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MIGUEL CILLERO ART. 10 N°s.

3 - 4

N° 20.084 que establece un sistema torce años el Estado renuncia a toda


de responsabilidad de los adolescen- forma de intervención coactiva en el
tes por infracciones a la Ley penal supuesto de comisión de delito" (His-
(Mensaje 68.347), establecido expre- toria de la Ley N° 20.084, p. 11), con
samente que "se ha decidido fijar este lo cual queda claro que se renuncia a
límite en los catorce años siguiendo toda forma de ejercicio de las faculta-
las tendencias del derecho compara- des de persecución y sanción penal.
do y la posición de la doctrina que Esta posición del Estado deberá re-
recomienda no fijar este límite a una flejarse en la legislación y práctica ju-
edad muy temprana". Para establecer dicial y administrativa contenida en
claramente las consecuencias de esta la legislación especial de protección
posición se señala que "bajo los ca- de niños y adolescentes.

Artículo 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]

3. Derogado.

Artículo 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]

4. El que obra en defensa de su persona o derechos, siempre


que concurran las circunstancias siguientes:
Primera. Agresión ilegítima.
Segunda. Necesidad racional del medio empleado para impe-
dirla o repelerla.
Tercera. Falta de provocación suficiente por parte del que se
defiende.
BIBUOGRAFÍA: GUZMÁN DALBORA, J o s é L u i s ( 2 0 1 0 ) : " D i g n i d a d h u m a n a y " m o d e r a t i o " e n l a l e g í -
tima defensa", en él mismo, Cultura y delito (Bogotá, P. Univ. Javeriana- Temis); COUSIÑO,
Luis: "Los integrantes subjetivos de la justificación", en RCP, 1974, t. XXXIII; MAÑALICH,
Juan Pablo, "Consideraciones acerca del error sobre la concurrencia de los presupuestos
o b j e t i v o s d e l a s c a u s a s d e j u s t i f i c a c i ó n " , e n R E J , N ° 3 , A ñ o 2 0 0 3 ; ORTIZ MUÑOZ, P e d r o ,
"Provocación, Agresión y Defensa", en RCP, 1946, t. IX; POUTOFF, Sergio (1996), "El papel
del factor subjetivo en las causas de justificación", en A A W , Política Criminal y Reforma
Penal (Santiago, Conosur); POUTOFF, Sergio / MATUS, Jean Pierre: "Comentario al Art. 10,
NOS 40 A 70" T EN POUTOFF / ORTIZ, C o m e n t a r i o , p p . 1 2 7 - 1 4 4 .

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ART. 10 N° 4 CÓDIGO PENAL COMENTADO

COMENTARIO*

Jaime Couso

GÉNESIS Y MODIFICACIONES justificación y causas de exclusión de


la culpabilidad y de exculpación, la
Tomada del Art. 8 o del CP es- distinción, que goza de plena acep-
pañol (FUENSALIDA, I , 5 3 ) , la dispo- tación por parte de la doctrina y la
sición sólo ha sido modificada en jurisprudencia, ha sido entretanto
1992 (Ley N° 1 9 . 1 6 4 , de 2 de sep- reconocida implícitamente por el
tiembre de 1992) para derogar su legislador, cuando en el Art. 455
párrafo segundo, en que se regulaba del CPP exige, para que pueda im-
la legítima defensa privilegiada, que ponerse una medida de seguridad al
simultáneamente fue agregado, con enajenado exento de responsabilidad
modificaciones, como nuevo párra- criminal por el Art. 10, N° I o , del
fo segundo del numeral 6o del mis- CP, que éste haya incurrido en un
mo artículo 10, de modo de hacer "hecho típico y antijurídico", lo que
extensible el privilegio también a la no ocurriría si obra legítimamente,
defensa de parientes y de terceros. Y precisamente, como se reconoce
desde hace décadas36, la legítima de-
GENERALIDADES. FUNDAMENTO, fensa constituye una causa de justi-
BIENES DEFENDIBLES Y LÍMITES ÉTICO ficación del hecho típico (COUSIÑO,
SOCIALES DE LA LEGÍTIMA DEFENSA I I , 1 7 9 . ; NOVOA, I, 3 2 9 ; LABATUT, I,
9 3 ; ETCHEBERRY, I , 2 5 0 ; CURY, 3 7 2 ;
Aunque el Art. 1 0 no distin- GARRIDO, II, 165-166; POLITOFF,
gue explícitamente entre causales de 2 7 8 - 2 7 9 ; POLITOFF / MATUS / RA-

* Agradezco la valiosa colaboración recibida, en la preparación de este comentario, por


parte de la ayudante de investigación Sabrina Perret, de la Facultad de Derecho de la
Universidad Diego Portales.
36 En doctrina, hace prácticamente un siglo; v. por ej„ ya en 1 9 3 3 , O R T I Z M U Ñ O Z , I,
1 3 - 1 4 , definiendo al delito como "hecho ilícito y culpable" y distinguiendo entre
circunstancias que excluyen la ilicitud, como la legítima defensa ( 3 8 - 4 3 ) , y las que
excluyen la "'imputación del delito contenida en el juicio de culpabilidad", sea por
falta de imputabilidad, o por falta de imputación al hecho (54), como en el caso de
las "incapacidades" (61, que excluyen la imputabilidad; el autor no llega en cambio
a identificar claramente como exculpantes, por ej., a la fuerza irresistible o el miedo
insuperable).

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MÍREZ, P G , p . 2 1 4 ; POLITOFF / M A - ser agredidos antijurídicamente y


TUS, Comentario, 128), que suele que, por tanto, no autoriza la legí-
fundamentarse en que el interés del tima defensa"), en mi opinión, no
ilegítimamente agredido es prepon- deben entenderse en el sentido de
tierante frente al interés de su injus- que, conforme a su naturaleza, ha-
to agresor, de modo que es legítimo bría derechos o bienes no defendibles,
preservarlo por medio de la defensa sino en el sentido de que, frente a
(ETCHEBERRY, 1 , 2 4 9 ; CURY, 3 7 2 ; a s í , agresiones insignificantes o irrele-
también, ya C O U S I Ñ O , I I , 1 9 2 ) , que vantes no cabe la defensa, sino en la
se presenta entonces como un acto medida que sea posible a través de
racionalmente necesario, y autori- medios muy poco perjudiciales (lo
zado por el ordenamiento jurídico que se relaciona más bien, con la
(en ese sentido, POLITOFF, 2 7 9 ; con exigencia de proporcionalidad entre
matices, CURY, 3 7 2 ; una fundamen- los intereses en juego, como se verá
tación ligeramente distinta parece a continuación). Con todo, fuera de
ser la que se centra en el principio la cuestión de la insignificancia o irre-
de autoprotección, en GARRIDO, I I , levancia de ciertas agresiones, se dis-
165). cute si cabe, y bajo qué condiciones,
legítima defensa respecto de bienes
Sobre los bienes defendibles, jurídicos supraindividuales, posibili-
en principio hay acuerdo en que dad que tiende a aceptarse "siempre
la Ley no impone restricciones, de que tengan un carácter individual"
modo que puede defenderse toda (GARRIDO, I I , 1 6 7 , ejemplificando
clase de "derechos" ( C U R Y , 3 7 4 ) , y con el derecho a vivir en un medio
las restricciones que algunos autores ambiente libre de contaminación,
señalan (no cabe defensa en contra respecto del cual "cualquier persona
de meros "actos impertinentes", puede defender su propio derecho
sino que debe tratarse de "verdade- o el de otro a un ambiente sano";
ras agresiones", conforme plantea cfr. también POLITOFF / M A T U S , Co-
ETCHEBERRY, I , 3 7 5 ; mientras que mentario, 129, al parecer admitien-
COUSIÑO, I I , 2 2 0 , si bien entiende do también la defensa de "bienes de
que todos los bienes son defendi- carácter social", como "el derecho a
bles, en p. 261, echando mano del vivir en un medio ambiente libre de
principio de insignificancia -toma- contaminación", por ej. para "impe-
do tempranamente de R O X I N - afir- dir que se vierta una substancia ma-
ma que "hay bienes jurídicos que nifiestamente tóxica en un canal de
por su escasísimo valor no pueden regadío, cuando no hay tiempo para

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requerir la intervención de la fuerza la denuncia)—, o si la defensa no es


pública"; v. también, C U R Y , 3 7 4 , ad- estrictamente necesaria para la pro-
mitiendo la defensa de bienes jurídi- tección del interés del injustamente
cos comunes o del Estado, "siempre agredido, cuando en condiciones de
que se trate de bienes jurídicos indi- eludir la agresión, en lugar de impe-
viduales, como la propiedad u otros dirla o repelerla —lo que impondría
semejantes"). al agredido un deber de elusión de la
agresión, especialmente "en casos ex-
En relación con los límites de cepcionales de agresiones puntuales,
esta autorización del injustamente sin pronóstico de reiteración, fren-
agredido a defenderse, y fuera de te a las cuales la elusión se presenta
los requisitos expresados por la ley, como una salida airosa" (POLITOFF,
desde hace un tiempo se viene plan- 2 8 1 , citando textualmente a BALDÓ
teando que la legítima defensa está LAVILLA), dejando a la defensa como
sujeta a ciertas restricciones ético so- un recurso subsidiario, para el caso
ciales (v. POLITOFF, 2 7 9 - 2 8 2 ) , como de que no sea posible la elusión.
la proporcionalidad y la subsidiarie-
dad Esas restricciones ético sociales se Por lo que respecta a la exigen-
fundan en un cierto deber de soli- cia de proporcionalidad entre los bie-
daridad mínima, incluso frente a los nes jurídicos o intereses en juego, si
derechos más básicos del agresor (en bien parte de la doctrina nacional
particular, su vida), y quieren evitar ha tendido a rechazarla (v., por. ej.,
los riesgos de un abuso del derecho, C O U S I Ñ O , I I , 2 7 3 - 2 7 4 -"el principio
descartando la legitimidad de la del balanceamiento de los bienes no
defensa, aún frente a una agresión puede aplicarse en el ejercicio del
ilegítima que no puede impedirse derecho de protección de los bienes
o repelerse por otros medios menos amagados por la agresión antijurídi-
perjudiciales para el agresor, si ella ca en que prima otro concepto supe-
resulta desproporcionada en atención rior [...]: de que "el derecho jamás
a la importancia de los bienes jurí- debe ceder ante lo injusto", si bien
dicos o de los intereses en juego —lo algunas restricciones admite, no
que impondría el deber de soportar para negar la defensa, pero sí para
ciertas agresiones menores, por ej., a moderar los medios "cuando la des-
la propiedad, si el único medio para proporción de los bienes es intole-
repelerla es, por ej., echar mano de rable"; v. también C U R Y , hasta la 2 O
la vida del agresor (caso en que sólo edición de su obra Derecho Penal,
se podrá reaccionar expost mediante I, 367, rechazando la exigencia de

