completo y el deporte se convirtió en una
forma de ocio y esparcimiento, lejos de su viejo rol de salida de la pobre-
za para los deportistas de origen rural. Hacia la misma época comenzó a
atraer la atención de públicos y deportistas globales, que lo veían como
535 Stéphane Rennesson, Les coulisses du muay thai. Anthropologie d'un art martial
en Thailande, París, Les Indes Savantes, 2012; Pattana Kitiarsa, "Of Men
and Monks: The Boxing-Buddhism Nexus and the Production ·ofNational
Manhood in Contemporary Thailand", New Mandala. New Perspectives on
Southeast Asia, 2 de octubre de 2013, disponible en <www.newmandala.org>.
536 Pattana Kitiarsa, "The Fall ofThai Rocky", en Kathleen M. Adams y Kathleen
A. Gillogly (comps.), Everyday Lije in Southeast Asia, Bloomington, Indiana
University Press, 2011 , pp. 195-205.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 295
otra forma de arte marcial despojada por completo de los significados
que le daban los campesinos tailandeses. La combinación de estas di-
námicas hizo que se convirtiera en el deporte nacional de Tailandia: las
peleas se televisan todos los días, numerosas revistas y periódicos cubren
sus devenires y devaneos, los campeones son marcas registradas y ha sido
presentado al resto del mundo como la encarnación de la esencia tailan-
desa arraigada en un pasado etemo. 537 Hoy en día, alimenta un negocio
lucrativo, ya que aficionados de todo el mundo acuden en manada a las
academias especializadas de los centros urbanos del país. La trayectoria
de este deporte es un claro ejemplo de que aquello que termina inclu-
yéndose como tradición en la invención de un deporte nacional puede
ser resultado de complejas dinámicas de apropiación, transformación e
innovación en las que participan agentes locales y globales. 538
¿Por qué el deporte desempeña un papel tan importante en el nacio-
nalismo? Hobsbawm aportó una pista cuando preguntó hasta qué punto
podían manipularse las tradiciones inventadas. En política siempre exis-
ten intentos obvios de manipular las tradiciones, a menudo recibidos con
cinismo. Los ejemplos más exitosos de tradiciones inventadas combinan
invención con espontaneidad, planificación con crecimiento orgánico.
Y en algunos casos, estas prácticas satisfacen de manera clara una necesi-
dad. La índole del deporte, ajena a cualquier guion posible, hace que este
sea difícil de controlar y planificar: podría decirse que el deporte fue un
ingrediente del nacionalismo que escapó al control de quienes sacaban
ventaja con su manipulación.
EL DEPORTE COMO PATRIMONIO CULTURAL
El enfoque de los estudios del folklore que vincula los juegos tradicio-
nales con la identidad nacional continúa vigente en el siglo XXI, cuan-
537 Pe ter T. Vail, "Modern Muay Thai Mythology", Crosscurrent, vol. I 2, nº 2, 1998,
PP· 75-\15.
538 Muchas otras formas culturales tangibles que hoy pensamos que representan
a la nación son producto de historias similares. Un ejemplo impactante es el
tango argentino, que se originó como pasatiempo de los argentinos de clase
baja, en su mayoría de origen rural, y en un principio era despreciado por
las élites urbanas a causa de su exuberante sexualidad e inmoralidad, hasta
que los europeos y norteamericanos de los Años Locos (década de 1920)
empezaron a bailarlo y, azoradas ante semejante éxito cosmopolita, las élites
argentinas lo reclamaron como su danza nacional. Marta E. Savigliano, Tango
and the Political Economy ofPassion, Boulder, Westview, 1995.
296 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
do los deportes y juegos tradicionales suelen ser considerados "patri-
monio cultural". Para preservar lo que él llamaba "ludodiversidad" -es
decir, "la amplia variedad de juegos, deportes, ejercicios fisicos, dan-
zas y acrobacias"-, el especialista belga en estudios del deporte Roland
Renson (uno de los primeros miembros de la TAASP, que analizamos
en el capítulo 1) creó el Sportimonium en Hofstade, cerca de Malinas,
Bélgica, un museo que combina la historia olímpica de ese país con ex-
posiciones sobre juegos aut.óctonos.539 Los juegos puedenjugarse in situ,
y se pueden probar los equipos. En 2011 el Sportimonium se convirtió
en la primera institución vinculada con el deporte en ser inscripta en el
registro de mejores prácticas para salvaguardar el patrimonio cultural
intangible de la Unesco.
Un elemento clave del patrimonio cultural es la nostalgia de algo que
se ha perdido. Esa nostalgia llevó a los turistas estadounidenses a asistir
a los partidos de la liga nacional cubana en el Estadio Latinoamericano
a fines de los años noventa, esquivando las restricciones que les imponía
su país para viajar a Cuba. Deseaban ver un espectáculo deportivo con
aura romántica y cargado de exotismo que, para ellos, conservaba algo
que ya no podían encontrar en casa: atletas que ''.jugaban por amor al
juego" en vez de estar "incentivados por el deseo de ganar dinero". 540
La experiencia de esos turistas es un viaje a un pasado imaginario, que
no se resigna a reconocer que Cuba ha cambiado muchísimo. También
refuerza la mercantilización del Otro "exotizado" en productos étnicos
consumibles, en la medida en que el turismo se convierte en un aspecto
cada vez más relevante de la economía cubana.541
Las naciones levantan edificios monumentales para impresionar a sus
ciudadanos y conmemorar la historia nacional. El patrimonio se vuelve
mucho más tangible con la construcción de estadios nacionales, y estos
no sólo impactan por su tamaño, sino que son grandes atracciones turís-
ticas. Algunos son celebrados por su notable arquitectura, otros por el
539 Roland Renson, "Safeguarding Ludodiversity: Chances and Challenges in
the Promotion and Protection ofTraditional Movement Culture", East Asian
Spm Thoughts, nº 3, 2004, pp. 139-158; la cita, en p . 139.
540 Thomas F. Carter, "A Relaxed State of Affairs? On Leisure, Tourism, and
Cuban Identity", en Simon Coleman y Tamara Kohn (comps.) , The Discipline
of Leisure. Embodying Cultures o/ "Recreation ", Óxford, Berghahn, 2007,
pp. 127-145.
541 Thomas F. Carter, "Of Spectacular Phantasmal Desires: Tourism and the
Cuban State's Complicity in lts Commodification of Its Citizens", Leisure
Studies, vol. 27, nº 3, 2008, pp. 241-257.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 297
recuerdo de lo que ocurrió dentro de su perímetro. Los estadios olím-
picos de Berlín (1936), Tokio (1964), Barcelona (1992) y Pekín (2008)
son sitios turísticos por excelencia. El Maracaná en Río de Janeiro -que
sobre todo se usa para jugar al fútbol pero también fue sede de la final
de la Copa Mundial 2014 y de las ceremonias de inauguración y clausu-
ra de los Juegos Olímpicos 201~ es legendario. Otros, como el Yankee
Stadium en Nueva York o el Old Trafford en Mánchester, son míticos
por la regularidad de los campeonatos de sus clubes. Por estar vincula-
dos de manera estrecha con clubes específicos, suelen ser construcciones
centrales de las ciudades donde se sitúan y atraer visitantes de todo el
mundo, así como las catedrales medievales se celebran por su arquitectu-
ra y su capacidad de provocar emociones.
