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EXTRACTOS, FRAGMENTOS Y SELECCIÓN DE POEMAS

Oliverio Girondo
Es la Baba (extracto)

Es la baba.
Su baba.
La efervescente baba.
La baba hedionda,
cáustica;
la negra baba rancia
que babea esta especie babosa de alimañas
por sus rumiantes labios carcomidos,
la pestilente baba,
la baba doctorada,

Pablo Neruda
Así es mi vida

Mis deberes caminan con mi canto:


soy y no soy; es ése mi destino.
No soy si no acompaño los dolores
de los que sufren: son dolores míos.
Porque no puedo ser sin ser de todos,
de todos los callados y oprimidos,
vengo del pueblo y canto para el pueblo

Pablo Neruda
Soneto LXVI

No te quiero sino porque te quiero


Y de quererte a no quererte llego,
Y de esperarte cuando no te espero
Pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero.
Te odio sin fin, y odiándote te ruego
Y la medida de mi amor viajero
Es no verte y amarte como un ciego,
Tal vez consumirá la luz de enero,
Su rayo cruel, mi corazón entero,
Robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
Y moriré de amor porque te quiero,
Porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Nicolás Guillén
La Muralla
Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, su manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

Patricio Rey sus Redonditos de Ricota


Jijiji
En este film velado en blanca noche
El hijo tenaz de tu enemigo
El muy verdugo cena distinguido
Una noche de cristal que se hace añicos

Tita Merello
Se dice de mi
Se dice de mí
Se dice que soy fea
Que camino a lo malevo
Que soy chueca y que me muevo
Con un aire compadrón

Caligrama

Haiku
Se extingue el día
pero no el canto
de la alondra

Masaoka Shiki
Corté una rama
Y clareó mejor
Por la ventana

Jorge Luis Borges


Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga
Julio Garber
Nosotros dos
Si ves en la ola algo más que la ola,
y mucho más profundo,
tenés que embarcarme…
Si corres transportada por tus dientes e ilusiones,
tócame y yo trataré de alcanzarte

Juan Gelman
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte

Silvina Giarganti
Mientras estuve con ella
Mientras estuve con ella
se rompió el botón de la luz del baño
se descascaró la pared que está debajo de la ventana del living
mientras estuve con ella no arreglé nada

Joaquín Sabina
Sin puntos ni comas
No somos siempre nosotros el bueno,
no tienen otros la culpa de todo,
la redención mata más que el veneno,
perfil de plata, borceguí de lodo.

Neuras y gritos y coches y aromas,


calles y cuerpos y noches y azares,
sigue corriendo, sin puntos ni comas,
sube al infierno, baja a los altares.

Perdí mi sueldo de bombero un día,


que, por jugar a echar troncos al fuego,
quemé los muros de la patria mía.

¿Cómo iba yo a saber que la hidalguía


era el pijama a rayas del talego
y la ambición un perro policía?

Francisco Luis Bernárdez


Soneto Si para recobrar lo recobrado
 
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
 
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
 
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
 
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Anónimo

Un sueño soñaba anoche,


soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca,
muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante:
la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
—Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba,
más deprisa se vestía;
ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio,
mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,
junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana
donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare,
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado,
que la hora ya está cumplida.

Un sueño soñaba anoche,


soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca,
muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante:
la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
—Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba,
más deprisa se vestía;
ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio,
mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,
junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana
donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare,
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado,
que la hora ya está cumplida.

Luis Palés Matos


Danza Negra

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.
El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.

Rompen los junjunes en furiosa u.


