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CuerporItorios: Cuerpos, Territorios e Identidades en redes.

Circulación de artistas en la
adaptación, construcción y deconstrucción del espacio público

Proyecto de Investigación de Complejidad

Nicole Ximena Bello Rios

Sociología
V Semestre

Laura Escobar
Tutora de Sociología V

Universidad Externado de Colombia


Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Bogotá, D.C.
2023

Nicole Ximena Bello Rios

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V Semestre de Sociología

Cuerporitorios: Cuerpos, territorios e identidades en redes. Circulación de artistas en la


adaptación, construcción y deconstrucción del espacio público

Tabla de contenido

1.Introducción

2.Justificación

3.El cuerpo, el espacio público y la identidad como sistemas auto-organizativos

4.Planteamiento del problema

5.Los sistemas auto-organizativos en el problema de investigación

5.1 El cuerpo como encrucijada

5.2 Arte, artista e identidad

5.3 A la sombra de los cuerpos en el espacio- tiempo

5.4 Identidad y espacio público ¿Un (no) lugar?

5.5 El cuerpo biológico como territorio, y el territorio como cuerpo

5.1 El cuerpo biológico como territorio

5.2 El territorio como cuerpo

6. El espacio público y el espacio privado, de cara a los artistas: discusiones tras modelos
de ciudad de la posmodernidad y la crisis civilizatoria, y algunas reflexiones finales

7. Cuestiones metodológicas

8. Algunas reflexiones finales

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1. Introducción

“El flujo circula caliente, las manos palpitan, tocan y sienten.


Los poros respiran. Inhalan la vida.
Traspasa la piel, el alma, el alma (bis)
Soy trasparente, mira mis venas, es la corriente. La sangre que
recorre este ser vivo (bis)
Asi vivo, para ser (bis)
Asi vivo, para ser vivo
Traspasa la piel, el alma, el alma
El flujo circula caliente, las manos palpitan, tocan y sienten.
Los poros respiran. Inhalan la vida.”

Femina, Ft. Ayelen Ramirez, 2013, 1m36s)

El flujo del que conforme existimos, ahondamos, respiramos y somos invadidos, trae discusiones
frente al tiempo y al espacio. Esto es pues, el lugar del yo, pero también de los sujetos que nos
rodean, y del reconocimiento del lugar que habitamos, que podría entenderse de dos formas (o
incluso más): uno de ellos, reconociendo al cuerpo en sus características morfológicas, físicas,
biológicas, y espirituales; y otro de ellos, entendiendo al territorio como un cuerpo por sí mismo,
como una especie de sistema abierto, pero más amplio -más macro en términos de área-, dentro
del cual se encuentran otros cuerpos, de modo que los convierte en sus organismos. Partiendo de
ello, escribir esto va más allá de una pregunta de investigación, es una pregunta también por el
cuerpo, por mi cuerpo, por mi existencia como sujeto, y por mi vivencia como bailarina, corista
de bullerengue, y amante de la música, pero también por la colectividad entre esa multiplicidad
de vivencias alrededor del arte y los artistas, en nada más y nada menos que el espacio público,
ese mismo espacio del que se habla tanto, pero que es también una discusión tan reciente
adaptada a los movimientos y momentos históricos, la amplitud del capitalismo, la instauración
de la globalización, las nuevas concepciones o categorías para clasificar el espacio como en lo

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que respecta a la división “público-privado”, y el reconocimiento de un concepto como lo es el
trabajo (o no) digno.

Así pues, el objetivo central de investigación es reconocer las configuraciones que detenta la
habitabilidad de los artistas en el espacio público, en la construcción de identidad del propio
sujeto artista, y de quienes habitúan ese espacio.

2. JUSTIFICACIÓN

Los motivos para hacer esta investigación en realidad son muchos, pero en principio, decir que
este interés ha sido construido. Tengo una fuerte relación con la música, y en especial con la
danza y el poder del cuerpo para darse tránsito a sí mismo, transformarse, jugar con la velocidad,
el tiempo, el espacio, y hasta la gravedad misma. Ahora bien, hace ya un año acostumbraba
algunas veces a grabar en audio a quienes cantaban o tocaban algo por la calle o en el mismo
transporte público, pero para terminar de impulsarme para escoger desde la complejidad, fue
necesario oír una guitarra eléctrica mientras llegaba a la Universidad, y haber quedado tan
encantada, que fuese inevitable para mi querer ahondar un poco en aquellas vivencias. De ahí
surgieron muchas preguntas que vienen de ese entonces para atrás, con lo que significa ser
artista, lo cual ha estado presente desde mis inicios en la danza (sobre todo en la danza
contemporánea), pero también para lo que detenta el espacio público como un lugar en que
existen múltiples vivencias, conflictos, y relaciones dinámicas de identidad y construcción de
sujetos. Esto de ninguna manera pretender hacer una búsqueda sobre alguna verdad absoluta,
mucho menos definir concretamente que es ser artista, pero deja al sujeto bajo la absoluta
relatividad. Es, así pues, un acercamiento en clave de la entropía, en donde el equilibrio y el
desequilibrio coexisten, y no son procesos estáticos, sino que al contrario, su dinamicidad es el
agente que en sí si permanece, tal como el movimiento de la construcción de identidad.

3. EL CUERPO, EL ESPACIO PÚBLICO Y LA IDENTIDAD COMO SISTEMAS


AUTORGANIZATIVOS

Somos seres que circulan, fluyen, se ubican en una espacialidad, y transitan en ella. Aquella
circulación implica la existencia de una construcción sobre la percepción del espacio, también
ligada a la idea de identidad. Todo esto constituye que la posesión misma del cuerpo como un

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lenguaje, es también un instrumento que construye, se asocia, y modifica el espacio, es como una
especie de acción reciproca entre sistemas de auto-organización: “trabajar, construir y
reconstruir” y al cabo de ello, “dilapida[r] energía”; es productor y reproductor del espacio, al
tiempo que el espacio es productor y reproductor de identidad de un cuerpo: “de productor se
convierte en producto de producto en productor, de causa deviene efecto, y viceversa” (Morin,
1994: p. 70).

Podría entenderse pues, que se trata de una autonomía-dependencia dentro de la que el sujeto se
dispone de definirse dentro (y/o fuera) de una identidad, misma que se complejiza en tanto hay
dentro de ella, un sujeto que se ubica en un lugar (o en no lugar), o que se define en un algo.

De esto último se desprende que el sujeto crea una relación tanto con las construcciones físicas,
como con las inmateriales, pues en si la identidad englobaría entonces una relación con el
espacio, y en este caso el espacio público, tanto desde la forma más física, como en la forma de
captación de sentidos y de subjetividad.

