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Tribunal Supremo
TS (Sala de lo Penal, Sección 1ª) Sentencia num. 245/2020 de 27 mayo
RJ\2021\3689
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Documento
T R I B U N A L S U P R E M O Sala de lo Penal
Sentencia núm. 245/2020
Fecha de sentencia: 27/05/2020 Tipo de procedimiento: RECURSO CASACION
Número del procedimiento: 3297/2018 Fallo/Acuerdo: Fecha de Votación y Fallo:
26/05/2020 Ponente: Excmo. Sr. D. Vicente Magro Servet Procedencia: Audiencia
Provincial de Málaga, Sección Tercera Letrada de la Administración de Justicia:
Ilma. Sra. Dña. Sonsoles de la Cuesta y de Quero Transcrito por: MBP Nota:
RECURSO CASACION núm.: 3297/2018 Ponente: Excmo. Sr. D. Vicente Magro
Servet Letrada de la Administración de Justicia: Ilma. Sra. Dña. Sonsoles de la
Cuesta y de Quero
TRIBUNAL SUPREMOSala de lo Penal
Sentencia núm. 245/2020
Excmos. Sres. y Excma. Sra. D. Andrés Martínez Arrieta D. Andrés Palomo Del
Arco D. Vicente Magro Servet Dª. Carmen Lamela Díaz D. Eduardo de Porres Ortiz
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de Urbina
En Madrid, a 27 de mayo de 2020. Esta sala ha visto los recursos de casación por
infracción de ley e infracción de precepto constituconal, interpuestos por el
MINISTERIO FISCAL y por las representaciones de los acusados D. Paulino, D. Pio,
D. Donato, D. Federico y D. Genaro, contra sentencia dictada por la Audiencia
Provincial de Málaga, Sección Tercera, que les condenó por delitos contra la
ordenación del territorio, de prevaricación, prevaricación urbanística, tráfico de
influencias, de falsedad en documento oficial y documento oficial por destino, de
actividades prohibidas a los funcionarios y de cohecho pasivo, los componentes de
la Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han
constituido para la votación y fallo bajo la Presidencia del primero de los indicados,
siendo también parte el Ministerio Fiscal y estando dichos recurrentes acusados
representados por el Procurador D. Fernando Marqués Merelo y bajo la dirección
Letrada de D. José Manuel Marqués Merelo respecto del acusado Paulino; por el
Procurador D. Miguel Ángel Aparicio Urcía y bajo la dirección Letrada de D. Daniel
Valentín Piña López respecto del acusado D. Pio; por la Procuradora Dña. Paloma
Barbadillo Gálvez y bajo la dirección Letrada de D. José Carlos Aguilera Escobar
respecto del acusado Donato; por la Procuradora Dña. Beatriz Ayllón Caro y bajo la
dirección Letrada de Dña. Mª José Gómez Hernández respecto del acusado
Federico y por la Procuradora Dña. Cayetana de Zulueta Luchsinger y bajo la
dirección Letrada de D. José Mª Ramírez Pedrosa respecto del acusado Genaro, y
los recurridos Acusación Particular D. Jaime representado por el Procurador D.
Enrique Alejandro Sastre Botella y bajo la dirección Letrada de D. Santiago Perea
Serrano; D. Modesto representado por el Procurador D. Jacobo Rayón Borja y bajo
la dirección Letrada de D. Jaime Biosca Azcoiti; D. Olegario representado por el
Procurador D. Daniel Ruiz Toth y bajo la dirección Letrada de D. Enrique Carrasco
Garabato; D. Manuel representado por la Procuradora Dña. Isabel Bermúdez
Iglesias y bajo la dirección Letrada de Dña. Mª Luis Silles Cristóbal; D. Romeo
representado por la Procuradora Dña. Rosa Mª Ropero Rojas y bajo la dirección
Letrada de D. Luis Entrambasaguas Martín; D. Santiago representado por la
Procuradora Dña. Elena Yustos Capilla y bajo la dirección Letrada de D. Miguel
Alabarce Portillo; D. Severino representado por la Procuradora Dña. Alicia Miguez
Parada y bajo la dirección Letrada de Dña. Mª Luisa Martín Abia; D. Vicente
representado por el Procurador D. Adrián Díaz Muñoz y bajo la dirección Letrada de
Dña. Antonia Rodríguez Fernández; D. Segundo representado por el Procurador D.
Adrián Díaz Muñoz y bajo la dirección Letrada de D. Antonio Casas Bautista; D.
Carlos Francisco representado por la Procuradora Dña. Aurora Gómez-Villaboa
Mandri y bajo la dirección Letrada de D. Carlos Combet de Larenne Cintado; D. Luis
Enrique representado por el Procurador D. Jaime Pérez de Sevilla y Guitard y bajo
la dirección Letrada de D. Francisco Torres Rico; D. Juan Ignacio representado por
la Procuradora Dña. Marta Saint-Aubin Alonso y bajo la dirección Letrada de D.
Jesús Carillo Mira; D. Pedro Jesús representado por el Procurador D. José Ramón
Couto Couto Aguilar y bajo la dirección Letrada de Dña. Mª Ángeles Giner Martí; D.
Agustín representado por el Procurador D. Santiago Montejano Argaña y bajo la
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finalmente para su aprobación, que fue respaldada por la referida mayoría absoluta
antes indicada, lo siguiente: * La aprobación del proyecto presentado para
"Modificación de la CALLE000". * Que las obras del citado proyecto se realizarán de
acuerdo con el mismo bajo la dirección técnica del redactor del proyecto.* Que las
obras serán abonadas en su totalidad por D. Felipe.* Que los puestos del Mercado
se trasladarán a un local en la misma plaza, propiedad del Sr. Felipe, y que será
cedido a este Ayuntamiento para el citado fin.*Que seráresponsabilidad de la
Alcaldía la supervisión de las obras a realizar para que las mismas se ejecuten dé
acuerdo con el proyecto aprobado, y cumpliendo con las normativas legales que le
sean de aplicación. En cumplimiento del acuerdo adoptado se llevó a cabo, a partir
de marzo de 2001, el desalojo y demolición del edificio del mercado y las
consiguientes obras de reconstrucción de la plaza sobre un nuevo forjado que se
apoyaba en pilares de hormigón y en la estructura del edificio del hotel. Obras que
fueron aprovechadas por el promotor Felipe para construir un garaje bajo la
superficie de la plaza apoderándose de este modo, sin contraprestación específica
ni autorización municipal alguna, de un espacio público que (aunque no constaba en
el inventario del ayuntamiento) había estado anteriormente ocupado por un viejo
lavadero o el vial de acceso para regantes equivalente a una superficie de 50,69
m2. Además, al terminar la plaza también procedió a ocupar de modo permanente,
sin contraprestación ni permiso, una superficie de 26,32 m2 que destinó a uso
privativo del hotel y rodeó con una valla, quedando por ello reducida a 23,74 m2 la
superficie de uso público de la céntrica CALLE000. Unas ocupaciones irregulares de
bienes de dominio público (especialmente palpables externamente las de la plaza),
frente a las que el alcalde no adoptó medida alguna promoviendo, en su caso, el
correspondiente expediente administrativo sancionador o de restablecimiento de la
legalidad urbanística si bien tampoco consta que durante todo el periodo tiempo que
el Sr. Genaro permaneció de alcalde (hasta el dio 2009) hubiere recibido alguna
denuncia o queja en el ayuntamiento a la que, en su caso, hubiese dejado de dar
curso Por lo demás, consta acreditado que el Felipe cumplió su compromiso de
cesión de terrenos al ayuntamiento para el nuevo vial y que, por su parte, el
ayuntamiento, aun después del relevo en la alcaldía y equipo de gobierno, ha
respetado el acceso al hotel Sierra Tejeda en los términos acordados en el pleno de
28 de noviembre de 2000 si bien hasta muchos años después, concretamente
mediante escritura pública de 22/04/2016, el citado promotor no llegó a otorgar la
cesión unilateral de la finca en que se ubica el nuevo mercado aunque pretendiendo
reservarse en ella un derecho de vuelo sobre la misma que no ha sido aceptado por
la corporación municipal por considerar que esta reserva no formaba parte del
acuerdo plenario antes mencionado. SEGUNDO.- CONDUCTAS DE Genaro Y
Romeo EN RELACIÓN CON LOS CERTIFICADOS DE URBANA Y LICENCIAS DE
OBRA Y SEGREGACIÓN DEL BLOQUE I De los hechos enjuiciados en las
sesiones correspondientes al BLOQUE I referidos a los que el Ministerio fiscal
recoge en los EPÍGRAFES 02, 06 (A, B, C y D), 07, 08, 09, 10, 12, 14 (A y 13), 16,
19, 24, 25, 26, 27 y 36 de su escrito de acusación, se declara probado lo siguiente:
1).- Licencias de segregación y obras en parcela NUM098 del polígono NUM099,
PARAJE001 (correspondiente al epígrafe 2 del MF). En febrero de 1999, Dimas,
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parcela rústica NUM117 del NUM106 (registral NUM118) del PARAJE003. Informe
que expidió a instancia de Indalecio, propietario del terreno, a fin de poder solicitar
una licencia de obras para la reforma de la supuesta vivienda que finalmente le fue
concedida por el alcalde en virtud de licencia de obra menor fecha 26/02/2002 (A
22- 8646) el mismo día en que le fue pedida y prescindiendo de cualquier informe
técnico o jurídico. No ha quedado debidamente acreditado la existencia real o no de
la casa en ruinas referida por el alcalde en su informe. Ni tampoco, naturalmente, la
existencia de algún previo concierto entre el Sr. Romeo y el edil en orden a lograr
fraudulentamente una licencia de construcción de nueva planta en suelo no
urbanizable. 4.- Segregación de la parcela NUM119 del polígono NUM120,
PARAJE004 (epígrafe 8 del MF). La sociedad LA MAROMA GRUPO
INMOBILIARIO SL era titular de una finca rústica de secano de 3.039 m2, situada
en el PARAJE004 del término municipal de Alcaucín, identificada como finca
registral NUM121 o parcela catastral NUM119 del polígono NUM120. Pese a su
carácter de suelo no urbanizable sus administradores querían desarrollar el terreno
parcelando y construyendo viviendas unifamiliares para uso residencial, contratando
al acusado Romeo a fin de que gestionara la documentación necesaria. Merced a la
gestión de este profesional, la sociedad interesada logró obtener del alcalde Genaro
una licencia de segregación de 11/07/2002 (A 22-8628 y 53¬17436) por la que la
autorizaba a dividir la finca en dos partes, de 1519,50 m2 cada una, justificando su
decisión, como en otras ocasiones similares porque "sobre la dos parcelas
resultantes se ha concedido licencia urbanística para construir en cada una de ellas
una vivienda unifamiliar de carácter no agrario, de conformidad con las normas
urbanísticas de este ayuntamiento". Texto este, que al igual que en otras ocasiones,
había sido previamente elaborado en el despacho de Romeo con la misma finalidad
de tratar de acogerse (esta vez de forma implícita) a uno de los supuestos
excepcionales a la regla general de indivisión por debajo de la unidad mínima de
cultivo contenida en la Ley 19/1995 y que en este caso (dada la naturaleza rústica
del terreno) era de 25.000 m2. Documento que, una vez más, suscribió el alcalde
siendo plenamente consciente de su manifiesta ilegalidad pues sabía que esas
previas licencias urbanísticas en las que la licencia de segregación pretendía
fundamentarse no habían sido aún concedidas constituyendo su invocación una
mera excusa para vulnerar esa prohibición legal de indivisión por debajo de la
unidad mínima de cultivo. Gracias a esa licencia de segregación la entidad
promotora pudo otorgar el 5 de noviembre de 2002 la correspondiente escritura de
segregación dividiendo la finca matriz en esas dos parcelas de poco más de 1500
m2 cada una. Pero al presentar la escritura en el Registro de la Propiedad, el
Registrador decidió denegar la inscripción y dar cuenta a la Delegación Provincial de
la Consejería de Agricultura de la Junta Andalucía al constatar la naturaleza rústica
del terreno y que la división no respetaba la unidad mínima de cultivo. Y esta
Delegación provincial, mediante resolución de 24/03/2003, declaró nula la
segregación autorizada por incumplimiento de los requisitos establecidos en la
referida ley 19/1995 (A 22-8636). En vista de ello se optó por seguir otra estrategia
para lograr la inscripción en el Registro de esa escritura de segregación. Y a tal fin
el alcalde emitió, por sí solo, una certificación de 10/02/2003 (A 22-8641) en la que
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hizo constar que" "según las normas urbanísticas de este municipio tiene el carácter
de suelo urbano a todos los efectos, por disponer de los servicios de suministro de
agua potable, recogida de basuras, saneamiento, acceso rodado y electricidad".
Texto que había sido previamente elaborado por el gestor Romeo. Con este nuevo
documento la entidad promotora procedió a otorgar nueva escritura pública de
17/02/2003 (A 22-8632) declarando ahora que la finca afectada era de naturaleza
urbana aportando para justificarlo esa certificación del alcalde que quedó
incorporado a la escritura. Pero tampoco fue esto suficiente para el Registrador que
de nuevo suspendió la inscripción por considerar que la acreditación de la supuesta
naturaleza urbana del terreno debía efectuarse mediante certificación expedida por
el secretario del ayuntamiento. Para superar la nueva traba, Romeo procedió a
confeccionar en su despacho dos documentos modelos, uno técnico, destinado a
ser suscrito por el arquitecto Donato, y otro destinado a ser suscrito por el secretario
del ayuntamiento con el visto bueno del alcalde para dar forma al certificado exigido
por el Registrador. El primero de ellos dio lugar a un certificado técnico de fecha
03/02/2004 firmado por el referido arquitecto y visado asimismo por el colegio
profesional en el que la finca se definía como "urbana por sus dotaciones", al estar
provista de "acceso rodado, electricidad, suministro de agua potable y recogida de
basuras" (A 22 8639). Y el segundo modelo dio lugar al certificado municipal de
01/03/2004 expedido por el secretario Sr. Jaime con el visto bueno del alcalde en el
que reproduciendo el contenido de ese previo informe técnico se concluía que "a la
vista del citado documento la mencionada parcela tiene la consideración de urbana
"(A 22-8641). Presentado este certificado municipal ante el Registro de la propiedad,
su titular procedió ya, sin más reparos, a inscribir como urbanas tanto la finca matriz
NUM121 como las dos fincas resultantes de la segregación, numeradas como
NUM337 y NUM338. 5.- Construcción y parcelación en parcela NUM296 del
polígono NUM120, DIRECCION008 (epígrafe 9 del MF). Marisol era titular de una
finca rústica de 4.690 m2 en el lugar conocido como DIRECCION008, Pago
PARAJE004 del término municipal de Alcaucil), inscrita en los registros inmobiliarios
como parcela catastral NUM296 del polígono NUM120 (registral NUM297) sobre la
que poco antes de su adquisición el alcalde había autorizado a su anterior
propietario ( Juan Enrique) la construcción de una vivienda unifamiliar mediante
licencia de obras de 06/02/2002 (60- 19729), sin que haya podido quedar acreditado
(al no constar el documento en la causa, haciéndose referencia al mismo sólo en
una inscripción registral) en que concretos términos y posibles fundamentos
técnicos y jurídicos se expidió esa licencia pero sí que, con apoyo en ella, la
compradora procedió después a edificar la proyectada vivienda (de 149 m2) que
quedó terminada en marzo de 2003, obteniendo licencia de primera ocupación un
año después y siendo declarada como obra nueva en escritura de 7 de julio de
2004, quedando inscrito el nuevo inmueble en el Registro de la Propiedad (nota
registral 60-19729 y siguientes). Posteriormente la dueña decidió segregar y vender
una parte de su parcela, solicitándolo así al ayuntamiento, con fecha 03/11/2001, un
tal Adrian (53-17461), constando en autos una resolución de fecha 02/11/2004 (es
decir de un día antes de la petición) con firma y sello de la alcaldía (53-17462)
concediendo dicha segregación que, aunque no contiene razonamiento alguno de
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una finca urbana y bajo esta consideración cuenta con acceso rodado, electricidad,
servicio de agua potable conectada por el ayuntamiento y servicio de recogida de
basura" por lo que la misma se definía como "urbana por sus dotaciones". Un
certificado o informe técnico (A 22-8420) que sirvió de base al certificado municipal
de fecha 16/02/2004 (A 22-8423) expedido por el secretario del ayuntamiento con el
visto bueno del alcalde en el que, a la vista del mismo (cuyo contenido literalmente
se reproducía) se concluía la "consideración de finca urbana" de la parcela. 7.
Certificados ylicencias en relación a la parcela NUM125 del polígono NUM104,
DIRECCION035 (epígrafe 12 del MF). Flora y Frida eran titulares pro indiviso desde
septiembre de 2002 de una finca rústica de secano de casi una ha de extensión
(9948 m2), situada en el DIRECCION035 del término municipal de Alcaucín e
identificada como la registra! NUM126 (catastral NUM125 del polígono NUM104), la
cual, pese a su carácter de suelo no urbanizable, la habían adquirido con la finalidad
de dividirla en dos partes y construir en cada una de ellas sendas viviendas
unifamiliares de carácter residencial. Y, para lograrlo, encargaron la gestión de
todos los trámites necesarios al acusado Romeo por su experiencia al respecto. Y
así, merced a la gestión de este profesional, los interesados lograron obtener del
alcalde Genaro un documento de fecha 02/10/2002 (A 21-8312, archivo informático,
en relación con 49- 15973, escritura pública donde se refleja la autenticidad del
documento) por el que se les concedía una doble autorización, de un lado licencia
para segregar de la finca una porción de 5000 m2 y, de otro, licencia de obras para
construir las dos viviendas pretendidas, una en la parte segregada y otra en el resto
de la finca matriz cuya superficie quedaba reducida a 4948 m2, por debajo, por tanto
de la parcela mínima edificable en Acaucín (según las NNSS que todos entendían
vigentes) y, desde luego de la unidad mínima de cultivo (UMC), como límite máximo
para la división de fincas rústicas de secano, que era de 25.000 m2 pero que para
dar apariencia de legalidad en el propio texto del documento oficial se invocaba
expresamente el artículo 25 de la Ley de Modernización de Explotaciones Agrarias
aunque a sabiendas de que no concurrían los requisitos de este supuesto
excepcional. Texto este que, al igual que en otras ocasiones, había sido
previamente elaborado en el despacho de Romeo y que, una vez más, fue
libremente suscrito por el alcalde siendo plenamente consciente de su manifiesta
ilegalidad, pues sabía perfectamente que la invocación de ese precepto era una
mera excusa para vulnerar esa prohibición legal de indivisión por debajo de la
unidad mínima de cultivo que esa licencia de segregación suponía y que la licencia
de obras simultáneamente concedida, en la que pretendía sustentarse la excepción
de segregación, se había otorgado vulnerando claramente las normas urbanísticas
tanto de fondo como de procedimiento que excepcionalmente podían permitir la
edificación de viviendas familiares aisladas en suelo no urbanizable. Con la licencia
de segregación en su poder, los titulares de la finca pudieron otorgar el 27 de
noviembre de 2002 la correspondiente escritura de segregación (49¬15971)
desgajando de la finca matriz una parcela de 5000 m2 que el notario autorizó al
aportar los otorgantes ese documento cuyo testimonio quedó unido a la escritura.
Poco después, para lograr transformar subrepticiamente la calificación del suelo en
el Registro de la Propiedad, Romeo, siempre con conocimiento del alcalde,
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sólo que "a la vista del citado documento la mencionada parcela tiene la
consideración de finca urbana" (A 16-5738). Este certificado municipal fue impreso
en papel timbrado del Ayuntamiento pero no ha quedado acreditado que llegara
nunca a ser firmado por el secretario municipal y el alcalde para dotarle así del
correspondiente carácter de documento oficial. Como tampoco consta fuese
incorporado a la escritura pública de venta de 06/10/2003 (49¬15928) ni, menos
aún, que, de algún modo, hubiese tenido acceso al Registro de la Propiedad. 14.-
Certificado y licencia para la finca registra! NUM151, en DIRECCION021 (epígrafe
27 del MF). El promotor y constructor Heraclio compró a Horacio una porción de 300
m2 de una finca rústica de regadío (registral NUM152). Situada en partido de
DIRECCION021 o DIRECCION009 del término municipal de Alcaucín, que se
encontraba clasificada a efectos urbanísticos como suelo no urbanizable. Pese a
ello encargó al acusado Romeo que tramitara lo necesario para poder edificar sobre
ella una vivienda. A tal fin Romeo, siguiendo el procedimiento habitual, elaboró en
su equipo informático (A 22-8352) un certificado técnico a nombre del arquitecto
Donato que éste luego firmó, fechado a 17/03/2004 y visado por el colegio
profesional el 29/03/2004 (A 22-8351), exponiendo que a requerimiento del
vendedor había visitado la finca registral NUM152 comprobando que contaba con
los servicios y suministros de una finca urbana, con acceso rodado, electricidad,
agua potable y recogida de basuras, extrayendo de ahí la conclusión de que era
urbana por sus dotaciones de conformidad a lo establecido en el artículo 45 de la
LOUA, pero obviando, como en supuestos similares, la necesidad de que el suelo
así equipado estuviera expresamente reconocido como urbano en el planeamiento
urbanístico, cosa que aquí no sucedía. Basándose en este certificado Romeo
también, como en otras ocasiones, confeccionó en su despacho otro (A 22-8352) a
nombre del secretario municipal, con el visto bueno del alcalde, dando lugar al
certificado municipal de 31/03/2004 (A 22¬8353) que reproducía el documento de
Donato y añadía a modo de conclusión que "a la vista del citado documento la
mencionada parcela tiene la consideración de finca urbana". El documento fue
impreso en papel timbrado del Ayuntamiento, sellado y firmado por el secretario
municipal, que conociendo su procedencia lo asumió sin, al menos, comprobar la
autenticidad del contenido. También fue suscrito por el alcalde Genaro, siendo éste
plenamente consciente, como siempre, de su contenido y finalidad que este tipo de
certificados perseguía: contribuir a modificar a urbana la consideración de rústica
que la finca tenía en el Registro de la Propiedad. Y con la misma finalidad Genaro
concedió al vendedor una licencia de segregación de 16/04/2004 (65-21537) por la
que le autorizó a desgajar de la finca matriz una porción de 300 m2, a sabiendas de
su manifiesta ilicitud pues no sólo tenía cabal conocimiento de la prohibición legal de
parcelaciones urbanísticas en suelo no urbanizable sino también de que, en
cualquier caso, cualquier segregación de finca rústica pudiera dar lugar a una
parcela inferior en extensión a la unidad mínima de cultivo que en Alcaucín, para las
de regadío, tenía fijado el límite en 2500 m2. El certificado municipal y la licencia de
segregación se incorporaron a la escritura de segregación y compraventa de 23 de
abril de 2004, que los otorgantes aprovecharon para declarar que el inmueble ya era
urbano, autorizándolo así el notario. El título fue presentado al Registro de la
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efecto, tras concertar los servicios profesionales del gestor Romeo , solicitó (A
21-8194) y obtuvo del alcalde un informede fecha 20/09/2002 (A 21-8193) en el que
se indicaba que en su parcela existía una casa cortijo en ruina de aproximadamente
200 m cuya construcción databa de tiempo inmemorial. Dato este completamente
incierto (pues obra desmentido por las diversas orto fotos de la época incorporadas
al plenario) del que, además, era bien consciente Genaro (entre otras cosas, por el
alto grado de conocimiento que tenía de toda la realidad física del municipio en el
que había residido toda su vida). Y una vez obtenido dicho informe, presentó aquél
el mismo día en el ayuntamiento una solicitud de reforma integral de esa supuesta
casa en ruina (A 21-8191) a la que dicho alcalde accedió, sólo cuatro días después,
mediante licencia de obras de 24/09/2002 (A 21-8192) a sabiendas de que de este
modo vulnerada frontalmente la legalidad urbanística vigente que para efectuar
cualquier tipo de construcción de vivienda familiar no destinada a explotación
agrícola en suelos no urbanizables exigía la tramitación de un procedimiento previo
aprobado por el órgano autonómico y un posterior informe técnico y jurídico antes
del otorgamiento de la correspondiente licencia municipal. Posteriormente,
valiéndose de esta documentación oficial, Romeo otorgó en representación de su
cliente una escritura pública de 8 de octubre de 2002 (A 21-8195) declarando como
obra nueva una casa cortijo en estado ruinoso de 200 m2 que supuestamente ya
existía cuando se adquirió el inmueble. Y al amparo de la licencia de reforma se
edificó una vivienda unifamiliar aislada de nueva planta de 882 m2 de superficie y
dotada de piscina que finalmente quedó terminada en abril de 2005. La nueva
vivienda se dio de dada de alta en el Catastro Inmobiliario como inmueble urbano
diseminado en virtud de una declaración catastral del modelo 902-S que Romeo
presentó el 25 de octubre de 2005 y fue tramitada en el Patronato Provincial de
Recaudación a través del convenio suscrito con la Dirección General del Catastro,
tramitándose el expediente catastral NUM160 a la Gerencia Territorial del Catastro
con una propuesta favorable que se tradujo en la resolución de 31 de mayo de 2006
autorizando la inscripción y en la grabación del nuevo diseminado en las bases de
datos catastrales. No ha quedado debidamente acreditado que esa resolución
positiva se lograra obtener merced a la influencia o gestiones del acusado Federico,
funcionario auxiliar del referido Patronato que, a su vez, prestaba servicios
retribuidos en la gestoría de Romeo, ni que ninguno de los pagos que éste le
efectuaba lo fueran en consideración a su condición funcionarial para intentar
corromperle. 2).- Segregaciones y licencias en URBANIZACION000 (epígrafe 18
MF). Hipolito adquirió en 1999 una pequeña finca rústica de 4.290 m2 de superficie
situada en el pago PARAJE004 del término municipal de Alcaucín, identificada como
finca registral NUM161 o parcela catastral NUM162 del polígono NUM120. Aunque
la finca estaba en suelo no urbanizable, el nuevo propietario tenía intención de
parcelarla y revenderla como si formara parte de la llamada URBANIZACION000,
sita en la unidad UR-3, de modo que ejecutó por su cuenta obras de urbanización
no autorizadas que alteraron el aspecto del suelo haciéndolo parecer urbanizable y
puso a la venta, al menos, cuatro de esas parcelas. A tal fin, logró obtener un
certificado de fecha 30/10/2002 expedido exclusivamente por el alcalde Genaro (43-
13782), y con el sello o membrete del ayuntamiento, en el que se indicaba
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literalmente que esa finca "está calificada como suelo urbano, de conformidad con la
normativa urbanística vigente en este municipio" así como también que sobre la
misma se le había "concedido licencia de segregación de 699,83 m2", aunque sin
indicar ni la fecha de esa licencia ni el número de expediente en el que se le había
supuestamente otorgado. documento en su poder, el Sr. Hipolito procedió a otorgar
ante notario una escritura de segregación y compraventa de 27/11/2002 (43-13774)
por la que se segregó esa concreta superficie de la finca y la vendió a Juan Pablo y
su esposa declarando en ella el vendedor que la finca era ya urbana, condición que
el notario consideró suficientemente acreditada a la vista del certificado municipal
antedicho, pese a estar firmado sólo por el alcalde y no serle aportada el documento
relativo a la licencia de segregación a que hacía referencia el mismo. Más tarde,
sobre la parcela segregada se construyó una vivienda unifamiliar aislada de la que
Hipolito obtuvo del alcalde una licencia de primera ocupación de fecha 10/12/2003
(43-13786) en la que se indicaba haberle sido concedida anteriormente la preceptiva
licencia de obras, si bien esta no ha quedado acreditada en esta causa. Antes de
ello, mediante escritura pública de 4 de marzo de 2003 Hipolito había segregado
también de la finca matriz NUM161 (catastral NUM162) otras tres parcelas,
señaladas con los números NUM163, NUM104 y NUM105 de la llamada
URBANIZACION000, con superficies de 652, 697 y 649 m2 respectivamente -luego
inscritas como nuevas fincas registrales NUM164, NUM165 y NUM166 las vendió en
escritura de 22 de diciembre de 2003 a terceros sucediéndose nuevas
transmisiones dominicales, entre ellas, a una entidad representada por Jose Manuel
quien, asimismo, vendió dos de esas parcelas a Jose Miguel y la tercera a Sergio
(44- 14342 y siguientes). En nombre de este último se solicitó el 9 de enero de 2008
licencia de obras para una vivienda unifamiliar aislada en la segregada parcela 3 de
la catastral 319, pero en este caso le fue denegada la licencia por resolución de
06/06/2008 a la vista de los informes negativos emitidos por el nuevo técnico
municipal Valentín y la nueva secretaria del ayuntamiento (41- 13319) por
considerar que ese terreno no podía considerarse urbano y era necesario la
aprobación de un proyecto de actuación para cualquier edificación residencial. A
raíz de esto, Jose Manuel, actuando en representación de Jose Miguel y Sergio
encomendó la gestión de las licencias de las parcelas vendidas al acusado Donato
quien aceptó el encargo logrando obtener finalmente los interesados sendas
licencias de obra en marzo de 2006 (41-13318 y 41-13330) procediendo estos, en
consecuencia, a iniciar las obras de su respectiva vivienda hasta que el 6 de abril de
2009, estando ambas muy avanzadas, fueron inspeccionadas por la policía local
que, al revisar la documentación aportada, pudieron constatar que tales documentos
estaban manipulados, por lo que al mismo día siguiente el ayuntamiento, no regido
ya por el acusado Genaro, decretó la paralización de las dos obras denunciando
penalmente los hechos el nuevo alcalde Evaristo (41¬13314). No ha quedado
probada la participación de éste acusado en esa alteración falsaria ni, tampoco que
al asumir el encargo de lograr esas licencias de obra albergara en su ánimo engañar
a sus clientes obteniendo a su costa el beneficio económico correspondiente al pago
de sus honorarios. 3).- Actuaciones en parcela NUM267 del polígono NUM219,
URBANIZACION002(epígrafe 20 MF). A). Parcelación irregular y licencia de obras.
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En julio de 2003 Juan Carlos compró una finca de secano dedicada a olivar y pastos
de 4.363 m2 de superficie situada en URBANIZACION002 del término municipal de
Alcaucín, registral NUM169 (catastral NUM267 del polígono NUM219) que estaba
catalogada por las NNSS de Alcaucín (declaradas no vigentes en esta sentencia por
su no integra publicación en el BOP) como suelo no urbanizable natural o rural de
grado I. Pese a esta condición no urbanizable del suelo, el Sr. Juan Carlos pretendía
desarrollarlo urbanísticamente, dividirlo en cuatro parcelas y construir en ellas otras
tantas viviendas unifamiliares en lo que denominó " URBANIZACION002" y a tal
efecto contrató al acusado Romeo para que se ocupara de los aspectos jurídicos y
de los trámites municipales y catastrales, si bien no ha quedado acreditado en esta
ocasión en que se tradujeron realmente sus gestiones y, más concretamente, si
llegó o no a confeccionar, como otras veces, en el ordenador de su despacho el
texto de los futuros documentos oficiales. Lo único acreditado sobre este apartado
de la acusación es que, previa solicitud del referido Juan Carlos, el alcalde Genaro
le otorgó, al menos, dos licencias de segregación con fecha 20/04/2004 que dieron
lugar a sendas parcelas de 988 m2 y 1019 m2, respectivamente (A 22-8733 y A
22-8737). Unas autorizaciones que realizó a pesar de ser plenamente consciente de
la naturaleza rústica del terreno y de la prohibición de efectuar parcelaciones
urbanísticas en este tipo de terrenos así como de efectuar segregaciones que den
lugar a parcelas inferiores a la unidad mínima de cultivo, que en el término municipal
de Alcaucín estaba fijada en 25.000 m2 para los terrenos de secano y 2.500 m2
para los de regadío. Y posteriormente, también le fue expedido al mismo interesado
un certificado municipal de fecha 04/11/2004 firmado por el secretario del
ayuntamiento con el visto bueno del alcalde en el que esa finca en la actualidad
tenía la consideración de finca urbana (60-19808). Y al amparo de esas licencias de
segregación y subsiguiente certificado municipal, el interesado procedió otorgar el
28 de julio de 2005 la correspondiente escritura pública de segregación (A 22-873,
60-19808 y 65-21549) por la que se desgajaron de la finca matriz esas dos parcelas
que posteriormente fueron inscritas en el Registro de la propiedad como urbanas
con los números NUM167 y NUM168. Sobre el resto de la finca matriz NUM169
-parcela NUM163 de la URBANIZACION002 de 1.389 m2 de superficie- Juan Carlos
construyó una casa de madera de 125 m2 que fue autorizada por el alcalde Genaro
en virtud de licencia de obras de 07/12/2005 (A 36-14078) dictada en expediente de
obras NUM340 a sabiendas de su ilegalidad y sin informes técnico y jurídico. B).
