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Muchos cristianos respiramos solo con el pulmón cristológico, pero nos falta respirar
también con el pulmón del Espíritu de Dios, hemos de respirar con los dos pulmones.
Si queremos superar la asfixia actual que nos destruye por dentro, hemos de
recuperar el hálito del Espíritu.
El tiempo Pascual es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo que culmina con la
Solemnidad de Pentecostés, cuando la Iglesia celebra la venida del Espíritu Santo
sobre los Apóstoles.
1. EL ESPÍRITU SANTO, DON DE DIOS
El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Procede del
Padre y del Hijo. Cristo lo ha derramado en nuestro corazón, para hacernos hijos de
Dios y para que nuestra vida sea guiada, animada y alimentada por Él.
El “don de Dios” es el Espíritu Santo, promesa, viento, amor, que se torna realidad en
Pentecostés:
El Espíritu Santo es el primer don y de Él proceden todos los demás dones divinos.
▪ Sentido específico: Se definen como “perfecciones del hombre por las cuales se
dispone a seguir dócilmente la moción del Espíritu Santo”.
Los dones del Espíritu Santo son hábitos sobrenaturales, realmente distintos de las
virtudes, con los cuales el hombre se dispone convenientemente para seguir de una
manera directa e inmediata la inspiración del Espíritu Santo en orden a un fin que las
virtudes no pueden por sí solas alcanzar; por lo cual son a veces necesarios para la
misma salvación y siempre para la santidad de la vida cristiana.
Tantos las virtudes como los dones del Espíritu son hábitos operativos que residen en
las facultades humanas. Todos ellos buscan el bien y tienen el mismo fin último: la
perfección del hombre.
● Se dan como ayuda para salir airosos en los casos repentinos e imprevistos en
los que el pecado o el heroísmo es cuestión de un instante (por ejemplo, ante
una tentación repentina y violentísima en la que la victoria o la derrota es
cuestión de un segundo). En estos casos, el alma necesita la moción divina de
los dones que actúa de una manera intuitiva e instantánea.
● Son absolutamente indispensables para la perfección cristiana. Sin la moción
divina de los dones, las virtudes infusas no pueden desarrollar todas sus
energías ni, por lo mismo, elevar el alma a la santidad.
La sabiduría como la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios: ver el mundo,
ver las situaciones, las ocasiones, los problemas, todo, con los ojos de Dios.
Este don del Espíritu Santo está relacionado con la fe. Cuando el Espíritu habita en
nuestro corazón e ilumina nuestra mente, nos hace crecer día a día en la comprensión
de lo que el Señor ha dicho y ha realizado. Comprender las enseñanzas de Jesús,
comprender el Evangelio, comprender la Palabra de Dios.
Nos conduce a dirigir nuestra mirada interior hacia Jesús, como modelo de nuestro
Son muchos los hombres y mujeres que honran a nuestra Iglesia, porque son fuertes
al llevar adelante su vida, su familia, su trabajo y su fe. Demos gracias al Señor por
estos cristianos que viven una santidad oculta: es el Espíritu Santo quien les conduce.
5.- EL DON DE LA CIENCIA
Nos ayuda a descubrir el sentido teológico de lo creado, viendo las cosas como
manifestaciones verdaderas y reales, aunque limitadas, de la verdad, de la belleza, del
amor infinito que es Dios.
Este don indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un
vínculo que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión
con Él, incluso en los momentos más difíciles y tormentosos.
Se trata de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos
dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo, de
alegría.
Es el don del Espíritu que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y
que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en
sus manos. Esto es el temor de Dios: el abandono en la bondad de nuestro Padre que
nos quiere mucho.
▪ GOZO: nos hace ser personas agradables y felices; buscando también hacer
felices a los demás.
▪ PACIENCIA: nos hace ser personas que saben controlar su carácter. No somos
resentidos ni vengativos. Este fruto modera la tristeza.
Job 33,3-4
Números 11,7
Génesis 2, 7-8
Hechos 2,3-4
Juan 14,26
Lucas 4,18
Romanos 12,6-8
1 Corintios 12,7-11
Gálatas 5,22-23
https://www.youtube.com/watch?v=mqvybNoGB1s&feature=youtu.be Funky -
Es imposible
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh (tú lo cambias todo, todo)
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh (tú lo cambias todo, todo)
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh (tú lo cambias todo, todo)
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh, oh-oh-oh-oh-oh (tú lo cambias todo, todo)
que es imposible no cambiar
Yo conocí la verdad y entendí lo que hiciste por amor a mí
(Oh-oh-oh-oh-oh) que es imposible continuar
Caminar de la misma manera de ayer y alejado de ti
Es imposible, (es imposible) chocarse contra tu cruz y seguir siendo igual (ya no soy
igual)
Tú lo cambias todo, todo (tú lo cambias todo, todo)
Es imposible, (es imposible) encontrarse con tu amor y volver para atrás (ya no
vuelvo atrás)
Si ahí empieza todo, todo
Lléname, úsame
Dame palabras
Dame favor y valor para hablarles
Dirígeme, respáldame
Pues solo tú convences de lo que voy anunciarles
Quiero más de ti
Ahora en este momento enseguida
Quiero que el mundo te vea y te escuche
En todo lo que haga y diga
Si yo soy tu templo que mi lámpara esté encendida
Quiero ser un ejemplo y que vean a Jesús
A través de mi vida
Amen
En tu verdad
El espíritu del señor esta sobre mí
En tu verdad
Por cuanto me ha ungido
Para dar buenas nuevas a los pobres
Me ha enviado a sanar
A los quebrantados de corazón
A pregonar libertad a los cautivos
Y vista a los ciegos
A poner en libertad a los oprimidos
A predicar el año agradable del señor
Espíritu santo
Llena este lugar
Consolador
Abrázame
Quebrántame
Envuélveme
Espíritu santo
Tú estás aquí
En tu verdad
Quiero vivir en tu verdad
Espíritu santo
Quiero ser
Pura sal
4. Puesta en común de los aprendizajes adquiridos en el taller. Se les anima a que
compartan una experiencia personal en la que hayan experimentado algunos de
los dones y frutos del Espíritu Santo.