La idea de Hobsbawm de que la ansiedad en torno a la tradición au-
menta cuando la sociedad cambia rápido también se aplica al patrimo-
nio cultural. Un ejemplo contundente es el surgimiento de las carreras
de camellos en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). 542 Los EAU son una
federación de siete reinos gobernados por jeques, situada en el golfo
Pérsico, que se independizó de Gran Bretaña en 1971 y se transformó
-en el transcurso de pocas décadas- de una región estancada y sumida
e n el letargo en una poderosa usina económica gracias a sus inmensas
reservas de petróleo, que el país comenzó a extraer para su exportación
en 1962. En la época anterior al petróleo, en los días de festejos islámi-
cos, en los ritos de paso de personas importantes y durante las visitas de
altos dignatarios se corrían carreras de camellos. Esta actividad estaba en
un principio asociada con los pastores nómades de rebaños de camellos:
los beduinos [ badu]. A medida que los beduinos se volvieron sedentarios
(aunque continuaron siendo ciudadanos marginales) y el país ganó cada
vez más riquezas, el camello perdió importancia.
Sin embargo, a mediados de los años noventa el Estado construyó sun-
tuosas y ultramodernas pistas para carreras de camellos, con tribunas se-
paradas para los miembros de la realeza, los ciudadanos ordinarios y los
occidentales. Los miembros de la realeza eran propietarios de los came-
llos ganadores, que a su vez eran criados, manejarlos y entrenados por los
beduinos, mientras que el trabajo pesado en los establos quedaba a cargo
de migrantes del oeste y el sur de Asia y del este de África (que constitu-
542 Sulayman Khalaf, "Poetics and Politics ofNewly Invented Traditions in the
Gulf: Carne! Racing in the United Arab Emirates", Ethnology, vol. 9, nº 3,
2000, pp. 243-261.
298 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
yen la fuerza laboral del país y superan en número a sus ciudadanos por
un amplio margen, aunque carecen por completo de derechos civiles).
En ocasión de las carreras de camellos se recitan alabanzas en honor a
los monarcas de los emiratos en un estilo poético que data de tiempos
antiguos, y todo eso se transmite por televisión. La televisión es esencial
porque los espectadores presenciales sólo pueden ver un instante fugaz
de la carrera: las pistas tienen diez kilómetros de largo.
Tanto las carreras rle camellos como las poesías en alabanza de los
jeques sellan la construcción de un presente enraizado en el pasado, con-
solidan a la nación como equivalente del Estado y confirman la autoridad
de los gobernantes. La ironía es que las carreras de camellos modernas
dependen, de manera crucial, de las habilidades y el conocimiento de
los beduinos marginados y de la ardua labor de trabajadores migrantes
descartables y explotados. Pero ¿en qué se diferencia esta situación de
numerosos deportes en el Occidente industrial, en los que predominan
atletas de minorías étnicas y raciales empobrecidas y privadas de
derechos?
DEPORTE Y GÉNERO EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN
Las feministas señalaron hace ya mucho tiempo que las ideas de género
son integrales a las identidades en todos los niveles en que se las concibe
y actúa, pero con frecuencia se ha pasado por alto que el género cons-
tituye un aspecto fundamental del nacionalismo. Por cierto, la original
descripción que hace Anderson del nacionalismo como "una camara-
dería profunda, horizontal, [una] fraternidad que ha hecho posible, en
el transcurso de los dos últimos siglos, que tantos millones de personas
no sólo estén dispuestas a matar, sino a morir por esos imaginarios tan
limitados" ha recibido numerosas críticas de académicos y especialistas
que están en sintonía con las cuestiones de género.543 La imbricación de
543 Anderson, Imagined Communities, ob. cit., p. 7. Los trabajos que enmarcan
el nacionalismo en un contexto de género incluyen, entre otros: Nira
Yuval-Davis, Gender and Nation, Londres, Sage, 1997 [ed. cast.: Género y nación,
Lima, Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 1997]; Anne McClintock,
Aamir Muftí y Ella Shohat (comps.) , Dangerous Liaisons. Gender, Nation, and
Postcolonial Perspectives, Mineápolis, University of Minnesota Press, 1997;
Kumarijayawardena, Feminism and Nationalism in the Third World, Londres,
Zed, 1986.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 299
género y nacionalismo es en especial evidente en el mundo del deporte,
una de las principales instituciones donde el nacionalismo se sesga en
cuanto a género.
Estas dinámicas son centrales en la obra de otro teórico del nacio-
nalismo, el historiador George Mosse, quien escribió en la misma
época que Anderson. Mosse creció durante el ascenso del fascismo en
Alemania, de donde huyó en 1933. Por ser gay y judío, él mismo se
vio afectado por las instancias en que el nacionalismo cobra sesgo en
cuanto al género. En su análisis histórico del ascenso del nacionalismo
en Europa Central en los siglos XIX y XX, Mosse argumentó que el
nacionalismo, la masculinidad moderna y la respetabilidad de la clase
media habían evolucionado a la_par, y que algunas instituciones alema-
nas como los colegios y universidades exclusivos para varones, los clu-
bes masculinos y el ejército habían sido fundamentales para asegurar
la estrecha conexión entre esas tres instituciones y para relegar a las
mujeres al ámbito hogareño, donde cumplían el rol de parir y alimen-
tar a los nuevos ciudadanos.
Tanto la industrialización como la urbanización habían generado
miedo a una supuesta "decadencia" que produciría hombres débiles,
a los que Mosse definía como "peligrosos contratipos", y a quienes los
nazis al final identificaron como judíos, homosexuales, romaníes (gita-
nos), sin techo, criminales, discapacitados y enfermos mentales, con las
consecuencias catastróficas que todos conocemos. La Primera Guerra
Mundial había estrechado todavía más el vínculo entre nacionalismo
y masculinidad al producir una nueva "imagen de hombre": un este-
reotipo guerrero de masculinidad imbuido del imaginario cristiano
de disciplina, sacrificio y purificación a través de la guerra, análogo
al sacrificio de Cristo (temas que también aparecen en el cristianismo
muscular contemporáneo en regiones como el Reino Unido y América
del Norte).
La guerra y los deportes eran un antídoto contra la degeneración; en
parte por la camaradería entre varones, pero también porque la mascu-
linidad nacionalista se fundamentaba en la idealización de un cuerpo
masculino atlético, hermoso y viril. La ideología nacionalista fue una
construcción de varones para varones, y el único rol que cumplían las
mujeres era funcionar como un Otro para esa masculinidad. Mosse ar-
gumentaba que el formato básico de la masculinidad europea y su rela-
ción con el deporte no habían cambiado mucho en el siglo siguiente.