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que la agresión sea grave), pues no que sostuve hasta la edición anterior,
tendrían apoyo en el texto legal (por hay que convenir en que la agresión
contraste con la situación del estado debe revestir una cierta gravedad. La
de necesidad justificante, para el cual vida en sociedad requiere de los par-
el Art. 10, N° 7 o , precisamente exi- ticipantes en ella una actitud solida-
ge que el mal evitado sea mayor que ria, que evite reaccionar contra las
el causado), otra doctrina, que pa- molestias reducidas o generalmente
rece actualmente mayoritaria, tien- toleradas [...]"; Guzmán Dalbora,
de a poner límites a la justificación 132, derivando del principio consti-
de ataques graves a bienes jurídicos tucional de dignidad la prohibición
como la vida, a lo menos cuando de "una defensa mortal desarrollada
por medio de ellas se quiere impe- en la necesidad de salvar intereses
dir o repeler ataques insignificantes insignificantes").
a bienes menos relevantes, como la
propiedad (cfr., fuera de POLITOFF, En relación con la exigencia de
2 8 0 ; NOVOA, 1 , 3 4 4 - 3 4 5 , para quien subsidiariedad de la defensa, parece
"[n]uestro texto legal no decide el mayoritaria la doctrina que la re-
problema, pero fluye de la Ley que chaza como requisito general de la
tal conducta defensiva no estaría legítima defensa, destacando que la
justificada. Una solución contraria regulación legal de esta justificante
socavaría todo el ordenamiento ju- nada dice al respecto, a diferencia de
rídico vigente, que establece una je- la regulación del estado de necesidad
rarquía de bienes y que reconoce va- justificante (en efecto, el Art. 10,
lores morales cristianos de eminente N° 7 o , sí exige, para justificar al he-
categoría, entre los que se cuenta a cho típico realizado para evitar un
caridad"; ETCHEBERRY, I, 2 5 5 , de- mal mayor, "que no haya otro medio
duciendo del debate producido en practicable y menos perjudicial para
la Comisión Redactora del CP la evitarlo [el mal]"), de modo que no
conclusión de que "[ellio, aunque está obligado a eludir la agresión, y
de forma no muy explícita, parece todavía tendría derecho a defender-
indicar que en el pensamiento del se, incluso echando mano de la vida
legislador la naturaleza del bien jurí- del agresor, si ese medio es racional-
dico atacado debe entrar a determi- mente necesario, pues no cuenta con
nar también la necesidad del medio uno menos lesivo, aun si le quedaba
empleado para defenderse; actual- la alternativa de huir, pues el agredi-
mente también, C U R Y , 3 7 4 y n. 8 0 , do no estaría obligado a una "huida
admitiendo ahora que "[c]ontra lo vergonzosa", y "ante el injusto —de la
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agresión— nadie está obligado a ce- y agregando el caso de la agresión


der" ( C U R Y , 3 6 8 ; cfr., por su parte, meramente imprudente; N O V O A , I ,
G A R R I D O , I I , 1 7 3 - 1 7 4 , destacando 3 5 0 - 3 5 1 , añadiendo el caso de la
que ello obligaría al agredido a so- agresión -evitable- proveniente de
portar una coacción, y que "la legí- un pariente, ejemplificando en con-
tima defensa consiste en repeler la creto con el hijo que puede eludir,
agresión, no en evitarla"; E T C H E B E - en lugar de repeler, la agresión de
RRY, I, 256: "[e]n principio, puede su violento padre; más amplio en la
afirmarse que la legítima defensa, a exigencia de un deber elusión, como
diferencia del estado de necesidad, s e v i o , POLITOFF, 2 8 0 - 2 8 1 ) .
no es subsidiaria, o sea, no es pre-
ciso, para poder defenderse legíti- R E Q U I S I T O S DE LA LEGÍTIMA DE-
mamente, que la densa sea el único FENSA
medio posible de salvación del bien
atacado"). Sin embargo, y aun cuan- i) Agresión ilegítima
do se admita que la exigencia lite-
ral de la circunstancia segunda del Superada ya hace décadas una
numeral 4O del Art. 10 no se refiere concepción restringida de la agresión,
a la necesidad racional de la defensa que la identificaba con un "acometi-
(la defensa no tendría que ser nece- miento de obra" (v. en ese sentido
saria, bastaría con que fuese legíti- FUENSALIDA, I , 5 3 ; cfr., en cambio,
ma), sino a la necesidad racional del la noción mucho más amplia, cer-
medio empleado para defenderse, ya cana a la actual, de O R T I Z M U Ñ O Z ,
goza de amplia aceptación el crite- I, 1933, 44), en la actualidad se
rio según el cual el deber de elusión entiende que constituye agresión,
-de "una digna retirada", se suele en principio, cualquier "conducta
decir, parafraseando a M E Z G E R - sí humana que lesiona o pone en pe-
existiría respecto de las agresiones ligro un bien jurídico" (ETCHEBERRY,
protagonizadas por un inimputable, I, 253; cfr. también, muy similar,
de modo que "la defensa en estos NOVOA, I, 336; POLITOFF, 282),
casos sólo es procedente ante la im- excluyéndose de esa definición los
posibilidad de evitar la agresión por ataques de los animales, salvo cuan-
medios no defensivos" ( G A R R I D O , do "el real agresor es el ser humano,
I I , 1 7 4 ; en el mismo sentido, C U R Y , que se aprovecha de estos medios
375, refiriéndose, en particular, a las para lesionar la persona o bienes del
agresiones procedentes de un niño, defensor" ( C O U S I Ñ O , I I , 2 4 7 ) . Se
un "enfermo mental" o un ebrio, tiende a admitir, para estos efectos,
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como casos de agresión, no sólo los rios de delito que amenace algún
comportamientos humanos activos, bien jurídico, si el delito sobreven-
sino también ios omisivos ( C O U S I Ñ O , drá de inmediato"). En doctrina se
II, 2 4 5 - 2 4 6 ; NOVOA, I , 3 3 7 ; CURY, ha discutido si es posible resistir los
3 7 3 ; ETCHEBERRY, I , 2 5 3 ; P O L I T O F F , actos de la autoridad que se excedan
282), además, no sólo los compor- de la esfera de sus atribuciones, y,
tamientos dolosos, sino también por ello, sean antijurídicos; en tal
los imprudentes ( C O U S I Ñ O , I I , 2 5 1 ; caso, admiten expresamente la legí-
CURY, 3 7 3 ; ETCHEBERRY, I , 2 5 3 ; P O - tima defensa en contra de los actos
LITOFF, 2 8 2 - 2 8 3 )o, incluso, los co- de la autoridad arbitrarios o injus-
metidos sin dolo ni culpa ( N O V O A , tos, N O V O A , I , 3 4 1 , rechazando una
I, 340, pone el ejemplo de agresiones supuesta presunción de legitimidad
ilegitimas las que no son "culpables", de los actos de la autoridad; C U R Y ,
por ej., la "del que obra por error 373, enfatizando que, para actuar lí-
esencial"; en el mismo sentido, PO- citamente, la autoridad no sólo debe
LITOFF / M A T U S , Comentario, 1 3 0 , actuar dentro de la esfera formal de
incluyen a la agresión "enteramente sus atribuciones, sino también de la
inculpable"; implícitamente tam- material; aparentemente de acuerdo
bién ETCHEBERRY, I , 2 5 3 , al referirse con él, G A R R I D O , I I , 1 7 2 . La juris-
genéricamente, a la agresión "no cul- prudencia de la Corte Suprema en
pable" de quien "erróneamente cree alguna ocasión se ha pronunciado
no estar agrediendo", con lo que, en sobre el asunto y también ha resuel-
su sistemática, excluye también, ne- to afirmativamente la cuestión, re-
cesariamente, la culpa; en cambio, conociendo al particular el derecho
GARRIDO, I I , 1 6 9 - 1 7 0 sólo admite la de resistir un allanamiento policial
posibilidad de legítima defensa fren- en lugar distinto del señalado por la
te a una agresión activa y dolosa). orden judicial y en día inhábil (sen-
tencia de la Corte Suprema, de 29
La ilegitimidad de la agresión, de mayo de 1941, en GT, 1941, pri-
por su parte, se ve satisfecha con su mer semestre, pág. 191, citada por
carácter antijurídico, sin necesidad NOVOA, I , 3 4 1 y n . 2 3 ) .
de que se trate de una acción delic-
tiva; ni siquiera, de una típica (ET- También hay acuerdo concep-
CHEBERRY, I , 2 5 3 ; G A R R I D O , I I , 1 7 1 ; tual en que la agresión debe ser real,
N O V O A , I , 3 4 0 , poniendo como no pudiendo justificarse la legítima
ejemplo de agresiones ilegitimas, ya defensa putativa, es decir, la realiza-
actuales, "algunos actos preparato- da bajo la creencia errónea de que se
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era objeto de una agresión, que sólo octubre de 2 0 0 4 , contra Marcos Joel
se imaginó, si bien es objeto de dis- Fernández Moneada (Casación en el
cusión cuál debe ser el criterio para Fondo criminal), N° ID LegalPublis-
apreciar si la agresión era real o no hing: 3 1 0 6 9 ) .
(v. infra, el apartado "Error en los
presupuestos fácticos..."). Se ha debatido si satisfacen el
requisito de actualidad o inminencia
La agresión real, por último, las defensas consistentes en obstácu-
como lo sugieren las expresiones "im- los físicos o en dispositivos automá-
pedirla" o repelerla" (ETCHEBERRY, I , ticos (los denominados "ofendícu-
254), debe ser actual o inminente. La los"), permanentemente dispuestos
agresión que se espera en el futuro más para actuar como medio para impe-
o menos próximo, pero que todavía dir o repeler el escalamiento o ingre-
no es inminente, así como la que ya so no consentido a la propiedad aje-
se produjo y se agotó (el exceso exten- na, cuestión respondida de manera
sivo en la legítima defensa; v. infra, afirmativa, por CURY, 3 7 5 , si bien
"Exceso en la legítima defensa..."), con importantes restricciones res-
no satisfacen este requisito (cfr., por pecto de la justificación de los me-
todos, CURY, 3 7 3 - 3 7 4 ; NOVOA, I , canismos automáticos de defensa,
3 3 9 - 3 4 0 ) . En todo caso, como se sólo si se trata de evitar un peligro
dijo, se admite que puede ser inmi- común, por ejemplo, el ingreso no
nente la agresión que está en acto pre- autorizado a depósitos de explosivos;
paratorio (NOVOA, I , 3 4 0 ; POLITOFF, y negativa, por COUSIÑO, II, 2 8 3 -
283), pero en todo caso, esté en esa 286, argumentando especialmente
fase preparatoria o en tentativa, no es a partir de la imposibilidad de afir-
inminente la agresión que constituye mar la existencia del ánimo defensivo
o constituiría una tentativa inidónea en la persona que se defiende, en el
(POLITOFF, ibídem; en realidad, en momento en que opera la defensa o
mi opinión, porque no constituiría se activa automáticamente el dispo-
una agresión real, a partir de una sitivo, si bien admite la posibilidad
valoración objetiva). La jurispru- de una justificación limitada de los
dencia ha reconocido el requisito de obstáculos físicos - n o de los dispo-
actualidad, negándole la justificante sitivos automáticos— por "ejercicio
a quien, tras sufrir un robo, persigue legítimo de un derecho", conforme
a los malhechores por la calle, dispa- al Art. 10, N° 10; también niegan la
rándoles (sentencia de la Corte Su- inminencia de la agresión, POLITOFF,
prema, Rol N ° 1 9 9 - 2 0 0 3 , de 12 de 2 8 3 - 2 8 4 , y GARRIDO, II, 1 7 0 , quien

