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Universidad de Valencia

Máster Universitario en Derecho, Empresa y Justicia, 2019-2020


Asignatura: “Líneas Generales para una Modernización de la Justicia en un Mundo
Globalizado: Derecho, Proceso y Seguridad Jurídica”

DOCTRINAS DEL TEDH EN CUANTO AL DERECHO DE ACCESO


A LA JUSTICIA Y DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA.

Francisco Chávez Ayala-Ecuador

Sumario: I. Introducción. II. El derecho a un proceso equitativo. III. El


principio de inmediación. IV. Emisión del fallo en un tiempo razonable. V. El Derecho
a recurrir los fallos. VI. El derecho a ser juzgado por un juez imparcial. VII. La
presunción de inocencia. VIII. El derecho a ser informado sobre la acusación IX.
Principio de Publicidad. X. Conclusiones. XI. Bibliografía.

I.INTRODUCCIÓN
El derecho al acceso a la justicia y de tutela judicial efectiva tiene su
antecedente en los artículos 8, 9 y 10 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948); en dicha declaración se establece la necesidad de que las personas
cuente con un recurso efectivo ante tribunales, el derecho a ser oída por un tribunal
independiente e imparcial, así como se establecen la presunción de inocencia y el
principio de legalidad.
Lo anterior comporta una verdadera expresión de garantía de los derechos ya
enunciados, para evitar arbitrariedades de los proceso, en definitiva para que exista un
proceso justo en el que los intervinientes tenga la capacidad de expresar sus puntos de
hecho y de derecho.
Tomemos en cuenta que estas garantías deben ser veladas, principalmente por
los juzgadores, los entes del Poder Judicial y sus dependencias auxiliares. Solamente
cuando se han cumplido con las garantías del proceso el juez podrá dictar una sentencia
en derecho.
Ya dentro del ámbito europeo tenemos el Convenio Europeo de Derechos
Humanos (CEDH) en sus artículos 6, 7 y 8 establece un catálogo completo de
principios procesales, específicamente en el artículo 6 se menciona al derecho a un
proceso equitativo, que se refiere a la tutela judicial efectiva o de acceso a los
tribunales de justicia.
El artículo que se encuentra divido en tres partes, el primer párrafo detalla los
principios procesales tanto en materia civil, como penal y circunscribe el campo de
aplicación de este derecho; el segundo y tercero reconocen diferentes garantías
derivadas de los principios del párrafo primero.
El marco de la normativa de la UE, junto con la jurisprudencia del TEDH y de
la corte de Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), el derecho interno de los estados y,
en general, los principios de derechos humanos, comportan las fuentes principales
sobre las cuales el juez, en la instancia correspondiente, deberá decidir y resolver el
conflicto.
Por su parte la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea
(CDFUE), también norma el derecho a la tutela judicial efectiva e imparcial,
principalmente indica que dicho derecho contiene, a su vez, el derecho de acceso a la
justicia, el debido proceso, la motivación y fundamentación de la sentencia, y el
derecho al acceso a recurrir los fallos.
En ese orden de ideas, es necesario establecer que se considera como un
proceso equitativo o justo, para lo cual debemos recurrir a la jurisprudencia,
específicamente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), para aclarar la
evolución doctrinaria del derecho a la tutela judicial efectiva, el cual es el objeto del
presente estudio.
El TEDH se pronuncia por primera vez respecto del derecho a la tutela judicial
efectiva en el caso Golder c. Reino Unido, de 21 de febrero de 1975, y lo hace
determinando la necesidad de garantizar el acceso a los tribunales dentro de un proceso
equitativo y el derecho a obtener una sentencia de fondo. Como vemos, la tutela
judicial efectiva, en principio, se circunscribía al derecho a acudir a los tribunales, es
decir la existencia de los mismos y la posibilidad de acudir ante ellos para hacer valer
los derechos que correspondan.
Evidentemente el proceso debe ser equitativo, es decir justo, los intervinientes
tendrán las mismas oportunidades de exponer sus alegatos en derecho, los hechos, así
como la prueba pertinente, y el derecho a contradecir lo anteriormente indicado.
II. EL DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO
La jurisprudencia del TEDH considera como presupuestos fundamentales del
derecho a la tutela judicial efectiva, dos exigencias básicas y complementarias entre
sí: el principio de “igualdad de armas” entre defensa y acusación y la exigencia del
principio de contradicción. (Milione, 2013, p.5).
Esto se encuentra determinado, por ejemplo en sentencias STEDH de 27 de
junio de 1968, caso Neumeister c. Austria; asimismo, STEDH de 21 de junio de 2007,
caso Milatová y otros c. Republica Ceca; de 10 de octubre de 2007, caso Corcuff c.
Francia, la STEDH de 11 de diciembre de 2008, caso Mirilashvili vs. Rusia y la
STEDH de 19 de diciembre de 1989, caso Kamasinski c. Austria.
Como vemos es importante la existencia de una igualdad entre las partes, sobre
todo en el ámbito penal, pues le corresponde al ente estatal correspondiente ejercer la
acusación contra el imputado y pueden existir casos de abusos, justamente porque el
Estado cuenta con una serie de herramientas que podrían vulnerar los derechos de las
personas si no son usadas constitucional y legalmente, en resumen deben tener las
mismas oportunidades dentro del proceso.
Lo anterior, tiene conexión con el principio de contradicción, pues las dos
partes, ya en igualdad de condiciones pueden interponer todos las pruebas y alegatos
que crean convenientes, con la oportunidad de contradecir lo dicho por el otro y será
el juez que deba escuchar a ambos y decidir en derecho.
El TEDH ha evidenciado que el derecho al proceso equitativo no se limita a
garantizar el acceso a los tribunales y a promover la actividad jurisdiccional en las
condiciones de igualdad y contradicción antes señaladas, sino que comprende
también el derecho a obtener una resolución fundada en derecho que ponga fin al
proceso mismo. (Ibídem, p.6). A manera de ejemplo, las sentencias STEDH de 16 de
diciembre de 1992, caso Hadjianastassiou c. Grecia y Ruiz Torrija c. España, STEDH
de 9 de diciembre de 1994.

