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INTRODUCCION

Mediante el presente trabajo se pretende hacer una revisión bibliográfica sobre el


contrato de seguro en sentido exacto del mismo, desde sus inicios, hasta la actualidad. Para ello,
es necesario entender que el contrato de seguro, en El Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de
Seguro lo define en su Artículo 5° en los siguientes términos: “El contrato de seguro es aquel en
virtud del cual un empresa de seguros, a cambio de una prima, asume las consecuencias de
riesgos ajenos que no se produzcan por acontecimientos que dependan enteramente de la
voluntad del beneficiario, comprometiéndose a indemnizar, dentro de los límites pactados, el
daño producido al tomador, al asegurado o al beneficiario, o a pagar un capital, una renta u
otras prestaciones convenidas, todo subordinado a la ocurrencia de un evento denominado
siniestro, cubierto por una póliza”. A partir de este concepto podemos establecer que los sujetos
que intervienen en el contrato de seguro son: el asegurador, el asegurado y el beneficiario.
Desde el punto de vista técnico, el seguro se basa en el concepto de la mutualidad, en la
organización de un conjunto de personas que acuerdan compartir entre sí, solidariamente y de
modo proporcional, el resultado o las consecuencias de un hecho dañoso, caso en el cual se
socorren mutuamente.
Dentro de la actividad económica general, la que se deriva de las operaciones
aseguradoras se enmarca dentro del sector servicios. El servicio que justifica la existencia de la
actividad aseguradora es el de "seguridad", y como cualquier otro responde a una necesidad: la
de protección frente a la posibilidad de que por azar se produzca un evento, futuro e incierto,
susceptible de crear una necesidad patrimonial. En otras palabras, la necesidad de protección
frente al riesgo.
El contrato de seguro: es consensual, bilateral y aleatorio. Es consensual porque se
perfecciona por el estricto consentimiento de las partes y produce sus efectos desde que se ha
realizado la convención; es bilateral toda vez que origina derechos y obligaciones recíprocas entre
asegurador y asegurado, y es aleatorio porque se refiere a la indemnización de una pérdida o de
un daño producido por un acontecimiento o un hecho incierto, pues no se sabe si se va a producir
y en el caso contrario como ocurre con la muerte no se sabe cuándo ello ha de acontecer.
A lo largo de la presente investigación encontrara las características de los contratos de
seguros, y los elementos del contrato de seguro que son: el interés asegurable, el riesgo
asegurable, la prima y la obligación de indemnizar.
Finalmente el contrato de seguro da origen necesariamente a una póliza, que es el
instrumento probatorio por excelencia del contrato celebrado entre el asegurado y el asegurador,
en él se reflejan las normas que de forma general, particular o especial regulan la relación
contractual convenida.
EL CONTRATO DE SEGURO

¿Qué se entiende por contrato?

El contrato es una convención entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir,
modificar o extinguir entre ellas un vínculo jurídico (Art. 1.133 Código Civil). Podemos afirmar que
el contrato es un acuerdo de voluntades que puede surgir entre dos o más contratantes con una
determinada finalidad, la cual crea derechos y obligaciones entre ellos.

¿Qué se entiende por contrato de seguro?

El Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro lo define en su Artículo 5° en los
siguientes términos: “El contrato de seguro es aquel en virtud del cual un empresa de seguros, a
cambio de una prima, asume las consecuencias de riesgos ajenos que no se produzcan por
acontecimientos que dependan enteramente de la voluntad del beneficiario, comprometiéndose a
indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al tomador, al asegurado o al
beneficiario, o a pagar un capital, una renta u otras prestaciones convenidas, todo subordinado a
la ocurrencia de un evento denominado siniestro, cubierto por una póliza”.

