Está en la página 1de 40

RASGIDO MARIA BELEN

Filosofía del yoga


Las 8 ramas del yoga de Patanjalí

Profesorado de yoga 2021-2022 - HARI OM ESCUELA INTERNACIONAL DE YOGA Y AYURVEDA


INTRODUCCIÓ N
Antes de describir la teoría en referencia a los Sutras, específicamente
a los 8 pasos del yoga segú n Patanjalí, me gustaría explicar porque la
elecció n de este tema.

Hace 13 añ os atrá s tuve mi primer acercamiento al yoga y en ese


entonces sabía muy poco de que se trataba, fue en realidad una
bú squeda de una disciplina física que me permitiera lograr mayor
flexibilidad al cuerpo para alivianar las tensiones, debido a que
recientemente había atravesado por un posparto.

Luego de unas clases fui notando que me aportaba algo má s, como por
ejemplo herramientas para calmar la mente, los dolores físicos y
tensiones a través de la respiració n, las cuales con el transcurso de los
añ os me fueron de utilidad en diversas situaciones, a pesar de que solo
asistí corto tiempo, nunca me olvidé de ellas y sabía que una semilla de
cambio en mí se había depositado, y de que algo má s profundo
alrededor del yoga me había transformado.

Hoy ya hace 3 añ os, que me encuentro en una bú squeda personal de


autoconocimiento y conciencia personal que junto a otros recursos
aprendidos en ese camino me acercan otra vez al yoga, pero esta vez de
una manera diferente, sintiendo y experimentando aun má s mi propio
ser en bú squeda de despertar mi verdadera esencia, siguiendo el
camino y la prá ctica de los valores y principios que propone el yoga
(unió n)como una filosofía de vida en coherencia y al servicio de los
demá s ,de los que me rodean y conmigo misma.
¿Qué es el Yoga?

La palabra yoga deriva del término yuj que significa atar, juntar, unir y
puede tener muchas connotaciones, como unió n, grupo, etc.

‘’Es la unió n con el Absoluto”

También se la define como una ciencia experimental,

Que lleva los preceptos y sus los valores a la vida.

Es un camino de desarrollo espiritual que nos permite redescubrirnos


en conexió n del verdadero Ser en unió n con todo los que nos rodea y
con la divinidad que ya existe en cada uno de nosotros.

Concepto para la Suddha Dharma Mandalam “conocimiento” “acció n”


“devoció n’’.

Yoga significa “Unió n divina con el espíritu eterno, alojado en la


cá mara etérica del corazó n.

La palabra yoga tiene dos significados principales:

1. Unió n.
2. Las técnicas o métodos para llegar a dicha unió n.

En la primera acepció n, la palabra unió n puede entenderse en un doble


sentido:

“La unió n con uno mismo”, la integració n armó nica de todos los
estratos del ser humano.

“La unió n del individuo con el cosmos’’, la experiencia de integració n


del individuo con todo el universo circundante, en el que prevalece el
sentimiento de ser una misma y ú nica cosa con el Todo.

Desde esta definició n podemos entender el Yoga como la actualizació n


y consumació n del estado de unió n entre el ser individual (Jiva) y el ser
có smico (Atman).
En la segunda acepció n de la palabra Yoga, se refiere al conjunto de
técnicas aplicadas al desarrollo integral del ser humano. Los métodos y
actitudes mediante las cuales es posible realizar el estado de yoga
(unió n) En este sentido el yoga se define como un conjunto de técnicas
de perfeccionamiento del ser humano a nivel físico mental y espiritual.

EL yoga es uno de los seis sistemas ortodoxos de la filosofía India. Fue


recopilado, coordinado y sistematizado por Patanjali.

En el capitulo sexto de la Bhagavad Guita, que es la autoridad má s


importante sobre filosofía del yoga, Sri Krisnha, explica a Arjuna, el
sentido del yoga como una liberació n del contacto con el dolor y la
aflicció n. Dice:

“Cuando su mente, intelecto y el yo (ahamkara) se hallan bajo control,


liberados del inquieto deseo, descansando así en el espíritu que reside
en su interior, el hombre se convierte en un Yukta un Ser en comunió n
con Dios. La llama no oscila allí donde no sopla el viento. Igual ocurre
con el yogui, que controlando su mente, su intelecto y su yo, se halla
absorbido en su propio espíritu. Cuando la agitació n de la mente, el
intelecto y el yo sé aquieta mediante la prá ctica del yoga, el yogui, por
gracia del espíritu que reside en su interior encuentra su realizació n.

En el siguiente compilado de informació n expondré un resumen de


una de las obras má s importantes de la filosofía del yoga ‘’los de
PATANJALI’’ y los 8 pasos del yoga.

Ptanjali un antiguo sabio el cual la fecha de su nacimiento es incierta;


algunos orientalistas la sitú an entre 100 y 800 a. de C, escritores indios
la sitú an generalmente hasta 10.000 A.C. Existen relatos legendarios de
su nacimiento en Ilavrita-Varsh, de que mostraba la inteligencia de un
sabio desde cuando su madre lo llevaba en brazos.

Un sabio Patanjali que mencionan los libros indios nació en Gonarda,


India, y má s adelante residió en Kashmir. Escribió el Gran comentario
(Mahabhasya) sobre la gramá tica de Panini, y también una obra
extensa sobre medicina. Hay diversas opiniones sobre quien escribió
los, si fue este ultimo entonces Patanjali no solo fue u gran filó sofo sino
un gran gramá tico y medico. Prescribía, pues para el cuerpo, el alma, y
el espíritu del hombre.

Pero en todo caso Patanjali no fue el autor directo, sino apenas el


compilador de enseñ anzas que hasta ese entonces se habían
transmitido oralmente durante muchos siglos. Fue el primero en poner
las enseñ anzas por escrito para uso de los estudiosos y de aquí se le
considere como el fundador de Raja Yoga.

Los son las enseñ anzas bá sicas de la escuela Tras Himalayica, de la cual
han provenido muchos de los Maestros de la Sabiduría.

Los de Patanjali nos ofrecen las leyes de la liberació n y las reglas y


métodos que hacen perfecto al hombre que los siga.

En términos muy generales podemos encontrar dos formas principales


de yoga en Oriente: HATHA yoga (física) y RAJA yoga (mental). El
Hatha produce ciertas condiciones por medio de ejercicios físicos; sus
resultados son transitorios y no persisten en una vida siguiente.

EL Raja yoga obra de adentro hacia afuera, principalmente por el


desarrollo y educació n de los poderes psicoló gicos del hombre. Este
es el método que sigue Patanjali.

Como uno de los temas centrales má s importantes desarrollados en los


yogas sutras son los 8 pasos del Yoga el cual su objetivo de practicarlos
es desarrollar la atenció n como herramienta para un conocimiento
discriminativo, vía de acceso para la iluminació n y la liberació n. Esto
significa (Yoga Sutra 3.4- 3.6) como si fuera una hoja de afeitar, para
separar el que ‘’ ve , de lo visto’’ de modo de romper la asociació n con
el Karma (yoga sutras 2.12-2.25) y dejar atrá s los 4 errores debido a la
ignorancia o avidya (yoga sutras 2.24- 2.25) que son:1, confundir lo
temporal con lo eterno, 2, lo impuro con lo puro, 3,el sufrimiento con la
felicidad y 4, el falso ser con el verdadero Ser (yoga Sutra 2.5).

Como resultado de esta discriminació n continua, se experimenta


finalmente el Ser o el que ve’’ en su verdadera naturaleza (yoga Stra
1.3)
Tan importante como el objetivo de la liberació n, son los medios
adecuados para alcanzarlos, Patanjalí nombra y enumera estos
medios como los 8 estadios del camino del yoga para la bú squeda del
alma, que será n desarrollados má s adelante, estos son:

1. Yama (mandamientos de la moralidad universal)

2. Niyama (auto purificació n por la disciplina)

3. Asana (postura)

4. Pranayama (control rítmico de la respiració n)

5. Patryahara (retirada y emancipació n del control de la mente sobre


los sentidos y los objetos externos)