III. EL PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN


Dentro de esta investigación encontramos la sentencia denominada Lacadena
Calero c. España, de 22 de noviembre de 2011, en la que el TEDH estimó violatorio
del derecho que el Tribunal de casación hubiera realizado una nueva valoración de
la culpabilidad con base en la distinta apreciación de un elemento subjetivo (dolo
eventual), pero sin realizar la valoración directa del testimonio del acusado o incluso
del de otros testigos. En la vista celebrada, el acusado no fue oído personalmente
sobre esa cuestión determinante, por lo cual fue privado de su derecho a defenderse
en el marco de un debate contradictorio (López, 2017, p.361)
Como vemos, el TEDH considera que si el Tribunal de casación hubiera
realizado una nueva interpretación del dolo eventual, el cual comporta un criterio
subjetivo, escuchando nuevamente y de manera personalmente al acusado y otros
testigos, no se hubiese visto afectado el principio de contradicción. Es interesante esto
porque en el recurso de casación, tradicionalmente, no se practica prueba, pero como
vemos, se considera una violación al principio de inmediación que el juzgado de
casación, no escuche directamente a las partes, en algo que considera esencial para el
respeto a la tutela judicial efectiva.
Este tema no es menor, pues en España se tenía la interpretación abiertamente
restrictiva del artículo 24.1 de nuestra Constitución, que pretende acantonarlo
rígidamente a la sola primera instancia de los procesos (García de Enterría, 2003, p.
194), lo cual es contrario a la doctrina antes indicada, pues los principios de la tutela
judicial efectiva son transversales a todas las instancias de los procesos, lo que haría
posible, en principio, que en casación el Tribunal oiga directamente al acusado o
testigos como en el caso que hemos detallado.
A pesar de lo anotado el TEDH expresa que cuando se tratan de recursos donde
se analizan cuestiones de derecho, más o los hecho, no sería necesario de nuevo
escuchar a las partes o al acusado, como en este caso, por la naturaleza misma del
recurso, es decir donde no se va a analizar lo factico. La recomendación aquí es que
las legislaciones adecuen sus ordenamientos a esta doctrina.
En las Sentencias Serrano Contreras c. España, 20 de marzo de 2012; Vilanova
Goterris y Llop García c. España, 27 de noviembre de 2012; Román Zurdo y otros c.
España, 8 de octubre de 2013; Nieto Macero c. España, 8 de octubre de 2013; Sainz
Casla c. España, 12 de noviembre de 2013; el TEDH encontró también una violación
al derecho de inmediación. (Ibídem, p. 363)
IV. EMISIÓN DEL FALLO EN UN TIEMPO RAZONABLE
Ahora, analizaremos al derecho a que la resolución se dé en un plazo razonable
a la luz de la Sentencia Bendayan Azcantot y Benalal Bendayan c. España, de 9 de
junio de 2009. En este tema, el TEDH indicó que hubo violación al derecho a un
proceso resuelto en un plazo razonable, toda vez que la causa reclamada por los
demandantes, en concreto la ejecución de la sentencia penal firme desde 1997, en
rubros de responsabilidad civil emanada del delito y gastos y costas, no había sido
ejecutada más de siete años después (Ibídem, p. 364)
Así, la demora en la emisión y ante todo la ejecución de un fallo debe ser
atribuible a la negligencia de la administración de justicia. Es evidente que dicho
retardo puede estar amparado, incluso, en la normativa legal, pero el juez debe tomar
las medidas necesarias para impedir incidentes sin fundamento, que evidencia el abuso
del derecho para el retardo del proceso, o como en el caso particular en la ejecución
de la sentencia.
En este caso, el TEDH estableció tres parámetros para calificar si un plazo es
razonable o no, el primero es la complejidad de la materia; el segundo,
comportamiento del demandante, que ya lo analizamos arriba; y, el tercero la
importancia del litigio para las partes. Por otro lado, se debe analizar que en el ámbito
civil, especialmente, rige el principio dispositivo, esto es que les corresponde a las
partes el impulso procesal, por lo que no existirá vulneración si la parte ganadora no
ha abandonado el impulso de la causa.
Cómo principio general, el TEDH ha establecido que corresponde a los Estados
partes adecuar el sistema de justicia de tal modo que las resoluciones de los fallos y el
proceso en sí, se de en un tiempo razonable, atendiendo a los tres parámetros ya
expresados.