Con todo lo relativo al sujeto, el cuerpo, la identidad, la auto-organización, el territorio y el


espacio público queda faltante disponer de lo competente al artista, que es también sujeto (en
este caso central para la investigación), y al que resulta siendo una pregunta abierta definirlo,
tanto como al mismo arte. Sin embargo, aún con aquella dificultad, se busca hallar la atribución
ligada a los cuerpos de los artistas, en tanto se dispone de un cuerpo que imagina, y pone en
cuestión o bajo impacto la realidad latente. Es importante aquí tener presentes ciertas cosas
necesarias dentro del proceso de imaginación, creatividad e impacto de la realidad, y conciernen
al abordaje de los conflictos urbanos dentro de la composición artística en sí misma, y aquellos
conflictos al rededor del mismo artista, o de los que este visualiza.

Ahora bien, se abren distintas cuestiones desde las cuales abordar lo anterior: (a) el arte en la
calle como estrategia pedagógica, del modo en que la disposición misma del espacio, sumado a
la presencia de piezas o elementos artísticos que son a la vez didácticos en tanto permiten la
exploración de conceptualizaciones contenidas dentro de sí -“posbilidades de formación”-, dan
lugar a una pedagogía urbana (Manrique, 2009) ; (b) el panorama laboral de los artistas en sí
mismos; © el ordenarse estratégicamente en la habitabilidad de ciertos espacios, y en la
habitualidad o frecuencia de unos, más que otros. Todo ello, esta también inmerso por aspectos
que rodean a un solo artista (entiendose como cuerpo), y que tienen que ver con (d) procesos
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como la migración -si es el caso- de aquellos que se vieron condicionados a cambiar su vida,
desde el hecho de que cambiar el lugar de vivencias, es en sí, una modificación al rumbo de la
vida. Aquello no deja atrás, por cierto al (e)? aspecto laboral y/o a los derechos laborales en sí
mismos; es decir, a la relación entre la habitabilidad de un espacio, el tránsito y habituación de
ciertos lugares, y la entrada a ciertas dinámicas de trabajo, que aún, siguen sin separarse del
espacio público.

4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Bogotá, como ciudad capital, es además, uno de los puntos en que más confluyen personas
provenientes de otras zonas. Esto es, que cuenta con un alto flujo, que detenta distintas
construcciones de identidad. Tal cosa, no es sin embargo desprovista de un conjunto de
dinámicas relativas a tensiones, convergencias, y uniones sobre el concepto de territorio,
territorialidad, construcción del espacio, y en es específico, construcción del espacio público. La
fluidez, el dinamismo y la circulación continua, llevan tras de sí, el hecho de que la posesión
misma de un cuerpo, como lugar de enunciación, es también integrar la agencia que este tiene,
frente a la construcción del espacio, y hasta la modificación del mismo. Esto en sentido estricto,
puede entenderse desde cualquier agente, sin embargo, en este caso, se quiere tratar el sentido de
agencia, y la atribución al espacio público de los artistas que deambulan y transitan alrededor de
la ciudad. De ahí tal, el poder introducir en esa capacidad de agencia de aquellos actores –los
artistas-, el sentido mismo que se les brinda desde la estética social, edificada en las relaciones
sociales de la misma ciudad, y del espacio público. No por ello abandonando que esto recae en
las mismas territorialidades y en conflictos que hay al rededor del territorio, que aquí conciernen
a ciertas particularidades: disputas y desigualdades urbanas.

Lo anterior, implica reconocer un conjunto de aspectos, entre ellos: (1) el cúmulo de redes que
atraviesan a cada sujeto, es decir, lo que lleva a un sujeto, a hacer determinado tipo de arte o
trabajo, o incluso a habitar ciertos espacios; (2) el panorama laboral, (3) la habitabilidad de
ciertos espacios de manera estratégica, (4) la habitualidad de unos espacios más que otros, (5) las
implicaciones de habitar ciertos espacios, y (6) los derechos laborales, entendiéndose la relación
entre habitabilidad de un espacio, el tránsito y habituación de ciertos lugares, y la entrada a
ciertas dinámicas de trabajo, que se rodean con y desde el espacio público. Todo esto, esta
también inmerso en lo mencionado sobre la migración, entendiendo que cada sujeto, pasa por un

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proceso dado por diversas circunstancias, y que, en el caso del flujo migratorio, el cuerpo del
sujeto se ve condicionado a cambiar su vida, desde el hecho de cambiar el lugar de vivencias,
hasta las prácticas, y el rumbo de ellas.

Estos procesos de circulación, que además no se apartan de la circulación global, y de la edad


moderna; recaen en que, el espacio puede ser, o no, un lugar de segregación, o más bien, que
habla de él, y esto inexorablemente detenta la separación de sujetos, la construcción de la idea
del trabajo (para unos más legítimamente reconocido como empleo que para otros) y la
construcción en sí, del panorama histórico-político al rededor del artista, así como la
construcción de la idea de “arte” y de “artista”, que tiene que ver con el sistema vigente, el
pensamiento de las personas, y la constitución de los sujetos que espectan al artista, que a la vez
construyen un significado alrededor de él y del arte; y que todo ello, recae también (o no) en la
idea de identidad, o hasta en nociones como interculturalidad, en la medida en que artistas que
han migrado, vienen precisamente de relaciones distintas con el entorno, y que sin embargo,
continúan construyendo territorio, y territorialidad.

En todo esto, surgen algunas preguntas: ¿de qué forma se construye el espacio público? ¿cómo
contribuye un artista a la definición del espacio público? ¿qué conocimiento tienen los artistas,
sobre el territorio, a partir de sus recorridos? ¿qué relación tienen la construcción del espacio
público, con las condiciones laborales diarias? ¿qué políticas hay alrededor de los derechos
laborales de los artistas en el ámbito del trabajo informal? ¿cómo se construye el concepto de
arte, a través de entornos separados de espacios artísticos convencionales? ¿qué relación puede
haber entre procesos artísticos y procesos de migración -interna y externamente? ¿Cómo se
concibe la propiedad de un espacio de empleabilidad, para la construcción del trabajo en el país?
¿Qué hay detrás de la acción de hacer cierta representación artística? ¿Cómo recae la
privatización del espacio en los artistas que se mueven alrededor del espacio público? ¿Cómo
entra la dimensión del género y la raza en el despojo y/o desplazamiento de territorio, y en la
idea de identidad, dentro del panorama de los artistas migrantes? ¿Qué y quién define el arte?,
*¿Cómo se construyen los espacios de enunciación, sobre los que se dice que una representación
es arte social, o es vandalismo? ¿Cómo se forma la relación entre nichos estéticos, y la
comprensión en si de algo como arte? ¿De qué forma, el que alguien se instaure dentro del
espacio público, puede a la vez irrumpirlo, y construir una experiencia ciudadana, ligada también

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a la estética social? (Preguntas surgidas de texto acerca de grafiti, arte público y nichos estéticos,
conflicto urbano, estética social y expresividad urbana),¿Cómo se estimula el cuerpo ante ciertas
representaciones artísticas, sonoras y/o visuales, presentes en el espacio (de tipo, sensorial,
neurológico, biológico)? ¿Qué estimulaciones espaciales y corporales hay frente a quienes
experimentan el espacio público como su espacio de trabajo?

