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DIRECCIÓN REGIONAL DE EDUCACIÓN – MOYOBAMBA - SAN MARTÍN

UNIDAD DE GESTIÓN EDUCATIVA LOCAL - RIOJA


I.E. “MARCELINO CHÁVEZ VILLAVERDE”
YURACYACU

ENSAYO LITERARIO

Título:
“El pensamiento universal de César
Abraham Vallejo Mendoza a través de
sus poemas”

Autor: Prof. Salomón Sánchez Vásquez


LICENCIADO EN EDUCACIÓN

2023

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Í N D I C E
Pág.

I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA..........................................................................

II. OBJETIVOS ...................................................................................................................

2.1. OBJETIVO GENERAL. ..........................................................................................

2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS. ...................................................................................

III. DESARROLLO TEÓRICO. .............................................................................................

3.1. VIDA DE CÉSAR VALLEJO......................................................................................

3.2. INTERPRETACIÓN DE ALGUNAS PRODUCCIONES LITERARIAS DE CESAR

VALLEJO.

IV. CONCLUSIONES. .........................................................................................................

V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. .................................................................................

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I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Las grandes personalidades que se convirtieron con el transcurrir del tiempo,
han tenido que recibir muchas críticas por lo que hacen; obviamente el mundo
está lleno de agentes humanos que su deporte favorito es criticar a los
demás, hagan lo que hagan, bien o mal, la persona siempre es criticada, de
alguna manera. Con estas palabras nos referimos al ilustre escritor y
renombrado César Vallejo, a pesar de muchas críticas que recibía en su época,
ha quedado en el recuerdo de los peruanos, como uno de los escritores
destacados, en la literatura peruana.

Yachay (2006) dice: “¿Ud. cree señor Vallejo que colocar una imbecilidad
encima de otra es hacer poesía? Estas palabras constituyen una de las muchas
críticas que el ahora llamado Poeta Universal recibió en vida, y le
pertenecen nada más y nada menos que a Clemente Palma, personalidad de las
letras peruanas en la época en que Cesar Vallejo era un oscuro poeta
provinciano, de aspecto enfermizo y ceño fruncido”.

Sin embargo, no todos caen en criticar a los que desarrollan algún talento,
en el caso de Vallejo, la composición literaria, sino más bien, existen otras
personas que reconocen el desprendimiento intelectual de las personalidades,
en palabras de YACHAY (2006), se sabe que “hay quienes reconocen el primer
libro de César Vallejo, Los Heraldos Negros, es el otro de una nueva poesía
en el Perú. No exagera, por fraterna exaltación, Antenor Orrego, cuando
afirma que "a partir de este sembrador se inicia una nueva época de la
libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación verbal".

Sigue Yachay (2006), con las siguientes opiniones: “Vallejo es el poeta de


una estirpe, de una raza. En Vallejo se encuentra, por primera vez en nuestra
literatura, sentimiento indígena virginalmente expresado. Vallejo, logra en
su poesía un estilo nuevo. El sentimiento indígena tiene en sus versos una
modulación propia. Su canto es íntegramente suyo. Al poeta no le basta traer
un mensaje nuevo. Necesita traer una técnica y un lenguaje nuevos también. Su
arte no tolera el equívoco y artificial dualismo de la esencia y la forma.
"La derogación del viejo andamiaje retórico-remarca certeramente Orrego-no
era un capricho o arbitrariedad del poeta, era una necesidad vital. Cuando se
comienza a comprender la obra de Vallejo, se comienza a comprender también la
necesidad de una técnica renovada y distinta. El sentimiento indígena en
Vallejo es algo que se ve aflorar plenamente al verso mismo cambiando su
estructura. Vallejo es un creador absoluto. Los Heraldos Negros podía haber
sido su obra única. No por eso Vallejo habría dejado de inaugurar en el
proceso de nuestra literatura una nueva época.”