Los gongos trepidan con profunda o.
Es la raza negra que ondulando va
en el ritmo gordo del mariyandá.
Llegan los botucos a la fiesta ya.
Danza que te danza la negra se da.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Pasan tierras rojas, islas de betún:


Haití, Martinica, Congo, Camerún;
las papiamentosas antillas del ron
y las patualesas islas del volcán,
que en el grave son
del canto se dan.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El alma africana que vibrando está
en el ritmo gordo del mariyandá.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Oliverio Girondo
Nocturno

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana. Luces trasnochadas


que al apagarse nos dejan todavía más solos. Telaraña que los alambres tejen
sobre las azoteas. Trote hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin
razón. ¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo, y cuál será la
intención de los papeles que se arrastran en los patios vacíos? Hora en que los
muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras, y en que las cañerías
tienen gritos estrangulados, como si se asfixiaran dentro de las paredes. A
veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad, en el espanto que
sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles para que tuvieran tiempo de
acurrucarse en los rincones. Y a veces las cruces de los postes telefónicos,
sobre las azoteas, tienen algo de siniestro y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón. Noches en las que desearíamos que nos
pasaran la mano por el lomo, y en las que súbitamente se comprende que no
hay ternura comparable a la de acariciar algo que duerme.
¡Silencio! – grillo afónico que se nos mete en el oído - ¡Cantar de las canillas
mal cerradas! – único grillo que le conviene a la ciudad -.

Jacques Prévert
Para hacer el retrato de un pájaro

Pintar primero una jaula


con una puerta abierta
pintar luego
algo lindo
algo simple
algo bello
algo útil
para el pájaro
poner luego la tela contra un árbol
en un jardín
en una arboleda
o en un bosque
esconderse detrás del árbol
sin decir nada
sin moverse…
A veces el pájaro llega rápido
pero también le puede llevar largos años
tomar la decisión
No desalentarse
esperar
esperar si hace falta muchos años
la rapidez o la lentitud que le tome al pájaro llegar
no tiene ninguna relación
con el éxito del cuadro
Cuando el pájaro llegue
si llega
guardar el más profundo silencio
esperar a que el pájaro entre en la jaula
y cuando entró
cerrar suavemente la puerta con un pincel
después
borrar uno a uno todos los barrotes
teniendo cuidado de no tocar las plumas del pájaro
Hacer luego el retrato del árbol
eligiendo la más bella de las ramas
para el pájaro
pintar también el follaje verde y la frescura del viento
el polvo del sol
y el ruido de los insectos sobre la hierba en el calor del verano
y después esperar que el pájaro se decida a cantar
Si el pájaro no canta
mala señal
señal de que el cuadro es malo
pero si canta es buena señal
señal de que puede firmar
Entonces arranque suavemente
una de las plumas del pájaro
y escriba su nombre en un rincón del cuadro.
Ernesto Cardenal
Epigramas

Ésta será mi venganza:


Que un día llegue a tus manos el libro de
un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.
------------
Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fui a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.
--------------
Si tú estás en Nueva York
en Nueva York no hay nadie más
y si no estás en Nueva York
en Nueva York no hay nadie.

Gabriela Blejerman
Ahora parece (extracto introducción)

ahora parece
que tengo que pedirte permiso
para escribir un poema
o para arrojarlo al mundo
de lectores indolentes
que se deslizan sobre las palabras
con patines filosos
y los destruyen
será por eso que tengo que pedirte permiso
Esteban Castromán
Bailar es revolución (extracto introducción)

Mientras todo se derrumba a nuestro alrededor


unos raperos que no conocía hasta recién
me convencen para ir a ver su show
después de hablar mucho tiempo sobre un Gol gris destruido

Entramos a un sucucho mediano

Apagan música de fondo


y pantalla con videoclips

Se ilumina el escenario
aparecen los raperos

Base trip hpo


Extensa introducción de clima acuático

La canción es adherente como un mantra


sin salida

César González (Camilo Blajaquis)


Poemas Candados
Yo vi belleza en cada paliza.
Y en cada requisa planee mi futuro.
De los tiroteos quedó esta mirada.
De años con celda tengo tantas ganas.
De la calle un doctor, maestro y artista.
De las horas en visita, mis lecciones de dolor.
Como gira en madrugada, el ritmo de mi poesía.
El chamuyo con los pibes, hoy mi única alegría.
De la droga un turista, un simple consumidor.
Del hambre el resentimiento transformado en mi canción.
Verdegueadas de la yuta, como el sol de cada día.
De esos seres del juzgado, mi alimento de injusticia.
La lluvia sobre las chapas suena sobre mi conciencia.
Da razón a la esperanza,
que va escribiendo mi cuento.