De todo esto, surge pues, una pregunta central sobre ¿cuáles son las configuraciones que detenta
la habitabilidad de los artistas en el espacio público, en la construcción de identidad del propio
sujeto artista, y de quienes habitúan ese espacio?

5. LOS SISTEMAS AUTO- ORGANIZATIVOS EN EL PROBLEMA DE


INVESTIGACIÓN

5.1 EL CUERPO COMO ENCRUCIJADA

Laberintos, exposición misma que habité, puso a la vista un tema fundamental: el cuerpo, ¿Por
qué hablar del cuerpo?, pues, diría que parte de la posible respuesta, estaestá en la frase que se
encuentra a las afueras del lugar “El cuerpo aparece en una encrucijada, en un cruce de caminos,
donde se encuentran y chocan permanentemente la historia, el mito, el arte y la violencia” (José

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Restrepo), es un lugar que entra en conflicto consigo mismo, tanto como con que lo rodea.

Imagen 1. Fotos de mi autoría, tomadas en la exposición “Laberinto” de Luz Callejas (Marzo, 2023)

Hay una yuxtaposición de pantallas, que inscriben sentidos por sí mismos, y partes del cuerpo
distintas. Todas habitan al mismo tiempo, pero se mueven en distintas velocidades, o unas más
que otras. Algunos rostros o imáagenes visuales se repiten al mismo tiempo, o tienen lapsos de
reaparición constante, aún cuando sean en distintas dimensiones de tamaños. Son como una
especie de patrones, o fractales, que dentro de sus repeticiones, todas impactan visualmente, y
contraen una imagen de la violencia expresada en el cuerpo.

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Imagen 2 y 3. Fotos de mi autoría, tomadas en la exposición “Laberinto” de Luz Callejas (Marzo, 2023)

Todo esto me supuso cuestionarme cuáles son esas repeticiones propias de ciertos sujetos,
inmersos a determinadas dinámicas, y habituando espacios determinados, por circunstancias o
no, comunes entre sí, pero siempre desde el espacio público. Patrones que recaen en las
condiciones de sus cuerpos (en este caso, cuerpos de artistas), o que se retratan en su lugar
habitual y habitado. Patrones que pueden buscar visibilizarse, precisamente desde piezas
artísticas en cualquier tipo de representación.

5.2 ARTE, ARTISTA, E INDENTIDAD

“La música acompaña a los pueblos en el transitar por el mundo”

Hay unas preguntas fundamentales por el sujeto que me envuelven y me revuelven la cabeza, de
las que seguramente pretender afirmar con respuestas absolutas sería absolutamente
descabellado, y que, sin embargo, vale la pena apelar, aún con las tantas probabilidades de
responderlas, hasta incluso agotar al mismo lenguaje y sus distintas formas. Esa cuestión, o más
bien, esas cuestiones, son ¿Qué es el arte? ¿Qué o quienes son artistas?, si el espacio público crea
alguna noción de identidad de artista en particular, ¿o es solo una parte más?, y del mismo modo,
¿las nociones de arte y arte público que tanto se unen o se separan entre sí?

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el arte comprende la actividad humana, pero del modo en que hay creatividad, apreciación y
poder emocional. Sus fines, pueden ser múltiples: “utilitarios, decorativos, terapéuticos,
comunicativos e intelectuales”. (EUROINNOVA, 2022)

Esta definición, queda, sin embargo, aún muy afuera de los sujetos que hacen que algo sea
considerado como arte, es decir, propone una definición que acorta asuntos tales, como las
fronteras que existen dentro del mismo artista, y de entre estos mismos, así como su relación con
el entorno por sí mismo, y con los espectadores. Es entonces plausible abordar los conflictos de
la realidad humana, los cuales no son ajenos de plasmarse física y simbólicamente (
Benedetti, 2020)
. Hay diferentes formas de elaborar discursos frente a esas alianzas y contradicciones, sin
embargo, existen múltiples formas de narrar esto, y en ese mismo sentido, también de abordar
elementos de ”orden social” como el género, la raza, la sexualidad, la etnicidad, etc:

“Estas tensiones se expresan en la creación de narrativas, imágenes y acciones en torno al


espacio, el tiempo, el cuerpo, la memoria, la historia, la lengua y las identidades. Éstas, a
su vez, impactan los imaginarios y representaciones sociales. De manera similar, la
relación con las fronteras se manifiesta en las prácticas sociales, es decir, en las formas de
ser y hacer, así como en la elaboración de significados, representaciones y creaciones
artísticas.” (Sánchez, 2020)

Hay, por cierto, algo que juega dentro de todo este mismo sistema, y que continúa en
consonancia con una interacción heterogénea de sujetos. Esto es pues, relativo a lo que implica el
contacto cultural y el proceso de globalización, los cuales, podrían pensarse dentro de ese flujo
constructivo y destructivo de tejidos y narrativas creadas en todos, y a la vez, un solo
movimiento, y en una, y a la vez varias creaciones artísticas de un mismo, o distintos sujetos
artistas (Sanchez, 2020; Hall, 2013). Esta dimensión en que la globalización refuerza cuestiones
como la migración, y el choque entre sujetos con códigos de vida diferibles, asimismo produce
que las representaciones y el contacto con el otro, sean configurados como en una especie de
lógica de sistemas reorganizadores, que detentarían la resistencia al ruido, pero también su
posibilidad de transformación, y de habilidades de adaptabilidad (Godoy, 2008). Hay pues, unas
variaciones en el mundo exterior y en las vivencias de los sujetos, que son recibidas, analizadas,
codificadas y transmitidas, en este caso, en forma figuras artísticas, y que juegan con las
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representaciones y las perturbaciones sentidas (Godoy, 2008): “De estas maneras los individuos
y pueblos del mundo entran en contacto con los otros y sus representaciones” (Sanchez, 2020,
p.31).

Ahora bien, todo esto, no puede dejar atrás la discusión sobre el arte público. Hay varios modos
en que se ha intentado abordar. Uno de ellos, es entendiéndolo como aquel arte que es accesible
y de dominio público, al tiempo que, al conformar el espacio público, es también un espacio
político. Hay incluso algunos quienes se definen desde ese lugar político, en la medida en que
encuentran en ese espacio público, que también es político, como su lugar de enunciación, de
vanguardia, y de activismo:

“el artista debe sacar a nuestros ídolos de la sala (casa y/o museo) y colocarlos en las
esquinas, en las plazas, estaciones de metro, porque el arte público no se expone, se
produce y se tropieza con el… produciendo en la ciudadanía múltiples reacciones. De
todo esto, lo más importante es que el arte público como vanguardia y los artistas
públicos como activistas no son los francotiradores detrás de los árboles, ¡son los
árboles!, la energía social que viene de abajo para arriba; del ser al artista, del artista al
ciudadano, de la población a la sociedad, de la sociedad al poder… ese es nuestro visible
devenir, un arte de vanguardia, si acaso podemos hacer uso de esta palabra en nuestra
cotidianidad, es aquel que se hace más público,.. El que se hace calle a calle y de
ciudadano a ciudadano” (Garcia, 2010 en Pertuz, 2010, párr. 20)

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Imagen 4. La moneda venezolana, un lienzo para el artista Otilio: El money art
como apuesta política y social en las calles de la Candelaria

Imagen 4. Foto de elaboración propia. La Candelaria, 29 de Abril de 2023.