Construcción y alta catastral de vivienda. En la parcela número 3 (actual registral
NUM167 segregada de la matriz NUM169) Juan Carlos había construido una
vivienda unifamiliar de 125 m2 de la que no consta la preceptiva licencia municipal,
para cuya alta catastral el arquitecto Donato expidió un certificado técnico de fecha
01/12/2005 en el que se describía el inmueble como una vivienda construida en
materiales nobles y ladrillo con tres años de antigüedad (P10-2947). Este certificado
se adjuntó a una declaración catastral del modelo 902- S de alta de nueva
construcción que Romeo, por encargo de su cliente, presentó el 2 de diciembre de
2005 al Patronato Provincial de Recaudación, donde por convenio entre la
Diputación de Málaga y la Dirección General del Catastro se instruyó el expediente
catastral NUM170 por un funcionario no identificado que omitió las debidas
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legales todos ellos que fueron deliberadamente ignorados por el alcalde en todas las
licencias de obra que otorgó. Así, la URBANIZACION003 fue desarrollada sobre la
referida finca registra! NUM176, (correspondiente a las también referidas parcelas
catastrales NUM175 y NUM177), sita en pago DIRECCION014 y, de superficie
cercana a una hectárea la cual fue dividida en doce parcelas (todas ellas muy
inferiores a la unidad mínima de cultivo), en tanto que la urbanización
DIRECCION012 fue desarrollada sobre la registral NUM178 (correspondiente a la
también referida catastral 485), de casi dos hectáreas, que igualmente fue
sucesivamente dividida en más de una veintena de parcelas también muy inferiores
a la unidad mínima de cultivo exigible en Alcaucín. Así, por ejemplo, las
segregaciones de la primera finca registral se llevaron sucesivamente a cabo en las
escrituras públicas obrantes en los folios que respectivamente se indican y en las
siguientes fechas:18/09/2000 (60-19679), 29/12/2000 (55-18229), 02/10/2002
(55-18223), 30/12/2002 (55-18205), 12/02/2003 (55-18217) y 18/12/2003
(55-18242). Todas ellas otorgadas en virtud de la correspondiente licencia de
segregación expedida por el alcalde Genaro (tal y como consta en las respectivas
escrituras), en algunas de las cuales (las que conllevan declaración de obra nieva)
también se hace constar, con la correspondiente adveración notarial, la respectiva
licencia de obras expedida por el alcalde para la vivienda edificada. En la última de
las escrituras, la de 18/12/2003 se aportó también por los otorgantes un certificado
municipal de fecha 25/11/2003 emitido por el secretario del ayuntamiento Jaime con
el visto bueno del alcalde (55-18249) en el que, apoyándose en un informe del
arquitecto técnico Romualdo (que entonces prestaba sus servicios a Luis Enrique),
se hacía constar que los terrenos de la finca registral NUM176 tenían el carácter de
suelo urbano. Si bien, como precisa el propio Ministerio fiscal en su escrito de
conclusiones definitivas, no ha quedado acreditado que este promotor influyera
directamente sobre autoridades o funcionarios del ayuntamiento de Alcaucín para
conseguir ese certificado municipal. Y del mismo modo se llevaron a cabo las
múltiples segregaciones (cuyas escrituras también constan en autos) de la segunda
finca registral (la NUM178) mediante escrituras públicas de 01/09/2003,18/12/2003 y
16/05/2006. Debiéndose destacar también aquí como en la escritura notarial de
18/12/2003 (55-18242) por la que se segregaron 21 parcelas, además de aportarse
al Notario las correspondientes licencias de segregación expedidas por el alcalde
Genaro, se aportó también otro certificado municipal de 25/11/2003 emitido por el
secretario del ayuntamiento con el visto bueno del alcalde en los mismos términos
que el anteriormente referido, sin que tampoco en este caso haya quedado
acreditado que Luis Enrique influyera de las autoridades o funcionarios del
ayuntamiento para conseguirlo. Antes y después de las parcelaciones Luis Enrique
se dedicó a construir viviendas unifamiliares, siempre bajo la dirección técnica de la
arquitecta Victoria y del aparejador Romualdo y siempre al amparo de las licencias
municipales de obra que el alcalde Genaro seguía proporcionándole a medida que
las necesitaba. Estas construcciones afloraban (como ya hemos dicho) mediante las
declaraciones de obra nueva que los promotores introducían en las sucesivas
escrituras de compraventa. Todas las licencias de obra acreditadas en autos
responden al mismo patrón: se conceden prácticamente el mismo día o al día
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siguiente de su solicitud y sin tan siquiera recabar informes técnico o jurídico y, por
supuesto, sin esperar a la previa aprobación de ese tipo de construcción no
destinada a explotación agrícola por el respectivo órgano autonómico o pleno
municipal (según la legislación urbanística vigente al tiempo de los hechos). Dado
su alto número, cabe citar, entre otras, las siguientes licencias de obra: de
21/08/2003 (8-2125), de 17/05/2004 (8-2126), de 20/07/2004 (8-2127), de
23/12/2004 (8-2145) y tres más de la misma fecha 22/12/2004 (8-2150, 8-2159,
8-2161). B).-Licencia de primera ocupación de 11 de diciembre de 2008. Una de las
viviendas construidas por Luis Enrique con la correspondiente licencia de obras del
alcalde se realizó sobre la segregada finca NUM394 (parcela NUM395 de la
urbanización DIRECCION012), la cual quedó terminada en la primavera de 2008.
Sin embargo, al solicitar el promotor la licencia de primera ocupación, le fue
denegada por el ayuntamiento al detectar el técnico municipal que se había
construido una planta torreón que no aparecía en el proyecto original. Sin embargo
la decisión fue posteriormente reconsiderada, y por resolución de 11/12/2008
(8-2147) se le concedió la licencia gracias a un segundo informe técnico, éste
favorable, que había pedido el alcalde Genaro al Servicio de Arquitectura de
Diputación. Informe técnico de fecha 27/10/2008 (70-22981) que fue materialmente
elaborado por el acusado Donato argumentando que se habían suprimido la entrada
y huecos del torreón. Pero como quiera que este funcionario de la Diputación
también realizaba trabajos particulares para Luis Enrique, a fin de ocultar su
incompatibilidad, hizo figurar mendazmente, y sin su conocimiento, como autor del
informe a su compañero, también arquitecto de la Diputación, Simón, simulando
igualmente su firma. C).- Redacción del Plan Parcial. En agosto de 2007 Luis
Enrique solicitó nuevas licencias de obras para la construcción de tres viviendas
sobre algunas de las parcelas anteriormente indicadas que habían sido objeto de
segregación, concretamente sobre las parcelas NUM180, NUM181 y NUM182 de la
URBANIZACION003 Licencias que por primera vez le fueron denegadas por el
alcalde Genaro en virtud de resolución de 01/04/2008 por tratarse de suelo no
urbanizable y a la vista del previo informe desfavorable emitido al efecto por el
nuevo técnico municipal Valentín (A 16-5539). Siguiendo recomendaciones del
alcalde, (con el que mantenía muy buena relación) Luis Enrique quiso solucionar el
problema contratando en junio de 2008 los servicios del arquitecto Donato, quien se
comprometió a reactivar la modificación de elementos de las NNSS iniciada ocho
años atrás pero cuyo expediente (como se ha dicho antes) llevaba ya cuatro años
caducado, circunstancia esta que se ignora si era o no conocida por Luis Enrique. El
caso es que el acusado Donato asumió el encargo de éste empresario promoviendo
un plan parcial para esa urbanización, cuyo texto redactó y presentó en diciembre
de 2008, y que en marzo de 2009 fue remitido por el alcalde a la Consejería
correspondiente de la Junta de Andalucia (A 12-4034) tomando como referente de
planeamiento a desarrollar las referidas normas subsidiarias y su modificación de
elementos pese a la situación de caducidad en que se encontraba. Por estas
gestiones que se prolongaron en el tiempo sin llegar a alcanzar ningún resultado
positivo, Donato llegó a percibir de su cliente primeramente una provisión de fondos
de 25.000 € y más adelante, tras la presentación del referido plan parcial, otra suma
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Jaime con el visto bueno del alcalde Genaro en el que, sobre la base de un informe
técnico de la misma fecha expedido por Pio (esta vez en su nueva condición de
arquitecto técnico municipal que compatibilizaba con la condición de promotor
desorganización) se afirmaba "que la finca registral NUM183 de este término
municipal, con arreglo a la normativa urbanística del municipio, tiene la naturaleza
de finca urbana". Merced a este certificado, el Registrador autorizó la inscripción de
esa escritura pasando a figurar en el Registro de la Propiedad la finca matriz y luego
todas las parcelas segregadas como solares de naturaleza urbana (55-17890 y ss),
procediéndose posteriormente por parte de los acusados Pio y Paulino a vender a
terceros las parcelas segregadas junto con, al menos, ocho viviendas construidas y
dirigidas por ellos, en su condición de arquitectos superior y técnico, figurando entre
las vendidas la que en documento privado de fecha 3 de septiembre de 2003
(A5-1568) se efectuó al querellante en esta causa, Luis María (concretamente la
parcela NUM224, hoy registral NUM287 en que se subdividió la referida finca
registral matriz) junto con la vivienda de 89 m2 con piscina que quedó terminada en
julio de 2004, sin que haya podido quedar acreditado que al hacerlo los vendedores
trataran de engañar a este comprador sobre la verdadera naturaleza urbanística del
suelo que, por otra parte, como ya se ha dicho, no ha quedado tampoco
debidamente acreditada. B).-Urbanización DIRECCION013. En diciembre de 2002
las sociedades PUEBLO ANA MARÍA SL y PARAÍSO DE LA AXARQUÍA SL, ésta
última controlada por los acusados Paulino y Pio, compraron por mitad, y como
rústica, a la sociedad VINUVELEZ SL una parcela de tierra nombrada "
DIRECCION036", también situada en el paraje DIRECCION013 del término
municipal de Alcaucín y próxima asimismo al núcleo urbano de Puente Don Manuel,
con superficie de 12.746 m2: la finca registral NUM186 o parcela catastral NUM187
del polígono NUM129, contigua a la NUM184 anteriormente mencionada. Sobre
dicha finca procedieron estos acusados a diseñar un proyecto de segregación en 20
parcelas para la ulterior construcción de la urbanización denominada
DIRECCION013. Como quiera que la finca había sido adquirida como rústica
(constando así en el Registro), los acusados, a fin de lograr su inscripción como
urbana trataron de obtener el correspondiente certificado municipal que la calificase
así, presentando a tal fin un informe del arquitecto Paulino de fecha 08/04/2005
visado por el colegio de arquitectos (A 16-5770) en el que se asignaba a la misma la
condición de urbana por estar dotada de todos los servicios y suministros
legalmente inherentes a dicha condición y que y que sirvió de apoyo (al igual que en
el caso anterior) a una certificación del secretario municipal de fecha 08/04/2005 con
el visto bueno del alcalde (A 16-5769). Certificado este que no llegó a utilizarse
debido a que el acusado Pio pasó a desempeñar el puesto de arquitecto técnico
municipal y se prestó a emitir un nuevo certificado o informe técnico en los mismos
términos que el anteriormente elaborado por su socio y que esta vez sirvió de apoyo
a otro certificado del secretario municipal de fecha 01/12/2005, también con el
preceptivo visto bueno del alcalde (55-17979) en el que se dictaminaba esa
supuesta naturaleza urbana de la finca, lográndose como consecuencia de ello tanto
la inscripción de esa finca en el Registro de la Propiedad en calidad de urbana
(55-17979) como también, con esa misma naturaleza, las de todas las parcelas que
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según razonaba, tras consultar las fotografías aéreas existentes en la Gerencia esa
finca no existía en la fecha reclamada. Circunstancia ésta que tampoco ha podido
quedar debidamente probada en el juicio. Aunque, como decíamos, no ha podido
quedar debidamente precisada el concreto grado de intervención que Romeo pudo
tener en estos expedientes catastrales, sí que ha quedado probado que, al igual que
en otros expedientes similares, su empleado Federico (que a la vez era funcionario
del Patronato) le suministraba informaciones relativas a la marcha de expediente,
llegando incluso a proporcionarle copia de la propuesta de resolución favorable de
05/07/2006 antes mencionada. No ha quedado probado, sin embargo (tal y como
refiere el propio ministerio público en sus conclusiones definitivas) que este
funcionario influyera de algún modo sobre el empleado de la entidad colaboradora
del Patronato Provincial de Recaudación que cursó el expediente catastral como
tampoco que los pagos que aquél percibía de Romeo (A 30-11411) lo fueran en
consideración a su condición funcionarial y no como retribución a las labores
desempeñadas como trabajador suyo. D).- Parcela NUM238 del polígono NUM103.
Entre los años 2004 y 2005 Gonzalo promovió otra vivienda unifamiliar de nueva
planta en paraje el Pilarejo, sobre la parcela catastral NUM238 del polígono
NUM103. Se hizo conforme a un proyecto realizado por Donato sobre la base de
una rehabilitación de una supuesta vivienda en ruina cuya existencia real no ha
quedado acreditada ni desmentida. A la solicitud respondió afirmativamente el
alcalde Genaro otorgando la correspondiente licencia de obras de rehabilitación de
fecha 30/01/2004 (51-16619) sustentada en ese proyecto técnico, no habiendo
quedado acreditado la supuesta falsedad de la construcción ruinosa o de que, en
definitiva, la petición de licencia le despertara sospechas de poder constituir un
medio fraudulento para realizar una construcción de nueva planta. Posteriormente,
Donato emitió, como arquitecto particular, el certificado de fecha 23/11/2005
(64-21347 y P10-2926), ya referido en el apartado anterior, por el que acreditaba la
existencia en dicha parcela 635 de una vivienda con una antigüedad aproximada de
cinco años. Año más tarde, a fin de obtener un certificado de habitabilidad de la
vivienda recibió el 17 de septiembre de 2008 un correo electrónico del acusado
Romeo (A22- 8406) al que éste le adjuntaba un archivo electrónico a modo de
borrador de certificado para que aquél lo matizara ("corno tú sabes") y fuese sellado
por la Diputación Provincial. Borrador en el que se decía literalmente que "a
requerimiento del ayuntamiento de Alcaucín, por este servicio se constata que la
vivienda sita en la parcela NUM238 del polígono NUM103 del término municipal de
Alcaucín reúne los requisitos de habitabilidad y costa de los servicios de suministro
de energía de ética, agua y acceso rodado. Para que así conste y surta efecto
donde proceda, en Málaga 17 de septiembre de 2008". Tanto Donato como Romeo
tenían corno cliente a Gonzalo, por lo que ambos estaban interesados en la
expedición de esa cédula de habitabilidad, razón por la que, de mutuo acuerdo,
Romeo quedó encargado de redactar el borrador de ese certificado al que después
Donato, una vez limado lo pasó a documento oficial como informe de fecha
18/09/2008 (A 22-8405) en papel timbrado de la Diputación. Y, para evitar
problemas de incompatibilidad, lo puso a nombre de su compañero Simón, no
habiendo quedado acreditado si éste estampó su propia firma con conocimiento de
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que no había quedado reflejada en la escritura pero que existía desde al menos el
año 2001 (A 31-12226), se ubicaban también, a escasos metros de ella, los restos
ruinosos en piedra de una vieja construcción cuyo concreto origen, dimensiones y
antigüedad no han quedado debidamente determinados. Ha quedado probado que
el también acusado, Romeo, intervino como gestor de las hijas del alcalde en esa
escritura de obra nueva pero no así que participase de algún modo en la
elaboración de ese certificado municipal ni que conociera realmente la parcela en
cuestión. 3) Modificaciones catrastrales en la parcela 169 del polígono 5 (epígrafe
DMF). Antes y después de esta declaración de obra nueva de 30 de septiembre de
2004 se siguieron diversos expedientes catastrales a instancias de las hijas del
alcalde Genaro dentro cuales sólo consta debidamente acreditada la participación
de Romeo en el expediente NUM256 que éste presentó en octubre de 2005, en
nombre de Vicenta, en el patronato Provincial de recaudación con el modelo de
declaración 902-S (A 22-8454) en virtud del cual se dio de alta catastral una casa de
125 m2 que se decía construida en el año 2002 sobre una ruina anterior existente
en la referida parcela 169 del polígono 5, para lo cual se aportó al expediente un
certificado técnico de fecha 01/12/2005 (A 22-8453) emitido, como arquitecto
particular (pero sin visado del colegio de arquitectos), por el acusado Donato en el
que se hacía constar que "sobre la parcela número NUM254 del Polígono NUM106
del PARAJE009 del término municipal de Alcaucín existe una vivienda construida
sobre una ruina existente con anterioridad, cuya construcción data del año 2002,
como asegura la promotora, teniendo la mencionada vivienda una sola planta con
una superficie construida de 125 m2", añadimos igualmente que dicha certificación
se realizaba "en base a la información obtenida tras haber girado visita a la misma" .
Ha quedado igualmente probado que en otro expediente catastral sobre la misma
parcela tramitado a instancia de Sofía bajo el modelo 904 (de cambio de cultivo) se
aportó otro documento consistente en un informe de 07/11/2003 emitido
exclusivamente por el alcalde Genaro (padre de la interesada), es decir sin
intervención del secretario municipal (A 31-12281), en el que aquél indicaba
literalmente que en esa parcela 169 "existe desde tiempo inmemorial una vivienda
en estado ruinoso de 125 in2 aproximadamente". Al igual que en el caso anterior el
expediente culminó con éxito al proceder el acusado Narciso, técnico de inspección
de la Gerencia Territorial del Catastro, con fecha 12/11/2003, a grabar en las bases
de datos alfanumérica y gráfica una subparcela "b" de terreno improductivo y,
ateniéndose exclusivamente a lo alegado en la declaración del solicitante y
documentación acompañada, a insertar en la cartografía catastral el texto "Ruina"
sobre la figura que representaba la subparcela improductiva, no habiendo quedado
acreditado que dicho funcionario se hubiere previamente concertado para ello con el
alcalde o con la interesada. 4).-Evolución urbanística de la FINCA001 (epígrafe E
MF). La empresa del. Sr. Leopoldo, COMPLEJOS RURALES MONTESIERRA SL,
era también titular de una finca de olivar conocida como " FINCA001" unas 30 ha de
extensión situada en el paraje Espartalejo del término municipal de Alcaucín, la
registral NUM257, parte de la cual, previa concesión de la correspondiente licencia
municipal de segregación, fue vendida a otra sociedad. Y con el fin de poder
transformar el resto de la finca en suelo urbanizable Leopoldo promovió un
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urbana, y bajo esta consideración cuenta con acceso rodado por su lindero este,
electricidad, servicio de agua potable conectada por el ayuntamiento y servicio de
recogida de basura". Documento que fue seguido de otro certificado municipal (esta
vez con la firma del secretario) el que, reproduciendo el certificado técnico de de
Santiago, se indicaba que las dos fincas tenían todos los servicios de una urbana
(A16-5766).Sin embargo los certificados tampoco surtieron el efecto pretendido ya
que el Registrador exigió una nueva certificación a cargo de un técnico municipal. Y,
así las cosas, a fin seguir favoreciendo los intereses económicos de
PROMOCIONES ANDALUZAS, el alcalde Genaro procedió a requerir y presionar a
la recién contratada arquitecta municipal Tatiana para que firmara un certificado
técnico fechado a 24 de mayo de 2005 (44-14407 y A13-4407) prevaliéndose para
ello no sólo de su propia autoridad municipal sino de la inexperiencia profesional de
la joven aparejadora y de su, todavía precaria situación económica (acababa de
terminar la carrera, siendo éste su primer empleo y, además, no tenía especiales
conocimientos en materia urbanística) logrando así, de este modo, que esta se
aviniera finalmente a plasmar su firma en el documento cuyo texto decía de esas
fincas literalmente lo siguiente: "se encuentran enclavadas en el casco urbano del
municipio, formando parte del núcleo de población y dotadas con todos los servicios
y suministros urbanos: acceso rodado por vía urbana por su lindero Noroeste,
abastecimiento de agua, saneamiento y suministro de energía eléctrica de baja
tensión por lo que cumple con los requisitos de instalación y acceso necesarios para
que se puedan clasificar como urbanas". Con el nuevo certificado el Registrador de
la Propiedad entendió ya que quedaba suficientemente justificado el cambio en la
naturaleza de los inmuebles y autorizó su inscripción como fincas urbanas
propiedad de MALAGA HAENDEL SL, agrupándose después en la nueva finca
registral NUM261, de 10.883 m2 de superficie y naturaleza "urbana" que sería
hipotecada para financiar las obras (49-15864). Previamente, en resolución de 20 de
julio de 2005 (44-14398) el alcalde de Alcaucín había autorizado la transmisión de la
licencia de obras 198/04 a MÁLAGA HAENDEL "para la ejecución de las obras y a
todos los efectos".3).- Venta de PROMOCIONES ANDALUZAS Y TORRELE a
MÁLAGA HAENDEL S.L. convenio urbanístico y licencia de obras NUM263 de
08/04/2005 (apartado 22C) . Tras desprenderse de las fincas registrales NUM260 y
NUM258, PROMOCIONES ANDALUZAS Y TORRELE SL mantenía como único
activo otra parcela rústica, la finca registra! NUM342, adquirida mediante escritura
pública de 25 de mayo de 2004 (Al2-3918) al precio de 198.334 euros, que se
hallaba situada en el mismo paraje Pago CAMINO000 junto a las otras dos recién
vendidas y de parecidas dimensiones. Modesto también mostró interés en este
suelo para desarrollar sobre él en el futuro una segunda promoción de viviendas,
razón por la que se firmó otro contrato, de fecha 29 de diciembre de 2004 (A
12-3925) con los representantes de PROMOCIONES ANDALUZAS Y TORRELE, en
virtud del cual Modesto adquiría por 3.116.692 euros todas las participaciones de
esta sociedad para MÁLAGA HAENDEL, haciéndose así con esa finca NUM342 y
con las expectativas derivadas de un convenio urbanístico que en relación a este
suelo los vendedores ya habían negociado con el Ayuntamiento pero que no fue
firmado hasta el 24 de enero de 2005 (Al2-3940). No obstante, a modo de garantía
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estaba dotada con "todos los servicios y suministros de una parcela urbana, y bajo
esta consideración cuenta con acceso rodado por su lindero este, electricidad,
servicio de agua potable conectada por el ayuntamiento y servicio de recogida de
basura". Gracias a esta segunda licencia de obras arbitrariamente concedida por el
alcalde, se tuvo por cumplida la condición contractual antes mencionada y se pudo
así materializar la venta de PROMOCIONES ANDALUZAS Y TORRELE mediante
escritura de transmisión de participaciones de fecha 26 de julio de 2005 (A
12-3945), lo que generó el considerable beneficio económico para los antiguos
socios. 4).- Convenio de 22 de noviembre de 2005, obras de urbanización y Estudio
de Detalle (apartado 22D). Tras la salida de Bernardino y Remigio, fue el acusado
Modesto quien asumió ya la relación con el Ayuntamiento al tiempo que se
preparaba para edificar las dos hectáreas de terreno de que disponía en la zona de
CAMINO000, distribuyendo las obras en dos fases, que se ajustarían
respectivamente a las licencias NUM262 y NUM263, la primera de las cuales fue
formalmente cedida de PROMOCIONES ANDALUZAS Y TORRELE a MÁLAGA
HAENDEL, tomándose razón de ello en el Ayuntamiento. En esta nueva coyuntura,
el alcalde Genaro, plenamente consciente de las irregularidades cometidas hasta
entonces, decidió mostrarse más cauto y ralentizar los planes de Modesto. Con ese
objetivo formalizó con la empresa de éste, MÁLAGA HAENDEL un segundo
convenio urbanístico de fecha 22 de noviembre de 2005 (A 13¬ 4422 y A24-9549)
en el que se introdujo como novedad que la eficacia de la primera licencia
(concedida, como se ha dicho, incondicionalmente el 19 de julio de 2004 en
expediente 198/04) quedaría condicionada a la aprobación del nuevo PGOU de
Alcaucín, argumentando al respecto que no se podrían iniciar las obras hasta que se
cumplieran todos los requisitos legales para su ajuste al régimen urbanístico. No
obstante, a modo de condición alternativa a la aprobación del PGOU, también se
autorizaba la ejecución de las obras objeto de la licencia a partir del momento en
que concurrieran las condiciones pactadas, que en este caso consistían, según el
propio convenio, en la ejecución tanto de las obras de urbanización como del vial de
circunvalación y en su recepción por parte del municipio. Literalmente decía así el
acuerdo: "condicionar la eficacia de la licencia a la que se hace referencia en el
expósito uno a la aprobación del nuevo Plan general de ordenación urbanística de
Alcaucín, por lo que no se podrá dar comienzo a las obras hasta el momento en el
que concurran todos los requisitos legales para su ajuste al régimen urbanístico, o
bien que concurran las condiciones pactadas, es decir, la ejecución de la
urbanización, vial de circunvalación y recepción por parte municipal o en su caso
aprobación del Plan general de ordenación urbanística de Alcaucín". Modesto
aceptó las nuevas condiciones del convenio en nombre de la promotora MALAGA
HAENDEL y, conforme a las licencias de obra concedidas, procedió durante el año
2006 y parte del 2007 a urbanizar el paraje CAMINO000 y a construir la nueva
carretera de circunvalación de Alcaucín según el proyecto diseñado por técnicos de
la Diputación Provincial, cuya recepción municipal fue formalmente solicitada el día
6 de junio de 2007, sin obtener respuesta de la Administración (A 13-4437). Entre
tanto, a resultas de la promulgación a mediados de 2006 del Plan de Ordenación del
Territorio de la Costa del Sol-Axarquía, el Ayuntamiento de Alcaucín había decidido
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que "su aprobación definitiva, en el caso de que así proceda, queda condicionada
en cuanto a su validez a la aprobación definitiva del documento de revisión de las
vigentes normas subsidiarias del término municipal de Alcaucín" (A 17-6032). 5).-
Inicio y paralización de la promoción Balcón de Alcaucín (apartado 22E). En el
último trimestre de 2007, considerando Modesto que, no obstante no haberse
aprobado el nuevo PGOU que en el convenio urbanístico de 22/11/2005 se fijó
como condición limitativa posterior para la eficacia de la primera licencia de obras
que libremente le había sido concedida (la licencia NUM262), sí se había cumplido
por su parte la otra condición alternativa (relativa a las obras de urbanización y vial
de circunvalación), decidió ya comenzar en firme las obras en la finca registral 5585
a fin de paliar las pérdidas económicas que le estaba conllevando el retraso,
sintiéndose amparado a tal efecto por un fax de 31 de octubre de 2007 (A 13-4442)
remitido desde el ayuntamiento en el que se le comunicaba un acuerdo del alcalde
fechado el día anterior por el que se le autorizaba la reanudación de las obras
suspendidas y se aludía a la concesión de la referida licencia 198/04 y al cambio de
titularidad de la misma autorizado el 20/07/2005. Un documento autorizativo cuya
firma siempre ha sido negada por el alcalde acusado y cuya autenticidad (propia o
por delegación) no ha podido ser enteramente confirmada o desmentida. Las obras
emprendidas respondían a la primera fase, conocida por la denominación comercial
El Balcón de Alcaucín, y comenzaron a ejecutarse en los últimos meses de 2007 por
la constructora VIVESUR ANDALUCIA SL, bajo la dirección técnica del arquitecto
Santiago, terminándose de construir la estructura de hormigón de dos bloques de
apartamentos, de cuatro plantas cada uno, sin que el alcalde Genaro opusiera
reparo alguno hasta que el 30 de noviembre de 2007 un informe de la Policía Local
motivó la incoación de un expediente de disciplina urbanística en el que recayó
resolución de fecha 15 de enero de 2008, (A13-4385) donde declaraba la "ineficacia
actual" de la licencia 198/04 por la falta de los requisitos condicionantes y ordenaba
la inmediata paralización de las obras hasta que se dieran los mismos y contra cuya
decisión la promotora interpuso recurso contencioso administrativo. Previamente a
ello, el ayuntamiento solicitó un dictamen de la Diputación, siendo Donato quien,
como arquitecto de dicho organismo, emitió el correspondiente informe del Servicio
de Arquitectura de la Diputación de fecha 13 de febrero de 2008 (A13 4444) en el
que recomendaba el levantamiento de la suspensión, asegurando que la parcela
tenía cualidades para ser considerada como suelo urbano y que así estaba
clasificada en el documento de Renovación-Innovación de las Normas Subsidiarias,
añadiendo, asimismo, que sobre esta promoción se había redactado el ya referido
convenio urbanístico entre el ayuntamiento y la promotora y que, según su parecer,
esta había cumplido escrupulosamente. DÉCIMO: CONDUCTAS DE Genaro,
Donato, Romeo, Conrado, Sonsoles Y Belarmino EN RELACION A LOS HECHOS
DEL BLOQUE IX CROCASA. De los hechos enjuiciados en las sesiones
correspondientes al BLOQUE IX referidos a los que el Ministerio fiscal recoge en el
EPÍGRAFE 23 de su escrito de acusación, se declara probado lo siguiente: Entre los
años 2003 y 2008 el acusado Conrado, apoderado y director efectivo de las
promotoras inmobiliarias CROCASA SL UNIPERSONAL Y CONSTRUCCIONES
VICROM MÁLAGA SL de las que eran, respectivamente, administradores únicos
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esta causa penal llegando a formular escrito de acusación provisional (77- 25328)
contra, entre otros, los administradores de esta promotora imputándoles presuntos
delitos contra la ordenación del territorio y cohecho. Acusación provisional que,
debido a su fallecimiento anterior al juicio, no fue elevada a definitivas. Y respecto
de Cornelio, ha quedado probado que formalizó también con la misma promotora
dos documentos privados de compraventa de 11/11/2006 (10¬3112 y 10-3119,
respectivamente) por los que se comprometió a adquirir sendas viviendas situadas
en el mismo DIRECCION032 (una ático con trastero por importe de 170.800 € y un
piso por importe de 179.330 €) llegando a pagar a cuenta un total de 74.970 euros,
habiendo procedido también este a solicitar la resolución de los contratos y
devolución de la cantidad entregada, primeramente de forma extrajudicial (10-3127),
y después formulando la correspondiente denuncia ante el juzgado de instrucción 3
de Vélez Málaga que fue primeramente archivada provisionalmente mediante auto
de 11/06/2009 dictado en las diligencias previas 1602/09 (10-3152), si bien,
posteriormente, el mismo juzgado admitió su personación como acusación particular
en esta causa (10-3106) en la que, en sus conclusiones definitivas, al igual que el
Ministerio fiscal, ha formulado (por lo que se refiere a los concretos hechos de este
apartado) acusación por delito de estafa contra Conrado y Sonsoles, a los que, al
igual que a Belarmino le sigue manteniendo la acusación por delito contra la
ordenación del territorio que el Ministerio fiscal (como ya se ha dicho) les había
retirado en sus conclusiones definitivas. El motivo invocado por el Sr. Cornelio para
solicitar en su día (y que sigue igualmente solicitando en esta causa penal) la
resolución de sus contratos de compraventa lo ha venido asentando en los
problemas que efectivamente tuvo para obtener el correspondiente crédito
hipotecario, primeramente con el Banco de Sabadell (entidad financiera que había
avalado la promoción urbanística) y posteriormente con el Banco Santander, debido
en este caso a la baja tasación pericial que esta entidad efectuó de sus inmuebles
derivada esencialmente de los rumores de irregularidades urbanísticas que habían
llegado a conocimiento de este banco y que tampoco lograron ser desvirtuados, por
cuanto que, tras presentar en el ayuntamiento Cornelio en mayo de 2008 (según-le
había sugerido esta entidad financiera) un escrito (A 16-5870 o 10-3126) solicitando
información sobre la situación urbanística del edificio DIRECCION032 no le dio
respuesta alguna la corporación municipal como tampoco la ha recibido hasta la
fecha. No ha quedado debidamente acreditado, sin embargo, que al formalizarse
esos documentos privados de compraventa cualquiera de los responsables de la
entidad vendedora, CROCASA, pretendiera intencionadamente inducir
engañosamente a error a este comprador para que suscribiera los mismos y
abonase las cantidades que efectivamente entregó dándole deliberadamente una
apariencia de legalidad urbanística que, a su vez, la posterior realidad acontecida
haya podido evidenciar que fuera sustancialmente falsa (el inmueble obtuvo
primeramente licencia de obras y posteriormente, en septiembre de 2007, obtuvo
también la correspondiente licencia de primera ocupación) o , al menos, de la
suficiente entidad como para hacer objetivamente inviable, por este solo motivo, la
obtención de un crédito hipotecario que le permitiera financiar la operación, tal y
como, sin dificultad alguna constatada, lo hizo el resto de adquirentes de viviendas
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del mismo inmueble. E).- Juicio ordinario 366/08 del Juzgado N° 1 de Vélez Málaga
En el antes mencionado juicio ordinario 366/2008 seguido ante el juzgado de
Primera Instancia 1 de Vélez Málaga a instancias de Ascension contra CROCASA
SL en el que, como se ha dicho, se solicitaba por la demandante la resolución de su
contrato de compraventa por irregularidades urbanísticas (construcción de viviendas
pluri familiares, exceso altura y ocupación de áreas libres), el juzgado, accediendo a
la petición de prueba solicitada por la actora, requirió copia de los expedientes
municipales de obras y mediante oficio de 31/10/2008 (16-5851)reclamó al
ayuntamiento un informe sobre la calificación urbanística del suelo del edificio
DIRECCION032 con indicación de si ocupaba áreas libres, si se permitian viviendas
pluri familiares y se cumplia el parámetro de altura máxima. El alcalde Genaro, tras
recibir el oficio judicial en los primeros días de noviembre, se puso en contacto
telefónico con Conrado y Belarmino comentándoles el hecho y haciéndoles saber
que recabaría ese informe de Casposo (apodo con el que era denominado Donato
por sus más allegados) porque, según les dijo, era él, como arquitecto de la
Diputación, quien había hecho otro informe anterior sobre el mismo tema y
convenía, por tanto que el nuevo informe fuera emitido por el mismo funcionario
porque pudiera ser que si lo solicitaba al área de planeamiento de la Diputación o a
su propio técnico municipal no se le hicieran en los mismos términos (A6-I669,
A6-1618 y A6-1747). Y así pues, tras pedírselo el alcalde explicándole su motivo y
finalidad, Donato aceptó sin reparo alguno elaborar ese informe a pesar de ser
consciente de que carecía de la necesaria objetividad a causa de los trabajos
particulares que en los dos últimos años había desarrollado para CROCASA,
procediendo a confeccionar el correspondiente informe con sello oficial del Servicio
de Arquitectura de la Diputación y fechado en diciembre de 2008,(6-1599) pero
atribuyendo mendazmente su autoría a su compañero Simón (precisamente para
ocultar su incompatibilidad y evitar así posibles tachas o impugnaciones), simulando
incluso su firma y remitiéndolo posteriormente al ayuntamiento para que le hiciera
llegar al juzgado, efectuándolo así el alcalde que lo adjuntó al oficio que envió al
órgano judicial en respuesta al requerimiento efectuado (A 16-5852). En el referido
documento de la Diputación, hecho enteramente de espaldas a quien figuraba
nominalmente como su autor, Donato hizo constar, entre otras cosas, lo siguiente:
que el edificio DIRECCION032 se levantaba sobre un suelo con calificación
residencial; que entre los usos previstos en las Normas Subsidiarias estaba el de
viviendas plurifamiliares y que según el criterio de medición de alturas aplicado en el
municipio dicho edificio cumplía el parámetro de altura máxima. Un informe, pues,
de contenido muy similar al que, como se ha visto antes, emitió para la fiscalía con
fecha 13/12/2005, aunque en aquella ocasión en su propio nombre y con su propia
firma. F).- Retribuciones de CROCASA a Donato No ha quedado probado que la
mercantil CROCASA efectuara retribución alguna en dinero o en especie al acusado
Donato por los informes, que en su condición de funcionario del servicio de
arquitectura de la diputación de Málaga, emitió favorablemente al estudio de detalle,
a la concesión de licencia de obras y en apoyo de la corrección urbanística de los
edificios DIRECCION031 y DIRECCION032 a los que se hace mención en este
ordinal 10° de relato fáctico de esta sentencia, habiendo quedado acreditado tan
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construir en él otra casa. Y al aceptar éstos la oferta encargó al gestor Romeo que
tramitara la documentación necesaria para la nueva operación de segregación y
venta no obstante no resultara legalmente posible por cuanto que daría origen a, al
menos, una parcela inferior a la unidad mínima de cultivo (UMC) que para los
terrenos de regadío, como era el caso, estaba fijada en Alcaucín en 2500 m2. Para
obviar ese problema legal, Romeo, al igual que en otras ocasiones similares,
procedió a confeccionar en el ordenador de su despacho los dos modelos
habituales de certificados técnicos y municipal de consideración como urbana de la
finca para lo cual sabía que, como tantas otras veces, contaba con el beneplácito de
sus respectivos posteriores firmantes, el arquitecto Donato y el alcalde Genaro,
respectivamente (A 22-8658 y A 22-8661).Y, efectivamente, una vez llegó a sus
manos el texto del documento, el primero de ellos procedió a expedir y firmar libre y
conscientemente el consiguiente certificado técnico fechado a 31/05/2004 (A
22-8657), visado por el colegio de arquitectos el 16/06/2004, en el que se hacía
constar que a requerimiento de Ángel y del Ayuntamiento de Alcaucín había visitado
tal inmueble observando que estaba dotado con todos los servicios y suministros de
una parcela urbana, calificándolo, en consecuencia, como parcela "urbana por sus
dotaciones" de conformidad con el artículo 45 de la LOUA. Y ello, a pesar, de que
no sólo conforme a las NNSS de Alcaucín (declaradas no vigentes en esta
sentencia) sino también conforme a la citada LOUA, esos terrenos tenían la
consideración de suelo no urbanizable, dado su enclave y características
eminentemente rústicas. Y a la vista de ese certificado técnico, el ayuntamiento
expidió el correspondiente certificado municipal de 24/06/2004 (A22-8659) firmado
por el secretario Jaime con el visto bueno del alcalde y el alcalde Genaro (ambos
también libremente, si bien en el caso del secretario, de forma negligente según el
Ministerio fiscal) en el que, tras reproducir ese informe técnico de Donato, se
introducía, a modo de conclusión, la afirmación de que "a la vista del citado
documento la mencionada parcela tiene la consideración de finca urbana". Una vez
en su poder este certificado municipal de urbana, Juan Enrique solicitó más tarde,
en nombre de Ángel, licencia municipal para poder segregar de esa parcela
NUM269 (de solo, repetimos, 2880 m2 de extensión) una superficie de 1000 m' que
el alcalde Genaro no tuvo reparo alguno en conceder sólo un día después mediante
licencia de segregación de 23/09/2004 (A22-8662), acordada de forma enteramente
arbitraria, es decir, sin los preceptivos informes técnico y jurídico y a sabiendas de
su manifiesta ilegalidad sustantiva, al comportar que la dos parcelas resultantes
quedaran con una superficie muy inferior a la unidad mínima de cultivo que para el
término municipal de Alcaucín se encontraba establecida en 2500 m2 para fincas de
regadío y en 25.000 m2 para fincas de secano. El certificado municipal y la licencia
de segregación quedaron incorporados a la posterior escritura pública de 21 de
octubre de 2004 (A22-8664) por la que el matrimonio Ángel Felicidad segregó de la
finca NUM269 la referida parcela de 1.000 m2 que fue vendida en el mismo acto a la
entidad NIETO MAR SL, representada por Juan Enrique. La escritura fue inscrita en
el Registro de la Propiedad con la consecuencia inmediata de que tanto la finca
matriz como la segregada quedaron registradas como solares urbanos, a pesar de
no haberse producido ningún cambio de planeamiento que permitiese alterar su
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visto bueno del alcalde Genaro, donde, como tantas otras veces, se reproducía el
anterior certificado técnico y se afirmaba que, a la vista del citado documento, la
mencionada parcela tenía la consideración de finca urbana. Más tarde, a solicitud
del mismo interesado, el alcalde le concedió el mismo día de su presentación seis
licencias de segregación de fecha 11/05/2006 (49-15958 y ss) para cada una de las
parcelas que pretendía segregar con superficies comprendidas entre 311 y 660 m2.
