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Chiwake, el mensajero de los dioses, se distrajo y perdió la olla mágica que contenía deliciosos potajes para alimentar a los hombres. Se presentó ante ellos y les enseñó a escoger ingredientes y combinar sabores para preparar su propia comida, transmitiéndoles así el arte culinario de los dioses. De esta forma, los peruanos aprendieron directamente de los dioses el oficio de cocinar con gran sabor y técnica.
Chiwake, el mensajero de los dioses, se distrajo y perdió la olla mágica que contenía deliciosos potajes para alimentar a los hombres. Se presentó ante ellos y les enseñó a escoger ingredientes y combinar sabores para preparar su propia comida, transmitiéndoles así el arte culinario de los dioses. De esta forma, los peruanos aprendieron directamente de los dioses el oficio de cocinar con gran sabor y técnica.
Chiwake, el mensajero de los dioses, se distrajo y perdió la olla mágica que contenía deliciosos potajes para alimentar a los hombres. Se presentó ante ellos y les enseñó a escoger ingredientes y combinar sabores para preparar su propia comida, transmitiéndoles así el arte culinario de los dioses. De esta forma, los peruanos aprendieron directamente de los dioses el oficio de cocinar con gran sabor y técnica.
dioses estaban formando el antiguo Perú, decidieron atender el pedido de los hombres que solicitaban mayor cantidad y calidad de alimentos y les enviaron con Chiwake, el mensajero de los dioses, una olla mágica de la que saldrían los potajes más deliciosos para alimentar a todos los hombres y todas las mujeres.
Después de un tiempo, Chiwake, que era
muy traviesa y juguetona se distrajo y perdió la olla. Entonces se asustó mucho, pero pensó: “nuestra tierra produce buen alimento. Nosotros podemos preparar nuestra propia comida” Con remordimiento por su descuido, se presentó ante los hombres y les dijo que los dioses querían que ellos mismos prepararan sus alimentos y les enseñó cómo escoger los ingredientes, cómo combinar los sabores y los aromas de mil maneras diferentes y presentarlos con fina armonía.
De esta manera los peruanos
aprendieron a cocinar con el mismo arte y tecnología de los dioses. Esto explicaría por qué los peruanos tenemos tanto sabor para cocinar, pues hemos aprendido el oficio directamente “de arriba”, ni más ni menos. En otras palabras, cocinamos como los propios dioses.