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Durante el año 2023 se trabajó el proyecto financiado “Mejora del manejo de los Residuos
Sólidos Urbanos en el Sector Hotelero de la Ciudad de Valladolid Yucatán”, que se
considera la primera etapa de este proyecto que surgió como una iniciativa de
investigación aplicada para generar indicadores de la generación de residuos sólidos en el
sector hotelero de la ciudad de Valladolid Yucatán y aplicar estrategias de manejo, mejora
y minimización de los residuos sólidos en el sector hotelero.
Entre los principales resultados obtenidos se trabajó con cuatro hoteles para la generación
de los indicadores de residuos sólidos y la elaboración de un plan de manejo de residuos
para hoteles pequeños y medianos, se logró trabajar con dos hoteles en el seguimiento
de la implementación del plan de manejo en el que se logró mejorar las prácticas
operativas del manejo de los residuos sólidos, implementar estrategias sustentables y
minimizar en un 65% y 43% de las generación de residuos respectivamente.
En esta segunda etapa se pretende trabajar con otros hoteles interesados y actualizar los
datos de generación de residuos sólidos al trabajar con hoteles mayores a 40
habitaciones, lo que permitirá actualizar los datos de generación y el plan de manejo para
que el presente proyecto permee a hoteles más grandes y con mayor generación de
residuos sólidos, y de esta forma apoyar a los hoteles a mejorar el manejo de los residuos
sólidos y minimizar la generación de los mismos, con miras a que esta investigación se
pueda convertir en una iniciativa de regulación municipal del sector hotelero en el tema de
residuos sólidos.
MARCO TEÓRICO
Residuos
1. Urbanización Acelerada:
3. Diferencias Regionales:
4. Dispersión de la Población:
5. Estacionalidad:
Las estaciones del año pueden afectar la generación de residuos,
por ejemplo, con picos durante festividades o temporadas de
turismo.
6. Ingreso Económico:
Los residuos sólidos urbanos son los que se generan en las casas habitación
como resultado de la eliminación de los materiales que se utilizan en las
actividades domésticas (p. e., de los productos de consumo y sus envases,
embalajes o empaques) o los que provienen también de cualquier otra actividad
que se desarrolla dentro de los establecimientos o en la vía pública, con
características domiciliarias, y los resultantes de las vías y lugares públicos
siempre que no sean considerados como residuos de otra índole (DOF, 2003).
Residuos de manejo especial (RME)
Los Residuos de Manejo Especial (RME) están definidos en la Ley General para la
Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPGIR) como aquéllos generados en
los procesos productivos que no reúnen las características para ser considerados
residuos sólidos urbanos o peligrosos, o que son producidos por grandes
generadores de residuos sólidos urbanos (DOF, 2003).
Una vez finalizada la vida útil de muchos de los productos que se fabrican a partir
de estas sustancias o que las contienen, se convierten en desechos que ponen en
riesgo la salud de las personas o pueden causar daños al medio ambiente.
“La gestión de residuos sólidos urbanos es el servicio más importante que brinda una
ciudad…Una ciudad que no puede gestionar sus residuos de manera efectiva difícilmente
podrá administrar servicios más complejos como salud pública, educación o transporte”.
La gestión de los residuos sólidos tiene una gran incidencia en la protección del ambiente
y en la salud pública. En América Latina y el Caribe, generalmente, esa gestión en los
centros urbanos y rurales se ha limitado a la prestación de un servicio de aseo centrado
en la recolección de los residuos –basura– y su transporte a un sitio de disposición final
sin ningún manejo técnico, de manera incontrolada, al aire libre o en cuerpos de agua.
Todo esto, claro está, ha causado y causa graves problemas ambientales que afectan la
salud, especialmente de los niños, vulnerando su derecho a vivir en un ambiente sano.
De acuerdo con Jiménez (2017, pp. 158–160), el término “desecho” surgió para hacer
referencia a los elementos que ya no eran útiles, derivados de actividades humanas
altamente concentradas en un espacio determinado. Con una alta concentración de
residuos -objetos inservibles e indeseables- y con la ausencia de un método para
integrarlos en la vida cotidiana, los desechos se inscribieron como un problema de interés
público. Es decir, se buscaba dejar estos objetos fuera del umbral urbano, alejarlos y
removerlos de la vista de la población.