Decisión que adoptó el alcalde de forma enteramente arbitraria, pues lo hizo sin los
preceptivos informes técnico y jurídico y a sabiendas de su manifiesta ilegalidad por
cuanto que comportaba que las parcelas resultantes quedaran con una superficie
muy inferior a la unidad mínima de cultivo que para el término municipal de Alcaucín
se encontraba establecida en 2500 m2 para fincas de regadío y en 25.000 m2 para
fincas de secano. Una vez dispuso de estos documentos (certificados técnico y
municipal de urbana y licencias de segregación) Juan Enrique procedió a otorgar,
como representante y administrador de NIETO MAR SL, escritura pública de 30 de
junio de 2006 (A21-8164), afirmando que esa finca NUM270 ya era urbana y
segregando de la misma seis parcelas, denominadas A1, B2, C3, D4, E5 y F6, luego
inmatriculadas como nuevas fincas registrales e inscritas en el Registro de la
Propiedad como solares urbanos, al igual que la finca matriz, pese a que su
naturaleza urbanística era de suelo no urbanizable. La respectivas copias
notarialmente adveradas de esos documentos más los relativos a las licencias de
obra que se indican a continuación quedaron unidos a la escritura pública. Y es que,
en efecto, en esta urbanización irregular ya se habían construido con anterioridad, al
menos, cuatro viviendas unifamiliares que fueron autorizadas arbitrariamente por el
alcalde Genaro en virtud de licencia de obras de 13/08/1999 (A21-8155) concedida
el mismo día de su solicitud sin los previos informes técnico jurídicos y a sabiendas
de la naturaleza rústica de los terrenos y carácter residencial de las edificaciones y,
por ende, enteramente contraria a la legislación urbanística. D).- Construcciones en
pago DIRECCION001 . En relación con este epígrafe 29A del escrito del Ministerio
fiscal por el que acusa al alcalde Genaro de un delito continuado de prevaricación
urbanística por unas licencias de obras que habría concedido en marzo de 2000 a la
sociedad ANADAGE SL de Juan Enrique para construir cinco viviendas unifamiliares
en cinco parcelas catastrales situadas en terrenos catalogados por las NNSS de
Alcaucín corno de suelo no urbanizable natural o rural de grado 1, sólo ha podido
quedar probado que, efectivamente, el alcalde autorizó realmente una licencia de
obras sobre una de esas parcelas ((A21-8264y A21-8299) sobre alguna de esas
parcelas pero sin que conste debidamente acreditado que lo hiciera sin los
preceptivos informes técnico jurídicos y previa aprobación del órgano autonómico
correspondiente, constando, por otra parte, documentalmente acreditado que al
menos respecto de una de ellas, la antigua catastral 164, el alcalde obtuvo informe
favorable de la Comisión Provincial de ordenación del territorio y urbanismo de
Málaga de fecha 01/10/2001. E) NUM247 del polígono NUM139. Juan Enrique
adquirió mediante escritura pública de 4 de mayo de 2004 para su sociedad
PUENTE DON MANUEL SL (53-17420 y A22-8469) una finca rústica de secano con
Olivos situada en el PARAJE010, de 4.428 m2 de extensión que todavía no estaba
inscrita en el Registro de la Propiedad (más tarde sería la registral NUM324) y que
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figuraba en el catastro como la parcela NUM247 del polígono NUM139 sobre la que,
pese a su carácter rústico y limitada extensión, pretendía aquel dividir en varias
parcelas para edificar viviendas unifamiliares para su ulterior venta a terceros. Ya
antes de formalizar esa compra en escritura pública, Juan Enrique encargó al gestor
Romeo que tramitara la documentación necesaria para llevar efecto esas
operaciones de segregación y venta no obstante no ser ello jurídicamente posible
debido al carácter rústico de los terrenos y la obligación legal de respetar la unidad
mínima de cultivo exigida por la legislación agraria. Para obviar ese problema legal,
Romeo, al igual que en otras ocasiones similares, procedió a confeccionar en el
ordenador de su despacho un certificado técnico de consideración de urbana de la
finca que sirviera de apoyo a otro posterior certificado municipal de la misma índole
sabiendo que contaba para ello, como tantas otras veces, con el beneplácito
anticipado de sus futuros firmantes, el arquitecto Donato y el alcalde Genaro,
respectivamente (A22-8465). Y, efectivamente, una vez llegó a sus manos el texto
del documento, el primero de ellos procedió a expedir y firmar libre y
conscientemente el consiguiente certificado técnico fechado a 18/03/2004
(A22-8464 y 53-17420 y ss) en el que se hacía constar que, tras haber visitado la
referida parcela 117, dictaminaba que la misma era "urbana por sus dotaciones" de
conformidad con el artículo 45 de la LOUA. Y a la vista de ese certificado técnico, el
ayuntamiento expidió el correspondiente certificado municipal de 12/03/2004
(A22-8464), fechado erróneamente con anterioridad al certificado técnico, que fue
firmado por el secretario Jaime con el visto bueno del alcalde y el alcalde Genaro
(ambos también libremente, si bien en el caso del secretario, de forma negligente
según el Ministerio fiscal) en el que, tras reproducir ese informe técnico de Donato,
se introducía, a modo de conclusión, la afirmación de que "a la vista del citado
documento la mencionada parcela tiene la consideración de finca urbana" . Una vez
en su poder este certificado municipal de urbana, Juan Enrique presentó más tarde
en el ayuntamiento en nombre de su mercantil, concretamente con fecha 22 de
septiembre de 2004, cuatro solicitudes de segregación de la finca para dar origen a
las correspondientes parcelas de sólo 1050 m2. Solicitudes que fueron estimadas
por el alcalde Genaro otorgándole cuatro licencias de segregación de fecha
23/09/2004 (53-17428 y ss), o sea al mismo día siguiente, y de forma enteramente
arbitraria, es decir, sin ningún informe técnico jurídico previo y a sabiendas de que
dada la naturaleza rústica del terreno y la unidad mínima de cultivo exigida por la
legislación agraria en el término municipal de Alcaucín no podía concederlas al
quedar la superficie de las parcelas resultantes muy por debajo de esa unidad
mínima. El certificado municipal y las licencias de segregación fueron aportados, y
debidamente testimoniados por el notario, a la posterior escritura pública de 16 de
diciembre de 2004 (53-17420) donde Juan Enrique, en representación de PUENTE
DON MANUEL S.L y con apoyo en aquellos , declaró el ya carácter urbano de la
finca matriz procediéndose a las cuatro segregaciones municipalmente autorizadas
dando lugar a cuatro parcelas de sólo 1050 m2 que posteriormente accederían
como solares urbanos al Registro de la Propiedad (58-19089 y 70-22968). F) Finca
Registral NUM357. La sociedad PUENTE DON MANUEL SL, de la que (como se ha
dicho) era administrador único Juan Enrique fue dueña de una finca rústica de 622
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la parcela disponía "de todos los servicios de suministro de agua potable, contando
con manantial de agua propio, recogida de basuras, saneamiento, energía eléctrica,
línea telefónica y alumbrado público". Y mucho más tarde, coincidiendo con la
posterior escritura de venta de la finca, logró hacerse también con otro certificado
municipal de fecha 16/03/2006 (A20-7850), esta vez expedido por el secretario del
ayuntamiento con el visto bueno del alcalde, en el que, a solicitud de la propietaria
de la finca matriz NUM348, Irene se indicaba que a la vista de su naturaleza de
regadío y que las dos parcelas resultantes tenían una superficie superior a la unidad
mínima de cultivo, se declaraba "la innecesariedad de licencia de segregación" si
bien "con la advertencia de que en ninguna de las parcelas resultantes se podrán
realizar actuaciones urbanísticas que sean contrarias a lo establecido en la ley de
ordenación urbanística de Andalucía y en las normas subsidiarias de planeamiento
urbanístico de este municipio que le sean de aplicación". c).- Documento privado de
condominio de junio de 2004. En el contrato privado de 11 de junio de 2004 que
Roberto había suscrito con su vendedora se había fijado para finales de octubre la
fecha límite para el otorgamiento de la escritura pública y pago del resto del precio
acordado, el cual ascendía a una notable suma de dinero a la que aquél se vería
obligado a hacer frente aun en el caso de no haber podido enajenar la finca a
terceros con el consiguiente beneficio por la hipotética diferencia. Consciente de ello
y 'sin que conste debidamente acreditada cualquier otra finalidad oculta, Roberto (se
ignora si ya antes o después de haber contraído esa obligación) decidió llegar a un
acuerdo con otras personas que pudieran estar interesadas en compartir con él ese
riesgo a cambio de compartir igualmente a muy corto plazo los altos beneficios que
se esperaban obtener como consecuencia del mayor valor potencial que se supone
alcanzaría el precio de reventa de la finca tras su transformación en regadío y altas
expectativas (a la vista del avance de PGOU) de tornarse en urbana. Y de este
modo procedió a formalizar, en nombre de MARCO ZABEN SL (todavía sin disponer
de ese poder notarial que Irene no le conferiría hasta un año después), con Olegario
e Paloma (hija del promotor inmobiliario Conrado) un documento privado de fecha
22/06/2004 (A28-10670), bajo la denominación de "contrato privado de
compraventa", mediante el cual la mercantil dirigida por Roberto vendía a estos dos
últimos el 50% y el 25%, respectivamente, de esa finca aun no escriturada a favor
de la primera por el precio, también respectivamente, de 195.325 € y 97.662,50 €,
abonando Olegario en el mismo acto 18.000 € e Paloma (que en todo momento
actuó siempre como persona interpuesta de su padre Conrado) la suma de 9000 €,
estipulándose el pago aplazado del resto del precio para cuando se realizara la
firma de la escritura. Creándose así, de esta forma, una situación de condominio
entre los tres firmantes y por esos porcentajes o cuotas (50% de Olegario, 25% de
Sonsoles y 25% restante para MARCO ZABEN) cuyo objeto (según se convino
expresamente) sería "la venta de todo o parte de la finca y/o vivienda,
comercialización, promoción y venta de viviendas, o cualquier otro objeto que las
partes acuerden de común acuerdo", estipulándose igualmente que "cualquiera de
las partes podrá disponer de todo o parte de su cuota de propiedad y enajenarla a
un tercero, siempre y cuando medie el consentimiento expreso y por escrito de las
demás partes integrantes del condominio que se crea en el presente contrato". Si
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bien ha quedado acreditado que en esta operación negocial Paloma actuó en todo
momento siguiendo las instrucciones de su padre Conrado y con su respaldo
económico, no ha quedado, sin embargo, suficientemente acreditado que Olegario
también lo hiciera como persona interpuesta, en todo en parte, de un tercero, ni
menos aún que esa hipotética tercera persona encubierta fuese el alcalde Genaro,
como tampoco que este, de alguna manera, contribuyera interesadamente al buen
éxito del negocio especulativo pretendido, al menos más allá de su habitual
conducta favorecedora o flexiblemente abierta a iniciativas urbanísticas inmobiliarias
dentro de su municipio y que en este caso, por ejemplo, se tradujo en la expedición
de ese certificado municipal de urbana de 29/06/2004 antes mencionado. c).- Poder
notarial a Roberto. Como quiera que había transcurrido sobradamente el límite
temporal convenido entre Irene y Roberto para escriturar la venta de la parcela (y
consiguiente abono del resto del precio por parte de este) sin que esta hubiere
tenido lugar al no haber encontrado aún Roberto (y sus socios) compradores en
firme para su pretendida reventa, el matrimonio Irene- Ambrosio le requirió a tal
otorgamiento y pago de la cantidad aplazada procediendo entonces ambas partes a
un nuevo acuerdo que, de momento, se plasmó en una escritura pública de
apoderamiento de 24 de agosto de 2005 (A20-7897), antes mencionada, en virtud
de la cual aquellos, en su condición de titulares de la finca matriz NUM348,
confirieron poder notarial a Roberto para segregar 6500 1112 y vender esta parte
segregada con la vivienda situada en ella al precio máximo de 342.000 € y cuyo
importe les pagó este en el mismo acto (A20-7897). d).- Rescisión del condominio
mediante acuerdo escrito de 07/03/2006. Pero el tiempo transcurría y los objetivos
de reventa de Roberto no se cumplían, produciéndose incluso desavenencias
personales con sus dos socios que desembocaron finalmente en un acuerdo de
rescisión de la copropiedad y negocio pactado que se plasmó en un documento
privado de 07/03/2006 (A20-7682) en virtud del cual se devolvieron a Olegario y a
Sonsoles las cantidades entregadas y la empresa MARCO ZABEN se quedó la
totalidad de la finca y con plenas facultades, por tanto, para disponer libremente de
ella, si bien muy pocos meses después (como se dirá más adelante) Olegario
lograría vender, como corredor comisionado del matrimonio Irene- Ambrosio, la otra
parte de la parcela (de 7.252 m2) con su respectiva vivienda a otra empresa
inversora (A20- 7883). e).- Escritura pública de segregación y venta de 16/03/2006.
Se ignora si ya a la fecha de la firma de esa rescisión Roberto había encontrado o
no comprador para la finca. Pero el caso es que sólo pocos día después la vendió
en escritura pública, y por muy alto precio, a la sociedad CARLOTEÑA DE
ARQUITECTURA SL, creada a tal efecto por seis socios: Damaso (EGABRO SL),
Borja (INJUPISA), Edmundo (INNIFICOR SL), Eliseo, Ernesto y Eugenio. Esta
operación se plasmó en una compleja escritura pública de segregación y doble
venta de fecha 16/03/2006 (A20-7834) en virtud de la cual primeramente Roberto,
actuando en la doble condición de representante de los titulares registrales (en
virtud del poder conferido) y de su empresa MARCO ZABEN (en virtud de su
representación legal), procedió a segregar esos 6500 m2 de la registra! NUM348 y
venderlos, con la respectiva vivienda, a su sociedad por el precio de 342.000 e. Y
acto seguido, en nombre de la misma, procedió a vender el inmueble adquirido a la
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noviembre de 2006, una vez elaborado el proyecto básico, Donato reclamó y cobró
una minuta de 35.014,79 euros en concepto de anticipo de honorarios (A20-7777),
ocupándose él mismo de entregar el proyecto al Ayuntamiento de Alcaucín junto a la
solicitud de licencia de obras que presentó el 15 de noviembre de 2006 (A20-7765).
En el mismo proyecto técnico constaba que el suelo era no urbanizable, de modo
que con este trámite sólo se pretendía obtener, como se ha dicho, una licencia
condicionada a la futura aprobación de instrumentos de planeamiento, tal como
(según se indicará más adelante) había ocurrido cinco meses atrás (y con éxito) con
la promoción que el mismo arquitecto había diseñado en la parcela contigua para la
entidad SOPORTES EQUIPOS S.L .No obstante, en el presente caso Donato no
logró negociar con resultado positivo el convenio urbanístico pretendido y la solicitud
de licencia permaneció sin resolver hasta la incorporación de la nueva secretaria
municipal, Clara, resultando aquella finalmente denegada, por contravenir la
normativa urbanística vigente, en una resolución de 18 de abril de 2008 firmada por
el alcalde Genaro y la referida secretaria y que fue debidamente notificada a los
administradores de CARLOTEÑA DE ARQUITECTURA (A20-7770). Ante la nueva
situación, el acusado Donato vio peligrar el resto de honorarios que había previsto
cobrar de esta promotora, razón por la que decidió enviar en el mes de junio del
mismo año una carta (A20-7767) a su cliente Damaso (administrador CARLOTEÑA)
informándole, aunque engañosamente en parte, del estado del procedimiento
administrativo para la concesión de la licencia municipal de obras, afirmando en ella
que en febrero de 2007 el pleno del ayuntamiento había aprobado un convenio
urbanístico acorde con los parámetros de su proyecto (lo cual no era cierto), y
justificaba la denegación de la licencia por la retirada del nuevo PGOU, añadiendo,
no obstante, que el proyecto aún era viable dado que en mayo de 2008 la Junta de
Andalucía había recomendado una adaptación a la LOUA de las vigentes Normas.
Subsidiarias y ello daría paso a cambios en el planeamiento mediante expedientes
de modificación de elementos. Como quiera que las explicaciones dadas en la carta
no daban el resultado apetecido, Donato decidió ya dar un salto cualitativo y
engañar a su cliente procediendo, nada menos, que a simular que el ayuntamiento
había cambiado su criterio y decidido, por tanto, conceder la licencia de obras
solicitada. Y a tal efecto confeccionó un documento fechado a 26 de agosto de 2008
de apariencia oficial (A20-7774) en el que superpuso recortes del membrete del
Ayuntamiento y de las firmas del alcalde Genaro y de la secretaria Clara, para luego
fotocopiar la composición y obtener un resultado que parecía auténtico, enviándolo
por fax a su cliente. En el texto del documento así manipulado citaba el supuesto
convenio de febrero de 2007 y fingía un nuevo acuerdo de la Comisión de Obras del
ayuntamiento (un órgano realmente inexistente en dicha corporación) que
autorizaba la construcción del edificio promovido por CARLOTEÑA y concedía un
aplazamiento del pago de las tasas municipales a medida que se desarrollaran las
distintas fases de la futura construcción. Seguidamente el acusado presentó una
minuta de 18.180 euros, de fecha 30 de agosto de 2008 (A20-7772), en concepto de
"seguimiento y tramitación de convenio de la parcela sita en el paraje
DIRECCION018 Alcaucín", que los socios de CARLOTEÑA DE ARQUITECTURA,
animados ya por la nueva situación que les había descrito su arquitecto, abonaron el
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también el propio Genaro llegó a efectuar pagos directos a Pablo Jesús, tal y como
así sucedió el 30 de abril de 2004 (día en que, con ocasión de una estancia de éste
en Alcaucín, le entregó en mano 22.000 € en efectivo y un cheque de 8000 €) y
también el 21 de mayo del mismo año en que le ingresó directamente en su cuenta
bancaria un cheque de 38.000 € y una transferencia de 13.552 € de forma, por
cierto, inusualmente urgente y precipitada pues fue al filo de las 2:00 de la tarde
cuando ya el encargado de la sucursal de la caja de ahorros, Porfirio, estaba punto
de cerrar. Una premura que, sin duda, provocó un error al escribir el segundo
apellido del alcalde emisor de la transferencia (se puso " Fausto" en lugar de "
Genaro"). Entre tanto, para cumplir los compromisos asumidos con los verdaderos
compradores y evitar que desistieran de la operación, Romeo (al igual que en otras
ocasiones similares) procedió a redactar en el ordenador de su despacho un
certificado técnico fechado a 17/03/2004 (A22-8529) a nombre del arquitecto Donato
que éste libremente suscribió con su firma, y percibiendo por ello unos honorarios
de 349,72 euros (A22-8530), donde se aseguraba que toda la finca en cuestión era
de suelo urbano, explicando que estaba dotada de los servicios y suministros
propios de una finca urbana ("acceso rodado, electricidad, servicio de agua potable
y servicio de recogida de basuras") y que por ello tenia tal condición de urbana
conforme al artículo 45 de la Ley 7/2002 de Ordenación Urbanística de Andalucía.
Certificado técnico de urbana que (al igual también que en otras ocasiones
similares) estaba destinado a servir de soporte al certificado municipal de fecha
26/03/2004 (A22-8528) firmado por el secretario del ayuntamiento con el visto bueno
del alcalde que reproducía literalmente ese certificado técnico y terminaba
afirmando que, por ello, la parcela tenía la consideración de finca urbana. Con este
documento pudo otorgarse escritura pública de compraventa de 9 de junio de 2004
(A22-8535) a la UTE PROILCASA AOUF, en cuya matriz quedó testimoniado,
autorizándose por ello que la parte vendedora describiera la finca como "rústica de
secano, hoy urbana, con diez olivos y dos higueras", procediéndose posteriormente
a la inscripción registral del inmueble como solar urbano sin oponer reparo alguno a
ello el Registrador. En dicha escritura notarial, conforme a lo convenido, se hizo
constar como precio de la venta el de 120.202,42 6 que la parte vendedora confesó
recibidos. De este modo quedó culminada la operación especulativa ideada por
Genaro, obteniendo por ello el beneficio resultante de la diferencia entre el precio de
venta real del inmueble (330.556,65 E) y el precio que efectivamente abonó
anteriormente por la misma (120.202 E), menos los consiguientes gastos y pagos
por comisión y honorarios efectuados a Olegario y Romeo, respectivamente. B).-
Licencia de obras y construcción del edificio de la PARAJE008 Un mes después de
adquirida en escritura pública la referida finca de la PARAJE008, el representante
de la UTE PROILCASA AOUF presentó en el ayuntamiento una solicitud de licencia
de obras para construir en ella un bloque de 36 viviendas al que adjunto del
correspondiente proyecto técnico (A14-4850). Petición a la que el alcalde Genaro
respondió afirmativamente con premura concediendo licencia de obras de
14/07/2004 (A14-4850) sin que, en este caso, haya podido quedar acreditada la
inexistencia de informe técnico alguno, al margen de los previos certificados técnico
y municipal de consideración como urbana de la finca expedidos en marzo y que ya
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han sido referidos en el apartado anterior. Dicha licencia fue concedida por el
alcalde a sabiendas de que vulneraba el planeamiento urbanístico municipal que él
creía vigente (la referidas NNSS de Alcaucín) y que, como se ha referido antes,
consideraba como urbano sólo el 70% de ese terreno y además imponía ciertos
parámetros de edificación. Sin embargo, declarada en esta sentencia la no vigencia
de esas normas, no ha podido acreditarse que la referida licencia fuese también
abiertamente contraria a la legislación urbanística constituida por la LOUA. Al
amparo de esa licencia municipal de obras, los directivos de la UTE PROILCASA
PROMOCIONES SL y AOUF PROMOCIONES SL, Aquilino y Anselmo, adoptaron la
decisión de llevar a cabo la edificación proyectada bajo la dirección técnica del
arquitecto, también acusado, Carlos Francisco, sin que conste que ninguno de ellos
albergara duda alguna sobre la licitud de esa licencia y el carácter urbano del suelo
certificado municipalmente quedando terminada finalmente la construcción en los
primeros meses del año 2007. No habiendo podido quedar debidamente
determinado que, conforme a la legislación urbanística andaluza de directa
aplicación, ese terreno no pudieran merecer la consideración legal de urbano. 2).-
AOUF CASA SL y actuaciones relacionadas con la finca NUM381 (Epigrafe 32) A).-
Certificarlos de urbana, segregación y venta de inmuebles. inscripción registral y
licencias de obras En diciembre de 2004 Olegario, actuando como corredor de
fincas por cuenta de Nicolasa, Casimiro y Sacramento llegó a un acuerdo con
Aquilino y Anselmo (ahora como como administradores mancomunados de la
entidad AOUF CASA SL) para venderles una porción de 2.845,26 m' de terreno
procedente de dos pequeñas fincas rústicas de olivar de secano situadas junto a la
zona norte del casco urbano de Alcaucín, en el lugar conocido como
DIRECCION002 y con acceso al CAMINO001, al estar estos interesados en
construir aquí una segunda promoción de viviendas. El trozo de terreno 2.845,26 m2
que se pretendía adquirir lo conformaban dos parcelas contiguas de 1.972,03 y
873,23 metros cuadrados (A28-10982 y A28-10984) que respectivamente
pertenecían a la finca registra! NUM383 (propiedad de los cónyuges Casimiro y
Sacramento, cuya extensión total era de 5.375 metros cuadrados) y a la registrad
NUM382 (propiedad de Nicolasa, madre de Casimiro y con una extensión total de
4.5518 metros cuadrados). Compradores y vendedores sabían que según el
planeamiento vigente en Alcaucín (las NNSS declaradas no vigentes en esta
sentencia) todo el terreno objeto de esa operación seguía clasificado como suelo no
urbanizable de naturaleza rural, grado 1, pero daban por hecho que en poco tiempo
sería edificable, puesto que el Avance del PGOU (aprobado por el pleno municipal
el 30 de agosto del mismo año) ya lo incluía como suelo urbano pero ambas partes
compartían el mismo interés de no esperar a la definitiva aprobación del nuevo
planeamiento y, a tal fin, como ya se venía haciendo en este municipio para otros
casos similares optaron por poner en marcha una serie de actuaciones
encaminadas a lograr su irregular transformación en finca urbana pues, de lo
contrario, sería imposible poder segregar las parcelas vendidas de sus respectivas
matrices por ser ello contrario no sólo a la legislación urbanística, que prohibía
cualquier parcelación urbanística sobre terrenos no urbanizables, sino a la
legislación agraria que impedía en suelo rústico la división de fincas que, como
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recibió la aprobación inicial del Ayuntamiento en enero de 2007 pero que también
finalmente quedó archivado al año siguiente tras declararse su caducidad en abril de
2008, después de haber transcurrido un tiempo sin que la corporación municipal
diera respuesta a la petición de subsanaciones (A17-6039) que la Comisión
Provincial de Urbanismo le había solicitado. En medio de este panorama, a
principios de 2007, los administradores de AOUF CASA SL, atendiendo a la
sugerencia del alcalde, se pusieron en contacto con el referido arquitecto de la
Diputación Provincial Sr. Donato que, como ya se ha dicho era el técnico encargado
de la redacción del documento Revisión-Innovación de las NNSS en cuyo texto se
preveía un incremento notable de la superficie urbanizable de Alcaucín, incluyendo
suelos propiedad de AOUF CASA SL que se encuadraban en la nueva Unidad de
Ejecución UE-B. Y así se lo hizo saber Donato a los representantes de esta
empresa pero indicándole igualmente que para poder llevar efecto su proyecto
urbanizador sería preciso la previa elaboración de un Estudio de Detalle (del que él
mismo podría encargarse de confeccionar como arquitecto particular) que
permitiese desarrollar ese documento de Revisión-Innovación de las NNSS,
procediendo estos promotores a efectuarle dicho encargo como arquitecto
particular. Conforme al encargo recibido, Donato presentó el día 13 de marzo de
2007 en el ayuntamiento el estudio de detalle, al que acompañó un informe del
Servicio de Arquitectura de la Diputación (A17-6033), puesto a nombre de su
compañero de la Diputación Simón, pero carente de firma, y que en realidad había
sitió confeccionado por él. Un informe en el que, obviamente, se respaldaba e
informaba favorablemente dicho estudio. Por la elaboración de ambos documentos
Donato giró a estos promotores una minuta de honorarios de 6331,36 euros de la
que no consta fuese abonada en su totalidad porque, según ha referido en el juicio
uno de ellos ( Anselmo), se abría convenido con el acusado que de no llegar a buen
puerto el estudio de detalle se abordaría sólo la mitad de la minuta. Circunstancia
esta que no ha quedado debidamente acreditada como tampoco si esa supuesta
mitad pactada fue o no debidamente abonada, siendo lo único probado a este
respecto una transferencia por importe de 2840 € (A 18- 6520 y 6882) efectuada a
mediados de enero de 2007 en favor de Donato desde AOUF CASA SL pero cuyo
verdadero concepto no ha quedado tampoco suficientemente esclarecido.