6. Dharana (concentració n)

7. Dhyana (meditació n)

8. Samadhi (estado de sú per conciencia producido por una profunda


meditació n donde el aspirante se hace uno con el objeto de su
meditació n, (paramatma o espíritu universal).
La leyenda de cómo nació Patanjalí
Según Iyengar
Dice la leyenda el Dios Vishnu estaba una vez sentado sobre su
extravagante cama conformada por la serpiente Adisesa (El señor de las
Serpientes) observando la extasiante danza del Señor Shiva, esta danza es
conocida como la Tandava, Danza Tandava, y esta manifestación del señor
Shiva cómo el Dios de la danza le llaman Nataraja (de la raíz sánscrita
nrtya que significa danza). El Señor Vishnu cayó en tal estado de excitación
y absorción al contemplar la danza que su cuerpo comenzó a vibrar y
temblar en éxtasis al ritmo del Señor Shiva. La vibración lo hizo mucho
más pesado, causando mucha incomodidad al Señor Adisesa que estaba a
punto de colapsar, incluso con dificultades para respirar. Tan pronto como
la danza terminó el cuerpo del Señor Vishnu se volvió liviano nuevamente.
El Señor Adisesa estaba sorprendido por estos cambios repentinos y le
preguntó a su maestro por la causa de estos. El Señor explicó que la
gracia, la belleza, la majestuosidad y grandeza del Señor Shiva habían
creado una vibración igual de extasiante en su propio cuerpo. Sor -
prendido por esto, a Adisesa le nació un deseo de aprender a bailar para
inspirar a su Señor. El Señor Vishnu predijo que el Señor Shiva iba a
bendecir a Adisesa con la oportunidad de escribir un comentario en
gramática y que en ese tiempo también podría ser capaz de dedicarse a la
perfección en el arte de la danza (nrtya). El Señor Adisesa se llenó de
júbilo- lo con estas palabras y estaba emocionado con su futura
experiencia con el Señor Shiva. Luego él empezó a meditar para lograr
descubrir quién estaba destinada para convertirse en su madre. Mientras
meditaba, él tuvo la visión de una apasionada a la práctica del Yoga y una
asceta (una yogui y tapasvini), Gónika, quién estaba rezando para tener un
hijo honorable al cual ella podría transmitirle sus conocimientos y
sabiduría. El se dio cuenta de que ella podría ser una madre excelente
para él, y esperó el momento oportuno para convertirse en su hijo.
Gónika, pensado que su vida en la tierra se estaba aproximando a su fin,
había buscado por todas partes a alguien que pudiera convertirse en su
hijo. Cuando su penitencia (tapas) había llegado a su fin, ello volvió a ver al
Dios Sol, y le pidió a el que le cumpliera su deseo. Ella tomó una mano
llena de agua, y como una última ofrenda cerró los ojos y meditó en el Sol.
Ella abrió sus ojos y volvió a ver a sus manos en la posición en la cual
realizaba la ofrenda. Para su sorpresa ella observó una pequeña serpiente
que repentinamente tomó una forma humana. Este pequeño humano se
prostró a la yogui Gónika y le pidió a ella ser aceptado como su hijo. Por
esta razón ella lo llamó Patanjali. (Pata significa caído, y Anjali es el mudra
de colocar las manos juntas en posición de plegaria). Así es como se
cuenta que Patanjali vino a este mundo mortal.
La vida de Patanjalí
Existen muchas dudas en referencia al nacimiento y vida de Patanjalí.

Se desconoce prácticamente todo sobre su vida y de lo poco que se


conoce mucho es de carácter filosófico.

Las fechas propuestas para el nacimiento y vida de Patanjalí difieren por


un milenio. Algunas autoridades sugieren que vivió en el siglo IV AC.
Mientras que otras insisten en que tiene que haber vivido en el siglo
VI.DC. Parte de esta gran divergencia entre las fechas es la tradición
común en aquella época.

El trabajo más reconocido por Patanjali, son los yogas SUTRAS, documento
que se presentan en forma de una serie de pequeños aforismos, la fecha
más probable para ellos estará ubicada en alguna parte entre los siglos IV
y II AC. Dado que fue en ese periodo que el estilo de escribir en aforismos
no solo ganó una extensa aceptación, sino que alcanzo su pico estilístico
más alto. El trabajo de Patanjali es ampliamente considerado el ejemplo
más pulido del método de presentación de SUTRAS.

El retrato de Patanjali

EL Señor Patanjali es reconocido como una encarnación de la serpiente


Amanta, cuyo nombre significa “el eterno”, y que es otra forma de
Adisesa. El Señor Vishnu se sienta sobre Adisesa desde antes del inicio de
la creación. El mismo Patanjali es generalmente retratado como mitad
humano y mitad serpiente, con el torso humano emergiendo de los anillos
de la serpiente todopoderosa que despierta en el momento de la
creación. La serpiente personifica la energía creativa. Las manos de
Patanjali están en posición del saludo tradicional indio, namasté, en
ocasiones llamado “Anjali” u ofrenda. Dado que “Pata” significa “caído”,
“Patanjali” podría ser traducido como “la gracia (o “el lleno de gracia”)
que cae del cielo” o “una bendición caída del cielo”. Generalmente se lo
retrata en trance meditativo. Sus manos plegadas bendicen a la vez que
saludan a aquellos que se le aproximan buscando el Yoga y sus verdades.
Patanjali no tiene dos manos sino cuatro. Las dos inmediatamente frente a
él crean la bendición del Anjali mientras que las otras dos están elevadas.
Una de las manos elevadas sostiene el Sankha, la concha que personifica
la energía del sonido. Esto simultáneamente llama a los estudiantes a la
práctica y anuncia el inminente fin del mundo tal como lo conocemos. La
otra mano elevada sostiene el chakra o disco que personifica la rueda del
tiempo y su ley de causa y efecto.
Los ocho pasos del ashtanga yoga de Patanjali.
"Piensa en Atman (el Sí-mismo) como el señor montado en un carro; e r
sin la razón como el cochero, y la mente como las riendas. Los sentidos,
se dice, son los caballos, y sus objetos de deseo, los pastos. Cuando el (Sí-
mismo) se encuentra unido a los sentidos y a la mente, es llamado por los
sabios "el gozoso" (bhoktr). Quién carece de discernimiento nunca es
capaz de refrenar su mente; sus sentidos son como los corceles
desbocados de un cochero. Por el contrario, el hombre con discernimiento
controla siempre su mente, y sus sentidos son como caballos
disciplinados. EI hombre carente de discernimiento se vuelve descuidado,
olvidadizo, siempre impuro; no logra alcanzar su meta, siempre de ben
errando de un cuerpo a otro. En cambio, el que posee discernimiento se
vuelve vigilante y permanece puro, alcanzando su meta para no renacer
más. El hombre que tiene un cochero con discernimiento llevando las
riendas de su mente alcanza el final de su viaje: la Suprema Morada del
Espíritu Eterno. "Los sentidos son más poderosos que los objetos de
deseo; mas grande que los sentidos es la mente; por encima de la mente
esta la razón; y superior a la razón es Él, el Espíritu que reside en todo.

Disciplinados por el Sí-mismo y destruid vuestro falaz enemigo bajo la


forma del deseo." (Bhagavad Gita, cap. III, vv. 42-43.)

Para la realización de todo esto, no se requiere solamente una práctica


constante, sino también renuncia, pero ¿a qué debo renunciar? El yogui
no renuncia al mundo, dado que con ello renunciaría al creador. Renuncia
a todo aquello que lo aparta del Señor, renuncia a sus propios deseos.

El yogui no renuncia a la acción. Corta las ligaduras que le atan a sus


propias acciones, dedicando sus frutos, bien al Señor, bien a la
humanidad.

Los Yoga Sutras de Patanjali se hallan divididos en cuatro capítulos o pada.


EI primero trata de Samadhi, el segundo de los medios (sadhana) para
lograr el yoga, el tercero enumera los poderes (vibbuti) con que se
encuentra el yogui en su búsqueda, y el cuarto trata de la absolución o
emancipación (kaivalya). Yama Los ocho miembros del yoga aparecen
descritos en el capitulo segundo. EI primero de e ll os es yama (disciplinas
éticas), los grandes mandamientos que trascienden toda creencia, país,
edad y época. Son: ahimsa7 (no violencia) satya (verdad), asteya (no
robar), bhrahmacharya) (continencia) y aparigraha (no codiciar). Dichos
mandamientos constituyen las reglas de moralidad para la sociedad y e l
individuo, y su desobediencia lleva al caos a la violencia, a la mentira, al
robo, a la disipación y a la codicia. La raíz de estos males se halla en las
emociones de la codicia, el deseo y el apego, que pueden ser leves,
medianas o excesivas, y traen dolor e ignorancia. Patanjali ataca la raíz de
estos males cambiando la orientación de nuestro pensamiento en la
dirección de los cinco principios de yama.

