Está en la página 1de 2

La justicia social no vendrá de arriba

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el club de países


ricos para dictar política económica y social acorde con los intereses de los grandes
tenedores del capital en el mundo, ha estado haciendo gestiones para oficializar su
propuesta titulada Declaración sobre la solución de dos pilares para abordar los desafíos
fiscales derivados de la digitalización de la economía. Este documento propone fijar un
impuesto de 15% sobre la utilidad contable de las empresas multinacionales (EMN) que
tengan ingresos iguales o superiores a 750 millones de dólares. Si bien, la propuesta fue
hecha en octubre de 2021, luego de que los países de la Unión Europea aprobaron la
puesta en marcha de este impuesto global, la propuesta ha retomado aire y se pretende
que empiece a operar en 2024 en todos los países que están suscrito al acuerdo, entre los
que se halla México.
En el mundo hay alrededor de 400 EMN que estarían sujetas al pago de este impuesto por
el volumen de negocio que tienen y los márgenes de ganancia. Las estimaciones de la
OCDE indican que con este esquema se recaudarían un monto total de alrededor de 150
mil millones de dólares. Los funcionarios de la OCDE dicen que el objetivo de esta medida
es combatir el turismo fiscal de las empresas. Es decir, la estrategia de las empresas de
ubicar el domicilio fiscal ahí donde la política fiscal es más generosa con sus ganancias y
que les implica retener una mayor porción del excedente social del que se apropian. La
propuesta promete que se hará una mejor distribución de las obligaciones fiscales de
estas empresas porque los impuestos pagados irán a los países en los que se generaron
los beneficios y no a los países de origen de las multinacionales.
De acuerdo con la propuesta, de instrumentarse en México, se podría recaudar hasta 30
mil millones de pesos. En México la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR) de las empresas
es del 30% sobre la utilidad fiscal, el doble de la tasa que sugiere la OCDE. No obstante, las
empresas pagan mucho menos. De acuerdo con las publicaciones oficiales del SAT, la tasa
efectiva máxima que sirve como criterio para decidir qué empresas tienen riesgo de ser
auditadas o no, es de 6% sobre los ingresos de las empresas que forman parte de los
“grandes contribuyentes”, entre las que se hallan la EMN. La diferencia indicaría la
enorme evasión fiscal que se estima que hay en México. Habrá quienes vean que, en este
contexto, la medida propuesta por la OCDE mejoraría la progresividad del sistema fiscal
mexicano, contribuiría a obtener mayores recursos
No dejemos de ver la otra cara de la moneda, la iniciativa de la OCDE implica ceder un
espacio más de la política a organismos internacionales que, por su misma naturaleza, no
están, ni siquiera formalmente, al servicio de los pueblos. No dejemos de ver que, detrás
de esa oferta de mayor “justicia” y “equidad”, está el intento de mantener intacta la
forma en que ya se distribuye el enorme excedente social que hoy se produce. Los
pueblos necesitan verdadera justicia económica y social, no dádivas. Pero esa justicia no
se la regalarán los que hoy se la quitan. Los pueblos debemos conquistarla. Eso solo es
posible destruyendo las condiciones que permiten la explotación, el enriquecimiento de
unos a costa del trabajo de la mayoría. Los trabajadores debemos entender que la
pobreza del mundo proviene del acaparamiento de los recursos, del poder comprarlo todo
que tienen unos cuantos, y que la justicia no podrá ser hasta que acabemos con dicho
poder.

25 de marzo de 2023
Vania Sánchez Trujillo
Palabras clave: OCDE, política fiscal, desigualdad económica, globalización.

También podría gustarte