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SISTEMA FINANCIERO VENEZOLANO

Alrededor del mundo se desarrollan diferentes actividades con dinero, bonos,


acciones, u otro tipo de herramientas financieras, por lo cual existen
organizaciones o instituciones que se encargan de actuar como intermediarias
entre las diferentes personas u organizaciones que realizan estos movimientos,
negocios o transacciones. Estaríamos hablando de un sistema financiero
conformado por este conjunto de Instituciones bancarias y demás empresas de
derecho público o privado, debidamente autorizadas por la Superintendencia de
Banca y Seguro, instituciones que operan en la intermediación financiera
autorizadas a captar fondos del público y colocarlos en forma de créditos e
inversiones.

El sistema financiero venezolano evolucionó en consonancia a la dinámica de la


actividad económica, se inicia como banca comercial para financiar la importante
actividad de exportación agrícola de las casas comerciales europeas del siglo IXX,
y se diversifica por los efectos de la explotación petrolera y sus requerimientos de
financiar el modelo de industrialización para la sustitución de importaciones. En la
década de los años cuarenta del siglo XX, aparecen las instituciones reguladoras
del sistema, Banco Central de Venezuela y Superintendencia de Bancos y Otras
Instituciones Financieras, institucionalizándosela supervisión y reglamentación del
funcionamiento de las entidades bancarias y fueron encargadas de la circulación
del flujo monetario y cuya tarea principal es canalizar el dinero de los ahorristas
hacia quienes desean hacer inversiones productivas.

En cuando al deber que tiene el estado es el que desarrollar una actividad de


carácter económico, encaminada a la obtención de medios que le permitan
satisfacer las necesidades colectivas mediante la realización de los servicios
públicos. Esta actividad financiera comienza en el momento en que éste se
apropia de las riquezas o bienes producidos por las demás economías, y las
convierte en ingresos para atender los gastos que le causará cumplir su deber de
satisfacción de las necesidades públicas.
Los Instrumentos legales del ordenamiento jurídico financiero del estado
venezolano

El derecho financiero tiene como principal objetivo evitar el abuso de los fondos
públicos a manos de los funcionarios de turnos y esto lo logra a través del
establecimiento de límites, controles y regulaciones al uso de esos capitales que
se consideran no pertenecientes a la persona que se encuentra gobernando si no
al aporte de todos los individuos que conforman la sociedad. Tal sistema social
requiere de un órgano de dirección, que es el Estado, encargado de satisfacer las
necesidades públicas.

Esta función necesita por supuesto de gastos y por consiguiente de Ingresos. Se


considera la política fiscal siendo esta el conjunto de medidas e instrumentos que
toma el estado para recaudar los ingresos necesarios para la realización de la
función del sector público. El propósito de la política fiscal es darle mayor
estabilidad al sistema económico, al mismo tiempo que se trata de conseguir el
objetivo de ocupación plena. Política Fiscal tiene 2 componentes, el gasto público
y los ingresos públicos.

En el sistema bancario venezolano, la Superintendencia de Bancos y otras


instituciones financieras (SUDEBAN), es el organismo de revisión y control del
sistema bajo vigilancia y coordinación del Órgano Superior del Sistema Financiero
Nacional (OSFIN), en conformidad con lo publicado en Gaceta Oficial Nº 6.154
extraordinaria, según Decreto presidencial N° 1.402, de fecha 13 de noviembre de
2014 por el que se aprueba la Ley de Instituciones del Sector Bancario.