Ahimsa
“No violencia, compasión hacia todos los seres vivos, en especial a
los indefensos. No matar, hacer el menor daño posible. Cultivar la
paciencia, el perdón”

La palabra ahimsa está compuesta por la partícula “a”, que significa


"no”, y e l substantivo ahimsa, que significa "matar" 0 "violencia ". Se trata
de algo más que e l mandato negativo de no matar, ya que posee un
sentido positivo más amplio: e l amor. Este amor abarca toda la creación,
pues todos somos hijos del mismo Padre, el Señor. EI yogui cree que
matar o destruir una cosa o un ser es insultar a su Creador. EI hombre
mata para alimentarse 0 para protegerse de algún peligro. No obstante, el
mero hecho de que un hombre sea vegetariano no conlleva que posea un
temperamento no violento o que sea un yogui, si bien una dieta
vegetariana se hace necesaria para la práctica del yoga. Puede haber
tiranos que sean vegetarianos, pues la violencia es un estado de la mente,
no de la dieta. Reside en la mente del hombre y no en el instrumento que
este porte. Uno puede usar el cuchillo 10 mismo para pelar una fruta que
para herir a un enemigo; el mal no está en el instrumento sino en quien lo
usa. El hombre recurre a la violencia para proteger el propio interés: su
cuerpo, sus seres queridos, sus propiedades o su dignidad, pero para
protegerse o proteger a los demás el hombre no puede confiar solo en sí
mismo. La creencia de que si puede hacerlo es errónea. El hombre debe
confiar siempre en Dios, manantial de toda fortaleza. Así no temerá a
ningún mal. La violencia surge del temor, de la debilidad, la ignorancia o la
agitación para frenarla lo más necesario es hallarse libre de miedo. A fin
de obtener dicha liberación se requiere un cambio de perspectiva vital,
una reorientación de la mente. La violencia disminuye necesariamente
cuando el hombre aprende a basar su fe en la realidad y la investigación
en lugar de la ignorancia y la suposición. EI yogui considera que toda
criatura tiene tanto derecho a la vida como el mismo. Cree que ha nacido
para ayudar a los demás, y mira la creación con ojos de amor. Sabe que su
vida se halla indisolublemente ligada a la de los otros, y goza si puede
ayudarles a ser felices. Antepone la felicidad de los demás de la propia, y
se convierte en Fuente de alegría para todo aquel que con él convive. Lo
mismo que los padres alientan al niño a dar sus primeros pasos, el yogui
alienta a aquellos más desafortunados que él, y los vuelve aptos para la
supervivencia. Los hombres reclaman justicia cuando se trata de faltas
cometidas por otros: pero si se trata de las propias, solicitan gracia y
perdón. EI yogui, por el contrario, considera que sus propias faltas han de
ser juzgadas con equidad, y las del prójimo con clemencia. Sabe y enseña a
los otros como vivir, y se esfuerza siempre en perfeccionarse, mostrando a
todos, con su amor y su compasión, cómo mejorar. EI yogui se opone al
mal producido por el malhechor, y no al propio malhechor. Ante una mala
acción propugna la penitencia, no el castigo. La oposición al mal y el amor
al malhechor no son incompatibles: la esposa de un borracho, aun
queriéndole mucho, puede oponerse a su vicio. La oposición sin amor
lleva a la violencia; amar al malhechor sin oponerse al mal es un desatino
y conduce al padecimiento. EI yogui sabe que la línea correcta a seguir es
amar al malhechor al tiempo que se combate el mal que hay en él; así la
batalla está ganada, pues la combate con amor.

Acompañan a ahimsa, ahhaya (ausencia de temor) y akrodha (ausencia de


ira) La ausencia de temor sólo la obtienen quienes llevan una vida pura. El
yogui no teme a nadie y nadie ha de temerle a él, pues se ha purificado
mediante el estudio del Sí-mismo. El temor atenaza al hombre y lo
paraliza. Teme al futuro, a lo desconocido, a lo que no ve; teme perder su
medio de subsistencia, sus posesiones o su reputación.
Mas su mayor temor es el de la muerte. El yogui sabe que él es distinto de
su cuerpo, que no es sino una morada temporal para su espíritu. Ve a
todos los seres en el Sí mismo, y al Sí-mismo en todos los seres, con lo que
pierde todo temor. A pesar de que el cuerpo se halla sujeto a la
enfermedad, la vejez, la decadencia y la muerte, el espíritu permanece
incólume. Para el yogui, la muerte es la salsa que añade gusto a la vida. Ha
dedicado su mente, su razón y su vida entera al Señor. Con todo su ser en
manos del Señor, ¿qué ha de temer? Existen dos tipos de ira (krodha): uno
degrada la mente, mientras que el otro lleva al crecimiento espiritual. La
raíz del primero reside en el orgullo, que enoja al hombre cuando es
desairado, impidiéndole ver las cosas con perspectiva, lo que vuelve el
juicio defectuoso. Por otro lado, el yogui se enoja consigo mismo si su
mente se hunde, o si sus conocimientos y su experiencia no consiguen
evitar un desatino. Es severo consigo mismo cuando se trata de sus
propias faltas, pero se muestra considerado para con las faltas de otros. El
espíritu de consideración es un atributo del yogui, cuyo corazón se
enternece ante todo sufrimiento. La consideración para con los demás y la
firmeza para consigo se dan la mano en él, y ante su presencia toda
hostilidad desaparece.

Satya
“Veracidad, prudencia, ser coherente y verídico en los
pensamientos, palabras y obras, comunicarse con la verdad”

Satya o verdad es la más alta regla de conducta y de moralidad. Mahátma


Gandhi dijo: “La Verdad es Dios y Dios es la Verdad.” Así como el fuego
quema las impurezas y refina el oro, también el fuego de la verdad depura
al yogui y quema su escoria. Si la mente tiene pensamientos de verdad, si
la lengua expresa palabras de verdad, y si la vida entera está basada en la
verdad, entonces uno se halla preparado para la unión con el Infinito. La
Realidad es, en esencia, amor y verdad, y se expresa a través de estos dos
aspectos. La vida del yogui debe conformarse estrictamente a estas dos
facetas de la Realidad. Por ello ahimsa es preceptiva, pues se halla
esencialmente basada en el amor. Satya presupone una perfecta
veracidad de pensamiento, palabra y obra. La mentira en todas sus formas
excluye al sadhaka de la armonía con la ley fundamental de la verdad.
Pero la verdad no se limita solamente a la palabra. Cuatro son las formas
de pecado mediante la palabra: la injuria y la obscenidad, falsedad en
transacciones, la calumnia o el chismorreo y, finalmente, el ridiculizar lo
que otros consideran sagrado para ellos. El chismoso es más veneno que
la serpiente. El control de la palabra arranca de raíz toda malicia. Cuando
la mente carece de malicia, rebosa caridad para con todo. Quien ha
aprendido a controlar su lengua ha logrado en gran medida el autocontrol.
Cuando una persona así habla, será escuchada con respeto y atención, y
sus palabras recordadas como buenas y verdaderas. Cuando alguien que
se halla establecido en la verdad reza con un corazón puro, las cosas que
realmente necesita vienen a él cuando de verdad las necesita: no ha de ir
en pos de ellas. El hombre firmemente establecido en la verdad obtiene el
fruto de sus acciones sin, aparentemente hacer nada. Dios fuente de toda
verdad, provee sus necesidades y cuida su bienestar.

Asteya

“No robar, ausencia de codicia, honestidad”


El deseo de poseer y gozar de lo que otro posee conduce a una persona a
cometer malos actos. De este deseo surge el ansia de robar y codiciar.
Asteya (a = no; steya = robar), o sea, no robar, incluye no sólo agarrar sin
permiso lo que pertenece a otro, sino también usar algo para un propósito
distinto al pretendido, o por más tiempo del permitido por su propietario.
Así, comprende la apropiación indebida, el abuso de confianza y el mal
uso. El yogui reduce sus necesidades físicas al mínimo, pues cree que al
acumular cosas que no le son realmente necesarias, se comporta como un
ladrón. Mientras otros apetecen la riqueza, el poder, la fama o el goce, el
yogui sólo apetece una cosa, y ésta es adorar al Señor. La ausencia de
apetencias le permite protegerse de las grandes tentaciones. Las
apetencias enturbian la corriente de la serenidad y hacen al hombre bajo y
vil, mutilándolo. Quien obedece el mandamiento no robarás se convierte
en fiel depositario de todos los tesoros.

Brahmacharya

“Moderación en todos nuestros actos”

Según el diccionario, brahmacharya significa vida de celibato, estudio


religioso y continencia. Se cree que la pérdida del semen conduce a la
muerte, y su retención a la vida. Mediante la conservación del semen el
cuerpo del yogui adquiere un olor agradable. En tanto se retenga, no
habrá miedo a la muerte. De aquí el precepto de que debe ser retenido
mediante un esfuerzo concentrado de la mente. El concepto de
brahmacharya no es de negación, austeridad forzosa y prohibición. De
acuerdo con Sankarácbtirya, un brahmachiri (el hombre que observa
brahmacharya) es el hombre absorto en el estudio de la ciencia sagrada
de los Vedas, que se mueve constantemente en Brahman y sabe que todo
existe en Brahman. En otras palabras: es un brahmachiri aquél que en
todo ve la divinidad. Sin embargo, Patañjali hace hincapié en la
continencia de cuerpo, palabra y pensamiento. Ello no quiere decir que la
filosofía del yoga sea sólo para célibes. Brahmacharya poco tiene que ver
con que se sea soltero o casado y se lleve una vida de cabeza de familia.
Hemos de trasladar los aspectos superiores de brahmacharya a nuestro
día a día. Para la salvación no es necesario permanecer soltero y carecer
de casa. Por el contrario, todos los smrtis (códigos de ley) recomiendan el
matrimonio. No es posible conocer el amor divino sin experimentar la
felicidad y el amor humanos. Casi todos los yoguis y sabios de antaño en
India estuvieron casados y contaban con familia propia. Ellos no evadieron
sus responsabilidades sociales y morales. El matrimonio y la paternidad no
representan impedimento alguno para el conocimiento del amor divino,
de la dicha y de la unión con la Alma Suprema.