Y de hecho, han influido sobre las imágenes de masculinidad de otras
sociedades, donde hoy en día detectamos una veneración antes inexis-
300 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
tente de la masculinidad atlética, contrastada con una femeinidad dócil,
doméstica. 544
La comparación del entrelazamiento de nacionalismo y género en
Occidente con la versión china arroja luz sobre la naturaleza construida
del nacionalismo e ilustra la configuración diferente de esa construcción
fuera de Occidente. Cuando se introdujeron en China las ideas europeas
sobre el nacionalismo, a fines del siglo XIX, los intelectuales y estadistas
de ese país empezaron a comparar a las mujeres chinas de pies vendados
y semirrecluidas con las mujeres occidentales, de quienes se decía que
eran casi iguales a los hombres. Para el pensamiento reformista, la "mu-
jer china oprimida" se convirtió en símbolo del retraso y la debilidad de
esa nación. Por tanto, la ideología nacionalista china estuvo vinculada
desde un principio con la ideología de género.545 El temido mote de "el
hombre enfermo del este asiático", que según los patriotas - al parecer,
de manera equivocada- Japón y Occidente aplicaban a China, se trans-
formó en grito de batalla para reformar al erudito afeminado de bata y
coleta y a su esposa de pies vendados.546
La feminización de los varones chinos y la erotización de las mujeres
chinas eran tácticas comunes en la ideología del orientalismo, teorizada
por el filósofo poscolonial Edward Said.547 El orientalismo cimentó la
decisión de los miembros de la YMCA estadounidense de introducir el
deporte en China, salvar a las mujeres y apoyar el nacionalismo de ese
país; cosa que, de modo muy conveniente para ellos, atrajo numerosos
seguidores para su causa central: la conversión de los chinos al cristianis-
mo. De este modo, la educación física y los deportes quedaron vincula-
dos con la ideología nacionalista y el género.
Este vínculo ya estaba muy consolidado cuando en 1981 la selección
china ganó la Copa Mundial de Vóleibol Femenino de la FIVB en Tokio,
triunfo que marcó un hito en el renacimiento del orgullo nacional y el
patriotismo después de la Revolución Cultural (1966-1976). En el cami-
544 Es el caso ele las cambiantes expectativas de género de los atletas coreanos.
Véase Rachael Miyungjoo, Transnational Sport. Gender, Media, and Global
Korea, Durham, Duke University Press, 2012.
545 Tani E. Barlow, "Theorizing Woman: Funü, Guojia, ]iating (Mujer china,
Estado chino, Familia china)", en Angela Zito y Tani Barlow (comps.), Body,
Subject and Power in China, Chicago, University of Chicago Press, 1994, pp. 254
y 265.
546 Andrew Morris, Marr= o/ the Nation. A History o/Sport and Physical Culture in
&publican China, Berkeley, University of California Press, 2004, p . 26.
547 Said, ob. cit.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 301
no, las atletas chinas derrotaron a los principales rivales globales de su
país: la URSS, los Estados Unidos y Japón. Todos los chinos mayores de
edad en aquella época recuerdan este acontecimiento como un punto de
inflexión en la historia nacional. En Pekín la gente salió a las calles, lanzó
fuegos artificiales, y algunos incluso lloraron en público. El equipo de
vóleibol femenino ganó cinco títulos mundiales consecutivos, incluido
el oro olímpico en 1984, y sus integrantes fueron las heroínas nacionales
más visibles de China durante la década siguiente. En comparación con
las heroínas deportivas occidentales, el género del equipo victorioso y sus
implicaciones para el movimiento de mujeres en China no recibieron la
atención que cabría esperar. Primero, eran chinas y después, mujeres.
Una de los cientos de cartas enviadas al equipo por estudiantes chinos
que cursaban sus estudios en Alemania Occidental concluía así: "Ustedes
le han dicho al mundo: '¡Estos son los chinos!"'.548
La retórica oficial ponía énfasis en que el equipo había hecho reali-
dad un sueño revolucionario de larga data: borrar el estigma del "hombre
enfermo del este asiático" (dongya bingfu; el sesgo masculino está pre-
sente en el original chino fu). Aunque el discurso oficial a menudo decía
que las mujeres habían borrado ese mote, los sentimientos de inferiori-
dad nacional persistían y la retórica del partido oficial repetía el tropo.
Veintisiete años más tarde, el discurso oficial proclamó una vez más que
los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 por fin borrarían el ominoso rótulo.
Y si bien este no desapareció de la noche a la mañana, quedó claro que,
después del éxito de esa edición, ya no motivaría el justificado enojo de
los jóvenes patriotas.
En los años siguientes a la victoria de las mujeres en vóleibol, las atle-
tas chinas tuvieron en líneas generales más éxito en los deportes inter-
nacionales que sus colegas varones y se convirtieron en representantes
simbólicas del renacimiento del nacionalismo chino. El pueblo citaba
el proverbio "El yin se expande y el yang se contrae" y se preguntaba
"¿Qué les pasa a los varones chinos?". A decir verdad, no les pasaba nada.
Lo que ocurría en realidad era que el sistema deportivo financiado por
el Estado, que apoyaba de manera equitativa los deportes masculinos y
femeninos, daba una relativa ventaja a las mujeres chinas sobre sus com-
petidoras internacionales, en general poco subvencionadas y marginadas
en la mayoría de los deportes. El debate público sobre los deslucidos
548 Cao Xiangjun, Tiyu Gailun [Teoría general de la cultura fisica], Pekín,
Beijing Institute of Physical Education Press, 1985, p. 139.
302 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
logros de los deportistas chinos reveló el sentimiento popular de que ese
estado de cosas no era deseable ni tampoco natural: el supuesto subya-
cente parecía ser que los varones debían llevar la bandera nacional. Por
mucho que los chinos amaran a las heroínas del vóleibol femenino, tam-
bién admitían que, si alguna vez la selección de fútbol se las ingeniaba
para ganar un título mundial importante, entonces sí que habría motivos
para festejar como nunca.
En el nuevo milenio, a medida que las fuerzas del mercado fueron
reemplazadas por la economía estatal planificada, los cuerpos femeninos
sexualizados adquirieron preeminencia en la publicidad y en la cultura
popular y de este modo complementaron el surgimiento de nuevas for-
mas de masculinidad vinculadas con la nación. Los varones comenzaron
a recuperar su potencia en el ámbito nacional y también en el ámbito
político-económico mundial, donde los líderes chinos empezaron a ejer-
citar sus músculos. El fútbol masculino internacional tenía más fanáticos
en China que cualquier otro deporte, seguido de cerca por la NBA esta-
dounidense, mientras las atletas femeninas ya no ocupaban el centro de
la escena como las jugadoras de vóleibol en los años ochenta.