Apoyándose en el mencionado informe favorable, pese a carecer de firma, el alcalde
Genaro dictó resolución de 19 de marzo de 2007 (A28-10975) aprobando
inicialmente el estudio de detalle, de lo cual, sin embargo, no se derivó ningún
efecto al fracasar poco tiempo después el proyecto de Renovación Innovación de
Normas Subsidiarias en que se apoyaba el documento y decretarse su caducidad
en abril de 2008, con publicación en el BOJA el 16/05/2008. DÉCIMO QUINTO.-
CONDUCTAS DE Genaro, Donato, Romeo, Jaime, Carlos Francisco E Agustín EN
RELACIÓN CON LA PROMOCIÓN HINOJOSA. BLOQUE XIV. HINOJOSA
(EPÍGRAFE 35 MF). A).- Transmisión del inmueble y licencia de obras A mediados
de marzo de 2005 el acusado Agustín compró a Magdalena para la sociedad
HINOJOSA CARNERERO SL, de la que era administrador único, unos 2.800 m2 de
terreno que integran la parcela catastral NUM351 del polígono NUM099 de Alcaucín
(finca registral NUM352 del Registro de la Propiedad N°1 de Vélez Málaga) situada
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de 19/10/2006 (70-23027), emitido esta vez por el acusado Pio (en su condición
entonces de arquitecto técnico municipal) se volvía a reiterar en similares términos
el carácter urbano de la finca NUM289 formada por agregación de las fincas
NUM319 y NUM320 por encontrarse en suelo urbano y colindantes con el núcleo
urbano consolidado en la zona calificada como N1 invocándose de nuevo disponer
de los servicios previstos en el artículo 45 LOUA. 2.- Otros certificados de Pio como
técnico municipal (epígrafe 34MF) A).- Parcelación de la finca registral NUM318 en
Pago CAMINO000. Los esposos Carlos y Camino adquirieron a mediados de 2000
(60-20024) esta finca registra! NUM318 enclavada en el Pago CAMINO000 y que en
dicho registro público figuraba como finca rústica de secano de unos 7500 m2 de
extensión y cuya verdadera naturaleza del suelo al tiempo de entrar en vigor la
LOUA (enero de 2003) no ha podido quedar debidamente determinada. Para
modificar la naturaleza del terreno en el Registro de la propiedad a fin de poder
efectuar en él parcelaciones urbanísticas, sus propietarios iniciaron una serie de
gestiones que comenzaron por solicitar del arquitecto técnico Romualdo
(inicialmente acusado en esta causa pero respecto del que el Ministerio fiscal ha
retirado la acusación en conclusiones definitivas) un informe que se tradujo en un
certificado técnico de fecha 24/11/2003 (A16-5717) en el que este profesional
aseguraba que la finca tenía "el carácter de suelo urbano", que consistía en una
urbanización en suelo urbano dotada de infraestructura, servicios y acometidas
perimetrales y que se enclavaba entre otras urbanizaciones, añadiendo finalmente
que era aplicable la ordenanza municipal que permitía viviendas unifamiliares
aisladas, en parcelas mínimas de 500 m2, con dos alturas y un coeficiente de
edificabilidad de 0,60 m2/m2. El documento, tras ser presentado en el ayuntamiento,
sirvió de soporte a un certificado municipal de fecha 24/01/2004 (A16-5118)
expedido por el secretario del ayuntamiento con el visto bueno del alcalde Genaro
en el que se reproducía el referido certificado técnico sin añadir comentarios sobre
la naturaleza del suelo. Certificado municipal que fue aportado a una escritura
pública de 17 de mayo de 1004 en la que los propietarios declararon que el
inmueble era ya urbano, autorizándolo así el notario, si bien el Registro de la
Propiedad no lo consideró suficiente para cambiar registral mente la naturaleza
jurídica del terreno por cuanto que ese documento incorporado a la escritura
reproducía el certificado de un técnico no municipal. Posteriormente, a instancia de
los interesados, el alcalde Genaro expidió licencias de segregación fechadas a
20/07/2004 (60-20024) en virtud de las cuales autorizó la segregación de esa finca
matriz NUM318 en seis parcelas sin los preceptivos informes técnico jurídicos (fuera
de esos dos certificados técnico y municipal anteriormente mencionados) pero sin
que haya podido quedar acreditado que tal autorización afectara a suelo no
urbanizable y de que, por tanto, fuera manifiestamente ilegal. Y con esas licencias,
los propietarios procedieron a otorgar escritura pública de 19 de octubre de 2004
(64-21126 y ss) mediante la cual segregaron de la referida finca matriz seis parcelas
cuyas superficies oscilaban entre 579 y 1.482 m2 (que constituyen las actuales
fincas registrales NUM386, NUM387, NUM388, NUM389, NUM390 y NUM391). Y
para subsanar la calificación negativa del Registro de la Propiedad antes
mencionada los promotores obtuvieron del nuevo técnico municipal Pio un
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certificado técnico de fecha 29/12/2005 (en este mismo mes había entrado a
desempeñar estas funciones en el ayuntamiento) que sirvió de base al subsiguiente
certificado municipal de 03/01/2006 (64-21125), expedido por el secretario municipal
Jaime con el visto bueno del alcalde Genaro en el que, reproduciendo el tenor de
ese certificado técnico, se afirmaba que "con arreglo a las normas urbanísticas del
municipio de Alcaucín, tiene la naturaleza de finca urbana". Y, efectivamente, tras
ser presentado en el Registro de la propiedad este nuevo documento, quedó
autorizada la inscripción como solares urbanos de las seis fincas segregadas. B).-
Parcela NUM322 del polígono NUM120 en PARAJE004. La sociedad PEREZ Y
BEJAR SL fue dueña de una finca rústica situada en PARAJE004, de 548 m2 de
extensión, identificada como parcela NUM322 del polígono NUM120 o finca registra!
NUM323, clasificada a efectos urbanísticos como suelo no urbanizable en las NNSS
de planeamiento de Alcaucín. Con la idea de modificar la calificación de la finca en
el Registro de la Propiedad para hacerla figurar como urbana, dicha mercantil aportó
al Ayuntamiento un certificado de un técnico particular en el que se decía que el
terreno contaba con suministros de una parcela urbana como acceso rodado,
electricidad, agua potable y recogida de basuras. Y está misma información quedó
reflejada en un certificado municipal de fecha 17/10/2005 (A16-5755) emitido por el
secretario del ayuntamiento con el visto bueno del alcalde, sin afirmar en el mismo
que la parcela fuera urbana o tuviera tal consideración. Poco después la promotora
volvió a solicitar del Ayuntamiento que se certificara la supuesta naturaleza urbana
del suelo y entonces el técnico municipal Pio emitió un nuevo certificado de fecha
22/12/2005 (70-23023) donde en relación a esta parcela se afirmaba expresamente
que "con arreglo a las normas urbanísticas del municipio de Alcaucín tiene la
naturaleza de finca urbana". Documento que fue reproducido en el posterior
certificado municipal de fecha 27/12/2005 (70-22972) emitido por el secretario Jaime
con el visto bueno del alcalde, corroborando así la condición urbana de la parcela y
que, al igual que en otros casos similares, fue aprovechado para otorgar escritura de
obra nueva declarando la transformación en urbana de la parcela y posterior
inscripción en el registro de dicho título. C).- Finca registral NUM294 en Pago
DIRECCION022. La finca registral NUM294 es una suerte de tierra de secano
situada en el Pago DIRECCION022, de unos 237 m2 de extensión, clasificada a
efectos urbanísticos como suelo no urbanizable en las NNSS de planeamiento de
Alcaucín (declaradas no vigentes en esta sentencia) y que fue adquirida en escritura
pública de 12 de abril de 2006 por Samuel y Trinidad (70-22979) en la que se
declaró que dicha finca se había transformado en solar urbano, afirmación que se
acreditó mediante un certificado municipal de fecha 14/03/2006 (70-23025),
expedido por el secretario del ayuntamiento Jaime, con el visto bueno del alcalde,
en el que, de conformidad con lo que refería el informe técnico municipal de la
misma fecha emitido por Pio (cuyo contenido literal no consta en autos), se indicaba
que, con arreglo a las normas urbanísticas del municipio, la finca tenía naturaleza
urbana, lográndose de este modo la posterior inscripción de la misma en el Registro
de la propiedad como solar urbano (70-22979). D).- Actuaciones en la parcela
NUM293 del polígono NUM129, pago DIRECCION022. Carlos María, vecino de
Alcaucín, fue dueño de una finca rústica situada también en el Pago
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modificando "para posibilitar los usos e intensidades que la propuesta objeto de este
informe desarrolla". Pero, consciente como era de la ilicitud que con tanta premura
avalaba, puso de autor del informe a su compañero de la Diputación Simón
simulando su firma, y ello sin el debido conocimiento y anuencia de este. Estando ya
muy avanzado el edificio conocido como " DIRECCION023", se pidió nueva licencia
de obras conforme a un segundo proyecto reformado que aumentaba la zona de
aparcamientos, y nuevamente Donato volvió a redactar un informe técnico favorable
a la licencia de fecha 21/12/2007 (53-17390) en el que calificó el suelo como
"urbano de ejecución directa tras la aprobación definitiva del estudio de detalle",
suscribiendo esta vez el documento oficial con su propio nombre y firma. Otro
Estudio de Detalle presentado a la aprobación del ayuntamiento fue el que
encargaron conjuntamente las sociedades TRANSPORTES LA VIÑUELA SL y
EUMARA GOLF SI.. Entidades que también habían adquirido terrenos en la UE-5,
en concreto dos parcelas contiguas de 591 m2 y 2.616,25 m2 situadas en la margen
izquierda de la CARRETERA000, frente a los solares ocupados por la promoción de
THOMUN. Este estudio de detalle (64-22399), que fue presentado en el
ayuntamiento el 27 de abril de 2005 (es decir, dos días después que el
anteriormente comentado), abarcaba una zona ordenada de 3.207,25 m2 y,
asimismo, contenía determinaciones contrarias a las vigentes NNSS, tales como
admitir la posibilidad de construir viviendas de carácter plurifamiliar en vez de
unifamiliares; incrementar el coeficiente de edificabilidad de 0,40 hasta 1,48
m2t/m2s; y aumentar la ocupación máxima hasta alcanzar el 58% del suelo y,
aprovechando que el solar formaba una pendiente también se rebasaba la altura
máxima de dos plantas. En definitiva, al igual que el anterior, vulneraba la normativa
urbanística de planeamiento introduciendo modificaciones en materia de usos del
suelo y aprovechamientos urbanísticos contrarias a las previsiones contenidas en
esas NNSS de orden jerárquico superior, motivo por el que el proyecto también
obtuvo reparos del Colegio de Arquitectos con ocasión del trámite de visado
(53-17269). Pero, pese a ello, Donato emitió también en esta ocasión, desde su
puesto oficial de arquitecto de la Diputación Provincial y a instancias del
ayuntamiento, un informe favorable asu aprobación fechado en mayo de 2005
(64-22405) en el que igualmente dictaminaba que "de la documentación presentada
se observa el cumplimiento de todos cada uno de los preceptos legales tanto del
Planeamiento vigente en Alcaucín como de la Ley de Ordenación Urbana de
Andalucía ". Basándose en tal informe el Ayuntamiento de Alcaucín aprobó
inicialmente el estudio de detalle el 30/05/2005 (64-22406)) y, de forma definitiva el
26/07/2005 (64¬22421). Aprobado este estudio de detalle, que para EUMARA
GOLF le abría la posibilidad de poder solicitar la construcción del edificio de 42
viviendas en una de las dos parcelas contiguas antedichas, fue sin embargo la
sociedad GALANDA INVERSIONES SL administrada por Salvador la que, tras
negociar con aquella la compra de ese terreno, solicitó la licencia de obras para la
construcción de esa edificación, en tanto que fue también otra entidad,
PROMOCIONES CINEMA PARQUE SL, dirigida por Damaso, la que, tras haber
comprado a TRANSPORTES LA VIÑUELA la parcela contigua, solicitó licencia de
obras para la construcción de un edificio de 15 viviendas en la más pequeña parcela
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núcleo de población. Un terreno que (al igual que la parcela 115 antes mencionada)
estaba clasificado por las NNSS del municipio de Alcaucín (declaradas no vigentes
en esta sentencia) como suelo no urbanizable natural o rural de grado 2, donde sólo
eran potencialmente edificables parcelas con una superficie mínima de 25.000 m2, y
que igualmente merecía la condición de suelo no urbanizable conforme a la LOUA
por lo que de acuerdo con esta ley urbanística tampoco estaba permitido viviendas
que no fueran unifamiliares aisladas vinculadas a explotaciones agrarias, ganaderas
o forestales y previa aprobación justificada de un Proyecto de Actuación. Pero, pese
a ello, alguien informó al Sr. Miguel Ángel que era legalmente posible poder
construir en esa parcela rústica una vivienda residencial aprovechando la
circunstancia de que en la parcela existían unos restos de muro parcialmente
derruido de una antigua construcción acudiendo para ello al cauce de una licencia
de reforma o rehabilitación de vivienda para lo cual, bien por sí mismo o a través de
su amigo y compatriota Juan Carlos, procedió a designar como arquitecto al
acusado Anton para que proyectara la vivienda y dirigiera las obras, así como
también al acusado Romeo (quien ya había intervenido en las negociaciones de
compra de la parcela) para que se encargara, en representación suya, de todas las
gestiones burocráticas que fuesen necesarias para la gestión de la licencia y
posterior modificación catastral y de legalización de la construcción proyectada.
-Para dar cumplimiento a la gestión encomendada e iniciar el correspondiente
expediente encaminado a conseguir la anotación en el Catastro de esa construcción
ruinosa, de cuyas verdaderas características no consta suficientemente acreditado
que tuviera conocimiento directo, Romeo (como en otras muchas ocasiones),
procedió a solicitar del arquitecto aquí acusado, Donato, una certificación relativa a
la misma a fin de aportarla al expediente catastral. A lo que este respondió
positivamente emitiendo un certificado de 11/05/2005 (A5-1475) en el que, a
sabiendas del destino administrativo que iba a tener este documento (como mínimo
para el expediente catastral), afirmó, entre otras cosas, que, tras haber visitado esa
finca (que por mero error material designó como parcela 113), había constatado la
existencia de "una antigua casa cortijo de aproximadamente 120 m2 de una sola
planta, en muy mal estado y cuya antigüedad data de tiempo inmemorial". Y meses
más tarde, tras advertirse ese error de numeración de la parcela, procedió a expedir
otro certificado de fecha 30/11/2005 (A5-1474) en el que volvió a reiterar lo afirmado
en el anterior pero precisando que debía ir referido a la parcela NUM247, no a la
NUM396. Una vez obtenido el certificado, Romeo, en representación de Miguel
Ángel, presentó el 17 de junio de 2005 (P4-1233) en la Gerencia Territorial del
Catastro una declaración modelo de cambio de cultivo (modelo 904) para hacer
constar la construcción ruinosa reflejada en el certificado técnico de Donato
(acompañada a esa solicitud en la que erróneamente se indicaba la parcela
NUM396) la cual dio lugar al expediente catastral NUM097, tramitado y resuelto por
el también acusado Narciso como técnico de inspección de dicho organismo, sin
comprobar las alegaciones del solicitante, de modo que en el mismo día de
presentación de inicio del expediente procedió a grabar en las bases de datos
alfanumérica y gráfica una subparcela "b" de terreno improductivo y, conforme a lo
alegado en la declaración del solicitante procedió a insertar en la cartografía
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rehabilitación de una antigua vivienda de cuya inexistencia era bien consciente (no
existía en la parcela el más leve resto o indicio de alguna construcción anterior) y, a
sabiendas de que bajo este subterfugio lo que realmente pretendía diseñar era una
vivienda unifamiliar residencial de nueva planta, procedió a describir en la memoria
del proyecto esa fingida vivienda antigua como una edificación en estado ruinoso
que originariamente correspondió a una vivienda con cuadras anexas explicando
que se iban a recuperar los muros portantes para apoyar sobre ellos un forjado de
cubierta, "amén de dotar a la nueva vivienda de las instalaciones que exigen las
normas vigentes", añadiendo, además, en la declaración de circunstancias
urbanísticas del proyecto que "no existían desajustes respecto a la normativa
urbanística". No ha quedado acreditado, sin embargo, que finalmente dirigiera la
ejecución técnica de esa obra, razón por la que tuvo que ser otro profesional, la
arquitecta Victoria, quien, una vez acabada la construcción (integrada de dos
plantas, 275 m2 de superficie y piscina) expidiera el certificado final de obra con
fecha 6 de octubre de 2005 (17-5610). La solicitud de licencia de obras de reforma,
formulada a nombre de Cristobal y acompañada de ese proyecto básico y de
ejecución elaborado por el arquitecto Donato, fue presentada en el ayuntamiento el
16 de julio de 2004 (17-5608) dando lugar al expediente de licencia de obras
mayores NUM370, pero no obtuvo respuesta de la corporación municipal hasta casi
dos años después (y pasados casi seis meses de que la edificación estuviese
terminada) en la que el alcalde Genaro le concedió arbitrariamente licencia de obras
de reforma de fecha 01/03/2006 (17-5609), sin pedir informes técnicos y jurídicos y
a sabiendas de que en esa parcela NUM274 no había existido ninguna vivienda
anterior y que de esta forma contravenía abiertamente no sólo las normas
subsidiarias de planeamiento (que él creía vigentes) sino también la ley urbanística
andaluza que, como se ha dicho antes, sólo excepcionalmente permitía en esa
clase de terrenos no urbanizables edificaciones de viviendas vinculadas a fines
productivos y previa aprobación de un proyecto de actuación. Licencia merced a la
cual los propietarios pudieron otorgar la escritura de obra nueva de 1 de junio de
2006 (17-5557) en la que declararon la construcción de esa vivienda de nueva
planta. Y un año más tarde el alcalde concedió a los dueños licencia de primera
ocupación de fecha 15/06/2006 (17-5614). Meses más tarde, como ya se ha dicho
en el apartado anterior, cuando, a raíz de las investigaciones llevadas a cabo por la
policía autónoma en relación a ésta y otras viviendas construidas en esta zona
rústica de DIRECCION015 (21-6902 y 17-5470), los agentes instructores se vieron
precisados a tener que acudir a la autoridad judicial para que el alcalde les remitiera
la documentación existente en el ayuntamiento acerca de estas parcelas y
edificaciones realizadas (25-8304), dicho edil les remitió el oficio de 07/06/2007 ya
antes mencionado (21-6944) adjuntando al mismo tan sólo las cuatro copias de
licencias de obra de las parcelas afectadas (entre ellas la NUM274) acompañadas
del también ya mencionado informe técnico municipal de la misma fecha para tratar
de justificar esas construcciones en suelo no urbanizable. Las diligencias policiales
dieron lugar posteriormente a las diligencias previas 683/08 del juzgado de
instrucción 2 de Vélez Málaga (posteriormente acumuladas a esta causa) en las que
el órgano judicial solicitó del alcalde Genaro el envío de una serie de documentos
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fecha oficial de salida del mismo ni de entrada en el ayuntamiento pues (al igual que
ocurrió en relación a la parcela NUM274) había sido confeccionado ad hoc por este
funcionario para hacerlo pasar por el informe técnico favorable que preceptivamente
debería haber precedido al otorgamiento de la licencia de obra de esta parcela
NUM276, aunque esta vez sin acudir a la simulación de firma de otro compañero.
Actuación falsaria que, como en el caso anterior, iba específicamente encaminada a
tratar de diluir eventuales responsabilidades penales y provocar el archivo de la
causa penal abierta. En dicho informe se hacía constar, en relación al proyecto
básico y de ejecución de reforma y rehabilitación del supuesto cortijo, que este
edificio se encontraba en muy mal estado aunque conservaba el 90% de la cubierta
y que la solución de rehabilitación planteada en el proyecto mantenía la mayor parte
de la estructura y no aumentaba la superficie construida original; razones por las
que entendía que se ajustaba al artículo 52 de la LOUA e informaba favorablemente
el otorgamiento de la licencia. VIGÉSIMO.- CONDUCTAS DE Donato, Narciso Y
Romeo EN RELACIÓN A LOS HECHOS DEL BLOQUE XIX. Lucas (EPÍGRAFE 46
MF). 1).- Venta de la parcela NUM393 del polígono NUM106 y actualización
catastral (Epígrafe 46A MF). Mediante escritura pública de 1 de agosto de 2002
(P9-2547) Pablo (inicialmente acusado pero del que se ha retirado la acusación en
conclusiones definitivas) adquirió para su sociedad de gananciales una finca rústica
de secano (parcela catastral NUM393 del polígono NUM106 (no inscrita entonces
en el Registro de la Propiedad) de 6.261 m2 de extensión, dedicada a olivar y
pastos, situada en paraje DIRECCION006 a menos de un kilómetro del casco
urbano de Alcaucín y comunicada por un carril terrizo y cuyo terreno tenía la
consideración de suelo no urbanizable, tanto conforme al planeamiento municipal de
Alcaucín (cuyas NNSS se creían vigentes) como con arreglo a la legislación
urbanística andaluza. En dicha escritura la parte vendedora declaró que la parcela
contenía "una casa en estado ruinoso" cuya existencia acreditó mediante un
informe-certificado del alcalde Genaro de fecha 14/05/2002 (P9-2554) como
"Presidente de la junta pericial del Catastro", cuyo documento consideró el notario
suficiente para justificar la existencia de esa casa ruinosa si bien ha quedado
probado que en realidad la mayor parte de esos restos ruinosos se ubicaban en la
finca colindante (la NUM276) y sólo una pequeña parte en la referida parcela
NUM393. Año más tarde, tras interesarse por la finca una pareja de nacionalidad
británica formada por Lucas y Luisa, quienes albergaban la idea de construir allí una
vivienda de uso residencial que, según la información recibida, podía ser factible al
existir esa construcción ruinosa en el terreno, mediante documento privado de
compraventa de 9 de noviembre de 2006 (42-13543),redactado por el acusado
Romeo, Pablo acordó transmitirles el inmueble ganancial por el precio 200.000 €
que, a excepción de una señal de 3.000 euros, quedó aplazado hasta la escritura,
describiéndose el objeto del contrato como una finca rústica que contenía "una casa
en estado ruinoso" (es decir, en los mismos términos que figuraban en la escritura
pública de adquisición). Pero, como quiera que para los compradores era
fundamental poder llegar efectivamente a construir legalmente, la parte vendedora
asumió un doble compromiso: 1). Inscribir en el Catastro esa construcción en ruina
de supuesta antigua vivienda en un plazo no superior a tres meses y 2). Obtener del
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Ayuntamiento la confirmación de que ésta podía ser reformada, todo ello antes del
otorgamiento de la escritura, de modo que en caso contrario se devolvería el dinero
y quedaría resuelto el contrato. Para cumplir la primera condición Romeo ya había
presentado el 6 de octubre de 2006 en la Gerencia Territorial del Catastro, a nombre
de Pablo y su esposa, una declaración catastral de alteración rústica del modelo 904
(P9-2545), en la que se comunicaba la existencia de una superficie improductiva de
110 m2 supuestamente ocupada por la edificación ruinosa. Se aportaban como
pruebas la escritura de compra, antiguos documentos catastrales, un croquis de la
casa con las mencionadas dimensiones, fotografías de los restos de la parcela
NUM276 y un plano catastral de la parcela NUM393. Dicha declaración dio lugar al
expediente catastral número NUM361, turnado al funcionario aquí acusado, Narciso,
quien finalmente lo aprobó mediante resolución de 29 de noviembre de 2006, que
daría paso a la grabación en la base de datos alfanumérica de una subparcela "b"
de terreno improductivo de 0,110 hectáreas así como a la inserción dos días antes
en la cartografía catastral de una figura geométrica que representaba la subparcela
a cuyo lado añadió el texto "Ruinas". Tras cuya inserción Romeo pudo obtener la
certificación catastral de fecha 28/11/2006 (42-13548) que Pablo necesitaba para
otorgar la escritura, tal y como se había comprometido en el documento privado. Y
para cumplir el segundo compromiso contractual, Romeo logró obtener del
ayuntamiento un informe del alcalde de fecha 19/12/2006 (A46-17378) el que éste, a
la vista de la certificación catastral, afirmaba que la ruina que aparecía declarada
sobre la referida parcela NUM393 "puede ser rehabilitada previo proyecto de
reforma bajo la dirección técnica facultativa y certificado de intervención del
arquitecto técnico". Tras lo cual, ambas partes comparecieron ante notario
otorgando la correspondiente escritura de compraventa de fecha 9 de noviembre de
2006 (42¬13551) sobre la parcela 128 (aún no inscrita en el registro) en cuyo acto
de otorgamiento, al que se incorporó la certificación catastral de 28/11/2006, se
declaró satisfecho el resto del precio, interviniendo Romeo como intérprete de los
compradores Lucas y Luisa. 2).- Cambio de titularidad catastral (Epigrafe 46B MF) .
Posteriormente Romeo presentó a nombre de Lucas y con fecha 10 de abril de 2007
una declaración del modelo 901-N de cambio de titularidad (A46-17470) a favor de
los nuevos dueños, aportando la correspondiente documentación. Se incoó por ello
el expediente catastral NUM362, cuya tramitación correspondió a Lorenzo,
funcionario de la Gerencia Territorial del Catastro de Málaga inicialmente acusado
respecto del que se ha retirado la acusación en conclusiones definitivas, que quedó
resuelto, dada su sencillez, en sólo dos días, mediante resolución de 12 de abril de
2007, que el mismo día grabó en la base de datos y notificó al contribuyente
archivando el expediente. No ha quedado probado que este funcionario cobrase
alguna cantidad del acusado Romeo por esa rápida tramitación del expediente. 3).-
Proyecto y solicitud de licencias (Epigrafe 46C MF). Los nuevos dueños de la
parcela NUM393, siguiendo la recomendación de su vendedor y contratista Pablo,
encargaron al acusado Donato el proyecto de la vivienda. Y este arquitecto, entre
mayo y junio de 2007, redactó el proyecto básico y de ejecución para la reforma y
ampliación (A 18-6634) de una vivienda (referida a la construcción ruinosa de
dimensión y características no precisadas que se ha indicado en este mismo
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(de los que no consta tuvieran conocimiento de esa clasificación del suelo) querían
construir una vivienda unifamiliar y contrataron a este acusado para que gestionara
la documentación y trámites necesarios para ello. Al igual que en el supuesto
anterior, Romeo procedió primeramente a proponer al acusado Donato la expedición
de un certificado de existencia en la parcela de una construcción ruinosa que éste, a
sabiendas de la finalidad pretendida (su incorporación como medio de prueba a un
expediente administrativo) aceptó libremente emitir y firmar expidiendo a tal efecto
un certificado de fecha 22/11/2006, visado por el colegio de arquitectos (
P9-2574),en el que hizo constar, faltando a la verdad, que, a requerimiento de Jose
Ángel y Africa, había girado visita a esa parcela NUM310 y constatado que sobre la
misma "existe construida una vivienda-cortijo aislado, distribuidas en distintas
dependencias y servicios, con una superficie total construida de 100 m2" añadiendo
que "según la tipología de la mencionada construcción, su fisonomía y su estado
actual, su construcción data de tiempo inmemorial, encontrándose la mencionada
vivienda en muy mal estado de conservación" adjuntando a dicha certificación, para
dotar de mayor apariencia de verosimilitud, un plano y una fotografía de la fingida
construcción que, obviamente, era de otro lugar (P9-2575 y ss). Una vez que
Romeo tuvo en su poder ese certificado y documentos adjuntos, los acompañó a la
declaración catastral de alteración rústica sin modificación de linderos del modelo
904 que presentó el 28 de noviembre de 2006 (P9-2571), a nombre de Jose Ángel,
en la Gerencia Territorial de Catastro de Málaga dando cuenta de la presencia de un
espacio improductivo de 100 m2 correspondiente a la huella de la supuesta
construcción ruinosa. Incoándose el correspondiente expediente catastral NUM327
que en función de la materia fue turnado al acusado Narciso y que en el mismo día
siguiente terminó con una resolución de 29/11/2006 dictada por el gerente territorial
José (P4-1053) accediendo a la solicitud formulada con la consiguiente inscripción
en el catastro inmobiliario de la alteración rústica del inmueble, la cual dio paso a la
grabación en la base de datos alfanumérica de una subparcela "d" de terreno
improductivo de 0,00100 hectáreas. Y el mismo día, el propio Narciso realizó en la
aplicación informática una actualización gráfica que se tradujo en la inserción en la
cartografía catastral de una figura geométrica que representaba la nueva subparcela
"b" junto al texto "Ruina".5).- Modificación catastral de la parcela NUM328 del
polígono NUM139, PARAJE011 (epígrafe 48). La parcela catastral NUM328 del
polígono NUM120 de Alcaucín, inscrita en el Registro de la Propiedad como finca
NUM329, situada en PARAJE011, es una finca rústica de 4.404 m2 de superficie
dedicada a olivar de secano, carente de cualquier tipo de edificación y clasificada
urbanísticamente como suelo no urbanizable (tanto conforme a las NNSS de
Alcaucín como conforme a la LOUA). Desde el 10 de febrero de 2005 pertenecia
proindiviso a Manuel en un 50%, a Ángel Daniel en un 25%, a Romeo en un 12,5%
y a Enriqueta en un 12,5% (A34-13291). Los nuevos propietarios sabían del carácter
no urbanizable de la parcela pero aun así habían hecho esa inversión con la idea de
revalorizarla acudiendo a la vía de simular la preexistencia de una vivienda en
ruinas que fuera después formalmente susceptible de una licencia de reforma o
rehabilitación que permitiera edificar materialmente en ella. Y a tal fin, se pusieron
en contacto con el arquitecto Donato para que les expidiera la correspondiente
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visado del colegio (54-1756) que Donato no pudo obtener, iniciándose además por
los nuevos responsables del ayuntamiento un expediente de revisión de oficio de la
licencia reforma, previo dictamen del Consejo Consultivo de Andalucia (54-17585),
que finalmente terminó con resolución de 23/04/2010 (54¬17604) declarando la
nulidad de la licencia de reforma concedida. 7).- Otras actuaciones de Federico
(epígrafe 51 MF) . Como ya ha quedado expuesto en otros apartados de esta
sentencia, el acusado Federico, además de ser empleado público del Patronato
Provincial de Recaudación prestaba también servicios laborales en la gestoría
dirigida por Romeo, siendo numerosas las consultas catastrales que entre los años
2005 y 2011 aquél facilitó a su jefe en relación a expedientes catastrales de su
interés. No ha quedado probado, sin embargo, que los pagos de muy diversa
cuantía, unas veces en metálico y otras mediante cheques, que éste le realizó entre
noviembre de 2005 y febrero de 2008, ascendiendo un total de 4.625 € (A40-15512)
lo fueran en consideración a su cargo público o como recompensa de la actuación
administrativa realizada y no, simplemente, como retribución por los servicios que
tenía encomendados como empleado de la gestoría. Por el contrario, si ha quedado
probado que, al menos en tres ocasiones, Federico efectuó cobros irregulares de
usuarios del catastro por la realización de actos administrativos propios de su cargo
que no debían serle retribuidos siendo éstos, concretamente, los siguientes: Un
cobro de 200 € que reclamó del usuario Mario aduciendo como excusa un supuesto
pago de tasas y que éste le transfirió el 8 de septiembre de 2010 a su cuenta
particular. Otro cobro también de 200 €, y con la misma excusa de pago de tasas,
que igualmente reclamó del usuario Romulo y que éste le ingresó también en su
cuenta particular mediante transferencia de 24 de septiembre de 2010. Y, por último,
ha quedado también probado que con fecha 11 de enero de 2011 recibió otra
transferencia de 200 € del acusado Vicente que éste le efectuó para retribuir o
recompensar, a sabiendas de su ilicitud, 15 consultas catastrales relacionadas con
un inmueble de su propiedad que estaba afectado por expedientes de corrección de
la superficie y modificación de titularidad".
SEGUNDO.-
La Audiencia de instancia dictó el siguiente PRONUNCIAMIENTO : FALLAMOS:
"Que, dada la retirada de la acusación, y en virtud del principio acusatorio, debemos
absolver y ABSOLVEMOS de los respectivos hechos delictivos inicialmente
imputados a los acusados Pablo, Daniel, Bartolomé, Lorenzo, Rosendo, Eugenio,
Sofía, Augusto, Juan Enrique, Martin Y Romualdo. Que en virtud del principio de
presunción de inocencia debemos absolver y ABSOLVEMOS de todos los
respectivos hechos delictivos de que vienen acusados a: Narciso, del delito
continuado de falsedad en documento oficial. Belarmino, de los delitos de uso de
documento falso en concurso con estafa procesal, en grado de tentativa, y delito
contra la ordenación del territorio. Ángel Daniel, del delito de falsedad en documento
oficial. Romeo, de los delitos siguientes: delito continuado de prevaricación y
prevaricación urbanística, delito continuado de falsedad en documento oficial y delito
continuado de cohecho activo. Carlos Francisco, de los delitos siguientes: delito
continuado contra la ordenación del territorio y delito de falsedad en documento
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oficial por destino. Agustín, del delito contra la ordenación del territorio. Aquilino, del
delito contra la ordenación del territorio. Sonsoles, de los delitos siguientes: delito
continuado de estafa, delito de cohecho activo con fin delictivo y delito contra la
ordenación del territorio. Conrado, de los siguientes delitos: continuado de estafa,
uso de documento falso en concurso con estafa procesal, cohecho activo con fin
delictivo y delito contra la ordenación del territorio. Luis Enrique, del delito
continuado contra la ordenación del territorio. Vicenta, del delito de blanqueo de
capitales. Remigio, del delito continuado de falsedad en documento oficial a título de
inducción. Santiago, del delito contra la ordenación del territorio. Anselmo, del delito
contra la ordenación del territorio. Modesto, del delito contra la ordenación del
territorio. Olegario, de los delitos continuado de cohecho activo con fin delictivo y
falsedad en documento oficial (por inducción). Jaime, de los 10 delitos de falsedad
en documento oficial por imprudencia grave. Bernardino, del delito continuado de
falsedad en documento oficial a título de inducción. María Consuelo, del delito de
blanqueo de capitales. Domingo, de los delitos de cohecho activo y blanqueo de
capitales. Pedro Jesús, del delito contra la ordenación del territorio. Roberto, del
delito de cohecho activo con fin delictivo. Que, en virtud de la conformidad prestada,
pero concurriendo la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, debemos
condenar y CONDENAMOS a: Manuel, como autor de un DELITO CONTINUADO
CONTRA LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO, ya definido, a la pena de prisión de
un año y dos meses, multa de 17 meses a razón de cinco euros de cuota diaria e
inhabilitación especial para la actividad de construcción o promoción inmobiliaria
durante dos años. Así como y como a la demolición de la vivienda inacabada que se
levantó sin licencia sobre la parcela 502 del polígono 8 del municipio de Alcaucín.