Fundamento técnico

Ahora bien, cuando empleamos el término contrato de seguro, generalmente lo hacemos


con la intención de designar el instrumento, documento o póliza, por medio del cual quedan
expresamente señaladas las cláusulas que regularán la relación contractual entre el asegurador y
el asegurado.
El seguro se basa en el concepto de la mutualidad, es decir, es la planificación de un
conjunto de personas que acuerdan compartir entre sí, solidariamente y de modo proporcional, el
resultado o las consecuencias de un hecho dañoso, caso en el cual se socorren mutuamente. El
asegurador procede con los asegurados en la misma forma, le cobra una cantidad de dinero a
cada uno (prima) por pertenecer a la mutualidad, cantidad que es matemáticamente fijada
conforme a un cálculo de probabilidades y en base a una experiencia estadística sobre la
frecuencia con la cual ocurren los hechos asegurados, de modo que el fondo común alcanza para
atender los siniestros ocurridos en el período cubierto por la prima y sobra dinero. Periódicamente
se repiten los pagos y se reanuda o continúa el funcionamiento del sistema, con los mismos
miembros o con nuevos participantes.

Teorías

Existen varias teorías que intentan dar una justificación metajurídica (especialmente
económica) a la institución del seguro:
a. la teoría de la indemnización, según la cual el seguro sería una herramienta económica
destinada a reparar o a atenuar los efectos de un daño patrimonial eventual. Se objeta a esta
explicación que al identificar genéricamente al seguro como una indemnización, deja fuera el
seguro de vida, el cual no puede por razones morales y técnicas ser calificado como
indemnizatorio. Por razones morales, porque la vida humana no tiene precio; por razones
técnicas, porque la indemnización debería guardar correspondencia con la perdida y ésta es
imposible de estimar.

b. la teoría de la necesidad, según la cual el seguro sería un recurso por el cual un gran
número de personas amenazadas por peligros análogos se organizan para atender mutuamente
necesidades tasables y fortuitas de dinero. Teoría muy difundida concebida para incluir el seguro
de vida, cabe como crítica la observación según la cual hay seguros de vida que se contratan sin
necesidad y que la vida humana no es tasable con dinero.

c. la teoría de la previsión, según la cual este es el único valor común entre los seguros de
vida y los seguros de daños. Quien tima un seguro tiene la precaución de anticipar un remedio
para un problema o precisar un efecto para una situación.
Todas estas teorías tienen un valor simplemente relativo. La aceptación de una cualquiera
de ellas intenta poner el acento de la importancia de la institución del seguro en un valor distinto.
Para que el procedimiento dé el mejor resultado, los miembros de la mutualidad y los bienes
asegurados se clasifican en grupos homogéneos: no es lo mismo asegurar la vida de una persona
de 80 años que la de un joven de 25, o asegurar la vida de un abogado que la vida de un piloto de
pruebas; así como tampoco es lo mismo asegurar contra pérdida total el vehículo deportivo veloz
de un joven soltero de 20 años que el auto familiar de un hombre de mediana edad, casado y con
hijos. Todas estas personas y todos estos bienes son asegurables, pero en cada caso las
matemáticas acuden en auxilio del asegurador y del asegurado para determinar el monto de la
prima en base al riesgo.
Cuando el riesgo asegurado no puede ser asumido en su totalidad por el asegurador,
porque el compromiso económico excede sus posibilidades, se acude al fraccionamiento del riesgo
a través del llamado coaseguro, es decir, la intervención de varias empresas como aseguradores.
Como complemento y porque las estadísticas sólo suministran una probabilidad, el asegurador se
cubre o garantiza contra las disparidades que ocurran o se presenten entre probabilidad y realidad
por medio del reaseguro. El reaseguro es la transferencia total o parcial del riesgo por parte del
asegurador al reasegurador, a cambio de la cesión de parte de la prima o de su totalidad.