Yao Ming se convirtió en astro de la NBA -una clara demostración de
que los varones chinos podían medirse con los mejores deportistas del
mundo- y llevó la bandera nacional en el desfile de atletas en los Juegos
de 2004 y de 2008. El siguiente basquetbolista chino en llegar a la NBA,
Yijianlian, llevó la bandera en 2012. La estatura física se considera una
expresión de fortaleza nacional, por lo cual no fue una sorpresa que ju-
gadores de básquet altísimos llevaran la bandera durante el período en
que China reemplazó a Japón como la segunda economía más grande
del mundo. Cuando el presidente Xi Jinping comenzó a afirmarse en
el ámbito internacional, anunció que ser sede de la Copa Mundial de la
FIFA y ganarla eran metas oficiales de la nación.
Los conflictos nacionalistas en el deporte pueden expresarse a través
de diferentes definiciones de las normas de género. En su etnografía so-
bre Los Telecotes de los Dos Laredos -un equipo profesional de béisbol
que jugó de 1985 a 1994 en los Estados Unidos y México-, Alan Klein
descubrió que una fuente de conflicto notable era el contraste entre los
códigos de masculinidad a que respondían los jugadores de ambos lados
de la frontera.549 Las diferentes nociones de masculinidad y nacionalismo
desempeñaban un rol fundamental en las relaciones entre los jugadores
549 Klein, Baseball on the Bcmier, ob. cit.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 303
y entre estos y los gerentes. Con sede en las ciudades gemelas de Laredo
(Texas) y Nuevo Laredo (Tamaulipas), separadas por la frontera entre
México y los Estados Unidos, "Los Tecas" recibían ayuda financiera y en-
trenamiento deportivo de su socio en la Majar League Baseball (MLB),
los Atlanta Braves.
El hecho de que ningún otro equipo mexicano recibiera beneficios
similares reforzaba el carácter único de este; pero mientras la prensa
subrayaba el aspecto fraterno de esta singularidad, las relaciones inter-
personales entre fanáticos, gerentes y jugadores a menudo estaban car-
gadas de rechazo y prejuicios nacionalistas, y reflejaban la tensión de las
relaciones históricas y contemporáneas entre los dos países. Por ejem-
plo, los jugadores mexicanos estaban resentidos con los jugadores del
otro lado de la frontera ("importados") que recibían mejores salarios,
viajaban en avión y no en ómnibus, y tenían permiso de residencia del
lado estadounidense. Algunos jugadores estadounidenses devolvían la
antipatía con comentarios despectivos sobre los mexicanos e incluso con
insultos cuando no entendían inglés.
Si bien existía cierta tendencia entre los mexicanos a cumplir los có-
digos de los estereotipos del machismo nacional en su performance de
género, en muchos casos esto se veía mitigado por otras prácticas no
e_stereotípicas, como las expresiones de afecto mutuas a través de for-
cejeos cariñosos, abrazos y muestras de emoción, o al jugar con los ni-
ños y compartir las tareas en el hogar. Estos comportamientos marcaban
un agudo contraste con las estoicas, rígidas y distanciadas emociones de
los jugadores estadounidenses, quienes parecían convencidos de que
la vulnerabilidad emocional era una debilidad antes que una fortaleza.
Los jugadores de un bando malinterpretaban y transgredían las normas
culturales de masculinidad del otro, lo cual provocaba acaloradas con-
frontaciones y resentimientos. Aunque este equipo binacional intentó
unir las dos formas diferentes de masculinidad nacionalista en un todo
coherente, las tensiones generadas por semejante esfuerzo con el tiempo
llevaron a su disolución. 550
La masculinidad y el nacionalismo (o localismo) en los deportes profe-
sionales del capitalismo tardío plantean contradicciones a la centenaria
fórmula nación-masculinidad-deporte. Los equipos locales son compra-
dos por corporaciones o propietarios que no tienen ningún vínculo par-
ticular con el lugar, con el objetivo de transformarlos en productos de
550 Ibíd., pp. 34-65, 151-169.
304 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
consumo comercializables a nivel transnacional. Los lazos de esos equi-
pos con su país o ciudad de origen pasan a ser un aspecto menor de ese
consumo. 551 Todos tenemos la percepción de que el Manchester United,
los Chicago Bulls y los Ali Blacks de Nueva Zelanda representan lugares
específicos, pero en realidad son productos que pueden adquirirse en
todo el mundo bajo la forma de membrecías de clubes de fans y franqui-
cias de uniformes deportivos.
Los equipos simbolizan una identidad masculina muy local que es
central para el marketing debido a la identificación de los fanáticos con
los equipos locales, lo que se traduce en ventas de entradas y produc-
tos originales, suscripciones a clubes de fans, y sobre todo, niveles de
audiencia televisiva que producen fortunas en concepto de publicidad.
De forma paradójica, los propios equipos están integrados por un gran
número de migrantes transnacionales (o hijos de migrantes). Los atle-
tas migrantes que integran los equipos deportivos son el orgullo de co-
munidades locales y nacionales que no necesariamente los admiten o
respetan como miembros plenos. Cuando un jugador en quien se hace
primar el origen racial o extranjero se pierde un gol en la cancha de fút-
bol, las tensas políticas de "autoctonismo" y pertenencia que dominan
la esfera pública en países como Francia, el Reino Unido u Holanda de
inmediato asoman su agresiva cabeza. El nacionalismo del siglo XX ya
no alcanza para abarcar las relaciones entre transnacionalismo, localis-
mo, masculinidad y pertenencia en el mundo contemporáneo.
CIUDADANÍA MÓVIL: LA POLÍTICA
DE IDENTIFICACIÓN NACIONAL ENTRE ATLETAS
Las copas mundiales de la FIFA, los Juegos Olímpicos y otros eventos in-
ternacionales son ocasiones clave para exhibir ante una audiencia global
un orden mundial dividido en ciudadanos felizmente leales a sus respec-
tivas naciones.552 Pero ¿el mundo en verdad está ordenado de manera
tan prolija? Si miramos un poco más de cerca a los atletas que "represen-
tan" a esas naciones, veremos que las naciones no son las unidades po-
551 Toby Miller, Geoffrey Lawrence,Jim McKay y David Rowe, "Modifying the
Sign: Sport and Globalization", Social Text, vol. 17, nº 3, 1999, pp. 15-33.
552 Esta sección fue publicada, con ligeras modificaciones, en Niko Besnier y
Susan Brownell, "Your OlympicTeam May Be an Jllusion", Sapiens, 4 de agosto
de 2016, disponible en <WWW.sapiens.org>.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 305
líticas claramente diferenciadas que pretende mostrarnos ese agradable
retrato familiar. Lo que confunde las cosas es la distinción entre ciudada-
nía y nacionalidad. La ciudadanía denota pertenencia legal a un Estado
particular, mientras que la nacionalidad marca lazos emocionales y de
otros tipos con una nación particular. Atletas y entrenadores pueden ma-
nipular, y de hecho manipulan, los sistemas de ciudadanía en provecho
propio, para poder competir en niveles más altos y continuar sus carreras
en otros Estados cuando resulta difícil hacerlo en casa. El cambio de ciu-
dadanía de los atletas, llamado code-switching [cambio de código] detrás
de escena, ofrece un fascinante panorama de los oscilantes equilibrios
del poder global en el siglo XXI.