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parece aceptar, sin embargo, de ma- real y que tampoco puede concurrir
nera amplia, la justificación por ejer- la atenuante por eximente incom-
cicio legítimo de un derecho); por pleta del Art. 11 N° 1 (sentencia de
su parte, NOVOA, I , 3 5 1 , Y LABATUT, la Corte de Apelaciones de Arica,
I, 96, consideran justificados, por Rol N° 63-2008, de 4 de agosto de
legítima defensa, los dispositivos que 2008, contra María Dolores Gómez
se activan automáticamente frente a Jirón (nulidad penal), N° ID Legal-
una agresión ilegítima y, por estado Publishing: 39534).
de necesidad justificante, los meros
obstáculos que, sin actuar positiva- ii) Necesidad racional del medio
mente contra terceros, están simple- empleado para impedirla o repelerla
mente dispuestos en un predio para
cerrarlos de manera segura. Si, como ya se vio, la necesidad
racional de la defensa no es un re-
Por último, y si bien suele tra- quisito impuesto expresamente por
tarse como un requisito de la defen- la Ley (pero sí puede derivarse de
sa y no de la agresión ilegítima, hay las restricciones ético sociales, cuan-
acuerdo en que no está legitimada do puede afirmarse un deber de
por la justificante de legítima defen- elusión), la circunstancia segunda
sa la lesión del derecho de un ter- del numeral 4o del Art. 10 sí exige,
cero (por todos, CURY, 3 7 6 ) , pues, expresamente, la necesidad racional
en realidad, en mi opinión, en este del medio empleado para impedir o
caso falta la agresión ilegítima pro- repeler la agresión (cfr., en cambio,
veniente de este tercero. Sólo es po- GARRIDO, II, 1 7 3 , confundiendo
sible defenderse de quien realiza la la necesidad del medio con la de la
agresión. defensa —pese a rechazar, en princi-
pio, la exigencia de subsidiariedad
La falta del requisito de la agre- de la defensa-). Así, esta exigencia
sión ilegitima impide, además, re- impone al injustamente agredido
conocer la atenuante de legítima escoger, de entre todos los medios
defensa incompleta, pues se trata de disponibles para impedir o repeler la
un requisito esencial de la justifican- agresión, el menos lesivo (la "forma
te (v. infra, "Exceso en la legítima menos enérgica de defenderse", se-
defensa..."). En la jurisprudencia, gún CURY, 3 7 5 ; "aquél [medio] que
una decisión de corte de apelaciones sea suficiente, desechando el super-
ha reconocido que no concurre la fluo", según NOVOA, I, 342). La ju-
eximente si es que no hay agresión risprudencia de la Corte Suprema ha
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ART. 10 N° 4 CÓDIGO PENAL COMENTADO

sostenido, en el mismo sentido, que que, con razón, debe llevar a recha-
la racionalidad requiere la necesidad zar equivalencia, o incluso propor-
del medio empleado, en el sentido cionalidad abstracta, entre el medio
de que el sujeto no disponga de otra con que se agrede y el que se emplea
forma menos enérgica para defen- para la defensa, como la jurispru-
derse con éxito (sentencia de la Cor- dencia, sin embargo, con frecuencia
te Suprema, Rol N ° 4 3 3 6 - 2 0 0 0 , lo hace (según reseña críticamente
de 9 de abril de 2001, contra Juan N O V O A , I, 3 4 2 , quien incluye, entre
Carlos Kaschel Hitschfeld (Recurso las circunstancias que deben tenerse
de Casación en el Fondo criminal), en cuenta para decidir si el medio
N° ID LegalPublishing: 18488), y era racionalmente necesario: "lo im-
que la racionalidad del medio em- previsto del ataque, la superioridad
pleado se derivaba de su razonabi- física marcada del agresor, la inamo-
lidad, así como del hecho de que el vilidad del agredido, la rapidez con
imputado intentó utilizar otros me- que éste deba reaccionar, la dificul-
dios para repeler la agresión ilegíti- tad de poner en uso inmediato otros
ma (sentencia de la Corte Suprema, medios de defensa, la presencia de
Rol N ° 2 5 9 4 - 2 0 0 3 , de 1 6 de enero personas que puedan auxiliar, la
de 2 0 0 6 , Contra Claudio Andrés hora y el lugar, etc.")- En el mismo
Sepúlveda Hernández (Casación sentido ha destacado la jurispru-
en la Forma y el Fondo criminal), dencia, que la racionalidad no debe
N ° ID LegalPublishing: 3 3 7 3 7 ) . entenderse como equivalencia ma-
temática, sino como razonabilidad
En todo caso, la posibilidad de del medio empleado en virtud de
disponer concretamente de un me- las circunstancias del caso concreto
dio menos lesivo exige valorar, como (sentencia de la Corte Suprema, Rol
señala CURY, "la totalidad de la reac- N ° . 6 4 6 6 - 2 0 0 5 , de 3 de mayo de

ción [defensiva]", teniendo en cuen- 2 0 0 7 , Contra José Simón Villarro-

ta circunstancias que, excepcional- el Torres, N° ID LegalPublishing:


3 6 2 9 7 ; sentencia de la Corte Supre-
mente, pueden hacer racionalmente
necesario un medio que, bajo cir- ma, Rol 2 5 9 4 - 2 0 0 3 , de 1 6 enero de
2 0 0 6 , Contra Claudio Andrés Se-
cunstancias distintas, sería excesivo
( C U R Y 3 7 4 , argumentando que "el
púlveda Hernández (Casación en la
viejecillo raquítico que es atacado a Forma y el Fondo criminal), N° ID
puño limpio por un fornido moce- LegalPublishing: 3 3 7 3 7 ; sentencia
de la Corte Suprema, Rol N ° 4 3 3 6 -
tón, puede echar mano de un arma
2 0 0 0 , de 9 de abril de 2 0 0 1 , con-
de fuego para defenderse"), criterio
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JAIME COUSO ART. 10 N° 4

tra Juan Carlos Kaschel Hitschfeld de esa naturaleza, a la hora de valorar


(Recurso de Casación en el Fondo la necesidad racional del medio, en
criminal), N° ID LegalPublishing: la medida que la exigencia de selec-
18488). cionar el medio "menos enérgico" se
debe entender referida, en cualquier
La necesidad racional del medio caso, a uno que permita "defenderse
se evalúa objetivamente, atendiendo con éxito" ( C U R Y , 3 7 5 ) , lo que deja
a las características reales de la agre- un margen de apreciación, desde una
sión sufrida, y no a las característi- perspectiva racional, debiendo des-
cas imaginadas por el autor, en su cartarse sólo las asunciones irraciona-
alteración anímica por mucho que, les (justamente las que corresponden
si las cosas hubieran sido como él se a "situaciones imaginarias que, en
las imaginó, el medio que escogió su excitación, puedan inducirlo [al
habría sido racionalmente necesario agredido] a actuar de una determi-
( C U R Y 3 7 5 ) . Sin embargo, la nece- nada manera"; C U R Y , ibídem). Todo
sidad racional de la defensa debe ello parece muy bien expresado por
afirmarse, aun si más tarde (después N O V O A , cuando argumenta que "la