En sus escritos Vallejo, expresa la vida sufrida, esclavizada que viven los
indígenas peruanos, los pobres peruanos, sometidos a la fuerza poderosa de
los patrones, dueños de haciendas y riquezas, materiales. El sufrir que el
peruano pobre y de campo sufre desde niño en los patrones y en la escuela,
por la indiferencia de los profesores a los pobres y preferencia a los
adinerados. Además Vallejo expresa el destacable talento intelectual de los
pobres, de cuyo talento del pobre, viven los ricos, como expresa el mensaje
que Vallejo, escribe en Paco Yunque.

Esta descripción conlleva a desarrollar el presente trabajo, que se orienta a


responder a la interrogante siguiente: ¿Cuál es el sentimiento que
César Vallejo expresa en los mensajes al escribir los textos
literarios?

II. OBJETIVOS
2.1. OBJETIVO GENERAL

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 Explicar e inferir el sentimiento que César Vallejo estampó al
escribir sus textos literarios de lírica renombrada.

2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS


 Describir la vida de César Vallejo y su influencia literaria.
 Interpretar algunos poemas del autor para demostrar el
sentimiento indígena que lo caracterizaba.

III. DESARROLLO TEÓRICO


3.1. VIDA DE CÉSAR VALLEJO
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, un pueblo andino del Perú. Sus padres fueron
Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. César fue el menor de once
hermanos. Su apariencia mestiza se debe a sus abuelas, que fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos.
Era “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, según González Ruano.

Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó de muy buena gana; de ahí
que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros poemas. Sus estudios primarios los realiza en
el mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1908 estudia la secundaria en el colegio San Nicolás
de Huamachuco. En 1910 se matricula en la facultad de Letras de la Universidad de Trujillo pero se retira por
carencias económicas. Apoya a su padre en sus tareas de gobernador y abogado y participa con los trabajadores
de las minas de Quiruvilca, lo que recuerda más adelante en su novela El tungsteno. Luego viaja a Lima con el
objeto de estudiar medicina en la facultad de San Fernando (UNMSM), pero interrumpe sus estudios en 1912.
Trabaja en la hacienda azucarera Roma, en el valle de Chicama. Al año siguiente retorna a Trujillo a retomar sus
estudios universitarios. Trabaja como profesor a fin de costearse sus estudios. Siendo profesor de primaria tuvo
como discente al novelista Ciro Alegría. En 1915 culmina su carrera de Letras y el 22 de septiembre expone su
tesis de bachiller, El romanticismo en la poesía castellana.

En 1916 cae en la “bohemia trujillana” (o también, el grupo “El norte”) y se enamora de María Rosa Sandoval. En
1917 conoce a “Mirto” (Zoila Rosa Cuadra), su segunda pareja, pero el romance duró poco y al parecer César
intentó suicidarse a causa del desengaño. Después de su intento de suicidio se embarcó en el vapor Ucayali con
rumbo a Lima. En la capital encuentra en Clemente Palma a un detractor de su obra (había calificado de
mamarracho el poema “El poeta a su amada”). Sin embargo, es este el periodo en que Vallejo conoce a lo más
selecto de la intelectualidad limeña. Llegó a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel González Prada, a
quien los más jóvenes consideraban un maestro y una guía.

En 1918 entra a trabajar al colegio Barros. Cuando, en septiembre muere el director y fundador del citado colegio,
Vallejo consigue la colocación como director del plantel. Luego, en 1919 es profesor en Guadalupe. Ese año ven la
luz los poemas de Los heraldos negros, que muestran huellas del modernismo en su estructura. El poeta toca la
angustia existencial, la culpa personal y el dolor, como, por ejemplo, en los conocidos versos "Hay golpes en la
vida tan fuertes. ¡Yo no sé!" o "Yo nací un día/que Dios estuvo enfermo". Se vendieron relativamente pocos
ejemplares, pero el libro fue bien recibido por la crítica. Su madre murió en 1920 y al volver a Santiago de Chuco
es encarcelado injustamente durante 105 días, acusado de haber participado en el incendio y el saqueo de una
casa. En la cárcel escribe la mayoría de los poemas de Trilce. En 1921 sale en libertad condicional y se dirige
nuevamente a Lima, pues su cuento “Más allá de la vida y de la muerte” es premiado. En 1922 publica los poemas
que escribió durante su reclusión con el título Trilce, pero es recibido tibiamente por la crítica, que no alcanzaba a
comprender la vanguardia. Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años 1920 y '30.
En éste libro Vallejo lleva la lengua a los límites: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura
automática y otras técnicas utilizadas por los movimientos "dadá" y "superrealista", tal como el relato onírico
Finnegans Wake de James Joyce.