En los últimos años, los ricos Estados del Golfo Pérsico han atraído at-
letas de otros países con una tradición deportiva más arraigada mediante
la oferta de dinero, mejor calidad de entrenamiento y la posibilidad de
calificar para losJuegos Olímpicos y otros eventos deportivos globales, en
contraste con la situación en extremo competitiva que debían afrontar
en sus países de origen. Cuando la ciudadanía es un requisito para poder
competir a nivel internacional, estos atletas resuelven el apuro mediante
la naturalización, aunque pueden conservar su ciudadanía original si su
país natal autoriza la doble nacionalidad. En el mejor de los casos, podría
decirse que el diminuto -pero riquísimo en petróleo- emirato de Qatar
ha desempeñado un rol muy modesto en el mundo del deporte. Sin em-
bargo, en años recientes ha adquirido una notable visibilidad en el ámbi-
to deportivo mundial merced a sus enormes inversiones. Por ejemplo, la
selección nacional qatarí que llegó a las rondas finales en el Campeonato
Mundial de Handball Masculino 2015 (y fue derrotada por la selección
francesa) tenía apenas cuatro jugadores originarios de Qatar: el resto
eran todos extranjeros.553
Baréin obtuvo su primera medalla olímpica en 2008, cuando Rashid
Ramzi, oriundo de Marruecos, ganó los 1500 m masculinos. Más tarde
ese resultado se anuló porque la prueba de daping dio positiva, pero
en 2012 Maryam Yusufjamal, oriunda de Etiopía, obtuvo una medalla
de bronce en los 1500 m femeninos. Baréin envió el contingente más
numeroso de su historia - treinta atletas- a las Olimpíadas de Río 2016;
de ellos, sólo cuatro habían nacido en el país. Había dieciséis atletas de
553 Stefan Nestler, "Qatar: Buying Their Way to Sporting Success", DW, 4 de
febrero de 2015, disponible en <WWW.dw.com>.
306 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
pista y campo nacidos en Etiopía, Kenia, Nigeria, Jamaica y Marruecos;
un levantador de pesas ruso completaba la delegación. 554
Algunos han contrastado la generosa oferta de ciudadanía que se hace
a los atletas con el difícil destino de los trabajadores migran tes del sur y
el sudeste de Asia, que pueden pasar décadas en los países del Golfo sin
calificar jamás para obtenerla. Otros comentaristas retratan a los atletas
como tránsfugas que traicionan a su nación de origen y como individuos
rapaces que ponen el dinero por encima del espíritu deportivo.
Estas representaciones tocan una cuerda sensible en el mundo atlé-
tico. Desde que se inventaron, en la Europa y los Estados Unidos del
siglo XIX, los deportes modernos se han mantenido a flote merced a
nobles ideales de juego limpio, lealtad al país y desinterés material. La
importancia otorgada a estos valores deriva del hecho de que muchos
deportes eran en su origen practicados por las acaudaladas élites diri-
gentes, a las que les resultaba fácil desentenderse de las preocupaciones
materiales y cuyo compromiso con el país que gobernaban era compren-
sible. Pese a las increíbles transformaciones que ha vivido el mundo de-
portivo con el correr de las décadas, estos valores tienen aún una incó-
moda relación con las enormes sumas de dinero involucradas en algunos
deportes ... y también con la facilidad con que los atletas de élite cambian
de clubes, de equipos y de países.
Sin embargo, encontraremos un panorama diferente y más complejo
-y no del todo sorprendente- si dirigimos nuestra atención a las comple-
jidades de la movilidad transnacional de los atletas. Primero, no sólo los
países ricos con un semillero de talentos limitado como Qatar contratan
atletas de élite para que compitan bajo una bandera con la que tienen
poco o ningún vínculo previo. Tomemos como ejemplo a los Estados
Unidos: el ejército de ese país ofrece un World Class Athlete Program
que recluta atletas "de nivel mundial" con el objetivo de que califiquen
en los Juegos Olimpicos o en los Paralímpicos. No es un programa de
desarrollo: cada deporte tiene estándares claros que aseguran que los
atletas ya son miembros de equipos nacionales estadounidenses o están
entre los mejores del mundo. Puesto que los reclutas militares no naci-
dos en los Estados Unidos pueden solicitar la ciudadanía estadounidense
sin cumplir el requisito normal de cinco años de residencia previa en el
país (ley que entró en vigencia después del 11-S), los soldados atletas
554 DT News, "Record 30 Athletes for 2016", 12 de mayo de 2016, disponible en
<www.newsofbahrain.com>.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 307
aceptados en el programa pueden competir por los Estados Unidos en
forma inmediata. 555
El plantel estadounidense de atletismo en Río 2016 incluía a cuatro
kenianos que se habían postulado a ese programa. Además., de los 129
atletas de pista que compitieron bajo bandera estadounidense, cuatro
habían llegado a los Estados Unidos desde países africanos para asistir a
la escuela o a la universidad, tres eran hijos de inmigrantes nigerianos,
y uno se había naturalizado en 2004, después de ganar medallas para
Kenia en los Juegos de 2000 y 2004.556 La rapidez con que Qatar otorga la
ciudadanía a deportistas de élite concita mucha más atención debido a
la previa invisibilidad de ese país en el mundo del deporte (y porque hay
muchas más probabilidades de que los atletas migrantes se radiquen en
los Estados Unidos que en Qatar), pero existen muchos otros países que
implementan políticas de ese tipo.
Si bien podemos aplaudir el hecho de que el deporte ofrezca oportuni-
dades a los atletas que buscan escapar de la pobreza y construirse una ca-
rrera y una vida, no debemos perder de vista las luchas de poder en niveles
más altos que ayudan a abrir (o cerrar) esas puertas. Qatar compró atletas
para apuntalar una ambición mayor: aumentar su influencia internacional
a través del deporte. Fue sede de los Juegos Asiáticos y de los Campeonatos
Mundiales abiertos y cerrados de Atletismo, y en 2022 será el primer país
de Medio Oriente donde se jugará la Copa Mundial de la FIFA.
En 2012, Doha se candidateó como sede de losJuegos Olímpicos 2020,
pero fue rechazada. El comité de postulación estaba presidido por el
jeque Tamim bin Hamad Al Thani, también presidente del Comité
Olímpico de Qatar y miembro del COI. En aquella época era heredero
aspirante al trono, pero se convirtió en emir de Qatar en 2013 cuando
su padre abdicó y el país tuvo su primera sucesión no mediada por un
golpe de Estado. Qatar es uno de varios países de Medio Oriente donde
la aristocracia dominante utiliza las altas posiciones en el deporte mun-
dial para cimentar su poder y su prestigio tanto dentro como fuera de
sus fronteras (a escala global), y también ha sido acusada de corrupción
por utilizar su considerable riqueza para comprar apoyo. Dado que el
COI está convencido de que la amplia participación deportiva y el éxito
olímpico son una característica deseable en los países candidatos, Qatar
555 Sitio web de US Army World Class Athlete Program, <www.armymwr.com>.
556 Tom Banse, "Run, Soldier, Run! From Kenya, to US, to Rio Olympics", OPB,
disponible en <www.opb.org>.
