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Este trabajo se centra en analizar cómo las estrategias económicas han afectado el
desarrollo económico y social del país en los últimos sesenta años. Se exploran tres
estrategias:
1. Desarrollo Estabilizador (de mediados de los años cuarenta a finales de los
sesenta).
2. Desarrollo Compartido (de principios de los setenta a principios de los ochenta).
3. Crecimiento Hacia Fuera o "Neoliberal" (desde 1983 hasta hoy).
El objetivo es entender cómo estas estrategias han influido en áreas clave como:
● El crecimiento económico
● La generación de empleo
● La inflación
● El equilibrio fiscal
● La deuda pública
● El saldo comercial
● La cuenta corriente
● El tipo de cambio
Para lograr esto, el trabajo las compara para evaluar sus diferencias y similitudes. Se
destaca que cada estrategia se diseñó gradualmente y no siempre se implementó de
manera completa desde el principio, adaptándose a las necesidades de una población en
constante crecimiento.
1. Desarrollo Estabilizador
El "Desarrollo Estabilizador" fue un modelo económico que buscaba impulsar la
industrialización en México. El objetivo principal era crear empleos y generar riqueza para
satisfacer las necesidades de una población que crecía alrededor del 3% anual. Para
lograrlo, se consideraba esencial dejar de depender de la venta de productos primarios y
avanzar hacia una economía industrializada.
La industrialización era crucial para obtener divisas necesarias para modernizar el país.
Dependiendo menos de la exportación de productos básicos, como alimentos y minerales,
permitiría obtener más divisas con menos volumen de exportación. Además, este enfoque
facilitaría la urbanización del país, mejorando los servicios como salud, educación,
electrificación y agua potable.
El modelo también reconocía que la ruralidad de México obstaculizaba el desarrollo
económico al limitar el mercado interno y la capacidad de generar ahorro y recursos
fiscales. Para superar esto, se proponía crear una base industrial sólida, aumentar la
productividad laboral y elevar los salarios reales. Esto, a su vez, se esperaba que impulsara
el mercado interno y creara una base exportadora.
Para implementar esta estrategia, se diseñaron políticas en áreas como fiscal, monetaria,
comercial, salarial, agrícola y de fomento a la inversión extranjera. Estas políticas se
aplicaron gradual y consistentemente para respaldar un sector industrial diversificado y en
crecimiento, contribuyendo al desarrollo económico del país.
1.1 Política fiscal
Se buscó reducir los desequilibrios fiscales que históricamente habían causado inflación en
la economía mexicana. Estos desequilibrios afectaban negativamente la inversión
productiva, especialmente en proyectos a largo plazo.
Se destacó la importancia de mantener tasas de interés estables para no hacer arriesgada
la inversión. Aunque hubo déficits presupuestarios, se financiaron de manera moderada
mediante el encaje legal, un instrumento de política monetaria que limitaba la liquidez en la
economía y cubría el déficit público a bajo costo.
En cuanto a la política de tipo de cambio, se buscaba mantener estable la paridad del peso
respecto al dólar para evitar aumentos en los precios internos. Esto beneficiaba el poder
adquisitivo de los trabajadores sin afectar las ganancias de las empresas. Para lograrlo, el
gobierno contrataba deuda externa, ya que el proceso de industrialización demandaba más
bienes de capital y productos intermedios, generando desequilibrios en la balanza comercial
y la necesidad de cubrirlos con deuda externa.
Además del Permiso Previo de Importación, se aplicaron otros mecanismos como aranceles
elevados y precios oficiales en las importaciones dirigidas a los grupos sociales de mayores
ingresos. Debido a este alto grado de proteccionismo, la estrategia de "Desarrollo
Estabilizador" también se conoce como "Sustitución de Importaciones". Esto se debe a que
la industrialización del país se llevó a cabo en etapas, comenzando con la sustitución de
importaciones de bienes de consumo simples como ropa y electrodomésticos, luego
avanzando hacia la producción de manufacturas más complejas, y finalmente buscando la
producción de bienes de capital.
Sin embargo, al final del ciclo asociado a este modelo, la protección excesiva a la industria
nacional llevó a problemas como el aumento de precios y la disminución de la calidad de los
bienes y servicios producidos internamente. La falta de competencia, tanto interna como
externa, permitió que las empresas en sectores oligopólicos aumentaran sus beneficios sin
justificación, lo que contribuyó al aumento de la inflación de manera desproporcionada a la
demanda de bienes y servicios.
