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DOCENTE:
POR:
BOGOTÁ, COLOMBIA
10 DE MARZO DE 2023
De carácter inicial y a modo introductorio es pertinente indicar que el presente ensayo versará
principalmente sobre el Control de Convencionalidad, por lo cual se explicará el concepto,
para posteriormente analizar su origen y las funciones que este trae consigo, en aras de
determinar cuál es la utilidad del mismo, y los beneficios y aportes que introduce al mundo
jurídico. Posteriormente, se abordará cómo este tema llegó a Colombia, cómo fue su
implementación para así pasar a mencionar y analizar los momentos en los cuales se
consideró importante el concepto en Colombia. Además de lo expuesto, este ensayo dedicará
un espacio para analizar un paralelo entre los acuerdos de paz y el denominado “Control de
Convencionalidad’’ para así culminar respondiendo a la siguiente pregunta: ¿El Estado
colombiano cumple con las obligaciones adquiridas internacionalmente en relación con el
control de convencionalidad?
Dicho control puede ejercerse en el ámbito nacional, cuando los agentes del Estado adquieren
la obligación de examinar la normativa interna para adecuarla a lo establecido por la
Convención y demás instrumentos a los que se ha adherido el Estado y, en el ámbito
internacional, cuando la CIDH -al evaluar los casos de su competencia- analiza la
compatibilidad de los ordenamientos jurídicos internos con los instrumentos internacionales a
los que se han adoptado. Entretanto, a partir del Caso Almonacid Arellano vs Chile, del 26 de
septiembre de 2006, la jurisprudencia de la Corte Interamericana ha venido desarrollando las
principales características de esta herramienta. En dicha providencia, la CIDH estableció que,
a pesar de la obligación de los operadores judiciales de someterse a lo promulgado por su
ordenamiento interno, estos se encuentra obligados a inaplicar cualquier normativa que sea
contraria a la Convención y a la interpretación que juiciosamente ha desarrollado la Corte
Interamericana de la misma, cumpliendo con las obligaciones y deberes que el Estado ha
adoptado en materia de derechos humanos. De allí se desprende que es imprescindible
verificar la compatibilidad entre las legislaciones, el carácter oficioso del Control, la
adecuación del ordenamiento jurídico interno no sólo conforme a la CADH sino también a la
interpretación de la Corte Interamericana, la inaplicación de las normas contrarias a éstas y el
deber de los Estados parte de cumplir con las obligaciones adoptados por éstos. En
consonancia con lo anterior, en el Caso Boyce y otros vs Barbados, la CIDH estableció que
en el análisis del caso en concreto, las autoridades judiciales no sólo pueden acogerse a
realizar un estudio de constitucionalidad de sus legislaciones, puesto que es menester
examinar la convencionalidad de ésta, sentando el precedente de una correcta
implementación de la herramienta.
Dejando atrás las definiciones es menester exponer los diferentes puntos históricos que se han
considerado importantes para el Control de Convencionalidad en Colombia, cómo por
ejemplo que él estado participó en 1969 en la Conferencia Panamericana, donde se redactó la
Convención Americana sobre los derechos humanos, posteriormente se ratificó el tratado el
31 de julio de 1973. De acuerdo con Fernando Quinche, en colombia existieron tres etapas de
recepción de las decisiones de la corte interamericana, la primera etapa va desde el año en
qué se ratificó el tratado hasta el año de promulgación de la constitución de 1991, en ese
tiempo, existía en Colombia un desconocimiento total de la convención Americana, lo cual
trajo consigo una era la cual algunos escritores denominaron como “constitucionalismo
perverso”, los escritores la determinaron así dada la continuidad de más de 50 años del estado
de emergencia en él país, él juzgamiento de civiles en cortes marciales, la captura y privación
de la libertad de autoridades administrativas, la ineficacia del habeas corpus, y en general un
desconocimiento de los derechos ciudadanos. Lo cual generó un escenario en el cual se pasó
por alto todo aspecto que se haya convenido en la CADH.
En mismo sentido, se encuentra que existe un segundo punto histórico en cual se compone
desde él año 1991 hasta él año 2002, periodo que se caracterizó por la construcción de la
teoría del bloque de constitucionalidad, por la cual se permite la inclusión efectiva en el
sistema interno de los tratados internacionales ratificados por el estado Colombiano,
generando que los estados que fuese ratificados por el congreso cololmbiano, entrarán a hacer
parte del ordenamiento jurídico por medio de este “Bloque de Constitucionalidad’’ y se
interpretarían las disposiciones de los tratados internacionales con grado constitucional, esto
partiendo del hecho de que los tratados que sean ratificados, deben pasar por diversos
controles, con la finalidad de determinar que se encuentran en concordancia con la
Constitución Política de 1991.
