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LOS SENTIDOS DE LA CIUDAD: SOBRE CÓMO MUJERES Y HOMBRES ORDENAN SUS ESPACIOS VITALES

El dominio y la supervisión paternos sobre la diversión tienen como eje central la

supervisión y el dominio sobre el consumo de alcohol. Es preferible ver a los hijos


consumir alcohol en casa, no prohibírselo, sino irles progresivamente socializando en el

consumo de esa substancia. Fuera de la casa se podrían dar ingestas excesivas,


descontroladas y perniciosas. Las fiestas en casa, a veces alentadas por los propios padres,
es la forma que tienen ellos de supervisar que sus hijos hagan un uso razonable de las

sustancias que ponen fuera de razón110.

Y en ocasiones el que las fiestas se hagan en casa y terminen en casa es una forma de
disociar dos elementos que pueden acarrear una fatal falta de control: el alcohol y el

volante. Porque a los padres de estas clases altas les gusta tener también cuartos de sobra
para que los amigos de sus hijos se puedan quedar a dormir si es que han bebido

alcohol111. De esta forma pueden quedarse tranquilos porque saben que la ingesta está
siendo razonable, y saben también que sólo volverán a exponerse al peligro de la carretera
una vez que vuelvan completamente en sí.

Pero si los padres buscan en sus viviendas un lugar donde tenga cabida el consumo de

alcohol de sus hijos, también buscan un lugar donde poder supervisar y tener controlados
sus primeros contactos con el otro sexo. Porque, otra diversión riesgosa, si se ‘saliera de

madre’ y se desbocara, es la del ejercicio de la sexualidad. Así, no faltan los padres que
buscan incluso reacomodar los cuartos de la vivienda, con el fin de proporcionarles, sobre

todo a las hijas, un cuarto donde estar cómodamente con el novio viendo la tele, o unas

110
Sí, sí, sí. Aquí por lo general siempre hay este… Desde la semana, entre semana invitados a
comer extra, después me hablan los hijos ¡Mamá va venir fulano perengano! No le hace. Ahora
que se hizo mucho aquí lo de la precopa. Los viernes o el sábado antes de que los muchachos se
vayan al antro, este, pues aquí casi siempre es la sede (…) Y cuando, cuando se vienen, procuro
estarles llevando alimentos. Les hago sándwiches, una ensalada, cosas así porque muchos no
sabes si hasta comieron pues al mediodía, imagínate… y el alcohol más rápido se les sube. (Mujer,
Naciones Unidas, clase media alta)
111
Más cuando manejan. “¿sabes qué?, quédate, si tomas no manejes, quédate”. Si aquí se
quedaban mucho también. Si eso siempre me gustó, prefiero que vengan aquí a que se vayan a
un antro a donde sea y que anden manejando. (Mujer, Altamira, clase media alta).
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películas112. De esta forma la familia está permitiendo que en su seno tengan lugar los

primeros contactos con el otro sexo, pero a condición de que esos contactos se produzcan
siempre de manera regulada.

Es precisamente el sentido de regulación y de supervisión que permite la disposición


espacial de la casa lo que angustiosamente echan en falta algunas familias respecto a la

vida que puedan llevar sus hijos fuera de sus paredes, en la ciudad abierta113. Dejar salir a
los hijos de la casa, es perder el dominio que sobre ellos tenían a través de esa regulación

y supervisión espacial de sus actividades. Afuera de la casa, están expuestos a cualquier


encuentro no previsto que pudiera acontecer y que pudiera ponerles en peligro. Además,

esta circunstancia se agrava para estas clases altas que van interponiendo muros entre el sí
mismo y el exterior, como son los nuevos del fraccionamiento cerrado. Cada muro que se

franquea comporta la sensación de una pérdida de control sobre los espacios hacia los
cuales se abren los hijos. Los muros hacen la sensación de lejanía, de desconocimiento,
incertidumbre y peligro de lo que queda enteramente afuera.

Por eso, los hijos van saliendo solos poco a poco, comenzando por los espacios más

inmediatos y sobre los que, en caso de emergencia, se puede recuperar rápidamente la


supervisión114. Sin embargo, incluso aún con estas salidas no se pierde nunca el miedo y el

temor por que le pueda suceder al hijo algún encuentro desagradable.