de que la reacción defensiva ya se racionalidad ha de ser apreciada se-


produjo) se comprobó que las cosas gún la reacción que un sujeto razo-
eran distintas de lo que parecían, si nable habría tenido en el momento
"la producción del daño inmediato, mismo de la agresión y no conforme
o en un momento posterior {peligro a lo que a posteriori pueda lucubrar-
continuado), aparece tan probable se en la apacible tranquilidad de un
que, razonablemente, hay que adop- gabinete" N O V O A , I, 3 4 3 ) .
tar en seguida las medidas precisas
para la protección del bien jurídico La falta de necesidad racional
amenazado" (en ese sentido, P O L I - del medio empleado se considera
TOFF, 286, recurriendo por excep- como un exceso intensivo en la legí-
ción a "una consideración objetiva tima defensa, y constituye una legí-
ex ante" —pese a que, ¡a diferencia de tima defensa incompleta (v. infra,
C U R Y ! - defiende por regla general un "Exceso en la legítima defensa...").
criterio objetivo ex post para decidir
la realidad de la agresión, cfr. infra, iii) Falta de provocación suficien-
"El error en los presupuestos fácti- te por parte del que se defiende
cos..."). Por lo demás, también en
el planteamiento de C U R Y puede en- Con este requisito se quiere de-
contrarse base para una matización jar fuera del ámbito de la legítima
219
ART. 10 N° 4 CÓDIGO PENAL COMENTADO

defensa a quien, siendo objeto de requisitos), caso en que el provoca-


una agresión ilegítima, con su con- dor-agresor ni siquiera queda ampa-
ducta ha provocado suficientemente rado por una atenuante de legítima
dicha agresión. Pero la provocación defensa incompleta. En ese sentido,
a la que aquí se alude no es, a su es provocación sólo la conducta que
vez, agresión en el sentido de la le- hace "explicable, natural" la agre-
gítima defensa ( N O V O A , I , 3 4 7 - 3 4 8 ; sión de quien es provocado, no la
v. también, en detalle, C O U S I Ñ O , I I , que la convierte en legítima37. Es
2 9 2 - 2 9 4 ; cfr., en cambio, precisa- cierto, sin embargo, que la provoca-
mente haciendo esa identificación, ción, aun cuando califique de agre-
erróneamente en mi opinión, OR- sión (ilegítima), no necesariamente
T I Z M U Ñ O Z , 1 2 6 - 1 2 8 ) es decir, con excluirá aquel primer requisito de
este tercer requisito de la legítima la legítima defensa (sólo excluirá el
defensa no se trata de dejar fuera tercero), si por ej., la defensa-agresión
del ámbito de la justificante a quien desplegada por el primer agredido
está, él primero, agrediendo (ilegí- se vuelve, pese a todo, ilegítima, por
timamente) a quien en seguida lo incurrir éste en un exceso intensivo-,
agredirá a él, pues, en general, en tal pero lo que importa es que, para ca-
caso aquel primer agresor (que no se- lificar como un acto de provocación,
ría un simple provocador) ya quedará la conducta del que se defiende no
fuera del ámbito de la legítima de- tiene por qué llegar al punto de ser
fensa, por faltar el primer requisito una agresión ilegítima.
y fundamental de esta justificante:
una agresión ilegítima., si, en efecto, Fuera de ello, con razón des-
su primera agresión "provoca" a su carta C O U S I Ñ O , I I , 295-302 que
vez, de parte del primer agredido, constituya una mera provocación la
una agresión legítima, amparada en denominada "provocación intencio-
la legítima defensa (en caso de que nal", es decir, la conducta de quien
concurran a favor de éste los demás deliberadamente "provoca" la agre-

EN un sentido similar, ETCHEBERRY, I, 2 5 7 , quien sin embargo, al decir "no es preciso


que la provocación llegue a hacer legítima la agresión" induce a error, pues el caso es
que la provocación no puede ser de tal naturaleza que haga legítima la agresión, caso en
que dejaría de ser "mera provocación", y se convertiría en agresión ilegítima, que, por
convertir en legítima a la defensa-agresión de su contradictor, deja al autor de aquella
fuera de la legítima defensa por faltar el primer requisito - n o el t e r c e r o - de la legítima
defensa.

220
JAIME COUSO ART. 10 N° 4

sión de otro, para prefigurar artifi- incompleta (v. infira, "Exceso en la


cialmente en su favor una supuesta legítima defensa..."), e incluso, si
situación de legítima defensa, que le con ello quiere alejar graves riesgos
permita dar muerte o herir impune- para su vida o integridad física, po-
mente a su agresor, pues en tal caso dría llegar a ser exculpado por inexi-
no hay defensa por parte del provo- gibilidadde otra conducta (POLITOFF,
cador intencional, sino pura agre- 2 8 5 ; en el mismo sentido, POLITOFF
sión antijurídica (y faltaría, incluso, / M A T U S , Comentario, 1 3 2 ; la ex-
la ilegitimidad de agresión desple- culpante de inexigibilidad, en tal
gada en su contra; v. COUSIÑO, II, caso, podría basarse en el Art. 10,
302). De modo que, en este caso, N ° 9 O ) .
tampoco concurre la atenuante de
legítima defensa incompleta a favor EL ELEMENTO SUBJETIVO DE LA
del "provocador intencional" que se LEGÍTIMA DEFENSA
defiende.
Aunque el asunto ha tenido, en
Es provocación suficiente la que general, un interés más bien teórico
"baste para explicar humanamente (ETCHEBERRY, I, 2 3 5 , no había iden-
el ataque que el provocado descarga tificado, hasta ese entonces, casos
en seguida sobre su provocador", sin jurisprudenciales en que se negara
llegar a justificarla, "sino solamente la legítima defensa por faltar este
a hacerla en parte excusable" (NO- elemento; lo propio señala NOVOA,
VOA, I, 347), lo que se aprecia, no I, 332), se discute si la justificante
en abstracto, sino en relación con la de legitima defensa exige un elemento
agresión de la que el provocador ter- subjetivo, es decir, en primer lugar,
minó siendo objeto (ibídem). Si no si la acción típica, objetivamente
llega a ser suficiente en ese sentido, necesaria para impedir o repeler una
la provocación de menor entidad e agresión ilegítima, necesita haber
importancia deja plenamente sub- sido ejecutada con conocimiento y
sistente la legítima defensa del "pro- voluntad de que justamente con ella
vocador". se está repeliendo una agresión y si,
en segundo lugar, debe además el
En todo caso, aun si se ha pro- autor tener una motivación defen-
vocado suficientemente la agresión, siva (un ánimo de defensa) —o exclu-
el provocador que se defiende de una sivamente defensiva-; la alternativa
agresión todavía ilegitima, cuenta sería admitir que también queden
con la atenuante de legítima defensa justificadas por legítima defensa, por
221
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

una parte, la conducta típica que ca- defenderse", pero sin llegar a exigirse
sualmente impide una agresión in- un "ánimo defensivo", sino cuando
minente, sin que el autor supiese de la Ley lo exige, como en la legítima
ella, y, por otra parte, la acción de- defensa de parientes ( C U R Y , 3 6 6 - 3 6 7 ;
fensiva motivada por resentimiento G A R R I D O , I I , 1 7 4 - 1 7 5 ; COUSIÑO, I I ,
o venganza por parte de quien, por 146, reproduciendo textualmente lo
ej., "tuvo la fortuna" de ser agredi- que ya planteara en C O U S I Ñ O , 2 6 -
do por su enemigo, encontrándose 3 3 ) . POLITOFF argumenta que, en
así con una oportunidad para saldar Chile, esta tesis finalmente condu-
cuentas impunemente. ce a los mismos resultados prácticos
que la primera concepción, pues, en
Una primera concepción, soste- primer lugar, en caso de que falte la
nida por ETCHEBERJRY, I , 2 3 4 - 2 3 7 y finalidad o voluntad defensiva no
2 5 0 - 2 5 1 ; POLITOFF, 2 6 1 y s s . ; v . t a m - cabe sino reconocer en el hecho una
bién ya N O V O A , I , 3 3 1 - 3 3 2 , y que tentativa inidónea (pues el autor ha
destaca que el legislador sólo en casos querido producir un resultado anti-
puntuales exige un elemento subjeti- jurídico, pero su intento estaba des-
vo en las justificantes (al descartar la de un principio destinado al fracaso,
justificación en la legítima eUfensa de pues, sin quererlo él, las circunstan-
terceros, del Art. 10, N° 6O, cuando la cias necesariamente lo llevan a pro-
motivación, en lugar de defensiva, es ducir un resultado aprobado por el
de "venganza, resentimiento u otro derecho) y, en segundo lugar, confor-
motivo ilegítimo") rechaza la exigen- me a la opinión ampliamente mayo-
cia, tanto de conocimiento, cuanto ritaria en Chile, la tentativa inidónea
de una motivación o "ánimo" defen- es impune ( P O L I T O F F , 2 7 4 - 2 7 6 ; en el
sivo, aceptando la justificación de la mismo sentido, POLITOFF / MATUS,
conducta que objetivamente produ- Comentario, 132; v. también, ya el
ce un estado aprobado por el derecho mismo POLITOFF, 1 9 9 6 , 2 6 y ss.; sin
(en este caso, la injusta agresión fue embargo, en la actualidad es a lo me-
repelida con un medio racionalmen- nos discutible que la impunidad de
te necesario). Frente a esa concepción la tentativa inidónea sea una cues-
se eleva la tesis que exige en el autor tión pacífica en Chile, v. MAÑALICH,
de la reacción defensiva, a lo menos, 161, inclinándose también por la
conocimiento y voluntad de que con conclusión de la tentativa inidónea,
ella efectivamente se está impidiendo pero advirtiendo precisamente que
o repeliendo la agresión, es decir, con su punibilidad "es aún una cuestión
"finalidad defensiva" o "voluntad de incierta").