V. EL DERECHO A RECURRIR LOS FALLOS


El derecho de acceso a la justicia comporta, no solo la oportunidad de las
personas a acudir a los jueces o tribunales a interponer una demanda, sino el derecho
a recurrir los fallos. La Sentencia Sociedad Anónima del Ucieza c. España, 4 de
noviembre de 2014 el TEDH advierte la violación al principio de tutela judicial
efectiva por cuanto el tribunal respectivo no admitió un recurso de casación, por una
interpretación demasiado rigurosa de la normativa procedimental para admitir el
recurso.
Los requisitos de procedibilidad de un recurso, evidentemente, corresponde al
derecho interno de los Estados, sin embargo, sin embargo los requisitos de forma y
los plazos establecidos deben asegurar el derecho a una tutela judicial efectiva y sólo
se consideran compatibles con el Convenio si tienden a un objetivo legítimo y si existe
una relación razonable de proporcionalidad entre los medios empleados y el fin que
se persigue (párrs. 34-35).

VI. EL DERECHO A SER JUZGADO POR UN JUEZ IMPARCIAL


Ahora, en cuanto al derecho a ser juzgado por un juez imparcial tenemos la
Sentencia Cardona Serrat c. España, 26 de octubre de 2010. Dicha sentencia determinó
que se había vulnerado el derecho ya indicado, por cuanto el tribunal que juzgó al
imputado conoció de ciertos actos en una etapa previa, llegando incluso a ordenar
prisión provisional.
El TEDH considero que la vulneración el derecho a un juez imparcial se dio
desde una óptica objetiva, más no subjetivo, es decir, se debió a asuntos procesales, y
no al juez o alguna calidad de este. La falta de imparcialidad subjetiva tiene sus
complicaciones probatorias por lo que el Tribunal ha determinado que el criterio
objetivo está más acorde y es favorable para el resarcimiento del derecho vulnerado.

