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LA GEOGRAFÍA DE LA

CONTRACCIÓN ESPACIO-
TIEMPO

Cáceres, Giuliana - C.I. 5.145.807-0


Lindmayer, Lucas - C.I. 5.278.152-1
Sahagian, Lucas - C.I. 4.764.949-1

Unidad Curricular Opcional: Geografía Humana


Prof. Claudia Torrelli

Universidad de la República - Facultad de Derecho

13 de Mayo de 2023
INTRODUCCIÓN:
La Geografía en torno a la contracción espacio-tiempo ha formado una importante
subdisciplina a partir del trabajo seminal del geógrafo Torsten Hägerstrand. Como grupo,
nuestro objetivo en este ensayo es lograr adentrarnos en este tema, para así poder explicar las
siguientes incógnitas: ¿Por qué surge?, ¿Qué temas aborda?, ¿En qué contexto nace? y
¿Mantiene su relevancia como disciplina en la actualidad?.

Por otro lado, nos interesa el tema porque viene a interpelar cosas que tomamos por
“naturales” (el espacio que nos rodea día a día, nuestras interacciones como personas, etc.), y
nos da a entender que todo esto tiene en realidad orígenes sociales. Como futuros
internacionalistas, este tema nos atraviesa directamente dada la perspectiva analítica en torno
a diversos actores de las RRII y su evolución en el tiempo.

DESARROLLO:
Como bien sabemos, la Geografía Humana nace a la luz de la Modernidad, y a su vez,
determinar el objeto de la disciplina es una exigencia primaria para su desarrollo, de tal forma
que se pueda construir la malla de conceptos adecuada para la comprensión de la realidad a
partir de dicho concepto. Por lo tanto, la Geografía Humana, tiene como objeto de estudio los
procesos humanos sobre el espacio geográfico a lo largo del tiempo, así como la incidencia
del espacio sobre la forma de vida de las personas. Del mismo modo, aborda aspectos tales
como la distribución espacial de la población, la evolución demográfica, las regiones
humanas y los paisajes culturales que los diferentes grupos humanos han ido constituyendo a
lo largo de la historia.

En palabras de Warf (2008), “a finales del S.XX el capitalismo posmoderno desató una vasta
serie de cambios económicos, políticos, tecnológicos, ideológicos y geográficos que
comprimieron el tiempo y el espacio en un grado históricamente sin precedentes”. Además,
de que los seres humanos siempre transforman o modifican el espacio geográfico sobre el
cual se asientan, y estas transformaciones son, a su vez, el reflejo de sus estructuras sociales y
de todos los procesos que atraviesan: económicos, políticos, históricos, culturales, etc.
La conformación de la Geografía, como ámbito particular y estructurado de conocimientos,
incorporó en su proyecto el propósito central de la modernidad, consistente en dominar el
mundo y darle forma al espacio y al tiempo, con pretensiones universales e infinitas.
Buscando ser funcional y utilitaria, dedicó esfuerzos al levantamiento y el inventario de
recursos naturales, a la elaboración cartográfica y documental de información para el
comercio y para la guerra, a la justificación de las expansiones territoriales imperialistas, a la
planeación urbana y regional, a la orientación de inversiones y rentabilidades en el espacio.

Según Murray en “Globalization across space”, el espacio geográfico ha tomado relevancia


en la actualidad, enraizado al fenómeno de la globalización y los cambios conceptuales que
ha tenido la disciplina a lo largo de la historia. Es así como, pensar en el espacio exige una
doble estrategia: establecer el uso de él y por tanto el campo o campos en que se desenvuelve
y su modo de entendimiento; y delimitar su significado y valor dentro de la Geografía. Se
trata, por consiguiente, de delimitarlo o construirlo para la Geografía, como espacio
geográfico, y de considerar como un objeto básico para la fundación de una geografía
alternativa el establecer una “consistente definición de espacio” (Werlen, 1992).