Es admitido nuevamente en el colegio Guadalupe. Con el dinero que le adeudaba el Ministerio de Educación, se
embarca con rumbo a Europa, de donde no regresará. Viaja en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923, con una
moneda de quinientos soles. Arriba a París el 13 de julio. Sus ingresos siempre fueron insuficientes y provenían
del periodismo, si bien también había fungido de traductor. Escribía para Variedades y Mundial.

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Inicia su amistad con Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con importantes intelectuales como
Pablo Neruda y Tristán Tzara.

En 1926 conoce a su primera compañera francesa, Henriette Maisse, con quien convivirá hasta octubre de 1928.
Con el poeta español Juan Larrea funda una revista, pero sigue escribiendo para Variedades y Amauta, la revista
de José Carlos Mariátegui. Profundiza sus estudios sobre marxismo. En 1927 conoce a Georgette Phillipart. Ese
año viaja a Rusia. Para 1929 sigue colaborando para Variedades, Mundial y el diario El Comercio, como
corresponsal oficial. En 1930 el gobierno español le concede una modesta beca para escritores. Retorna a París y
luego parte a Rusia para participar en el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el Régimen Soviético.
Nuevamente regresa a París y se casa con Georgette Phillipart en 1934. Se adhiere al Partido Comunista del Perú
fundado por Mariátegui. En 1937 Vallejo y Neruda fundan en la madre patria el “grupo hispanoamericano de ayuda
a España”. En 1938 es profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufre de agotamiento físico. El 24 es
internado por una enfermedad desconocida, que entra en crisis el 7 y el 8 de abril. Fallece el 15 de abril del '38, un
viernes santo con llovizna en París, pero no un jueves, como trató de profetizar en un poema. Se le realiza un
embalsamiento. Su elogio fúnebre estuvo a cargo de Louis Aragon. El 19 de abril sus restos son trasladados a la
Mansión de la Cultura y más tarde al cementerio de Moutrouge. El 3 de abril de 1970 los restos del poeta son
trasladados al cementerio de Montparnasse. Se ha acusado a Georgette Phillipart de adueñarse del cadáver, pues
los restos mortales de Vallejo no han sido devueltos al Perú.

3.2. INTERPRETACIÓN DE ALGUNAS PRODUCCIONES


LITERARIAS DE CÉSAR VALLEJO
Hay golpes en la vida, tan fuertes Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras


en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,


de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre...Pobre...pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes...Yo no sé!


***********************
EL simbolismo, de otro lado, se presta mejor que ningún otro estilo a la
interpretación del espíritu indígena. El indio, por animista y por bucólico, tiende a
expresarse en símbolos e imágenes antropomórficas o campesinas.

Su poesía y su lenguaje emanan de su carne y su ánima. Su mensaje está en él. El


sentimiento indígena obra en su arte quizá sin que él lo sepa ni lo quiera.

Uno de los rasgos más netos y claros del indigenismo de Vallejo me parece su
frecuente actitud de nostalgia. Valcárcel, a quien debemos tal vez la más cabal
interpretación del alma autóctona, dice que la tristeza del indio no es sino nostalgia.
Y bien, Vallejo es acendradamente nostálgico. Tiene la ternura de la evocación. Pero
la evocación en Vallejo es siempre subjetiva. No se debe confundir su nostalgia
concebida con tanta pureza lírica con la nostalgia literaria de los pasadistas. Vallejo
es nostálgico, pero no meramente retrospectivo. No añora el Imperio como el

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pasadismo perricholesco, añora el Virreinato. Su nostalgia es una protesta
sentimental o una protesta metafísica. Nostalgia de exilio; nostalgia de ausencia.
**************************************************************************
Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
de junco y capulí;

Ahora que me asfixia Bizancio y que dormita


la sangre como flojo cognac dentro de mí.
("Idilio Muerto", Los Heraldos Negros)

Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,


donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: "Pero hijos..."
("A mi hermano Miguel", Los Heraldos Negros)

He almorzado solo ahora, y no he tenido


madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.
(XXVIII, Trilce)

Se acabó el extraño, con quien, tarde


la noche, regresabas parla y parla.
Ya no habrá quien me aguarde,
dispuesto mi lugar, bueno lo malo.