Al tratar de la posición de un aspirante que es cabeza de familia, el Siva


Samhita dice: “Que practique libre de la compañía de hombres, Y en un
lugar retirado. Aparentemente permanecerá en sociedad, pero su corazón
no estará puesto en ella. No renunciará a los deberes de su profesión,
casta o rango; mas los ejecutará actuando como instrumento del Señor sin
ninguna apreciación sobre los resultados. Triunfará, sin duda alguna,
siguiendo con discernimiento el método del yoga. Permaneciendo en
medio de los suyos, cumpliendo sus deberes de cabeza de familia, aquél
que se halla libre de mérito o demérito y mantiene la continencia de los
sentidos, alcanza la salvación. El cabeza de familia que practica el yoga no
se ve afectado por el vicio o la virtud; y si para proteger a la humanidad
comete algún pecado, no resulta contaminado por él.” (cap. V, vv. 234-
238.) Cuando uno se establece en brahmacharya, desarrolla un caudal de
vitalidad y de energía, una mente valerosa y un poderoso intelecto que le
permiten hacer frente a toda clase de injusticia. El brahmacharí utilizará
sabiamente las fuerzas que genera: empleará las físicas en el servicio del
Señor, las mentales para la propagación de la cultura y las intelectuales en
el fomento de la vida espiritual. Brahmacharya constituye la batería cuya
chispa enciende la antorcha de la sabiduría.

Aparigraha
“No codiciar, compartir y distribuir las riquezas personales, no
ser acumulativo, se refiere al abandono de la avaricia. Cultivando
una actitud de generosidad y servicio a los demás”.

“Rico no es el que mucho tiene, sino el que menos necesita”

Parigraha significa atesorar o acaparar, y estar libre de ello es aparigraha.


Se trata, pues, de otra faceta de asteya (no robar). Al igual que nadie debe
adquirir cosas que no le sean realmente necesarias, tampoco se deben
atesorar o acaparar cosas que no se requieran inmediatamente. Tampoco
obtener algo sin trabajar para ello, o aceptarlo de alguien como favor, ya
que ello indica pobreza de espíritu. El yogui es consciente de que el
acaparamiento o atesoramiento implica falta de fe en Dios y en sí mismo
para su abastecimiento futuro. Le sirve de inspiración la imagen de la
Luna, la cual, durante la mitad oscura del mes, sale tarde, cuando ya la
mayoría de los hombres se hallan entregados al sueño y no aprecian, por
tanto, su belleza. Y aunque su esplendor va menguando, no se aparta de
su ruta, permaneciendo indiferente ante la falta de aprecio por parte del
hombre; en la completa confianza de que de nuevo será llena cuando mire
al Sol de frente, momento en que los hombres aguardarán con ansia su
gloriosa ascensión. Mediante la observancia de aparigraha el yogui hace
que su vida sea lo más sencilla posible, entrenando su mente para que no
sienta la pérdida o falta de algo. Entonces todo aquello que de verdad
necesita le viene dado en el momento oportuno. La vida de un hombre
corriente se halla jalonada de una inacabable serie de trastornos y
frustraciones, así como de las correspondientes reacciones. Por ello se
hace difícil toda posibilidad de mantener la mente en estado de equilibrio.
El sadhaka, no obstante, ha desarrollado la capacidad de permanecer
satisfecho con lo que le sucede. Así obtiene la paz que lo lleva más allá de
los reinos de ilusión y sufrimiento que saturan nuestro mundo. Él recuerda
la promesa hecha por Sri Krishna a Arjuna en el capítulo noveno de la
Bhagavad Cita: “A todos los que me veneren sólo a Mí con devoción
completa, y se hallen en armonía. Conmigo en todo momento, les doy la
seguridad total. Proveeré todas sus necesidades y les protegeré por
siempre.
Niyamas
“Relación con tu propio interior”

Niyama son las normas de conducta que se refieren a la disciplina


individual, mientras que las de yama son universales en su aplicación. Los
cinco niyamas enumerados por Patañjali son: saucha (pureza), santosha
(contentamiento), tapas (ardor o austeridad), svadhyaya (estudio del Sí-
mismo) e Isvara pranidhan Niyama son las normas de conducta que se
refieren a la disciplina individual, mientras que las de yama son
universales en su aplicación. Los cinco niyamas enumerados por Patañjali
son: saucha (pureza), santosha (contentamiento), tapas (ardor o
austeridad), svadhyaya (estudio del Sí-mismo) e Isvara pranidhana.
(Dedicación al Senor)

Saucha

“Higiene, limpieza psicofísica y del medio donde nos toca vivir”

Para el bienestar es esencial la pureza de cuerpo. Mientras que buenos


hábitos como el baño purifican externamente el cuerpo, Asana y
Pranayama lo depuran internamente. La práctica de Asana tonifica el
cuerpo entero y expulso las toxinas e impurezas ocasionadas por un
exceso de complacencia. El Pranayama limpia y airea los pulmones,
oxigena la sangre y purifica los nervios. Sin embargo, más importante que
la depuración física del cuerpo es la depuración de la mente de emociones
perturbadoras como el odio, la pasión, la rabia, la lujuria, la avaricia, el
engaño y el orgullo; y aún más importante la depuración del intelecto
(buddhi) de pensamientos impuros. Las impurezas de la mente son
lavadas en las aguas de bhakti (la adoración). Las del intelecto o razón se
queman en el fuego de svadhyaya (el estudio del Sí-mismo). Esta
depuración interior proporciona fulgor y gozo; nos trae benevolencia
(sahúmanosla) al tiempo que aleja el dolor mental, el abatimiento, la pena
y la desesperación (daurmanasya). Cuando se es benevolente, se ven en
los demás no solamente las faltas sino también las virtudes; y el respeto
que se muestra para con las virtudes de los otros despierta asimismo el
propio auto respeto y le da a uno a luchar contra sus propias penas y
dificultades. Cuando la mente está lúcida, resulta fácil volverla
unidireccional (ekdgra). Mediante la concentración se obtiene el dominio
de los sentidos (indriyajaya). Es entonces cuando uno se halla preparado
para penetrar en el templo de su propio cuerpo y allí contemplar su ser
real en el espejo de su mente. Junto con la pureza de cuerpo,
pensamiento y palabra, se hace también necesaria la pureza del alimento.
Aparte de limpieza en su preparación, ha de observarse pureza en los
medios por los cuales nos lo procuramos. El alimento, sustancia
sustentadora al tiempo que consumidora de toda vida, es considerado
como una fase de Brahman. Debe ser tomado con la sensación de que con
cada bocado adquirimos fuerzas para servir al Señor. Entonces el alimento
se hace puro. El que uno sea o no vegetariano es un asunto puramente
personal en el que influyen la tradición y las costumbres del país en el que
uno ha nacido y se ha criado. No obstante, con el transcurso del tiempo, el
practicante de yoga ha de adoptar una dieta vegetariana, a fin de obtener
atención unidireccional y evolución espiritual. 66 Manual de Filosofía El
alimento ha de tomarse con la finalidad de favorecer la salud, la fuerza, la
energía y la vida, y deberá ser sencillo, nutritivo, jugoso y reconfortante.
Evítense los alimentos ácidos, amargos, salados, picantes, desabridos o
rancios, pesados, sucios y demasiado calientes. El carácter se moldea
según el tipo de alimentos que tomamos y según cómo los tomamos. El
hombre es la única criatura que come cuando no tiene apetito y
generalmente vive más para comer que come para vivir. Si comemos por
llevar sabores a la lengua, ingerimos más de lo necesario, con lo que
sufrimos de trastornos digestivos que descontrolan todos nuestros
sistemas. El yogui, que cree en la armonía, come tan sólo para atender a
su sustento: ni mucho ni poco. Considera su cuerpo como el lugar de
reposo de su espíritu y se guarda de la excesiva autocomplacencia. Para
las prácticas espirituales, además del alimento, es importante el lugar.
Resulta difícil practicar en un país lejano (lejos de casa), en un bosque, en
una ciudad muy populosa o donde haya mucho ruido. Se escogerá un
lugar donde sea fácil procurarse el alimento, se esté libre de insectos,
protegido de los elementos y con un entorno agradable. Las orillas de un
lago o de un río, o la costa, resultan ideales. Lugares tan tranquilos e
idílicos son difíciles de hallar en la actualidad, pero, cuando menos, uno
puede acondicionarse una esquina en su habitación para practicar, y
mantenerla limpia, aireada, seca y libre de insectos.

