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Las atribuciones anteriores dan lugar a la respectiva investigación administrativa, que de hallar
responsable al implicado, le genera en su contra la respectiva MULTA, que puede oscilar
entre uno (1) y cien (100) veces el salario mínimo legal mensual, conforme a la gravedad de la
infracción y mientras ésta subsista, con destino al Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA.
Las resoluciones de multas impuestas por los funcionarios del Ministerio del Trabajo,
prestarán MÉRITO EJECUTIVO, ante la justicia ordinaria laboral.
Debe observarse que de la extensa relación de actividades que se les asigna a los
funcionarios administrativos del trabajo, se excluye expresamente la de “declarar derechos
individuales” y “definir controversias cuya decisión está atribuida a los jueces”.
Empero, a los funcionarios administrativos se les permite que actúen, a petición de parte,
como CONCILIADORES, en las controversias asignadas a los jueces.
Este ministerio se creó con el fin de llegar a un acuerdo para promover el empleo
decente y proteger los derechos de millones de colombianos en situación laboral o
de desempleo. Siendo esta misma institución del Estado, capaz de construir y
potenciar las empresas, mejorar la calidad del talento humano y buscar disminuir
la brecha de informalidad en Colombia.
El inspector laboral
Para este caso, la Ley 1562 de 2012 establece como encargado al Viceministro de
la creación de una Unidad de Investigación Especial que se encarga de determinar
cómo debe ser el actuar dentro de un marco investigativo, normativo y
administrativo de los inspectores de trabajo y seguridad social. A su vez, quien
ocupe este cargo, será quien determine el inicio y la reasignación de las acciones
y direcciones territoriales del Ministerio del Trabajo.
El Alcalde Municipal
Otra de las autoridades administrativas del trabajo que tiene que representar
funciones similares de vigilancia y control, si no hay inspectores laborales, es el
alcalde municipal, así lo determinan varios artículos de CST.
Una de las atribuciones que tiene es, asegurar el cumplimiento de las entidades
que prestan servicios públicos o empresas industriales y comerciales que tengan
injerencia en el cumplimiento de sus funciones como máxima autoridad del
municipio. Incluso, si percibe inconvenientes que afecten los intereses de la
comunidad, puede nombrar y/o remover a gerentes, directores o funcionarios de
ciertas dependencias o compañías.
En el año de 1944 el gobierno nacional dictó el decreto 2350, que vino a constituir el
verdadero pilar de la jurisdicción especial del trabajo porque creó:
Como cosa particular, todos estos tribunales tenían una integración tripartita, con un
representante del gobierno, uno de los empleadores y otro de los trabajadores.
El artículo 37 del decreto referido estableció una serie de principios a los cuales debía
sujetarse el trámite de los procesos laborales: oralidad, gratuidad, conciliación, publicidad,
inmediación, apreciación en conciencia de la prueba y consulta.
En 1945 fue promulgada la ley 6ª de ese año, que cambió de denominación a los organismos
encargados de fallar, así:
Previó que los jueces fueran designados por los tribunales seccionales; éstos, con la misma
integración tripartita, por el Tribunal Supremo del Trabajo, y éste por la Cámara de
Representantes, conservando la composición tripartita.
Por último, se expidió el decreto 2158 de 1948, que con sus modificaciones y adiciones es el
actual CÓDIGO PROCESAL DEL TRABAJO.
Entre las normas que han reformado dicho código y que mantienen vigencia, pueden citarse:
El decreto 1762 de 1956 que suprimió el Tribunal Supremo del Trabajo y creo la sala laboral
de la Corte Suprema de Justicia.
El decreto legislativo número 1 de 1957 que suprimió los tribunales seccionales del trabajo y
creó las salas laborales de los tribunales superiores de distrito judicial.
La ley 50 de 1990, que en su artículo 52 creo un tipo de proceso sumario para tramitar la
cancelación del registro sindical y para la disolución y liquidación de sindicatos. Y,
CAPITULO V
Existen aspectos que le dan al derecho procesal laboral colombiano una particularidad y
fisonomía propias. Diversas normas del Código Procesal del Trabajo aluden a tales
características, que por razones didácticas ameritan un estudio conjunto. Esos principios son
los siguientes:
Gratuidad
Oralidad
Publicidad
Inmediación
Eventualidad
Lealtad procesal. Y,
1. TITULACIÓN DEL ARTICULADO. El Código Procesal del Trabajo trae en cada uno de sus
artículos un epígrafe o título que resume el contenido de la disposición. Se busca con ello, y a
fe que se logra, facilitar la consulta de la obra. Valga decirlo que fue la ley procesal laboral la
primera que introdujo en el país este sistema. Su bondad se refleja en el hecho de que la
generalidad de los códigos adoptados en Colombia con posterioridad a 1948 se hallan
titulados en cada uno de sus artículos.
Sin embargo, el principio de la gratuidad no es absoluto, pues existen actos procesales que
por su propia naturaleza son onerosos, así:
El juez podrá ordenar, a costa de una de las partes, o de ambas, según a quien
o a quienes aproveche, la práctica de pruebas.
Siguiendo la pauta universal, el legislador colombiano dispuso que el trámite de los procesos
laborales se adelante oralmente.
Con LA ORALIDAD se obtiene una comunicación directa entre el juez y las partes, lo mismo
que con las demás personas que intervienen en el proceso. Nadie puede desconocer las
ventajas que el proceso oral tiene frente al puramente escrito.
Desde luego que hay actos procesales dentro del proceso laboral que por su propia
naturaleza no pueden sujetarse a la oralidad. Son ellos:
Empero, hay actos procesales que por su fuerza no pueden efectuarse dentro de audiencia.
Entre ellos se tienen:
Los traslados.
De otro lado, el mismo código permite que por razones de orden público o de buenas
costumbres, se prescinda de la publicidad, debiéndose en tal caso realizar la audiencia en
forma privada.
Se ha dicho que “la publicidad en los procesos laborales se fundamenta en el interés público o
social que existe con respecto a los conflictos que emanan del trabajo humano subordinado”.
El Código Procesal del Trabajo contempla las siguientes CLASES DE AUDIENCIAS:
De conciliación.
De trámite. Y,
de juzgamiento.
En ningún caso podrán celebrarse más de cuatro (4) audiencias de trámite. Se persigue con
ello evitar que los procesos se dilaten por la celebración de un sinnúmero de audiencias .
Las audiencias de trámite se utilizan para decretar y practicar pruebas; proponer excepciones,
sustanciarlas y decidir sobre las mismas; proponer, sustanciar y decidir incidentes; corregir,
aclarar o reformar la demanda; y para que las partes presenten sus alegaciones.
En el proceso ejecutivo sólo habrá lugar a una (1) audiencia de trámite si el ejecutado propone
excepciones, como también si el demandante solicita oportunidad para contraprobar la
excepción.
PRACTICA DE LA AUDIENCIA. Toda audiencia, sea cual fuere su clase, debe ser presidida
por el juez que tramita el proceso. En segunda (2ª) instancia o en casación deben asistir a las
audiencias los magistrados que componen la sala de decisión.
Por tratarse de audiencias públicas, a ellas pueden asistir personas ajenas al proceso. Sin
embargo, como se dijo, el funcionario puede ordenar que se realicen en privado.
El secretario deberá levantar un acta de lo que ocurra en la audiencia, que será firmada por el
juez así como por las demás personas que hayan intervenido en la audiencia. Si alguna de
éstas no puede o no quiere firmar, se hará constar al pie de la misma esa circunstancia y
firmará un testigo en lugar suyo.
El artículo 48 del Código Procesal del Trabajo exige al juez que dirija el proceso en forma que
garantice su rápido adelantamiento, sin perjuicio de la defensa de las partes. No puede, desde
luego apartarse de los trámites o etapas señaladas en el código, porque con ello estaría
violentando dicha defensa.
De otro lado, el funcionario, tiene facultades para buscar la verdad real, aportando PRUEBAS
DE OFICIO, a fin de que no esté sujeto a la simple verdad formal que resulte del proceso.
El Código Procesal del Trabajo cumple a cabalidad con tal enunciado, pues exige que tanto en
la demanda como en su contestación se haga una relación concreta o específica de las
pruebas que se van a utilizar en el debate. Desaparece así la posibilidad de que haya
sorpresas entre los litigantes, quienes no pueden guardar pruebas o argumentos para
utilizarlos en etapas avanzadas del proceso.
Además, la práctica de las pruebas se hace en un período completamente definido, cual es las
audiencias de trámite, lo cual permite que el juez de primera (1ª) instancia pueda dictar una
sentencia justa con base en todo el material probatorio.
El juez debe conocer a las partes, apreciar sus condiciones morales, interrogarles, requerirles
respuestas concretas, pedirles aclaraciones o explicaciones, etcétera.