112
Y le dije también al arquitecto; quiero un estudio abajo porque la necesidad de que las hijas
crecen y que ya tienen novio. Y luego en la otra casa me pasaba que queremos ver una película y
pues la tele estaba en la estancia, arriba, y pues ellos querían ver una película y nosotros ya
estábamos en el cuarto y salíamos y ya no es lo mismo salir en pijama (…) y entonces no, cuando
construyamos yo quiero que el estudio esté abajo, porque así sí llega el novio, Luis y todo. (Mujer,
Los Olivos, clase alta)
113
Nunca se enfatizará lo suficiente la manera como las identidades modernas aparecen después
de un enconado proceso de supervisión de los espacios internos controlados, frente a las
inseguridades que proporcionan los espacios exteriores fuera de cualquier vigilancia y control. Para
una reflexión sobre la supervisión de los espacios de la vivienda y la ciudad, puede consultarse
Laub, 2007, p. 71.
114
(…) y además sí nos daba pendiente, aunque estaba a la vuelta la papelería. Así como bueno, a
parte se nos hacía muy chiquito, es el único hijo entonces a lo mejor somos medio
sobreprotectores. Entonces así como que con muchísimo pendientes y ya al final si le empezamos
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Pero este también es un proceso de aprendizaje para los propios padres; el ir dejándolos
solos por la ciudad y el ir aprendiendo que nada malo les tiene que suceder. Es el proceso

de darles más y más responsabilidades y de ir aprendiendo poco a poco a confiar en ellos.


Sin embargo los padres, especialmente las madres, nunca dejan de estar al pendiente,
siempre tienen a la mano el celular para averiguar dónde están los hijos y si se tardarán

mucho en regresar115.

El último paso en ese aprendizaje sobre cómo perder de vista a los hijos, como dejar que
se hagan en unos espacios ajenos y no controlados, diferentes a los del propio hogar,

sucede cuando ya comienzan a salir por la noche con los amigos. Al riesgo del estar fuera
se le suma la incertidumbre de la noche y el hecho de que salen a divertirse, y la diversión

puede ‘irse de madre’. En este punto la confianza de todo el proceso educativo previo, en
toda la rutinización y forja de un carácter responsable, es lo que puede contribuir a
mantener la calma. Sin embargo, no es poco frecuente que los padres y, sobre todo las

madres, esperen despiertas a los hijos116.

Pero el hogar no es sólo ese espacio organizado y regulado que hace previsible, rutinaria y
segura la vida de los hijos. Es también ese espacio que regula y estabiliza la propia vida de

los padres. La sensación de tener el espacio bajo control es lo que da seguridad a la propia
existencia, y, a la inversa, el hecho de no poder supervisar o dominar algún elemento del

a dejar, así de: “ándele pues ve a la papelería”. Pero casi así al pendiente, ¿no? por eso la
inseguridad pues. (Mujer, Valle Real, clase alta)
115
Si estamos todos... normalmente ellos se están reportando. Mamá salí de la escuela o no voy a
comer porque voy a ir a tal lado. Me quedo a hacer un trabajo. Perfecto. Ya en la tardecita vuelven
a hablar o le hablo yo: “¿dónde andas?... aquí, nos vemos al rato en la casa”. Pues sí, estamos en
contacto completamente.
F.C. ¿Estáis siempre llamando por celular para ver donde están?
Entrevistada: Sí, así es. (Mujer, Valle Real, clase alta)
116
Tenía muchos problemas de estarlos conteniendo, de estarlos vigilando, sin volverme
perseguidora. Y luego, me acuerdo que Víctor me decía, “¿Cuál es el problema si no duermo?
Tomate un valium y duérmete, mama”. “No fíjate que eso no”. “Tómate un valium, un Diacepan y
duérmete? Yo tenía que escucharlos a ver como llegaban, ¿no? Verlos, y todo eso. Entonces está
pesadito. (Mujer, zona Artesanos, clase media).
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espacio donde se vive fomenta la sensación de inseguridad que se extiende hacia uno

mismo117. A este respecto puede decirse que casi se entra dentro de un círculo vicioso.
Cuanto más controlado se quiere tener el propio espacio, más se desconfía del espacio

abierto no controlado y más se recluye el actor dentro de ese espacio de supervisión.