Según se indica en el artículo 1º de la LGPGIR, la gestión de los residuos se basa en
criterios de eficacia y eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social. Al no haber
una clara definición de estos términos, interpretamos que tanto la eficacia como la
eficiencia hacen referencia al cumplimiento de los objetivos de los programas nacionales y
locales para la prevención y gestión integral de los residuos bajo un enfoque de
racionalidad burocrática definido a partir de decisiones centrales, las cuales no
necesariamente consideran las condiciones y características locales o regionales.
Bajo esta definición, la gestión se presenta bajo una visión sistémica que considera
actividades en diferentes niveles y sectores, por lo que, para llevarla a cabo, se utiliza la
jerarquía de prevención y gestión de residuos aceptada a nivel internacional (FCC
Recycling UK, 2011, pp. 2–4), la cual favorece la reducción en fuente y sugiere evitar el
uso de rellenos sanitarios para la disposición final de los residuos, como también refiere la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal.
(DOF, 2003)
Es decir, el manejo se presenta como un caso específico de la gestión integral, aunque la
distinción entre algunas de sus actividades es ambigua. Por ejemplo, acciones orientadas
a concientizar y desincentivar el consumo de productos con envoltorios voluminosos como
parte de la gestión integral bien pudieran encuadrarse como acciones de manejo integral
con el objetivo de reducir la generación de residuos en fuente.
México inició su política pública de residuos en el año de 1972 dentro de una institución
encargada de atender la salud pública, la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente
dentro de la Secretaría de Salud. Posteriormente, en paralelo con la adopción de la
noción de sustentabilidad, la política de residuos se encaminó desde instancias federales
con un perfil más social hasta alcanzar un estatus diferenciado como política ambiental en
1994 dentro de la Secretaría del Medio Ambiente, Agricultura y Pesca. En 1983 se
estableció en el artículo 115 de la Constitución Política la responsabilidad municipal para
el manejo de RSU y es hasta 2009 cuando se emite el primer Programa Nacional para la
Prevención y Gestión de Residuos.
Generación
Consumo y Producción:
El consumo excesivo y la producción de bienes contribuyen significativamente a la
generación de residuos. Los envases, embalajes y productos desechables son
ejemplos comunes.
Residuos Domésticos:
Las actividades diarias en hogares generan una cantidad considerable de residuos,
incluyendo restos de alimentos, envases, papel, plástico, vidrio y textiles.
Industria:
Las actividades industriales generan residuos sólidos, líquidos y gaseosos. Estos
residuos pueden incluir subproductos de procesos de fabricación, productos
químicos y desechos industriales.
Construcción y Demolición:
La construcción de edificios, carreteras y otras infraestructuras, así como la
demolición de estructuras existentes, generan grandes cantidades de residuos de
construcción y demolición (RCD).
Agricultura:
La agricultura produce residuos orgánicos, como restos de cosechas y estiércol, así
como envases y productos químicos utilizados en la producción agrícola.
Servicios de Salud:
Los establecimientos de salud generan residuos médicos que requieren manejo
especializado debido a su naturaleza potencialmente peligrosa.
Tecnología y Electrónicos:
La rápida obsolescencia de dispositivos electrónicos y tecnológicos contribuye a la
generación de residuos electrónicos, que contienen materiales peligrosos y valiosos.
El manejo adecuado de los RSU tiene como objetivo final, además proteger la salud de la
población, reduciendo su exposición a lesiones, accidentes, molestias y enfermedades
causadas por el contacto con los desperdicios, evitar el impacto, potencial que podrían
ocasionar sobre los ecosistemas. Sin embargo, la situación del manejo de estos residuos
dista mucho de ser la adecuada a lo largo del país. Aún a la fecha es relativamente
común que los residuos se depositen en espacios cercanos a las vías de comunicación o
en depresiones naturales del terreno como cañadas, barrancas y cauces de arroyos. En el
ciclo de vida de los residuos, después de su generación existen diversas etapas
importantes para su manejo, entre las que destacan su recolección, reciclaje y disposición
final.
Barrido y limpieza
La razón más importante por la que debe de efectuarse la limpieza en las calles es por la
conservación de la salud humana. Las excretas y los desperdicios orgánicos pueden
llegar a afectar al ser humano, especialmente porque propicia las condiciones para el
desarrollo de moscas, mosquitos y roedores, los cuales son transmisores de diversas
enfermedades. El polvo afecta los ojos, garganta, vías respiratorias y ocasiona también
molestias de tipo alérgico. Otro tipo de residuos, como los vidrios pueden producir
lesiones a los peatones.