En el Código Procesal del Trabajo la inmediación está contemplada en el artículo 52, que
ordena al juez practicar personalmente todas las pruebas. Y cuando ello no le es posible,
debiendo comisionar a otro juez, éste recibirá las pruebas por sí mismo y comunicará al
comitente su apreciación íntima acerca de ellas, que en el caso de los testigos consistirá en el
concepto que le merecen y las circunstancias de mayor o menor credibilidad de sus dichos.
8. LIBRE APRECIACION DE LAS PRUEBAS. El artículo 61 del Código Procesal del Trabajo
dice que el juez no estará sujeto a la tarifa legal de pruebas y por lo tanto formará libremente
su convencimiento, inspirándose en los principios científicos que informan la crítica de la
prueba y atendiendo a las circunstancias relevantes del pleito y a la conducta procesal
observada por las partes. Agrega la norma que, en todo caso, en la parte motiva de la
sentencia el juez indicará los hechos y las circunstancias que causaron su convencimiento.
Significa lo anterior que el juez laboral no está atado al sistema de la tarifa legal de pruebas
(más conocido como “prueba positiva o legal”), según el cual las pruebas tienen un valor
inalterable y constante, independientemente del criterio del juez, quien se limita a aplicar la ley
a los casos particulares.
Pero lo dicho no significa que los jueces laborales en asuntos de trabajo tengan la misma
libertad de que gozan los jueces de conciencia, para los cuales basta el convencimiento
moral, sin que estén obligados a explicar los medios por los cuales llegaron a él.
El método autorizado por el artículo 61 se inspira en la sana crítica o sea la unión de la lógica
y la experiencia. De todos modos, así lo exige la norma, el juez debe explicar qué medios
probatorios, de los autorizados por la ley, lo convencieron.
La bondad de la “libre apreciación de las pruebas” fue reconocida tácitamente por los
redactores del actual Código de Procedimiento Civil, pues lo introdujeron como sistema,
descartando el de la tarifa legal que tuvo operancia en el Código de Procedimiento Civil
anterior.
9. FALLOS ULTRA Y EXTRA PETITA. En materia procesal civil está limitada la actividad del
fallador por el principio de “las congruencias”, pues la sentencia deberá estar en consonancia
con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda, y con las excepciones que
aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley. No podrá condenarse al
demandado por cantidad superior o por objeto distinto del pretendido en la demanda ni por
causa diferente a la invocada en ésta. En otras palabras, el juez civil está constreñido a
sentenciar conforme a las cifras del reclamo, es decir, “intra petita”.
Pues bien: en materia laboral el juez podrá ordenar el pago de salarios, prestaciones e
indemnizaciones distintos de los pedidos o condenar al pago de sumas mayores de las
demandadas por el mismo concepto (Código Procesal del Trabajo, artículo 50).
ULTRA significa “más allá de” y EXTRA significa “por fuera de”. Será fallo ultra petita aquél
que condene por sumas mayores de las demandadas por el mismo concepto. Y será fallo
extra petita el que reconozca conceptos distintos de los pedidos en la demanda.
Naturalmente, el juez debe actuar con prudencia en estos casos, porque bien puede
acontecer que el trabajador solicite el pago de un derecho en una cantidad inferior, por la
simple razón de que anteriormente se le cubrió el resto; o que no demande determinada
prestación sencillamente porque le fue satisfecha en oportunidad.
Empero, al sentenciador de segundo (2°) grado sí le está prohibida la facultad de fallar ultra o
extra petita, aunque apelen ambas partes, porque de hacerlo estaría utilizando una
discrecionalidad que sólo compete a los jueces.
10. EVENTUALIDAD. A través de este principio se trata de imponer que las partes aporten de
una sola vez todos los medios de ataque y de defensa. El Código Procesal del Trabajo al
efecto, obliga al demandante y al demandado a que manifiesten desde un comienzo, es decir,
en la demanda y en la contestación, no sólo los hechos en que se fundamentan sus
pretensiones sino los medios probatorios que utilizarán para defenderlas.
11. LEALTAD PROCESAL. Las partes deberán comportarse con lealtad y probidad durante el
proceso y el juez hará uso de sus poderes para rechazar cualquier solicitud o acto que
implique una dilación manifiesta o ineficaz del litigio o cuando se convenza de que cualquiera
de las partes o ambas se sirven del proceso para realizar un acto simulado o para perseguir
un fin prohibido por la ley (Código Procesal del Trabajo, artículo 49).
El deber del juez del conocimiento de impedir cualquier dilación del proceso o
que una o ambas partes utilicen el mismo para simular actos u obtener fines
ilícitos.
Respecto al primer asunto, el estatuto del ejercicio de la abogacía (decreto 196 de 1971) trae
una relación de los actos contra la dignidad de la profesión, contra el decoro profesional,
contra el respeto y recta administración de justicia, contra la lealtad debida a la administración
de justicia, contra la lealtad con el cliente y para con los litigantes; actos éstos todos
atentatorios de la forma proba, honesta y correcta como deben comportarse las partes en el
proceso. Tal estatuto contempla las sanciones a que son acreedoras las personas que violen
sus preceptos. El juzgamiento de las faltas disciplinarias de los abogados está encomendado
a los consejos seccionales de la judicatura en primera (1ª) instancia y al Consejo Superior de
la Judicatura en segunda (2ª) instancia.
En cuanto al deber del juez de impedir la dilación manifiesta o ineficaz del proceso, ella no es
más que una consecuencia de la facultad que tiene para dirigir el proceso de manera que
garantice su rápido adelantamiento (Código Procesal del Trabajo, artículo 48).
La doctrina clasifica los actos procesales, según su origen, en actos de parte y actos del juez.
Una revisión del trámite de los procesos laborales lleva a concluir que la generalidad de sus
etapas está formalmente prevista en el Código Procesal del Trabajo. Más aún, su artículo 145
dispone que a falta de disposiciones especiales en el procedimiento del trabajo, se aplicarán
las normas análogas de dicho código y en su defecto las del Código de Procedimiento Civil.
Así las cosas, la previsión que hace el artículo 40 ibídem se explica sólo como un exceso de
celo o cuidado por parte de los autores del código.
Para determinar el ámbito o campo de acción de cada una de estas jurisdicciones, los códigos
correspondientes señalan con toda precisión los asuntos que son del resorte de cada uno, y
basándose en los factores que determinan la competencia hacen la distribución entre los
distintos funcionarios.
Se utiliza el término “contrato de trabajo”, que como se sabe es más restringido que el de
“relación de trabajo”. El contrato conlleva la noción de capacidad, voluntad, objeto y causa
lícitos. La relación de trabajo, en cambio, emerge de la prestación efectiva del servicio. Es el
conjunto de derechos y obligaciones que surgen para empleadores y trabajadores del simple
hecho de la prestación del servicio. Recuérdese que puede haber relación de trabajo sin que
exista contrato de trabajo, como ocurre en el caso de los empleados públicos.
Se excluye del conocimiento de la jurisdicción del trabajo, las relaciones de tipo laboral que
existen con los denominados EMPLEADOS PUBLICOS, pues ella compete a la jurisdicción
contencioso administrativa.
Ejecución de obligaciones emanadas de la relación de trabajo. Se habla
aquí concretamente de los procesos ejecutivos. Y no se utiliza el vocablo
“contrato de trabajo” sino el de “relación de trabajo”. Por el momento, basta
comentar que si bien la jurisdicción laboral no conoce de las acciones ordinarias
que entablan los empleados públicos, sí es competente para tramitar las acciones
ejecutivas que intenten aquéllos, porque como lo ha sostenido la jurisprudencia,
las relaciones entre la administración pública y sus servidores son verdaderas
relaciones de trabajo.
Asuntos sobre fuero sindical. Del texto del artículo 405 del Código Sustantivo
del Trabajo, modificado por el artículo 1º del decreto 204 de 1954, claramente se
pueden derivar tres (3) acciones: una (1) en favor del empleador y dos (2) en
cabeza del trabajador.
Sobre el primero coloca la ley la acción de levantamiento de la protección foral, que puede
tener dos (2) fines prácticos: el despido y el traslado , y uno (1) teórico: el desmejoramiento de
las condiciones laborales que tenía antes del desmejoramiento (acción de reinstalación).
La ley 362 de 1997 le entregó a la jurisdicción ordinaria laboral la facultad para conocer de
todas las acciones del fuero sindical, indiferente de que tal figura proteja a un trabajador
privado, oficial e incluso a un empleado público.
Diferencias que surjan entre las entidades públicas y privadas del régimen
de seguridad social integral y sus afiliados. En virtud de la expedición de la ley
100 de 1993, la seguridad social en el país sufrió una gran transformación,
creando de paso la posibilidad de que particulares se ocupen de prestar ese
servicio público que anteriormente estaba reservado a entidades de carácter oficial
y que en determinado momento pueden ser contrapartes en un conflicto laboral.