El decreto N° 1.402 establece que el objetivo principal de la ley consiste en


garantizar el funcionamiento de un sistema bancario sólido, transparente, confiable
y sustentable, que contribuya al desarrollo económico social nacional, que proteja
el derecho de la población venezolana a disfrutar de los servicios bancarios y que
establezca los canales de participación ciudadana, en el marco de la cooperación
de las instituciones bancarias y en observancia a los procesos de transformación
socioeconómicos que promueve el país.
Por otro lado, Ley Orgánica del Sistema Financiero Nacional (publicada en
Gaceta Oficial 39.447 del 16/6/2010) vigente, persigue el propósito fundamental de
generar un cambio integral del sistema financiero que apoye el proceso socio
productivo nacional, mediante la socialización bancaria a fin de alcanzar la
democratización y equidad de los servicios financieros, y un funcionamiento
cónsono con los requerimientos de la economía real, para así contribuir con el
cumplimiento de los fines superiores del Estado.

Destaca el direccionamiento de las carteras de crédito, mediante la canalización


de recursos del sistema financiero al financiamiento de sectores productivos de la
economía real necesarios para el desarrollo nacional y la mejora de las
condiciones de vida de la población. La ley promueve la regulación de la actividad
aseguradora, en el interés de ordenar los derechos y garantías de los tomadores,
asegurados y beneficiarios de los contratos de seguros, de reaseguros, los
contratantes de los servicios de medicina prepagada, y la ampliación de la
cobertura de riesgo en actividades del agro, cooperativas y de otras formas de
organización comunal. La reforma financiera incluye además a instituciones
públicas, privadas, comunales y cualquier otra forma de organización que forme
parte de este sistema, que permita brindar una plataforma de apoyo a las
iniciativas comunitarias y a canalizar el ahorro hacia las actividades productivas.

ESTRUCTURA NORMATIVA

Dentro del marco legal que existe para regular el sector financiero nacional
podríamos mencionar la Ley del Sistema Nacional de Garantías Reciprocas para
la Pequeña y Mediana Empresa, la Ley Orgánica de Administración Financiera del
Sector Público, la ley de Mercado de Valores, la Ley Orgánica Antidrogas, pero las
más importante sería la Ley de Instituciones del Sector Bancario, que “establece el
marco legal para la constitución, funcionamiento, supervisión, inspección, control,
regulación, vigilancia y sanción de las instituciones que operan en el sector
bancario venezolano”., que recientemente fue aprobada (28 de diciembre de
2010).
Regulación y estructura del Sistema Bancario en Venezuela

La legislación venezolana ha atribuido la función de supervisión bancaria a un ente


distinto del Banco Central de Venezuela: la Superintendencia de Bancos y otras
Instituciones Financieras. La Superintendencia de Bancos es un ente integrante de
la administración pública descentralizada, que goza de plena independencia
operacional, financiera y administrativa, y que sólo se encuentra adscrito al
Ministerio de Finanzas a los fines de la tutela administrativa. La Superintendencia
de Bancos sólo está sujeta al control posterior de la Contraloría General de la
República.

Adicionalmente a la independencia legal de la Superintendencia de Bancos,


declarada en el artículo 213 de la Ley, la legislación venezolana optó por
consagrar un mecanismo adicional de independencia o estabilidad operacional, a
través de la inamovilidad del Superintendente de Bancos, quien será la persona
que tendrá a su cargo la dirección del órgano supervisor venezolano.

La designación del Superintendente de Bancos será realizada por el Ejecutivo


Nacional, y no podrá ser removido sino por los supuestos expresamente
establecido en el artículo 219 de la Ley, los cuales se incluyen la falta de probidad,
injuria, conducta inmoral o acto lesivo; el perjuicio material grave causado
intencionalmente o por negligencia manifiesta, al patrimonio de la
Superintendencia; condena penal definitivamente firme que implique privación de
libertad; y, auto de responsabilidad administrativa dictado por la Contraloría
General de la República

No obstante la independencia declarada de la Superintendencia de Bancos, la Ley


ha previsto una compleja estructura reglamentaria que permite una adecuada
cooperación entre los entes administrativos que participan de una u otra manera
en la regulación, protección y supervisión del sistema financiero. La cooperación
en referencia asume dos formas básicas: la primera, el requerimiento de opiniones
obligatorias de conformidad con la Ley; y la segunda, la obligatoria notificación por
parte de la Superintendencia de Bancos a ciertos entes interesados de algunos
hechos de importancia que podrían afectar negativamente el sano
desenvolvimiento del sistema bancario.