Características del contrato de seguros

El Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro da las características en el Artículo
6°.El seguro es un contrato consensual, bilateral, oneroso, aleatorio, de buena fe y de ejecución
sucesiva
Consensual: Se perfecciona con el simple consentimiento de las partes.
Bilateral: En cuanto que genera obligaciones para las dos partes contratantes. Para el
asegurado, más jurídicamente, para el tomador, la de pagar la prima, fuera de otras que los
expositores denominan cargas, y para el Asegurador, la de asumir el riesgo y, consecuencialmente,
la de pagar la indemnización si llega a producirse el evento que la condiciona.
Oneroso: En cuanto que cada una de las partes se grava en beneficio de la otra. No
constituyen liberalidad ni el pago de la prima, ni el de la indemnización llegado el caso.
Aleatorio: No existe equivalencia en las prestaciones del asegurado y del asegurador. Uno
y otro están sujetos a una contingencia que puede significar para uno una ganancia (en el sentido
lato) y para otro una pérdida (ídem). Esa contingencia es la posibilidad de ocurrencia del siniestro.
De ejecución sucesiva: O de tracto sucesivo como suelen denominar los expositores de
Derecho Civil aquellos contratos cuya ejecución no es instantánea. Y tal ocurre con el contrato de
seguro, toda vez que las obligaciones que impone a los contratantes se van desenvolviendo
continuamente en el tiempo desde el perfeccionamiento del contrato hasta su terminación por
cualquier causa. El pago de la prima no es la sola obligación a cargo del asegurado, quien debe
además mantener el estado de riesgo a través de la vigencia del contrato. Y lo es para el
asegurador, cuya obligación consiste en asumir el riesgo y estar presto al pago de la indemnización
tan pronto como sobrevenga el siniestro. Por ser de ejecución continuada, el contrato de seguro
produce efectos indelebles hasta el momento en que se opere su terminación por incumplimiento
de las obligaciones.

De buena fe: Como todos los contratos, sólo que el seguro lo es en más alto grado, lo que
tiene un fundamento ostensible en la intangibilidad de la mercancía que constituye su objeto y en
la imprecisa consistencia de los elementos que se utilizan para regular el precio de ella.

Elementos subjetivos
1. La empresa de seguros o asegurador.
2. El tomador.
3. El asegurado.
4. El beneficiario.
Se define según el Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro en los artículo 7° y 8°
cada uno de sus integrantes de la siguiente manera

1. La empresa de seguros o asegurador: La persona que asume los riesgos. Sólo las
empresas de seguros autorizadas de acuerdo con la ley que rige la materia pueden actuar como
asegurador.
2. El tomador: La persona que obrando por cuenta propia o ajena, traslada los riesgos.
3. El asegurado: Persona que en sí misma, en sus bienes o en sus intereses económicos
está expuesta al riesgo.
4. El beneficiario: Aquel en cuyo favor se ha establecido la indemnización que pagará la
empresa de seguros.
¿Pueden coincidir en una misma persona la figura del tomador, asegurado o el
beneficiario?
Pueden ser o no la misma persona; así lo establece el Artículo 89 de la Ley del Contrato de
Seguro. Artículo 89.Los seguros de personas pueden cubrir un interés económico o referirse a una
prestación independiente de una pérdida patrimonial. En éstos la empresa de seguros no puede
subrogarse en los derechos del asegurado o el beneficiario contra terceros con ocasión del
siniestro Salvo En Las Pólizas De Hospitalización, Cirugía Y Maternidad.

Elementos estructurales del seguro


La institución del seguro descansa en el mecanismo de la transferencia de los riesgos a los
cuales están expuestas las cosas y las personas a una entidad profesional que se ocupa de
asumirlos, sobre bases científicas y técnicas; y de indemnizar los daños a aquel que teniendo
interés en evitar el siniestro pague una prima por la transferencia. De esta observación resultan
los elementos que componen la estructura del seguro son el interés, el daño y el riesgo.
Se llama interés la relación de contenido económico o susceptible de valoración
económica entre un sujeto y un bien.
El ejemplo común es el de una casa, sobre la cual tienen interés el
propietario, el arrendatario, el usufructuario, el acreedor hipotecario, etc. El
interés es importante en el campo del seguro, porque un contrato de esta clase
sólo puede ser celebrado por quien tenga un interés asegurable.
El daño es la lesión total o parcial del interés existente que se produce cuando se
materializa el riesgo asegurado (siniestro).
El riesgo es la probabilidad de la ocurrencia de un hecho dañoso. La probabilidad se
encuentra entre la imposibilidad (el hecho no se puede verificar) y la certeza (la seguridad de que
un hecho ocurrirá en un momento determinado). Los incendios son hechos asegurables, porque
no se sabe si ocurrirán. La vida humana es asegurable, porque aun cuando se sabe que terminará,
no se sabe qué día va a terminar.
La Ley declara nulo el contrato de seguro si al momento de su celebración el riesgo no
existía o ya había ocurrido el siniestro (art. 49); así como también proclama que el riesgo es un
acontecimiento futuro e incierto y que no constituye riesgo la incertidumbre subjetiva (art. 30). Se
recoge así la tendencia mayoritaria en el derecho continental europeo (no así en el common lato)
que ha hecho del riesgo un acontecimiento futuro, además de incierto, lo cual impide contratar
seguros de infidelidad que cubran episodios desconocidos que se hayan iniciado antes de la
celebración del contrato.