Tal es el caso de las empresas prestadoras de salud, de las sociedades
administradoras de fondos de pensiones y cesantías y de las aseguradoras de
riesgos profesionales. Se tiene pues que la jurisdicción del trabajo tiene
competencia no sólo para conocer de las acciones ORDINARIAS a que den lugar
las relaciones entre los afiliados y tales entidades sino también, y de acuerdo con
el texto de la misma ley 362, es competente para conocer de la EJECUCION de
actos administrativos y resoluciones emanadas de aquellas entidades que
conforman todo el sistema.
CAPITULO VII
COMPETENCIA
El artículo 5º del Código Procesal del Trabajo establece que la competencia se determina por
el lugar donde haya sido prestado el servicio, o por el domicilio del demandado, a elección del
actor.
De lo anterior se deduce que la ley otorga facultad al demandante para que escoja dónde
iniciará y tramitará su proceso, ya sea donde se prestó el servicio o en el domicilio del
demandado.
Si el demandado tiene varios domicilios, la competencia la tiene el juez laboral del lugar donde
se prestó el servicio o el del domicilio principal del demandado.
Una vez escogido el juez donde se debe tramitar el proceso, y trabada la relación jurídica
procesal, este funcionario debe llevar el proceso hasta su terminación.
Si en el lugar no hubiere juez laboral, conocerán los jueces civiles del circuito, sin importar la
cuantía del asunto.
Si en el lugar no hubiere juez laboral, conocerán los jueces civiles del circuito o municipales,
dependiendo de la cuantía del asunto.
Las controversias que se presenten entre las entidades públicas y privadas del régimen de
seguridad social y sus afiliados, también son de competencia del juez laboral.
En los lugares donde no funcionen juzgados laborales, conocerán de estos asuntos los jueces
civiles del circuito en primera (1ª) instancia.
Del recurso de hecho contra los autos que denieguen el recurso de casación o
el de homologación. Esto último, por vía jurisprudencial.
Las decisiones la Corte se toman por mayoría de votos. El magistrado que no está de acuerdo
con la sentencia debe firmarla y expondrá en escrito distinto de la sentencia los argumentos
por los cuales SALVA su voto. Si comparte la parte resolutiva pero no la motiva de la
sentencia, también deberá firmarla y exponer los argumentos por los cuales ACLARA su voto.
La clasificación más generalizada es que los presupuestos procesales son cuatro (4):
Competencia.
Demanda en forma.
Capacidad procesal.
Se establece como norma general que en la defensa de sus derechos las partes deben estar
representadas por abogados. Excepcionalmente, en materia laboral se elimina el patrocinio
judicial en los siguientes casos:
Este privilegio implica que antes de iniciar las acciones procesales en contra de tales
entidades hay que darles la oportunidad para que revisen sus actuaciones y puedan corregir
los errores en que hubieren incurrido, sin necesidad de la vía judicial.
Para agotar la vía gubernativa no existe ningún término. Se puede hacer en cualquier tiempo,
teniendo en cuenta lo relativo a la prescripción de derechos.
Es suficiente agotar la vía gubernativa sólo para el hecho principal y no para los accesorios;
así, se puede reclamar únicamente la cesantía y reclamar procesalmente la indemnización
moratoria.
Si se hace agotamiento parcial de la vía gubernativa, es decir, se agota sólo respecto a unas
pretensiones, jurisprudencialmente se sostiene que el juez debe resolver aquellas
pretensiones sobre las cuales se agotó el procedimiento gubernativo, y
declararse INHIBIDO respecto a las demás.
Si llegare a suceder que dentro de un proceso ordinario laboral no se agotó la vía gubernativa
para ninguna de las pretensiones, ello genera NULIDAD INSANEABLE por falta de
competencia.
CONCILIACION
Si no se hubiere intentado antes, deberá procurarse al inicio del proceso, lo cual no obsta para
que, llegado el caso, en cualquier momento de las instancias las partes concilien sus
diferencias.
Procesalmente se presume que no hay ánimo conciliatorio cuando los apoderados no tienen
facultad expresa para conciliar, o cuando no acuden a la audiencia de conciliación.
Puede no haber acuerdo. Pero si éste se produce puede ser total o parcial; en
este último evento, las partes quedan en libertad de acudir a la justicia ordinaria
para dirimir las controversias pendientes y que no fueron objeto de la conciliación,
si así lo desean.
Al margen de todo lo dicho conviene hacer claridad sobre las reformas que se trataron de
introducir a la figura de la conciliación laboral pero que al final fueron declaradas inexequibles
por la Corte Constitucional:
La Corte Constitucional, en sentencia del 17 de marzo de 1999 reafirmó la tesis de que la ley
23 de 1991 había sido derogada por la 446 de 1998 y, adicionalmente declaró inexequibles
varias disposiciones de esta última ley, entre ellas la que establecía el intento conciliatorio
como requisito de procedibilidad en materia laboral. La parte motiva de la sentencia deja
entrever que en sentir de la Corte la conciliación prejudicial no es de por sí inconstitucional ni
inconveniente pero que tal como está concebida a través de las normas atacadas resulta
impracticable (por falta de los mecanismos operativos idóneos que garanticen su rápido
evacuamiento, lo cual viene a traducirse en una falla en la administración de justicia). Admite
la Corte, que si en el futuro se solucionan esas fallas, bien recibido sería el restablecimiento
conciliatorio como requisito de procedibilidad para ciertas y determinadas acciones de carácter
laboral.
Se tiene pues, que al declararse la inexequibilidad del punto principal de la conciliación laboral
prejudicial, quedó en suspenso toda la institución traída al respecto por la ley 446 de 1998 y
por su decreto reglamentario 2511 del mismo año. Por lo tanto, se regresó al sistema traído
por el Código Procesal del Trabajo. Esta tesis se reafirma por la circunstancia de que el
decreto 1818 de 1998 (estatuto de mecanismos alternativos de solución de conflictos)
reproduce prácticamente el sistema conciliatorio contemplado en la ley procesal laboral.
DEMANDA Y CONTESTACION
En derecho laboral, la demanda puede ser verbal o escrita. La primera sólo puede darse en
los procesos ordinarios de única instancia.
La demanda constituye el marco que limita la actuación del funcionario, es decir, por norma
general no puede pronunciarse sobre temas distintos de los pedidos en ella. Por excepción se
permite cuando el juez hace uso de las facultades extra o ultra petita que le da la ley; eso sí
cumpliendo estrictamente con los requisitos exigidos para ello.
La demanda es uno de los actos más importantes del proceso. Por eso se afirma que quien
hace la demanda hace la sentencia.
La demanda debe ser redactada de tal manera que omita aspectos innecesarios, que lleve
claridad al juez y que señale pautas en el proceso.
Generalmente la demanda se dirige al juez laboral del circuito del lugar, salvo que en dicho
sitio no exista juez laboral; entonces se dirigirá al juez civil del circuito o municipal,
dependiendo de la naturaleza del asunto, de la persona demandada o de la cuantía del
asunto.
El menor autorizado para laborar, puede, llegado el caso, iniciar directamente las acciones
legales pertinentes. Si no está autorizado para laborar, sus representantes legales deben
iniciar las acciones procesales pertinentes; y a falta de éstos, al menor le bastará con
presentarse ante el juez respectivo y manifestar verbalmente su voluntad de demandar. Caso
en el cual el juez, informado de los hechos, confirmará el nombramiento de curador que
hiciere el menor, si el nombrado fuere idóneo, o, en su defecto, le dará un curador para la litis,
de conformidad con el artículo 120 del Código Procesal del Trabajo.
Si la dirección del demandado se ignora, el juez deberá solicitar la ratificación bajo juramento
de dicha afirmación, a diferencia del procedimiento civil, en el que el juramento se considera
prestado con la sola afirmación, sin que sea necesario la diligencia posterior.
Las pretensiones de la demanda deben ser elaboradas de manera clara y precisa, sin
ambigüedades, es decir que no presente duda en lo que se reclama. Deben ser individuales,
expresando claramente el concepto reclamado y su naturaleza.
Que las pretensiones no se excluyan entre sí, salvo que se propongan como
principales y subsidiarias. Y,
Las pretensiones de la demanda deben tener su fundamento en los hechos y omisiones, como
resultado de la aplicación del principio de la lealtad procesal.
Si la demanda no cumple con estos requisitos, podría llevar al juez a dictar sentencia
inhibitoria.
e) Una relación de los medios de prueba que el actor pretenda hacer valer para
establecer la verdad de sus afirmaciones. Teniendo en cuenta los lineamientos generales
sobre la carga de la prueba, el actor debe formular una relación de los medios probatorios
para demostrar la verdad de sus afirmaciones.
Esta relación debe ser determinada y concreta, es decir, no basta solicitar los testimonios de
las personas que conocen los hechos sobre los cuales versará el proceso, sino que deben
mencionarse los nombres y apellidos completos, sin lugar a equívocos.
f) La cuantía. Se hace mención de la cuantía en la demanda, cuando ella sea necesaria para
determinar la competencia.
Cuando el trabajador pueda litigar en causa propia, es decir en las audiencias extraprocesales
de conciliación y en los procesos de única instancia, no será necesario este requisito.