En relación con el requerimiento de opiniones legales, de carácter vinculante, la


Ley exige la opinión del Banco Central de Venezuela en materia de autorizaciones
para promover y operar bancos venezolanos, para la constitución de sucursales y
oficinas de bancos extranjeros, para la suspensión y revocatoria de las
autorizaciones de funcionamiento, para la adopción de las decisiones vinculadas
con la estatización e intervención de instituciones financieras y para dictar las
normas relativas a las transacciones internacionales, riesgo de liquidez, de interés
y de cambio extranjero.

También será necesaria la opinión vinculante del Consejo Superior de la


Superintendencia de Bancos en relación con autorizaciones para promover y
operar bancos venezolanos, para la constitución de sucursales y oficinas de
bancos extranjeros, disolución y fusión de las sociedades, revocatoria y
suspensión, modificación de los capitales mínimos y la estatización e intervención
de instituciones financieras.

Supervisión de la actividad bancaria

Tradicionalmente la supervisión bancaria se ha ejercido en función a la naturaleza


institucional de los entes a los que va dirigida, es decir, que la Ley determinaba
con exactitud a quienes debían aplicarse las normas bancarias respectivas, y en
consecuencia su sujeción legal a la supervisión correspondiente. Sin embargo, los
avances en la tecnología, la aparición en el mercado de instrumentos e
instituciones que compiten directamente con las tradicionales instituciones
bancarias y que no cuentan con las cargas y gastos a los que se enfrentan éstas
últimas, así como el reconocimiento doctrinal de que tales instrumentos e
instituciones pueden poner en grave riesgo la estabilidad del sistema bancario
nacional, o afectar adversamente cualquiera de los intereses de la economía, ha
llevado a proponer una metodología reglamentaria completamente distinta a la
tradicional regulación institucional.
Así, la mayoría de las regulaciones bancadas actuales han hecho uso de dos
herramientas distintas, no excluyentes, a objeto de garantizar una más adecuada
supervisión del sistema financiero respectivo. En primer lugar, la aplicación del
sistema funcional de supervisión en la que la determinación de las competencias
expresas de los órganos encargados de llevar a cabo la supervisión bancada
depende de la naturaleza de las actividades u operaciones que se desarrollan con
total independencia de la constitución legal de los entes que las ejecutan. En
segundo lugar, la denominada supervisión consolidada, por medio de la cual se
incluyen dentro del ámbito de competencias de los órganos supervisores todas
aquellas empresas afiliadas o subsidiarias de las instituciones financieras que
ejecutan actividades similares o conexas a las bancarias y que de algún modo
podrían poner en juego la estabilidad del sistema financiero.

CONCLUSIONES

El hecho de tener un sistema financiero sano promueve el desarrollo económico


de un país porque permite la inversión de capital hacia actividades productivas,
como la construcción, la industria, tecnología y la expansión de los mercados. Es
decir que el sistema financiero contribuye al progreso de una sociedad, ofreciendo
soluciones para suplir necesidades de vivienda, estudio, trabajo, entre otros.

El conjunto de entidades que conforman el sistema financiero están organizadas


de tal forma que intentan llegar a cubrir la mayoría de necesidades que una
población puede exigir para que el ciclo económico no pierda su velocidad.

Es por lo anterior que existen establecimientos como los bancos, corporaciones


financieras y compañías de financiamiento. Todas con objetivos y funciones que
identifican diferentes mercados y distintas necesidades. Los productos y servicios
que ofrece el sistema financiero afectan directamente la vida de todos los agentes
que participan en él, lo que obliga al Estado a realizar una vigilancia a través de
normas y regulaciones, otorgando confianza a la sociedad y estabilidad a la
economía en general.

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