Santosha
“Contentamiento, estado de la mente o facultad de sentirse a
gusto con lo que posees y lo que no. Entusiasmo, alegría,
positivismo. Aceptar los desafíos como regalos de la vida para
enseñanza y crecimiento personal”

Ha de cultivarse santosha (contento o satisfacción plena). Una mente


descontenta no puede concentrarse. El yogui, al no sentir falta de nada, se
halla satisfecho de forma natural, y esta satisfacción le procura una dicha
sin par. Un hombre que experimenta el contento es un hombre pleno,
porque ha conocido el amor del Señor y ha cumplido con su deber. Es
bienaventurado porque ha conocido la verdad y el gozo. El contento y el
sosiego son estados de la mente. Las diferencias surgen entre los hombres
por razón de raza, credo, riqueza y saber. Crean discordias de donde salen,
consciente o inconscientemente, conflictos que distraen y confunden, con
lo que la mente no puede alcanzar la un- direccionalidad (ekdgra) y se ve
privada de paz. Existe, por el contrario, contento y sosiego cuando la llama
del espíritu no oscila con el viento del deseo. El sadhaka no persigue la paz
vacía de los muertos, sino la paz de quien tiene la razón firmemente
establecida en Dios.

Tapas
“Austeridad, disciplina, sacrificios”

El término tapas deriva de la raíz tal, que significa resplandecer, arder;


brillar, sufrir dolor o consumirse por el fuego. Indica, por lo tanto, un
ardiente esfuerzo en todas circunstancias con el objeto de lograr una meta
determinada en la vida. Comporta purificación, autodisciplina y
austeridad. Toda la ciencia de edificación del carácter puede considerarse
como una práctica de tapas.
Tapas es el esfuerzo consciente por lograr la unión definitiva con la
Divinidad y quemar todos los deseos que se interpongan en el camino
hacia esa meta. Un objetivo digno convierte la vida en pura, iluminada y
divina. Sin este objetivo, la acción y las plegarias no tienen valor alguno.
Una vida sin tapas es como un corazón sin amor. Sin tapas la mente no
puede llegar hasta el Señor. Existen tres tipos de tapas: el que se refiere al
cuerpo (kdyika), a la palabra (vdchika) y a la mente (mdnasika). Son tapas
del cuerpo la continencia (brahmacharya) y la no violencia (ahimsa). Son
tapas de la palabra el uso de vocablos que no ofendan, cantar la gloria de
Dios, decir la verdad sin mirar las consecuencias que puedan derivarse
para uno mismo, y no hablar mal de los demás. Es tapas de la mente el
desarrollo de una actitud mental por la cual uno permanezca sereno y
equilibrado en medio de alegrías y pesares sin perder el auto-control. Es
tapas el trabajo efectuado sin miras egoístas o esperanza de recompensa,
guiado por el firme convencimiento de que nunca se mueve ni una brizna
de hierba sin la voluntad de Dios. Mediante tapas el yogui desarrolla
fortaleza de cuerpo, mente y carácter, y adquiere valor y sabiduría,
integridad, rectitud y sencillez.

Svadhyaya
“Estudio personal, espiritual, auto –conocimiento, revisar y
evaluar tus progresos a través de escrituras sagradas o lecciones
de tus maestros”

Sva significa “sí-mismo” y adhydya estudio o educación. La educación


consiste en la extracción de lo mejor que hay dentro de una persona.
Svddhytiya significa, pues, la educación del sí-mismo. Svadhyaya difiere de
la mera instrucción que se obtiene de una conferencia en la que el
conferenciante hace ostentación de su saber ante la ignorancia del
auditorio. Cuando la gente se reúne para suidhydya, orador y oyente
comparten una sola mente y se profesan amor y respeto mutuo. No se
dan sermones, y cada corazón habla al otro. Los pensamientos
ennoblecedores que surgen de svadhyaya son, por así decirlo,
introducidos en la propia corriente sanguínea de tal modo que se vuelven
parte integrante de nuestra vida y de nuestro ser. Quien practica
svadhyaya lee su propio libro de la vida, al tiempo que lo escribe y lo
revisa. Se efectúa un cambio en su enfoque de la vida empieza a
comprender que toda la creación tiene por cometido bhakti (la adoración),
y no bhoga (el goce); que toda creación es divina; que la divinidad reside
en su interior, y que la energía que lo mueve es la misma que mueve el
universo entero. Según Sri Vinobá Bháve (cabeza del “Bhoodan
Movement”), svad - hyaya es el estudio de una materia que es base o raíz
de todas las demás materias acciones, sobre la que se apoyan las demás
sin que ella se apoye en ninguna. Para hacer de la vida algo saludable, feliz
y pacífico resulta esencial el estudio regular de la literatura divina en un
lugar puro. Este estudio de los libros sagrados del mundo permitirá que el
sadhaka se concentre y resuelva las dificultades de la vida cuando surjan;
pondrá fin a la ignorancia y traerá el conocimiento. La ignorancia no tiene
principio, pero tiene fin; el conocimiento tiene principio, pero no fin.
Mediante suidhyiya el sadhaka comprende la naturaleza de su alma y
alcanza la comunión con lo divino. Los libros sagrados del mundo son para
que todos los lean. No están reservados únicamente a los miembros de
una sola creencia. Lo mismo que las abejas liberan el néctar de flores
diversas, así también el sadhaka absorberá cosas de otras creencias que le
harán apreciar mejor la suya propia. La filología no es un lenguaje, sino la
ciencia de los lenguajes, cuyo conocimiento facilita que el estudiante
aprenda mejor su propio idioma. De todo semejante, el yoga no es una
religión en sí sino la ciencia de las religiones, cuyo estudio facilitará que el
sadhaka aprecie mejor su propia fe.

Isvara Pranidhana
“Veneración hacia una inteligencia superior, devoción al ser
supremo”

Isvara pranidhana es la dedicació n al Señ or de nuestras acciones y


nuestra voluntad. Quien tiene fe en Dios no desespera, ya que posee
iluminació n (tejas). Quien sabe que toda la creació n pertenece al Señ or
no se engreirá ni se embriagará de poder; no se rebajará por intereses
egoístas; su cabeza só lo se inclinará en veneració n. Cuando las aguas
de bhakti (la adoració n) son conducidas a través de las turbinas de la
mente, el resultado es la obtenció n del poder mental y la iluminació n
espiritual. Y mientras que la mera fuerza física sin bhakti resulta letal,
la mera adoració n sin fortaleza de cará cter es como un opiá ceo. La
adicció n a los placeres destruye tanto el poder como la gloria. De la
satisfacció n de los sentidos cuando éstos van en pos del placer surgen
moha (el apego) y lobha (la codicia) para su repetició n. Si no se los
complace, se produce soka (la tristeza). Han de refrenarse, pues,
mediante el conocimiento y el dominio de sí mismo. Sin embargo,
controlar la mente resulta má s difícil. Tras haber agotado los propios
recursos sin éxito, acudimos en busca de ayuda al Señ or, que es la
fuente de todo poder. Es en este punto cuando comienza bhakti. En
bhakti, mente, intelecto y voluntad aparecen entregados al Señ or, y el
sadhaka ora: “Desconozco lo que es bueno para mí. Há gase tu voluntad.
“Otros rezan para ver satisfechos o cumplidos sus deseos. En bhakti o
amor verdadero no hay lugar para el “yo” y “lo mío”. Cuando
desaparecen los sentimientos del “yo” y “lo mío”, es que el alma
individual ha completado su crecimiento. Vaciada la mente de deseos
de complacencia personal, debe llenarse con pensamientos en torno al
Señ or. En una mente henchida de ideas de satisfacció n personal, existe
el peligro de que los sentidos arrastren a aquélla tras los objetos de
deseo. Intentar la prá ctica de bhakti sin vaciar la mente de deseos es
como hacer fuego con leñ a mojada: desprende gran cantidad de humo
que hace llorar los ojos, tanto del que lo enciende como de quienes se
hallan alrededor. Una mente que alberga deseos no puede arder ni dar
luz y calor al ser tocada por el fuego. La religió n ha convencido a la
gente de que hay un hombre invisible que vive en el cielo, que ve todo
lo que haces a cada momento y cada instante de tu vida, y este hombre
tiene una lista especial de 10 cosas que no quiere que hagas y si haces
alguna de esas 10 cosas tiene un lugar especial lleno de fuego, de
humo, y tortura y angustia donde te va a enviar para que llores, grites,
sufras donde te va a enviar hasta el final de todos los tiempos... pero él
te ama. El nombre del Señ or es como el Sol: disipa toda oscuridad. La
Luna resplandece llena cuando se halla frente al Sol. También el alma
individual resplandece llena cuando se halla ante el Señ or. Si entre el
Sol y la Luna llena se interpone la sombra de la Tierra, se produce un
eclipse; si los sentimientos del “yo” y “lo mío” proyectan su sombra
sobre la experiencia de plenitud, todo esfuerzo del sadhaka por
alcanzar la paz es inú til. Las acciones reflejan la personalidad de un
hombre mejor que sus palabras. El yogui ha aprendido el arte de
dedicar todas sus acciones al Señ or, y así ellas reflejan la divinidad que
reside en su interior.

Asana

EI tercer miembro del yoga constituye á sana o postura. Á sana procura


firmeza, salud y ligereza de miembros. Una postura firme y agradable
produce equilibrio mental y evita la inconstancia de la mente.

