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RETIRO DE PENTECOSTÉS 2008

DISCERNIMIENTO EN EL ESPÍRITU

ITINERARIO HACIA UNA VIDA EN DIOS

1.- La búsqueda de la voluntad de Dios.

- Reflexión conciente libre de emociones (boúlomai).


- Anhelo, deseo (thélema).

La voluntad de Dios no es un designio fijo, sino el de un movimiento como el del río


que busca el océano. Es dialógica.

1.2 La economía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Oiko-nomos=orden en la casa. El Espíritu Santo introduce en nosotros la vida del


Padre y del Hijo (2 Cor 1,22) nos lleva a las profundidades de Dios (1 Cor), nos
hace formar parte del Cuerpo de Cristo (1 Cor 12, 13.27).

En Cristo, el receptáculo divino intra-trinitario se hace carne humana y cósmica


para que sea esta carne nuestra la que reciba la vida divina.

Cristo es inseparable del Espíritu. Cada cristiano está llamado a recrearlos. El


Padre como origen, el Hijo como forma, el Espíritu Santo como dinamismo y
fuerza. La divina tarea es la transformación en Cristo.

…Tener la voluntad con total transformación en la voluntad de Dios (Subida 1,


cap 11)

2.- El misterio de la persona, del corazón y la vocación personal.

2.1 El misterio de la persona:

- En la persona, vida y amor coinciden.


- Cada persona puede elegir entre el amor (la reciprocidad de dar y recibir) ó
la nada (la actitud cerrada de la apropiación).
- El santuario de la persona está en el corazón.
- El carácter sagrado del corazón como lugar de identidad personal y al
mismo tiempo de revelación divina.
- “Alma, buscarte haz en Mí…y a Mí buscarte haz en ti” (la interioridad)

2.2 La vocación personal:

- La vocación personal debe concentrar todas las energías psíquicas y


espirituales en una sola dirección.
- La vocación personal es lo más íntimo (previo a cualquier otra vocación). Ni
huir, ni apropiárselo.
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- Indicios: cualidades propias, la inclinación espontánea, la propia historia


personal, la repercusión que tienen en mi, determinados pasajes de la
Palabra de Dios y otros acontecimientos. Lo que los demás buscan en mí.
- Movimiento de “entasis” (interioridad) y de éxtasis” (misión).

3.- La llamada a la oración.

De la necesidad, al deseo; del deseo al silencio.

Primero, yo hablo, Tú escuchas;


Luego, Tú hablas, yo escucho;
Más allá, no hablamos ninguno de los dos, los dos escuchamos;
Al final, ninguno habla, ni escucha:
Sólo hay SILENCIO. (Tony de Mello).

3.2 La oración continua en el corazón, lugar de unificación y de unión.

3.3 Ordenar la vida y ritmarla:

Mantener la guarda del corazón y la comunión continua con el Señor.


Reservar espacios de silencio que nos ayuden a realizarlo.

4.- El don del discernimiento.

- Es una cualidad del conocimiento.


- Es un estado permanente de atención y ofrenda de sí mismo.
- Es escuchar las mociones del BE y descubrir las tretas del ME, según el
derrotero de “vida” y de “reino” que proponen.
- Se da en un movimiento de salida de uno y de entrada en Dios (es don).

4.2 La paternidad-maternidad espiritual.

- La cardiognosis (ejemplo).
- La palabra, la mirada y el tacto.
- La palabra del Maestro ó del Padre espiritual del Silencio y vuelve al
Silencio.
- Todos somos maestros y padres-madres espirituales potenciales.

4.3 El gran sueño de Dios:

- Que seamos “Cristo” (Rm 8,29).

5.- Los signos de la persona transfigurada.

5.1 Reconciliados y pacificados.


5.2 Enraizados y disponibles (Pájaro solitario: Va a lo más alto, no sufre
compañía, pone el pico al aire, sin color, canta suavemente).
5.3 Interiores y solidarios.
5.4 Contemplativos del misterio del otro.
5.5 El don más grande, puerta y puerto de todos los anteriores: la humildad.

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