Elementos debe contener el contrato de seguro

El Contrato de Seguro, al igual que cualquier contrato, debe contener los


siguientes elementos:
a) Capacidad: Es la aptitud legal para el goce y ejercicio de los derechos.
El Código Civil en el artículo 1.143 establece: pueden contratar todas las
personas que no estuvieren declaradas incapaces por la Ley.
Nuestro derecho contempla como regla general la capacidad de las personas,
así que si se alega la incapacidad debe probarse.
El asegurador, para poder celebrar un contrato de seguro, debe estar
autorizado de conformidad con lo establecido en la Ley de la Actividad Aseguradora.
El asegurado, para poder celebrar un contrato de seguro, debe tener
capacidad para obligarse contractualmente.
b) Consentimiento: Con el acuerdo espontáneo, voluntario respecto a un acto externo.
Para que un contrato de seguro sea considerado válido debe haber
consentimiento entre las partes para poder realizarlo.
El contrato de seguro puede ser declarado nulo por varios acontecimientos.
El artículo 1.146 del Código Civil contempla como causas expresas de nulidad
del contrato, el error, el dolo y la violencia.
En el contrato de seguro las partes aseguradoras, asegurado o tomador
manifiestan su consentimiento en la póliza.
c) Objeto: Lo constituye el riesgo. El contrato de seguros puede cubrir
toda clase de riesgos si existe interés asegurable; salvo prohibición expresa de la ley
(Art. 10, Ley del Contrato de Seguro).
d) Causa: Es el interés. Todo interés legítimo en la no materialización
de un riesgo, que sea susceptible de valoración económica, puede ser causa de un
contrato de seguros. Pueden asegurarse las personas y los bienes de lícito comercio
en cuya conservación tenga el beneficiario un interés pecuniario legítimo (Art. 11, Ley
del Contrato de Seguro).

Dentro del contrato de seguro existen los siguientes elementos personales, reales y
formales.
Elementos Personales: asegurador, asegurado, beneficiario y tomador.
a) La empresa de seguros o asegurador: La persona que asume los
riesgos.
b) Asegurado: Persona que en sí misma, en sus bienes o en sus
intereses económicos está expuesta al riesgo.
c) Beneficiario: Aquel en cuyo favor se ha establecido la
indemnización que pagará la empresa de seguros.
d) Tomador: La persona que obrando por cuenta propia o ajena,
traslada los riesgos.
Elementos Reales o Específicos: Siniestro, riesgo, prima e
indemnización.
a) Siniestro: Es el acontecimiento futuro e incierto del cual depende
la obligación de indemnizar por parte de la empresa de seguros
b) Riesgo: Es el suceso futuro e incierto que no depende
exclusivamente de la voluntad del tomador, del asegurado o del beneficiario, y
cuya materialización da origen a la obligación de la empresa de seguros.
c) Prima: Es la contraprestación que, en función del riesgo, debe
pagar el tomador a la empresa de seguros en virtud de la celebración del
contrato.
d) Indemnización: Es la suma que debe pagar la empresa de seguros
en caso de que ocurra el siniestro y la prestación a la que está obligada en los
casos de seguro de vida.
Elementos Formales: La solicitud, el cuestionario y la póliza.
a) Solicitud y el Cuestionario: Estos podrían definirse como
documentos preparatorios del contrato.
b) La Póliza: Es el documento escrito donde constan las condiciones
del contrato.