Otras perspectivas, lo hablan en la medida en que el arte público sea avalado por representantes
estatales que administren aquellos espacios. Esto es pues, como en una especie de relación entre
política, arte público, poder e inversión económica (Pertuz, 2010). Lo anterior, agregado a una
visión que relaciona la idea de espacios vacíos, con la búsqueda de legitimidad por parte de la
esfera pública, a los artistas (Garcia, 2010, en Pertuz, 2010). Es importante aquí, no dejar atrás la
existencia de un devenir histórico -en parte fruto de la urbanización, los procesos civilizatorios, y
la globalización- y en específico con los artistas populares de la capital, quienes han ido
aumentado su presencia allí desde los 80, y que, sin embargo, esto no deja de separarse de
problemáticas y/o cuestiones contextuales, relacionadas con una situación de sobrevivencia que
giran alrededor de otros territorios:

”el desplazamiento forzado de comunidades indígenas, negras y campesinas, las


condiciones limitadas que presenta el sector de la economía formal para dar empleo
digno a profesionales, incluso; las mismas necesidades de los y las jóvenes para pagarse
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sus estudios; más reciente, la emigración de ciudadanos venezolanos, como por la
“jubilación forzada” de muchos trabajadores del arte que en otro momento oficiaron
formalmente, pero que por sus particulares circunstancias de vida han hecho de la calle y
los medios de transporte masivo su nuevo escenario de existencia” (Ortiz, 2021: p.11).

Es, así pues, que todos estos acercamientos sobre arte, arte público, artista e identidad, nos dejan
a la luz, si bien algunas aproximaciones, quedan por seguir descubriendo ciertas incógnitas, en la
medida en que la incertidumbre es al final un pilar para seguir profundizando en una realidad
social, y unos conceptos sociales, que siguen el camino de lo dinámico, al igual que la
materialidad y el proceso de la vitalidad. Uno de los aportes más importantes que se podrían
poner a este momento a la discusión, y que creo, permiten seguir desarrollándola y abriendo
preguntas, es el poder ver todo lo abordado, con lentes de entropía y de inter- retroreacciones, en
la medida en que cada componente necesita de los otros componentes abordados, (y algunos más
que se irán viendo durante esta investigación) para lograr su entera expresión (Godoy, 2008), no
sin dejar atrás, el espacio- tiempo, y momento contextual, sobre el que ubico la investigación.

5.3 A LA SOMBRA DE LOS CUERPOS EN EL ESPACIO- TIEMPO


El cuerpo percibe, recibe, es un espacio de existencia, de
resistencia al espacio, pero también desde el espacio.
Habitar un cuerpo atraviesa nuestros pensamientos,
sentimientos, dolores, rasguños, golpes, cicatrices,
retahílas, vivencias, etc.

Todo esto es el cuerpo que habito, el cuerpo que soy, el


cuerpo que me permite ver y percibir a otros cuerpos. A la
sombra de estos cuerpos, un tiempo para sentirlos, y un
espacio para vivirlos. (Escrito de mi autoría)

“— Recipiente, cascarón, prisión, cuerpo: elemento que nos


mantiene atados al tiempo y al espacio.” (Castillo, 2017; p.
37)

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Somos lazos vigentes en el espacio tiempo, y es el cuerpo vivo quien nos relaciona con la
adquisición de una concepción temporal, así como el cuerpo es el que le permite referenciar esos
esos tiempos. Hay pues, un sistema complejo inscrito en el cuerpo, el espacio, el tiempo y la
interpretación, de modo que no se puede entender al tiempo y el espacio como cuestiones
separadas ni inscritas de forma disímil.

El cuerpo como espacio de existencia, produce una lógica en la que este se mantiene atado a un
tiempo y a un espacio, a un contexto que a la vez le da elementos para instaurarse a sí mismo.
Múltiples son las formas de poder referirse a esa corporeidad que aborda un momento histórico,
y lugar vigente como “el arte, la medicina, la arquitectura, la filosofía” (Castillo, 2017: p. 37).

Ahora bien, esta ubicación espacio- temporal, es la que a la vez le permite al sujeto dinamizarse
con el lenguaje y sus formas: “Empírica o simbólicamente, el espacio se temporaliza en el
lenguaje y, así, va a ser medido en la historia. Paradójicamente, el lenguaje hace que el espacio
no solamente esté en el tiempo, sino que en rigor sea tiempo, y acaso no sea sino y solamente
tiempo.” (Vergara, 2009: p. 237) . De este modo, podría introducirse la heterotopía de Foucault,
del modo en que, en parte, esa interdependencia y la temporalización mismas del lenguaje, abren
nuevas lógicas, (Zambrano, 2017) que en parte surgen por una readaptación, del tiempo y espacio al
que están sujetos los cuerpos: hay pues, poderes, regularidades y discontinuidades en
retroalimentación, como cual sistema complejo adaptativo (Gell-Mann, 1995).

Asimismo, todas esas coordenandas generan una apelación a unas realidades territoriales. Esto
es, pues, que siendo el cuerpo vivo un centro de vivencias, sentires, experiencias y conciencia
(Silverio, 2023), pues no se produce entonces solo, sino con una relación clara con una realidad
territorial: “En lo fundamental, como espacio, el territorio es un entorno. Pero, no un entorno
abstracto, aparte e independiente, sino siempre un entorno de alguien, una colectividad, o una
persona en cuanto pertenece a una colectividad (…) el territorio es un espacio de la vida plural,
colectiva, social o cultural, y no un mero marco físico en que se localizan las cosas.
(Vergara, 2009: p.235)
.|

En ese sentido, creo que podría no ser descabellado decir que ni la ciudad, ni el espacio
público en sí, se producen y reproducen por sí mismos, sino que hay una relación de
interdependencia. No más pensar que hablar de carretera, transporte público,
transmileneo no son cosas y formas de relacionarse con el mundo que han estado estáticas,
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o que existen desde el principio del universo. Incluso, hablar de la misma ciudad, y del
espacio público son cuestiones intrínsecamente relacionadas con cuerpos ligados al espacio-
tiempo, y en ese mismo sentido, hablar de artistas en el espacio público, tampoco sería una
discusión que hubiese surgido en dimensiones de realidad muy alejadas de lo que podría
entender como mi presente y mi ahora, incluso el mismo hecho de hablar de arte urbano o
arte público, pone en velo varias cuestiones, entre ellas la de historia misma de su
surgimiento, pero también su desarrollo en el presente, y de la conexión de este presente y
este espacio, con otros espacios habitables y habitados: “el espacio público no se agota ni
está asociado únicamente a lo físico-espacial (plaza o parque), sea de una unidad (un
parque) o de un sistema de espacios (trama urbana). Es, más bien, un ámbito contenedor
de la conflictividad social, que tiene distintas posiciones, según la coyuntura y de la ciudad
que se trate” (Carrión, 2016: p.18).