Alma de Diamante
Luis Alberto Spinetta

Ven a mi con tu dulce luz


Alma de diamante
Y aunque el sol se nuble después
Sos alma de diamante
Cielo o piel, silencio o verdad
Sos alma de diamante
Por eso ven asi con la humanidad
Alma de diamante
Aunque tu corazon recircule
Siga de paso o venga
Pretenda volar con las manos
Sueñe despierto o duerma
O beba el elixir de la eternidad
Sos alma de diamante
Alma de diamante
Bien aquí o en el más allá
Sos alma de diamante
Y aunque este mismo sol se nuble después
Sos alma de diamante
Alma de diamante

Canción para Naufragíos


Patricio Rey sus Redonditos de Ricota
Es tan chiflado
Y obnubilado
Que puede ser
Tan caprichoso
Y novedoso
¿Qué puede ser?
Bombas de aquí
Para allá
Puede ser, es irreal
Ya no estás solo
Estamos todos
En naufragar
Son seis minutos
Y nuestra mami va a contestar
Mami elimina
El error
De que vos sos capaz
Es tan chiflado
Y obnubilado
Que puede ser
Tan caprichoso
Y tan sonado
¿Qué puede ser?
Rayos de aquí
Para allá
Qué linda calma
Dan
Ya no estás solo
Estamos todos
En naufragar
Son seis minutos
Y nuestra mami va a contestar
Mami elimina
El error
De que vos sos capaz

Vamos las Bandas


Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

¿Y cuánto vale dormir tan custodiado


De expertos cínicos y botones dorados?
¿Y cuánto vale ser "La banda nueva"
Y andar trepando radares militares?
Vamos las bandas
Rajen del cielo
Vamos las bandas
¿Y cuánto vale tu estómago crispado?
¿Y tus narices temblando por el miedo?
¿Y cuánto vale todo lo registrado
Si el sueño llega tan mal que te condena?
Vamos las bandas
Rajen del cielo
Vamos las bandas
(¡Un, dos, tres, va!)
¿Y cuánto valen todas tus enfermeras?
¿Y tus temblores de moco super-caro?
¿Y cuánto valen satélites espías
Y voluntades que crees haber sitiado?
Vamos las bandas
Rajen del cielo
Vamos las bandas
¿Y cuánto valen tus ojos maquillados?
¿Y meditar con éter perfumado?
¿Y cuánto vale ser "La banda nueva"
Y andar trepando radares militares?
Vamos las bandas
Rajen del cielo
Vamos las bandas
(¡Un, dos, tres, va!)

Confianzas

Juan Gelman
se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe

El Árbol
Juan Gelman

De la violenta madrugada
un hombre entra a su casa y el olor de sus hijos
le golpea la cara, los olvidos, la furia,
ahora cierra la puerta con doble llave
y se saca la gente, la ropa con cuidado,
apaga los gritos de la camisa

o los ojos del camarada que brillan en la cárcel


y oye cómo se mueve la ternura en la pieza,
bajo sus ramas dormirá todavía una noche,
bajo sus ramas yacerá cuando caiga.

Villas: La vida en un mundo aparte o así se vive apartado del mundo


por César González (La venganza del cordero atado, Ed. Continente, 2010)
(dedicada a la gente de la Carlos Gardel, mi barrio)

Familias numerosas, o mejor dicho madres solteras con muchos hijos.