Anton, como autor de DOS DELITOS CONTRA LA ORDENACIÓN DEL
TERRITORIO y de los DOS DELITOS DE FALSEDAD EN DOCUMENTO OFICIAL
POR DESTINO, ya definidos, a las penas siguientes: a).- Por cada uno de los
delitos contra la ordenación del territorio cinco meses de prisión, multa de 11 meses
con cuota diaria de cinco euros e inhabilitación profesional de cinco meses. b).- Y
por cada uno de los delitos de falsedad, las penas de cinco meses de prisión y multa
de cinco meses con igual cuota diaria de cinco euros. Juan Ignacio, como autor de
un DELITO CONTRA LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO, ya definido, a las
penas de cinco meses de prisión, multa de 11 meses con cuota diaria de 10 € e
inhabilitación especial para la actividad de construcción o promoción inmobiliaria de
cinco meses. Severino, como autor de un DELITO CONTRA LA ORDENACIÓN DEL
TERRITORIO, ya definido, a las penas de cinco meses de prisión, multa de 11
meses con cuota diaria de 10 € e inhabilitación especial para la actividad de
construcción o promoción inmobiliaria de cinco meses. Segundo, como autor de un
DELITO CONTRA LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO, ya definido, a las penas
de cinco meses de prisión, multa de 11 meses con cuota diaria de 10 € e
inhabilitación especial para la actividad de construcción o promoción inmobiliaria de
cinco meses . Vicente, como autor de un DELITO DE COHECHO, ya definido, a la
pena de cinco meses de prisión a sustituir por multa de 10 meses con cuota diaria
de cinco euros. Y, por último, respecto de los demás acusados que no prestaron
conformidad a las acusaciones formuladas, efectuamos los siguientes
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Tercero.- Al amparo del art. 852 de la L.E.Cr. y del art.5.4 L.O.P.J. Infracción del art.
24 de la Constitución. Cuarto.- Al amparo del apartado 1º del art. 849 L.E.Cr.
Infracción del art. 123 del Código Penal.
III.- El recurso interpuesto por la representación del acusado D. Pio , lo basó en
los siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN: Primero.- Al amparo del ordinal 1º del
art.849 de la L.E.Cr. Infracción de precepto constitucional. Al amparo del art.5.4
L.O.P.J. Segundo.- Al amparo del ordinal 2º del art. 849 L.E.Cr. Existencia en la
apreciación de las pruebas. Error de hecho. Tercero.- Al amparo del ordinal 1º del
art. 849 L.E.Cr. Aplicación indebida del art. 319.2 del Código Penal. Falta de dolo.
IV.- El recurso interpuesto por la representación del acusado D. Donato , lo basó
en los siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN: Primero.- Por vulneración de precepto
constitucional, al amparo de lo dispuesto en el artículo 5.4 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y 852 de la LECr al haberse quebrantado los artículos 18.2 y 3 de la
Constitución Española , por los que se garantizan la INVIOLABILIDAD DEL
DOMICILIO y el SECRETO DE LAS COMUNICACIONES TELEFÓNICAS,
derivándose, de conformidad con el artículo 11.1 de la LOPJ, la nulidad de las
intervenciones y escuchas telefónicas y de los registros practicados, lo que ha
producido una lesión del derecho de presunción de inocencia de mi mandante (
artículo 24.2 CE), cuya vulneración también denunciamos en este motivo por la
misma vía del art. 5.4 de la LOPJ. Segundo.- Por infracción de precepto
constitucional, al amparo del artículo 5.4 LOPJ y del artículo 852 de la LECr.por
vulneración del artículo 24.2 de la CE, por cuanto no se ha desvirtuado el principio
de presunción de inocencia. Tercero.- Por infracción de Ley, al amparo de cuanto
determina el artículo 849.1° de la LECr, que dispone la procedencia del recurso de
casación por infracción de Ley "cuando dados los hechos que se declaren probados
en las resoluciones comprendidas en los dos artículos anteriores, se hubiere
infringido un precepto penal de carácter sustantivo u otra norma jurídica del mismo
carácter que deba ser observada en la aplicación de la Ley penal y, en el presente
motivo, denunciamos, la infracción de Ley consistente en la indebida inaplicación de
la norma prevista en los artículos 390.1 y 392 en relación con el 390.1.2° CP y
articulo 74 del mismo texto punitivo ( delito continuado de falsedad en documento
oficial y en documento oficial por destino).
V.- El recurso interpuesto por la representación del acusado D. Federico , lo basó
en los siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN: Primero.- Vulneración de precepto
constitucional, al amparo de lo dispuesto en los artículos 852 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal y 5.4° de la Ley Orgánica del Poder Judicial, ambos en
relación con el artículo 24.1°.2° de la Constitución Española. Segundo.- Infracción
de Ley, de conformidad con lo prescrito en el artículo 849.1º de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, en relación con los artículos 422 vigente y 425 anterior a la
Reforma por LO 5/2010 y artículo 74 del Código Penal.
VI.- El recurso interpuesto por la representación del acusado D. Genaro , lo basó
en lo siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN: Primero.-. Por infracción de precepto
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constitucional , al amparo de los artículos 5.4 y 11.1 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial y 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en tanto que la Sentencia
recurrida violenta los Principios Constitucionales de Presunción de Inocencia, Tutela
Judicial Efectiva, Proceso Debido con todas las Garantías e Interdicción de la
Indefensión del artículo 24 de la Constitución Española, con especial mención al
quebranto del Principio Legalidad y de pleno sometimiento a la ley y al derecho al
que se encuentran sujetos todos los poderes públicos ( artículo 9 CE) y en particular
la administración pública ( artículos 103 y 106 CE). Segundo.- Por infracción de ley,
al amparo del artículo 849.1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por cuanto dado
los hechos que se declaran probados, se ha infringido por aplicación indebida, los
artículos 404 , 320.2 , 428 y 74 del Código Penal (hechos probados 2º, 3º, 4º, 5º, 7º,
8º, 9º, 11º, 12º, 13º, 14º y 19º). Tercero.- Por infracción de ley, al amparo del artículo
849.1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por cuanto dado los hechos que se
declaran probados, se ha infringido por indebida aplicación, los artículos 130.6 º,
131 y 132 CP. Cuarto.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849.2º de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, al entender que existe error de hecho en la apreciación
de la prueba basado en documentos que obran en autos, que demuestran el error
del juzgador al considerar que Don Genaro indujo a Don Donato a cometer el delito
de falsedad documental (apartado 5º del hecho probado 3º) por el que ha sido
condenado.
QUINTO.-
Instruido el Ministerio Fiscal de los recursos interpuestos, impugnó todos sus
motivos, dándose asimismo por instruidas las representaciones de las partes
recurridas, e impugnando el recurso del Fiscal las representaciones de Jaime, de
Modesto, de Olegario, de Manuel, de Romeo, de Santiago, de Severino, de Carlos
Francisco, de Luis Enrique, de Pedro Jesús, de Agustín y de Anton; adhiriéndose al
recurso de Paulino, el acusado recurrente Pio quien también impugnó el recurso del
Fiscal y al que también se adhiere el acusado recurrente Donato; el acusado
recurrente Genaro, quien también impugnó el recurso del Fiscal, el acusado
recurrente Paulino, quien se adhirió al recurso de Pio, quedando conclusos los autos
para señalamiento de fallo cuando por turno correspondiera.
SEXTO.-
Por Providencia de esta Sala se señala el presente recurso para deliberación y
fallo para el día 26 de mayo de 2020, prolongándose los mismos hasta el día de la
fecha.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.-
Es objeto del presente recurso de casación el interpuesto por el Ministerio Fiscal y
la representación procesal de Federico, Donato, Genaro, Paulino y Pio, contra la
sentencia nº 130/18 de 5 de abril de 2018 , dictada por la Sección Tercera de la
Audiencia Provincial de Málaga.
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jurídico".
Considera el Fiscal, tras relatar la relación de documentos que considera que
tienen la consideración de falsos que "existe argumentación resulta errónea
respecto a las conductas falsarias atribuidas al Alcalde, Genaro, al Secretario
municipal, Jaime, al Técnico municipal, Pio y al gestor, Romeo, este último en la
medida en que cooperó de forma decisiva en la creación para sus clientes de buena
parte de los "certificados de urbana" suscritos por los dos primeros".
Añade el Fiscal que:
"Del relato de hechos podemos por tanto extraer, al menos, varias conclusiones
sobre el contenido y finalidad de esos certificados o informes "de urbana":
1.- Que siempre faltan a la verdad, pues contienen afirmaciones sobre la
calificación del suelo que no concuerdan con las disposiciones del planeamiento de
Alcaucín ni con la norma urbanística de aplicación supletoria.
2.- Nunca iban dirigidos al Planificador Urbanístico, que sería el único sujeto
realmente capacitado para recibir informes o certificados valorativos y decidir si el
suelo en cuestión merecía ser reclasificado por razón de su ubicación, cualidades o
equipamiento.
3.- Tampoco se trataba de documentos emitidos a efectos meramente
informativos para ilustrar a otras autoridades que hubieran de adoptar algún tipo de
resolución. Los destinatarios reales, según establece la sentencia, eran operadores
jurídicos como Notarios, Registradores o responsables del Catastro Inmobiliario que
estaban obligados a asumir como un hecho cierto la situación jurídica que se
acreditaba con el falso certificado municipal, pues carecían de toda capacidad para
decidir si en función de sus circunstancias una finca rústica era o no equiparable al
suelo urbano o urbanizable.
4.- Los certificados siempre se confeccionaban con ocasión de operaciones de
compraventa de las fincas rústicas que luego iban a ser parceladas y edificadas
ilegalmente.
5.- La mayoría de las parcelas irregularmente segregadas o viviendas construidas
ilegalmente, acabaron en manos de residentes o inversores extranjeros que, como
es notorio, nunca las habrían adquirido sin contar con las preceptivas licencias
municipales o alguna acreditación documental de su "naturaleza urbana". Se atentó
así contra el principio de la fe pública y la seguridad del tráfico jurídico, al que nunca
debieron acceder documentos falsos que alteraban la realidad jurídica confundiendo
lo aparente con lo real y perjudicando los intereses y expectativas de los
compradores.
6.- Por tanto, no hay duda de que esos documentos se diseñaron con la única
finalidad de incidir en el tráfico jurídico, proporcionando el respaldo necesario para
ejecutar procedimiento tan simple como el de plasmar en las escrituras públicas de
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recordado proclamando que "el VBº del alcalde no concierne al contenido del
documento sino para acreditar que quien como secretario certifica, ejerce
efectivamente el cargo".
Por consiguiente, al no afectar ese visto bueno al contenido mismo de esta última
clase de documentos, sólo en relación con las certificaciones supuestamente falsas
expedidas exclusivamente por el alcalde acusado cabría teóricamente plantearse,
conforme a la doctrina jurisprudencial que expusimos en el fundamento jurídico
cuarto de esta sentencia, la posible subsunción de su conducta, como particular, en
el artículo 392 CP (referido a las falsedades de estos documentos oficiales
cometidas por particulares) con la agravante genérica del artículo 22.7ª
(prevalimiento del carácter público del culpable) en relación con las concretas
modalidades 2ª y 4ª del artículo 390.1 de que viene acusado.
Respecto a esta segunda modalidad, la de falsedad ideológica del apartado 4º,
desde luego que la respuesta debe ser totalmente negativa por cuanto que,
conforme al artículo 392, esta resulta atípica cuando es realizada por particulares.
Nos queda, pues, plantearnos sólo si esas certificaciones supuestamente falsas
realizadas por el alcalde fuera de las competencias legalmente atribuidas es
subsumible o no en la modalidad 2ª (la de simular total o parcialmente un
documento de manera que induzca a error sobre su autenticidad) para cuya
realización típica, a diferencia de la estricta falsedad ideológica de la modalidad 4ª
(que sólo requiere una mendacidad en la narración de los hechos reflejados en el
documento), se exige por la jurisprudencia del Tribunal Supremo (ampliamente
expuesta en el fundamento jurídico cuarto) la creación totalmente nueva de un
documento mendaz con el objetivo de acreditar en el tráfico jurídico una relación
absolutamente inexistente y que ni tiene ni puede tener sustrato alguno en la
realidad, es decir la creación de un documento falso en su contenido esencial y
afectante, por tanto, al documento en sí mismo.
Pues bien, analizado el contenido de las diversas certificaciones supuestamente
falsas atribuidas al alcalde acusado (y al margen ahora de la prueba de su autoría),
cabe advertir en todas ellas una doble nota común:
1.- La primera viene constituida por la acreditación de un dato fáctico consistente
en la reproducción literal de una certificación o informe técnico sobre las
características físicas del terreno previamente elaborado por el técnico competente.
2.- Y la segunda viene constituida exclusivamente por la consecuencia o
calificación jurídica que el secretario municipal asocia a los datos físicos
proporcionados en ese informe técnico.
Sin embargo, de esa doble nota común fáctica y jurídica que integra cada uno de
esos documentos no es posible inferir que los mismos sean esencialmente falsos o
simulados y, por tanto, subsumibles en la modalidad 2ª del artículo 390.1, por
cuanto que ninguno de ellos refleja una situación u operación inveraz por inexistente
y sin sustrato alguno en la realidad.
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Y ello, sin perjuicio ahora de la hipotética falsedad, o no, del contenido fáctico
reflejado en esos previos informes técnicos y que el certificado municipal
simplemente se limita a transcribir asociando a ellos una consecuencia jurídica que,
acertada o no, queda fuera en todo caso de la órbita estrictamente fáctica propia de
una certificación.
Porque, como dijimos en el fundamento jurídico cuarto (con cita de doctrina
jurisprudencial a la que nos remitimos) la mutación de verdad debe afectar siempre
a hechos no a valoraciones, especialmente las jurídicas que, como tales, no son
propiamente susceptibles de un juicio de verdad o falsedad, porque de las opiniones
cabe predicar corrección y acierto o, por el contrario, incorrección o desacierto pero
nunca puede atribuírseles la condición de falsas ni de verdaderas pues esta
cualidad solamente cabe predicarla de aquellos enunciados que constituyan asertos
o negaciones de hechos, siendo verdaderos cuando lo dicho y lo existente en la
realidad coinciden y falsos en caso contrario. Y ello, con independencia (como
también allí precisamos) de que ese parecer técnico-jurídico (aunque se efectúe con
el formato de certificado) pueda llegar a integrar otra figura delictiva como, por
ejemplo, un delito de prevaricación urbanística.
b).- Segunda hipótesis: falsedad de certificado. Suponiendo que esas alteraciones
no fuesen lo suficientemente graves y trascendentes como para integrar
objetivamente el más grave tipo penal del artículo 390.1, tampoco sería aplicable al
caso el atenuado tipo privilegiado del artículo 398 CP al faltar igualmente aquí el
requisito esencial de que la expedición de ese documento falso corresponda a la
competencia propia normal del alcalde y se realice dentro de su correspondiente
actividad funcional. Y ello, en virtud de las mismas razones legales que ya han
quedado ampliamente expuestas en relación con la primera hipótesis.
Excluida la aplicación de este tipo penal por no actuar el alcalde en el ejercicio de
sus funciones cabría plantearse también aquí si, conforme a la doctrina
jurisprudencial ya expuesta, podría serle de aplicación el tipo del artículo 396
(referido a las falsedades de certificados cometidas por particulares) con, en su
caso, la agravante genérica del artículo 22.7ª (prevalimiento del carácter público del
culpable) en relación con esas mismas concretas modalidades 2ª y 4ª del artículo
390 de las que viene acusado.
Pues bien, las respuestas que debemos dar a este planteamiento son
paralelamente las mismas, y por las mismas razones, que ya ofrecimos en el
apartado anterior referido a la hipótesis de falsedad documento oficial:
1).- Que ninguna responsabilidad penal cabe atribuir al alcalde por las supuestas
falsedades de certificados expedidos por el secretario municipal en los que aquél
sólo plasmó su visto bueno.
2).- Que igualmente resultaría atípica para el alcalde acusado, en su condición de
particular, aquellas otras supuestas falsedades de certificados que hubiere expedido
por sí solo con abuso de su cargo en la modalidad ideológica del artículo 390.1.4º,
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pues si esta resulta atípica para el particular que comete el más grave delito de
falsedad documental previsto en este precepto, con mayor razón debe serlo para el
particular que realizare la más atenuada conducta falsaria del artículo 398 CP.
3).- Que igualmente, por la mismas razones ya explicitadas en relación con la
hipótesis primera, tampoco cabe atribuir al alcalde acusado la modalidad comisiva
de simulación documental del artículo 390.1.2º en relación con esos supuestos
certificados falsos.
B).- ACUSACIÓN CONTRA Jaime POR FALSEDAD CULPOSA
Esta acusación contra el secretario municipal por 10 delitos de falsedad por
imprudencia grave se centra en las 10 certificaciones de urbana que se recogen en
los siguientes epígrafes del escrito de acusación del Ministerio fiscal: 4-B y 4-C
(Bloque 3), 15-D (Bloque 4), 29-B y 29-C (Bloque 11), 35-B (Bloque 14), 33-B, 34-A,
34-B y 34-C (Bloque 15). A todos los hechos imputados, calificación delictiva y
penas solicitadas prestó su entera conformidad este acusado y su defensa dentro
de la fase preliminar del juicio, siendo ahora en esta sentencia donde, de
conformidad con lo dispuesto el artículo 787 LECrim , debe efectuarse una
valoración acerca de la corrección de la calificación jurídica de los hechos
aceptados y, en su caso, de las penas solicitadas.
Pues bien, como ya hemos adelantado al comienzo de este fundamento jurídico
esa prestación de conformidad no puede ser aceptada por considerar esta sala que
las conductas imputadas son penalmente atípicas, es decir no constitutivas de los
delitos de falsedad por imprudencia grave objeto de acusación sin que, por otra
parte, quepa plantearse en este caso la alternativa figura de falsificación de
certificados dada la no prevista modalidad imprudente de esta segunda clase de
delitos falsarios.
En efecto, como acabamos de exponer en el apartado anterior en relación con el
alcalde, el contenido de todas estas concretas certificaciones municipales que se
atribuye al secretario del ayuntamiento viene caracterizado por esa misma doble
nota común:
1).- La acreditación de un dato fáctico consistente en la reproducción literal de una
certificación o informe técnico sobre las características físicas del terreno
previamente elaborado por el técnico competente.
2).- La consecuencia o calificación jurídica que el secretario municipal asocia a los
datos físicos proporcionados en ese informe técnico y que en todos los casos se
traduce en la consideración como urbana del terreno en cuestión.
A diferencia de lo que ocurre con los alcaldes, los secretarios municipales, como
fedatarios públicos que son, si tienen facultades de certificación, entendida esta
como acto jurídico de su conocimiento del que da fe en un documento.
Una dación de fe pública que sólo puede ser de dos clases:
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2.- Posición de la Sala al respecto vistas la posición del Fiscal y la del Tribunal de
instancia.
Pues bien, expuestos el planteamiento del Fiscal y la valoración que estas
conductas le merecieron al Tribunal hay que señalar que nos encontramos con una
sentencia absolutoria dictada por el Tribunal que practica la prueba con el principio
de inmediación con respecto a los hechos probados que relata el mismo.
No obstante, lo que el Fiscal plantea no es la modificación del hecho probado,
sino que, en base al mismo, postular la condena por delito continuado de falsedad
en documento oficial ex art. 390.1. 2 o 4º CP .
Y a esto hay que referir que, conforme se marca en la pauta que sostiene el
recurrente es absolutamente claro que no puede compartirse que en el documento
que se emite por certificado o informes se emiten opiniones, y no hechos que son
absolutamente falsos y alejados de la realidad, ya que el modus operandi se basaba
en la articulación del Sr. Romeo de acudir desde su despacho a la confección de
documentos para la consecución de las firmas municipales para poder dotar al suelo
la apariencia de urbana a los efectos donde se precisaba ese documento.
Todo el engranaje de la acusación se centra en que se comete el delito de
falsedad documental en las siguientes vías:
1.- Art. 390.1. 4° y 74 del C.P. en relación a los hechos cometidos por Genaro,
Alcalde de Alcaucín;
2.- Artículos 390.1. 3° y 4°, 392 y 74 del C.P. para Romeo, gestor administrativo;
3.- Artículo 391 en relación con el art. 390.1. 2° y 4° del C.P. respecto de Jaime,
Secretario Municipal.
1.- Pues bien, respecto, en primer lugar, a la consideración acerca de si puede el
Sr. Genaro ser considerado autor de falsedad del art. 390.1.4º CP de faltar a la
verdad en la narración de los hechos, que es la acusación que consta en los AH de
la sentencia.
Por un lado, es indudable que para que exista esa falsedad ideológica, quien ha
de faltar a la verdad en la narración de los hechos es el emisor del documento que
como tal es el responsable de su veracidad. Pero ello puede serlo como autor, o
como cooperador necesario.
Ya expusimos en la sentencia de esta Sala del Tribunal Supremo, Sala Segunda,
de lo Penal, Sentencia 752/2016 de 11 Oct. 2016 , Rec. 343/2016 que:
"La falsedad prevista en el apartado 4 del artículo 390.1, faltar a la verdad en la
narración de los hechos, exige que lo que se reputa falso sea la consignación de un
determinado hecho en el documento. Como se decía en la STS nº 371/2016, de 3
de mayo , si bien de las opiniones cabe predicar corrección y acierto, o por el
contrario incorrección o desacierto, nunca puede atribuírseles la condición de falsas
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condición de urbano, cuando no lo era. Y ahí intervenían, sobre todo, el sr. Romeo,
que era quien preparaba la documentación, como ahora se desarrolla, el alcalde,
Genaro, que conocía el operativo y actuaba en conciencia de la alteración de la
verdad, -y en algunos casos hasta elaboró él mismo varios certificados
unilateralmente-, haciendo constar la falsedad él mismo y dándoles validez con su
expedición, y la negligente actuación del Sr. Jaime, que él mismo reconoce, -lo que
es patente de la asunción de su irregular actuación- y se recoge en varios extremos
de los hechos probados.
La cuestión, entonces, es si los certificados librados para asegurar la condición
del suelo como urbanos, son documentos a los efectos del art. 390.1.4º CP.
Pues bien, sobre ello, destacamos en la sentencia del Tribunal Supremo, Sala
Segunda, de lo Penal, Sentencia 417/2010 de 7 May. 2010 , Rec. 2588/2009 que:
""Desde un punto de vista gramatical la acción típica de certificar en falso, o
falsear el contenido de un documento, puede ser semánticamente diferenciada.
Certificar es, según el diccionario de la Real Academia asegurar, afirmar, dar por
cierta una cosa, pero más específicamente, desde un punto de vista jurídico, es
declarar cierta una cosa por un funcionario con autoridad para ello, en un
documento oficial. Certificar es, también, garantizar la autenticidad de una cosa por
lo que el funcionario que certifica compromete su responsabilidad asegurando que
el certificado responde a una realidad que él conoce y que refleja en el certificado".
Y añade que: "Si se certifica en falso se está poniendo en circulación un
documento que, si es expedido por un funcionario público, constituye también un
documento oficial falso. El criterio diferenciador de las falsedades en documentos
oficiales no es tajante y sólo la gravedad y trascendencia de la alteración del
instrumento documental puede ser un criterio determinante para señalar, si nos
encontramos ante una falsedad documental o de certificados.
La jurisprudencia ha tenido, pues, que pronunciarse sobre esta cuestión, y así ha
declarado que por documentos públicos ha de entenderse los relacionados en el
artículo 1216 del Código Civil y en el art. 596 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
(v. Sª de 13 de septiembre de 2002); por oficiales los que provienen de las
Administraciones Públicas, para satisfacer las necesidades del servicio o función
pública, y de los demás entes o personas jurídico-públicas, para cumplir sus fines
institucionales (v. Sª de 4 de enero de 2002); por mercantiles los que expresan o
recogen una operación de comercio (v. Sª de 6 de octubre de 1999); y, por
certificados, aquellos en los que se hace constar una verdad, que se conoce y
aprecia por haber sucedido y existir efectivamente, si bien se precisa, también, que:
"el criterio diferenciador "entre las falsedades en los certificados y los documentos
oficiales no es tajante y "sólo la gravedad y transcendencia de la alteración del
instrumento documental puede ser un criterio determinante para señalar si se está
ante una falsedad documental o de certificados" (v. Sª de 27 de diciembre de
2000)".
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Ello lo es a los efectos de considerar si se puede acudir a la vía del art. 398 o del
390.1.4º CP, pero ya se ha expuesto que la fijación documental municipal de si un
suelo es urbano o no lo es, y la trascendencia de esta declaración es relevante a los
efectos de sus consecuencias posteriores para usar esa certificación de suelo
urbano del terreno que evidencia que si se altera la verdad estará incluido en el art.
390.1.4º CP.
En ese sentido, veamos las referencias que constan en los hechos probados que
admitirían la confabulación existente entre el Sr. Genaro y el Sr. Romeo, así como
las implicaciones del Sr. Jaime para la confección del documento, en donde se
hacía constar que el suelo donde se pretendía actuar, para evitar problemas de
imposibilidad de actuaciones sobre el mismo, era urbano, cuando no era así:
Hechos probados:
1.- Hecho nº 2. Pag. 34 de la sentencia. Nº 7:
"Poco después, para lograr transformar subrepticiamente la calificación del suelo
en el Registro de la Propiedad, Romeo, siempre con conocimiento del alcalde,
confeccionó en su despacho un certificado municipal de fecha 17/01/2003 a nombre
de este (A 21-8314 y A 21-8326) haciendo constar que la parcela 35 del polígono 3
"según las normas urbanísticas de este municipio tiene el carácter de suelo urbano
a todos los efectos, por disponer de los servicios de suministro de agua potable,
recogida de basuras, saneamiento, acceso rodado y electricidad".
El documento fue impreso en papel con membrete municipal, sellado y firmado
por el alcalde siendo éste plenamente consciente de su contenido y del destino que
se le iba a dar que no era otro que servir de base para la inscripción como urbana
en el registro de esa finca rústica. Y por el mismo procedimiento, es decir previa
elaboración por Romeo y posterior consciente firma del mismo por Genaro, y a fin
de facilitar así más eficazmente la inscripción pretendida, nuevamente el alcalde
firmó una nueva licencia de segregación con fecha 22/01/2003 (A 21-8317) sobre la
catastral 35, a pesar de que ya constaba esta autorización en el documento
expedido en octubre de 2002, con la única diferencia de referirla ahora sólo
específicamente a la segregación, no a la licencia de obra que también recogía el
referido documento mixto.
Y con estos dos nuevos documentos en su poder, los titulares de la finca
procedieron a otorgar el 12 de junio de 2003 otra escritura notarial de aclaración y
rectificación de la anterior en la que esta vez declararon que la finca matriz se había
transformado en urbana. Escritura que el notario autorizó al aportar los otorgantes
esos documentos (certificación municipal de urbana y licencia de segregación de
17/01/2003) cuyos testimonios quedaron unidos a la escritura. Pero, a pesar de esta
rectificación, la escritura no pudo inscribirse en el Registro de la Propiedad por no
aparecer en el certificado municipal la firma del secretario del ayuntamiento.
Para subsanar el problema, Romeo, encargó previamente al arquitecto Donato un
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certificado técnico que éste emitió con fecha 12/09/2003 (A 16-5805) indicando que
la finca estaba dotada de los servicios y suministros propios de una parcela urbana
como acceso rodado, electricidad, agua potable y recogida de basuras, aunque sin
calificar expresamente el terreno como urbano. Y en base al mismo se emitió
negligentemente por el secretario Jaime, con el visto bueno del alcalde, un
certificado municipal de fecha 08/11/2003 (A 21 8335) en el que tras reproducir
literalmente el contenido de ese informe técnico concluía finalmente que, a la vista
del mismo, la mencionada parcela tenía "la consideración de finca urbana".
Presentado este certificado municipal ante el Registro de la propiedad, su titular
procedió ya, sin más reparos, a inscribir como urbanas tanto la finca matriz NUM126
como la finca segregada".
Con ello, en este caso nos encontramos con una actuación del Sr. Romeo, como
particular, gestor que era el encargado de llevar a cabo las gestiones para conseguir
ese fin de obtener la constancia de que el suelo era urbano, pero "de forma
subrepticia" como consta en el hecho probado, y todo ello con el conocimiento del
alcalde, como así consta, al señalar que el sr. Genaro "era plenamente consciente
de su contenido y del destino que se le iba a dar que no era otro que servir de base
para la inscripción como urbana en el registro de esa finca rústica". Y con respecto
al Sr. Jaime consta su imprudencia del art. 391 CP, al reconocer que se emitió
negligentemente por el secretario Jaime, con el visto bueno del alcalde, un
certificado municipal de fecha 08/11/2003 (A 21 8335) en el que tras reproducir
literalmente el contenido de ese informe técnico concluía finalmente que, a la vista
del mismo, la mencionada parcela tenía "la consideración de finca urbana".
En este sentido, como propugna el Fiscal, no estamos en presencia de meras
opiniones profesionales o simples valoraciones personales, sino de verdaderas
mutaciones o alteraciones sobre la verdad del hecho, al referirse el contenido del
documento a calificaciones sobre la naturaleza urbanística de las fincas, realizada
por quien tiene encomendada esta función para dotar al interesado de un título
jurídico, cuando a sabiendas se conocía que no era así, y se llevaban a cabo ad hoc
para beneficio de quienes así lo postulaban para sus fines constructivos, ante los
impedimentos en que se encontrarían si no obtenían esta calificación.
Así, la falsedad ideológica, concebida como faltar a la verdad en la narración de
los hechos y que, por tanto, supone «la atestación de lo que no es verídico», sin que
se requiera para su consumación una intervención física sobre el propio documento,
ya que aquí no se modifica el documento, pero se incluye algo que no es cierto y se
falta a la verdad de forma notoria, notable y a sabiendas, porque es un documento
confeccionado ad hoc para el fin pretendido de dotar de calificación urbana lo que
no lo tenía. No se trata, pues, de que "se opinara" sobre la calificación jurídica del
suelo, sino que se certificaba que lo era, cuando no lo era. No era, pues, una
opinión, sino una clara y crasa alteración de la verdad real para conseguir un
objetivo en el tráfico jurídico.
2.- Pag, 28 de la sentencia:
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Pablo era también titular de estas dos fincas rústicas sitas en el Pago
PARAJE002 y Pago DIRECCION007 sobre las que igualmente pretendía efectuar
actuaciones de venta y edificación como si fueran de suelo urbanizable. Y a tal
efecto, el alcalde Genaro, con el fin de facilitar sus propósitos comerciales y pese a
ser consciente de su falta de competencia y de que aquéllas estaban situadas en
suelo no urbanizable, expidió un certificado de fecha 04/07/2003 (A 36-14156) en el
que afirmaba acreditar que con los datos obrantes en el Ayuntamiento y según la
normativa urbanística del municipio tales inmuebles -se refería a concretamente la
parcela NUM110 y a las fincas registrales NUM112, NUM113 y NUM114, integrando
la dos primeras la parcela NUM111 - "tenían carácter de suelo urbano a todos los
efectos por disponer de los servicios de suministro de agua potable, recogida de
basuras, saneamiento, acceso rodado y electricidad"; añadiendo que en base a ello
se les había otorgado licencia de obras, extremo éste que tampoco era cierto pues
las licencias, como veremos a continuación, fueron todas de fecha posterior.
Con ello, el alcalde expide él en este caso el certificado pese a ser consciente de
que el inmueble está en suelo no urbanizable. Concurre la autoría material de la
falsedad y el conocimiento de la inveracidad de lo que hace constar en el certificado.
3.- La actuación del Sr. Genaro en combinación con el Sr. Romeo y con la
colaboración del secretario municipal Sr. Jaime se llevaba a cabo cuando se exigía
la constancia de la calificación urbana de un terreno y se creaba artificialmente el
documento; en virtud de lo cual consta en el HP nº 2 pag, 31 que:
"Se optó por seguir otra estrategia para lograr la inscripción en el Registro de esa
escritura de segregación. Y a tal fin el alcalde emitió, por sí solo, una certificación de
10/02/2003 (A 22-8641) en la que hizo constar que "según las normas urbanísticas
de este municipio tiene el carácter de suelo urbano a todos los efectos, por disponer
de los servicios de suministro de agua potable, recogida de basuras, saneamiento,
acceso rodado y electricidad".
Y acerca de la finalidad de documento falaz, añade a continuación que: con este
nuevo documento la entidad promotora procedió a otorgar nueva escritura pública
de 17/02/2003 (A 22-8632) declarando ahora que la finca afectada era de naturaleza
urbana aportando para justificarlo esa certificación del alcalde que quedó
incorporado a la escritura. Tampoco fue esto suficiente para el Registrador que de
nuevo suspendió la inscripción por considerar que la acreditación de la supuesta
naturaleza urbana del terreno debía efectuarse mediante certificación expedida por
el secretario del ayuntamiento.
Para superar la nueva traba, Romeo procedió a confeccionar en su despacho dos
documentos modelos, uno técnico, destinado a ser suscrito por el arquitecto Donato,
y otro destinado a ser suscrito por el secretario del ayuntamiento con el visto bueno
del alcalde para dar forma al certificado exigido por el Registrador. El primero de
ellos dio lugar a un certificado técnico de fecha 03/02/2004 firmado por el referido
arquitecto y visado asimismo por el colegio profesional en el que la finca se definía
como "urbana por sus dotaciones", al estar provista de "acceso rodado, electricidad,
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Consta la actuación consciente del Sr. Genaro acerca del operativo desplegado
por el Sr. Romeo al objeto de certificar lo que no era tal cual se reflejaba en el
documento, ya que consta expresamente en el hecho probado que todo era "para
lograr transformar subrepticiamente la calificación del suelo en el Registro de la
Propiedad, Romeo, siempre con conocimiento del alcalde". Y esta se refería a la
actuación colaborativa del Sr. Romeo.
7.- Hecho probado nº 2, pag. 37.
"Como en otras ocasiones similares, Romeo procedió a confeccionar en el
ordenador de su despacho (A 21-7964) un documento a nombre del alcalde
consistente en un certificado fechado a 19/02/2003 (A 21-7963), donde se decía que
según los datos obrantes en el Ayuntamiento la finca rústica o suerte de tierra
ubicada en el Pago DIRECCION010, marcada como parcela número NUM130 del
polígono NUM120, "según las normas urbanísticas de este municipio tiene el
carácter de suelo urbano a todos los efectos, por disponer de los servicios de
suministro de agua potable, recogida de basuras, saneamiento, acceso rodado y
electricidad". Este documento fue presentado a Genaro que lo suscribió como
alcalde sabiendo perfectamente la naturaleza rústica del terreno (entre otras cosas,
por estar alejado del casco urbano y rodeado de plantaciones de olivar) y que su
transformación a urbano sólo podía hacerse con la consiguiente modificación del
planeamiento general"
Consta en el hecho probado que el alcalde sabía perfectamente la naturaleza
rústica del terreno y que su transformación a urbano sólo podía hacerse con la
consiguiente modificación del planeamiento general. La alteración de la verdad que
se hacía constar se hacía de modo consciente. No era una mera opinión o
valoración jurídica, había una plena consciencia de que lo que se hacía constar era
incorrecto; se hacía dolosa y conscientemente y consta en el hecho probado. Existe
incorrecta subsunción del hecho probado en el tipo penal.