 308 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
está bajo fuerte presión para desarrollar su sistema deportivo ... pero ha
demostrado ser más rápido para comprarlo.
Kazajistán ha emergido como el Estado más poderoso de Asia Central,
y también tiene ambiciones olímpicas. En 2011 fue sede de los Juegos
Asiáticos de Invierno y se candidateó, sin éxito, para los Juegos Olímpicos
de Invierno 2022. En el período previo al fracaso de la candidatura, los pa-
triotas chinos se enfurecieron cuando dos levantadoras de pesas oriundas
de su país ganaron medallas de oro para Kazajistán en los Juegos Olímpi-
cos de Londres. Los dirigentes deportivos chinos que habían autorizado
el traslado de las atletas defendieron su posición con el argumento de que
eran muy jóvenes y en su momento no parecían prometedoras. Sin embar-
go, en los círculos deportivos chinos se sospechaba que habían recibido
sobornos de dinero de Kazajistán, quizá con el objetivo de ayudar al país a
ganar medallas que respaldaran su candidatura como sede olímpica.
A lo largo de este capítulo hemos subrayado las conexiones del na-
cionalismo con el deporte y prestado particular atención a las maneras
en que las tradiciones inventadas -tanto las del deporte como .las del
nacionalismo- se refuerzan de forma mutua. Como un eco de la crisis re-
sultante de los millones de refugiados que llegan a Europa desde el norte
de África y Medio Oriente, los Juegos Olímpicos de Río 2016 incluyeron
el primer Equipo de Refugiados de la historia, integrado por diez atletas
que compitieron bajo la bandera olímpica. 557 Si bien existía una práctica
de larga data que autorizaba a los Atletas Olímpicos Independientes a
competir cuando sus comités olímpicos nacionales estaban inactivos o
proscriptos durante cierto período, el equipo de refugiados fue toda una
innovación. Aunque fue significativo mirado en perspectiva histórica,
en muchos aspectos confirmó el control absoluto de la nación sobre el
modo en que los atletas deben definirse.
En suma, a juzgar por el desfile olímpico de atletas, el sistema mundial
de naciones no está ordenado de forma tan prolija como parece. Bajo la
superficie hay un caos de negociaciones transnacionales entre agentes
de poder, las cuales facilitan el desplazamiento de atletas que buscan
obtener mejores recompensas por su talento y su arduo trabajo, tanto en
beneficio propio como para ayudar a sus familias y amigos.
557 BBC News, "Rio Olyrnpics 2016: Refugee Olyrnpic Team Competed as 'Equal
Human Beings'", 21 de agosto de 2016, disponible en <www.bbc.com>.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 309
VIGILANCIA Y SEGURIDAD TRANSNACIONAL: ¿EL FIN DEL ESTADO?
El "transnacionalismo" hace referencia a las crecientes y variadas co-
nexiones entre seres humanos a través de las fronteras nacionales,
posibilitadas por las nuevas tecnologías de movilidad. Uno de los tra-
bajos antropológicos fundacionales sobre el tema, cuyo autor es el
antropólogo sueco Ulf Hannerz, comenzaba con un ejemplo tomado
del deporte: en su pueblo natal, un emprendedor de la zona había lle-
vado a una estrella del patinaje sobre hielo para mejorar la suerte del
equipo local, pero el patinador había sido contratado al poco tiempo
por un equipo canadiense de la National Hockey League y no había
vuelto a Suecia desde entonces. 558 Los vínculos transnacionales no son
"internacionales" porque no involucran de manera estricta a Estados,
sino que incluyen un variado espectro de actores, entre ellos individ-
uos, grupos, movimientos y emprendimientos comerciales.
Un ámbito en particular significativo donde están emergiendo las nue-
vas configuraciones del Estado nacional y las fuerzas transnacionales son
las prácticas de seguridad y vigilancia que acompañan a los megaeventos
deportivos. Para Foucault, la vigilancia desempeñaba un papel crucial
en la gubernamentalidad asociada con los Estados nacionales; pero los
megaeventos deportivos han aportado una plataforma donde actores
nacionales, internacionales y transnacionales colaboran para producir
sistemas de vigilancia a una escala que el filósofo francés jamás imagi-
nó. Los megaeventos deportivos son en teoría ideales para los atentados
terroristas y la propagación de pandemias, aunque históricamente rara
vez han sido blanco de terroristas o epicentros de propagación de en-
fermedades contagiosas. Aun cuando el riesgo sea infinitesimal, los fun-
cionarios gubernamentales y los organizadores del evento deben dar la
impresión de preocuparse por el asunto para quedar cubiertos en caso
de que ocurra lo improbable. Las excesivamente publicitadas medidas
de seguridad que rodean a los Juegos Olímpicos son rituales que ofrecen
cierto grado de tranquilidad ante lo impredecible.
La antropóloga Vida Raje: acuñó la expresión "seguridad metarritual"
para definir esos intentos de controlar la incertidumbre en situaciones
en potencia catastróficas. El concepto, que toma prestada la idea de
558 Ulf Hannerz, Transnational Connections. Culture, People, Places, Nueva York,
Routledge, I 996, pp. 2-6 [ed. cast.: Conexiones transnacionales. Cultura, gente,
lugares, Madrid, Cátedra - Universitat de Valencia, 1998].
310 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
Gregory Bateson sobre los marcos metacomunicativos (descriptos en el
capítulo 1), se refiere a la presión que sufren los organizadores de los
Juegos Olímpicos para definir y regular ciertos aspectos de la vida social y
ciertos espacios como "riesgos de seguridad". Las prácticas y los espacios
así identificados son rodeados por un arsenal de protocolos, tecnologías,
estadísticas y sistemas computarizados para minimizar la incertidumbre,
con el objetivo de garantizar que los eventos se desarrollen de manera
lineal y predecible. Baje señala que la seguridad se organiza sobre la base
de redes que comparten información; estas redes pueden ser locales o
nacionales, pero también pueden extenderse más allá de las fronteras de
la nación. Por consiguiente, el aparato de seguridad a veces transgrede el
principio de soberanía del Estado, mientras que en otros aspectos puede
reforzar el poder estatal. La tendencia general apunta a la creación de
un aparato de seguridad cada vez más global.559
No es difícil identificar el origen del miedo a una posible incubación
de pandemias en los Juegos Olímpicos.560 La sola idea de que medio mi-
llón de visitantes converjan en el epicentro de una enfermedad de la que
se sabe poco es aterradora. Pero esa a visión debe ser conjurada ya que la
historia ha demostrado que la probabilidad de que los Juegos Olímpicos
propaguen una pandemia es ínfima, en tanto la probabilidad de que se
propague una pandemia a partir de una fuente por completo imprede-
cible es muy alta. Una revisión realizada en 2009 sobre los registros de
enfermedades contagiosas en los Juegos Olímpicos, las copas mundiales
de la FIFAy los torneos del Campeonato Europeo de la UEFA entre 1984
y 2006 no documentó un solo caso de aumento de las enfermedades in-
fecciosas en eventos deportivos de envergadura.561
Sin embargo, dado que los megaeventos son una excelente oportu-
nidad para mejorar los sistemas de monitoreo de contagio de enferme-
dades, desde 2008 está activa una red de amplio alcance que comparte
información en tomo a este tipo de eventos. Los Juegos Olímpicos de
Pekín, realizados cinco años después de la mal manejada epidemia de
559 Vida Baje, "Olympic Dilemmas", en su compilación Suroeilling and Securing
the Olympics. From Tokyo 1964 to London 2012 and Beyond, Nueva York, Palgrave
Macmillan, 2016, pp. 387-398.