En los casos anteriores el juez señalará los defectos de que adolece la demanda para que el
demandante los subsane en el término de cinco (5) días; si no lo hiciere la rechazará.
La apelación del auto que rechaza la demanda comprende la de aquél que negó su admisión,
y se concederá en el efecto suspensivo.
Pero pueden suceder dos (2) eventos: que el demandante ignore la residencia del demandado
o que conociéndola, dicho accionado se oculte.
b) Si el demandado se oculta, el juez, previa comprobación sumaria del hecho (el informe
que rendirá el secretario sobre las diligencias adelantadas para la notificación del libelo), le
nombrará curador ad litem y procederá al emplazamiento, de acuerdo con lo estudiado
anteriormente, teniendo en cuenta el siguiente procedimiento:
Al paso que en civil cuando se ignora la residencia del demandado basta con
que se haga en la demanda la afirmación bajo juramento que se entenderá
prestado por la presentación de la misma, en laboral es forzoso jurarlo ante el juez
como diligencia previa a la admisión.
Si el demandado opta por contestar la demanda, debe ceñirse a las indicaciones que trae el
artículo 31 del Código Procesal del Trabajo. Expresará cuáles hechos admite y cuáles rechaza
o niega, e indicará los hechos y razones en que apoya su defensa, agregando una relación de
los medios de prueba que pretenda hacer valer; tales medios probatorios deben ser
específicos y detallados.
De la demanda de reconvención se dará traslado común por tres (3) días al reconvenido, y de
allí en adelante se sustanciarán bajo una misma cuerda y se decidirá en la sentencia.
El apoderado del demandante principal puede notificarse del auto admisorio de la demanda de
reconvención y puede intervenir en su trámite, sin necesidad de un nuevo poder.
CAPITULO XI
EXCEPCIONES
LAS EXCEPCIONES son los medios defensa que tiene el demandado para mejorar o sanear
el procedimiento o para atacar el derecho pretendido.
Las excepciones deben ser declaradas de oficio por el juez, salvo las de PRESCRIPCIÓN,
COMPENSACIÓN Y NULIDAD RELATIVA, toda vez que éstas necesariamente deben ser
alegadas por el demandado, so pena de entenderse que ha renunciado a ellas.
CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES. Las excepciones en materia laboral se clasifican
en previas o dilatorias y de fondo o perentorias.
Conforme al artículo 97 del Código de Procedimiento Civil, se pueden proponer las siguientes
excepciones previas:
a) Falta de jurisdicción.
Falta de competencia.
CAPITULO XII
REPRESENTACIÓN JUDICIAL
CAPITULO XIII
INCIDENTES
1. DEFINICION. Puede entenderse como INCIDENTES las controversias de carácter
accesorias señaladas expresamente por el legislador, que se presentan en el trámite de un
proceso o que tienen alguna incidencia o guardan relación con la cuestión principal objeto de
la litis; por ejemplo los impedimentos y recusaciones, las nulidades, la acumulación de
procesos, etcétera. Cuando tales controversias impiden la continuación del proceso, requieren
previo pronunciamiento por parte del juez. En los demás casos deberán tramitarse en el curso
del proceso, sin interrumpirlo y decidirse en la sentencia que ponga fin al mismo.
El juez que reciba el proceso no podrá declararse incompetente cuando el proceso le sea
remitido por su respectivo superior jerárquico o por la Corte Suprema de Justicia.
b) Nulidades procesales . En los procesos laborales pueden presentarse las siguientes
causales de nulidad:
Que deban servirse de las mismas pruebas, aunque sea diferente el interés de
unos y otros.
Que las pretensiones no se excluyan entre sí, salvo que se propongan como
principales y subsidiarias. Y,
En los procesos laborales, en ningún caso procede la acumulación de procesos que cursen en
distintos distritos judiciales.
La norma general es que los incidentes deben resolverse antes de la sentencia, con
excepción de la tacha de testigo, que es lo contrario a lo que dice la norma.
CAPITULO XIV
NOTIFICACIONES. LEER DEL CÓDIGO ART 41. MOD. ART 20 LEY 712 DE 2001.
La importancia de las notificaciones radica en que por norma general, ninguna decisión
produce efectos antes de ser comunicada a quien interese.
Personal.
En estrados.
Por estados
Por edicto. Y,
A pesar de que el legislador quiso restringirlas en el caso del proceso laboral, a las
personales, en estrados y por estados, lo cierto es que, por vacíos en el procedimiento laboral
y por analogía, se acepta en este procedimiento la notificación por edicto y por conducta
concluyente.
La persona que reciba el aviso deberá firmar la copia que conserve el notificador, la cual se
agregará al expediente; si se niega a hacerlo, se dejará constancia de ello.
El aviso se fijará en la puerta de acceso a dicho lugar, salvo que se impida, al notificador,
fijarlo. La notificación se considerará efectuada al finalizar el día siguiente al de la fijación del
aviso o a aquél en que debía hacerse ésta.
Copia del aviso se remitirá a la misma dirección por correo, de lo cual dejará constancia el
secretario en el expediente.
Este trámite es procedente en el procedimiento laboral cuando quien deba ser notificado no es
hallado en la dirección que aparece en la demanda. Cuando se oculta para impedir la
notificación, se deberá proceder al emplazamiento conforme al artículo 29 del Código de
Procesal del Trabajo.
Los secretarios y notificadores sólo podrán hacer estas notificaciones dentro del territorio
donde tiene competencia el juez a cuyo servicio se encuentran.
La notificación que se haga a funcionarios públicos se surtirá sin dejarles el expediente en su
poder, salvo norma en contrario.
Cuando quien deba ser notificado personalmente se halle en otro lugar, la notificación se hará
por juez comisionado. Si se encontrare en el exterior, se hará a través del cónsul colombiano
o de una autoridad judicial del país, por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores.
De conformidad con el artículo 41 del Código Procesal del Trabajo, deben notificarse
personalmente los siguientes actos:
El mandamiento de pago.
Notificaciones a las entidades públicas. La ley 446 de 1998 en su artículo 23 determinó que
en todas las jurisdicciones y respecto a “entidades públicas” opera una particular forma de
notificación personal, tratándose del AUTO ADMISORIO DE LA DEMANDA. Tales entidades
pueden ser del orden central como del descentralizado, ya desde el punto de vista territorial
ora del funcional. El procedimiento es el siguiente:
Por regla general, el auto admisorio de la demanda que se dirija contra una entidad pública se
notificará a su representante legal o a quien éste haya delegado esa función.
De estos hechos se debe dejar constancia en el expediente en diligencia que deben suscribir
el notificador y quien reciba.
Las dos (2) posibilidades anteriores tendrán ocurrencia cuando el demandante haga uso de su
derecho de solicitar que se adelante la notificación por medio de funcionario comisionado para
cuando no se demanda en la sede de la demandada.
Puede suceder también que la demanda se incoe en lugar diferente a la sede de la entidad
pública y el demandante no solicite notificarse el auto admisorio por medio de comisionado
ubicado en ella. En este caso y siempre y cuando se trate de asuntos nacionales, mas no
territoriales (departamentales, municipales, distritales) por cuanto éstos necesariamente
deben cumplir los pasos señalados anteriormente, la notificación se cumplirá por medio del
funcionario de la institución nacional demandada de mayor categoría en la seccional.
Si no existiere funcionario alguno que a nivel seccional cumpla las labores para la accionada,
la notificación se consumará por medio del gobernador o el alcalde correspondiente, quien so
pena de caer en falta disciplinaria, deberá comunicar lo ocurrido, al día siguiente de la
notificación, al representante legal de la demandada. En este caso, la notificación se tendrá
por realizada cinco (5) días después de aquél en que se surtió la diligencia respectiva que
deberá firmar el notificador y el respectivo funcionario.
Como el artículo 41 del Código Procesal del Trabajo habla genéricamente de “providencias”,
ha de entenderse entonces que comprende los autos de sustanciación, los autos
interlocutorios y las sentencias.
El referido artículo tampoco distingue si la notificación en estrados tiene efectos tanto para las
partes presentes en la audiencia, como para las ausentes de ella. Al respecto, cabe explicar lo
siguiente: si el mismo artículo establece que por estados se notificarán los autos de
sustanciación y los interlocutorios cuando no se hubiere notificado en estrados a las partes o a
alguna de ellas, es forzoso deducir que si se trata de autos (no de sentencias) dictados en
audiencia, sólo opera la notificación en estrados para la parte que haya asistido a la audiencia.
Sobra advertir que si ambas partes concurren a la audiencia, por el sólo hecho de
pronunciamiento del auto dentro de ella se surte la notificación en forma plena y no es
necesario notificarlo por estados. Si asistió una, sola para la ausente debe acudirse a la
notificación por estados.
De las notificaciones hechas por estados, el secretario dejará testimonio con su firma al pie de
la providencia notificada.