La póliza
La póliza, antiguo instrumento único de prueba del contrato de seguro, es ahora un
instrumento más de prueba del mismo, cuya entrega es obligatoria para el asegurador. A falta de
la póliza, el contrato se puede probar con el recibo de prima, cuadro recibo o cuadro de póliza. Los
terceros pueden acudir a todos los medios de prueba (art. 14).
En el caso de que la empresa de seguro no entregue la póliza o sus anexos al tomador, se
tendrán como condiciones acordadas aquellas contenidas en los modelos de póliza que se
encuentren en la Superintendencia de Seguros para el mismo ramo, amparo y modalidad del
contrato según la prima que se haya pagado. Si hubiere varias pólizas de la empresa a las que
dicha prima sea aplicable, se entenderá que el contrato corresponde a la que sea mas favorable
para el beneficiario (art. 15).

La póliza, documento escrito, debe tener este contenido mínimo:

1. Razón social, registro de información fiscal (RIF), datos de registro


mercantil y dirección de la sede principal de la empresa de seguros,
identificación de la persona que actúa en su nombre, el carácter con el que
actúa y los datos del documento donde consta su representación.
2. Identificación completa del tomador y el carácter en que contrata, los
nombres del asegurado y del beneficiario o la forma de identificarlos, si
fueren distintos.
3. La vigencia del contrato, con indicación de la fecha en que se extienda, la
hora y día de su iniciación y vencimiento, o el modo de determinarlos.
4. La suma asegurada o el modo de precisarla, o el alcance de la cobertura.
5. La prima o el modo de calcularla, la forma y lugar de su pago.
6. Señalamiento de los riesgos asumidos.
7. Nombre de los intermediarios de seguro en caso de que intervengan en
el contrato.
8. Las condiciones generales y particulares que acuerden los contratantes.
9. Las firmas de la empresa de seguros y del tomador.

Carácter de la póliza

Artículo 19.La póliza puede ser nominativa, a la orden o al portador. La cesión de la póliza
no produce efecto contra la empresa de seguros sin su autorización. La cesión de la póliza a la
orden puede hacerse por simple endoso. La empresa de seguros podrá oponer al cesionario o
endosatario las excepciones que tenga contra el tomador, el asegurado o el beneficiario.

Es decir, puede ser transmitida por medio de cesión (con la autorización del asegurador
para que surta efectos contra él), por endoso o por la simple entrega o tradición. Este régimen
está previsto sólo para aquellos supuestos de seguros sobre bienes que han de circular, a fin de
permitir la circulación del seguro junto con ellos, como es el caso de las mercancías sometidas al
riesgo de transporte. También es útil la cesión, el endoso o la tradición de la póliza de seguro para
el acreedor en cuyo favor se haya constituido un privilegio o una hipoteca, a fin de facilitarle el
ejercicio del derecho al cual se refiere el artículo 1865 del Código Civil, conforme al cual si las cosas
sujetas a privilegio o hipoteca han perecido o se han deteriorado, las cantidades debidas por los
aseguradores por indemnización de la pérdida o del deterioro quedan afectas al pago de los
créditos privilegiados o hipotecarios. Ocurrido el siniestro, un endoso en procuración puede
también ser útil para gestionar la reclamación del beneficiario. La Ley del Contrato de Seguro
eliminó el requisito de que la póliza del seguro de vida sólo podía ser nominativa.
Las pólizas de seguros están sometidas al requisito de autorización previa de la
Superintendencia de Seguros. Esta autorización administrativa no impide el ejercicio de la facultad
del juez de examinar y pronunciarse sobre el fondo y la forma del contrato, puesto que la
intervención del órgano administrativo no le confiere al texto aprobado una cualidad indisputable.
(Sostuve una opinión distinta en un trabajo titulado “El seguro de riesgo subjetivo”, publicado en
el N° 9 de la Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, en 1970,
para defender la intangibilidad de una póliza de seguro emitida conforme a textos del common
daw para cubrir riesgos no conocidos o descubiertos por los contratantes. La aseguradora, en un
venire contra factumproprium, negó su responsabilidad. Los jueces no aceptaron la tesis de la
derogatoria implícita del artículo 552 del Código de Comercio, en su ordinal 4o, por parte de los
contratantes).