222
JAIME COUSO ART. 10 N° 4

EXCESO EN LA LEGÍTIMA DEFENSA En cambio, tanto en el caso de


Y DEFENSA INCOMPLETA exceso intensivo (por falta de nece-
sidad racional del medio empleado
Como se dijo, la falta del re- para impedir o repeler la agresión),
quisito de la agresión ilegítima (sea a como en aquél en que quien se de-
causa de que no es real, sea porque fiende provocó suficientemente la
es remota o está agotada, sea por- agresión, sí cabe aplicar la atenuante
que no es ilegítima), es considera- de legítima defensa incompleta, de
da, con razón, como un obstáculo, conformidad con el Arts. 11, N° I o ,
no sólo para justificar la conducta, en relación con el Art. 10, N° 4 o , y,
sino incluso para reconocer la ate- normalmente, con el especial efecto
nuante de justificante incompleta atenuatorio del Art. 73.
(del Art. 11, N° 1, en relación con
el Art. 10, N° 4O, y el Art. 73), pues EL ERROR EN LOS PRESUPUESTOS
se trata de un requisito esencial, sin FÁCTICOS DE LA LEGÍTIMA DEFENSA.
el cual ni siquiera cabe hablar de LEGÍTIMA DEFENSA PUTATIVA
defensa (sin agresión, sencillamente
no hay defensa; en ese sentido, PO- Quien comete una acción típica
LITOFF, 288). Esta conclusión, que en reacción a lo que ante sus senti-
POLITOFF, 288, así como POLITOFF dos se presenta como una agresión
/ M A T U S , Comentario, 1 3 3 , expre- inminente, para luego descubrir
samente extienden al caso del exceso que, en realidad, la agresión no era
extensivo, parece ser rechazada, en real sino sólo aparente, no está, en
cambio, para tal hipótesis, por GA- principio, amparado por la legítima
RRIDO, I I , 1 5 1 , 1 5 3 , 1 6 8 , quien, no defensa, sino que actúa bajo una de-
obstante admitir que la agresión es fensa putativa, debida a su error so-
"requisito substancial" de la legíti- bre la concurrencia de un presupuesto
ma defensa, sin la cual no puede ha- fáctico de la legítima defensa, en ese
ber justificación incompleta, afirma caso precisamente el presupuesto:
que la "defensa" efectuada en exceso agresión ilegítima (real). Sin embar-
extensivo puede constituir una ate- go, se ha discutido, a propósito de la
nuante de justificante incompleta exigencia de que la agresión sea real,
(entendiendo, al parecer, que en tal cuál es el criterio para decidir si se
caso sí se está ante una verdadera puede tener por real lo que, en sus
agresión, sólo que ya había pasado apariencias, se presentaba como una
al momento de la defensa; v. G A R R I - agresión. POLITOFF, 286, aboga, en
DO, I I , 1 5 1 - 1 5 2 , 1 8 0 ) . principio, por un criterio objetivo
223
ART. 10 N ° 4 C Ó D I G O PENAL COMENTADO

ex post, más coherente con la natu- su parte, al rechazar, sin ningún gé-
raleza objetiva del juicio de ilicitud-, nero de distinciones, la justificación
conforme a tal criterio -habría que cuando "hay sólo una apariencia de
concluir- la cuestión se decide una agresión" (ETCHEBERRY, I , 2 5 3 ; cfr.,
vez que el hecho ya se produjo, con siguiéndolo, GARRIDO, I I , 1 7 0 ) , pa-
todos los elementos de juicio dispo- rece apegarse a una consideración
nibles por el tribunal, incluso los que objetiva ex post. CURY, por último,
el autor ex ante no podría haber co- aboga abiertamente por emplear un
nocido; sin embargo, como se vio al criterio objetivo ex ante-, "[l]a agre-
tratar sobre la necesidad racional del sión ha de ser real, esto es, ha de
medio), POLITOFF admite que debe existir como tal según una conside-
emplearse una perspectiva objetiva ración ex-ante, es decir, teniendo en
ex ante para resolver si las medidas cuenta lo que para el autor aparecía
defensivas adoptadas eran racional- como tal en el momento de deci-
mente necesarias, lo que debería lle- dirse a defenderse, atendida su po-
var, entonces, a tomar en cuenta los sición en el contexto de los hechos y
elementos de juicio con que el au- los conocimientos de que disponía
tor contaba, y que razonablemente sobre la situación", pero " [qjuien
también habrían sido determinantes reacciona frente a una agresión que
para cualquier otro en su lugar, por desde dicho punto de vista no puede
más que las cosas se descubran, más ser sino apreciada como imaginaria
tarde, distintas a como objetivamen- o aparente, no actúa justificado por
te (el juicio es objetivo ex ante, no legítima defensa" (CURY 3 7 3 ) 3 8 .
subjetivo ex ante) aparentaban serlo
(si bien esta matización la introduce A nivel de la jurisprudencia, la
POLITOFF para decidir la necesidad Corte Suprema tuvo oportunidad de
racional del medio, y no explícita- pronunciarse sobre la cuestión explí-
mente para decidir la realidad de la citamente en 1998 (sentencia de la
agresión -cuestiones en principio Corte Suprema, Rol N° 1.338-98, de
separables—, en la práctica lo hace 4 agosto de 1998 (sentencia de casa-
de una forma que envuelve a las ción en el fondo y de reemplazo), el
dos cuestiones). ETCHEBERRY, por Carlos Castro Muñoz, redactada por

Criterio que, sin embargo, contrasta notablemente con el que el propio C U R Y emplea
como redactor de un conocido fallo de la Corte Suprema sobre la materia (v. infra, en
el texto principal).

224
JAIME COUSO ART. ION» 4

el Ministro Enrique CURY), negan- dir la realidad de la agresión para el


do que constituya una agresión real tribunal se traducía en la diferencia
la que "fue sólo aparente", por más entre justificar su conducta o sólo
que el error en que esa apariencia exculparla, lo que no tenía diferen-
se fiinda fuese invencible, como se cias respecto de la punibilidad de la
le consideró en la misma sentencia, misma, pero sí podría tenerla para
pues "la efectividad de la agresión otros efectos (por ej., la tendría para
esto es, su realidad se ha de juzgar afirmar de la ilicitud de esa prime-
objetivamente, vale decir, con inde- ra conducta activa, y de ese modo
pendencia del conocimiento que los fundamentar la existencia de una
intervinientes tienen o pueden te- posición de garante por injerencia,
ner de la situación" (en este caso, la que no se daría en cambio —según
agresión se consideró sólo aparente, el propio CURY 68339— si la acción
pues "el arma empleada por Valle- previa creadora del peligro se consi-
jos para amenazar al hijo de Castro deraba justificada, luego, era lícita).
se encontraba con el seguro puesto
y, en esas condiciones, no podía ser Con independencia de la cues-
disparada ni, en consecuencia, he- tión del criterio que deba emplearse
rir o matar"). En todo caso, en esta para apreciar la realidad de la agre-
misma decisión, al autor se le excul- sión, o, mirado desde otro punto de
pó por su acción típica y antijurídica vista, para decidir si estamos ante una
(no se justificó), precisamente por auténtica legítima defensa o ante una
considerarse a su error "invencible", defensa putativa, también se discute
lo que demuestra que la diferencia cuál es el efecto de la defensa pu-
entre emplear un criterio objetivo ex tativa, es decir, de la que no justifica
posty uno objetivo ex ante para deci- la conducta por haber reaccionado

Punto de vista que se aparta, con todo, del que sigue la sentencia que se comenta,
para la cual, es suficiente, para tener que responder por el actuar precedente creador
del peligro —en este caso, por homicidio por omisión—, si "quien ejecuta un acto no
culpable —e, incluso, justificado- sabe que su conducta es, en general, injusta (reprobada
por el derecho, anormal), y que sólo a causa de circunstancias especiales se encuentra
disculpada - c o m o en el caso de autos- o justificada -supuesto que concurriera, cosa
que aquí no ocurre, una auténtica causal de justificación-" (Considerando 18 o de la
sentencia de reemplazo), dejando a salvo entonces la posibilidad de que, quien realmente
actuó bajo legítima defensa, de todos modos responda por homicidio por omisión, lo
que, en mi opinión, no se justifica.

225
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

frente a lo que no era una agresión moderada de la culpabilidad, que ac-


real, sino una aparente. En Chile, tualmente parece gozar de un amplio
fundamentalmente dos soluciones respaldo (que también se expresó en
han sido defendidas, cada una apo- la postura prácticamente unánime
yada en una concepción sistemática del Foro Penal al aprobar el Art. 3O
distinta. Así, mientras para la teoría del Anteproyecto de C P del 2 0 0 5 4 0 )
extrema de la culpabilidad el error so- esa especie de error en todo caso
bre la concurrencia de los presupues- hace desaparecer el dolo, y conduce
tos fácticos de la legítima defensa (y por ello a la impunidad, si el error
de cualquier causa de justificación, es invencible, o a castigar sólo por
en general) no afecta en nada al ca- un cuasidelito si el error es vencible
rácter doloso de la conducta (que y, para la figura típica de que se tra-
se ha examinado en un estadio pre- ta, la Ley sanciona expresamente la
vio, al decidir la tipicidad subjetiva), forma culposa -exigencia que se des-
sino que sólo excluye la culpabilidad prende del Art. 1 0 , N ° 1 3 - (NOVOA,
—cuando es un error invencible— o I , 5 4 1 , 5 5 1 - 5 5 2 ; en lo esencial, en el
apenas la atenúa, dejando plena- mismo sentido, ETCHEBERRY, I, 2 5 3 ,
mente subsistente el castigo a títu- 3 3 9 ; POLITOFF, 4 4 4 - 4 4 5 ; MAÑALICH,
lo de dolo —si es un error vencible— 145, 157, 159-160; en los resultados
(GARRIDO, I I , 305-309, rechazando también es similar, actualmente, el
la teoría limitada de la culpabilidad punto de vista de CURY, 4 4 4 y 4 4 8 ,
en n. 306, y defendiendo la teoría acogiendo la variante denominada
extrema, y fundando la atenuación "teoría de la culpabilidad que remi-
de pena directamente en el Art. 11, te a las consecuencias jurídicas", y
N° I o ; también acoge esta versión de apartándose de la teoría extrema de
la teoría de la culpabilidad NAQUIRA, la culpabilidad que había defendido
409 y ss.), para la teoría limitada o en ediciones anteriores de su obra).