560 Este análisis de la vigilancia médica en los Juegos Olímpicos fue tomado de
Susan Brownell y Niko Besnier, "Zika at the Rio Games: Pandemic or Panic?",
Sapiens, 12 de agosto de 2016, disponible en <www.sapiens.org>.
561 Andrzej Zielinski, "Evidence for Excessive Incidence of Infectious Diseases
at Mass Gatherings with Special Reference to Sporting Events", Przeglqd
Epidemiologiczny/Epidemiological Review, vol. 63, nº 3, 2009, pp. 343-351.
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 31 l
síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus iniciales en inglés),
marcaron el apogeo del compromiso internacional con la vigilancia
médica de los Juegos Olímpicos, que hasta entonces estaba en buena
medida en manos de las autoridades sanitarias locales. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) envió un equipo a Pekín y poco después
estableció un Grupo Interdepartamental para Reuniones Masivas, cuya
función es aportar evaluaciones de impacto y asesoramiento a los Juegos
Olímpicos de Verano y de Invierno y copas mundiales de la FIFA, así
como el Hach en La Meca. El Hach es la reunión anual masiva más nu-
merosa del mundo: supera a los Juegos Olímpicos con la confluencia
de varios millones de peregrinos de unos ciento ochenta países en un
período de cinco días. Por consiguiente, el gobierno de Arabia Saudí fue
un respaldo clave para la iniciativa de la OMS. Esta última también inició
un Programa de Observación de Reuniones Masivas en el marco de los
Juegos Olímpicos con el objetivo de convocar y capacitar especialistas de
países que tuvieran en sus planes organizar eventos deportivos de mayor
envergadura. 562
Londres 2012 impulsó el desarrollo de nuevos métodos de rastreo esta-
dístico y estructuras de vigilancia, y los expertos británicos desempeñaron
roles claves en la red de la OMS. Antes de los Juegos, un "sistema de vi-
gilancia sindrómica" realizaba revisiones diarias de los reportes de enfer-
medades contagiosas en el territorio del Reino Unido. Pero el equipo de
vigilancia descubrió que los datos existentes no aportaban información
diaria de visitas "fuera de hora" a médicos clínicos, o visitas a consultorios
sin una cita previa y a salas de emergencia (precisamente, los servicios
que utilizan los visitantes extranjeros). Esto se corrigió en la vigilancia
realizada durante losJuegos y más tarde se incorporó a la rutina estándar.
También se implementaron pruebas de diagnóstico de laboratorio más
rápidas. En última instancia, no hubo problemas de salud importantes.563
562 O bien, ocasionalmente, eventos religiosos. El festival Kumbh Mela de baños
rituales en India es la reunión masiva más grande del mundo: dura cincuen-
ta y cinco días y rota entre cuatro ríos sagrados cada tres años. Se estima que
más de 120 millones de peregrinos visitaron el festival de 2013 en Allahabad,
donde residieron en un campamento provisorio de dos héctareas, en carpas
de tela o chapa ondulada. Datos disponibles en el sitio web del Kumbh
Mela 2013, <kumbhmelaallahabad.gov.in>.
563 B. McCloskey, T. Endericks, M. Catchpole, M. Zambon,J. McLauchlin,
N. Shetty, R. Manuel y otros, "London 2012 Olympic and Paralympic Games:
Public Health Surveillance and Epidemiology", The Lance/, vol. 383, nº 9934,
2014, pp. 2083-2089.
31 2 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE
El fortalecimiento de la colaboración entre gobiernos municipales
y nacionales, organizaciones nacionales de salud ( como los American
Centers for Disease Control y Public Health England) y la organización
internacional de salud más importante (OMS) han impulsado el diseño
de sistemas de vigilancia más abarcadores, que combinan nuevas tecno-
logías de laboratorio, procedimientos de recolección de datos y métodos
estadísticos. La epidemia del virus del zika que estalló en Brasil poco
antes de Río 2016 hizo sonar la alarma en todo el mundo, por temor a
una potencial pandemia. En realidad, la epidemia de zika no habría sido
identificada de no haber sido por las mejoras previas en el sistema de
vigilancia global.
El zika se transmite por picadura de mosquito, de madre a hijo, y a
veces por relación sexual, y produce fiebre, urticaria, dolor articular
y conjuntivitis. Sin embargo, casi el 80% de las personas infectadas no
tuvo ninguno de esos síntomas. Niko Besnier contrajo el virus cuando
realizaba trabajo de campo en Tonga, en abril de 2016, pero la erupción
cutánea desapareció antes de las cuarenta y ocho horas. Lo que llamó la
atención de los expertos médicos fue el aumento, a fines de 2015, de la
cantidad de bebés nacidos en Brasil con microcefalia y trastornos cere-
brales graves. Pasaron varios meses hasta que se confirmó que las malfor-
maciones eran resultado del contagio del zika en mujeres embarazadas.
El sistema de vigilancia médica mundial estuvo en alerta roja durante los
Juegos Olímpicos de Río, pero no hubo evidencia alguna de que estos
facilitaran la propagación del virus.
El miedo a la violencia contra los Juegos Olímpicos tampoco deja
dormir a numerosos expertos: entre otras razones, la cantidad de jefes
de Estado que se reúnen para la ocasión convierte a estos certámenes
en una pesadilla de seguridad para la nación anfitriona. La masacre de
Septiembre Negro de once atletas israelíes en losJuegos de Múnich 1972
y la bomba en el Centennial Olympic Park de Atlanta en 1996, que dejó
un muerto, han sido los únicos atentados fatales hasta el momento. Aun
así, los Juegos Olímpicos fortalecieron la seguridad global mediante la
creación de asociaciones entre gobiernos nacionales e internacionales,
Interpol y expertos en seguridad, y brindaron la oportunidad de testear
sistemas de vigilancia cada vez más complejos. Los Estados Unidos e
Israel son dos jugadores clave que aportan capacitación, conocimiento,
pericia y el know-how a los anfitriones olímpicos. De manera sorpren-
den te, dada su percepción de una creciente amenaza militar china, los
Estados Unidos ayudaron a entrenar escuadrones antiterroristas en ese
país durante los preparativos para Pekín 2008. Por otra parte, la compa-
DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 313
ñía israelí International Security and Defense Systems manejó la seguri-
dad de Río 2016.564
Algunos expertos han argumentado que la renovación urbana que
acompaña a los Juegos Olímpicos, que casi siempre resulta en desalojos
masivos de los habitantes pobres de las áreas destinadas a mejoramiento,
debería verse como una especie de ritual de purificación. La antropóloga
Erika Robb Larkins combinó la noción de "purificación" con la teoría
del espectáculo para analizar la "pacificación", en 2011, de la favela más
grande de Río de Janeiro, Rocinha, con vistas a los Juegos Olímpicos.565
En una maniobra sorpresa, docenas de tanques acorazados "invadieron"
(palabra que los pobladores prefieren al término oficial "pacificar")
la favela, seguidos por el tristemente célebre Batallón de Operaciones
Policiales Especiales (BOPE) y apoyados por helicópteros desde el aire.