Se acabó la calurosa tarde;


tu gran bahía y tu clamor; la charla
con tu madre acabada
que nos brindaba un té lleno de tarde.

(XXXIV, Trilce)
Otras veces Vallejo presiente o predice la nostalgia que vendrá:
Ausente! La mañana en que a la playa
del mar de sombra y del callado imperio,
como un pájaro lúgubre me vaya,
será el blanco panteón tu cautiverio.
("Ausente", Los Heraldos Negros)
Verano, ya me voy. Y me dan pena
las manitas sumisas de tus tardes.
Llegas devotamente; llegas viejo;
y ya no encontrarás en mi alma a nadie.

("Verano", Los Heraldos Negros)

** Vallejo interpreta a la raza en un instante en que todas sus nostalgias, punzadas


por un dolor de tres siglos, se exacerban. Pero -y en esto se identifica también un
rasgo del alma india-, sus recuerdos están llenos de esa dulzura de maíz tierno que
Vallejo gusta melancólicamente cuando nos habla del facundo ofertorio de los cholos.

Vallejo tiene en su poesía el pesimismo del indio. Su hesitación, su pregunta, su


inquietud, se resuelven escépticamente en un "¡para qué!" En este pesimismo se
encuentra siempre un fondo de piedad humana. No hay en él nada de satánico ni de
morboso. Es el pesimismo de un ánima que sufre y expía "la pena de los hombres".
Carece este pesimismo de todo origen literario. Resume la experiencia filosófica,
condensa la actitud espiritual de una raza, de un pueblo. El pesimismo de Vallejo,
como el pesimismo del indio, no es un concepto sino un sentimiento.
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Este pesimismo se presenta lleno de ternura y caridad. Además, es que no lo
engendra un egocentrismo, un narcisismo, desencantados y exasperados, como en casi
todos los casos del ciclo romántico. Vallejo siente todo el dolor humano. Su pena no
es personal. Su alma está triste hasta la muerte de la tristeza de todos los
hombres. Y de la tristeza de Dios. Porque para el poeta no sólo existe la pena de los
hombres. En estos versos nos habla de la pena de Dios.

Siento a Dios que camina tan en mí,


con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos, Orfandad...

Pero yo siento a Dios. Y hasta parece


que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.

Oh, Dios mío, recién a ti me llego,


hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil Creación.

Y tú, cuál llorarás tú, enamorado


de tanto enorme seno girador
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre
debe dolerte mucho el corazón.

Otros versos de Vallejo niegan esta intuición de la divinidad. En “Los Dados


Eternos”, el poeta se dirige a Dios con amargura rencorosa. Tú que estuviste
siempre bien, no sientes nada de tu creación. Pero el verdadero sentimiento del
poeta, hecho siempre de piedad y de amor, no es éste. Cuando su lirismo, exento de
toda coerción racionalista, fluye libre y generosamente, se expresa en versos como
éstos, los primeros que hace diez años me revelaron el genio de Vallejo:
El suertero que grita "La de a mil",
contiene no sé qué fondo de Dios.

Pasan todos los labios. El hastío


despunta en una arruga su yanó.
Pasa el suertero que atesora, acaso
nominal, como Dios,
entre panes tantálicos, humana
impotencia de amor.

Yo le miro al andrajo. Y él pudiera


darnos el corazón;
pero la suerte aquella que en sus manos
aporta, pregonando en alta voz,
como un pájaro cruel, irá a parar
adonde no lo sabe ni lo quiere
este bohemio Dios.