El autor también hace énfasis en las transformaciones conceptuales que se han llevado a cabo
por medio de la perspectiva geográfico-humana, así como de la presencia de estandartes
tradicionales, como la religión y las particularidades de cada país para definir la geografía,
han permanecido vigentes.

Murray parte de la base de que hay tres formas de interpretar el espacio: Absoluto, relativo y
metafórico. El primero lo define desde la objetividad, haciendo referencia al espacio que
existe más allá de la percepción humana, así no el espacio relativo, que se caracteriza por ser
inherente a lo percibido por medio de cada forma de interactuar con el espacio, a través de
distintas culturas.

En última instancia, el espacio metafórico se encarga de analizar el espacio intangible,


poniendo como elemento fundamental el espacio virtual. El planteo se disocia de las primeras
dos definiciones y busca una definición neutra, en la que el internet y el ciberespacio se
sitúan como espacios que pueden influir en la realidad material sin estar presentes.
Por otro lado, no existe un único concepto universal de “compresión espacio-temporal”, dado
que cambia según las características de cada momento histórico. En este sentido, se
distinguen 3 momentos históricos:

1. Modernidad temprana (desde S.XVI): Rol central de la cartografía en generar una


visión panorámica del planeta. Va aumentando la circulación de bienes, personas e
información en escalas espaciales cada vez mayores. Auge del capitalismo, revolución del
transporte, nacimiento del estado-nación (geografías de inclusión-exclusión en base a la
ciudadanía).

2. Modernidad tardía (desde S.XVIII): Revolución Industrial genera cambios en la


división global del trabajo, urbanización, telecomunicaciones. Las concepciones
religiosas del tiempo-espacio son sustituidas por la secularización, como consecuencia del
avance científico. El Capitalismo conquista la tierra, el mar y el aire con medios de
transporte cada vez más efectivos.

3. Posmodernidad: (desde 1970): el mundo se une “digitalmente”, moviendo dinero e


información a la velocidad de la luz. En esta etapa se enfoca el presente trabajo.

En otras palabras, la compresión espacio-temporal posmoderna se da en niveles mayores


cuanto más alto es el nivel de desarrollo del país.

La globalización es un fenómeno transversal a todo esto, ya que está en curso desde el S.XIV.
Sin embargo, cuando se habla de “globalización” generalmente se refiere a su fase más
reciente.

A su vez, en relación a los efectos de la globalización en el espacio tiempo, Murray también


plantea la configuración de los caminos generados para pensar cuáles son y cómo se
desarrollan.

Comienza retratando lo que el autor denomina: La convergencia del espacio-tiempo,


asociando el término al escritor Donald Janelle, en el marco de fines de la década del 60 .
Este punto marca el acercamiento paulatino en lo que refiere a la distancia qué tiene la ida y
vuelta de un lugar determinado a otro, qué ha surtido efecto a partir del avance tecnológico en
los medios de transporte.
En segunda instancia define a la distancia espacio-tiempo, a través de trabajos del sociólogo
Anthony Giddens, como la interacción a larga distancia qué permite la tecnología de
transporte y comunicaciones, ha modificado las formas de relacionamiento entre los seres
humanos. La tendencia marca una distancia cada vez más asentada en la sociedad actual y los
actores sociales pueden ejercer un rol de importancia desde lugares que aluden a vínculos
rodeados por una red cada vez más compleja de comunicación a larga distancia.

Finalmente, el autor desafía la simple descripción de los procesos, y toma un concepto que
permite profundizar en las raíces estructurales que llevan a la compresión espacio-temporal.
En este caso no se limita a marcar distancia o acercamiento, sino habla de la compresión o
concentración del espacio tiempo a partir de las condiciones que marca el sistema capitalista.
Para esto, el autor toma referencias del geógrafo David Harvey, quien plantea que la
compresión del espacio tiempo, tanto desde la distancia como de la convergencia, se dan a
partir de las condiciones materiales en las que se establece la sociedad actual, y se planta
desde la lógica capitalista, resumiendo la idea en la frase: "El tiempo es dinero", y fijando
distintas consecuencias qué el sistema ha generado en base a la producción, distribución y
ganancia que plantea el neoliberalismo, con fuerte incidencia en el desbalance de las clases
sociales, las prácticas político económicas y la vida social y cultural en general.