Si hoy se sienta alguien a tocar un violín en un carril, y luego en frente de un restaurante,


todo cambia, tanto en función del lugar, como en el del día, la hora, y los transeuntes que
confluyen por ahí. De hecho eso, más que ser un ejemplo, fue algo que vi: un fin de semana,
mientras caminaba por la 12, encontré a un hombre tocando contrabajo. Luego, un martes
de la siguiente semana, vi al mismo hombre, pero en otro lugar. Ese movimiento podría
parecer insignificante, pero en realidad creo que podría dar a entender más facilmente, el
hecho, y la importancia misma del espacio-tiempo. Incluso, hay algo de relatividad especial
aquí, y es que si bien vi al mismo sujeto tocar, las dos situaciones fueron en lapsos
temporales distintos, con referenciales también distintas, y con modificaciones espaciales
diferentes. El collage presentando a continuación, dara cuenta de esto, de hecho hay una
intención propia en hacerlo, y es que la primera imagen fue con IA (Inteligencia Artificial ),
y siu se observa bien, algunos objetos espaciales también son distintos:

Imagen 5. El hombre del Contrabajo.

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Imagen 5. Collage de elaboración propia. La Candelaria, 29 de Abril de 2023.

5.4 IDENTIDAD Y ESPACIO PÚBLICO: ¿UN (NO) LUGAR?


De múltiples modos y deambulando en sobremanera al rededor de la Candelaria, y del
Portal 80 a Universidades, o a la calle 100, por ser los lugares que más habito, se emana
una observación en torno al espacio público, y en específico el de la ciudad, como territorio
aquel, al que Ramirez (2016) apelaría comprendiéndolo bajo una dimensión físico-
territorial que contiene dentro de si, relaciones sociales, y que deja en pie distintas
dimensiones, que no son reducibles a lo meramente físico sino que incluyen a otras: la
espacial, la producción de ciudad, la generación de integración social, y la pedagogía de la
alteridad. Esto deja en pie por cierto, que al ser Bogotá una ciudad ligada a la construcción
de Nación como esta ligada?, concentración de producción como se da esto?, una de las más

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grandes receptoras de ingresos productivos a nivel nacional, y conformante del triángulo
de oro (es de las 3 ciudades más pobladas), es por sí misma un lugar llamadamente
estratégico, pero así mismo, también divergente y desigual.

Si vemos que no más Colombia es hoy el segundo país más desigual en latino América, y
Bogotá es la ciudad más desigual del país, se establecen rumbos y patrones que evocan una
multiplicidad de posibles formas de entender cómo se fundamenta esto – si es que hay un
fundamento-, y sin embargo, hay un planteamiento propio de Ramirez (2016), que me
parece fundamental y que concierne al espacio público urbano como un espacio de
encuentro y de apropiación de los lugares de formas diversas, pensando en la variedad
misma de quienes conforman ese territorio. Esto es pues, cuestiones tales como “grupos
etarios, etnias, géneros y clases sociales”. Si partimos de esto bajo una premisa de
encuentros y desencuentros divergentes alrededor de un sistema complejo, o podría
llamarse también, pues, de un cuerpo complejo; nos topamos con que nuestros sentidos,
cuerpos y vivencias en las calles y plazas de aquella ciudad aún irreductible a un solo ser,
pero aun así, parte fundamental de mi percepción y mi diario vivir; conforman en sí un
sistema que se basa en la diferencia, y no solo ello, sino que está presente “la distribución
del valor de salvaguarda del sí y de rechazo del no-sí.” (Morin, 1994: p.71)

No más el hecho de estar presente en lugar determinado como la Plaza de Bolívar, con una
postura o figura corporal y con unos elementos específicos, pone en disposición que hay un
sujeto, esto igual no deja atrás, el hecho de que alrededor de ese cuerpo habitado, también
se construyen ideas de cuerpos, o no plenos, de identidades estables, que alientan una
descripción estática e inamovible de aquel al que vemos caminar, oímos cantar, vemos
pintar, o simplemente del que se sienta y observa detenidamente, que refuerzan un discurso
de inamovilidad sin retractos de nada, pero halle ahí la cuestión de que “sin darnos cuenta
de que somos muy diferentes según los humores y pasiones, según que amemos o que
odiemos y según el hecho” (Morin, 1994: p.71)

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Imagen 6. Fotos de mi autoría. Lugar: Plaza de Bolivar. 29 de Abril del 2023

5.5 EL CUERPO BIOLÓGICO COMO TERRITORIO, Y EL TERRITORIO COMO


CUERPO

“Somos personas errantes que viajamos por el cuerpo del planeta.

“Somos microhistorias que se entrelazan, que se compenetran y transforman, que necesitan


moverse y contarse para crecer, para evolucionar (...)

Muévete no dejes de moverte (…)” (Tokarczuk, 2019)

Este apartado de “el cuerpo biológico como territorio y el territorio como cuerpo”, lo
encuentro como una apuesta a la interdisciplinariedad compuesta, aplicada desde la
articulación misma del conocimiento, y su síntesis, entendiendo que el cuerpo tiene
múltiples correspondencias que permiten yuxtaponerse alrededor de las discusiones
fundamentales sobre el hombre, la sociedad, la ciencia y la naturaleza. Asimismo, y bajo la

19
misma línea, se comprende entonces al territorio y al espacio público como un sistema que
interactúa con ese otro sistema que son los cuerpos –como partículas o subsistemas- que
deambulan en él-, lo transforman, y sobre el que también se conforman redes sobre
distintas formas de impactar ese mismo sistema, como lo es un artista como sujeto, y un
artista como sujeto que dentro de sí, comprende distintos elementos dinámicos, es decir,
distintos órganos, que son entendidos desde lo más biológico, fisiológico y anatómico, hasta
los aspectos relativos a un tejido social, como lo son: el género, la raza, la nacionalidad, la
clase social, las relaciones de poder jerárquicas, etc. Hay pues, una interacción entre el
cuerpo biológico y el territorio como cuerpo, en donde en la búsqueda de esas
interconexiones, se tejen cada vez más, y en distintos niveles, un conjunto de enlaces que
van en aumento exponencial, y del que juntos producen como salida o resultados de
operación de esos sistemas, la construcción, deconstrucción, y autoorganización de la
identidad. (Ramírez, 2002).