Las del primer (1er) auto de sustanciación que se dicte en la segunda (2ª)
instancia y en casación, así como la del auto en que se cite a las partes para la
primera (1ª) audiencia de cualquier instancia. Es entendido que sólo estas
providencias podrán dictarse por fuera de audiencia.
La fecha de la sentencia.
El edicto se fijará en lugar visible de la secretaría por tres (3) días y en él anotará el secretario
las fechas y horas de fijación y desfijación. El original se agregará al expediente y una copia
se conservará en el archivo en orden riguroso de fechas.
La jurisprudencia considera que la simple presentación del poder no puede interpretarse como
que el demandado se da por notificado por conducta concluyente del auto admisorio de la
demanda o del mandamiento ejecutivo, ya que la norma procesal civil exige que la parte
manifieste que conoce la providencia de que se trata.
PRUEBAS
En relación con el decreto, práctica y valoración de las pruebas se deben tener en cuenta las
siguientes REGLAS:
La prueba debe cumplir con las formalidades exigidas por la ley en cuanto a su
oportunidad de pedirlas, su decreto, su práctica y el cumplimiento de las
formalidades propias de cada una de ellas.
La prueba debe ser pertinente, idónea y útil al proceso. Las pruebas no deben
ser prohibidas, ineficaces ni superfluas.
Es nula de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso.
VALORACION DE LAS PRUEBAS. Para la valoración de las pruebas por parte
del juez existen tres (3) métodos: tarifa legal de pruebas, íntimo convencimiento y
libre formación del convencimiento o sana crítica.
En el procedimiento laboral, al igual que en el civil, el juez debe hacer un análisis de las
pruebas teniendo en cuenta la LIBRE FORMACIÓN DEL CONVENCIMIENTO. Este consiste
en que el juez debe inspirarse en los principios científicos que informan la crítica de la prueba,
atender las circunstancias relevantes del litigio y la conducta procesal asumida por las partes.
El juez está obligado a exponer razonadamente el mérito que le asigne a cada prueba, y en la
parte motiva de la sentencia deberá indicar los hechos y circunstancias que causaron su
convencimiento. Esto diferencia el “íntimo convencimiento” de la “libre formación del
convencimiento”.
Además el juez no puede desconocer las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la
existencia o validez de ciertos actos.
La facultad del juez respecto al decreto de pruebas de oficio tiene un límite: sólo puede
decretar la práctica de una prueba testimonial cuando el nombre del testigo aparece de alguna
manera involucrado dentro del proceso.
Las pruebas pedidas por las partes se DECRETARÁN dentro de la primera (1ª) audiencia de
trámite, o dentro de la audiencia única en los procesos de única instancia o de fuero sindical.
El Código Procesal del Trabajo regula en forma completa la materia en cuanto a los medios
probatorios, lo cual no hace el procedimiento laboral, por lo que debe operar la analogía,
siempre y cuando aquellas normas no contravengan las escasas que al respecto contempla el
estatuto laboral, o los principios generales de este procedimiento.
Que recaiga sobre hechos respecto de los cuales la ley no exija otro medio de
prueba.
No podrán formularse más de veinte (20) preguntas en el interrogatorio. Estas podrán ser
asertivas (preguntando si es o no cierto el hecho) o no asertivas.
La no comparecencia del citado hará presumir como ciertos los hechos susceptibles de
probarse por confesión. Igualmente se procederá cuando el compareciente incurra en
renuencia a responder o de respuestas evasivas. La misma presunción se deducirá respecto
de los hechos de la demanda y de las excepciones de fondo, o de sus contestaciones, cuando
no habiendo interrogatorio escrito, el citado no comparece. Esta es la
denominada CONFESIÓN FICTA O PRESUNTA.
Cuando una persona jurídica tenga varios representantes, el interrogatorio podrá ser rendido
por cualquiera de ellos, aún cuando no esté autorizado para obrar separadamente.
El interrogatorio puede ser oral o escrito. Si es escrito, las preguntas se pueden presentar en
sobre abierto o cerrado. El pliego podrá sustituirse al momento de la diligencia, por preguntas
verbales.
INTERROGATORIO LIBRE. El artículo 59 del Código Procesal del Trabajo dispone que en
cualquier estado del proceso, el juez podrá ordenar la comparecencia de las partes a fin de
interrogarlas libremente sobre los hechos controvertidos. La parte citada podrá comparecer
por medio de apoderado, salvo el caso de que se trate de hechos personales.
Hay que aclarar que este medio probatorio, el único consagrado de manera expresa en el
procedimiento laboral, no es exactamente un interrogatorio de parte, ya que no es pedido a
solicitud de una de ellas, sino del juez.
No se podrán admitir más de cuatro (4) testigos por cada hecho. Lo anterior
implica que el límite se refiere a los hechos, y no al proceso. Por lo tanto, una
demanda que tenga tres (3) hechos, por ejemplo, puede tener doce (12) testigos.
Lo restringido es la recepción de más de cuatro (4) testimonios por cada hecho, lo cual no se
hace extensivo a la solicitud de la prueba; es decir, cualquiera de las partes puede pedirle al
juez que decrete la recepción de ocho (8) testigos para demostrar un hecho, pero sólo podrán
recepcionarse, como máximo, cuatro (4).
Toda persona tiene el deber de testimoniar; sin embargo, esta afirmación tiene
algunas excepciones por razones religiosas o de algunas profesiones en especial,
como la abogacía.
El testigo no podrá leer notas o apuntes a menos que el juez lo autorice cuando
se trate de cifras o fechas o cuando se justifique sin afectar la espontaneidad del
testimonio.
A los testigos residentes fuera de la sede del juzgado podrá exigírseles que
comparezcan a aquélla, si se consigna previamente el valor de los gastos
ocasionados por su estadía; si no, se enviará despacho comisorio al lugar donde
residan. El juez comisionado deberá dejar constancia de los conceptos que le
merezcan los deponentes y las circunstancias de mayor o menor credibilidad de
sus testimonios.
La diligencia debe cumplirse sin ocasionar grave daño para las partes o para
terceros, y sin obligarlos a violar secretos profesionales, comerciales o artísticos.
Quien pida la inspección expresará con claridad y precisión los puntos sobre
los cuales ha de versar y si pretende que se practique con intervención de peritos,
caso en el cual formulará en el mismo acto el cuestionario que aquellos deben
absolver.
El juez debe dejar constancia en el acta del hecho de la renuencia a la práctica de la prueba, y
puntualizar cuáles hechos habrán de presumirse como ciertos.
Las copias tendrán el mismo valor probatorio del original cuando hayan sido
autorizadas por notario, director de oficina administrativa o de policía, o secretario
de oficina judicial, previa orden del juez, donde se encuentre el original o una
copia autenticada. Cuando sean autenticadas por notario, previo cotejo con el
original o la copia auténtica que se le presente. O cuando sean compulsadas del
original o de copia autenticada en el curso de una inspección judicial, salvo que la
ley disponga otra cosa.
Sobre un mismo punto sólo podrá haber un dictamen pericial, salvo que fuere
objetado y prosperare la objeción.
Los peritos están impedidos y son recusables por las mismas causales que los
jueces. La TACHA deberá proponerse antes de que se rinda el dictamen,
acompañando la prueba sumaria del hecho en que se funde, y se resolverá de
plano. Si prospera, se nombrará un nuevo perito.
El dictamen pericial debe ser apreciado por el juez, aún cuando no se hubieren
cancelado los honorarios del perito, quien tendrá acción ejecutiva contra la parte
que deba cancelarlos.
El hecho del cual se infiere otro se llama “indiciario” o “indicador”. Es indivisible, y sus
elementos constitutivos no pueden tomarse separadamente como hechos indicadores.
En el procedimiento laboral pueden ser consideradas como indicios, entre otras, las siguientes
conductas:
Cuando las partes no prestan la colaboración necesaria con los peritos para el
desempeño de sus funciones como tales.
Según el procedimiento civil, las presunciones establecidas por la ley serán procedentes
siempre que los hechos en que se fundamenten estén debidamente probados.
El hecho legalmente presumido se tendrá por cierto, pero admitirá prueba en contrario.
Se presume que toda relación personal de trabajo está regida por un contrato
laboral.
Se presume como período de prueba los primeros quince (15) días de las
personas dedicadas al servicio doméstico.
El JURAMENTO DEFERIDO es el que solicita el juez debidamente autorizado por la ley para
determinados actos procesales, caso en el cual tendrá el valor probatorio que la misma ley le
señale. Por vía de ejemplo, tiene presencia esta modalidad de juramento, en la exigencia del
artículo 101 del Código Procesal del Trabajo para efecto de decreto de medidas cautelares.
Para que las pruebas anticipadas tengan efectos procesales, deben reunir desde un comienzo
las características de oralidad, publicidad, contradicción, etcétera, que en forma general exige
la ley procesal civil y en particular la ley procesal laboral para darles validez.