La cantidad de residuos sólidos proveniente del barrido manual se incrementa con basura
domiciliaria o residencial cuando el servicio de recolección es ineficiente o inadecuado, al
sustituir parcialmente los barrenderos a la recolección domiciliaria.
El sector comercial de una ciudad debe de ser barrido en su totalidad y las veces que
debe de barrerse dependerán de la cantidad de residuos que sea necesario retirar.
Algunas veces no es suficiente una limpieza diaria, sino que, es necesario que se realice
en varias ocasiones durante el día. En la tabla 4.1 se muestra el número de veces que es
necesario llevar a cabo el barrido en cada sector de la población.
Procedimientos de barrido manual
El barrido manual se puede hacer por cuadrilla de barredores o por rutas fijas asignadas a
un barredor.
Se lleva a cabo, en casos de limpieza de áreas en donde hubo un evento especial, por
ejemplo, ferias, conciertos, etc.
El tamaño de la cuadrilla dependerá del área a limpiar, así como la cantidad de residuos a
recolectar. Los grupos de 6 a 10 son los más recomendables. Para cada cuadrilla se debe
asignar un camión recolector y un supervisor para controlar el trabajo.
El barrido por ruta fija consiste en asignar un circuito a un barredor. Se pueden seguir dos
métodos: el de asignación de calles o el de asignación de manzanas.
c) Barrer los residuos de la acera, moviéndola hacia la cuneta y en dirección del tráfico
vehicular.
f) Depositar las bolsas de plástico que ha sido llenado con los residuos de la recogida
en un punto predeterminado
Puntos de Transferencia:
Infraestructura de Transferencia:
Optimización de Rutas:
Se planifican rutas eficientes para minimizar los costos de transporte y reducir la huella
ambiental asociada con la transferencia de residuos.
Vehículos Especializados:
Documentación y Rastreo:
Disposición final
De acuerdo a Song, Dwyer, Li & Cao (2012) las investigaciones sobre temas ambientales
en el turismo se han realizado desde los niveles macro y micro. En el nivel micro de la
investigación, uno de los temas que se ha estudiado desde el punto de vista de la oferta,
es el de las estrategias ambientales y desempeño económico de las empresas. Con
referencia a lo anterior, en México
Ahora bien, de todo el turismo reportado en el país, según Román (2021) la Riviera Maya
en Quintana Roo, Los Cabos en Baja California Sur, Oaxaca de Juárez y la Ciudad de
México son los destinos más demandados. Aunque, de igual forma, otro estado que
actualmente ha destacado en cuanto al turismo es Yucatán, pues según las cifras durante
los primeros 10 meses de 2022, Yucatán registró un incremento de 65.1% respecto al mismo
periodo de 2021 (Campos, 2023). Mientras que en lo que va del 2023, el total de personas
que visitaron la capital yucateca fue de 599 mil 511 personas (distribuidas principalmente
en Mérida, Valladolid, Izamal, Chichén Itzá y Uxmal) lo que representa un incremento de
25.5% respecto al mismo periodo del 2022 según Gayou (2023). Esto se traduce en más
de 121 mil 692 personas que pernoctaron en la ciudad.
Sin duda el turismo es un factor económico significativo dentro del estado, puesto que
suscrita numerosos empleos, y por tanto, mayor ganancia en los negocios. Así pues, el
aumento de turismo, exige una mayor disposición de alojamientos, entre los que destacan
los hoteles. En simples palabras, un hotel es un establecimiento de hostelería capaz de
alojar con comodidad a huéspedes o viajeros, y en ocasiones vienen acompañados de
servicios extras como restaurantes, bares, piscinas, etc. Con el fin de ofrecer una mejor
estadía al cliente.
