Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LIC 310
CONCEPTOS ELEMENTALES
SOBRE ÉTICA ÉTICA Y COMUNIDAD
NIVELES DE REFLEXIÓN ÉTICA
• Por tanto, hay que diferenciar bien entre ética
y moral pues estos términos hacen referencia
a dos niveles distintos de la reflexión y del
lenguaje:
• Nivel moral: normas y reglas de conducta que
pretenden regular las acciones concretas de
los hombres. Hecho individual y social. Se
responde a: ¿qué debo hacer?
• Nivel ético: reflexión sobre las normas
morales. No se ocupa de qué debe hacerse,
sino de si es necesario que haya normas y, en
ese caso, por qué unas y no otras: ¿Por qué
debo hacer lo que debo hacer?
• La moral es un TIPO DE CONDUCTA, la ética
es una REFLEXIÓN FILOSÓFICA: la ética es
• ÉTICA: rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es la conducta moral del ser humano así como teórica mientras que la moral es práctica.
los fundamentos del sentido de su existencia:
• Por MORAL se entiende el conjunto de normas (o costumbres –mores–) que rigen la conducta de
una persona: la ÉTICA es la reflexión racional sobre qué se entiende por conducta moral o inmoral
y en qué se fundamentan las normas y los códigos morales.
• La ética trata, en último término, de encontrar las claves de la “vida buena”, esto, es de determinar
el sentido de la vida humana y de hallar los caminos para alcanzarlo.
Los conceptos medulares para entender la
ética y la moral: ethos y praxis
¿debo hacer X?
• El ethos comprende creencias morales, actitudes,
costumbres, valores, normas y principios.
• Este nivel no hace referencia a la moral cuestionada, sino a
la normatividad pura o facticidad normativa.
• Tiene pleno sentido afirmar la existencia de este fenómeno
moral básico frente al que, ya en un primer peldaño de
reflexión, nos interrogamos sobre qué debemos hacer.
• Muchas veces de forma automática, acatamos o cumplimos
determinadas normas, consejos morales, sermones,
exhortaciones, etcétera.
La reflexión moral es practicada especialmente por el predicador moral, el “moralista”.
Aunque la prédica, como tal, no sea esencialmente reflexiva, el moralista necesita de la
reflexión para reforzar su poder persuasivo. No tenemos que pensar necesariamente al
moralista como un predicador profesional, o como alguien dedicado permanentemente a
“moralizar”. Todo ser humano puede ser moralista, al menos por momentos, cada vez que
dice a otros lo que deben o lo que no deben hacer. (Maliandi, 2009, p. 53).