Las asanas no son simples ejercicios gimnásticos; son posturas. Para


realizarlos se necesita un espacio prolijo y aireado, una manta, y decisión;
mientras que otros sistemas de entrenamiento físico necesitan amplios
campos de juego y un equipo costoso. Las asnas pueden hacerse sin nada,
ya que los mismos miembros del cuerpo proporcionan los pesos y contra
pesos necesarios.

EI yogui conquista el cuerpo mediante la práctica de las asanas, y hace de


él un vehículo adecuado para el espíritu. Sabe que el espíritu necesita del
cuerpo como vehículo. Un alma sin un cuerpo es como un pájaro privado
de su facultad de volar.

Las asanas se han ido desarrollando durante siglos al objeto de


ejercitar cada mú sculo, y cada glá ndula del cuerpo cada nervio,
aseguran un cuerpo fuerte y elá stico, al tiempo que mantiene el cuerpo
libre de enfermedades. Reducen el cansancio y calman los nervios, má s
su importancia real radica en có mo entrenan y disciplinan la mente.
Mediante la realizació n de asanas el sadhaka gana en primer lugar
salud, la cual no es mera existencia. Se trata de un bien que no puede
adquirirse con dinero, sino que debe ser ganado a fuerza de trabajo
duro; un estado de completo equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu
La salud consiste en el olvido de la consciencia física y mental. El yogui
se libera de incapacidades físicas y distracciones mental es mediante la
prá ctica de asanas.1. Entrega sus acciones y el fruto de estas al Señ or, e
n servicio del mundo. II yogui comprende que su vida y todas sus
actividades forman parte de la acció n divina en la naturaleza.
Manifestá ndose y operando en forma humana. En el latido del pulso y
en el ritmo de la respiració n reconoce el flujo de las estaciones y el
palpitar de la vida universal de la cual es parte integrante. Su cuerpo es
el templo que alberga la Llama Divina. Opina que descuidar o negar las
necesidades del cuerpo. Considerá ndolas algo ajeno a lo divino, es
también descuidar y negar la vida universal de la cual es parte
integrante. Las necesidades del cuerpo son necesidades del espíritu
divino que vive a través de ese cuerpo. El yogui no alza los ojos al cielo
para hallar a Dios, pues sabe que É I vive en su interior y se llama
antará tma (en sí- mismo interior) Siente el reino de Dios dentro y
fuera de É l y sabe que el cielo reside en él. Dualidades tales como la
ganancia y la perdida, la victoria y la derrota, la Fama y la deshonra, el
cuerpo y la mente, la mente y el alma, se desvanecen mediante el
dominio de las asanas; con 10 que el sadhaka puede entonces pasar al
pranayama, cuarto estadio en el camino del yoga.

Pranayama

Sami Sivananda dice: “Prana es la suma total de todas las energías


contenidas en el Universo”. ¡Es amplio! Para los yoguis, el Universo está
compuesto de Akasa, el éter cósmico, y del Prana, la energía. Cuando
Prana actúa sobre Akasa, nacen todas las formas de la materia. Esta
concepción corresponde en suma a la de nuestra física nuclear, que
considera toda materia como energía “ordenada” o dispuesta de diversos
modos. La ciencia no admite (o ya no admite más) la noción de éter-
¡provisoriamente al menos! Cuando escribimos Prana con mayúsculas,
designamos a esta Energía Cósmica tomada en conjunto, y prana con
minúscula indicará su manifestación. Por lo tanto, Prana es la energía
universal indiferenciada, y prana la energía diferenciada, manifestada en
cualquier forma. El magnetismo es una manifestación del prana, así como
la electricidad y la gravitación. Todo lo que se mueve en nuestro Universo
es manifestación del Prana: gracias al prana el viento sopla, tiembla la
tierra, se abate el hacha, despega el avión, estalla la estrella y piensa el
filósofo. El prana es universal. Existimos en un océano de prana del que
cada ser viviente es un torbellino. Los yoguis afirman que lo que
caracteriza a la vida, es su capacidad de atraer prana a sí, de acumularlo y
de transformarlo para actuar en el medio interior y en el mundo exterior.

Los Rishis proclaman- y esto forma la base misma del yoga- que el prana
puede ser almacenado y acumulado en el sistema nervioso, más
especialmente en el plexo solar. Acentúan además esta NOCIÓN CAPITAL
Y ESENCIAL, a saber: que el yoga nos da el poder de dirigir a voluntad esta
corriente de prana mediante el PENSAMIENTO. El yoga proporciona así un
acceso consciente y voluntario a las fuentes mismas de la vida.

Al igual que la palabra yoga posee un amplio significado, lo mismo ocurre


con la palabra prana. Prana significa aliento, respiración, vida, vitalidad,
viento, energía, fuerza. También connota el alma como opuesta al cuerpo.
El término se usa generalmente en plural para indicar alientos vitales.
A-.yama significa longitud, expansión, extensión o restricción. Pranayama.
Implica de este modo la extensión de la respiración y su control, control
que se ejecuta sobre todas las funciones respiratorias, a saber:

1. - inhalación o inspiración, llamada puraka (llenado)


2. – exhalació n o espiració n, que recibe el nombre de rechaka
kumbhaka (vaciado de pulmones)
3. Retenció n o sujeció n del aliento (kumbhaka)
En los textos de Hatha Yoga también se utiliza el término
kumbhaka para referirse a la res respiraciones, inhalació n,
exhalació n y retenció n.
Pranayama es, pues, la ciencia de la respiració n, el eje alrededor
del cual gira la rueda de la vida. "AI igual que domamos leones,
elefantes y tigres despacio y con cautela, así también el prana ha
de ser puesto bajo control lentamente y de forma gradual de
acuerdo con la capacidad y las limitaciones Físicas del
practicante. De lo contra rio, el pranayama le aniquilara”,
advierte el Hatha Yoga Pradipika.
La vida del yogui no se mide por el nú mero de sus días sino por
el nú mero de sus respiraciones, porque este adopta las
adecuadas pautas de respiració n rítmica, lenta y profunda. Estas
pautas rítmicas fortalecen e l aparato respiratorio, calman e l
sistema nervioso y reducen las ansias. A medida de que deseos y
apetencias disminuyen, la mente se libera, convirtiéndose en un
vehículo apto para la concentració n. Mediante una prá ctica
inadecuada de pranayama el alumno acarreara diversos
trastornos, como por ejemplo flatulencia, dolores de cabeza,
Hipo, molestias en los ojos y los oídos, así como también
irritació n nerviosa.
Cabe destacar que se requiere de mucho tiempo de prá ctica para
que las respiraciones sean largas lentas y profundas, primero se
recomienda dominar bien la técnica estas respiraciones antes de
emprender kumbhaka (retenció n del aliento)
Los ó rganos implicados en la absorció n del Prana son:
1) Las terminaciones nerviosas de las fosas nasales
2) Los alvéolos pulmonares
; 3) La lengua
4) La piel
A cada actividad nuestra le corresponde un tipo propio de
respiració n. No se consigue ser yogui para saber que al correr
respiramos en otra forma que sentado en un silló n, que nuestro
ritmo respiratorio de vigilia difiere del que se establece durante
el sueñ o. Los yoguis, sin embargo, han observado esto má s
detenidamente y han discernido correlaciones sutiles entre la
respiració n y todas las actividades humanas, no só lo físicas, sino
también intelectuales y emotivas- tomando este término en su
sentido má s amplio-. El hombre encolerizado respira en forma
distinta al ansioso; la respiració n del hombre dichoso y dilatado
es muy diferente a la del neuró tico. A los yoguis les basta con
observar atentamente có mo respira una persona para conocer su
estado físico y psíquico. Los Rishis de la India antigua han
estudiado las modalidades del aliento: longitud, ritmo, duració n,
amplitud, centro de gravedad, etc. Lo que nos interesa ahora es la
longitud del aliento. ¿Có mo se mide? El método má s simple
consiste en humedecerse la palma y colocar, mirando hacia
arriba, bajo la nariz. Durante la espiració n, la corriente de aire
proyectada sobre la palma evaporará la humedad y se percibirá
una sensació n de frescor. Aleje lentamente la palma hasta dejar
de sentir la corriente de aire. Midiendo la distancia a la que se
encuentra la palma de nuestra nariz, podremos saber la longitud
aproximada de nuestro aliento. Mayor precisió n puede
obtenerse mediante un trozo de algodó n suspendido a un hilo de
seda frente a nuestra nariz y alejado progresivamente hasta que
quede inmó vil. Los yoguis han medido así las “longitudes”
medias del aliento, expresadas en “dedos”, para las má s diversas
actividades humanas, que van desde el caminar hasta el Samadhi.
En la Gheranda Samhita, uno de los tratados clá sicos del yoga, el
Rishi Gheranda dice (vers. 84- 96): “El cuerpo mide 96 dedos
(1,80 m aproximadamente). La corriente de aire que se emite
normalmente en la espiració n es de 12 dedos (unos 20 cm); al
cantar, aumenta a 16 dedos; al caminar, a 24; durante el sueñ o,
30 dedos; durante el acto sexual, 36; durante un ejercicio físico
intenso, má s aú n.” Acortando progresivamente la longitud
natural de la corriente de aire espirado, se aumenta la vitalidad,
en tanto que su alargamiento reduce la vitalidad. Los Rishis han
observado, ademá s, que mientras má s absorta y concentrada
está la mente, má s corto es el aliento; en el estado de Samadhi se
vuelve imperceptible. Para llegar al estado de má xima
concentració n, el yoga nos recomienda tomar conciencia del
aliento y reducir progresivamente su longitud. En la prá ctica:
siéntese en su postura favorita, con la columna vertebral recta y
vertical, la cabeza en equilibrio. Relá jese e inmovilícese como
una estatua. Toma conciencia del aliento; segundo a segundo, sin
distraerse, siga su entrada y su expulsió n. Durante la inspiració n-
que debe ser completa y profunda-, sienta có mo penetra el aire
en sus fosas nasales, en la laringe, en la garganta, hasta los
bronquios, lo má s lejos que pueda En la espiració n, frene la
corriente de aire que sale de las fosas nasales, acorte la longitud
del aliento. La respiració n debe hacerse cada vez má s silenciosa
y suave, cada vez má s lenta, permaneciendo siempre profunda.
Que ninguna sacudida perturbe ni la espiració n ni la inspiració n.
Bajo estas condiciones es como mejor se efectú an los
intercambios gaseosos y prá nicos. La concentració n es el
elemento esencial: ¡no deje que sus preocupaciones lo distraigan!
Objetará con razó n que es difícil. Recurra a la repetició n de un
mantra. Para el occidental, recomiendo el pranava, es decir la
repetició n mental, silenciosa, del OM. Puede comenzar
emitiéndolo cinco veces, en forma audible, haciendo vibrar la
“O...” en el tó rax y la garganta (la mitad del tiempo de la
espiració n) y la “m...” en el crá neo disminuyendo hasta que se
“sutilice”, es decir, que se repita mentalmente. El “OM” mental
tiene r, que se repita mentalmente. El “OM” mental tiene efectos
físicos y prá nicos má s intensos que el “OM” emitido en alta voz.