5.5.1 EL CUERPO BIOLÓGICO COMO TERRITORIO

“Mi piel es mi dormitorio


Mi piel es todas las habitaciones
Donde me alimento donde me acuesto donde fijo
Algo de confort.
Mi piel es mi casa
(…) Mi piel no es un estado
Sin gobierno.” Piel que habito de Prates (2020)

“Regresar a poner el cuerpo al centro, sus sentires y sus acciones.


Porque la ciudad no sucede sola como espacio, ocurre como cuerpos,
experiencias y relaciones. (Silverio, 2023: párr. 1)

Hay una pregunta por el cuerpo, que se ha abierto a varios campos de discusión, que, si
bien se concentran en el cómo su centro, son formas distintas de abordarlo, sin embargo,
aunque a la vista parezcan tan distanciadas, hay una que parece estar constantemente: ¿el

20
cuerpo es apenas un territorio físico individual? Yo misma me lo he preguntado, incluso es
mis momentos más existenciales, o hasta antes de danzar, y por lo mismo, quiero introducir
ahondando en esas posibles respuestas con la forma en la que una coreógrafa y bailarina,
llamada Magda Polo, ve al cuerpo: “La conexión con el mundo se hace porque percibimos
a través del cuerpo: este es nuestro anclaje en el mundo real, a pesar de que también nos
conecta con todo lo trascendental. Somos-en-el-mundo (êtredans-le-monde) y ello conlleva
la noción de espacio y de profundidad. El cuerpo es el órgano de la percepción del mundo,
un sistema de potencias motrices y perceptivas. Y la carne es el elemento o matriz dinámica
de todo lo que existe y de todo lo posible” (Polo, 2014: p. 120-121). Aquello, coincide con
Prates, al decir que el cuerpo no puede ser un cuerpo sin contexto, sin territorio vivido, sin
condiciones humanas y emociones experimentadas:The body is the memory of our
experiences, of our desires and searches, we are body, we are bodies who think ourselves,
bodies that feel, bodies that love. If we´ve learned something with the sexual revolutions
thoughout the last century, it is that the body cannot be separated from other dimensions
of the human being, the body is inherent to our human condition. (…) it is not enough to
affirm we are bodies since not all of us experiment life in the same way, it is necessary to
contextualize the body, and Lubi does it, she writes about our black bodies” (Prates, 2020;
p. 15-16).

Ya con esto, se hace apertura a las condiciones y percepciones sobre las que se remite a este
mismo cuerpo que es-en-el-mundo; ese sistema dinámico, con motrices, percepciones y
carne. Esto es, pues, que el cuerpo se conciba como una estructura compleja, altamente
organizada (Villa, 2022) . Un organismo pluricelular, compuesto por células, músculos,
huesos, movimientos, tejidos, extremidades, hormonas, neurotransmisores, articulaciones,
flujos sanguíneos; un sinnúmero de funciones de asociación que propician funciones vitales,
y del que sus condiciones pueden alterarse en función del medio, es decir, perturbaciones
que producen respuestas (Mheducación, 2020).

Aquellas funciones vitales, que se complementan para un ciclo vital, y se inhiben entre sí:
nutrición, relación y reproducción, no dejan atrás, por cierto, el cómo se estructuran
modelos de descripción del cuerpo. Uno de ellos, entendiendo al cuerpo como maquina
termodinámica que contienes condiciones y reacciones fisicoquímicas, las cuales contienen

21
fuerzas compensadoras y reguladoras, para la búsqueda del propio equilibrio de aquella
máquina. El otro, entendiéndolo como una máquina cibernética en la que se plasma una
interrelación entre los sistemas inmunitarios, genéticos, hormonales, etc," (Valas, 1998), a
través de mensajes que corren en circulación, mediante redes de comunicación. Asimismo,
está la fisionomía y la anatomía, una viendo el funcionamiento del cuerpo, otra apelando a
la estructura del cuerpo. (Villa, 2022)

A toda esta discusión le queda, sin embargo, aún una clave. Quizás parezca que en la
condición de sujeto, y en específico de sujeto artista, esto parezca no importar mucho, sin
embargo, esto no es desprovisto del cuerpo que contiene, es decir, de ese territorio en el que
se inscribe y con el que camina, corre, canta, escribe, diseña, baila, crea, pinta. Ese mismo
que experimenta, sin dejar atrás que es un cuerpo que por sí mismo es un proceso en un
espacio- tiempo, en un contacto con el otro y con el territorio ambiental y social, un proceso
con un ciclo vital, un sistema, una fisionomía, una anatomía, unas reacciones
fisicoquímicas. Es un cuerpo con músculos, células y flujos sanguíneos, un cuerpo que se
deteriora, se lastima, y se nutre de lo que ve, siente, escucha, ole, degusta, toca. Asimismo,
es un cuerpo que, en sus procesos de creación, deambula en lo que experimenta su propio
cuerpo, o que experimentan otros pero que lo atraviesan a él, y que luego le permiten
representarlo en lo que sea que convierta en una canción, pieza gráfica, pintura en billete
(o en lienzo), danza, rap, etc. Todo esto, sin dejar atrás una pregunta por el cuerpo, pero
que gira en torno a las condiciones que entran en el medio, cuando de hacer esas
actividades en espacio público, o con jornadas extensas se trata: ¿Dónde están esas
reacciones del cuerpo de las que no se hablan, pero que tienen que ver con las múltiples
razones por las que escogen (o no) el espacio público, y no otro? ¿Hasta qué punto se puede
ver el arte con esta idea de disrupción, que sin embargo no niega algunas posibles
condiciones de precariedad atravesadas por algunos de esos sujetos que buscan esto, no
solo forma de vivencia, sino también de sobrevivencia?

5.5.2. EL TERRITORIO COMO CUERPO

Ver al territorio como un cuerpo, implica pensarse al territorio, como un sistema con otros
cuerpos dentro de sí. El territorio es componente también de un ciclo vital, y una
22
relación con el espacio-tiempo, que en cierto modo lo determina (Reyes, 2009). Esto no
igual, que este cuerpo (esta ciudad), no es dada por hecha, sino que alrededor de este,
quienes lo habitan, también lo construyen y lo deconstruyen (Silverio, 2023): hay pues, un
sistema de redes dentro de ese territorio, hay tanto territorialidades como
desterritorializaciones que inhiben y desinhiben circuitos (Castillo, 2017).