Y para los padres, mujeres y hombres, la vivienda aparte de un espacio de seguridad

también es un espacio donde reglamentarse a sí mismos. La vivienda es el lugar de las


rutinas, y por las rutinas espaciales los padres y madres también obran la disciplina sobre sí

mismos. De esta forma trabajan sobre el sentido de su calculabilidad como caracteres. Así
sucede con las madres que desde bien temprano se ponen en marcha haciendo que la

familia entera se ponga en marcha118 . O de los padres, a algunos de los cuales su


productivo e incesante ritmo de trabajo durante la semana no les permite relajarse

tampoco los fines de semana, y tienen que andar a la búsqueda de en qué ocuparse. De
esta manera siguen trabajándose a sí mismos, en su regularidad y productividad,
distribuidos por las más diversas tareas de la jardinería, los arreglos de la casa, etc119.

117
Nunca me ha gustado mucho salir porque mi experiencia en los viajes nunca ha sido muy
buena. Siempre de chica me enfermaba, me caía, me… y ahora menos. Mi hermano vive en
Manzanillo. El único hermano varón, y me insiste muchísimo que vaya. “Diario pones un pretexto
porque no quieres venir”, y yo… “No, no me gusta”. (Mujer, zona Paseos Universidad, clase media
alta).
118
Ella a las 4:30 o 5 ya está en pie y así, que haciendo cositas, que preparando el café, o que el
lonche de la niña, o algo. Se levanta o se pone a leer la Biblia un rato hasta las 5 o 5:30, y luego ya
se baja. Pero la costumbre es levantarse a leer la Biblia. Y yo, yo me levanto un poquito más tarde.
(Hombre, Naciones Unidas, clase media alta).
119
(…) mi marido es mucho de hacer cosas cuando está en la casa. Entonces le gusta mucho
hacer el jardín, le gusta mucho o sea disfruta mucho haciendo su jardín. Tiene su máquina, y es
muy de andar haciendo a…. Le estaba poniendo así como que arreglitos y le puso la parte y luego
le va a pintar para que no se vea, o sea siempre esta cuidando que a ver qué se esta cayendo para
hacerlo. O sea ahorita llega y si llega temprano se pone su short y a ver va a podar el pasto y voy
a hacer y ya terminé. (Mujer, Los Olivos, clase alta)

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d) Un lugar para cada género.

A lo largo de la presentación anterior se ha hecho manifiesto que tanto las mujeres como

los hombres de las clases sociales altas y media-altas de Guadalajara tenían lugares
distintos en la constitución de la familia y, por tanto, estaban destinados a ocupar, un

espacio también diferencial en la habitación de la vivienda. Como también se indicó al


principio, tengo la intención de señalar cómo los roles y estereotipos de género no
tenemos que buscarlos tanto en la articulación de los discursos o representaciones

sociales, cuanto operando efectiva y realmente en la disposición de los espacios. Es porque


el género está distribuido espacial y materialmente por lo que al final se van a producir

diferentes regímenes de género.

En consecuencia, hemos podido comprobar en las entrevistas que si las mujeres realizan
unas tareas y los hombres otras, y que si, además, se llega a dar desigualdades de género,

esto es no tanto por lo que hombres y mujeres piensan, dicen y creen sobre sí mismos y
sobre el otro género, cuanto porque, empezando por el hogar, tienen asignados espacios
y actividades muy concretos donde van a encontrar y reproducir su género. No es

necesario irnos al espacio de los discursos para encontrar el origen de la desigualdad de


género, cuando la podemos encontrar situada en ese otro espacio más próximo y real de

la vivienda, el barrio y la ciudad.

Un análisis situacional como el que aquí estoy realizando nos permite relativizar, al mismo
tiempo, la definitiva ubicación en el hogar que otras interpretaciones discursivistas como la

del patriarcado le conferían a la mujer. El lugar de la mujer, según el análisis que estamos
haciendo, es el del hogar, pero no porque exista una estructura de relaciones inmutable
entre hombres y mujeres, sino porque en el trabajo de campo que hemos hecho

predominantemente hemos visto a las mujeres situadas en los lugares concretos de sus
viviendas y a los hombres fuera. Y, si queremos evitar la metafísica tan propia de ciertas

ciencias sociales, en esas situaciones concretas tiene que terminar la explicación sobre la
desigualdad de género.

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