Los principales cambios respecto a cada medio de prueba, fueron los siguientes:
Les está dado igualmente a las partes que de común acuerdo soliciten que la
inspección judicial se realice no por el juez del conocimiento sino por una persona
que ellas determinen. Esta opción no existe cuando una de las partes esté
representada por curador ad litem.
Dentro de la oportunidad procesal para pedir pruebas las partes, cada una por
su cuenta, pueden presentar experticios producidos por instituciones o
profesionales especializados. Si entre los presentados existiere contradicción, el
juez decretará el peritaje correspondiente.
CAPITULO XVI
RECURSOS Y CONSULTA
Los requisitos generales para la procedencia de los recursos, son los siguientes:
El recurso se interpondrá dentro de los dos (2) días siguientes a su notificación, cuando ésta
se hiciere por estados y se decidirá a más tardar tres (3) días después.
Si se interpusiere en audiencia, deberá decidirse oralmente en ésta, para lo cual el juez podrá
decretar un receso de media (1/2) hora.
Recibidas las copias por el superior (el tribunal) éste señalará fecha y hora para que dentro de
los diez (10) días siguientes se celebre audiencia, con el fin de oir alegatos y, sin más trámite,
decidirá en el acto. Por lo anterior, en estos casos al tribunal no le es permitida la práctica de
pruebas.
La sentencia del inferior o del juez a quo no se pronunciará mientras esté pendiente la
decisión del superior, cuando ésta pueda influir en el resultado de aquélla.
Contra la decisión que resuelve la apelación del auto interlocutorio, no procede ningún
recurso.
Las partes no podrán solicitar del tribunal la práctica de pruebas no pedidas ni decretadas en
la primera (1ª) instancia.
Cuando en la primera (1ª) instancia, y sin culpa de la parte interesada, se hubieren dejado de
practicar pruebas que fueron decretadas, podrá el tribunal, a petición de parte, y en la primera
(1ª) audiencia, ordenar su práctica, como también las demás que considere necesarias para
resolver la apelación o la consulta.
Al practicar las pruebas, el tribunal deberá tener en cuenta los principios generales del
procedimiento laboral, tales como publicidad y oralidad.
El tribunal, al resolver el recurso, no puede hacer más gravosa la situación del apelante único
o de la parte en cuyo favor se surtió la consulta, situación conocida como la REFORMATIO IN
PEJUS y consagrada constitucionalmente en el artículo 31.
De acuerdo con las disposiciones citadas, el recurso de súplica procede contra los autos que
por su naturaleza serían apelables, dictados por el magistrado ponente en el curso de la
segunda (2ª) instancia, o durante el trámite de la apelación de un auto. También procede
contra el auto que resuelve sobre la admisión del recurso de apelación o casación.
La súplica deberá interponerse dentro de los tres (3) días siguientes a la notificación del auto,
en escrito dirigido a la sala de que forma parte el magistrado ponente, con expresión de las
razones en que se fundamenta.
El escrito se agregará al expediente y se mantendrá en la secretaría por dos (2) días, a
disposición de la parte contraria. Vencido el traslado, el secretario pasará el expediente al
despacho del magistrado que sigue en turno al que dictó la providencia, quien actuará como
ponente para resolver. Contra lo decidido no procede recurso alguno, pero podrá pedirse
aclaración o complementación de la decisión.
En la práctica laboral, este recurso es inoperante, porque los autos dictados por el magistrado
ponente en el trámite de la segunda (2ª) instancia son de sustanciación.
Cuando el juez de primera (1ª) instancia deniega el recurso de apelación, el recurrente podrá
interponer el de queja o hecho ante el superior para que éste lo conceda, si fuere procedente.
El recurrente deberá pedir reposición del auto que negó el recurso, y en subsidio que se
expida copia de la providencia recurrida y de las demás piezas conducentes del proceso.
El auto que niegue la reposición ordenará las copias, y el recurrente deberá suministrar lo
necesario, a fin de que sean compulsadas, en el término de cinco (5) días.
Si las copias no se compulsan por culpa del recurrente, el juez declarará precluído el término
para expedirlas, previo informe del secretario. Procederá la misma declaración cuando
aquéllas no se retiren dentro de los tres (3) días siguientes al aviso de su expedición por parte
del secretario.
Dentro de los cinco (5) días siguientes al recibo de las copias deberá formularse el recurso
ante el superior, con expresión de los fundamentos que se invoquen para que se conceda el
negado. El escrito se mantendrá en la secretaría por dos (2) días, a disposición de la otra
parte, para que manifieste lo que estime oportuno, y surtido el traslado se decidirá el recurso.
El superior podrá ordenar al inferior que le remita copia de otras piezas del expediente, y si el
recurrente no suministra lo necesario para su expedición en el término de cinco (5) días, se
procederá en la forma dispuesta para la renuencia inicial, lo cual se comunicará al superior.
Es éste un recurso extraordinario, y no una tercera (3ª) instancia. La tarea del funcionario en
una instancia es diferente cuando se actúa dentro de un recurso extraordinario. En las
instancias se plantea el debate entre las partes, y con las pruebas decretadas se busca llevar
al juez al convencimiento. En casación ya no se discuten los hechos sino que se hace una
confrontación jurídica entre la sentencia y la ley, sin que se haga una revisión profunda del
proceso.
Las costas del proceso, según el actual criterio de la Corte, no se incluyen con el fin de
determinar el interés económico para recurrir en casación.
CAUSAL PRIMERA. La ley sustancial puede ser violada a través de dos (2)
vías : la directa y la indirecta.
Los errores de hecho tienen que ser manifiestos o protuberantes para que la sentencia pueda
ser atacada en casación.
Tal como se dijo, hay lugar al error de hecho, cuando deja de apreciarse o se aprecia
indebidamente una prueba calificada, es decir, un documento auténtico, la confesión judicial o
la inspección judicial. Los otros medios probatorios (testimonios, prueba pericial, etcétera) no
son atacables a través de este recurso, aun cuando el error sea manifiesto.
El error de derecho se presenta cuando el juzgador le da a una prueba un valor distinto del
que legalmente le corresponde, y surge en dos (2) casos: cuando se ha valorado como apta
una prueba cualquiera , en la cual la ley exige una solemnidad especial, y cuando probado
debidamente un hecho por el medio probatorio apto y se cumplen las solemnidades
requeridas, el juzgador no la tuvo en cuenta.
En estos casos no es procedente la indicación de las normas legales que se estiman violadas
ni el concepto de la violación. Es suficiente demostrar cuánto se hizo más gravosa la situación
de la parte apelante con el fallo del tribunal.
CASACION PER SALTUM. Se presenta cuando, de común acuerdo, las partes no interponen
el recurso de apelación contra la sentencia de primera (1ª) instancia, sino que interponen
directamente el de casación. Es decir, la segunda (2ª) instancia es saltada.
Procede contra las sentencias de primera (1ª) instancia dictadas por los jueces laborales del
circuito, o los jueces civiles del circuito cuando hacen las veces de jueces laborales.
La parte que desea saltar la segunda (2ª) instancia deberá obtener el consentimiento escrito
de la contraparte o de su apoderado, el cual deberá presentarse personalmente por sus
signatarios ante el mismo juez.
La impugnación en casación per saltum sólo podrá fundarse en la causal primera de casación,
lo cual es obvio, ya que la causal segunda se refiere a cuando la sentencia de segunda
instancia hace más gravosa la situación de la parte que apeló de la primera instancia, o de
aquella en cuyo favor se surtió la consulta.
Hay que solicitarle expresamente a la Corte lo que se pretende, no sólo como tribunal de
casación, para anular la sentencia del tribunal, sino también como tribunal de instancia para
que dicte la sentencia que ha de reemplazar.
La solicitud puede ser para que se case parcial o totalmente la sentencia, y una vez casada y
convertida la Corte en tribunal de instancia, dicte la sentencia de reemplazo, lo cual no puede
hacer de oficio.
Vencido el traslado, el magistrado ponente dispone de veinte (20) días para elaborar el
proyecto de sentencia.
Si uno de los magistrados no está de acuerdo con el proyecto de sentencia, debe firmarla y
salvar su voto.
Si está de acuerdo con la parte resolutiva pero no con la motiva, también deberá firmar la
sentencia pero podrá aclarar su voto.
La nulidad absoluta del pacto arbitral proveniente de objeto o causa ilícitas. Los
demás motivos de nulidad absoluta o relativa sólo podrán invocarse cuando hayan
sido alegados en el proceso arbitral y no se hayan saneado o convalidado en el
transcurso de éste.
Haberse proferido el laudo después del vencimiento del término fijado para el
proceso arbitral o su prórroga.
Cuando prospere cualquiera de las causales señaladas en los seis (6) primeros numerales, se
declarará la NULIDAD del laudo. En los demás casos se corregirá o adicionará, según
correspondiere.