Este sistema de redes enmarcar algo fundamental: “el territorio es un espacio de la vida
plural, colectiva, social o cultural, y no un mero marco físico en que se localizan las cosas.
“(Vergara, 2005: p. 235). Esto es, pues, que el hecho de que la calle sea la que le de sentido,
soporte, y a veces hasta inspiración , a quienes se dedican al arte, y hacen del espacio
público un lugar para ellos (Acosta et al., 2018), es en parte porque este también inhibe y
desinhibe, contiene distintos organismos, y a su vez, si un agente externo interfiere en él, se
modifican las conexiones y las respuestas posibles, como cuando surgen conflictos entre
formas de entenderse y entender al otro, así como la existencia de múltiples simbologías
posibles que propician entornos de migración, racismo y/o discriminación (Aulestia, 2019).
Hay un contenido, una materia dentro de ese cuerpo, y asimismo se hallan procesos
atribuibles a un ciclo vital propio de la ciudad, como el crecimiento, la reproducción y la
circulación. En todo esto, se aguarda, además, una analogía sobre la organicidad del
cuerpo (Segura & Ferrety, 2011):

“el corazón de la ciudad es su centro histórico, las vías de entrada y salida son sus
arterias, las redes de peatones conforman su esqueleto, la red viaria que comunica
centro y periferia es la espina dorsal de la ciudad, la plaza central o mayor es su
cerebro; también se habla de la cabeza de la región o los brazos de los ríos que
alimentan los centros urbanos. La estructura física de los sistemas de transporte
masivo como el metro (oscuro, profundo, lleno de cables, tuberías e instalaciones
eléctricas) son los intestinos de la ciudad; el vientre, cavidad acogedora y lugar de
resguardo, es el primer modelo sensible de las casas, etc.”
(García-Dussán, 2008: p. 3)
.

Ahora bien, todo lo desarrollado hasta ahora, me suscita ciertas discusiones, ligadas
también a uno de los testimonios recogidos en campo, de cuando entreviste a algunas
personas en la Candelaria, y que en parte fueron las que me permitieron llegar a

23
profundizar en el territorio, en tanto cuerpo, que no se separa tampoco de esos transeúntes,
que son también subsistemas, y en el que juntos se entrelazan: Él es Otilio i, un hombre que
migró de Venezuela, tiene más de 3 años en Colombia, y a quien la vida lo ha llevado a
pintar mediante el money Art, mismo movimiento artístico y político, que le ha permitido
“manifestar el quehacer histórico de la ciudad, y sobre todo, de los ancestros” y que, al
tiempo, con su relación creada desde su llegada a la Candelaria, le ha permitido también
“proyectar, sobre todo, a la cultura que viene extranjera, turista el que hacer de la ciudad”.
Sobre todo, esto, también es crucial ver en algunas de sus obras, unas nociones de apelación
a ciertos territorios, vivencias, y sentires, ligados a ese mismo territorio, a todas sensaciones
que también atraviesan su cuerpo:

Imagen 7. Otilio, y su obra “Venezuela en Gestación”: Una apelación al cuerpo, el


territorio, a la esperanza de un cuerpo migrante

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Imagen 7. Pieza collage de mi autoría. La Candelaria. 29 de Abril de 2023

Es así, pues, que se producen una especie de (inter)fronteras de entre el espacio, la ciudad,
el cuerpo, el territorio y la biología, de modo que mientras se entrecruzan cuestiones como
género, nacionalidad, grupo etario, raza, etc; también se va fluctuando al tiempo que
corren los ciclos vitales, las cosas creadas, construidas, y luego plasmas en creaciones o
piezas artísticas, no sin dejar atrás los flujos migratorios, o en cualquier modo, los
territorios habitados, y a los que se apela, de modo que el pensamiento va produciendo
estéticas y percepciones (Silva, 2014). En el caso de Otilio, el encarnó con su cuerpo un
desplazamiento de su lugar de nacimiento a la frontera, pero como quien lleva un niño a
sus espaldas, todo este ceñimiento y adherencia llena de sentimientos, lo llevan a plasmar
esas actividades cerebrales y sensoriales (Moreno, 2010), a través de una reencarnación a
través de sus lienzos: “Es más bien llevar un mensaje (…) bien sea de solidaridad (…), bien
sea la situación de los emigrantes, porque trato de plasmar eso, bien sea, resaltar la
arquitectura de las zonas, también en mi obra, y sobre todo, el quehacer cultural de la
candelaria” “Para mi ser artista es mi propio Universo”.

6. EL ESPACIO PÚBLICO Y EL ESPACIO PRIVADO DE CARA A LOS ARTISTAS:


DISCUSIONES TRAS LOS MODELOS DE CIUDAD DE LA POSMODERNIDAD Y LA
CRISIS CIVILIZATORIA
Hoy con ciudad neoliberal, el espacio público, y en general, la organización de la urbe, es
definida por los espacios privados (Carrion, 2019). Esto en parte influencia en el hecho de
exista la idea de conflicto urbano, por esa multiplicidad de contradicciones. Estas
confrontaciones estan en sí mismas ligadas a un momento en que se desarrolla el
neoliberalismo, donde hay una construcción de concepto de mercado, intrínsecamente
relacionada con el tiempo histórico actual, pero sin dejar atrás una continuidad sobre una
crisis civilizatoria (Sachs, 1996). Hay pues, un-Estado que se estructura bajo la legitimidad
del control del espacio público, y de su regulación, desde la búsqueda del favorecimiento
del mercado. Entre así el hecho de que la globalización y el modelo de ciudad, transloque lo
local, con lo global y lo nacional, y asimismo haya una transversalidad, en la que, en todos
estos sistemas, también este el mercado. Todo esto propicia pensarse una crisis del Estado,
por el surgimiento del espacio público. (De Piero, 2003)

25
La cuestión allí es cuando de intereses privados se trata, en tanto esto organiza la ciudad,
pero asimismo le da mas o menos legitimidad a ciertos actores, y entra con categorías como
"trabajo digno", en donde puede o no invalidar ciertas prácticas, según lo considere o no
rentable. Es desde este punto, que resulta imperante pensar el por qué por por ejemplo
Mateo Marioneta (Un jóven a quien entreviste, nacido en Montería), en algún momento lo
sacaron de un lugar, y el no se negó. Situación tal que en parte permite seguir esa duda
continua de quien organiza al territorio, y de cuando surge esa idea de limitar el espacio, y
en específico, dividir el espacio público del privado.

Si el Estado va con el Mercado, y el mercado va en búsqueda de favorecerse de forma


estructural, pues entonces, hay en sí una regulación de las relaciones sociales, y en la forma
de entender los sujetos, los cuerpos que deambulan por el mundo. Los mismo que pueden
pasar por excluidos. Esto entra en la misma discusión sobre lo que define o no, el ser
artista, o en que pueda o no ser legitimado como un trabajo, o como un lugar que pueda o
no dar beneficios a esa visión de progreso universalista, que contempla el bienestar
económico, en términos de mercancía, sobre todo de consumo (Sachs, 1996). Lo anterior
pone en juego entonces un contexto sociopolítico que parece tener condiciones de
decadencia con ciertas continuidades y discontinuidades, y sin igual muy relevantes, en
cuanto a contexto sociopolítico se trata. Esto es pues, hablando de un conjunto de tensiones
relacionadas con la globalización, la búsqueda de homogenización (Facultad de Ciencias
Sociales y Humanas UEC, 2018), la expulsión de los excluidos en forma de los que no
pertenecen a los modelos de mercado establecido, de las prácticas territoriales legitimadas,
o de las prácticas dignas de ser llamadas laborales, y abiertas a favorecer al mercado, o si
quiera acceder a él.