Sin embargo, existe un tercer punto que se considera importante y relevante, el cual rige
desde el 2002 hasta la fecha, y es que la recepción de las sentencias por parte de Colombia ha
sido tomada en cuenta a partir de la sentencia C-228 de 2002, la cual versa sobre una
demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 137 de la ley 600 del 2000 (antiguo código
de procedimiento penal). La Corte toma como referencia varios extractos de casos en donde
se encuentra una cierta similitud en los casos y qué dijo al respecto él ente internacional. Este
periodo también fue de gran importancia dado el tratamiento qué se le dio a tres temas del
sistema interamericano; el primero de ellos con relación al contenido y alcance de los
derechos de las víctimas a la verdad, el segundo, la justicia y reparación, y por último la
integración del sistema interno con los estándares dictados por el sistema interamericano.
Colombia se ha caracterizado por la aplicación de la convención americana, esto a raiz de la
grave situación del conflicto interno qué a afrontado el país durante decadas, la impunidad de
los grupos paramilitares y la necesidad de proteger los derechos de todas las víctimas, esto ha
llevado a que el país lleve un control estricto sobre sus responsabilidades y protega a toda
costa los derechos de todas las personas,si en algun punto el estado quisiera evadir el control
de convencionalidad se arriesgaria a qué sea declare responsable internacionalmente por
violar la convención americana y por no proteger los derechos de las personas en el territorio
nacional, ya que cómo se mencionó al incio esta es una obligación que han adquirido todos
los países miembros, por lo cual deben procurar el cumplimiento efectivo de las
disposiciones.
Abordando otra perspectiva, queremos hacer un breve análisis de los procesos de paz que se
han dado en Colombia a la luz del Control de Convencionalidad, por lo cual es dable traer a
colación en un primer momento a los acuerdos de paz llevados a cabo por el Gobierno del
expresidente Álvaro Uribe con los paramilitares de las AUC, y los firmados en La Habana,
Cuba en octubre de 2016 con la guerrilla de las FARC, así cómo también se debe traer a
colación que cada uno de los instrumentos jurídicos derivados de su promulgación e
implementación son una clara demostración de la aplicación del Control de
Convencionalidad en Colombia, aduciendo que el Estado parte, en este caso Colombia, da
cumplimiento efectivo a sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar derechos
humanos, obligaciones contenidas en los instrumentos del Sistema Interamericano adoptados
por nuestra nación y enfatizando en la estricta y debida aplicación que tiene dicha
herramienta dentro del ordenamiento jurídico colombiano.
Por otra parte, es indispensable traer a colación el proceso de paz realizado por el Gobierno
de Juan Manuel Santos, pues en aquella oportunidad el Gobierno colombiano, en su
necesidad por disminuir considerablemente la participación de un grupo al margen de la ley
como lo es las FARC en aquellos escenarios que suponen la destrucción de la sociedad a
través de atentados y guerras internas, se propuso negociar los términos de un acuerdo que le
dieran fin a un escenario de conflicto armado que por muchos años afectó a la población
colombiana y con ello la garantía a sus Derechos Humanos. Propiamente, en aquella ocasión
el Gobierno en turno se basó en la aplicación de una justicia transicional que suponía la
implementación de diversos instrumentos, entre ellos se encuentra lo que hoy se conoce como
la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y las comisiones de la verdad, mismas que buscan
un mismo propósito, el cual consiste en la construcción de una paz estable, duradera e
informada. Con el primer instrumento, lo que se busca es que aquellos actores principales de
las violaciones sistemáticas a los derechos humanos sean debidamente procesados ante un
tribunal especial, reconociendo una disminución muy favorable para aquellos que decidan
confesar sus crímenes. Por otro lado, el segundo instrumento permite la materialización de un
“doble beneficio”, pues por un lado se tiene la posibilidad de construir una verdad que las
víctimas del conflicto armado buscan obtener de sus victimarios y, por otro lado, los
encargados de perpetrar ese tipo de crímenes van a tener la posibilidad de ser escuchados sin
que aquellas declaraciones sean tomadas en cuenta como pruebas para un eventual proceso
ante la Jurisdicción Especial para la Paz, lo cual si bien sacrifica la efectividad de la justicia,
le permite al Estado colombiano recopilar la historia de los crímenes perpetrados en contra de
los derechos humanos de la población colombiana.