En otra instancia, consideramos relevante mencionar que a finales del siglo xx se ha


proclamado el “fin de la geografía” porque la dificultad de construir una propuesta de
disciplina con objetivos de análisis aceptados y compartidos en la comunidad geográfica, se
hacía patente desde mediados del decenio de 1980. Algunos geógrafos apuntaban ya en esas
fechas la desaparición de la Geografía al destacar la ausencia de consenso sobre la entidad y
objetivos de la misma. Hasta el punto de ponerse en duda su futuro como disciplina
académica en el medio y largo plazo.

Geógrafos reconocidos vienen resaltando la relevancia de esta disciplina en el ámbito de la


ciencias sociales, la oportunidad de la perspectiva geográfica para la indagación de los
problemas más acuciantes del nuevo milenio: “la disciplina académica que conocemos como
geografía humana tiene aún mucho que ofrecer” (Massey, 1999). La imagen del futuro de la
geografía ha llevado a un proceso generalizado de tener que repensar la disciplina, intentando
formular los objetivos y la ubicación de la misma, en orden a abrirle nuevas perspectivas
hacia el siglo XXI . Una nueva fundación de la Geografía en el horizonte del nuevo milenio.
Lo atractivo de la Geografía actual, con sus incertidumbres y sombras, es precisamente este
momento, hasta cierto punto fundacional, que tiene la situación presente.

Para finalizar, las dimensiones básicas del debate sobre el proceso de reconstrucción o
construcción de una nueva Geografía se pueden resumir en las siguientes:
1. El fundamento social de esta nueva disciplina, lo que con toda probabilidad representa
el postulado más consensuado.
2. La búsqueda de un marco teórico y conceptual que haga posible la construcción de un
conocimiento geográfico compartido en sus fundamentos, más allá de la diferencia de
enfoques e intereses de la investigación.
3. La importancia de identificar los problemas en los que la geografía pueda contribuir
con una aportación relevante y distintiva en orden al estudio y solución de los
mismos.

CONCLUSIÓN:
A modo de cierre se puede afirmar que, dados todos los enfoques presentados sobre la
vigencia de la Geografía en nuestros tiempos, ésta aún mantiene su relevancia como
disciplina clave para la comprensión del espacio. Las nuevas modalidades en que se da la
compresión espacio tiempo es reflejo de ello desde el momento que redimensiona el tipo de
espacio en que los actores interactúan y se desarrollan. Nos hallamos, pues, ante un nuevo
tipo de espacio, que es intangible, y cuyas interconexiones se dan a ritmo y escala mayores
que los vistos en cualquier momento histórico.

Contrariamente a lo que se podría llamar la “muerte de la Geografía”, esta disciplina se ha


vuelto cada vez más necesaria para dar respuesta a las problemáticas actuales y los nuevos
fenómenos, y la tarea del geógrafo consiste en indagar en las nuevas formas de configuración
del espacio geográfico, elaborando nuevos paradigmas y formas de entender la realidad que,
en última instancia, afecta a toda la humanidad.
BIBLIOGRAFÍA:
Warf, B. (2008). Time-Space Compression - Historical geographies (Capítulos V y VI).
Nueva York: Routledge
Murray, W. (2006) Globalization across space
Ortega Valcárcel, J. (2004). La geografía para el siglo XXI. Geografía humana, (p. 27-54).
Gomez, G.M. (2018). Geo Humana y sus intercambios disciplinarios (Capítulo I).
Silveira, M. L. (2013). Tiempo y espacio en geografía: dilemas y reflexiones. Revista de
Geografía Norte Grande, (54), p. 9-29.

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