El recurso de homologación debe presentarse dentro de los tres (3) días siguientes a la
notificación del laudo, ante la secretaría del tribunal de arbitramento o ante cualquier otra
autoridad judicial o administrativa, si dicho tribunal se hubiere desintegrado.
El recurso de homologación debe presentarse dentro de los tres (3) días siguientes a su
notificación.
Interpuesto el recurso, el laudo y todos sus antecedentes será remitido a la corporación
competente.
El recurso puede ser interpuesto por cualquiera de las partes, o por ambas, y no debe ser
sustentado ante el tribunal de arbitramento.
La corporación competente, dentro del término de cinco (5) días, verificará la regularidad del
laudo y lo declarará EXEQUIBLE, confiriéndole fuerza de sentencia si el tribunal de
arbitramento no hubiere extralimitado el objeto para el cual se le convocó, o lo ANULARÁ, en
caso contrario.
La consulta PROCEDE:
No procede cuando el trabajador actúa como demandado, ya que en estos casos no podría
hablarse propiamente de “pretensiones de la demanda”.
CAPITULO XVII
PROCESOS LABORALES
Entonces, los procesos judiciales son los trámites y actuaciones que deben seguir las partes,
el juez y en algunos casos, terceros, con el fin de obtener la resolución de un conflicto jurídico.
PROCESO ORDINARIO
Cuando no exista en las normas procesales laborales orientación específica para adelantar un
proceso, debe tramitarse de acuerdo con las formalidades del procedimiento ordinario.
La ley procesal sólo establece actuaciones diferentes cuando se trate de procesos ejecutivos,
de fuero sindical y el sumario, por lo que en los demás casos deberá seguirse el trámite del
proceso ordinario.
El procedimiento ordinario laboral puede ser de dos (2) clases: de única instancia o de primera
(1ª) instancia, dependiendo de la naturaleza del asunto o la cuantía del negocio. No existe la
clasificación del procedimiento civil donde los procesos ordinarios pueden ser de mayor,
menor o mínima cuantía.
En los procesos de única instancia no se requerirá demanda escrita, pero si se hiciere de esa
forma deberá llenar los requisitos del artículo 25 del Código Procesal del Trabajo. Si el
trabajador puede litigar en causa propia, no será necesario fijar los fundamentos de derecho
en que se apoya.
El acta deberá ser firmada por el juez, por el demandante y el secretario. Allí
mismo se dispondrá la citación del demandado para que comparezca a contestar
la demanda en el día y hora que se señale. De conformidad con el artículo 41 del
Código Procesal del Trabajo este auto que ordena la citación del demandado,
debe ser notificado personalmente.
Llegado el día y hora señalados para la comparecencia del demandado y éste no asistiere a la
diligencia sin excusa que justifique su inasistencia, se continuará la actuación de esa manera
y no se requerirá nueva citación. Si es el demandante quien no compareciere, se seguirá
adelante con la actuación. Lo anterior, de conformidad con el principio procesal de la
contumacia.
En el día y hora señalados el juez oirá a las partes e intentará la conciliación, si no se hubiere
intentado antes. Si ésta fracasare, se practicarán las pruebas pedidas por las partes y
decretadas por el juez, así como aquellas de oficio que el juez considere necesarias. Acto
seguido declarará cerrado el debate y dictará oralmente su sentencia, contra la cual no
procederá recurso alguno, pero sí pueden aclararse en providencia complementaria los
conceptos o frases que ofrezcan verdadero motivo de duda, siempre que estén contenidas en
la parte resolutiva de la sentencia o que influyan en ella.
El demandado tiene un término de seis (6) días hábiles para contestar la demanda. Dentro de
dicho lapso también podrá proponer demanda de reconvención, siempre que el juez sea
competente para conocer de ésta.
Vencido el término para responder a la demanda, el juez, a través de auto dictado fuera de
audiencia, señalará fecha y hora para que las partes comparezcan en audiencia pública, que
se denominará DE CONCILIACIÓN. Si hubiere conciliación, se terminará el proceso. Si ésta
fuere parcial, se seguirá la actuación respecto de las pretensiones no conciliadas.
Si no hubiere conciliación, o ésta fuere parcial, se declarará precluída esta etapa y acto
seguido se pasará a la primera (1ª) AUDIENCIA DE TRÁMITE, en la que podrán presentarse
cualquiera de las situaciones ya planteadas: corrección de la demanda por el demandante,
formulación de excepciones por el demandado, etcétera.
En el proceso ordinario de primera (1ª) instancia no pueden celebrarse más de cuatro (4)
audiencias de trámite. Este es un número máximo que puede reducirse en caso de haberse
evacuado totalmente las pruebas pedidas por las partes y decretadas por el juez. Esta
limitante pretende que se profiera una pronta sentencia, lo cual, y por el número excesivo de
procesos que debe tramitar cada juzgado, ha permitido que las audiencias sean suspendidas
hasta tanto quede agotado totalmente el acopio probatorio.
Las audiencias de trámite no podrán suspenderse para su continuación en día diferente por
más de una (1) vez. Empero, cuando se viola esta disposición no se establecen sanciones y
entonces las audiencias de trámite suspendidas por más de una (1) vez y continuadas en día
diferente no quedan viciadas de nulidad.
Antes de terminarse toda audiencia, el juez señalará fecha y hora para efectuar la siguiente.
Una vez evacuadas todas las pruebas, el juez clausurará el debate probatorio y puede proferir
en el acto la correspondiente sentencia, motivándola oralmente; en ella señalará el término
dentro del cual debe ejecutarse y la notificará EN ESTRADOS, con la asistencia de las partes
o sin ellas. Si no estimare conveniente fallar en la misma audiencia, lo declarará así y citará a
las partes para una nueva, denominada DE JUZGAMIENTO.
La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la
demanda y con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas. Todo ello,
sin perjuicio de la facultad que tiene el juez laboral de fallar ultra o extra petita.
Cuando el juez halle probados los hechos que constituyen una excepción, deberá reconocerla
oficiosamente en la sentencia, salvo las de PRESCRIPCIÓN, COMPENSACIÓN Y NULIDAD
RELATIVA, que deberán ser alegadas en las oportunidades legales.
Contra la decisión del juez de primera (1ª) instancia procede el recurso de apelación.
Contra la sentencia del tribunal procede el recurso de casación, si se cumplen los requisitos
formales para su procedencia.
CAPITULO XIX
PROCESO EJECUTIVO.
Aún después de transcurridos dieciocho (18) meses no se podían embargar los bienes de la
Nación colombiana, por lo que el cumplimiento de la sentencia se hacía nugatorio. Debido a
ésto, la Corte Constitucional, al estudiar la exequibilidad de la ley 38 de 1989, consideró
que LOS RECURSOS Y RENTAS DEL ESTADO SON EMBARGABLES, siempre que se
trate de obligaciones en dinero a su cargo, surgidas como consecuencia de
sus RELACIONES LABORALES, y cuyo pago no se hubiere obtenido por la vía
administrativa o judicial.
La demanda ejecutiva deberá reunir los requisitos formales del artículo 25 del Código Procesal
del Trabajo, y las pretensiones consistirán en que se obligue al ejecutado a entregar las
sumas de dinero, a hacer o a no hacer algo. Necesariamente deberá acompañarse el título
ejecutivo, pues de lo contrario la demanda será inepta.
Cuando se trate de perseguir bienes del ejecutado, la demanda contendrá una relación de los
bienes del deudor, y se solicitará su embargo y secuestro. El ejecutante deberá denunciar los
bienes del deudor, bajo juramento. En el procedimiento civil hay que prestar caución, lo cual
no es procedente en el procedimiento laboral.
Los bienes embargados deben ser proporcionales a la suma perseguida, sus intereses y
costos judiciales del proceso ejecutivo.
En el decreto de embargo o secuestro, el juez señalará la suma que ordene pagar, citará el
documento que sirva de título ejecutivo y nombrará secuestre, si fuere del caso. Si en el
decreto se comprenden bienes raíces, se comunicará la providencia inmediatamente al
registrador de instrumentos públicos.
Cuando los bienes embargados fueren de un tercero, éste deberá prestar caución de
indemnizar a las partes de los perjuicios que pudiere causarles con su acción, y podrá pedir
que se levante el secuestro de dichos bienes, alegando que tenía la posesión de ellos en el
tiempo en que aquél se hizo.
Junto con su petición, el tercero deberá presentar las pruebas en que la funde, y el juez
resolverá de plano.
Esta actuación se puede hacer en cualquier tiempo, pero antes de la diligencia de remate.
b) LA VIA DE LAS EXCEPCIONES. El artículo 107 del Código Procesal del Trabajo
establecía que en esta clase de procesos no eran admisibles incidentes y que la única
excepción que podía proponerse era la de pago con posterioridad al título ejecutivo, pero
dicha norma fue declarada inexequible por la Corte Suprema de Justicia, en sentencia de 29
de marzo de 1990, por lo que hoy se pueden proponer todos los incidentes y excepciones que
el ejecutado crea tener a su favor.