Los anexos de la póliza

La ley denomina anexos de la póliza los documentos que modifican las condiciones del
contrato. Para su validez, se exige que estén firmados por la empresa de seguros y por el tomador.
En caso de discrepancia entre la póliza y los anexos firmados, prevalecen éstos. A los anexos se les
suele denominar endosos, nombre que no tiene nada que ver con la forma de transmisión de los
títulos valores.
Bibliografía

 Curso De Derecho Mercantil TOMO IV


Alfredo Morles Hernández
UNIVERSIDAD CATOLINA ANDRES BELLO 2008

 Guía Práctica de Seguro


Legislación Económica
LEGIS

 Decreto N° 1.545 con Fuerza de Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros


Conclusión

El seguro es actualmente una pieza básica de nuestra estructura social. En el mundo


antiguo la institución familiar, los sistemas de producción agrícola y la organización gremial
proporcionaban al individuo la protección que necesitaba. En cambio, la sociedad moderna,
basada en el individualismo y reducción del entorno familiar, obliga a buscar protección mediante
fórmulas legales o contractuales contra crecientes riesgos personales y patrimoniales que se
derivan y tienen su consecuencia del progreso tecnológico.
Tenemos que el objeto del contrato es el de indemnizar al asegurado, previo pago de una
prima al asegurador, hay que tomar en cuenta que esta indemnización es variable ya que está
sujeta a que el siniestro ocurra. El contrato de seguro no siempre es considerado como un
contrato de adhesión, si bien es cierto dentro de las características figura la de ser uno de
adhesión esto no es siempre así, ya que cabe la posibilidad de que sea consensual, esto dependerá
de la voluntad de las partes, de la póliza que se emita, el riesgo cubierto, etc. La clasificación que
dan los autores sobre el contrato de seguro es diversa, sin embargo dentro del trabajo se ha
buscado unificar la clasificación en dos grandes ramas que son: los seguros de interés y los seguros
de personas.
En cuanto a los elementos esenciales del contrato de seguro tenemos : el interés
asegurable, que es el ánimo del asegurado de querer proteger un objeto; el riesgo asegurable, que
es un hecho incierto que puede suceder y que es descrito en el contrato de seguro; la prima, que
es el monto que paga el asegurado a cambio de una indemnización en caso de ocurrir el siniestro;
y la obligación de indemnizar, que está a cargo de la aseguradora ya que esta recibió a cambio el
pago de la prima.
Tenemos también otras figuras de seguros como el reaseguro, que es la operación de
seguros realizada por el asegurador, por la que transfiere parte de los riegos asumidos al
reasegurador, pero es el único obligado con respecto al asegurado o tomador del seguro.
Otras figuras también son el Coaseguro, que es cuando la cobertura de un riesgo se
comparte entre dos o más aseguradores, estableciéndose una relación contractual entre cada
coasegurador y el asegurado; el infraseguro, es cuando el valor que el asegurado ha atribuido al
bien o bienes asegurados en una póliza resulta inferior al que realmente tienen; y el sobreseguro,
es cuando el interés asegurable, esta asegurado por un valor superior al real.
Finalmente tenemos que la póliza, es el instrumento probatorio por excelencia del
contrato celebrado entre el asegurado y el asegurador. Es aconsejable antes de celebrarlo, leer
todas las cláusulas contenidas en el mismo, para tener una información completa de sus términos
y condiciones. En él se reflejan las normas que de forma general, particular o especial regulan la
relación contractual convenida entre el asegurador y el asegurado.

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