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Durante el período de recuperación en Argentina entre 1953 y 1955, se implementaron

medidas para abordar la inflación y restablecer el superávit comercial. Se promovió un plan


de ahorro y austeridad, y se fomenta la producción local de maquinaria agrícola y transporte a
través del IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado). Sin embargo, a pesar de
la inversión realizada, los resultados no fueron significativos.

En el marco del Segundo Plan Quinquenal (1953-1957), se priorizó la modernización del


sector agrícola, la integración industrial y el desarrollo energético. Se abandonó la prioridad
de la soberanía económica y el Estado pasó a un segundo plano. Surgió la pregunta de cómo
obtener capital en una economía descapitalizada y un Estado con limitadas posibilidades de
implementar políticas expansivas.

Para abordar el problema de la balanza comercial negativa, se promulgó la Ley de


Inversiones Extranjeras de 1953. Esto implicó la reconciliación con el capital extranjero y la
atracción de empresas como Kaiser, FIAT, Mercedes Benz y Deutz para ocupar los vacíos
industriales y resolver las carencias energéticas.

En el sector agropecuario, se destacó el papel del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del
Intercambio) y se implementó una política de retraso cambiario para controlar los precios en
el mercado interno.
También se promulgó la Ley de Arrendamientos y Aparcerías, que estableció precios bajos
para las hectáreas de tierra, lo cual generó una disminución en la demanda de alquileres y un
impacto en los precios. Sin embargo, esto no favoreció a los dueños de tierras, ya que la baja
demanda hubiera implicado precios aún más bajos.

Además, se implementó el Estatuto de Peón Rural, que buscaba mejorar las condiciones
laborales de los trabajadores agrícolas. Durante este período, se observó una caída en los
sectores tradicionales de exportación, mientras que los sectores ubicados fuera de la región
pampeana comenzaron a experimentar un crecimiento, principalmente debido a su enfoque en
el mercado interno.

Política Industrial
La política industrial implementada para el desarrollo de la industria local incluyó diversas medidas
de estímulo. Estas medidas incluyeron el control sobre las importaciones, estableciendo barreras y
regulaciones para proteger a la industria nacional. También se utilizó un tipo de cambio diferencial,
que otorga ventajas competitivas a los productos nacionales frente a los importados.

Además, se implementó la promoción sectorial, que consistía en brindar facilidades de crédito a


sectores considerados estratégicos. Sin embargo, el problema fue que se consideró a casi cualquier
sector como estratégico, lo que llevó a que los créditos blandos se otorgaran no sólo para impulsar
el crecimiento de las empresas, sino también en casos en los que los empleadores no podían pagar
los salarios.

El Banco de Crédito Industrial fue una institución clave en esta política, ya que otorgaba créditos a
tasas negativas, es decir, créditos blandos que se verían afectados por la inflación y se licuarían con
el tiempo. Sin embargo, el problema fue que estos créditos se otorgaban a casi todos, incluyendo a
las pymes que los utilizarían para aumentar los salarios, lo cual no es una estrategia óptima de
crédito.

Como resultado de estas medidas, se dio poco crédito para nuevos emprendimientos, lo que tuvo
como consecuencia que no se produjeran cambios significativos en la estructura de la industria.
Permaneció como una industria orientada hacia el consumo final, sin una transformación importante
hacia sectores de mayor valor agregado.

La Acción del BCIA (Banco Central de la Industria y el Comercio) durante este período se caracterizó
por otorgar créditos a empresas no industriales y para gastos corrientes.
Estos créditos no estaban dirigidos a sectores prioritarios y a menudo se destinaban a sectores
tradicionales, como bienes de consumo no durables. También se otorgaron créditos para compras de
empresas públicas por parte del IAPI

Sin embargo, se observó que estos créditos tenían una baja selectividad y no se utilizaban con
frecuencia para apoyar a nuevas empresas.
Además, el enfoque en las Industrias para la Defensa, como Atanor y Altos Hornos Zapla, intentó
continuar la política del gobierno militar anterior.
Se creó SOMISA (Siderúrgica y Maestranza del Orinoco S.A.) en 1947, una empresa de fabricación
militar, pero no se logró implementar de manera efectiva.

En general, la experiencia económica peronista no tuvo una política económica uniforme.