8.- Hecho probado nº 2, pag 41.
" Romeo fue contratado por la compradora para gestionar la transformación del
suelo en edificable y, como de costumbre, procedió primeramente a confeccionar (A
22-8434) un documento en .forma de certificado del arquitecto Donato, acreditando
que la finca registral NUM143 o parcela NUM146 estaba dotada de todos los
servicios y suministros de una finca urbana ... Y en base a este primer documento el
mismo elaboró a continuación (A22-8432) un certificado municipal de fecha
16/02/2004 a nombre del secretario municipal y con el visto bueno del alcalde
Genaro (A 16-5705) que reproducía literalmente el documento de Donato añadiendo
que la parcela tenía la consideración de urbana, siendo impreso en papel con
membrete municipal y firmado por ambos.
Posteriormente el mismo gestor elaboró del mismo modo, para incluir esta vez la
finca NUM147 o parcela NUM144, el contenido de otro certificado técnico de Donato
de 01/03/2004 (A 16-5707) y de otro certificado municipal de la misma fecha y
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solo, pero debe entenderse que en ambos casos lo que se obtiene de los hechos
probados es una "orquestación" en la mecánica diseñada en la que Romeo operaba
ad extra del Ayuntamiento para preparar la documentación y postular del alcalde
que había interesados en solicitar la expedición de documentos para poder actuar
constructivamente, por lo que ello es lo que movía la conducta del alcalde, a raíz del
envío de Romeo de los documentos, con lo cual había colaboración previa para que
ello fuera así realizado, y lo que luego exigía en estos casos era la conducta del
secretario municipal, que es quien lo certificaba negligentemente, como, -no lo
olvidemos- se reconoce en los hechos probados, y en un caso con la intervención
del Sr. Pio en el engranaje falsario.
Por ello, no se trata de una actuación aislada del alcalde en expedir un certificado,
o en firmar un VºBº en un documento, para postular una inexistencia de "conducta
propia" en la falsedad, sino que la firma en el mismo, o su directa confección del
certificado, que se lleva a cabo en su función de autoridad, y como tal es como
podría dar validez al documento y virtualidad finalística a lo que con él se pretendía,
que no era otra cosa que conseguir la constatación de que era urbano el inmueble y
poder actuar.
No se trataba, así, de una conducta impune de particular como falsedad
ideológica, sino que se hacía dentro de la función pública en el ámbito del concierto
previo del alcalde con el Sr. Romeo para que se actuara siempre como se actuó,
para la confección de documentos para poder actuar ad extra en la edificación, que
es lo que así ocurrió, como veremos ante el motivo nº 2 del Fiscal en donde se
postula que muchos de los que recibieron los documentos y actuaron
constructivamente se entienda que han cometido un delito del art. 319.2 CP, pese a
lo cual el Tribunal los absolvió, y que más tarde tratamos en el FD siguiente.
Se trata, así, de una conducta falsaria diseñada de común acuerdo para que se
librara el certificado con la trascendencia tan relevante que tiene la circunstancia de
que se conseguía el efecto de acceder al registro por la condición de urbano del
terreno, a sabiendas los firmantes de que no era así, y basado en la articulación de
la sistemática que consta en los hechos probados.
Por ello, y esto es relevante a los efectos de la "eficacia" de la firma, no se trata
solo de un "certificado" firmado, y de que el Fiscal acuda a la vía del art. 390.1.4º
CP de falsedad de documentos, sino de que el elemento diferencial que lleva el
certificado al art. 398 CP es la mayor o menor relevancia y trascendencia del
impacto en el tráfico jurídico del documento, resultando evidente el que tiene que se
expida un certificado sobre la condición de un terreno en su consideración de
urbana, "cuando no lo es". Y la constancia en los hechos probados de la expresión
de que se hacía todo con pleno conocimiento permite aplicar el dolo falsario en las
conductas típicas.
En cualquier caso, el alcalde participa directamente en las acciones, y no se trata
de un mero VºBº en el certificado, -ya que se acreditan 8 en esta línea, y 4 en donde
los expide él- sino que era consciente de la trascendencia de su conducta, indicando
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Por ello, con respecto al Sr. Pio, sin embargo, no cabe proceder a estimar el
recurso, al no constar de forma clara la referencia al dolo falsario en su actuación.
Pues bien, respecto al resto de los hechos probados en los tres primeros casos
que, entendemos, que sí integran la falsedad de faltar a la verdad en la narración de
los hechos, en efecto, los destinatarios reales, según establece la sentencia, eran
operadores jurídicos como Notarios, Registradores o responsables del Catastro
Inmobiliario que estaban obligados a asumir como un hecho cierto la situación
jurídica que se acreditaba con el falso certificado municipal, pues carecían de toda
capacidad para decidir si en función de sus circunstancias una finca rústica era o no
equiparable al suelo urbano o urbanizable.
Esos documentos se diseñaron con la única finalidad de incidir en el tráfico
jurídico, proporcionando el respaldo necesario para ejecutar procedimiento tan
simple como el de plasmar en las escrituras públicas de compraventa, segregación
u obra nueva la manifestación de que el suelo rústico ya se había transformado en
urbano, que a su vez constituía la vía idónea para introducir en el Catastro o en el
Registro de la Propiedad una categoría jurídica y económica del suelo que no se
correspondía con la realidad.
Los informes y certificados se redactaron siguiendo un patrón conciso, antes ya
reseñado en una posición de connivencia entre el alcalde y Romeo, que como
particular, cooperaba en la comisión de las falsedades, y que diseñado de forma
apropiada para surtir el efecto pretendido, pues lejos de traslucir dudas sobre la
auténtica naturaleza urbanística del inmueble terminaban con un contundente
párrafo final en el que se afirmaba su condición de urbano, en clara remisión a la
normativa o planeamiento urbanístico de Alcaucín. Estos documentos falsos
resultaban perfectamente idóneos para generar situaciones de error y perjuicios
para terceros de buena fe, con el consiguiente daño al principio de seguridad
jurídica.
En cuanto a la repercusión penológica en cada caso habrá que precisar que se
debe condenar a:
1.- Genaro ha de ser considerado autor de un delito continuado de falsedad en
documento oficial del art. 390.1. 4°.del Código Penal con la atenuante de dilaciones
indebidas como muy cualificada con rebaja en un grado y la pena es de 2 años y 3
meses de prisión, que es la mínima a imponer, multa de 7 meses con cuota diaria
de 6 euros y RCS de 1 día de prisión por cada dos cuotas no satisfechas, e
inhabilitación especial por tiempo de 2 años.
2.- Romeo, debe ser condenado como autor por cooperación necesaria de un
delito continuado de falsedad en documento oficial de los arts. 390.1. 4° y 392 del
C.P con la atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada con rebaja en
un grado y la pena es de 2 años y 3 meses de prisión, que es la mínima a imponer,
multa de 7 meses con cuota diaria de 6 euros y RCS de 1 día de prisión por cada
dos cuotas no satisfechas.
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de edificación, por lo que no tenía por qué objetivamente dudar de la validez de las
mismas, dada la presunción de legalidad que tienen los actos administrativos. No
puede pretenderse que opere un delito esencialmente doloso contra la ordenación
del territorio, cuando existe la confianza y creencia "plena" de estar en la legalidad
por haber actuado conforme a derecho, ya que cuestión distinta si las actuaciones
de los que pertenecen a la Administración han incurrido en ilícito penal. No hay
conocimiento de la ilegalidad de la conducta. El conocimiento es del alcalde.
2.- Pio y Paulino.
En una primera actuación se recoge por el Tribunal que:
"Tras obtener la correspondiente licencia municipal de segregación, a otorgar
escritura pública de segregación de 07/07/2005 (A5-1575) en la que, al amparo de
esas licencias, declararon como urbana esa finca matriz de la que desgajaron las 24
parcelas destinadas a la construcción de las respectivas viviendas y para cuya
posterior inscripción en el Registro de la Propiedad se hizo necesario una
certificación del secretario municipal de fecha 28/10/2005 (59-19286) cuya
calificación de urbana tuvo como único apoyo técnico un informe municipal previo
emitido, precisamente, por el propio interesado Sr. Pio...
...no habiendo podido quedar acreditado (debido sobre todo a las deficiencias de
las orto fotos) que no dispusiera de todos los servicios y suministros exigidos por las
leyes urbanísticas (los ya mencionados artículos 10 de la ley de 1992 , 45 de la
LOUA y 8 de la ley del suelo de 1998 ) para poder integrar la categoría de suelo
urbano.
En una segunda actuación consta que se obtiene "una certificación del secretario
municipal de fecha 01/12/2005 (55-17979) en la que se dictaminaba esa supuesta
naturaleza urbana de la finca, lográndose como consecuencia de ello tanto la
inscripción de esa finca en el Registro de la Propiedad en calidad de urbana como
también, con esa misma naturaleza, las de todas las parcelas que sucesivamente se
segregaron de esta finca matriz previa expedición por el ayuntamiento de las
correspondientes licencias de segregación y de obra. Y consta igualmente
acreditado (centrándose aquí la acusación por este concreto delito) como, al menos,
siete viviendas unifamiliares y otra pluri familiar (consistente en un edificio de tres
plantas y 10 apartamentos) fueron construidas en esas parcelas y vendidas a
terceros durante los años 2004 a 2008".
En una tercera actuación se obtiene "certificación del secretario municipal de
fecha 03/01/2006 (A5-5749) en la que igualmente se dictaminaba esa supuesta
naturaleza urbana de la finca, lográndose así la posterior inscripción en el Registro
de la Propiedad como urbana tanto de esta finca matriz como de las parcelas que se
segregaron de ella tras las correspondientes licencias municipales de segregación y
de obra".
Respecto de los hechos a que se refiere el fiscal, -ya que hay otro del que existe
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condena y sobre el que se tratará en relación a los recursos interpuestos por los
condenados por el mismo ex art. 319.2 CP- no puede existir, tampoco, en este caso,
un delito del art. 319.2 CP, cuando la actuación administrativa se tramitó para la
obtención de los permisos y licencias correspondientes. Cuestión ajena a la tipicidad
en el ámbito de la exigencia del dolo preciso de actuar por los acusados es que los
acusados estuvieran confiados en su correcto actuar con independencia de que se
pueda declarar, o no, la ilicitud de esas concesiones.
3.- Agustín y Carlos Francisco.
Lo mismo cabe decir que consta en las letras D) y E) pags 233 y ss de la
sentencia.
Señala el Tribunal que "debemos llegar necesariamente a una conclusión
absolutoria respecto de ambos acusados porque sin necesidad de tener que entrar
en el examen del elemento subjetivo del tipo (respecto del que no hay indicios
suficientes de confabulación de estos con el alcalde para obtener la licencia de
obras ni de que tuvieran motivos bastantes para dudar de su presunción de
legalidad), no es posible apreciar la concurrencia del elemento normativo porque si
bien es cierto que la no contigüidad de este terreno al casco urbano de Alcaucín
impide catalogarlo de urbano, pese a la flexible interpretación que a efectos jurídico
penales hemos propuesto acerca de este concepto legal, tampoco su automática
consideración legal de suelo no urbanizable permite ser enmarcada entre los
merecedores de especial tutela penal habida cuenta el entorno antes descrito sino,
por el contrario, en la categoría de suelo no urbanizable común y, por ende, ajeno al
tipo penal".
Consta, por ejemplo, en los hechos probados, entre otras referencias en la misma
línea expuesta que
... Agustín obtuvo del arquitecto Victor Manuel (ya fallecido) un certificado que
dictaminaba que podía considerarse como solar urbano a la vista de los servicios y
suministros de que disponía. Y sobre la base de este certificado obtuvo del
ayuntamiento el correspondiente certificado municipal expedido por el secretario del
ayuntamiento Jaime con el visto bueno del alcalde Genaro en el que, reproduciendo
el contenido de ese informe técnico avalaba esa consideración de urbana de la
finca....
al presentarse la escritura en el Registro de la Propiedad 1 de Vélez Málaga, el
Registrador (al igual que en otros supuestos similares) suspendió la inscripción por
estimar que el certificado municipal incorporado a la escritura no acreditaba el
cambio de naturaleza del inmueble. Para subsanar el problema, obtuvo el
interesado un nuevo certificado municipal donde el secretario municipal, con el visto
bueno del alcalde, refería que la propiedad descrita en esta y en otra escritura
pendientes de inscripción "se corresponden con los certificados emitidos por este
Ayuntamiento, con la consideración de declaración de .fincas urbanas", logrando así
que se tuviera por subsanado el defecto y que el 11 de abril de 2006 quedara
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inscrito el inmueble como finca urbana, sin previamente haberse producido una
modificación del planeamiento....
...A la vista de este informe oficial favorable en el que Donato simuló
mendazmente la intervención de este otro arquitecto provincial, incluida su ,firma, el
alcalde Genaro dictó resolución aprobando el Estudio de Detalle, aunque
condicionando tal aprobación a la aprobación definitiva del nuevo planeamiento
Revisión-Innovación de las NNSS aunque ello no fue obstáculo para que la
corporación municipal consintiera a Agustín la terminación de su obra.
Es decir, todo en la misma línea ya expuesta. Pero, como venimos exponiendo, la
clave la encontramos en la repetición de las conductas de la Administración que
hacen excluir el dolo de los acusados, con independencia de que al final se
evidencie el carácter no urbano de la licencia que recibieron en principio. Sobre
todo, al destacar que no hay indicios suficientes de confabulación de estos con el
alcalde para obtener la licencia de obras. No consta probada, y el tribunal no llega a
esa convicción una confabulación de los particulares a la hora de obtener los
documentos de la Administración. Ni colaboración del art. 392 CP con falsedad del
art. 390.1.4 CP cometida por funcionario público o autoridad. De suyo, se les
acusaba, incluso, de delito continuado contra la ordenación del territorio. Pero sin
establecer nexo de conexión con actuaciones de la Administración.
4.- Santiago y Modesto.
Llega el Tribunal a la conclusión absolutoria por "la abundante documental, las
declaraciones de los propios acusados (sustancialmente reconocedoras de
documentos y otros hechos objetivos como los contratos de compraventa de las
fincas, informe técnico del arquitecto, documentos oficiales del ayuntamiento,
convenio urbanístico con el mismo etc.) y la pericial depuesta por los mencionados
inspectores de la Consejería de Urbanismo de la Junta de Andalucia, además de
diversas testificales de muy inferior o escasa relevancia para los hechos (con la
mitigada excepción, tal vez, del testimonio de Tatiana".
Añade que "Confiado en esas expectativas, que Modesto, tras contrastarlas con
el ayuntamiento, consideró suficientemente fundadas al venir avaladas incluso con
un certificado del alcalde (sin fecha de emisión) que expresamente definía esos
terrenos como suelo urbano consolidado por estar dotados de todos los servicios
urbanos y conectado al casco urbano con un vial en ejecución (44- 400), el citado
promotor se decidió a firmar ese documento de compra convencido de que podría
llevar a cabo el proyecto básico de promoción de 156 viviendas...".
"Ha quedado acreditado, a la vista fundamentalmente de la pericial urbanística
depuesta en el juicio por los peritos inspectores de la junta de Andalucía (quienes
han ratificado sus dos informes precedentes números 116/11 y 43/15-este último
aportado al rollo de sala-) y de las orto fotografías y CD de imágenes aportadas por
estos al plenario y otras fotografías aportadas por los vendedores durante la
instrucción (A13- 4526 y siguientes) que los terrenos donde se inició esa edificación
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introducir del mismo modo un cambio de rústica a urbana de los dos inmuebles
recién adquiridos, a cuyo efecto también obtuvo previamente otro certificado
municipal de urbana expedido por el secretario del ayuntamiento con el visto bueno
del alcalde en el que se indicaban que esas dos fincas registrales "para las que
(según se aclaraba) ya en 1993 se había solicitado licencia de obras" constituían
"suelo urbano ubicado dentro del núcleo de Alcaucín en zona calificada N1".
No acabaron aquí los certificados municipales de urbana que Pedro Jesús logró
obtener del ayuntamiento conforme los iba precisando para su promoción y venta de
viviendas construidas. Pues, efectivamente en diciembre del mismo año 2004 la
corporación le expidió otro certificado municipal en el que, sobre la base de otro
certificado técnico emitido por Donato, se volvía a reiterar el carácter urbano de las
fincas por estar supuestamente dotadas de todos los servicios previstos en el
artículo 45 LOUA.
Y, asimismo, en el año 2006 mientras seguía desarrollándose la promoción Villas
Toboso, le fue expedido otro certificado municipal, firmado por el secretario Jaime
con el visto bueno del alcalde Genaro en el que, sobre la base de otro certificado
técnico, emitido esta vez por el acusado Pio (en su condición entonces de arquitecto
técnico municipal) se volvía a reiterar en similares términos el carácter urbano de la
finca por encontrarse en suelo urbano y colindantes con el núcleo urbano
consolidado en la zona calificada como N1 invocándose de nuevo disponer de los
servicios previstos en el artículo 45 LOUA".
Señala aquí el Tribunal que su ubicación tan próxima al núcleo urbano y la no
acreditada carencia de todos los servicios esenciales de acceso y suministro propios
de una finca la sitúan el mismo en esa franja intermedia que a los solos efectos del
artículo 319.2 CP hemos venido considerando en este mismo fundamento jurídico
como de no urbanizable común exclusivamente merecedor de la correspondiente
tutela sancionadora administrativa".
Sin embargo, una cosa es que conozca la "inicial" condición del suelo y otra que
después, como así ha ocurrido, obtenga los correspondientes certificados y licencias
que constan, lo que excluye el dolo en su conducta acerca de la ilicitud de su
actuación ante la validación administrativa de sus operaciones.
Con respecto al dolo en este delito debemos decir que la cuestión se reduce más
a la "creencia" de estar actuando correctamente como excluyente del dolo, ya que
obtuvieron licencias y certificados en las conductas de quienes constan en el FD
precedente, lo que lleva la cuestión no tanto a que no supieran que el suelo era no
urbanizable, sino a que creían que estaban actuando correctamente por los trámites
llevados a cabo que constan en los hechos probados.
Con respecto a ello hemos señalado que: ( Tribunal Supremo, Sala Segunda, de
lo Penal, Sentencia 88/2018 de 21 Feb. 2018 , Rec. 779/2017):
"El desconocimiento exacto de la calificación jurídica que merece su proceder
constituye un error de subsunción penalmente irrelevante, que no impide la
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naturaleza de suelo rústico, así como que pudieran segregarse fincas rústicas y
atribuir una posibilidad de promoción inmobiliaria que no cabe en el suelo no
urbanizable, ya que el conocimiento solo constaba en quienes lo tramitaban, no en
quienes lo recibían. Y no se puede suponer ello en contra del reo. Ni si el carácter
del suelo impide, o no su transformación mientras reciban autorizaciones que están
revestidas de las formalidades legales de aparente autorización. A los acusados no
puede exigírseles la condición de expertos administrativistas que conozcan la
característica técnica que conlleva esa declaración del suelo, sino, tan solo, que en
caso de querer construir se dirijan a la Administración competente, y eso es lo que
hicieron.
No se trata aquí de que sin postular movimiento alguno ante la Administración
competente actúen con la posibilidad, remota, o no, de que la edificación fuese
autorizable, sino que lo que hacen es acudir a aquella y obtienen las validaciones,
como consta en los hechos probados.
En cualquier caso, es preciso matizar que dado que es una absolución en este
caso no se desprende la misma claridad que en el motivo anterior la gravedad de la
colaboración de los absueltos en este caso, ya que no queda claro si la
"connivencia" de los responsables penalmente citados lo era con estos también, por
lo que la característica de una absolutoria y la no claridad del hecho probado lleva a
la Sala a desestimar el motivo, pese a las dudas suscitadas sobre si existió esa
connivencia con los particulares que por la duda existente llevaron a la absolución y
en este caso a la desestimación del motivo.
El motivo se desestima.
CUARTO.-
3.- Por infracción de ley al amparo del artículo 849.1° de la Lecrim , por aplicación
indebida de la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas del art. 21.6 del
Código Penal , en relación con los hechos cometidos por todos los condenados y
por los acusados cuya absolución es objeto del presente recurso.
Se alega por el Fiscal que "se aprecia el Tribunal la citada atenuante como muy
cualificada, por el mero dato de que la sentencia recae diez años después de la
incoación del procedimiento, aunque no se señala ningún periodo concreto de
paralización del trámite pese a que reconoce que la causa ha sido "especialmente
compleja con muchos acusados, acusaciones particulares y múltiples hechos
delictivos objeto de acusación".
Se sostiene "que la apreciación de esta circunstancia infringe abiertamente la
interpretación jurisprudencial del precepto en cuestión pues no se han producido
paralizaciones o tiempos muertos atribuibles al órgano judicial y la duración total del
proceso no ha superado el estándar de lo razonable, máxime teniendo en cuenta
que el procedimiento es anterior a la reforma en 2015 de las normas procesales que
obligaban a agrupar todos los delitos conexos en la misma causa. Se añade que no
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con una investigación muy compleja que se refleja en la extensión de los hechos
declarados probados, lo que es elemento a tener en cuenta siempre para graduar
que no siempre que el transcurso del tiempo es importante existe un "derecho de
crédito" a disponer de la atenuante del art. 21.6 CP en el grado de muy cualificada.
En cualquier caso, visto la motivación del Tribunal y el ámbito penológico fijado debe
mantenerse el pronunciamiento del Tribunal por su motivación, aun dejando
constancia de criterio de que el mero transcurso del tiempo no lleva, per se, una
configuración de esta atenuante como muy cualificada y habrá de ponderar siempre
las circunstancias del caso concreto.
Además, sobre esta cuestión hay que recordar que esta Sala del Tribunal
Supremo ya se ha pronunciado reiteradamente sobre la diferencia en la
determinación y acogimiento de la atenuante de dilaciones indebidas como simple o
muy cualificada, y así, por ejemplo, en el Auto de esta Sala 1782/2014 de 6 Nov.
2014 , Rec. 1096/2014 se recuerda que:
"El derecho fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas, que no es
identificable con el derecho procesal al cumplimiento de los plazos establecidos en
las leyes, impone a los órganos jurisdiccionales la obligación de resolver las
cuestiones que les sean sometidas, y también ejecutar lo resuelto, en un tiempo
razonable. Se trata, por lo tanto, de un concepto indeterminado que requiere para su
concreción el examen de las actuaciones procesales, a fin de comprobar en cada
caso si efectivamente ha existido un retraso en la tramitación de la causa que no
aparezca suficientemente justificado por su complejidad o por otras razones, y que
sea imputable al órgano jurisdiccional y no precisamente a quien reclama ( SSTS
479/2009, 30 de abril y 755/2008, 26 de noviembre ).
La nueva redacción del art. 21.6 del CP, exige la concurrencia de tres requisitos
para la apreciación de la atenuante:
a) el carácter extraordinario e indebido de la dilación;
b) su no atribuibilidad al propio inculpado; y
c) la falta de proporción con la complejidad de la causa.
El carácter indeterminado de esas pautas valorativas, confieren utilidad a buena
parte del cuerpo de doctrina ya proclamado por esta Sala en el marco jurídico
previgente. Lo que está fuera de dudas es que los requisitos que ahora se
proclaman de forma expresa en el listado de las atenuantes específicas, sólo
adquieren sentido como reglas de valoración referidas al caso concreto. No se trata
de claves abstractas para resolver sobre la razonabilidad del plazo, sino de pautas
para evaluar, una vez el proceso penal ha concluido, si su duración ha sido o no
razonable (cfr. STS 385/2011, 5 de mayo entre otras)".
Además, recordemos que esta Sala del Tribunal Supremo ha señalado, entre
otras, en Sentencia 416/2013 de 26 Abr. 2013 , Rec. 10989/2012 que: "En las
sentencias de casación se suele aplicar la atenuante como muy cualificada en las
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causas que se celebran en un periodo que supera como cifra aproximada los ocho
años de demora entre la imputación del acusado y la vista oral del juicio.
Así, por ejemplo, se apreció la atenuante como muy cualificada en:
a.- Sentencia 291/2003, de 3 de marzo (ocho años de duración del proceso);
b.- Sentencia 655/2003, de 8 de mayo (9 años de tramitación);
c.- Sentencia 506/2002, de 21 de marzo ( 9 años);
d.- Sentencia 39/2007, de 15 de enero (10 años);
e.- Sentencia 896/2008, de 12 de diciembre (15 años de duración);
f.- Sentencia 132/2008, de 12 de febrero (16 años);
g.- Sentencia 440/2012, de 25 de mayo (diez años);
h.- Sentencia 805/2012, de 9 octubre (10 años);
i.- Sentencia 37/2013, de 30 de enero (ocho años).
Ahora bien, aunque la jurisprudencia se haya manifestado en el sentido de que el
periodo global de duración de un proceso ha de ser especialmente extraordinario
para que se aprecie la atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada,
también tiene establecido que en supuestos de procesos cuya duración no alcance
los siete años cabe la aplicación de la atenuante como muy cualificada cuando se
compruebe que concurrieron varias paralizaciones de la causa alguna de las cuales
superó el tiempo de un año.
De modo que se legitima la cualificación de la atenuante no solo atendiendo al
plazo total de tramitación de un proceso (criterio del plazo razonable), sino también
cuando sin ser este de una duración singularmente extraordinaria, sí concurren
dilaciones concretas que comprenden un periodo importante en concepto de
paralización.
Y así, en la sentencia 658/2005, de 20 de mayo , aunque el periodo de duración
del proceso en la primera instancia no alcanzó los cinco años, se apreció la
atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada debido a que la causa
estuvo paralizada en exceso en la Audiencia Provincial, transcurriendo casi tres
años entre la fecha de remisión y la celebración del juicio. Siguiendo la misma pauta
interpretativa, en la sentencia 630/2007, de 6 de julio , se estimó que una
paralización de casi cuatro años en la fase de juicio oral se hacía acreedora a la
aplicación de la atenuante como muy cualificada aunque la duración total del
procedimiento no fuera especialmente extraordinaria. Y en la sentencia 484/2012,
de 12 de junio , en una causa con un periodo total de tramitación que no alcanzó los
seis años, se estimó que la existencia de varios periodos de paralización, uno de
ellos superior a un año, justificaba la aplicación de la atenuante como muy
cualificada".
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reglas esenciales:
a).- Que nadie puede ser acusado sin haber sido, con anterioridad, declarado
judicialmente imputado, pues de lo contrario, las partes acusadoras, públicas o
privadas, serían enteramente dueñas de dirigir la acusación contra cualquier
ciudadano, produciéndose así en la práctica acusaciones sorpresivas que
mermarían sustancialmente las garantías de la defensa.
b).- Que nadie puede ser acusado sin haber sido oído con anterioridad a la
conclusión de la investigación en calidad de imputado.
Los principios que resultan de aplicación en este caso ya fueron respondidos por
el Tribunal, pero podemos concretarlos en los siguientes, a saber:
1.- La vigencia del principio acusatorio "no persigue la obtención de efectos
puramente formales sino, fundamentalmente, evitar la indefensión material" ( STS
29/01/2015).
2.- Del artículo 779.1.4 LECrim se evidencia que en el auto de incoación de
procedimiento abreviado se contenga "la determinación de los hechos punibles y la
identificación de la persona a la que se le imputan", prohibiendo al propio tiempo
que pueda adoptarse esa decisión "sin haber tomado declaración a aquella en los
términos previstos en el artículo 775".
3.- No se impide a las partes acusadoras poder formular acusación por otros
hechos no recogidos expresamente en dicha resolución siempre que se trate de
hechos sumariales de los que previamente se hubiere ilustrado oportunamente al
acusado al ser oído como imputado, dado que "ni el auto de procesamiento, ni el de
transformación a abreviado tienen la finalidad de definir inflexiblemente el objeto del
proceso".( SSTS 09-10-2000, 23-02-2004 , 18-10-2005 , 29-11-2006 )
4.- De estas alegaciones respecto a los no conocidos y de los que se deriva una
condena se exige una concreción expositiva acerca de por qué hecho probado no
fue interrogado y que la ausencia de su interrogatorio previo la causó indefensión,
en qué grado y medida y cuál fue el resultado de la condena relacionado con qué
extremo no interrogado, a fin de dar curso a la otra parte y al Tribunal que resuelva
para exponer si, en efecto, sobre ese extremo se le interrogó y cuándo y en qué
punto se localiza.
5.- Es preciso que quien alega la introducción de alegatos sorpresivos en el auto
de PAU deba fijar qué "hechos enteramente nuevos ajenos a la instrucción" son los
que se cuestiona y sobre los que no se interrogó.
Por ello, sobre este alegato declara el Tribunal que:
"Ninguno de los acusados invocantes de la nulidad del auto de incoación de
abreviado dejó de declarar como imputado durante la fase instructora (algunos,
incluso en varias ocasiones) sobre los hechos punibles sumariales contenidos en
dicha resolución.
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uso residencial, permitiendo tan sólo (previo cumplimiento de ciertos requisitos, que
tampoco se daban en este caso) edificaciones vinculadas a actividades productivas
quedando la obra terminada en marzo de 2000 aunque luego se amplió con una
piscina que de la misma forma fue autorizada por el alcalde mediante resolución de
13/04/2000 (A22- 8605) dictada también al mismo día siguiente de su solicitud.
Tres años más tarde, el alcalde concedió al mismo propietario una licencia de
segregación de fecha 20/02/2002 (A22-8609) por la que le autorizó a dividir
materialmente su finca en dos parcelas de 5000 m2 cada una, a sabiendas de la
prohibición legal de efectuar segregaciones que puedan dar lugar a parcelas de
extensión inferior a la unidad mínima de cultivo que para las fincas de secano, como
era esta, estaba fijada en 25.000 m2".
Infringe manifiestamente, a sabiendas, la legislación respectiva tanto en su
aspecto sustantivo como procedimental.
2.- Licencias de división de las parcelas NUM309 y NUM302 del polígono
NUM106.Pag 28
Merced a estas licencias, el promotor Sr. Pablo vendió posteriormente a terceros
cada una de las parcelas segregadas, procediendo estos entre los años 2003 y
2004 a construir sobre ellas viviendas unifamiliares con licencias de obras que le
fueron concedidas por el ayuntamiento, constando concretamente documentada en
autos la licencia de 25/04/2003 que, sin los preceptivos informes técnico y jurídico le
fue concedida por el alcalde acusado a su solicitante, la sociedad PEPE BÉJAR
S.L., para la construcción de una vivienda unifamiliar aislada en la parcela NUM103
de PARAJE002. (A36- 14247 y 14232 y siguientes).
Se recoge que cabe atribuir al alcalde Genaro la autoría del delito de
prevaricación urbanística que se le imputa por la concesión de la licencia de obras
de 25/04/2003. Y ello no sólo por haber sido otorgadas arbitrariamente
prescindiendo a sabiendas de los preceptivos informes técnicos y jurídicos (que en
este caso venían exigidos no sólo por el Reglamento de disciplina urbanística de
1978 sino también por el artículo 172 LOUA) sino también, previamente a ello de la
aprobación por el pleno Municipal del Proyecto de Actuación siguiendo el específico
procedimiento previsto en los artículos 42 y 43 de la misma ley urbanística para
autorizar la construcción de este de tipo edificaciones no agrarias en suelo no
urbanizable como era esa finca rústica enclavada en los ya referidos parajes.
3.- Parcelas NUM107 y NUM108 del polígono NUM106, paraje DIRECCION006.
...el alcalde Sr. Genaro, a sabiendas de la ilegalidad pretendida, expidió, sin
reparo ni comprobación adicional alguna, la correspondiente licencia de obras de
fecha 20/05/2004 (A 36-14326).
Con la obra ya terminada se pidió licencia de obra mayor y Genaro también, de la
misma forma expeditiva y sin ningún tipo de informe técnico jurídico previo, concedió
esa licencia de obra de fecha 27/07/2005, es decir, el mismo día en que se solicitó y
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ilegalidad tanto de forma como de fondo en la que incurría al haber autorizado este
tipo de viviendas aisladas en suelo no urbanizable y de superficie inferior a la unidad
mínima de cultivo y sin haber seguido el procedimiento legalmente establecido que
requería de la previa autorización de un proyecto de actuación aprobado por el
pleno municipal seguido a continuación, en caso positivo, de licencia municipal
previa emisión de los preceptivos informes técnico y jurídico.
Se recoge que "no pedía asesoramiento a nadie para otorgar licencias pues las
daba como lo habían hecho antes todos los alcaldes) y las escuchas telefónicas
reproducidas en el plenario sobre la conversación que mantuvo con Donato el 17 de
diciembre de 2008 sobre Gregorio (A7-1953), de las que en realidad no cabe
razonablemente inferir los datos inculpatorios que pretende inferir el Ministerio fiscal,
sólo permiten llegar a la conclusión de atribuir a Genaro el delito de prevaricación
urbanística pero referido exclusivamente a las dos licencias de obra arbitrariamente
concedidas en los términos que se recogen en el factum"
11.- Certificado y licencia para la finca registral NUM151, en DIRECCION021
...Y con la misma finalidad Genaro concedió al vendedor una licencia de
segregación de 16/04/2004 (65-21537) por la que le autorizó a desgajar de la finca
matriz una porción de 300 m2, a sabiendas de su manifiesta ilicitud pues no sólo
tenía cabal conocimiento de la prohibición legal de parcelaciones urbanísticas en
suelo no urbanizable sino también de que, en cualquier caso, cualquier segregación
de finca rústica pudiera dar lugar a una parcela inferior en extensión a la unidad
mínima de cultivo que en Alcaucín, para las de regadío, tenía fijado el límite en 2500
m2.El certificado municipal y la licencia de segregación se incorporaron a la
escritura de segregación y compraventa de 23 de abril de 2004, que los otorgantes
aprovecharon para declarar que el inmueble ya era urbano, autorizándolo así el
notario. El título fue presentado al Registro de la Propiedad quedando inscrito el
nuevo inmueble a favor de Heraclio y su esposa como finca registral NUM151, con
la cualidad de urbana (65-21537).
