Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
qué lugar del espacio y su ocupación por el cuerpo emerge el significado como una cosa
material. Sólo así, además, sabremos qué actitud tomar cuando nos enfrentemos ante los
significados y los discursos que los actores atribuyen a sus experiencias espaciales.
medida en que se dejaba también organizar por la íntima estructura del mundo. Sin
embargo, todavía estamos muy lejos de poder hablar de la mente, de representaciones o
unos significados humanos? ¿Cómo desde esa concreta ubicación e intersección aparece
algo así como una conciencia y la posibilidad de que existan representaciones para esa
conciencia?
La respuesta sólo puede tener el sentido con el que partimos el análisis, tiene que
entonces la mente sólo podrá comprenderse emergiendo desde ese mismo mundo. La
conciencia misma se encuentra encarnada. Pero, como Lakoff y Johnson señalan, este
20
LOS SENTIDOS DE LA CIUDAD: SOBRE CÓMO MUJERES Y HOMBRES ORDENAN SUS ESPACIOS VITALES
La mediación que hace posible el paso del cuerpo y el espacio a los procesos mentales
viene situada en el sistema psicomotriz, según ambos autores. La manera como el aparato
psicomotor se orienta en el mundo sitúa las coordenadas básicas que dan orientación a la
pensamiento más básicas como los conceptos de causa, tiempo, acción, etc. Lo que hacen
en su proceso argumentativo es señalar cómo dichos conceptos no pueden ser entendidos
como definiciones lógicas y definitivas desvinculadas del mundo; antes al contrario, dichas
categorías sólo pueden entenderse metafóricamente, esto es, como extensiones de
24
Como ambos autores subrayan: the claim that the mind is embodied is, therefore, far more that
the simple-minded claim that the body is needed if we are to think. Advocates of the disembodied
mind position agree with that. Our claim is, rather, that the very properties of concepts are created
as a result of the way the brain and body are structured and the way they function in interpersonal
relations and in the physical world (Lakoff y Johnson, 1999: 37).
25
Lakoff y Johnson, 1999: 43 y ss.
26
Pongo sólo un ejemplo que dan ambos autores respecto al concepto de acción. Para hablar de
acción indican que previamente debemos considerar el concepto de causación. Dada su propuesta
de derivar conceptos de orientaciones psicomotoras, entienden la causación como un movimiento
forzado que sucede de una región acotada a otra. Sería la aplicación de una fuerza que consigue
operar un movimiento de localización. La acción, por su parte, sería un auto-impulsado movimiento,
en contraposición al movimiento forzado de que sería objeto la causación. (Para más detalles,
Lakof y Johnson, 1999: 184-190)
21
LOS SENTIDOS DE LA CIUDAD: SOBRE CÓMO MUJERES Y HOMBRES ORDENAN SUS ESPACIOS VITALES
espacial, de una manera como el organismo del ser humano se estaría dirigiendo al
mundo27.
mejor en el mundo.
Esto hace que, de una manera general, los actores sepan como moverse en los mundos
que habitan28. Dado que los dependientes, los compradores, los transeúntes y demás
actores humanos han derivado sus esquemas cognitivos de los mundos físicos donde se
desenvuelven, de los mercados populares, de las plazas elegantes o del resto de espacios
visitados, posteriormente saben como devolver la orientación de sus acciones a estos
27
Sin embargo la orientación psicomotora y la orientación que prestan las metáforas no se
superponen por mera coincidencia. Como Lakoff y Johnson indican, existe un sustrato fisiológico
similar en ambas actividades, en ambos casos de orientación se moviliza un único tipo de
conexiones neuronales: When we imagine seeing a scene, our visual cortex is active. When we
imagine moving our bodies, the pre-motor cortex and motor cortex are active. In short, some of the
same parts of our brains are active in imagining as in perceiving and doing. We will use the term
enactment for dynamic brain functions shared both during perceiving and acting and during
imagining (Lakoff y Johnson, 2003: 258).
28
Aquí es conveniente recuperar la raíz latina de la palabra habitar, tal y como aconseja Casey. El
verbo habitar latino, según advierte Casey es reflexivo, de manera que al mismo tiempo que un
actor habita, también es tenido y habitado por el lugar de su vivencia (Casey, 2001: 687). Es de
esta manera como se conseguiría la coherencia entre las prácticas sociales y los lugares donde se
desarrollan. Porque los lugares están teniendo presencia en los actores y en sus acciones es por lo
que luego éstas pueden desarrollarse en consonancia con el sentido particular del lugar.
22
LOS SENTIDOS DE LA CIUDAD: SOBRE CÓMO MUJERES Y HOMBRES ORDENAN SUS ESPACIOS VITALES
Las señoras elegantes, por todas sus frecuentaciones previas de los mundos de la
elegancia, saben dónde se encuentran los artículos para sus consumos, saben cómo
interpretarlos, como compararlos con su estilo identitario creado, saben cómo dirigirse a
los empleados que las pueden atender, y saben ganarse el sentido de la distinción de que
ellas son unas clientes únicas, y que sólo pensando en ellas es como se ha dispuesto un
espacio como Plaza Andares. De igual forma, los consumidores de San Juan de Dios, por
haber frecuentado ese y otros espacios populares previamente, saben como orientarse
nuevamente en ellos, saben dónde se encuentran las gangas, cómo conseguirlas, como
sobrevivir dentro de la estrategia del regateo, reconocen una buena imitación, distinguen y
rechazan la grosera, saben dónde pueden conseguir algo mejor, son conscientes de los
estilos de todos los que se vienen a encontrar reiteradamente en uno de estos lugares
particulares; por eso son tan escasos los personajes fuera de lugar, porque todo su historial
anterior es un aprendizaje corporeizado sobre cómo moverse dentro de los lugares que se
23
LOS SENTIDOS DE LA CIUDAD: SOBRE CÓMO MUJERES Y HOMBRES ORDENAN SUS ESPACIOS VITALES
Esta forma de considerar la interrelación entre el espacio y los actores nos plantea también
una forma distinta de entender nuestros desplazamientos por el espacio. De nuevo, aquí
estamos hablando ya no del desplazamiento de entidades hechas y cerradas, los sujetos,
por unas coordenadas espaciales insubstanciales que no registran más que el sentido de
su movimiento. Los sujetos y actores no ocupan espacios vacíos de los cuales no han de
encontramos con vivencias que modifican y reformulan las identidades de aquellos sujetos
en tránsito. De esta manera, lo importante no es, como propuso cierta corriente de la
Geografía Humana 30 , registrar desplazamientos en ciertos ejes de coordenadas, sino
implicados.
29
Para una bella interpretación de la forma material como la huella queda impresa en el psiquismo,
puede consultarse el trabajo de Derrida sobre Freud: ‘Freud y la escena de la escritura’ (Derrida,
1989: 271-316)
30
Bajo la línea de análisis que inaugurara Hagerstrand sobre las trayectorias espaciales
(Hagerstrand, 1970).
24