Los cascotes que inventan caminos así el barro no te muerde los tobillos.
Pilones de basura por acá y por allá. Esqueletos de autos robados ya
desmantelados, saqueados y prendidos fuego. El sonido de un disparo en una
esquina, diez disparos de respuesta en otra.
Charlas de vecinas a través del alambrado mientras cuelgan la ropa en la soga:
“Che te enteraste que lo mataron a fulano”. “Si, y que a mengano le reventaron
el rancho en la madrugada”. La policía y sus cacerías.
La iniciación sexual bien temprana, los guachos, las pibas.
El comedor que se redujo a tan solo una merienda por día.
Los que se van a trabajar con sus bolsitos y sus bicis y sus ojos tristes y
cansados.
La mayoría de la juventud que abandona la escuela sabiendo que San Martín
lo único que hizo fue posar para el billete de cinco pesos.
Las madres que lloran la muerte del hijo en velorios propios y ajenos.
Más patadas que gambetas en el campeonato de fútbol, los domingos a la
tarde. El aire intoxicado por el porro cortado que está vendiendo hoy la transa.
Los evangelistas y sus gritos. Los perros persiguiendo las motos.
El guiso salvador del mediodía, el mismo guiso a la noche, lo que queda del
guiso mañana.
Uno con las últimas Nike al frente, dos acá a la vuelta, diez en el fondo.
El micro que recorre los penales lleno de novias, de hijos, de madres y padres.
La cumbia poniéndole ritmo a la miseria. El amanecer y los carros. El amanecer
y los que todavía siguen de gira.
Los muchos sueldos flacos destinados a un celular, a ropa nueva, a disfrazar la
pobreza. Maradonas que mató la policía, que están en cana o laburando en
una fábrica y que derrochan su magia pero en canchita de barro.
La avenida y su frontera que divide a la villa del mundo. Rezos que ruegan
exiliarse a la sociedad.
El sonido anestesiante de la lluvia maltratando las chapas. Los extranjeros de
la clase media que vienen a comprar droga y se van descalzos, sin plata, pero
con droga.
Las velas derritiéndose en los mini-santuarios con las fotos de los pibes que
murieron a manos de las balas, paredes que recuerdan sus hazañas.
Mujeres que modelan ante la pandilla, amor inconsciente pero puro, niños que
se convierten en padres.
La religión de odiar a la yuta y dos de sus devotos a bordo de un super auto
seguramente robado.
Habitantes que se conocen todos, secretos que saben todos, engaños
imposibles de ocultar.
Panorama de vida que siempre tiene olor a celda, a plomo, a trabajo en negro o
en gris… o a traje de encargado de limpieza.
Es la villa, es otro mundo, es vivir apartado.

Milonga Lunfarda
Edmundo Rivero

En este hermoso país que es mi tierra, Argentina,


la mujer es una mina y el fueye es un bandoneón.
El vigilante, un botón, la policía, la cana,
el que roba es el que afana, el chorro un vulgar ladrón,
al zonzo llaman chabón y al vivo le baten rana.

La guita o el vento es el dinero que circula;


el cuento es metro la mula, y al vesre por al revés.
Si peleaste, tenés, y en la rama si estás seco.
Si eres bueno, tienes razón; tirao, el que nada tiene,
chapar es, si te conviene, coge lo que está hecho.

El cotorro es el lugar donde sucede el amor.


El bajá es un gran hombre cuyos mangos se acumulan.
La vecina es tal y tal, el tordo es algún doctor,
es un dial donde se bebe una cuajada,
y si es lo que tienes que hacer con las sobras.

El que trabaja, labor; Quien no hace nada es un fiaca,


la pinta es la que resalta los rasgos de tu impostura.
Mala racha es mishiadura, que hace la vida fulera.
La cama es catrera y se duerme apoliyar.
Rajar o piantarse es irse, y esto lo manya cualquiera.

Y lo que te van a decir, está todo reubicado.


Eso visto, es junto, toda la tierra lo sabe.
Si hasta la Real Academia, que sabe mucho de eso,
va a pedirle a Pichuco ya Grela, con su guitarra,
que esta milonga lunfarda me la musiquen de grupo

Washington Cucurto
Charles Bukowski

Hilda Hilst

César González

Bizarrap

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