Dicho esto, los residuos que mayormente se generan en las áreas de los hoteles, son
aquellos materiales con un porcentaje considerable fueron: las botellas de plástico (PET
Polietileno), pues ocupan un 72%, por consiguiente el cartón con un 64%, mientras que
las latas de aluminio un 47%, las botellas o contenedores de plástico duro (PEAD
Polietileno de alta densidad) 43% y las botellas de vidrio un 35%, por otro lado, las
cantidades menores fueron Tetra pack 29%, latas de conserva 25% y en la sección
“Otros” un 8%; “en este último apartado se describieron descrito algunos residuos de tipo
peligroso y de manejo especial” (Alonso, Fernández, & Tiempo, 2023, pág. 27). Cabe
destacar que, aunque en esta investigación no se mencionan los residuos orgánicos, es
decir, residuos vegetales biodegradables, en otros hoteles cuyos servicios incluyen
restaurantes y bares, la generación es significativa.
Analizando estos resultados, se deduce que en gran medida los materiales que mayor
impacto tienen en los hoteles, debido a sus grandes cantidades de generación, son
inorgánicos aprovechables, esto quiere decir que debido a su composición podrían ser
destinados a tratamientos específicos, como el reciclaje, que permitan aprovechar sus
propiedades. Sin embargo, sabiendo esto ¿Por qué el tratamiento de los residuos sólidos
sigue siendo una problemática que enfrentan los hoteles? Bueno, esto se debe a que no
todos los organismos certificadores lo manejan de la misma manera, ni le dan la misma
importancia a la gestión de los residuos sólidos. El rechazo al cambio, la falta de
proactividad o la falta de interés en el cuidado del medio ambiente son algunos de los
motivos por los que todavía quedan algunos hoteles que no se han sumado al cambio de
la gestión sostenible de residuos. Asimismo, muchos hoteles continúan realizando las
mismas prácticas que antaño, no terminándose de adaptar a nuevas corrientes y al
cuidado del medio ambiente. De igual forma, otros factores que influyen en tal gestión son
la falta de personal capacitado, pues en hoteles donde el tema de gestión de residuos aun
no es relevante, el personal especializado para sobrellevar las labores correspondientes no
es necesario debido a la inversión que este exige. De ahí el segundo factor, el económico,
el cual depende del tamaño de los hoteles, ya que, desde el punto de vista financiero, los
costos de operación de la gestión de residuos no serían factibles para hoteles con ingresos
exactos, sin embargo, si se tratara de hoteles con instalaciones mucho más grandes, y por
tanto mayor generación y ganancias, no habría una circunstancia que amenace
económicamente a la empresa. Derivado de ello, es que, las exigencias en cuanto a la
gestión de residuos, van dirigidas especialmente a las grandes empresas, pues son las que
mayor impacto ocasionan.
Aunque, los factores mencionados anteriormente sean válidas, esto no significa que sean
justificación para el incumplimiento, pues considerando la responsabilidad ambiental de los
hospedajes, se debe incentivar el desarrollo de planes ambientales, auditorías ambientales
y la creación de un plan para la implementación y/o mejora de un sistema de gestión
ambiental asociado a los aspectos e impactos causados por el emprendimiento.
A estas alturas, el sector hotelero no debería considerar el manejo integral de los residuos
como una “imposición de un nuevo sistema”, sino, como una acción de responsabilidad
ambiental para afrontar las problemáticas que trae consigo su incorrecta gestión. Ya que,
de acuerdo a Calleja (2013) estos residuos terminan acabando en tiraderos a cielo abierto
en donde posteriormente se queman, lo que libera humo con sustancias tóxicas que
podrían ser dañinas para la salud tanto de los habitantes como para los visitantes.
Además, los vertederos en terrenos baldíos y carreteras alteran los ecosistemas y
ocasionan malos olores e incluso, generan plagas a los alrededores. Asimismo, otro
problema ocasionado se refiere a la contaminación de cuerpos de agua, ya que el vertido
directo de basura en el mar, ríos y lagos merma la calidad de los recursos turísticos debido
a que disminuyen los bancos de pesca y las aguas dejan de ser aptas para las actividades
de recreación y para consumo. Aun cuando los residuos sólidos se eliminen de manera
legal, los vertederos tienen una capacidad limitada. Por lo tanto, la eliminación inadecuada
o ilegal de los residuos puede conllevar multas y gastos de limpieza considerables
(Cortinas, 2012).