Pratyahara

Si la razón de un hombre sucumbe a la presión de los sentidos, el


hombre está perdido. Pero si existe un control rítmico de la
respiración, los sentidos, en lugar de ser arrastrados tras los objetos
externos de deseo, se orientan hacia el interior y el hombre se ve
libre de su tiranía, es este el quinto estadio del yoga Pratyahara en
el que los sentidos son puestos bajo control.
Cuando se alcanza este estadio, el sadhaka lleva a cabo un profundo
examen de conciencia. Para superar la mortal pero atractiva
llamada de los objetos sensuales necesita del aislamiento que
proporciona la adoración (bhakti) al evocar en su mente al Creador,
quien hizo todos sus objetos de deseo, Le es precisa, asimismo, la
luz que proporciona e l conocimiento de su herencia divina. En
verdad, la mente es, para la especie humana, causa de cautiverio y
de liberación, conduce al cautiverio si se halla sujeta a los objetos
de deseo, y llega a la libertad si se halla libre de la influencia de
estos. Existe cautiverio cuando la mente siente ansia, se lamenta o
es desgraciada por algo. Cuando se destruye todo deseo y todo
temor la mente se hace pura. Lo bueno y lo agradable se presentan
igualmente ante el hombre y le incitan a actuar. EI yogui prefiere lo
bueno a lo agradable. Otros, llevados por sus deseos, prefieren lo
agradable a lo bueno, sin comprender la verdadera finalidad de la
vida. EI yogui siente gozo en lo que es; sabe cómo parar, y vive, por
tanto, en paz; prefiere, al principio ,lo que es amargo como la hiel,
pero persevera en la práctica, sabiendo bien que al final se le
transformará en algo dulce como la ambrosia.
Según la filosofía hindú, la consciencia se manifiesta en tres
cualidades distintas. Para el hombre, su vida y su conciencia, junto
con el cosmos entero, son las emanaciones que surgen de la misma
prakriti (materia o sustancia cósmica), emanaciones que difieren en
su designación según el predominio de uno de los gunas. Estos
gunas (cualidades o atributos) son:
1. Sattva (cualidad iluminadora buena o pura) que conducen a la
claridad y serenidad mental.
2. Rajas (la cualidad de la movilidad o la actividad), que hace a la
persona activa y enérgica, tensa y voluntariosa.
3. Tamas (cualidad oscura y restrictiva), que obstruye y se contra
pone a la tendencia de rajas al trabajo y de sattva la revelación.
Tamas es la cualidad del engaño, la oscuridad, la inercia y la
ignorancia. Aquella persona en la cual predomina se muestra
apática y se halla sumida en un estado de indolencia. Sattva
conduce a lo divino, mientras que Tamas conduce a lo demoniaco.
Entre las dos se encuentra rajas. (La fe que se tiene, los alimentos
que se consumen, los sacrificios que se que se llevan a cabo, las
austeridades soportadas y los frutos rendidos por cada individuo
varían de acuerdo con su guna predominante.
EJ yogui, que también es humano, se ve afectado asimismo por
estos tres gunas. Por medio del estudio constante y disciplinado
(abhyasa) de sí mismo y de los objetos que sus sentidos tienden a
perseguir, aprende que pensamientos palabras y actos vienen
dados por Tamas y cuales proceden de rajas. Con esfuerzo
incesante, erradica y extirpa tales pensamientos provocados por
Tamas, trabajando para lograr un estado mental sáttvico.
Cuando solo prevalece el sattva-guna el alma humana ha avanzado
un largo trecho hacia la meta final.
Una vez el sadhaka ha experimentado la plenitud de la creación o
del Creador, su sed para con los objetos de los sentidos se
desvanece y pasa a mirarlos a partir de entonces con des
apasionamiento (vairagya).

Dharana

Dharana hace referencia a la capacidad de concentración plena, sin


la cual, la meditación es imposible.
Si nuestra mente permanece distraída y sin la capacidad de
concentrarse plenamente sin divagar, seremos incapaces de
accedes a estados profundos de meditación.
Nuestra mente tiene la tendencia a estar en constante movimiento.
Cambiando de un pensamiento a otro, y haciéndonos reaccionar
hacia ello.
Por tal de facilitar la meditación, y, posteriormente, Samadhi,
hacemos uso de varias técnicas y uso de objetos reales o mentales
por tal de enfocar la mente en una sola dirección
Cuando el cuerpo ha sido templado por las mismas, cuando la
mente se ha refinado en el Fuego del pranayama, y los sentidos han
sido puestos bajo control por Pratyahara el sadhaka alcanza el
sexto estadio, denominado Dharana. Aquí se halla totalmente
concentrado en un solo punto o en una labor en la cual está
completamente absorto. La mente ha de ser aquietada para lograr
un estado de completa absorción.

La mente es un instrumento que clasifica, juzga y coordina las


impresiones procedentes del mundo exterior, así como las que
surgen en el interior de uno mismo, la mente es el producto de
pensamientos difíciles de contener, puesto que son miles y volubles.
Un pensamiento bien vigilado por una mente controlada es Fuente
de felicidad. A Fin de sacar el mejor provecho de un instrumento, se
ha de saber cómo funciona. La mente es el instrumento para
pensar; por, lo tanto, es necesario considerar como actúa. Los esta
dos mentales se clasifican en cinco grupos. El primero es el estado
kSipta, en el cual las fuerzas mentales se hallan dispersas, en
desorden y en estado de abandono. En el domina el raja guna, ya
que la mente persigue los objetos de sus apetencias. EI segundo es
el estado vizikpta, en el que la mente se halla agitada y distraída.
Existe en este estado capacidad para el goce del fruto de los propios
esfuerzos, pero los deseos aún no se hallan controlados ni
dominados. Por otro lado, en e l estado mudha la mente se muestra
débil, embotada; se halla a confundida, perdida, sin saber lo que quiere. En
este estado predomina el Tama-guna. EI cuarto estado mental es e l ekagra, eka = uno,
agra = primero), donde la mente se halla extremadamente atenta, y las facultades
mentales se concentran en un solo objeto, con predominio en sattva guna.

EI individuo ekegra necesita shakti (adoración al Senor) y


concentración en la Divinidad a fin de mantener el equilibrio
mental, y así avanzar siempre en la direccion correcta. No alcanzara
la felicidad hasta que el sentido del "yo" y de lo mio" hayan
desaparecido. EI ultimo estado mental es el de niruddba, en el cual
la mente (manas), el intelecto (buddhi) y e l "ego " (ahamkara) han
sido finalmente refrenados, y todas estas facultades son ofrecidas al
Senor para Su utilización y en Su servicio. Aquí ya no existe el
sentimiento del "yo" y de "lo mio'. AI igual que una lente aumenta
su luminosidad cuando se ve bañada por una potente luz.

¿Cómo se practica Dharana?