Se prioriza la distribución del ingreso, lo cual fue popular en el corto plazo pero generó problemas a
largo plazo.
El crecimiento promedio anual fue del 3,5%, con un crecimiento per cápita del 2%.
En 1954, el volumen físico de la producción industrial era un 12% superior al de 1947.
Sin embargo, este crecimiento fue bastante bajo en comparación con otros países, principalmente
debido a la crisis de 1949, que fue un período de recesión, ajuste y falta de crecimiento.

No se lograron avances significativos en la integración industrial, cuyo impulso surgió más de los
problemas externos que de las políticas internas. La economía dependía en gran medida de un sector
agropecuario descapitalizado y de factores externos como el clima y los precios internacionales.

Comparación de la sustitución de importaciones de los 30´ y la del peronismo

La sustitución de importaciones durante el peronismo y en los años 30 tuvo algunas diferencias


significativas. Durante el peronismo, la política de sustitución de importaciones fue una estrategia
deliberada y planificada por el gobierno. Se buscaba reducir la dependencia de las importaciones y
fomentar la producción local a través de la intervención estatal y medidas proteccionistas. Sin
embargo, esta estrategia fue criticada por su ineficiencia y por la alta intervención estatal en la
economía.

En contraste, la sustitución de importaciones de los años 30 fue una respuesta a la coyuntura


mundial, específicamente a la Gran Depresión y a las dificultades económicas globales. Fue una
estrategia de industrialización defensiva para proteger la economía nacional en un contexto de crisis
internacional. En este período, no existía un estado empresario y la intervención estatal era menos
intensa en comparación con el peronismo.
Otra diferencia notable es que durante el peronismo, el Estado asumió un papel activo en la gestión
de servicios públicos como el gas y la electricidad, lo que implicó una mayor intervención en la
economía. En cambio, en los años 30, esta intervención estatal en la economía fue menos
pronunciada.

Conclusión:

La sustitución de importaciones durante el peronismo fue una estrategia intencional y planificada,


con una mayor intervención estatal y un enfoque en el desarrollo de la industria local. En contraste,
la sustitución de importaciones de los años 30 fue una respuesta a la crisis económica global, con
una menor intervención estatal y un enfoque defensivo para proteger la economía nacional.

Posperonismo (1955 – 1962)


la Revolución Libertadora

Se enfrentaron varios desafíos macroeconómicos, incluyendo un déficit fiscal, una deuda pública
creciente y un desequilibrio externo, con una caída en las exportaciones desde 1950.

En términos de políticas económicas, se eliminaron las restricciones al comercio exterior y las


transacciones con divisas, lo que implicó el fin de las políticas proteccionistas implementadas
durante el peronismo. Se establecieron recargos para las compras externas como medida para
controlar la balanza comercial.

Además, se desmanteló el aparato estatal peronista, restituyendo la Constitución de 1953. Se


eliminaron instituciones como el IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) y el IMIM
(Instituto Mixto de Investigaciones Industriales), así como el sistema bancario con depósitos
nacionalizados. Se buscó ingresar a organismos de crédito internacional para acceder a
financiamiento.

En el ámbito agropecuario, se creó el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) en 1956,


con el objetivo de fomentar la investigación y extensión en este sector. El INTA estableció una red de
unidades de extensión rural en todo el país y desempeñó un papel importante en la mejora de las
semillas y la difusión de tecnología, lo que tuvo efectos positivos en la productividad agrícola a largo
plazo.

En cuanto a las sugerencias del economista argentino Raúl Prebisch, se promovió una estabilización
ortodoxa, desmantelando gradualmente el intervencionismo y otorgando mayor libertad al
mercado. Se dieron incentivos al sector agrícola para aumentar las exportaciones. También se
continuó el esfuerzo de sustitución de importaciones en industrias básicas y se buscó generar
exportaciones industriales. Se convocó al capital extranjero como parte de los esfuerzos de
desarrollo económico.]

Además, se buscó otorgar autonomía al Banco Central y al Banco Industrial en relación al Poder
Ejecutivo Nacional, con el objetivo de fortalecer las instituciones financieras y promover una mayor
estabilidad económica.

Corto plazo: Estabilizar la macro. Ortodoxo: desarticular el intervencionismo estatal, mayor libertad
de mercado, incentivar al agro capitalizando y dándole mejores precios.
Y por el Déficit fiscal ingresar a los organismos de crédito internacional Heterodoxo —Sustituir
importaciones para las industrias básicas o pesadas: acero, aluminio, petroquímica, papel, material
de transporte

Arturo Frondizi
Durante su presidencia de 1958 a 1962, Arturo Frondizi implementó un enfoque de desarrollo
económico conocido como desarrollismo. Su ascenso al poder se produjo en un contexto de
prohibición del peronismo y con Perón en exilio, después de un golpe de Estado. Frondizi lideró la
facción UCR Intransigente y logró ganar las elecciones presidenciales mediante un acuerdo con el
peronismo, lo que generó un apoyo inicial pero también debilitó su posición.