Finalmente, para evitar tales repercusiones, el sector hotelero debe adoptar medidas de
gestión de residuos, pues para su mismo beneficio es necesario reducir la cantidad de
residuos que se envía a los rellenos sanitarios, el cual a su vez, debe reunir los criterios
técnicos y sanitarios para una adecuada disposición final (Programa de Investigación en
Desarrollo Urbano Sostenible [PRODUS], 2009). La puesta en marcha de una política de
gestión ambiental eficiente para el manejo integral y sostenible de los residuos hoteleros
deben ser una de los bases fundamentales en los diversos perfiles de los organismos
oficiales, pues según Morales (2013) junto a los especialistas universitarios, sector privado
productivo, muy especial los del sector turismo, y líderes comunitarios, son indispensables
para alcanzar un consenso organizativo y funcional, a fin de reducir los volúmenes de este
tipo de residuos y desechos sólidos desde sus mismas fuentes producción y/o generación.
Hoy en día, aunque las estrategias de gestión de residuos sean diversas (como las
centralizadas en la recolección selectiva y reducción de los residuos en el ámbito
hotelero), todavía existe una discordancia entre el “conocimiento de”, y “cumplimiento
con”, con las regulaciones ambientales tanto federales, estatales y municipales, debido
tanto a la falta de promoción de las mismas como a la carencia de conciencia por parte de
los establecimientos. En este sentido, es evidente la necesidad de una cultura ambiental
tanto en nivel de los negocios como en el gobierno, aunque existe gran potencial para su
desarrollo. No obstante, a pesar de ello, hoy en día, gracias a la transversalidad de la
información, las empresas cada vez muestran una actitud positiva hacia la protección del
ambiente y un interés genuino por introducir nuevas tecnologías y sistemas que les
permitan establecer prácticas para mejorar su desempeño ambiental, lo que resulta en un
paso adelante hacia el cambio real.
Por otro lado, la disposición final de los residuos tiene que ver con su depósito o
confinamiento permanente en sitios e instalaciones que permitan evitar su diseminación y
las posibles afectaciones a los ecosistemas y a la salud de la población.
Además, el agua de lluvia que pasa a través de un depósito de Residuos Sólidos Urbanos,
así como el agua que se libera de los propios residuos, lleva consigo elevada cantidad de
sustancias orgánicas e inorgánicas que tienen como destino final los suelos y cuerpos de
agua. Una fracción de estos lixiviados son degradados por microorganismos que producen
sustancias ácidas o básicas, como ácidos orgánicos y amonio (NH4+), que provocan
desbalance en el pH del medio. Asimismo, otras fracciones de lixiviados son tóxicas, por lo
que afectan directamente la ecología del suelo. (Martínez, 2019)
En el trabajo denominado “La gestión de los residuos sólidos: un reto para los
gobiernos locales”, aborda el desafío que representa la gestión de residuos sólidos
para los ayuntamientos, destacando la necesidad de contar con profesionales
capacitados, considerables recursos presupuestales y un plan de gestión
sustentable. El objetivo del trabajo es analizar la generación de residuos y los
avances en la gestión sustentable de estos por parte de los ayuntamientos en
México.
Según datos del Banco Mundial de 2015, en México se generaron 53.1 millones
de toneladas de residuos, con una generación per cápita diaria promedio de 1.2
kilogramos. Más del 50% de estos residuos son orgánicos, y gran parte de ellos
proviene de la pérdida y desperdicio de alimentos, ya sea durante la producción,
almacenamiento y distribución, o cuando los alimentos consumidos son
descartados. Se destaca que esta situación tiene diversas consecuencias
ambientales, incluida la contribución a las emisiones de gases de efecto
invernadero, siendo el sector de residuos sólidos estimado como la quinta fuente
de emisiones para el año 2020 en México (Ojeda-Benítez, S. 2019).
Artículo 1.- Esta ley es de orden público e interés social, tiene por objeto regular la
generación y la gestión integral de los residuos sólidos, y peligrosos de competencia
estatal y de manejo especial, propiciando el desarrollo sustentable en el Estado de
Yucatán.
ARTÍCULO 1.- Las disposiciones que contiene el presente reglamento son de orden
público e interés general y tiene por objetivo regular la prestación del servicio de limpia y
gestión integral de los residuos sólidos, incluyendo medidas preventivas y de mitigación
necesarias sobre la materia, a efecto de lograr el aseo y saneamiento del municipio. Se
aplica en todo el territorio del municipio de Valladolid, Yucatán y es obligatorio tanto para
los ciudadanos que tengan su domicilio en el municipio, así como para las personas que
estén de paso.
REFERENCIAS
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