VII. LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA


En relación a la presunción de inocencia, la Sentencia Tendam c. España, 13
de julio de 2010, el TEDH determinó que se había vulnerado dicho principio, ya no en
el proceso penal mismo, pues la persona fue absuelta, sino en la fallida reclamación
por la indemnización que esta había propuesto, pues la negativa se basó en el hecho de
que en el proceso penal no se había acredito la inexistencia de los hechos, más bien
fue absuelto por falta de prueba.
El TEDH consideró que dicha decisión afectaba la presunción de inocencia,
pues efectivamente en el juicio no se pudo demostrar la culpabilidad, o dicho de otra
manera, no es relevante la distinción de inexistencia de los hechos y falta de prueba,
la realidad es que la persona fue absuelta, ratificándose así su estado de inocencia.
Por otro lado, en Sentencia Lisazo Azconobieta c. España, 28 de junio de 2011
el TEDH determinó la violación al derecho a la presunción de inocencia pues la
persona al ser deteinda fue obligada a participar en una rueda de prensa, con medios
de comunicación y público, como parte de una banda terrorista.
En este caso, el TEDH amplió su criterio sobre la presunción de inocencia, pues
indicó que esta no se refiere únicamente al ámbito judicial penal, sino también es
aplicable a otras autoridades de los Estados, quienes tienen el deber de respetar el
principio que estamos revisando; también tiene su parte los medios de comunicación,
y otras personalidades públicas que indicen en el criterio de la colectividad.
Como vemos, la evolución del sentido del derecho a la presunción de inocencia
se ha ampliado a un ámbito, diríamos, extrajudicial. En Ecuador, recientemente, se
suscitaron protestas por ciertas decisiones del gobierno, y las redes sociales han
“dictado sentencia”, llegando incluso a existir insinuaciones sobre cometimientos de
delitos, en una red social entre la autoridad máxima del Ministerio de Gobierno y otra
autoridad de oposición.
La presunción de inocencia, entonces, no es exclusiva de un proceso judicial
sino que debe ser entendido como un atributo de la persona, que de ser el caso debe
ser contradicho mediante un proceso justo, pero este atributo acompaña a la persona,
por lo que el Estado, las autoridades, y otras personalidades públicas deben respetar,
incluso, diría el resto de la sociedad, pues como en el ejemplo citado, las redes sociales
o los medios de comunicación “dictan sentencias”.

VIII. DERECHO A SER INFORMADO SOBRE LA ACUSACIÓN


En la sentencia Varela Geiis c. España, 5 de marzo de 2013, respecto de este
tema, el TEDH determinó que existió violación al derecho a ser informado de manera
detallada respecto de la acusación formulada contra el peticionario lo que ocasiono, a
su vez, una violación al derecho a la defensa. Durante el proceso existió una
modificación relevante sobre el delito que se perseguía, se modificó en segunda
instancia, es decir era diversa la calificación jurídica del delito en la acusación y
primera instancia, y por la cual, finalmente, resultó condenada la persona, en segunda
instancia. En esta sentencia, el TEDH relaciona una jurisprudencia pasada sobre el
derecho a ser informado de la acusación, indicando que estas disposiciones muestran
la necesidad de cuidar en extremo la notificación al interesado de la causa de la
acusación formulada en su contra.
Lo indicado anteriormente es importante porque el escrito de acusación
determina y encamina cual será la defensa del acusado y los actos procesales que las
partes van a efectuar, pero sobre todo debe informar respecto de los hechos que se
acusa y de la tipificación del delito, todo lo cual debe efectuarse detalladamente.
Además el tribunal considera que, en materia penal, una información precisa y
completa de los cargos que pesan contra un acusado, y por tanto la tipificación
jurídica que la jurisdicción pueda tomar en consideración en su contra, es una
condición esencial de la equidad del procedimiento.
Como vemos no solo se relaciona con el derecho a la defensa sino con el
principio de equidad del procedimiento. En estricto sentido, se refiere al derecho a
preparar la defensa, lo que a su vez, incluye el tiempo necesario para hacerlo, así como
el acceso a la información constante en el proceso y al patrocinio de un abogado.
En el caso particular si existió alguna reformulación de cargos, el juzgador debe
darle al acusado el tiempo suficiente para preparar su defensa técnica, incluso para que
pueda aportar prueba diversa, si ya esté el proceso en audiencia.

