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“El futuro de la producción ganadera debe ser sostenible, tanto a nivel local como global”.

Así inició su ponencia el investigador del IRTA David Torrallardona. “En 2015 eran 7.400
millones de personas en el mundo; en 2030 seremos 8.500; en 2050, 9.700; y en 2100
pasaremos la barrera de los 11 millones de habitantes en el mundo. ¿Qué significa eso? Que
el crecimiento de la población es más elevado que nuestra capacidad de producir
alimentos”.

Para enfrentarnos a esta situación, Torrallardona indicó que la sostenibilidad es básica.


“Debemos apostar por el uso de recursos renovables que se regeneren y se asimilen en el
medio ambiente para reducir la huella ecológica de nuestras actividades. Una novena parte
de la humanidad sufre malnutrición, y esta cifra aumentará en el futuro ya que se
demandará un 70% más de calorías alimenticias. La única forma de satisfacer esta demanda
será la mejora en eficiencia tecnológica, la reducción de la dependencia de combustibles
fósiles y un sistema que sea económicamente viable para todas las partes”.

Alimentos sintéticos: ficción o realidad

La carne creada en laboratorio (también llamada carne limpia, carne cultivada, carne celular
o carne sintética) es un alimento producido por cultivo celular in vitro de células animales
convencionales.
La carne creada en laboratorio (también llamada carne limpia, carne cultivada, carne celular
o carne sintética) es un alimento producido por cultivo celular in vitro de células animales
convencionales. Sobre el papel, el concepto es bastante sencillo de entender, pero la
tecnología que hay detrás es mucho más complicada de aprehender.

Aunque aún no hace ni una década desde la primera degustación de una hamburguesa de
carne sintética, la idea y la ciencia que hay detrás de la agricultura celular no son nuevas.

En 1991, un científico estadounidense registró la primera patente para la producción de


carne de ingeniería de tejidos para el consumo humano. A principios de la década de 2000,
muchas universidades e incluso la Nasa empezaron a trabajar en la tecnología y en 2008 la
PETA, una organización estadounidense de defensa de los animales, ofreció un premio de
un millón de dólares a la primera empresa que llevara la carne de pollo cultivada a los
consumidores en 2012. Muchos investigadores trabajaron en ello, pero el plazo acabó
expirando sin que hubiera un ganador.

Sin embargo, la concienciación se disparó. Justo un año después, el profesor Mark Post de
la Universidad de Maastricht creó la primera hamburguesa de carne sintética. Estaba
hecha con más de 20.000 hebras finas de tejido muscular, costó más de 300.000 dólares y
necesitó dos años para producirla. La hamburguesa fue probada en televisión en directo en
Londres el 5 de agosto de 2013, fue cocinada por uno de los mejores chefs de la época y
probada por un crítico gastronómico que dijo “hay bastante sabor con el dorado… está
cerca de la carne, no es tan jugosa, pero la consistencia es perfecta. Esto es carne para
mi…”.
Entre 2013 y 2019, con la prueba de concepto, la industria se centró en el desarrollo de
prototipos a escala de banco y se crearon más de cincuenta startups principalmente en
Estados Unidos e Israel para dirigirse a la carne, los huevos, los lácteos, la gelatina y otros
animales como los camarones creados en laboratorio.

La entrada en el mercado comenzó realmente en 2020 con la primera venta de carne


sintética en Singapur, después de que el país diera la aprobación al pollo de laboratorio en
diciembre. Sólo en el año 2020 se crearon 23 startups que representan más de 350 millones
de dólares de inversión, lo que casi duplica todas las inversiones anteriores acumuladas,
según un informe elaborado por el Good Food Institute.

LOS ALIMENTOS TRANSGENICOS

Los alimentos transgénicos son aquellos que tienen en su composición al menos un


ingrediente que procede de un organismo al que se le aplicaron modificaciones o técnicas
genéticas, es decir que no es propio de la especie original. Por ejemplo: carnes, trigo,
papas, tomates.
Alimentos transgénicos
Los alimentos genéticamente modificados (GM) tienen un ADN modificado usando genes
de otras plantas o animales. Los científicos toman el gen de un rasgo deseado de una planta
o animal e insertan ese gen dentro de una célula de otra planta o animal.

Funciones
La ingeniería genética se puede realizar con plantas o bacterias y otros microorganismos
muy pequeños. La ingeniería genética permite a los científicos pasar el gen deseado de una
planta o animal a otro. Los genes también pueden pasarse de un animal a una planta, y
viceversa. Otro nombre para esto es organismos genéticamente modificados u OGM.

El proceso para crear alimentos GM (transgénicos) es diferente a la cría selectiva. Esta


involucra la selección de plantas o animales con los rasgos deseados y su crianza. Con el
tiempo, esto resulta en la descendencia con los rasgos deseados.

Uno de los problemas con la crianza selectiva es que también puede resultar en rasgos que
no son deseados. La ingeniería genética permite a los científicos seleccionar el gen
específico para implantar. Esto evita introducir otros genes con rasgos no deseados. La
ingeniería genética también ayuda a acelerar el proceso de creación de nuevos alimentos
con rasgos deseados.

Los posibles beneficios de los alimentos transgénicos incluyen:

 Alimentos más nutritivos

 Alimentos más apetitosos

 Plantas resistentes a la sequía y a las enfermedades, que requieren menos recursos


ambientales (como agua y fertilizante)

 Menos uso de pesticidas

 Aumento en el suministro de alimentos a un costo reducido y con una mayor vida útil

 Crecimiento más rápido en plantas y animales

 Alimentos con características más deseables, como papas (patatas) que produzcan menos
sustancias cancerígenas al freírlas

 Alimentos medicinales que se podrían utilizar como vacunas u otros medicamentos

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