40 V. "Materiales de Discusión presentados a la Comisión Foro Penal, Parte General",


Polít. crim. N° 1, D2, p. 1-223. El texto del Art. 3 o del Anteproyecto de CP de 2005,
aprobado por el Foro Penal es el siguiente:
"Art. 3o. El error sobre la concurrencia en el hecho de un elemento integrante de la
descripción legal del delito excluye el dolo respecto del mismo. Si el error es evitable,
el hecho se sancionará a título de imprudencia, si procede.
"Lo dispuesto en el inciso anterior se aplicará también al error sobre la concurrencia
de un presupuesto de las causas de justificación de la conducta.
"Las circunstancias desconocidas por el sujeto no se considerarán para agravar o calificar
su responsabilidad penal, pero sí para atenuarla o privilegiarla".

226
JAIME COUSO ART. 10 N°s. 5 - 6

Artículo 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]
5. El que obra en defensa de la persona o derechos de su cón-
yuge, de sus parientes consanguíneos legítimos en toda la línea
recta y en la colateral hasta el cuarto grado inclusive, de sus afines
legítimos en toda la línea recta y en la colateral hasta el segundo
grado inclusive, de sus padres o hijos naturales o ilegítimos recono-
cidos, siempre que concurran la primera y segunda circunstancias
prescritas en el número anterior, y la de que, en caso de haber pre-
cedido provocación de parte del acometido, no tuviere participa-
ción en ella el defensor.
6. El que obra en defensa de la persona y derechos de un ex-
traño, siempre que concurran las circunstancias expresadas en el
número anterior y la de que el defensor no sea impulsado por ven-
ganza, resentimiento u otro motivo ilegítimo.
Se presumirá legalmente que concurren las circunstancias pre-
vistas en este número y en los números 4. y 5. precedentes, cual-
quiera que sea el daño que se ocasione al agresor, respecto de aquel
que rechaza el escalamiento en los términos indicados en el núme-
ro 1. del artículo 440 de este Código, en una casa, departamento
u oficina habitados, o en sus dependencias, o, si es de noche, en
un local comercial o industrial y del que impida o trate de impedir
la consumación de los delitos señalados en los artículos 141, 142,
361, 362, 365 bis, 390, 391, 4 3 3 y 4 3 6 de este Código.
BIBLIOGRAFÍA: POLITOFF, SERGIO / MATUS, JEAN PIERRE: " C o m e n t a r i o al A r t . 1 0 , NOS 4 O a 7 O " , en
POUTOFF / ORTIZ, C o m e n t a r i o , p p . 1 2 7 - 1 4 4

COMENTARIO

Jaime Couso

GÉNESIS Y MODIFICACIONES español (FUENSALIDA, I , 56), pero


el segundo párrafo del numeral 6o
Ambos numerales también (traído, con modificaciones, como
fueron tomados del Art. 8O del CP se verá, del primitivo numeral 4O)
227
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

se tomó del CP belga (GARRIDO, falte en este caso una referencia ex-
II, 179). El numeral 6 o ha sido presa de la Ley en tal sentido, de
modificada en dos oportunidades: todos modos debe entenderse tam-
en 1992, la Ley N° 19.164 (de 2 bién aquí (como, por expresa dis-
de septiembre de 1992), agregó a posición de la ley, ocurre en el caso
dicho numeral su actual párrafo de la legítima defensa propia) que
segundo, que regula la legítima de- la provocación previa sólo excluye
fensa privilegiada (y que la misma la posibilidad de invocar legítima
Ley eliminó del numeral 4 o ), de defensa si es suficiente, de modo
modo de hacer extensible el privi- que no cualquier provocación priva
legio a las tres hipótesis de legíti- al tercero de la posibilidad de de-
ma defensa: propia, de parientes y fender legítimamente al agredido,
de terceros; y, posteriormente, en pues la misma razón se da aquí que
2008, la Ley N° 20. 253 (de 14 de en el caso de la legítima defensa
marzo de 2008) lo modificó para propia (POLITOFF / MATUS, Comen-
incluir, dentro del listado de deli- tario, 138).
tos cuyo impedimento queda cu-
bierto por el privilegio, los abusos Si bien la referencia a las for-
sexuales calificados del Art 365 bis mas y grados de parentesco a que
(adecuando, además, las antiguas hace referencia el numeral 5o no
referencias a la violación y a la vio- fue modificada expresamente por
lación sodo mítica a la nueva siste- la Ley N° 19.585 (de 26 de octu-
mática de los delitos sexuales). bre de 1998), que derogó la dis-
tinción entre filiación legítima e
LEGÍTIMA DEFENSA DE TERCEROS: ilegítima, dado el alcance general
PARIENTES Y EXTRAÑOS de esa modificación, tácitamente
también alcanza a la legítima de-
En principio, los mismos re- fensa de parientes, que cubre en-
quisitos establecidos para la legíti- tonces, a la defensa de: el cónyuge,
ma defensa propia rigen para la de los parientes consanguíneos en la
terceros, sean parientes (numeral línea recta y en la colateral hasta el
5 o ) o extraños (numeral 6 o ), inclu- cuarto grado inclusive, los parien-
so la exigencia de que a la agresión tes afines en toda la línea recta y en
no haya precedido provocación por la colateral hasta el segundo grado
parte del defensor, quien en este inclusive, y los hijos (correctamen-
caso, sin embargo, no es el mismo te hacen valer para la legítima de-
que el agredido; además, aunque fensa la modificación de las reglas
228
ART. 10 N° 6
JAIME COUSO

del parentesco P O L I T O F F / MATUS, La jurisprudencia ha sosteni-


Comentario, 138 41 ). do, en este sentido, que para re-
solver que en una situación dada
En el caso de la defensa de ex- no concurre este requisito de la le-
traños, la Ley excluye la legitimi- gítima defensa, establecido por el
dad de la defensa cuando el autor N° 6 o del Art. 10 del Código Pe-
obra impulsado por "motivos ile- nal, es preciso entender acreditado
gítimos", como la venganza y el que el único motivo que empujó
resentimiento, elemento subjetivo al sujeto a actuar defensivamente
referido a los móviles del autor de fue el "resentimiento" o la "ven-
la defensa que es objeto de críti- ganza"; en cambio, si el procesado
ca (CURY, 376; POLITOFF, 290), obró también, y primordialmente,
pero que no parece tener impor- porque conociendo la agresión ile-
tancia práctica (en general, sobre gítima dirigida en contra del terce-
la irrelevancia práctica, a nivel de ro, tenía la voluntad de intervenir
la jurisprudencia, de la exigencia para hacerla fracasar, hay que ne-
de elementos subjetivos de la le- gar que su conducta haya sido "im-
gítima defensa, v. supra, Art. 10, pulsada" por el motivo ilegítimo y
N° 4 o ). En todo caso, como con tiene que concederse la justificante
razón advierten P O L I T O F F / M A T U S , (sentencia de la Corte Suprema,
Comentario, 140), la referencia a Rol N° 3898-2002, de 27 de julio
este tipo de móviles sólo conduce de 2004, contra Ricardo Figueroa
a negar la legítima defensa cuando Martínez (Casación en la Forma
el autor haya obrado impulsado criminal), N° ID LegalPublishing:
exclusivamente por esas motiva- 30579).
ciones y no simplemente, cuando,
además de un genuino interés en Fuera de ello, ETCHEBERRY ad-
salvar al agredido, el autor ali- vierte que el tercero cuyos derechos
mente, adicionalmente, venganza, se puede legítimamente defender,
resentimiento u otra motivación si bien debe ser un titular concreto,
"ilegítima". de modo que no cabe defender bie-

Pero es errónea la referencia, por parte de los autores, a la consanguinidad sólo hasta el
segundo grado - s i e n d o que la regla la abarca hasta el cuarto g r a d o - y parece preferible
hacer expresa mención de los hijos, y no simplemente de los parientes consanguíneos
"en toda la línea recta", para dejar en claro que se incluye también a los adoptivos -y
no sólo los hijos ligados por vínculo de consanguinidad.

229
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

nes comunes (como la fe pública), sunción simplemente legal (que ad-


que justamente no tienen un titular mite prueba en contrario) de con-
determinado, perfectamente puede currencia de las circunstancias de
tratarse de una persona jurídica (ET- la legítima defensa genera, a lo me-
CHEBERRY, I, 258, quien en este lu- nos, dos discusiones. La primera
gar también argumenta que cabe la discusión se refiere a los requisitos
defensa de un "tercero" en contra de específicos de cada una de las tres
sí mismo, si se trata de un caso de situaciones cubiertas por el privile-
autoagresión que no se refiera a bie- gio, en particular, si acaso, la terce-
nes jurídicos disponibles, cuestión, ra de esas situaciones (la de quien
en mi opinión, francamente dudo- impide o procura impedir alguno
sa, pues en tal caso por definición de los delitos listados por la dispo-
no puede conferirse prima facie, sición) también está sujeta a la
como lo supone la estructura de la condición de que ello ocurra de
legítima defensa, mayor valor a los noche (como lo suponen GARRIDO,
intereses del injustamente agredi- I I , 1 6 7 ; P O L I T O F F , 2 9 2 ; POLITOFF /
do que a los del injusto agresor y, MATUS, Comentario, 136; POLI-
por el contrario, debe partirse de la TOFF / M A T U S / RAMÍREZ, P G , 2 2 6 ) ,
base del mayor peso de los intere- o si acaso la referencia a la noctur-
ses que el afectado, en el uso de su nidad se entiende formulada sólo
autonomía, prioriza, por sobre los para la segunda de aquellas situa-
que él mismo ha elegido sacrificar, ciones (la de rechazar el escala-
lo que relega la legitimidad de una miento en locales comerciales o
intervención paternalista a casos ex- industriales), mientras que la terce-
tremos, en los datos objetivos hagan ra se encuentra cubierta sin restric-
dudar de que la autoagresión refleje ción respecto del horario en que se
una decisión autónoma). impida la comisión de tales delitos
(como lo sostienen ETCHEBERRY, I,
LEGÍTIMA DEFENSA PRIVILEGIADA 259 y n. 1; C U R Y , 3 7 7 ; a quienes
en mi opinión da la razón el tenor
Tras la modificación sufrida literal de la disposición y también
por la regulación de la legítima de- su sentido -¿en qué puede cambiar
fensa en 1992 la legítima defensa las cosas que se impida una viola-
privilegiada puede ser invocada ción o un homicidio de día en vez
para las tres especies de defensa le- de por la noche?, el asunto aquí no
gitimada por el CP: la propia, la de parece ser que la noche hace más
parientes y la de extraños. La pre- difícil estimar el peligro, como en