Si te fijas, todos los métodos de meditación arrancan siempre
haciendo uso de un objeto de concentración por tal de facilitar a la
mente enfocar toda su atención en un solo punto y evitar seguir el
flujo de pensamiento cambiante constante.
La mayoría de gente que empieza en el mundo de la meditación y el
yoga, no sueles pasar de esta fase preliminar pues no logran
mantener una atención plena sin un objeto claro al que enfocarse.
Solo con una práctica constante y con el conocimiento previo a las
fases que le proceden, podemos superar y experimentar la
dimensión real de meditar.
La Respiración
La técnica más común es la observación constante de la respiración.
La respiración es una acción que permanece de forma constante y
activa en el presente. Mediante la concentración en nuestra
respiración, nos ayudará a mantener nuestro flujo mental centrado
en el presente y no en la constante divagación mental a la que
estamos expuestos normalmente.

Recitación de un Mantra

Otra técnica bastante usada es la recitación de un mantra. Al recitar un


mantra de forma constante, facilita que la mente esté centrada al
completo logrando en estados posteriores la capacidad de sumergirnos al
completo en la vibración de este, pudiendo alcanzar estados de
consciencia alterada.

Trataka – Fijar la vista en un objeto

Esta técnica suele ser bastante más avanzada.

Es la ejecución de concentrar la vista en un solo punto fijo. Normalmente


haciendo uso de alguna imagen, yantra, o la versión más sencilla,
una vela.

Del mismo modo que con los mantras, la práctica constante de este
método, nos permitirá absorber y sumergir toda nuestra atención y Ser en
la imagen, yantra o vela; alcanzando a partir de ello, altos estados de
consciencia

Visualizaciones
Otro sistema que se suele usar es mediante la visualización de
un color, imagen o concepto.

En cierto modo es un proceso similar al anterior, Trataka, con la


particularidad de que ser una proceso e imagen totalmente interno. Lo
que supone un riesgo mayor a distraerse si aún no se tiene cierto dominio
en la capacidad de concentración e un objeto deseado

¿Por Qué es Importante Practicar Dharana?

La maestría en Dharana es esencial para todo aquel o aquella que


desee profundizar en la meditación en todo su esplendor.

No hay que olvidar que la práctica de Dharana no es más que


un entrenamiento para le mente por tal de poder acceder posteriormente
a un estado mucho más profundo, Dhayana.

Beneficios que producen la práctica de Dharana

Aunque no se sobrepase esta fase y se logre acceder a estado profundo de


la meditación, la práctica de Dharana por sí misma ya nos proporcionará
muchas ventajas y beneficios aplicados a nuestro día a día entre los que
destacan:

 Mejor concentración
 Mayor capacidad de aprendizaje
 Mejora de la Memoria
 Reducción del stress
 Mente Clara
Dhyana

“Calma las aguas de tu mente y el universo y las estrellas se verán


reflejadas en tu alma” Rumi.

Dhyana significa meditación se basa principalmente en mantener


firmemente la Dharana, en el que esta última evoluciona convirtiéndose
en Dhyana. Es un estado contemplativo, en el cual la atención pasa de
unidireccional a no-direccional, y el flujo de atención se vuelve regular y
continuo. En este paso, el tiempo psicológico y cronológico se detienen y
la mente observa su propio comportamiento.

Es un proceso que no puede ser forzado, únicamente puede prepararse


las condiciones adecuadas a través de la practica las cuales llevara que la
meditación (Dhyana) suceda.

En el estado de Dhyana, el sujeto, el objeto de meditación y el proceso de


meditar se fusionan formando una unidad. El adepto se establece en un
estado mental libre de todo condicionamiento y penetra en la esencia del
objeto de la meditación.

Como el agua toma la forma del recipiente que la contiene, así la mente
adopta la forma del objeto que contempla mente que piensa en la
Divinidad que todo lo impregna y a la que adora, es, finalmente, a través
de una larga y continuada devoción, transformada en la imagen de esa
Divinidad.

Así como e l filamento de una bombilla se enciende e ilumina cuando


recibe una corriente electricidad regular e ininterrumpida, así también la
mente del yogui se verá iluminada por Dhyana. Su cuerpo, aliento,
sentidos, mente, razón y "ego" están integrados todos en e l objeto de su
contemplación, el Espíritu Universal. El yogui se mantiene en un estado de
consciencia que no tiene calificación posible, sin otro sentir que un gozo
supremo.

Se realizan diversas posturas para la práctica de la meditación:


Padmasana: o postura de loto, es una postura clásica de Hatha yoga.

Siddhasana, postura de piernas cruzadas en donde los talones se colocan


uno en el perineo y el otro sobre el pubis, en la mujer el talón izquierdo se
coloca debajo a diferencia del hombre que apoya el talón derecho.

Sukhasana, en el caso de que las dos posturas anteriores resulten difíciles


se puede realizar esta postura fácil de cruce simple de las piernas.

Las tres posturas contemplan los mismos efectos de calma, serenidad y


concentración para favorecer la practica meditativa por largos períodos de
quietud.

Samadhi
El Samadhi es el estado de supraconsciencia por encima del nivel de la
consciencia habitual, mas allá de los sentidos ,las emociones y los Vrittis
(vibraciones de la mente) que nos arrastran a pensar que somos la mente
y el cuerpo .Es la meta de todos los yoguis. Se manifiesta como
consecuencia de la prolongación del proceso meditativo, el cual
desemboca en el estado de Consciencia Cósmica. Es el nivel donde la
mente y la dualidad han sido completamente trascendidas. En el Samadhi
solo existe la experiencia de la Consciencia Pura, de la Realidad Ultima. En
este estado el yogui alcanza la experiencia cumbre elevándose a la
categoría de hombre iluminado (Jivanmukta)

EI alma, dentro del corazón, es más pequeña que la más diminuta de las
semillas y, no obstante, más grande que el cielo, contiene todas las obras,
todos los deseos. En su interior penetra el sadhaka. Al no subsiste el
sentido de l "yo" o de lo “mío”. Si el funcionamiento del cuerpo, de la
mente y del intelecto se halla detenido como si uno se encontrara en un
profundo sueño. EI sadhaka ha alcanzado el yoga verdadero; solo existe la
experiencia de la consciencia, de la verdad y de la dicha inefable. Hay una
paz que sobrepasa toda comprensión.

Patanjali clasifica el Samadhi en tres categorías principales. La primera se


conoce como Savilkalpa Samadhi; en el todavía existen fluctuaciones de la
mente y tiene cuatro estadios: Vitarka, Vichara, Ananda y Asmita.

La segunda categoría es Asampragyata, que es un Samadhi intermedio


donde no hay consciencia de la experiencia del Ser. Es un Samadhi
temporal donde la consciencia se prepara para ascender a un plano
superior, su característica esencial es el estado de vacío, va acompañado
del razonamiento, discernimiento, dicha y conciencia de la individualidad.

La tercera categoría es Nirvikalpa Samadhi donde solo hay experiencia y


no experimentador; el estado perfecto del Ser.

Resulta indetectable determinar los limites de cada estado ya que se


interpenetran.

Conclusión
El recorrido de este breve resumen de lo que significa para la filosofía del
yoga los 8 pasos del yoga de Patanjali, la sistematización del Yoga, me ha
llevado a la interpretación de que el camino del yogui aplicado a la vida
cotidiana en referencia a los preceptos y códigos morales Yamas y
Niyamas están interrelacionados de tal manera que no pueden saltearse
alguno de ellos si se desea transitar la verdadera senda y dominarlos con
sinceridad.
También le aporta a la vida de cualquier persona, no es necesario ser
yogui para aprender los valores y herramientas que pueden ir
cultivándose como una semilla en el interior del corazón de cada una y
lograr una verdadera transformación que trascienda en un
autoconocimiento y autoconsciencia para explorar la vida con otros ojos,
es decir que podemos cambiar el cristal de los lentes con los que se
observamos el mundo o la realidad externa.

En la práctica constante de estos preceptos y códigos universales e


individuales, como la sensibilidad en percibir el dolor ajeno y el propio,
manifestar el sentimiento de la compasión, la gratitud de los que nos
rodea y somos ,la honestidad en las palabras, pensamientos y
acciones ,establecer logros y metas personales al servicio de uno y de los
demás, sostener la disciplina en los aspectos de crecimiento y desarrollo
espiritual, son todos atributos que nos y fortalecen y forjan un carácter
determinante en cada individuo.

Ser perseverante y aplicar estos atributos en los desafíos de la vida nos


mantiene en una actitud formadora de un SER integro, ecuánime y sólido.

~Rasgido María Belén.


Bibliografía
B.k.S Iyengar “ Luz sobre el yoga” Yoga Dipika
Clara M. Codd “Introducción del Yoga de Patanjalí”
Yoga Mandir “Filosofía del Yoga” manual de filosofía
Swami Digambarananda Saraswati Danilo Hernández
“Claves del Yoga”
André Van Lysebeth “Pranayama la dinámica del
Aliento”
Antonio Blay Fontcuberta “ Yoga Integral”
Modulos Profesorado de yoga Escuela de Yoga y
Ayurveda Hari Om Internacional

También podría gustarte