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Conflictos de personalidad

Puede darse el caso de que los conflictos estén causadas por incompatibilidad de caracteres entre los
empleados. De ahí la importancia de contratar a los perfiles que se mejor se adapten a la organización a
través de procesos de selección que evalúen tanto las competencias técnicas, como las habilidades
personales.

Si se trata de trabajadores ya incorporados, ajusta la conformación de los grupos de trabajo para


conseguir equipos de alto desempeño que sean diversos, pero complementa

Un equipo descoordinado

La descoordinación del grupo de trabajo resulta fatal para la productividad de la compañía. De ahí que
sea uno de los ejemplos de conflictos laborales que hay que atajar cuanto antes. Dentro de esta
situación, puedes encontrarte con trabajadores que no tienen claro cuál es su misión, empleados que se
solapan en la ejecución de tareas o errores en la comunicación.

¿Qué puedes hacer en estos casos? En primer lugar, asegúrate de que, como líder, estás compartiendo
los valores de la empresa y facilitando los objetivos a los colaboradores de forma clara y comprensible,
para que todos sepan hacia dónde deben remar. No olvides habilitar los canales de comunicación
precisos para que pueda producirse un feedback continuo entre los empleados y el líder.

En segundo lugar, realiza un reparto de roles y de recursos equitativo y eficiente, de modo que cada
integrante realice las funciones que mejor puede hacer en función de sus competencias e intereses. Por
último, fomenta el trabajo en equipo mediante recompensas positivas y dinámicas de grupo que
permitan desarrollar su cohesión.

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