IX. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD


El principio de publicidad también ha sido analizado por el TEDH, en el caso
Martinie c. Francia de 12 de abril de 2006, indica que la publicidad redunda en la
transparencia con la que es llevado el proceso, lo cual, a su vez, tiene directa incidencia
con el hecho de tener un proceso justo o equitativo.
En definitiva las audiencias deben ser públicas, y salvo excepciones
plenamente justificadas serán reservadas. Respecto de la participación de la prensa está
es plenamente válida, lo cual va de acuerdo con el principio de publicidad que estamos
ahora analizando, lo cual nos lleva a pensar en el fundamental papel de los medios de
comunicación y la actuación ética que deben expresar en sus transmisiones.
X. CONCLUSIONES
 La existencia tanto del Convenio Europeo de Derechos Humanos, como la
Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, las constituciones
y ordenamientos internos de los estados miembros, junto con la existencia de
los Tribunal Europeo de Derechos Humanos, tiene como efecto la necesidad
de que el sistema judicial de cada país tome en cuenta la doctrina emanada por
dicho tribunal, al momento de entender el contenido de lo que significa la tutela
judicial efectiva y el acceso a la justicia.
 En el caso de la existencia de normativa interna que contradiga lo indicad o en
la jurisprudencia del tribunal, es un imperativo la adecuación de aquella a lo
que sea más efectivo a la vigencia de los derechos humanos en el ámbito
procesal, el cual se ve materializado en el derecho a la tutela judicial efectiva.
 En principio el TEDH sostenía que el contenido de la tutela judicial efectiva se
veía materializado con la posibilidad de acceder a interponer una petición ante
los jueces o tribunales, sin embargo, con el tiempo esto se extendió al derecho
a recurrir los fallos; es decir a acudir a jueces de siguiente nivel para que la
sentencia de primera instancia sea revisada.
 La tutela judicial efectiva no se limita, estrictamente, a una instancia, sino a
todas las que componen el proceso judicial, incluso en un ámbito extraprocesal,
como en el principio de inocencia que hemos analizado, el cual tiene un
contenido más amplio que el de presumirse inocente en el proceso, sino ante la
sociedad.
 Es imperativo que el derecho a la tutela judicial efectiva, se vea materializado
a través de otros derechos. Entro las bases fundamentales de este derecho está
el de un juicio equitativo, es decir, es necesario que los intervinientes en un
proceso judicial se encuentren en igualdad de condiciones para hacer valer sus
derechos.
 Otro pilar fundamental es el principio de contradicción, pues una vez que las
partes están en igualdad de condiciones, pueden interponer todos sus alegatos
de hecho y derecho, así como las pruebas del caso, con la oportunidad de
contradecir lo dicho por el otro y será el juez que deba escuchar a ambos y
decidir en derecho.
 El principio de inmediación desarrollado por el TEDH, debe ser entendido
como transversal a todo el proceso, es decir a todas las instancias, y a los
recursos ordinarios o extraordinarios con los que cuente la legislación interna
de cada país, lo cual se hace más visible en aquellos recursos donde se vuelve
a revisar, tanto los hechos como el derecho.
 El acceso a la justicia implica por sí la necesidad de que el sistema de justicia
se pronuncie respecto del fondo del asunto, es decir que es imperativo que los
juzgadores dicten un fallo en derecho.
 Así mismo, el fallo debe ser emitido dentro de un plazo razonable, tomando en
cuenta la naturaleza del proceso y la dificultad del cada caso. La omisión de
este derecho comporta, necesariamente, una negligencia en los operadores de
justicia. Este derecho se ha extendido a que el fallo debe ser ejecutado, también,
en un tiempo razonable; y no solo esto, sino, además, durante todo el desarrollo
del proceso.
 La imparcialidad del juez o tribunal es primordial en la tutela judicial efectiva,
y hace referencia a una imparcialidad objetiva, más que subjetiva, no es tan
relevante las condición o alguna calidad del juzgador (criterio subjetivo), sino
los hechos mismos en los cuales no se ha violentado este principio.
 La presunción de inocencia pasó de un derecho procesal, a un ámbito
extraprocesal, según el TEDH, pues es necesario que esa condición o
presunción sea mantenida dentro del proceso, pero también fuera de este sobre
todo por las autoridades estatales y terceros figuras pública.
 El contenido de la acusación comporta el marco sobre el cual el acusado debe
preparar su defensa, por eso, es necesario que sea informado detalladamente
sobre los hechos que se le imputa, así como la tipicidad del mismo, y de existir
algún cambio en el contenido de la acusación, se le dé la opción de preparar su
defensa con el debido tiempo, tener toda la información relevante a su
disposición y contar con la asesoría de un letrado.
 El principio de publicidad le otorga transparencia a la administración de
justicia, por lo que es importante que los procesos reservados sean
excepcionales. La participación de los medios de comunicación no está
prohibida, pero es necesario que estos sean responsables con el mensaje que
envía hacia las masas.

XI. BIBLIOGRAFÍA
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juicio de hecho en los sistemas procesales penales de España y Chile, tesis doctoral
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file:///C:/Users/user/Downloads/DialnetciroMilioneElDerechoALaTutelaJudi
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Sentencias
STEDH de 27 de junio de 1968, caso Neumeister c. Austria.
STEDH de 21 de junio de 2007, caso Milatová y otros c. Republica Ceca.
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