Y digo en este viernes tibio que anda


a cuestas bajo el sol:
¡por qué se habrá vestido de suertero / la voluntad de Dios!

Es tanta su piedad humana que a veces se siente responsable de una parte del dolor de los

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hombres. Y entonces se acusa a sí mismo. Lo asalta el temor, la congoja de estar también
él, robando a los demás:
Todos mis huesos son ajenos;
yo tal vez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
asignado para otro;
y pienso que, si no hubiera nacido,
otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón... A dónde iré!

Y en esta hora fría, en que la tierra


trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco

aquí, en el horno de mi corazón...!


Arriero, vas fabulosamente vidriado de sudor.

La poesía de Los Heraldos Negros es así siempre. El alma de Vallejo se da entera al


sufrimiento de los pobres. La Hacienda Menocucho cobra mil sinsabores diarios por la
vida.

Este arte señala el nacimiento de una nueva sensibilidad. Es un arte nuevo, un arte
rebelde, que rompe con la tradición cortesana de una literatura de bufones y
lacayos. Este lenguaje es el de un poeta y un hombre. El gran poeta de Los Heraldos
Negros y de Trilce, ese gran poeta que ha pasado ignorado y desconocido por las
calles de Lima tan propicias y rendidas a los laureles de los juglares de feria- se
presenta, en su arte, como un precursor del nuevo espíritu, de la nueva conciencia.

Vallejo, en su poesía, es siempre un alma ávida de infinito, sedienta de verdad. La


creación en él es, al mismo tiempo, inefablemente dolorosa y exultante. Este artista
no aspira sino a expresarse pura e inocentemente. Se despoja, por eso, de todo
ornamento retórico, se desviste de toda vanidad literaria. Llega a la más austera, a
la más humilde, a la más orgullosa sencillez en la forma. Es un místico de la pobreza
que se descalza para que sus pies conozcan desnudos la dureza y la crueldad de su
camino.
Se diría que Vallejo vivió tan cerca a la muerte que ésta pasó a ser quien sabe en
medio de la resaca de alguna madrugada parisina, cuando el dolor se junta con las
ganas de abandonarlo todo, hasta la vida.

PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA


Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

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también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

Además César Vallejo, sufrido por el dolor de los indígenas expresado en de la vida
campesina, invita a una reflexión a unirse los pobres y tratar de ayudarse para salir
adelante, este mensaje se expresa en:
MASA
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: ¡No mueras, te amo tanto!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: ¡Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: “¡Quédate hermano!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.

IV. CONCLUSIONES
 César Vallejo es el poeta que desde una familia provinciana y humilde se convierte
en el ícono evolutivo de la literatura peruana y universal.

 En los versos de César Vallejo se aprecia un profundo sentimiento de tristeza por


aquellos hombres y mujeres campesinos de raza indígena, sello autóctono del ande
en el Perú, que sufren por las inclemencias del ambiente y del sistema político
imperante.

 La obra Vallejiana destaca por cantar el sufrimiento, el dolor, el hambre y la


desolación por la que atraviesan los pueblos pobres de nuestro país porque no hay
presencia del estado.

 César Vallejo, poeta que vivió desafiando a la parca y que si algún día llagaría ésta,
acabaría sus pasiones para olvidar todo el nauseabundo ambiente que le tocó vivir
y así predice su deceso a través de un poema.

 Gracias eminente vate, tu obra nos colma de grandes visiones para entender el
desastre y la impotencia de un amplio sector del pueblo peruano que sus anhelos y
prosperidad quedan convertidos en simples sueños truncados por la mezquindad
y programas políticos baratos que se implementan como paliativos con el fin de
enmascarar en verosímil y nefasto sitial de aquellos conciudadanos a quienes,
Vallejo hace referencia.

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V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
TRILCE, 72 poemas de Vallejo.

YACHAY (2006). César Vallejo: Un poeta Universal. Disponible EN:

http://www.yachay.com.pe/especiales/vallejo/poeta.htm

WKIPEDIA (2005). César Vallejo. Disponible en:

http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejo

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