Para consolidar su gobierno y superar la debilidad política, Frondizi tomó medidas rápidas,
especialmente en el ámbito económico, con el objetivo de legitimar su gobierno. Para ello, se rodeó
de asesores y formó un binomio político-intelectual con Rogelio Frigerio, quien cumplió un papel
importante como asesor económico.

El desarrollismo de Frondizi se basó en un enfoque de desarrollo económico que buscaba


modernizar y diversificar la economía argentina. Frondizi era un estudioso y tenía un claro
entendimiento de los problemas del país. Su objetivo principal era impulsar el crecimiento
económico y superar la dependencia de la exportación de productos primarios.

En términos de políticas económicas, Frondizi implementó una serie de medidas orientadas hacia la
industrialización y la inversión en infraestructura. Buscó atraer inversión extranjera y promover el
desarrollo de sectores estratégicos de la economía, como la industria petrolera y la energía nuclear.
Se realizaron proyectos de obras públicas y se fomentó la construcción de carreteras y represas.

Sin embargo, el desarrollismo de Frondizi también enfrentó desafíos y críticas. El apoyo inicial del
peronismo se debilitó rápidamente, lo que generó tensiones políticas y sociales. Además, las
medidas económicas implementadas no lograron resolver los problemas estructurales de la
economía argentina, como la inflación y la dependencia de la exportación de productos primarios.

En resumen, durante su presidencia, Arturo Frondizi implementó un enfoque de desarrollo


económico conocido como desarrollismo, buscando modernizar la economía argentina a través de la
industrialización y la inversión en infraestructura. Sin embargo, su gobierno enfrentó desafíos
políticos y económicos, y las soluciones propuestas no lograron resolver los problemas estructurales
del país.

El diagnóstico del problema económico argentino se basa en varios aspectos. En primer lugar, se
reconoce que Argentina es un país subdesarrollado que no ha logrado alcanzar un crecimiento
económico auto sostenido. Uno de los principales problemas que contribuye a esta situación es el
déficit en la balanza comercial.

En cuanto a las exportaciones, se observa un estancamiento en el sector, donde el país solo puede
exportar los excedentes de producción, lo que limita su capacidad de generar ingresos a través de las
exportaciones. Por otro lado, las importaciones han experimentado un crecimiento impulsado por el
desarrollo económico industrial, especialmente en la industria de bienes de consumo final. Esto ha
generado un aumento en las importaciones, lo que agrava el déficit comercial.

El deterioro constante de los términos de intercambio también ha agravado el problema económico


argentino. Las exportaciones del país se caracterizan por tener poco valor agregado, lo que significa
que reciben menos ingresos por sus exportaciones. Mientras tanto, las importaciones han
incorporado cada vez más valor agregado, lo que aumenta los costos y agrava el déficit comercial.

La estrategia de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) ha contribuido a agravar el


problema económico. La ISI se centró en el desarrollo de la industria de bienes de consumo final, lo
que fomentó el consumo interno pero generó menos excedentes para la exportación. Esta estrategia
no permitió que el país saliera del problema a través del mercado, sino que requirió la intervención y
la establecimiento de prioridades económicas por parte del Estado.

Ante este diagnóstico, Arturo Frondizi propuso mejorar las industrias básicas como una forma de
abordar el problema económico. Para lograr esto, promovió la inversión extranjera, ya que el capital
local era escaso. Frondizi propuso una ley que facilitara la llegada de empresas extranjeras al país,
con el objetivo de fortalecer y desarrollar las industrias básicas.

En resumen, el diagnóstico del problema económico argentino destaca el déficit en la balanza


comercial como uno de los principales desafíos. Se reconoce que las exportaciones se estancaron
debido a la dependencia de los excedentes de producción, mientras que las importaciones
aumentaron impulsadas por la industrialización y el consumo interno. La estrategia de la ISI y el
deterioro de los términos de intercambio también han contribuido al problema. Ante esta situación,
Frondizi propuso mejorar las industrias básicas a través de la inversión extranjera.

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