Se recoge la condena al recurrente como autor de un delito de prevaricación
común a la vista de la consciente arbitrariedad con que actuó al autorizar esa
segregación ilegal por debajo de la unidad mínima de cultivo.
Por todo ello, el Tribunal condena al recurrente como autor de un delito
continuado de prevaricación administrativa y urbanística por los hechos que se
indican en los apartados 1, 2 (A, B y C), 4, 6, 7, 9, 10, 11 y 14 correspondientes al
HECHO PROBADO SEGUNDO de esta sentencia.
Hecho probado 3º
1.- Actuaciones en la parcela NUM266, Pago DIRECCION000
...Y una vez obtenido dicho informe, presentó aquél el mismo día en el
ayuntamiento una solicitud de reforma integral de esa supuesta casa en ruina (A 21-
8191) a la que dicho alcalde accedió, sólo cuatro días después, mediante 1).
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norma urbanística, sí que debe entrar de lleno en la órbita del delito de prevaricación
urbanística si dicha concesión (como ha sucedido en el presente caso y, además,
de forma reiterada) se efectúa a sabiendas de su injusticia.
2.- URBANIZACION008.
...Y, efectivamente, el mismo día de su presentación, el alcalde directamente firmó
una licencia de obras de fecha 10 de enero de 2000 (A 5-1494), expediente de
obras NUM185, donde autorizaba la construcción de esas 24 viviendas unifamiliares
sin apoyarse en ningún informe técnico o jurídico y dispensándoles, incluso, del
pago de las tasas municipales hasta el momento en que iniciaran las obras. Todo
ello, pese a ser plenamente consciente el alcalde de que, conforme a las NNSS del
municipio, no se podía edificar en ese terreno por estar clasificado en ellas como
suelo no urbanizable no protegido grado 2. Si bien ha de tenerse en cuenta ahora
que, al haber sido declaradas no vigentes esas normas subsidiarias en esta
sentencia y ser, por tanto, de directa aplicación la entonces vigente ley urbanística
1/1997 (que revivió el texto de la estatal LS 92), no ha podido quedar acreditado,
fuera de toda duda, que ese terreno no hubiera podido llegar a merecer la
consideración de urbano
Tres años más tarde, mediante escritura pública de 30/04/2003, los promotores
materializaron la compra de la finca por el precio de 240.404 € (A 5- 1483) y, dos
año más tarde, otorgaron escritura pública de 07/07/2005 (A5- 1575) declarando
que la finca ya era urbana y segregando de ella 24 parcelas aportando al efecto dos
licencias de segregación de 16/07/2005 y de 05/06/2005 expedidas por el alcalde
aún a sabiendas de que, conforme a las normas subsidiarias que él consideraba
vigentes, la finca tenía la clasificación de suelo rústico y, por ende, ésas
segregaciones vulneraban la unidad mínima de cultivo establecida por la legislación
agraria para el municipio de Alcaucín, si bien, tal y como se ha dicho antes, al no
haber regido nunca objetivamente esas normas subsidiarias, conforme a legislación
urbanística entonces aplicable (en este caso la LOUA) tampoco ha podido
descartarse por completo la posible naturaleza urbana del terreno.
Se recoge que a sabiendas de su ilegalidad, esa amplísima licencia de obras de
10/01/2000 el mismo día de su solicitud y, por tanto, prescindiendo de los trámites
de procedimiento tan esenciales como son los informes técnico y jurídico
imperativamente establecidos en la legislación tantas veces citada (véase, entre
otros, el fundamento jurídico noveno) tanto si se trata de obras en suelo urbano
como en suelo no urbanizable y con un evidente propósito de favorecer a los
promotores que claramente queda de relieve tanto en la inmediatez de su concesión
como en el irregular aplazamiento del cobro de las tasas correspondientes.
3.- Urbanización DIRECCION013
...lográndose como consecuencia de ello tanto la inscripción de esa finca en el
Registro de la Propiedad en calidad de urbana (55-17979) como también, con esa
misma naturaleza, las de todas las parcelas que sucesivamente se segregaron de
197
Documento
esta finca matriz previa expedición por el alcalde de las correspondientes licencias
de segregación y de obra, constando como, al menos, siete viviendas unifamiliares y
otra pluri familiar (consistente en un edificio de tres plantas y 10 apartamentos)
fueron construidas en esas parcelas y vendidas a terceros durante los años 2004 a
2008 otorgándose arbitrariamente por el alcalde, para cada una de ellas (las
registrales NUM188, NUM189, NUM190, NUM191 NUM192, NUM193 y NUM194),
la correspondiente licencia de obras sin recabar los preceptivos informes técnico y
jurídico, tal y como se advierte en las respectivas escrituras notariales donde
constan testimoniadas (57-18825,57-18627, 57- 1864 6,59-19327, 57-18727,
55-18019 y 55-18076).
Se recoge la condena por delito continuado de prevaricación urbanística, por
haber otorgado, a sabiendas de su ilegalidad, todas esas múltiples licencias de
obras que se mencionan en el factum en el mismo día de su solicitud y, por tanto,
prescindiendo de los trámites de procedimiento tan esenciales como son los
informes técnico y jurídico imperativamente establecidos en la legislación tantas
veces citada tanto si se trata de obras en suelo urbano como en suelo no
urbanizable y, al igual que en el apartado anterior, con evidente propósito de
favorecer a estos promotores
4.- URBANIZACION004.
...las correspondientes licencias municipales de segregación y de obra que les
fueron concedidas por el alcalde a sabiendas de su manifiesta ilegalidad constando
acreditado como, al menos, nueve viviendas unifamiliares fueron construidas por la
sociedad de los acusados en esas parcelas no urbanizables segregadas durante,
fundamentalmente, el año 2006 y vendidas posteriormente a terceros, siendo éste el
caso de las nuevas registrales NUM197, NUM198, NUM199, NUM200 NUM201,
NUM202, NUM203, NUM204, y NUM205 ( NUM278, NUM279, NUM280, NUM281,
NUM282, NUM283,, NUM284, NUM285 y NUM286, respectivamente).
Se recoge la condena por delito continuado de prevaricación y prevaricación
urbanística por la actividad probatoria llevada al plenario (constituida esencialmente
por los documentos reseñados en el relato fáctico y las periciales técnicas
urbanísticas) permite inequívocamente atribuirle el referido delito a la vista de las
numerosas licencias de segregación y de obras concedidas arbitrariamente sobre
un suelo cuya naturaleza de no urbanizable estaba fuera de toda duda, tal y como
quedó debidamente razonado en ese mismo fundamento jurídico sexto de esta
resolución . Arbitrariedad que por lo que se refiere a las licencias de segregación
queda patente en su concesión vulnerando la unidad mínima de cultivo y que por lo
que se refiere a las licencias de obra por la nuevamente consciente vulneración de
las normas urbanísticas que no permiten construir en esta clase de suelos no
urbanizables fuera de los supuestos excepcionales que contemplan las ya
reiteradas normas urbanísticas previo seguimiento de un procedimiento especial y la
posterior licencia precedida de los imperativos informes técnico y jurídico.
5.- URBANIZACION007
198
Documento
199
Documento
200
Documento
201
Documento
aseguraba que la finca NUM342 estaba dotada con "todos los servicios y
suministros de una parcela urbana, y bajo esta consideración cuenta con acceso
rodado por su lindero este, electricidad, servicio de agua potable conectada por el
ayuntamiento y servicio de recogida de basura".
Se incide en la manifiesta ilegalidad en su actuación y prescindir totalmente de
todos los presupuestos y requisitos previstos en la legislación urbanística. No se
trataba de conocer bien la realidad legislativa del suelo, sino de una palmaria y
evidente actuación al margen de la ley y del procedimiento para coadyuvar en una
constante práctica constructiva atentatoria a la ordenación del territorio y de permitir
con su actividad ilícita la construcción en zona no permitida. La actuación era
siempre la misma prescindiendo dolosamente del procedimiento que debía a seguir
y entregando la autorización sin control alguno.
Hecho probado 11º
1.- Parcelas NUM268 y NUM250 del polígono NUM219
...la cual fue estimada por el alcalde Genaro, mediante licencia de obras de
06/07/2007 (60- 20028), es decir al mismo día siguiente, y de forma enteramente
arbitraria, sin recabar los previos informes técnico jurídico y a sabiendas de la
inexistencia allí de vivienda alguna susceptible de reformar o rehabilitar y de la
prohibición legal, en definitiva, de poder efectuar esta clase de viviendas en suelo no
urbanizable sin la previa aprobación por el pleno municipal del correspondiente
proyecto de actuación.
Se recoge la condena por delito de prevaricación urbanística que se le acusa, por
cuanto que de los documentos reseñados en el propio relato fáctico, informe policial
con inspección ocular (A- 13881 y A13909), sus propias declaraciones parcialmente
admisorias de hechos y, sobre todo, el más que elocuente contenido de las
grabaciones telefónicas entre él y Donato Romeo, ordenadas judicialmente y
reproducidas en el juicio (constando la transcripción en A9-2495), en cuya
conversación ambos reconocen claramente la inexistencia de vivienda alguna
antigua en la parcela en cuestión, se infiere inequívocamente de todo ello que el
alcalde expidió esa licencia de obras (en la modalidad de rehabilitación o reforma)
de forma enteramente arbitraria, es decir a sabiendas de que esa antigua vivienda
no existía y de que, por tanto, estaba realmente autorizando torticeramente una
licencia de nueva edificación en un suelo no urbanizable.
Hecho probado nº 12
1.- Segregación de la finca registral NUM269
...el alcalde Genaro no tuvo reparo alguno en conceder sólo un día después
mediante licencia de segregación de 23/09/2004 (A22-8662), acordada de forma
enteramente arbitraria, es decir, sin los preceptivos informes técnico y jurídico y a
sabiendas de su manifiesta ilegalidad sustantiva, al comportar que la dos parcelas
resultantes quedaran con una superficie muy inferior a la unidad mínima de cultivo
202
Documento
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Documento
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Documento
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Documento
de plano y sin la más leve comprobación (el solicitante sólo acompañó al escrito el
dibujo de un plano), prescindiendo de los preceptivos informes técnico y jurídico
(exigidos por el tantas veces mencionado RD 2187/1978 que, en este caso, habrían
desvelado la mendacidad de la preexistente vivienda alegada) y de la previa e
indispensable aprobación por el pleno municipal de un proyecto de actuación.
2.- Vivienda de Miguel Ángel en parcela NUM247 del polígono NUM129
...el alcalde Genaro, sin antes recabar el preceptivo informe técnico y jurídico,
procedió a otorgarle arbitrariamente esa licencia de obras de reforma con fecha
28/12/2006 (A5- 1473 y 21-7163) a sabiendas de que en esa parcela NUM247 no
había ninguna vivienda que pudiera ser rehabilitada y que de esta forma estaba
contraviniendo abiertamente no sólo las normas subsidiarias de planeamiento (que
él creía vigentes) sino también la ley urbanística andaluza que, como se ha dicho
antes, sólo excepcionalmente permitía en esa clase de terrenos no urbanizables
edificaciones de viviendas vinculadas a fines productivos y previa aprobación de un
proyecto de actuación.
Se recoge la condena por un delito de prevaricación urbanística a la vista de la
manifiesta arbitrariedad en que incurrió al otorgar esa licencia de obra en suelo no
urbanizable sin los preceptivos informes técnico y jurídico y a sabiendas de que
actuando así estaba autorizando construir en esta clase de suelo una vivienda
residencial de nueva planta no destinada a fines agrícolas y por ello enteramente
prohibida por el artículo 52 LOUA.
3.- Vivienda de Cristobal en parcela NUM274 del polígono NUM129
La solicitud de licencia de obras de reforma, formulada a nombre de Cristobal y
acompañada de ese proyecto básico y de ejecución elaborado por el arquitecto
Donato, fue presentada en el ayuntamiento el 16 de julio de 2004 (17-5608) dando
lugar al expediente de licencia de obras mayores NUM370, pero no obtuvo
respuesta de la corporación municipal hasta casi dos años después (y pasados casi
seis meses de que la edificación estuviese terminada) en la que el alcalde Genaro le
concedió arbitrariamente licencia de obras de reforma de fecha 01/03/2006
(17-5609), sin pedir informes técnicos y jurídicos y a sabiendas de que en esa
parcela NUM274 no había existido ninguna vivienda anterior y que de esta forma
contravenía abiertamente no sólo las normas subsidiarias de planeamiento (que él
creía vigentes) sino también la ley urbanística andaluza que, como se ha dicho
antes, sólo excepcionalmente permitía en esa clase de terrenos no urbanizables
edificaciones de viviendas vinculadas a fines productivos y previa aprobación de un
proyecto de actuación. Licencia merced a la cual los propietarios pudieron otorgar la
escritura de obra nueva de 1 de junio de 2006 (17-5557) en la que declararon la
construcción de esa vivienda de nueva planta. Y un año más tarde el alcalde
concedió a los dueños licencia de primera ocupación de fecha 15/06/2006
(17-5614).
Con ello, se le condena por un delito de prevaricación urbanística del artículo
206
Documento
320.1 CP que se le imputa. Y ello, por la mismas razones que quedaron expuestas
en el apartado anterior, es decir por la manifiesta y consciente arbitrariedad en que
incurrió al otorgar esa licencia de obra, formalmente de reforma, en suelo no
urbanizable sin los preceptivos informes técnico y jurídico y a sabiendas de que no
existía en ese terreno ninguna construcción susceptible de rehabilitación y de que,
por tanto, actuando así estaba autorizando construir en esta clase de suelo una
vivienda residencial de nueva planta no destinada a fines agrícolas y, por ende,
enteramente prohibida por el artículo 52 LOUA.
4.- Vivienda de Marcos en parcela NUM275 del polígono NUM129
La solicitud de licencia de obras de reforma, formulada a nombre de Marcos y
acompañada de ese proyecto básico y de ejecución elaborado por el arquitecto
Donato, fue presentada en el ayuntamiento el 16 de julio de 2004 (25-8322) dando
lugar al expediente de licencia de obras de reforma y restauración NUM376, pero no
obtuvo respuesta de la corporación municipal hasta casi dos años después (y
bastante después también de que la edificación estuviese terminada) en la que el
alcalde Genaro le concedió arbitrariamente licencia de obras de reforma de fecha
01/03/2006 (25-8323), sin pedir informes técnicos y jurídicos y a sabiendas de que
en esa parcela NUM275 no había existido ninguna vivienda anterior y que de esta
forma contravenía abiertamente no sólo las normas subsidiarias de planeamiento
(que él creía vigentes) sino también la ley urbanística andaluza que, como ya se ha
reiterado, sólo excepcionalmente permitía en esa clase de terrenos no urbanizables
edificaciones de viviendas vinculadas a fines productivos y previa aprobación de un
proyecto de actuación. Licencia merced a la cual los propietarios pudieron otorgar la
escritura de obra nueva de 1 de junio de 2006 (25-8362) en la que declararon la
construcción de esa vivienda de nueva planta. Y un año más tarde el alcalde
concedió a los dueños licencia de primera ocupación de fecha 15/06/2006 (56-
18434)).
Se le condena por delito de prevaricación urbanística del artículo 320.1 CP que se
le imputa por la manifiesta y consciente arbitrariedad en que incurrió al otorgar esa
licencia de obra, formalmente de reforma, en suelo no urbanizable sin los
preceptivos informes técnico y jurídico y a sabiendas de que no existía en ese
terreno ninguna construcción susceptible de rehabilitación y de que, por tanto,
actuando así estaba autorizando construir en esta clase de suelo una vivienda
residencial de nueva planta no destinada a fines agrícolas y, por ende, enteramente
prohibida por el artículo 52 LOUA.
5.- Vivienda de Isaac en parcela NUM276 del polígono NUM129
La solicitud de autorización de obra de reforma y rehabilitación, fechada a
17/01/2006 y acompañada del proyecto básico y de ejecución elaborado por el
arquitecto Anton (30-9841), fue presentada en el ayuntamiento el día 19 de enero de
2006 (30-9838), dando lugar al expediente de obras mayores NUM369, en el que el
alcalde Genaro, sin antes recabar el preceptivo informe técnico y jurídico, procedió a
otorgarle arbitrariamente esa licencia de obras de reforma con fecha 17/01/2006
207
Documento
(29-9724), es decir, dos días antes de que fuese presentada la petición. Y ello a
sabiendas de que en esa parcela NUM276 no había ninguna vivienda que pudiera
ser rehabilitada y que de esta forma estaba contraviniendo abiertamente no sólo las
normas subsidiarias de planeamiento (que él creía vigentes) sino también la ley
urbanística andaluza que, como se ha dicho antes, sólo excepcionalmente permitía
en esa clase de terrenos no urbanizables edificaciones de viviendas vinculadas a
fines productivos (o sea, no residenciales) y previa aprobación de un proyecto de
actuación.
Se recoge que delito de prevaricación urbanística a la vista de la manifiesta
arbitrariedad en que incurrió al otorgar esa licencia de obra en suelo no urbanizable
(significativamente autorizada dos días antes de que fuera presentada en el
ayuntamiento la solicitud) sin los preceptivos informes técnico y jurídico y a
sabiendas de que, actuando así, estaba permitiendo construir en esta clase de suelo
una vivienda residencial de nueva planta no destinada a fines agrícolas y por ello
enteramente prohibida por el artículo 52 LOUA.
Con todo ello, y el relato de los extensos hechos probados que tuvo en cuenta el
Tribunal para la condena por los delitos citados no puede encajar en modo alguno
en el error que se alega ante la claridad expositiva del relato de hechos probados
que los hacen absolutamente incompatibles con la teoría del error, porque no puede
acudir el recurrente a una teoría del "desconocimiento interesado" para, sobre ella,
construir el desconocimiento de la realidad que se manejaba con el ejercicio de su
mando y el control que dispensaba en todo el operativo que diseña para todo aquél
que deseaba llevar a cabo una actividad constructiva, haciendo constar la claridad
de los hechos probados de la rapidez con la que tramitaba todas las solicitudes
omitiendo por completo los trámites preceptivos que no podía ni debía ignorar.
Incluso desoye las órdenes de la Administración competente ante quejas que se
hacían por ciudadanos que comprobaban las obras ilegales y desoía este
requerimiento pese a las advertencias de responsabilidades penales. La claridad del
dolo es evidente, y ello hace inaplicable el pretendido error de tipo que alega.
El Tribunal razona y motiva de forma acertada los requisitos para la operatividad
de los tipos penales objeto de condena en el FD nº 5, pags 211 y ss
Así, esta Sala ha destacado la relación entre el delito de prevaricación del art. 404
CP y el del art. 319.1 CP en la sentencia del Tribunal Supremo, Sala Segunda, de lo
Penal, Sentencia 752/2016 de 11 Oct. 2016 , Rec. 343/2016, donde se explica que:
"La jurisprudencia de esta Sala ha reiterado la relación existente entre el delito de
prevaricación del artículo 404 y el de la llamada prevaricación urbanística del
artículo 320. Aunque en ambos casos sean aplicables consideraciones relativas al
bien jurídico protegido, a la condición del autor, a la arbitrariedad de la actuación
administrativa de que se trate y a la actuación "a sabiendas de la injusticia", ha
señalado también la existencia de algunas diferencias. En la STS nº 497/2012, de 4
de junio , partiendo de que, en el caso del art. 320 CP, nos encontramos ante una
prevaricación especial por razón de la materia sobre la que se realiza (la normativa
208
Documento
urbanística), se afirmaba que "mientras que la modalidad genérica del art. 404 CP
exige que la autoridad o funcionario, además de una actuación a sabiendas de su
injusticia, produzca una resolución arbitraria, en la urbanística el contenido de la
conducta consiste en informar o resolver favorablemente a sabiendas de su
injusticia. En ambos casos, el contenido de la acción es similar, pues la arbitrariedad
es una forma de injusticia. De ahí que pueda ser aplicada a la prevaricación especial
la jurisprudencia de esta Sala sobre la genérica ( SSTS núm. 331/2003 , 1658/2003
ó 1015/2002 ), bien entendido que en la interpretación del tipo no debe olvidarse el
análisis de la conducta desde la perspectiva de la antijuridicidad material, aplicando,
en su caso, los criterios de proporcionalidad, insignificancia e intervención mínima
cuando no se aprecie afectación del bien jurídico tutelado. La coordinación de las
medidas administrativas y penales para la tutela urbanística no debe interpretarse
en el sentido de que al derecho penal le corresponde un papel inferior o meramente
auxiliar respecto del derecho administrativo: ambos se complementan para mejorar
la tutela de un interés colectivo de especial relevancia, ocupando cada uno de ellos
su lugar específico, conforme a su naturaleza. El derecho administrativo realiza una
función preventiva y también sancionadora de primer grado, reservándose el
derecho penal para las infracciones más graves".
En esta misma sentencia se contiene una síntesis de la doctrina de esta Sala
acerca del delito de prevaricación, a la cabe ahora remitirse en su integridad.
Aun así, interesa reiterar ( STS nº 340/2012 ) que el delito de prevaricación tutela
el correcto ejercicio de la función pública de acuerdo con los principios
constitucionales que orientan su actuación. Garantiza el debido respeto, en el
ámbito de la función pública, al principio de legalidad como fundamento básico de
un Estado social y democrático de Derecho, frente a ilegalidades severas y dolosas,
respetando coetáneamente el principio de última ratio en la intervención del
ordenamiento penal. En consecuencia, a los tribunales del orden penal no les
corresponde el control de la actividad de las distintas Administraciones Públicas,
que se atribuye a los del orden Contencioso-Administrativo. Como hemos dicho en
otras ocasiones, no se trata de sustituir a la Jurisdicción Administrativa, en su labor
de control de la legalidad de la actuación de la Administración Pública, por la
Jurisdicción Penal a través del delito de prevaricación, sino de sancionar supuestos
límite, en los que la actuación administrativa no sólo es ilegal, sino además injusta y
arbitraria".
No existe la ausencia del dolo que se pretende bajo el "paraguas" de alegatos
sobre la legislación urbanística, ya que son los mismos hechos probados que se
deben respetar ex art,. 849.1 LECRIM los que permiten subsumir la conducta del
acusado en el tipo penal del art. 320 y 404 del C. Penal en lo concerniente al
otorgamiento de las licencias de segregación o edificación, pues en la aprobación
de las mismas el recurrente actuó de forma enteramente arbitraria y a sabiendas de
su ilegalidad, ya que el recurrente actuaba de forma personalísima, como consta en
los hechos probados, lo que era prueba real y evidente que ni quería control de
terceros en modo alguno y quería asegurarse de que la petición cursada se
209
Documento
legalizaría en un breve tiempo. Y ello, sin recabar los informes necesarios según los
casos, o cualquier tipo de asesoramiento potencialmente contrario a su voluntad ya
formada de antemano y con plena conciencia, por tanto, del ejercicio arbitrario del
poder público que tenía conferido. Ante tal conducta prevaricadora no puede existir
error alguno en su ejecución.
El motivo se desestima.
SÉPTIMO.-
3.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849.1º de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal , por indebida aplicación de los artículos 130.6 º, 131 y 132 CP .
Considera el recurrente que "los hechos relacionados con los delitos de
prevaricación y prevaricación urbanística -aunque finalmente se haya condenado
por un delito continuado- por los que se ha condenado, y cuya prescripción se
alegó, pese a coincidir en su relación con la concesión de algún tipo de licencia
urbanística, ninguna otra conexión guardan entre sí, correspondiendo a distinto
origen espacio-temporal. Procedería el reconocimiento de su prescripción".
El Tribunal rechazó la prescripción alegada en una extensa motivación recogida
en pags 165 y ss de la sentencia donde se hace constar que:
"Se atribuye a este acusado, alcalde de Alcaucín durante todo el largo período de
tiempo al que van referidos hechos, la comisión de 140 delitos. Su defensa alega la
prescripción de buena parte de los mismos a pesar de que muchos de ellos (como
por ejemplo los de prevaricación, falsedad, cohecho y blanqueo) llevan aparejado un
plazo prescriptivo de 10 años y de que, en cualquier caso, todos ellos guardan entre
sí una íntima conexión sustancial estrechamente relacionada con la corrupción
urbanística.
En vista de ello, basta dar aquí por reproducida toda la doctrina jurisprudencial
expuesta en las premisas básicas de este fundamento jurídico, en especial la
recogida en los números 4 y 5, para rechazar por completo en este momento
procesal todas las peticiones concretas de prescripción instadas por esta defensa
sin necesidad de tener que entrar a analizar pormenorizadamente cada una de
ellas. Porque, de un lado, el minucioso relato fáctico contenido en el escrito de
acusación del Ministerio fiscal en relación a los hechos supuestamente cometidos
por este alcalde deja patente la unidad delictiva cohesionada materialmente que se
da entre todas las infracciones presuntamente perpetradas al integrar realmente
todas ellas un proyecto único en varias direcciones y porque, de otro, el plazo
prescriptivo que (como se indica en esa jurisprudencia) debe ser tenido en cuenta
en estos casos es el de 10 años por ser el que corresponde al delito más
gravemente penado.
Plazo este que, indudablemente, quedó interrumpido desde el momento en que
tras el primer inicial atestado-denuncia de la guardia civil el juzgado instructor dictó
el auto de 19/09/2008 por el que acordó la incoación de las correspondientes
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su emisión con el fin de dar la apariencia de haber sido emitidos años atrás en los
correspondientes expedientes de obra y evitar así cualquier eventual
responsabilidad disciplinaria o penal. Las pruebas llevadas al plenario, constituidas
esencialmente por los documentos reseñados en el propio relato fáctico (además de
otros, también aportados al procedimiento principal, como por ejemplo los obrantes
en el 16-5420 y 40-12950) y por la grabación de las conversaciones telefónicas
mantenidas el 22 de noviembre de 2008 entre Genaro y Donato y el 26 del mismo
mes entre Genaro y la funcionaria Carlota (que han sido reproducidas íntegramente
en la vista oral, además de estar transcritas en A6-1761 y A6-1771)) han
demostrado inequívocamente la perpetración de este hecho delictivo por parte de
los acusados, resultando especialmente elocuente la segunda grabación telefónica
por cuanto que en ella, y en un tono que revela el alto grado de confianza y
complicidad entre Genaro y la funcionaria, el alcalde le revela a ésta la necesidad de
introducir esos cambios de fecha y formato en los informes recientemente
elaborados por su jefe Donato a fin de que no puedan despertar sospechas de
inautenticidad entre los responsables de la inspección de la consejería de obras
públicas a la que iban destinados. Y es que, en efecto, concurre en la conducta de
ambos acusados todos los elementos objetivos y subjetivos configuradores del
delito de falsedad en documento público u oficial del, artículo 390.1 CP (más
concretamente en las modalidades de falsedad material los apartados 1° y 2°) que
ya ampliamente quedaron expuestos en el fundamento jurídico cuarto de esta
sentencia y al que, en aras a la brevedad, expresamente nos remitimos". Resulta
evidente que la prueba que se cita por el Tribunal referente a documental y más
expresamente grabaciones que fueron escuchadas en la vista, resulta relevante
frente al alegato de documental que expone el recurrente de diligencias previas de
investigación, ya que la investigación posterior altera el resultado que se cita y es
clave en el motivo del art. 849.2 LECRIM que "los documentos no queden
contradichos por otros elementos probatorios", lo que no se da en este caso, en
donde, efectivamente, estos elementos sí concurren y han sido relacionados por el
Tribunal, como se ha expuesto. El motivo se desestima.
RECURSO DE Federico
NOVENO.-
1.- Al amparo de lo dispuesto en los artículos 852 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal y 5.4° de la Ley Orgánica del Poder Judicial , ambos en relación con el
artículo 24.1°.2° de la Constitución Española : Se queja el recurrente de que el
Fiscal, modificara su provisional escrito de conclusiones en el que había calificado
los hechos ocurridos antes de la reforma del CP de 2010 , como constitutivos de un
delito de cohecho del art. 420 y en conclusiones definitivas modificara la calificación
para considerar de aplicación el art. 425. La acusación que se fijó en conclusiones
definitivas para el recurrente Federico lo fue "Como autor de un delito continuado de
cohecho pasivo de los artículos 422 y 74 del actual código Penal y del artículo 425
CP, en la redacción vigente al tiempo de los hechos, le solicita el Ministerio fiscal la
pena de nueve meses de prisión y suspensión de empleo o cargo público durante
218
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dos años por los hechos descritos en los siguientes apartados del escrito de
acusación: 11, 20-B y 47 (Bloque 2) 15-G (Bloque 4) 17-C (Bloque 5) 28-A (Bloque
10) 40, 51-A, 51 -B y 51-C (Bloque 21) La condena que se fija en el FD nº 30 al
recurrente Federico es que "Deberá ser CONDENADO como autor directo,
conforme al artículo 28 CP, de un delito continuado de cohecho pasivo de los
artículos 425 (texto anterior a la reforma LO 5/2010 ) y 422 (texto posterior a esta
reforma), en relación con el artículo 74 CP, pero referido exclusivamente a los
hechos del apartado 7 del hecho probado 21°, debiendo quedar ABSUELTO de
todas las demás acusaciones de cohecho que se le imputan". Y la pena que se le
impone "como autor de un DELITO CONTINUADO DE COHECHO PASIVO,
concurriendo la atenuante analógica muy cualificada de dilaciones indebidas, a las
penas de cinco meses de prisión y suspensión de empleo y cargo público por un
año y cinco meses". Pues bien, hay que puntualizar que el art. 420 anterior a la
reforma, castigaba a la autoridad o funcionario público que, en provecho propio o de
un tercero, solicite o reciba, por sí o por persona interpuesta, dádiva o promesa por
ejecutar un acto injusto relativo al ejercicio de su cargo que no constituya delito, y lo
ejecute, incurrirá en la pena de prisión de uno a cuatro años e inhabilitación especial
para empleo o cargo público por tiempo de seis a nueve años, y de prisión de uno a
dos años e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de tres a
seis años, si no llegara a ejecutarlo. En ambos casos se impondrá, además, la multa
del tanto al triplo del valor de la dádiva. En otro orden, el art. 425, también anterior a
la reforma, castigaba a: 1. La autoridad o funcionario público que solicitare dádiva o
presente o admitiere ofrecimiento o promesa para realizar un acto propio de su
cargo o como recompensa del ya realizado, incurrirá en la pena de multa del tanto al
triplo del valor de la dádiva y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de
seis meses a tres años.2. En el caso de recompensa por el acto ya realizado, si éste
fuera constitutivo de delito se impondrá, además, la pena de prisión de uno a tres
años, multa de seis a diez meses e inhabilitación especial para empleo o cargo
público por tiempo de diez a quince años. Pero los hechos objeto de acusación se
mantienen incólumes. No hay modificación de hechos, que pueda ser determinante
de indefensión, sino que dentro de las modalidades delictivas del cohecho y en base
a la prueba practicada, en el momento de las conclusiones definitivas se produce la
modificación dentro de estas modalidades delictivas a la que la acusación pública
entendía que se ajustaba la prueba practicada dentro del mantenimiento y
conservación de la homogeneidad delictiva, para postular una atenuación de la
responsabilidad, y no mantener una calificación más grave que no se adecuaba ni
correspondía con la prueba practicada. No hay diferencia esencial determinante de
indefensión, ya que en el antiguo artículo 420 del Código Penal la dadiva recibida
estaba relacionada con la realización de un acto injusto mientras que en el atenuado
art. 422 simplemente se elimina esta exigencia. De ello, se desprende, de manera
patente, la homogeneidad de los dos delitos. No hay cambio de hechos. Y en
cualquier caso siempre le queda a la parte la vía del art. 788.4 LECRIM para que en
los casos de cambio de tipificación penal de los hechos, o su agravación, que no es
el caso, pedir una suspensión de las sesiones para "preparar sus alegaciones, o,
incluso... aportar los elementos probatorios de descargo que estime convenientes".
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DÉCIMO.-
2.- De conformidad con lo prescrito en el artículo 849.1º de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal , infracción de los artículos 422 vigente y 425 anterior a la
Reforma por LO 5/2010 y artículo 74 del Código Penal . Cuestiona el recurrente que
no se dan los elementos que permitan subsumir su conducta en los delitos del art.
425 anterior a la reforma ni en el actual art. 422, pues el relato de hechos no
describe cuáles son los actos propios relativos al ejercicio de su cargo que realizó,
pues carecía de competencia alguna para realizar acto administrativo alguno o para
impulsar o agilizar trámite alguno. Refiere que en su condición no podía realizar
trámite alguno, porque no era funcionario, sino que tenía contrato laboral, siendo
auxiliar técnico catastral. Hay que tener en cuenta que se utiliza la vía en este
motivo del art. 849.1 LECRIM. Y sobre ello, esta Sala ha reiterado ( Tribunal
Supremo, Sala Segunda, de lo Penal, Sentencia 849/2013 de 12 Nov. 2013 , Rec.