Resultados
Los resultados de la estrategia de "Desarrollo Estabilizador" muestran un crecimiento
significativo en la economía mexicana. El Producto Interno Bruto (PIB) aumentó de 4,567.8
millones de dólares en 1950 a 35,541.6 millones en 1970, posicionando al país como la
economía número 16 a nivel mundial. Este crecimiento se logró con una inflación
descendente, pasando de 16.7% en 1950 a 4.7% en 1970, con una tasa promedio del 4.9%
en el periodo.
El empleo también creció a una tasa anual promedio del 2.3%, superando ligeramente la
tasa de crecimiento de la población económicamente activa. Los salarios mínimos en
términos reales aumentaron en un promedio anual del 6.5%, triplicando su poder
adquisitivo. El crecimiento anual promedio de la industria fue del 7.7%, y el de las
manufacturas alcanzó el 8.3%, superando a los sectores de servicios y agropecuario.
Sin embargo, la estrategia también generó problemas importantes, como una marcada
desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza. Además, hubo un sesgo
antiexportador en la producción, debido al proteccionismo gubernamental. Esto limitó la
expansión del mercado interno y provocó la adquisición de bienes innecesarios a través de
contrabando o pagando altos aranceles.
A pesar de que las exportaciones crecieron, no fueron suficientes para financiar las
importaciones, lo que llevó a un aumento significativo en la deuda externa del sector
público. Esto, junto con la concentración del ingreso, las dificultades financieras y
tecnológicas, y la dependencia de bienes de capital extranjeros, impidió el avance hacia la
producción de bienes más complejos. En última instancia, este modelo se convirtió en un
obstáculo para el crecimiento económico futuro del país.
2. Desarrollo Compartido
Fue un modelo económico propuesto cuando la economía de México mostraba señales de
debilitamiento en su crecimiento entre 1968 y 1972. Este modelo mantuvo sin cambios
importantes las políticas comerciales, salariales, agrícolas y de fomento a la inversión
extranjera. Sin embargo, realizó transformaciones significativas en las políticas fiscal y
monetaria.
La idea principal era que el sector público se convirtiera en el motor de la inversión nacional.
Los ingresos provenientes de la explotación de los yacimientos petroleros descubiertos en
la década de los setenta se utilizaron para financiar la infraestructura productiva, crear
plantas de bienes de capital y expandir la seguridad social en todo el país. Todo esto se hizo
manteniendo un crecimiento real de los salarios.
Además, se implementaron programas de estímulo fiscal, subsidios, evasiones de
impuestos y depreciación acelerada de activos fijos para fomentar la participación del sector
privado en la industria nacional. Aunque el gasto público impulsó el crecimiento económico
en este período, los ingresos públicos provenientes del petróleo y de la recaudación no
fueron suficientes para financiar la expansión, por lo que se recurrió a una política monetaria
expansiva y se contrajo una importante cantidad de deuda pública externa para financiar los
crecientes déficits fiscales.
Resultados
En resumen, durante la implementación del modelo de "Desarrollo Estabilizador", se
observaron resultados significativos. A pesar de la devaluación abrupta del peso frente al
dólar en 1982, la tasa promedio de crecimiento del PIB fue del 6.3% anual. El sector
industrial creció a una tasa promedio anual del 4.2%, siendo las manufacturas las de mayor
crecimiento (6.3%). Sin embargo, este crecimiento estuvo acompañado de un aumento en
la tasa de inflación, que pasó del 5% en 1971 al 98.8% en 1982.
Aunque el empleo aumentó a una tasa promedio anual del 4.2%, los salarios mínimos
reales cayeron, afectando el poder adquisitivo. El gasto público expansivo llevó a un
aumento constante del déficit del sector presupuestario, contribuyendo al agudizamiento del
déficit en cuenta corriente. Para financiar este crecimiento, se asumió una deuda
significativa en los mercados internacionales.
Resultados
La nueva estrategia económica produjo resultados positivos en la estabilización
macroeconómica de México. Se logró corregir las finanzas públicas, eliminando grandes
déficits fiscales y dirigiendo una mayor proporción del gasto gubernamental hacia el gasto
social. A través de la renegociación de la deuda externa, se redujo significativamente el
costo financiero de la misma.
Conclusiones
Destaca algunas condiciones estructurales importantes a considerar en el diseño de
políticas económicas futuras. Se enfoca en:
d) Nivel y asignación del gasto: Se reconoce el gasto público como un instrumento para
modificar la demanda agregada y abordar problemas de pobreza y distribución del ingreso.
Se destaca la importancia de evaluar la eficiencia del gasto para maximizar el bienestar
social y lograr el patrón de crecimiento deseado.