230
JAIME COUSO ART. 10 N°s. 5 - 6

el caso del escalamiento, sino que lamiento o la comisión de uno de


la urgencia del objetivo impide cal- los delitos que se quiso impedir, y
cular y decidir racionalmente la in- exigir la prueba de que hubo una
tensidad de la defensa necesaria-). agresión ilegítima, no se justifica,
La segunda discusión se refiere a pues es perfectamente posible exi-
qué exactamente es lo que se presu- gir sólo lo primero, presumiendo,
me concurrente: si acaso todos los por ej., que el escalamiento no es-
requisitos de la legítima defensa taba justificado, presunción que,
(así, G A R R I D O , I I , 1 7 6 , si bien des- sin embargo, luego podría vencerse
tacando que debe comprobarse el demostrando que quien escaló lo
presupuesto fáctico de la aplicación hizo en estado de necesidad justifi-
de la presunción, a saber, que efec- cante o en ejercicio legítimo de un
tivamente hubo un escalamiento o derecho (así lo sugiere G A R R I D O ,
si se estaba ejecutando uno de los II, 176). En segundo lugar, tras la
delitos que la defensa estuvo dirigi- reforma de 1992, el argumento ad
da a impedir), si a todos menos a la absurdum de C U R Y , P G , 377, con-
existencia de una agresión ilegítima forme al cual la presunción de la
(así, E T C H E B E R R Y , I , 2 6 0 , para ilegitimidad de la agresión podría
quien precisamente la exigencia llevar "[a]l absurdo de afirmar que
que haya escalamiento o la ejecu- obra en legítima defensa el que,
ción de alguno de aquellos delitos con el objeto de evitar su propia
equivale a la exigencia de agresión captura, da muerte al policía que
ilegítima, cuya existencia ya no se premunido de orden judicial com-
estaría presumiendo; en el mismo petente, descerraja la puerta de la
sentido, P O L I T O F F / M A T U S , Co- casa en que se ha refugiado para
mentario, 135) o si sólo a la necesi- huir de la justicia y de la que se
dad racional de la reacción defensiva niega a salir" no actualmente tiene
(así, C U R Y , 2 6 1 , interpretando de aplicación, pues la presunción sim-
tal modo la referencia legal a que la plemente legal (si algo quedó en cla-
presunción opera "cualquiera que ro después de 1992 es que no se
sea el daño que se ocasione al agre- trata de una presunción de derecho,
sor). En mi opinión, en primer lu- caso en el que el argumento de
gar, la identificación propuesta por C U R Y tendría plena validez) de ile-
ETCHEBERRY (casi como una cues- gitimidad de la agresión, deja per-
tión de estructura lógica de la nor- fectamente a salvo la posibilidad
ma, v. E T C H E B E R R Y , I , 2 6 0 ) entre de que, con los antecedentes que
exigir la prueba de que hubo esca- proporcione el fiscal, se supere la

231
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

presunción con cualquier eviden- tamente un escalamiento en su


cia convincente de que el escala- casa, que él pruebe positivamente
miento era legítimo (lo que podría que el escalador no estaba actuan-
ocurrir ya en la audiencia de for- do ilegítimamente y que él, por su
malización y de solicitud de medi- parte, no provocó la agresión sufi-
das cautelares si, en el ejemplo pro- cientemente?; ¿y cabría condenarlo
puesto por C U R Y , el fiscal acompaña si no demuestra que no contaba
copia de la orden de detención o con otro medio menos perjudicial,
de registro). Así las cosas, tendría que convirtiese en racionalmente
razón G A R R I D O , II, 1 7 8 - 1 7 9 , cuan- innecesario el que él empleó? Por
do entiende que la disposición otra parte, si el privilegio no parece
conduce a justificar la conducta de hacer diferencia en ese sentido (con
quien rechaza un escalamiento o la o sin él, es la acusación la de que
comisión de los delitos, por medio debe probar los hechos que alega),
de una acción típica, si la acusación tampoco es claro que la haga para
no logra comprobar que el escala- mejorar la posición del autor fren-
miento (o la comisión del hecho te a la evidencia que la acusación
típico —si por ejemplo, el homici- logre reunir para comprobar que la
dio impedido se estaba a punto de agresión no era ilegítima o que el
cometer en legítima defensa—) es- medio no era racionalmente nece-
taba justificado, o que el medio sario: si se compara la situación de
empleado no era, a fin de cuentas, quien rechaza con un disparo ho-
racionalmente necesario, o que el micida el escalamiento efectuado
autor, en realidad, sí había provo- de día por un desconocido en su
cado de modo suficiente la agresión. oficina (situación cubierta por el
La duda, en este caso (lejos de los privilegio) con la situación de
temores de C U R Y de que el privile- quien rechaza con un disparo ho-
gio podría resultar excesivo), es si micida el escalamiento efectuado
acaso tiene algún efecto (el propio de día por un desconocido en su
C U R Y , 3 7 7 , advierte la cuestión, local comercial (situación no cu-
que vincula a la introducción de la bierta con el privilegio), el Minis-
presunción de inocencia por el CPP, terio Público, respecto de ambos,
específicamente respecto del requi- con un sencillo análisis del contex-
sito de necesidad racional del me- to en que se produjo el hecho y la
dio); pues, aun sin la existencia de verificación de que el autor conta-
la legítima defensa privilegiada, ¿ca- ba con más municiones, puede
bría exigir a quien rechaza violen- convincentemente argumentar y

232
JAIME COUSO ART. 10 N°s. 5 - 6

demostrar que un primer disparo porque la CPR ampara la vida de


de advertencia, omitido en este todos, también del delincuente).
caso, era un medio suficiente para Una alternativa a esa interpreta-
intentar repeler el escalamiento, de ción (que no parece del todo defe-
modo que no era racionalmente rente con la decisión legislativa de
necesario disparar al cuerpo en pri- zanjar la duda que antes existía so-
mer lugar; en el primer caso está bre la naturaleza de la presunción,
venciendo la presunción simple- resolviendo que justamente se trata
mente legal; en el segundo caso de una presunción simplemente le-
está cumpliendo con su tarea de gal), es entender que la presunción
probar los hechos en que se funda de legitimidad de la defensa, orien-
la acusación. El privilegio, en esa tada como estuvo a facilitar la de-
comparación, tiende a desvanecer- fensa de quien se encuentra en si-
se. Acaso por esa ineficacia práctica tuaciones que paradigmáticamente
a que conduce la decisión legislati- (para el observador medio) son
va (de 1992) de convertir el privi- consideradas agresivas y necesita-
legio en una presunción simple- das, para ser eficaces, de una rápida
mente legal, pero también apoyados reacción (en ese sentido, E T C H E B E -
en la referencia expresa de la dispo- RRY, I, 260), objetivamente tiene el
sición a que la presunción rige sentido de decidir la cuestión de la
"cualquiera que sea el daño que se ilegitimidad de la agresión y de la
ocasione al defensor", E T C H E B E R R Y , necesidad del medio de defensa,
I, 2 6 0 y n. 1 y GARRIDO, I I , 178- desde una perspectiva objetiva ex
179) entienden que, precisamente ante algo particular: la decisión de
en lo que respecta a la necesidad ra- si la agresión era ilegítima y de si el
cional el medio, la presunción opera medio empleado era racionalmente
virtualmente como una presunción necesario se debe resolver con los
de derecho, pues, en definitiva, "no elementos de juicio que tenía el au-
se exige el requisito de la necesi- tor, valorados por un observador
dad racional del medio empleado, racional, pero que cuenta con una
ni cabe plantearse el problema del autorización expresa del legislador
exceso en la defensa: ésta nunca para intentar una defensa eficaz y
será excesiva" ( E T C H E B E R R Y , I , 2 6 0 oportuna si no caben dudas sobre
y n. 1 - l a negrilla está en el origi- los presupuestos de hecho exigidos
nal-, citando a G A R R I D O en el mis- por la disposición, en cada una de
mo sentido, quien sin embargo, las tres situaciones abarcadas por el
critica la decisión del legislador, privilegio.

233
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

A r t í c u l o 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]
7. El que para evitar un mal ejecuta un hecho que produzca
daño en la propiedad ajena, siempre que concurran las circunstan-
cias siguientes:
I a . Realidad o peligro inminente del mal que se trata de evitar.
2 a . Q u e sea mayor que el causado para evitarlo.
3 a . Q u e no haya otro medio practicable y menos perjudicial
para impedirlo.
BIBLIOGRAFÍA: TALA JAPAZ, Alberto (1987), "La estructura objetiva del injusto aplicada al
estado de necesidad", en Revista Chilena de Derecho, Vol. 14, 1 9 8 7 .