7. ALGUNAS CUESTIONES METODOLÓGICAS

Para el desarrollo de lo anteriormente escrito, hubo un complemento de actividades,


relacionadas también con el plan de trabajo: definición inicial de título, y de preguntas de
investigación; socialización de relato de abuelita, con posible tema de investigación, título

26
de problema de investigación y desarrollo de preguntas, definición definitiva del tema y
preguntas de investigación, construcción de matriz de material bibliográfico; redacción,
socialización y retroalimentación de texto sobre tema de investigación, lectura de
bibliografía en biblioteca y matriz de bibliografía investigada (palabras clave, nuevas
preguntas, etc), diario de campo en transporte público, y lugares habitados durante
transcursos (inclusión de recaudación de audios, videos y/o fotos), formulación de
entrevista semi-estructurada y de historias de vida, aplicación de historias de vida y/o
entrevista, análisis de piezas artísticas y desarrollo de cartografía de movimientos captados
(mapas o diagramas de escenario), construcción de material audiovisual y digitalización de
mapa interactivo. Esto sin embargo, viendose desde una visión relativamente estricta.
Detrás de ello, hubo varios elementos que fueron surgiendo desde el mismo campo, y que
son en principio, dadas en el lugar en el que me ubico, es decir que los artistas oídos y
observados, fueron dados por las circunstancias en las que yo me hallo: el ir de mi casa a la
Universidad, de mi Universidad a la academia de baile, o a los ensayos de bullerengue,
también de mi casa a la calle 100 por controles médicos. Y una que otra vez (aunque en
mucha menor medidas, rutas sobre Portal Suba). Ahora bien, el acercamiento a campo,
digamos que se fue dando. En algunas ocasiones escribía parte de lo que me evocaba
alguna observación. Con todo eso, luego se fue dando la escritura, y la idea, ncluso antes de
redactar todo. Lo clave aquí, es que fue específicamente en el entorno de estaciones de
transmileneo, en donde fueron surgiendo preguntas, que más adelante me permitieron
aplicar a las 4 entrevistas que realicé y las cuales hice terminando las últimas etapas de
campo. Estas si fueron desarrolladas en un espacio público de menor distancia, que es la
Candelaria: tres fueron desarrolladas en un fin de semana, la otra fue un jueves de la
semana siguiente. La explicación de ello, fue por la mayor facilidad y disposición de tiempo
en un entorno con dinámicas aún muy distintas al transporte público.

Sobre lo anterior hay un tema de reflexión, y es que todas las entrevistas fueron a hombres.
De hecho, de los artesanos que vi en la Candelaria, o pintores, en su mayoría eran hombres.
Sería bueno poder profundizar en este punto, más pensando en las redes que conforman la
identidad en el espacio público.

Link de plan de ejecución:

27
PLAN DE EJECUCIÓN - Proyecto de Investigación.xlsx

Link de entrevistas (4 en total):

ENTREVISTAS (Acercamiento a Campo)

Link de diario de campo (Allí con algunos material en imagenes):

DIARIO DE CAMPO - Nicole Bello

Link de audios algunos recopilados en el transmileneo durante trayectos:

audios - (Recopilación de Campo)

8. ALGUNAS REFLEXIONES FINALES


- En primer lugar, todo este lugar de discusión me deja por necesario retomar algo, y que
compete a la teoría del caos, y a la incertidumbre. Esto es, pues, que para mí las preguntas
planteadas siguen siendo abiertas: el hablar de sujeto, de sujeto artista, de sujeto artistas
con un conjunto de relaciones que “definen”, y hacen de la identidad una cuestión
dinámica, de territorios adheridos al tránsito del ciclo vital de los cuerpos, de cuerpos que
son territorios, de territorios que también son cuerpos, de cuerpos que contienen redes de
territorios, así como de territorios que contienen redes de cuerpos, identidades y
contradicciones; de las creaciones artísticas que se llevan vivencias, emociones, pero
también de lo que esta oculto en ellas mismas, de esas creaciones en las que a veces se
quiere ocultar algo, que habla tanto de la realidad social, como del tejido social o de los
procesos de cada cuerpo. Asimismo, plantearme la relación del modelo de ciudad, con el
neoliberalismo, el mercado, el Estado, la crisis civilizatoria, y en ese sentido también, la
construcción del espacio público me suscita muchas preguntas, en especial con respecto a lo
que será del arte, a largo plazo, o de los que deambulan o deambularan viéndolo. De si en
otro momento histórico, social y temporal podría seguir hablando de arte público, arte
urbano, o artistas en el espacio público, y en el caso de haber alguna continuidad por
alguna red de dentro de ese entramado de conexiones, de qué se hablará, que nuevas
vivencias surgirán en razón de un avance, o detrimento de lo que puedan ser nuevas

28
concepciones sobre desarrollo, mercado, progreso, migración, y procesos de lo “local-
global- nacional".

- Ahora bien toda esta valoración trae dentro de sí un argumento de fondo, también ligado
a la Academia y es entender o reafirmar el maravilloso fruto de pensarse una
interdisciplinariedad que recurra a repensarse la especialización de disciplinas, en tanto,
eso también es producto de la industrialización, y las vías cientificistas a las que a veces se
busca re-estructuran y que sin embargo siguen replicandole. Es por ello también, que los
sujetos en los que me quice enfocar, fue en los artistas, y en algunas de sus creaciones. Estas
son tan valiosas para un bailarín o literato, como para un investigador social (que al final, y
en este instante, puedo pensar que estan mas entrecruzados de lo que parecece). (Facultad
de Ciencias Sociales y Humanas UEC, 2018)

- Otra cuestión a resaltar, y que creo, puede desarrollarse más, es el hecho de que aún en
este instante de migración, fluctaciones, recorridos, entramados, movimientos y
movilidades, hay que seguirse pensando la posibilidad de incluso repensarse nociones como
espacio- tiempo, o sujeto, en la medida en que al final, creo, siguen siendo categorías
limitadas, en tanto me ordeno en un lugar que me da formas de categorizar al mundo, que
en parte son fronteras, en tanto son los instrumentos (pocos, o muchos, aún no se),
resultados de una occidentalización en la misma forma de entenderme, entender, y
describir todo eso. Por eso mismo, recalco mi centro: el cuerpo, pero no el cuerpo por si
solo, sino el cuerpo y sus multiples formas de lenguajes, de conexiones.

29
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33
34
i
Revisar carpeta de entrevistas en la sección de recursos

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