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CUESTIONARIO
LA FÌSICA EN LA EDAD TENEBROSA
Franciscanos
Francisco de Asís (1182 – 1226) comienza a escribir hacia 1206, cuando abandonó su forma
anterior de vida, destinada a tener situación social dentro del ordo caballeresco. Se convirtió al
ideal evangélico del a pobreza absoluta. Inocencio III en 1210 les otorga el Ordo Fratrum
Minorum que autoriza su particular forma de predicar. San Francisco redactó una primera regla
llamada "Regula Prima"(1221), un poco más tarde redacta una segunda llamada "Bullata" (1223).
Así se aproximaba a otras ódenes más regulares como la de los dominicos. Cuando fallece San
Francisco, su testamento sigue haciendo hincapié en las ideas originarias de la congregación pero
que a la larga iban a chocar sin duda con el impresionante crecimiento de la orden.
Los conventuales, que en España fueron obligados en 1567 a integrarse en la observancia por
orden de Felipe II, acorde con la voluntad papal. En 1628 obtuvieron de Urbano VIII (1623-1644)
su independencia respecto a la observancia; en 1904 volverían a ser restaurados en España.
Dominicos
Domingo de Guzmán (Caleruela, Burgos, 1170-Bolonia 1221), descendiente de los Guzmán, fue
canónigo regular de Osma, y el año 1203 tuvo que acompañar a su obispo, Diego de Acevedo, en
una embajada por el norte de Europa. El año 1206, y cuando regresaban del viaje, después de haberse
desviado para visitar el Vaticano, se encontraron en Montpellier, con los legados del papa Inocencio
III: Pedro de Castelnau y Raúl de Fontfreda, desanimados por no haber podido detener el avance de
la herejía.
Carmelitas
Los Carmelitas, establecidos desde 1190 aproximadamente, acaso en el marco de la tercera cruzada,
en el monte Carmelo para emular al profeta Elías, en quien veían uno de los fundadores de la vida
monástica. Su norma, que se remonta a 1206, fue aprobada el año de 1247 por Inocencio IV (1243-
1254); consiguió un buen número de conventos en Italia, España y, más numerosos, en Inglaterra.
Agustinos
Los ermitaños agustinos, fundados el año 388 por el obispo de Hipona, fueron organizados como
orden mendicante por Inocencio IV (1243-1254), en 1244, y Alejandro IV (1254-1261) en 1256. Sus
primeros eremitorios se remontan en España a la etapa visigoda, aunque es difícil de saber el contacto
existente en la Península Ibérica entre los ermitaños iniciales y la orden mendicante del siglo XIII.
Mercedarios
Fundados en Barcelona en 1218 por San Pedro Nolasco, aspiraron a la perfección con el ejercicio de
la caridad aplicada a la redención de cautivos; esta orden fue aprobada por Honorio III (1216-1227)
y Gregorio IX (1227-1241).
Jesuitas
Fundados en 1534 por San Ignacio de Loyola, fueron aprobados en 1540 por Pablo III (1534-1549)
con el carácter de orden mendicante, aunque su actitud no haya sido siempre acorde a la humildad
que se le suele asociar.