Si el ejecutado pagare inmediatamente o diere caución real que garantice el pago en forma
satisfactoria para el juez, se decretará, sin más trámite, el desembargo y el levantamiento del
secuestro.
Si no pagare ni prestare caución y lo embargado fuere una suma de dinero, el juez ordenará el
pago de esa suma una vez en firme la respectiva liquidación y ordenará la devolución del
saldo al ejecutado, si quedare alguno.
Si lo embargado fuere otra clase de bienes del ejecutado, se nombrará perito avaluador para
determinar el valor de dichos bienes.
En firme el dictamen pericial, se señalará fecha para que se realice la diligencia de remate.
Seis (6) días antes del remate se publicarán y fijarán en la secretaría del juzgado y en tres (3)
de los lugares más concurridos, carteles en los que se de cuenta al público que se va a
verificar, con especificación de los bienes respectivos, sean estos muebles o inmuebles.
Si todos o parte de los bienes que se rematan estuvieren situados en distintos municipios de
aquél en que deba hacerse la diligencia de remate, el juez que esté conociendo del proceso
librará despacho comisorio a uno (1) de los jueces del lugar donde se encuentren dichos
bienes, para que también fije carteles por seis (6) días en los términos indicados. Sin la
devolución del despacho diligenciado no se podrá proceder al remate.
CAPITULO XX
Esta clase de procesos puede presentarse cuando un empleador pretende terminar con justa
causa el contrato de un trabajador protegido por el fuero sindical, caso en el cual necesita
previamente la autorización del juez laboral.
También puede presentarse cuando un trabajador que gozaba de fuero sindical, ha sido
despedido, o trasladado o desmejorado en sus condiciones de trabajo, sin la previa
autorización del juez laboral. En ambos casos, el trámite procesal es el mismo.
En esta clase de procesos sólo hay una (1) audiencia, por lo que la única oportunidad
procesal para proponer excepciones es la contestación de la demanda.
Si las partes no asistieren a la audiencia, el juez decidirá teniendo en cuenta los elementos de
juicio de que disponga o los que de oficio juzgue conveniente allegar.
La decisión del juez será apelable en el efecto suspensivo, ante el tribunal superior, sala
laboral, el cual deberá decidir de plano dentro de los cinco (5) días siguientes al recibo del
expediente.
Contra la decisión del tribunal no procede recurso alguno por disposición legal, y por tratarse
de un proceso especial y no ordinario.
El despido.
El trabajador que persiga el reintegro y los salarios dejados de percibir, debe iniciar la
correspondiente acción dentro de los dos (2) meses posteriores al despido. Este mismo
término de PRESCRIPCIÓN, corre para el empleador.
CAPITULO XXI
PROCESO SUMARIO
La demanda deberá expresar los motivos invocados, una relación de los hechos y las pruebas
que se pretendan hacer valer.
Recibida la solicitud, el juez, a más tardar al día siguiente, ordenará correr traslado de ella a la
organización sindical, mediante providencia que se notificará personalmente.
Si no se pudiere hacer la notificación personal, dentro de los cinco (5) días siguientes el juez
enviará comunicación escrita al domicilio de la organización sindical, anexando constancia del
envío al expediente.
Si al cabo de cinco (5) días del envío de la anterior comunicación no se pudiere hacer la
notificación personal, se fijará edicto en lugar público del respectivo despacho, por el término
de cinco (5) días, cumplidos los cuales se entenderá surtida la notificación.
A partir de la notificación, el sindicato dispone de un término de cinco (5) días para contestar
la demanda y presentar las pruebas que considere pertinentes.
Vencido el término anterior, el juez decidirá teniendo en cuenta los elementos de juicio de que
disponga, dentro de los cinco (5) días siguientes.
La decisión del juez será apelable, en el efecto suspensivo, para ante el respectivo tribunal
superior, que deberá decidir de plano dentro de los cinco (5) días siguientes contados a partir
del recibo del expediente.
En la sentencia, el juez podrá privar del derecho de asociación sindical en cualquier carácter
al miembro de la junta directiva del sindicato disuelto, hasta por el término de tres (3) años,
según su apreciación, siempre y cuando dicho miembro hubiere comparecido como parte al
proceso sumario.
CAPITULO XXII
ARBITRAMENTO
Las partes pueden convenir sustraer del conocimiento de la justicia ordinaria aquellos
conflictos jurídicos que pudieren presentarse entre ellas, y someter la decisión a un tribunal de
arbitramento.
Ese convenio, que debe constar por ESCRITO, ya sea en el contrato de trabajo, en el contrato
sindical, en la convención colectiva de trabajo, o en cualquier otro documento otorgado
posteriormente, se denomina CLAUSULA COMPROMISORIA o COMPROMISO.
Al pactar las partes sustraer del conocimiento del juez laboral todos o algunos de los conflictos
jurídicos que pudieren originarse entre ellos, están dejando a aquél sin la posibilidad jurídica
de conocer de tales asuntos; y si lo hiciere, el asunto quedaría viciado de nulidad por
incompetencia del juez.
Sin embargo, la justicia ha considerado que si existiendo una cláusula compromisoria, una de
las partes resolviere acudir directamente al juez laboral y la otra no propone oportunamente la
excepción correspondiente, se entiende que tácitamente está renunciando a lo pactado en
dicha cláusula y acepta que sea el juez ordinario quien resuelva el conflicto.
El acuerdo sobre los asuntos que debe resolver el tribunal de arbitramento debe hacerse en
forma concreta, no pudiendo dicho tribunal pronunciarse sobre aspectos no sometidos a su
decisión, razón por la cual no tienen la facultad de fallar ultra o extra petita, que sí tiene el juez
ordinario laboral.
El tribunal de arbitramento puede conocer de aquellos asuntos de los cuales conoce el juez
laboral a través de un proceso ORDINARIO, pero no de los que conoce a través de procesos
especiales. No puede conocer de asuntos de fuero sindical, ya que en esta clase de procesos
no se ventilan asuntos que afectan únicamente al trabajador despedido o que se pretenda
despedir, sino también a la organización sindical y a la política laboral general del país, razón
por la cual el trabajador afectado no puede celebrar este pacto. Y en cuanto a los procesos
ejecutivos, no es procedente debido a su propia naturaleza coactiva. El artículo 100 del
Código Procesal del trabajo atribuye en forma expresa esta atribución a la jurisdicción
ordinaria laboral.
Si los dos (2) árbitros escogidos por las partes no se pusieren de acuerdo en el término de
veinticuatro (24) horas, será tercero el respectivo inspector de trabajo del lugar, y en su
defecto, el alcalde.
Si la parte obligada a nombrar árbitro no lo hiciere o se mostrare renuente, el juez laboral del
lugar, previo requerimiento de tres (3) días, procederá a designarlo.
Los árbitros son recusables por las mismas causales que los jueces, y el trámite para la
recusación es el mismo consagrado en el procedimiento civil. La decisión la tomarán los
demás árbitros, y en últimas si no hubiere acuerdo, la tomará el juez laboral del lugar.
Los árbitros deben ser colombianos y abogados, ya que SU FALLO DEBE SER EN
DERECHO. Por las características propias de las normas laborales sobre irrenunciabilidad y
mínimo de derechos, EL FALLO NO PUEDE SER EN CONCIENCIA.
El árbitro o árbitros señalarán día y hora para oír a las partes, recibirán los testimonios que
consideren pertinentes, se enterarán de los documentos que exhiban y de las razones que
aleguen, de lo cual se dejará constancia en un acta, que se firmará por los que en ella
intervinieron.
Las partes podrán hacer uso de cualquier medio probatorio permitido por la ley.
Los árbitros deben proferir su fallo, que se llama LAUDO ARBITRAL, dentro de los diez (10)
días siguiente contados desde la integración del tribunal. Sin embargo, antes del vencimiento
de este plazo pueden solicitar a las partes la ampliación de dicho término.
Si las partes dejan vencer el término legal, o el ampliado por ellas mismas, el tribunal perdería
competencia para resolver el asunto y la recobraría la jurisdicción ordinaria laboral.
El laudo deberá contener decisión expresa y clara sobre cada una de las pretensiones, las
excepciones, las costas y perjuicios a cargo de las partes y sus apoderados, y demás asuntos
que corresponda decidir, con arreglo a la ley.
El laudo se acordará por mayoría de votos y será firmado por todos los árbitros y por el
secretario. Si alguno se negare, perderá el saldo de honorarios que le corresponde, el cual se
devolverá a las partes.
Es de observar que las modificaciones o reformas que al arbitramento hizo la ley 446 de 1998
no son aplicables al arbitramento en materia laboral. Esta afirmación resulta enteramente
cierta si se observa que el decreto 1818 de 1998, resultado de la ley 446, se limita en el
capítulo “arbitramento en materia laboral”, a reproducir textualmente el contenido de los
artículos 130 a 143 del Código Procesal del Trabajo y 452 a 461 del Código Sustantivo del
Trabajo.