Antes de la ocupación se había construido un complejo deportivo con
la intención de ganarse los corazones y las mentes de los pobladores. En
cuestión de horas, se izó la bandera de Brasil junto al estandarte negro
con calavera, pistolas y daga del BOPE.
Esta "violencia espectacular" fue una performance de poder estatal,
legitimada por el argumento de que era necesario transformar a Río en
una ciudad segura para la Copa Mundial de la FIFA 2014 y los Juegos
Olímpicos de 2016. El raro matrimonio de los símbolos transnacionales
con los Estados nacionales resulta todavía más interesante por el hecho
de que la pacificación de las favelas tuvo como modelo el "trabajo po-
licial comunitario" que el alcalde Rudolph Giuliani implementó en la
ciudad de Nueva York en los años noventa, ostensiblemente diseñado
para combatir el crimen, pero que terminó en un descontrolado acoso
policial contra las personas en situación de calle, el cierre de centros de
servicios comunitarios, las restricciones a vendedores ambulantes y músi-
cos callejeros, y la "disneylandización" de Times Square, hasta entonces
famosa por sus peep shows, sus trabajadoras sexuales y sus alquileres bajos:
todos ejemplos perfectos de purificación ritual. 566 (El estado de Río de
564 Embassy of the People's Republic of China in the United States of America,
"China's Anti-terrorism Force in Action Ahead of Olympics", 20 de junio de
2008, disponible en <www.china-embassy.org>; Yuval Azulai, "lsraeli Security
Co Ready for Rio Olympics", Globes, 31 de julio de 2016, disponible en <www.
globes.co.il>.
565 Erika Robb Larkins, "The Spectacle of Security in Olympic Rio", Anthr<>pology
News, vol. 53, nº 6, 2012, disponible en <onlinelibrary.wiley.com>.
566 Samuel R. Delany, Times Square Red, Times Square Blue, Nueva York, New Yo rk
University Press, 1999.
314 ANTROPOLOGÍA DEL DEPORTE DEPORTE, NACIÓN Y NACIONALISMO 315

Janeiro contrató a qiuliani como consultor de seguridad por una suma tilencia. Llegaron a esta conclusión a partir de la actividad que rastrean
astronómica durante sus Juegos.) en la dark web (también llamada "red oscura": un sector de internet de
Un ejemplo en particular dramático de purificación ritual es el pá- difícil acceso donde se desarrollan actividades ilegales). Armados con su
nico moral respecto del trabajo sexual y los intercambios sexuales por investigación cualitativa, estos voluntarios se reúnen cada año en el even-
dinero que acompaña a los megaeventos deportivos. Por ejemplo, antes to para vigilar esquinas probables y reportar actividades sospechosas. No
de la Copa Mundial 2014 de la FIFA en Brasil, la policía arrestó a tra- informan sobre sus actividades a la prensa porque no quieren alertar a
bajadoras sexuales, cerró establecimientos y "limpió" algunos barrios los perpetradores de delitos sexuales sobre sus métodos de detección y
famosos por la prostitución, pese a que el trabajo sexual es legal en ese rastreo.%9
país. 567 Al igual que la "pacificación" de las favelas, la limpieza ritual de Hannerz advierte que jamás olvidemos la importancia continua de
Río de Janeiro, instigada por el pánico moral, no tuvo como objetivo lo nacional en nuestra observación de lo transnacional.570 Los ejemplos
todas las manifestaciones sexuales no normativas. Mientras la policía dados muestran a las claras que, si bien muchos de estos procesos han
carioca acosaba a las trabajadoras sexuales, que son abrumadoramente cambiado las maneras en que el deporte se organiza, se practica y se con-
pobres y no blancas, la ciudad se autopromocionaba como un paraíso sume, los elementos nacionalistas continúan presentes a gran escala. En
para adinerados turistas gays extranjeros cuyos "dólares rosa" estaba el próximo capítulo nos ocuparemos del proceso internacional, global y
desesperada por atraer. transnacional del deporte mundial.
Desde Atenas 2004 se ha vuelto un estándar que las ciudades anfitrio-
nas ataquen el trabajo sexual y los intercambios sexuales por dinero con
vistas a los megaeventos, aunque la investigación científica no ha conse-
guido producir información confiable que demuestre que representan
un problema. Estos procedimientos de control están fomentados por po-
líticos ansiosos por garantizar que nada empañe la imagen de su ciudad,
ONG que quieren promover sus agendas y periodistas que buscan noti-
cias vinculadas con el sexo. De hecho, las trabajadoras sexuales suelen
quejarse de la falta de trabajo durante los eventos deportivos, ya que los
clientes potenciales están demasiado entretenidos mirando deportes o
demasiado cansados (o borrachos) para hacer otras cosas.
La limpieza ritual de la sexualidad suele ser organizada por coalicio-
nes de organismos estatales, organizaciones evangélicas transnacionales
y ONG feministas conservadoras transnacionales (parte del movimiento
que la socióloga Elizabeth Bernstein llama "feminismo carcelario") .568
Aunque la evidencia cuantitativa les juega en contra, los grupos civiles.
voluntarios consagrados a combatir el comercio sexual en los Estados
Unirlos están c.onvenc.irlos rle que el Superbowl es un foc.o mayor de pes-

567 Gregory Mitchell, "Evangelical Ecstasy Meets Feminist Fury: Sex Trafficking,
Moral Panics, and Homonationalism during Global Sporting Events", GLQ,
vol. 22, nº 3, 2016, pp. 325-357.
568 Elizabeth Bernstein, "Militarized Humanitarianism Meets Carceral Feminism:
The Politics of Sex, Rights, and Freedom in Contemporary Antitrafficking
Campaigns", Signs, vol. 36, nº l, 2010, pp. 45-72.
569 Basado en la entrevista de Susan Brownell con un miembro de un equipo
de voluntarios de búsqueda y rescate que realiza tareas de vigilancia en los
Superbowls,julio de 2016.
570 Hannerz, oh. cit., p. 6.