10038/2013, STS. 121/2008 de 26.2 ) que el recurso de casación cuando se articula
por la vía del art. 849.1 LECrim. ha de partir de las precisiones fácticas que haya
establecido el Tribunal de instancia, por no constituir una apelación ni una revisión
de la prueba. Se trata de un recurso de carácter sustantivo penal cuyo objeto
exclusivo es el enfoque jurídico que a unos hechos dados, ya inalterables, se
pretende aplicar, en discordancia con el Tribunal sentenciador. La técnica de la
casación penal exige que en los recursos de esta naturaleza se guarde el mas
absoluto respeto a los hechos que se declaren probados en la sentencia recurrida ,
ya que el ámbito propio de este recurso queda limitado al control de la juridicidad, o
sea, que lo único que en él se puede discutir es si la subsunción que de los hechos
hubiese hecho el Tribunal de instancia en el precepto penal de derecho sustantivo
aplicado es o no correcta jurídicamente, de modo que la tesis del recurrente no
puede salirse del contenido del hecho probado. Por ello, con harta reiteración en la
práctica procesal, al hacer uso del recurso de casación basado en el art. 849.1
LECrim. se manifiesta el vicio o corruptela de no respetar el recurrente los hechos
probados, proclamados por la convicción psicológica de la Sala de instancia,
interpretando soberana y jurisdiccionalmente las pruebas, más que modificándolos
radicalmente en su integridad, alterando su contenido parcialmente, lo condicionan o
desvían su recto sentido con hermenéutica subjetiva e interesada, o interpolarse
frases, alterando, modificando, sumando o restando a la narración fáctica extremos
que no contiene o expresan intenciones inexistentes o deducen consecuencias que
de consuno tratan de desvirtuar la premisa mayor o fundamental de la resolución
que ha de calificarse técnicamente en su tipicidad o atipicidad y que necesita de la
indudable sumisión de las partes. En definitiva no puede darse una versión de los
hechos en abierta discordancia e incongruencia con lo afirmado en los mismos,
olvidando que los motivos acogidos al art. 849.1 LECrim. ha de respetar fiel e
inexcusablemente los hechos que como probados se consignan en la sentencia
recurrida. ¿Cuáles son, en consecuencia, los hechos declarados probados para
valorar sobre ellos si es posible el juicio de subsunción? Podemos preguntarnos.
Pues ya se ha hecho constar con ocasión del anterior motivo que los hechos
probados que constan respecto del recurrente son los cifrados en el Bloque XXI
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diciembre de 2001 ), a la que debe accederse por cualquiera de las tres vías de
designación que recoge el precepto". En este caso la función que desarrollaba el
recurrente era pública y queda acreditado que es por ello por lo que se hacen los
pagos acreditados. Y, de igual modo, la conducta no fue insignificante, ya que está
tipificada en el CP. No es tanto la cuantía, sino el acto en sí mismo que supone una
grave desconsideración a la función pública que se ejerce y una imagen a la
ciudadanía de corrupción aunque el recurrente pretenda minusvalorar su gravedad,
lo que se coteja con la penalidad que se ha impuesto en el marco mínimo de los dos
existentes por la atenuante muy cualificada aplicada. No cabe entrar en las
consideraciones realizadas en torno a valoración de prueba que quedan fuera del
contexto del art. 849.1 LECRIM. El motivo se desestima.
RECURSO DE Donato
DÉCIMO PRIMERO
1 y 2.- Al amparo de lo dispuesto en el artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial y 852 de la Lecrim . vulneración de los artículos 18.2 y 3 de la Constitución
Española , por los que se garantizan la inviolabilidad del domicilio y el secreto de las
comunicaciones telefónicas, por nulidad de las intervenciones telefónicas y de los
registros practicados, lo que ha producido la lesión del derecho de presunción de
inocencia del acusado en la medida en que el fallo se basa exclusivamente en el
resultado de tales ilícitas pruebas documentales y en las pruebas contaminadas
(testificales/periciales) derivadas de las mismas. Se realiza un alegato por el
recurrente acerca de derechos fundamentales que considera infringidos en torno a
nulidades derivadas de las intervenciones telefónicas y registros llevados a cabo,
ausencia de control judicial, y de notificación al fiscal con carácter previo. Sin
embargo, debe descartarse este alegato, y, así, el Tribunal señala en el FD nº 6
que: "Como admite el propio Ministerio fiscal, no conste formal notificación previa al
mismo de algunas de las medidas e intervención acordadas, pues por la razones
que el propio ministerio público ha explicado en sus alegaciones, siempre estuvo
éste al tanto de todas ellas (desde su "sección de delitos urbanísticos y luego por la
fiscalía anticorrupción") por lo que en ningún momento se soslayaron materialmente
las funciones que este defensor de la legalidad y del interés público tutelado por la
ley tiene constitucionalmente reconocidas ( artículo 124 CE) y específicamente
atribuidas en el procedimiento abreviado para velar por la garantías procesales de
los imputados ( artículo 773 LECrim). Y, por otra parte, tampoco el voluminoso
atestado que precedió al motivado auto de incoación de diligencias previas y demás
actuaciones posteriores practicadas permiten sostener la denuncia de investigación
prospectiva que también formula la defensa de éste acusado habida cuenta la
naturaleza y complejidad de los delitos investigados y la imposibilidad material de
seguir avanzando en la investigación sin acudir a esas medidas de intervención
telefónica por dos veces prorrogadas". Es sabido que la falta de constancia en las
actuaciones de un acto formal de notificación al Fiscal de los Autos que autorizaron
y prorrogaron las intervenciones telefónicas no constituye un defecto
constitucionalmente relevante en el control de la intervención, puesto que no impidió
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indebidas, a las penas de dos años y tres meses de prisión, multa de ocho meses a
razón de 10 € de cuota diaria (con la responsabilidad personal subsidiaria de un día
de privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas) e inhabilitación especial
para empleo o cargo público por tiempo de dos años. Y como autor de un DELITO
DE ACTIVIDADES PROHIBIDAS A LOS FUNCIONARIOS concurriendo igual
circunstancia atenuante cualificada de dilaciones indebidas, a las penas de tres
meses de multa a razón de 10 € de cuota diaria (con la consiguiente responsabilidad
personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas no
satisfechas) y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de seis meses. Las
conductas realizadas por el recurrente que determinan la condena y la existencia de
prueba bastante son las siguientes, a saber: 1.- Catálogo de viviendas aisladas
(epígrafe 50 MF). (Pags 271 y ss sentencia FD nº 10) "Por los hechos de este
apartado se atribuye a los acusados Donato y Genaro de un delito continuado de
falsedad en documento oficial (el primero en concepto de autor y el segundo en el
de inductor) por haber realizado el primero, funcionario del servicio de arquitectura
de la diputación Provincial de Málaga esos tres documentos oficiales enteramente
nuevos simulando la firma del arquitecto a cuyo nombre se expidió así como las
fechas de su emisión con el fin de dar la apariencia de haber sido emitidos años
atrás en los correspondientes expedientes de obra y evitar así cualquier eventual
responsabilidad disciplinaria o penal. Las pruebas llevadas al plenario, constituidas
esencialmente por los documentos reseñados en el propio relato fáctico (además de
otros, también aportados al procedimiento principal, como por ejemplo los obrantes
en el 16-5420 y 40-12950) y por la grabación de las conversaciones telefónicas
mantenidas el 22 de noviembre de 2008 entre Genaro y Donato y el 26 del mismo
mes entre Genaro y la funcionaria Carlota (que han sido reproducidas íntegramente
en la vista oral, además de estar transcritas en A6-1761 y A6-1771)) han
demostrado inequívocamente la perpetración de este hecho delictivo por parte de
los acusados, resultando especialmente elocuente la segunda grabación telefónica
por cuanto que en ella, y en un tono que revela el alto grado de confianza y
complicidad entre Genaro y la funcionaria, el alcalde le revela a ésta la necesidad de
introducir esos cambios de fecha y formato en los informes recientemente
elaborados por su jefe Donato a fin de que no puedan despertar sospechas de
inautenticidad entre los responsables de la inspección de la consejería de obras
públicas a la que iban destinados. Y es que, en efecto, concurre en la conducta de
ambos acusados todos los elementos objetivos y subjetivos configuradores del
delito de falsedad en documento público u oficial del, artículo 390.1 CP (más
concretamente en las modalidades de falsedad material los apartados 1° y 2°) que
ya ampliamente quedaron expuestos en el fundamento jurídico cuarto de esta
sentencia y al que, en aras a la brevedad, expresamente nos remitimos". 2.-
Licencia de Primera ocupación de 11 diciembre 20018 En este caso los hechos se
refieren a la confección de un informe técnico de fecha 27/10/2008 materialmente
elaborado por el acusado argumentando, ante las dificultades para obtener la
licencia, que se habían suprimido la entrada y huecos de un torreón, pero como
quiera que el acusado, funcionario de la Diputación también realizaba trabajos
particulares para Luis Enrique, a fin de ocultar su incompatibilidad, hizo figurar
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tampoco desmintió en juicio el propio acusado. 6.- Parcelas NUM268 y NUM250 del
Polígono NUM219 La mendacidad de la certificación del 17/04/2006 que, como
arquitecto particular pero con conocimiento del concreto destino oficial para el que le
fue solicitada, resulta de hechos tan claramente objetivables como era la
inexistencia en la parcela de una antigua vivienda, que se dice que existía a
sabiendas de su total mendacidad e incluso acompañando a su certificado unas
fotos falsas de una casa ubicada en otro lugar, quedó evidenciada no sólo por la
inspección ocular policial (con sus consiguientes orto fotos) sino también por sus
propias palabras vertidas en la conversación telefónica que tuvo con el alcalde
Genaro. 7.- Carloteña de arquitectura Las pruebas llevadas al plenario, estuvieron
constituidas esencialmente por los documentos que se reseñan en el propio relato
fáctico y por las diversas declaraciones depuestas en el juicio tanto por el propio
acusado como por otros testigos han permitido acreditar la mutación esencial de
verdad efectuada en ese documento La testigo Clara (secretaria del ayuntamiento)
fue especialmente contundente en el juicio al asegurar la falsedad del referido
documento de concesión de licencia de obras de fecha 26/08/2008 (A20-7718),
Asimismo, el directo perjudicado Damaso ratificó en el juicio, en plena coherencia
con lo afirmado por la secretaria Clara, la falsedad de dicho documento de
concesión de licencia y cómo el mismo actuó como determinante para que abonara
a Donato los honorarios pendientes (18.000 €). También ha desmentido la
autenticidad esa licencia el alcalde Genaro. Ni siquiera el propio acusado, manifiesta
la Sala, ha desmentido su autoría contestando con vagas frases como "no lo
recuerdo" (referida al documento) y con un nada consistente "yo creo que no"
Autoría de Donato que se vio corroborada objetivamente por los documentos
electrónicos obtenidos del ordenador de su despacho oficial de la Diputación, uno
de los cuales es de contenido idéntico al documento falsificado (A20- 7724) y otros,
como el de la carta dirigida a Damaso explicando el estado del procedimiento de
licencia de obras con presupuesto de gastos y honorarios (A20-7721) de igual
contenido que la que efectivamente le dirigió. 8.- Estudio de detalle, fin de obra y
licencia de primera ocupación Las pruebas por el informe favorable al estudio de
detalle que sirvió de base a la autorización municipal de las obras de Agustín
suplantando o imitando, supuestamente, la firma de otro arquitecto de la Diputación,
el Sr. Simón con el fin de obtener su aprobación municipal, estuvieron constituidas
esencialmente por los documentos reseñados en el propio relato fáctico, por la
testifical de Simón (negando rotundamente tanto la autoría de ese informe favorable
como la firma recogida en el mismo) y por la pericial caligráfica emitida por el
Servicio de Criminalística de la guardia civil (P1-69 y siguientes) que de modo
contundente atribuye en su informe la realización material de esa falsificación de
firma a Donato, permiten inequívocamente atribuir a este acusado la comisión del
delito de falsedad 9.- Estudios de Detalle y actuaciones en UE-5 (epígrafe 37 MF).
La condena de Donato por el delito continuado de falsedad en documento oficial en
la elaboración y expedición a nombre de su compañero Simón, y suplantando su
firma, de los informes oficiales de 25/10/2005 favorable a licencia de obras solicitada
por THOMUN y de 21/11/2006 sobre el conflicto de linderos entre las promotoras
CINEMA y OFRIMA, responde a las mismas razones que la Sala expuso en los
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DÉCIMO SEGUNDO.-
3.- Al amparo del artículo 849.1° de la Lecrim ., denuncia el recurrente la indebida
aplicación de los artículos 390.1 y 392 en relación con el 390.1.2° CP y articulo 74
del mismo texto punitivo (delito continuado de falsedad en documento oficial y en
documento oficial por destino). Se alega que de la lectura del relato de hechos
probados se colige que los mismos no pueden ser subsumidos en dicho precepto al
no quedar suficientemente acreditado el fundamento de los mismos, ni la autoría
correspondiente y siempre a tenor de la argumentación que sigue. Se añade que "si
los hechos declarados probados 3°, 4°, 5°, 6°, 10°, 11°, 13°, 15°, 17°, 19°, 20° y 21°
fueran constitutivos de delito, estaríamos ante falsedades inocuas, en las que no
sería detectable ninguna antijuridicidad material y que, además, carecen de
gravedad y transcendencia objetiva. En cuanto a las falsedades que se atribuyen a
mi representado, por imitación de las firmas de los también arquitectos Simón y
Diego, la autoría que se le atribuye carece del bagaje probatorio necesario para
alcanzar el grado de certeza que fundamente la condena. Y que es patente el vacío
probatorio, desde la perspectiva de la inexistencia de prueba de cargo alguna para
fundamentar la atribución de la autoría de las "imitaciones" a mi representado y para
el dictado de un pronunciamiento condenatorio". Se alude a la necesidad de aplicar
al caso el principio de intervención mínima del derecho penal y la frontera con el
ilícito administrativo. Como ya hemos reseñado antes ante otros motivos en los que
se alega la infracción de ley ex art. 849.1 LECRIM debemos recordar a estos
efectos que el cauce casacional elegido implica la aceptación de los hechos
declarados probados en la sentencia impugnada, sin que con base en el artículo
849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal pueda pretenderse una modificación de
dicho relato fáctico, ya que lo que se denuncia es una incorrecta aplicación del
derecho al hecho probado de la sentencia; de ahí que reiterada jurisprudencia de
esta Sala haya afirmado que el recurso de casación por infracción de ley exige el
respeto absoluto e íntegro de los hechos probados en sentencia ( SSTS 171/2008 ;
380/2008 y 131/2016, de 23 de febrero , entre otras). Con ello, el cauce procesal
que habilita el artículo 849.1 LECRIM sólo permite cuestionar el juicio de tipicidad,
esto es, la subsunción proclamada por el Tribunal de instancia. No autoriza a
censurar el sostén probatorio del factum. La discrepancia que habilita no tiene que
ver con el significado y la suficiencia incriminatoria de la prueba sobre la que se
asientan los hechos, sino con la calificación jurídica de éstos. Por ello, no es este el
momento de analizar el soporte probatorio de la secuencia histórica que la sentencia
recurrida reproduce. Se recoge una reiteración de conductas falsarias que
evidencian una tónica habitual en el desprecio de las reglas que debe presidir la
actuación profesional. Así: 1.- Esos tres documentos oficiales enteramente nuevos
simulando la firma del arquitecto a cuyo nombre se expidió así como las fechas de
su emisión con el fin de dar la apariencia de haber sido emitidos años atrás en los
correspondientes expedientes de obra y evitar así cualquier eventual
responsabilidad disciplinaria o penal. 2.- Hizo figurar mendazmente como autor del
informe, y sin su conocimiento, al también arquitecto de la Diputación, Simón,
simulando igualmente su firma 3.- Falsedad del referido documento de concesión de
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ya razonamos también -en ese mismo fundamento jurídico y que, por ello, damos
aquí enteramente por reproducido..". Y en este FD nº 6 pags. 228 y ss se recoge
que: "3.- Hechos del epígrafe 4-C. URBANIZACION004. De los hechos aquí
referidos por el Ministerio público, ha quedado debidamente acreditado, en virtud de
las pruebas ya mencionadas practicadas en las sesiones correspondientes al
bloque III, que tras adquirir estos acusados como rústica (igualmente a nombre de la
sociedad PARAÍSO DE LA AXARQUTA) una finca de 12.524 m2 (registral NUM186,
correspondiente a las catastrales NUM195 y NUM196 del polígono NUM129),
situada en el lugar conocido como URBANIZACION003 o DIRECCION015 pero muy
alejada esta vez, en dirección sur, de las dos fincas anteriormente mencionadas y,
por ende, completamente apartada del núcleo de población de Puente Don Manuel
y sin acceso rodado al mismo (según se evidencia en la misma imagen orto
fotográfica antes mencionada aportada al juicio), procedieron a promover en ella
otro proyecto de urbanización denominado Valle de Alcaucín. Y como quiera que la
finca obraba como rústica en el Registro, los acusados, a fin de lograr su inscripción
como urbana procedieron a actuar concertadamente del mismo modo que en el
caso anterior, emitiendo primeramente Pio (prevaliéndose de su condición de
arquitecto técnico municipal) un informe o certificado técnico de fecha 02/02/2006 (el
ya antes comentado obrante al tomo 70 folio 23022) afirmando la naturaleza urbana
de la finca por estar dotada de los servicios urbanísticos propios de esta clase de
suelo que igualmente sirvió de base a la correspondiente certificación del secretario
municipal de fecha 03/01/2006 (A5-5749) en la que igualmente se dictaminaba esa
supuesta naturaleza urbana de la finca, lográndose así la posterior inscripción en el
Registro de la Propiedad como urbana tanto de esta finca matriz como de las
parcelas que se segregaron de ella tras las correspondientes licencias municipales
de segregación y de obra. Y consta igualmente acreditado (centrándose aquí la
acusación por este concreto delito) cómo, al menos, nueve viviendas unifamiliares
fueron construidas por la sociedad de los acusados en esas parcelas durante,
fundamentalmente, el año 2006 y vendidas posteriormente a terceros. En el
presente caso, pese a la similitud que guarda el mismo con los dos anteriores en
cuanto al modo de proceder de los acusados, la consecuencia jurídica debe ser bien
distinta al amparo de los criterios que hemos dejado expuestos con carácter general
al comienzo de este apartado V de presente fundamento jurídico. Y decimos esto
porque además del común dolo concertado con que actuaron ambos profesionales
de la construcción para obtener ese certificado municipal de urbana de la finca en
cuestión, la concurrencia del elemento objetivo del tipo ha quedado suficientemente
constatada a la vista de la ubicación de la misma (claramente alejada del núcleo de
población y sin conexión por acceso rodado al mismo) y el también nítido entorno de
cultivo agrícola en que se asienta, lo que lleva razonablemente a concluir no sólo la
exclusión del concepto legal de urbano de estas dos parcelas catastrales sino
también su consideración de suelo no urbanizable digno de reforzada tutela pues en
este caso la lesión del bien jurídico protegido por el tipo queda fuera de toda duda
dada la grave lesión que comporta la edificación en pleno campo agrícola de todo
ese alto número de viviendas residenciales por lo que, en consecuencia, deberán
ser ambos acusados condenados como autores del delito contra la ordenación del
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territorio previsto en el artículo 319.2 CP .". Sin embargo, el Tribunal ha contado con
documental y pericial ampliamente examinada en la sentencia que determinan la
conclusión a la que se llega, ya que como consta en la pag 228 B) 1.- estas pruebas
son "fundamentalmente las certificaciones registrales y demás documentos unidos
autos, alguno de los cuales se reseñan a continuación, así como la común pericial
urbanística depuesta en la sesión del día 20 de febrero". Quiere ello decir que el
Tribunal ha sido exquisito para entender que si estas mismas pruebas determinan
que debe absolver por los hechos referidos a la URBANIZACION008 y
DIRECCION013, no ocurre lo mismo en este caso por entender que concurren los
elementos del tipo penal por el que el Fiscal instó su recurso en el motivo nº 2 de su
escrito analizado ya en el FD nº 3 de esta sentencia (Escrito de recurso de casación
del Fiscal pags.34 y ss instando la condena por el art. 319.2 CP respecto a los
hechos que postula incardinar en el art. 319.2 CP). Finalmente, solo se condenó
respecto a la URBANIZACION004, por afectar esta última a suelos que además de
ser no urbanizables se encontraban más alejados del casco urbano. Visto que existe
argumentación válida y suficiente del Tribunal que depuró la prueba de cargo para
condenar solo en el caso de la existencia de la suficiente, absolviendo en los casos
en los que no concurría se estima que la referida tiene valor suficiente para enervar
la presunción de inocencia, sin que los documentos que refiere el recurrente puedan
alterar la virtualidad probatoria de la referida por el Tribunal en base a su
inmediación y rigor valorativo. El motivo se desestima.
DÉCIMO QUINTO.-
3.- Al amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y del art. 5.4
de la Ley Orgánica del Poder Judicial . Se denuncia infracción del art. 24 de la
Constitución. Este motivo incide en los extremos ya antes citados en donde se
pretende otorgar mayor valor probatorio a los documentos que cita al señalar que
"existen otros elementos probatorios, válidos y revestidos de plena eficacia
probatoria, como son los diversos documentos reseñados en el Motivo Segundo,
que vienen a acreditar, según en el mismo se ha expuesto, la integración de la
Urbanización Villa de Alcaucín en la referida área urbana Puente de Don Manuel, la
existencia de acceso rodado mediante el vial histórico Puente Don Manuel del que
parten los secundarios propios de la Urbanización y que la misma cuenta, además
de con acceso rodado, con los servicios de abastecimiento de agua, saneamiento,
electricidad y recogida de basuras. Por tanto, la referida prueba documental a que
se refiere la Sentencia impugnada no solo carece de virtualidad para justificar lo que
se pretende, sino que se opone a hechos avalados por otros medios de mayor
fuerza probatoria, de lo que se infiere que el proceso mental explicitado en la
Sentencia impugnada, para deducir de dicha prueba la falta de integración de la
Urbanización Villa de Alcaucín en el área urbana Puente Don Manuel y su carencia
de acceso rodado, no resulta en forma alguna razonado y acorde con las reglas del
criterio humano". Nos debemos remitir a lo anteriormente expuesto en cuanto al
privilegio de la práctica de prueba llevado a cabo por el Tribunal y la referencia a la
prueba tenida en cuenta en relación al hecho probado por el que se dicta la condena
en torno a la URBANIZACION004. El motivo se desestima.
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DÉCIMO SEXTO.-
4.- Al amparo del apartado 1º de artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
, se denuncia infracción del artículo o 123 del Código Penal . Refiere el recurrente
que "se le imponen las costas de la acusación particular ejercitada por Luis María en
relación con un delito contra la ordenación del territorio relativo a la
URBANIZACION008, por el que sin embargo se le absuelve, lo que entraña una
notoria incongruencia con la declaración de oficio de las costas relativas a los delitos
contra la ordenación del territorio respecto a los que se le absuelve". Desarrolla su
argumento explicando "Que en el Fallo de la memorada resolución se condena a mi
patrocinado Paulino, entre otros pronunciamientos, al pago de las costas
correspondientes al delito contra la ordenación del territorio por el que se le
condena, incluidas las causadas a la acusación particular ejercitada por Don Luis
María, mientras que se declaran de oficio las correspondientes a los delitos contra la
ordenación del territorio y de estafa por los que se le absuelve en el Fundamento de
Derecho Trigésimo Tercero. Que el único delito contra la ordenación del territorio
por el que se condena a mi memorado principal es el relativo a la denominada
URBANIZACION004 (Fundamento de Derecho Sexto. V. B).3. Hechos del epígrafe
4. C. URBANIZACION004, pág. 230), mientras que se le absuelve de los referentes
a las URBANIZACION008 y DIRECCION013 (Fundamento de Derecho Sexto. B). 2.
Hechos del epígrafe 4 - A. URBANIZACION008 y 3. Hechos del epígrafe 4 - B.
Urbanización DIRECCION013, págs. 228 a 230). Pero es el caso que el único delito
contra la ordenación del territorio por el que formuló acusación contra mi reiterado
mandante Don Luis María, tanto en su escrito de querella (Tomo 36, folios 11.833 y
siguientes), como en el de acusación (Tomo 77, folios 25.374 y siguientes) y ha
sostenido en la fase de plenario es el relativo a la URBANIZACION008
(concretamente a la parcela NUM224, finca registral actual NUM287, parcela
catastral NUM184 del polígono NUM288, finca registral NUM183. Que parece obvio
que en el presente caso se imponen a mi patrocinado las costas de la acusación
ejercitada por Don Luis María en relación con un delito contra la ordenación del
territorio, el relativo a la URBANIZACION008, por el que se la absuelve lo que
entraña una notoria incongruencia con la declaración de oficio de las costas
relativas a los delitos contra la ordenación del territorio respecto a los que se le
absuelve, que se contiene en el memorado Fundamento de Derecho Trigésimo
Tercero, y por consiguiente una patente infracción del artículo 123 del CP". Tiene
razón el recurrente, por cuanto no debe soportar las costas de la acusación
particular cuando fue condenado solo por el delito contra la ordenación del territorio
correspondiente a la URBANIZACION004, por lo que no puede soportar las costas
por hechos por los que no es condenado, ya que solo lo fue por el delito respecto al
que no se refiere la acusación particular y respecto de la cual fue absuelto. El motivo
se estima.
RECURSO DE Pio
DÉCIMO SÉPTIMO.-
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1.- Al amparo del ordinal 1° del art. 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal .
Infracción del derecho a la presunción de inocencia, al amparo del art. 5.4 de la
LOPJ . Se ha lesionado el derecho a la presunción de inocencia ( Art. 24.2 CE ) de
mi representado, tanto porque es objetable la valoración de la prueba que hace la
Audiencia Provincial de Málaga Sección Tercera, desde la perspectiva de la
necesaria racionalidad y congruencia que debe requerirse para configurarla como
prueba de cargo que permita la inferencia lógica necesaria para acreditar la
culpabilidad. La forma en la que se plantea el motivo debería llevar a su inadmisión,
ya que se formula por la vía del art. 849.1 LECRIM que exige el más absoluto
respeto a los hechos probados y, sin embargo, se centra en la inexistencia de
prueba de cargo para la condena. Con la forma en la que se plantea debe
respetarse los hechos probados que se exponen en la sentencia, porque hemos
reseñado anteriormente de forma reiterada que la vía del art. 849.1 LECRIM no
permite entrar en valoración de prueba, y solo analizar la subsunción de los hechos
probados en el tipo o tipos penales objeto de condena. Se condena al recurrente
Pio, como autor de un DELITO CONTRA LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO del
artículo 319.2 CP concurriendo la atenuante analógica muy cualificada de dilaciones
indebidas, a las penas de cuatro meses de prisión, multa de ocho meses a razón de
10 € de cuota diaria (con la responsabilidad personal subsidiaria de un día de
privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas) e inhabilitación especial
para la actividad de construcción o promoción inmobiliaria por tiempo de cinco
meses. Se recoge en los hechos probados que Tras adquirir también estos
acusados, Paulino y Pio, como rústica (igualmente a nombre de la sociedad
PARAÍSO DE LA AXARQUIA) una finca de 12.524 m2 (registral NUM277,
correspondiente a las catastrales NUM195 y NUM196 del polígono NUM129),
situada en el lugar conocido como URBANIZACION003 o DIRECCION015 pero muy
alejada esta vez, en dirección sur, de las dos fincas anteriormente mencionadas y,
por ende, completamente apartada del núcleo de población de Puente Don Manuel
y sin acceso rodado al mismo), procedieron a promover en ella otro proyecto de
urbanización denominado Valle de Alcaucín. Como quiera que la finca obraba como
rústica en el Registro, los acusados, a fin de lograr su inscripción como urbana
procedieron a actuar concertadamente del mismo modo que en el caso anterior,
emitiendo primeramente Pio (prevaliéndose de su condición de arquitecto técnico
municipal) un informe o certificado técnico de fecha 02/02/2006 (70-23022)
afirmando la naturaleza urbana de la finca por estar dotada de los servicios
urbanísticos propios de esta clase de suelo que igualmente sirvió de base a la
correspondiente certificación del secretario municipal de fecha 03/01/2006 (A5-
5749), con el visto bueno del alcalde, en la que igualmente se dictaminaba esa
supuesta naturaleza urbana de la finca, lográndose así la posterior inscripción en el
Registro de la Propiedad como urbana tanto de esta finca matriz como de las
parcelas que se segregaron de ella tras las correspondientes licencias municipales
de segregación y de obra que les fueron concedidas por el alcalde a sabiendas de
su manifiesta ilegalidad constando acreditado cómo, al menos, nueve viviendas
unifamiliares fueron construidas por la sociedad de los acusados en esas parcelas
no urbanizables segregadas durante, fundamentalmente, el año 2006 y vendidas
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servicios urbanísticos propios de esta clase de suelo que igualmente sirvió de base
a la correspondiente certificación del secretario municipal de fecha 03/01/2006
(A5-5749) en la que igualmente se dictaminaba esa supuesta naturaleza urbana de
la finca, lográndose así la posterior inscripción en el Registro de la Propiedad como
urbana tanto de esta finca matriz como de las parcelas que se segregaron de ella
tras las correspondientes licencias municipales de segregación y de obra. Y consta
igualmente acreditado (centrándose aquí la acusación por este concreto delito)
como, al menos, nueve viviendas unifamiliares fueron construidas por la sociedad
de los acusados en esas parcelas durante, fundamentalmente, el año 2006 y
vendidas posteriormente a terceros.En el presente caso, pese a la similitud que
guarda el mismo con los dos anteriores en cuanto al modo de proceder de los
acusados, la consecuencia jurídica debe ser bien distinta al amparo de los criterios
que hemos dejado expuestos con carácter general al comienzo de este apartado V
de presente fundamento jurídico. Y decimos esto porque además del común dolo
concertado con que actuaron ambos profesionales de la construcción para obtener
ese certificado municipal de urbana de la finca en cuestión, la concurrencia del
elemento objetivo del tipo ha quedado suficientemente constatada a la vista de la
ubicación de la misma (claramente alejada del núcleo de población y sin conexión
por acceso rodado al mismo) y el también nítido entorno de cultivo agrícola en que
se asienta, lo que lleva a razonablemente concluir no sólo la exclusión del concepto
legal de urbano de estas dos parcelas catastrales sino también su consideración de
suelo no urbanizable digno de reforzada tutela pues en este caso la lesión del bien
jurídico protegido por el tipo queda fuera de toda duda dada la grave lesión que
comporta la edificación en pleno campo agrícola de todo ese alto número de
viviendas residenciales por lo que, en consecuencia, deberán ser ambos acusados
condenados como autores del delito contra la ordenación del territorio previsto en el
artículo 319.2 CP . Pues bien, pese a la inviabilidad de tratar sobre valoración de
prueba por la vía del art. 849.1 LECRIM debemos incidir en que la prueba se ha
reflejado conforme a lo expuesto. Señala el recurrente que no existen pruebas
objetivas, pero ello no supone más que una disparidad con la referida. Respecto de
la prescripción del delito nos remitimos a lo expuesto en el FD nº 13 respecto a su
desestimación en relación al anterior recurrente. El motivo se desestima.
DÉCIMO OCTAVO.-
2.- Al amparo del ordinal 2° del art. 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , por
error de hecho en la apreciación de las pruebas. Considera el recurrente que "sobre
la prueba documental existente en los Autos, ha existido error de hecho por la Sala
de instancia ya que de las mismas queda acreditado indubitadamente la existencia
de los servicios establecidos en el Art. 45 de la LOUA, y que en su virtud, la
condena a mi patrocinado se sustenta sobre pruebas que demuestran precisamente
la atipicidad de la conducta del mismo". Nos remitimos a lo ya expuesto en el FD nº
14, ya que frente al alegato ya hemos expuesto en el FD anterior las pruebas que se
exponen para la condena a ambos recurrentes por estos hechos, y hay que insistir
en que se lleva a cabo una nueva ponderación de gran parte de la prueba
documental obrante en autos, ponderación que ya efectuó el Tribunal de instancia
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aplicación del art. 319.1 cuando en realidad la condena del recurrente, tal como
aparece claramente reflejado en la fundamentación, lo ha sido en base a lo
dispuesto en el art. 319.2, que al tiempo de ocurrir los hechos, el año 2006,
castigaba a los promotores, constructores o directores técnicos que lleven a cabo
una edificación no autorizable en suelo no urbanizable. El motivo se desestima.
VIGÉSIMO.-
Al proceder parcialmente a la estimación del recurso formulado por Paulino, se
está en el caso de declarar de oficio las costas procesales de esta instancia
casacional del mismo, pero con imposición de costas respecto del resto.
FALLO
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la
Constitución, esta sala ha decidido QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS
HABER LUGAR a los recursos de casación interpuestos por el Ministerio Fiscal y
por el acusado Paulino , con estimación parcial de sus motivos primeros y
desestimación del resto; y, en su virtud casamos y anulamos la sentencia dictada
por la Audiencia Provincial de Málaga, Sección Tercera, de fecha 5 de abril de 2018
en causa seguida contra los acusados Paulino, Pio, Donato, Federico, Genaro y
otros. Se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en sus respectivos
recursos. Asimismo, DEBEMOS DECLARAR NO HABER LUGAR A LOS
RECURSOS DE CASACIÓN , interpuestos por las representaciones de los
acusados Pio, Donato, Federico y Genaro contra indicada sentencia. Condenamos a
indicados acusados al pago de las costas procesales ocasionadas en sus
respectivos recursos. Y, comuníquese esta resolución y la que seguidamente se
dicte a la mencionada Audiencia a los efectos legales oportunos, con devolución de
a causa que en su día remitió.
Notifíquese esta resolución a las partes e insértese en la colección legislativa.
Así se acuerda y firma.
Andrés Martínez Arrieta Andrés Palomo del Arco
Vicente Magro Servet Carmen Lamela Díaz Eduardo de Porres Ortiz de Urbina
RECURSO CASACION núm.: 3297/2018 Ponente: Excmo. Sr. D. Vicente Magro
Servet Letrada de la Administración de Justicia: Ilma. Sra. Dña. Sonsoles de la
Cuesta y de Quero
TRIBUNAL SUPREMOSala de lo Penal
Segunda Sentencia
Excmos. Sres. y Excma. Sra. D. Andrés Martínez Arrieta D. Andrés Palomo Del
Arco D. Vicente Magro Servet Dª. Carmen Lamela Díaz D. Eduardo de Porres Ortiz
de Urbina
En Madrid, a 27 de mayo de 2020. Esta sala ha visto el rollo de Sala nº
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