COMENTARIO

Jaime Couso

GENERALIDADES. FUNDAMENTO necesidad exculpante —reconociéndose


Y RELACIÓN CON E L A R T . 1 0 , N ° 1 1 , una justificante cuando se causa un
Y NECESIDAD DE UNA REVISIÓN M O N O - mal menor y, en su caso, una excul-
GRÁFICA DE LA MATERIA pante, cuando se causa un mal igual
o mayor que el que se evita-, eximente
Como fundamento del estado de que, hasta hace poco, no tenía consa-
necesidad justificante se suele invocar, gración expresa en nuestra legislación,
al igual que respecto de la legítima si bien la posibilidad de considerar su
defensa, el principio del interés prepon- efecto exculpante se admitía dentro
derante que legitima su preservación, del ámbito del numeral 9o del Art. 10
en este caso, por medio de la produc- (fuerza moral irresistible o miedo in-
ción de un mal menor (ETCHEBERRY, I, superable). Con la reciente introduc-
249; C U R Y , 372, 377). El tratamiento ción, por la Ley N° 20.480 (de 12 de
doctrinario del estado de necesidad jus- diciembre de 2010), en el numeral 11
tificante ha estado cruzado por lo aco- del Art. 10, de una eximente estado de
tado de su ámbito de aplicación (sólo necesidad mucho más amplia que la
permite sacrificar la propiedad o la in- del numeral 7 o , y cuya naturaleza no
violabilidad de la morada), así como está clara (¿sólo exculpante o en parte
por su comparación con el estado de justificante?: dado que el Art. 10 no

234
JAIME COUSO ART. ION"7

distingue vaxxz justificantes y exculpan- del interés de un tratamiento separado


tes, y que materialmente hay razones de la eximente del Art. 10, N° 7 o .
para considerar justificadas conductas
que exceden de los límites del nume- Con todo, y dado que aún no
ral 7 o , no puede descartarse tratar a la contamos con el necesario desarrollo
eximente del numeral 11 como justi- doctrinario y jurisprudencial de este
ficante cuando el mal causado es me- nuevo capítulo del tratamiento legis-
nor que el evitado, pero distinto de los lativo de las eximentes, y de las rela-
que quedan abarcados por el numeral ciones entre justificantes y exculpantes,
7 o ), el tratamiento de los contornos es obligada siquiera una mención sin-
del estado de necesidad del numeral 7o tética a las cuestiones que tradicional-
en buena medida pierde importancia mente ha planteado la interpretación
práctica y exige un tratamiento unita- del numeral 7o del Art. 10 (se sigue, en
rio con los del numeral 1 I o , lo que, lo fundamental, el esquema propues-
sin embargo, excede de las posibilida- to por la obra de CURY, 378-381).
des de esta obra. Por ejemplo, ¿tiene
sentido seguir planteando la cuestión LA SITUACIÓN DE NECESIDAD
de los bienes sacrificables y de la pro-
porcionalidad en los mismos términos El mal que se debe buscar evitar,
que hasta ahora si, aun cuando se le- para que sea aplicable la justificante,
sione bienes distintos de la propiedad es definido en términos de "un peligro
y la inviolabilidad de la morada, e in- para un bien jurídicamente reconoci-
cluso si el mal causado es ligeramente do y protegido" (ETCHEBERRY, I , 2 6 4 ;
superior que el evitado, la exención de similar, CURY, 3 7 8 ; por su parte, G A -
responsabilidad criminal es perfecta- RRIDO, II, 1 8 3 , lo ve como un peligro
mente factible? (en el primer caso, es para una persona o sus derechos, lo que
argumentable, por estar justificada la parece restringir la noción más allá de
conducta; mientras que en el segun- lo deseable, pues parece cerrar la puer-
do, por falta de culpabilidad de su au- ta a la protección de intereses colec-
tor42), es una pregunta que hace dudar tivos o bienes de uso común, siendo

Si bien incluso es argumentable la desaparición de la "antijuridicidad penar (y no


simplemente de la culpabilidad) en el segundo caso, especialmente si se trata de la
exención de responsabilidad penal, no de quien está amenazado personalmente por el
mal, sino del tercero (quien queda abarcado por la eximente en atención a circunstan-
cias objetivas, no a que lo afecte un "contexto motivacional anormal", de modo que
es francamente dudoso que esté afectado por una situación de menor culpabilidad).

235
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

que la disposición -con una redacción ducción de un daño en la propiedad


diversa de la de la legítima defensa— no ajena, si bien hay acuerdo en que con
parece cerrarla). Puede ser de origen ello se hace referencia a "todo bien de
natural (incluidos los ataques de los significación patrimonial" (ETCHEBE-
animales) o humano, como en el caso RRY, I, 264). La referencia al Art. 145,
en que el ilegítimamente agredido no que se considera normalmente como
se defiende en contra de su agresor, una suerte de extensión del estado de
sino que recurre a una acción salvado- necesidad justificante a los atentados
ra que provoca un mal en un tercero en contra de la inviolabilidad de la
(en su propiedad\ en este caso; v. CURY, morada, es materialmente correcta
378); el mal incluso podría provenir pero dogmáticamente imprecisa, en
de la misma persona que luego actúa la medida que los requisitos no apa-
por necesidad, siempre que la futura recen formulados de la misma forma
lesión de la propiedad ajena no haya (de hecho, son menos exigentes en el
estado abarcada por su dolo o su culpa Art. 145 que no exige expresamente
(CURY, 3 7 8 ) . subsidiariedad, en cambio, la propor-
cionalidad está implícitamente exi-
En cualquier caso debe tratarse gida por la gravedad del mal que se
de un mal real (actual o inminente; debe buscar evitar o por la importan-
v. GARRIDO, II, 185) pero, a diferen- cia de los intereses a los que se debe
cia del caso de la legítima defensa, pretender prestar algún auxilio).
no tiene por qué ser ilegítimo (ob-
viamente esa calificación sobra para Proporcionalidad
los hechos de la naturaleza). Tampo-
co exige la disposición que se trate La decisión de si el mal causado
de un mal grave (lo que ahora queda es -como lo exige la disposición-
más claro, por contraste con la exi- menor que el evitado se adopta, se-
gencia que en tal sentido sí plantea gún CURY, PG, 380 desde una pers-
el nuevo numeral 11 del Art. 10). pectiva jurídica (según la valoración
que el derecho hace de cada mal -o
EL SACRIFICIO NECESARIO del respectivo bien-), objetiva (sin
atender al valor subjetivo o personal
Bienes jurídicos susceptibles de ser de ciertos bienes o intereses para el
sacrificados autor) y relativa (considerando ob-
jetivamente el mayor valor de uso
Conforme al numeral 7o la ne- que, por ejemplo, un bien que re-
cesidad sólo puede justificar la pro- presenta toda la fortuna del afecta-

236
JAIME COUSO ART. 10 N°s. 5 - 6

do tiene en comparación con uno ELEMENTOS SUBJETIVOS DE LA


suntuario, pero con mayor valor de JUSTIFICANTE Y ESTADO DE NECESIDAD
cambio, para otro de los afectados; PUTATIVO
consideración, en mi opinión, dis-
cutible, si, sin necesidad de recurrir En relación con la exigencia o
al castigo penal de quien, por necesi- no de un elemento subjetivo, la dis-
dad, adopta la decisión de salvar un cusión doctrinaria a que se hizo refe-
bien propio por pura racionalidad rencia {supra, Art. 10, N° 4 o ) a pro-
económica, se admite jurídicamente pósito de la legítima defensa se aplica
la procedencia de la compensación también al estado de necesidad justi-
económica al tercero inocente, a ficante (v. supra, Art. 10, N° 4 o ), con
menos que con esta restricción se las mismas posturas defendiendo,
esté pensando precisamente en el respectivamente, la necesidad de una
valor subjetivo que para éste pueda finalidad, no ya defensiva, pero sí de
tener aquello que representa toda su evitación del mal (v., por ej., G A R R I -
fortuna, lo que sugiere que sí im- DO, II, 189; cfr. también, en detalle,
porta el valor subjetivo -reconocible TALA, 3 1 3 - 3 3 3 ) , y la suficiencia de
por el autor- que el tercero inocente una evitación objetiva del mal, por
atribuye a sus bienes, pero no el valor más que el autor de la acción típica
subjetivo que el autor atribuye a los (de daños o de violación de morada)
suyos -criterio que no deja de tener no haya estado consciente de estar
algún sentido, si se rechaza imponer cooperando "a la producción de un
un principio de absoluta solidaridad resultado querido por la ley" (ET-
colectiva con el acaso que recae en CHEBERRY, I , 237, si bien admitiendo
un individuo—). que en el caso del Art. 10, N° 7 o , el
argumento de texto a favor de la exi-
Subsidiariedad gencia de finalidad en el sentido de
la justificante -basado en la expre-
Cuando la Ley exige que no sión "[e]l que para evitar un mal"—
haya un medio practicable y me- parece ofrecer mejor base que el que
nos perjudicial para impedir el mal, se invoca para la legítima defensa-
debe entenderse que las posibilida- "[e]l que obra en defensa"-).
des meramente teóricas no privan
de la justificación a quien optó por Por su parte, la acción de quien
sacrificar un interés ajeno, si concre- erróneamente supone la existencia
tamente no podía disponer de ese de un mal inminente que no es tal
otro medio sólo accesible en teoría. actúa en estado de necesidad putativo
237
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

como consecuencia de un error sobre entre la justificación a efectos penales


los presupuestos fácticos de la concu- y a efectos civiles (la primera respon-
rrencia de la justificante de estado de a que un hecho no necesita o no
de necesidad, sometido a la misma merece ser prevenido por medio de
discusión y las mismas soluciones la utilización de la herramienta pe-
ya analizadas {supra, Art. 10, N° 4 o ) nal, lo que ciertamente no dice nada
para la legítima defensa putativa. sobre la procedencia de reparar civil-
mente el daño; de allí que pueda ha-
E F E C T O S CIVILES DEL ESTADO DE blarse —como ocurre en cierta doctri-
NECESIDAD na española y alemana— de causas de
exclusión de la antijuridicidad penal)
Frente a la concepción que in- aun si la acción se justifica a efectos
voca la unidad del ordenamiento ju- penales, por ser racionalmente nece-
rídico para rechazar la posibilidad de sario el sacrificio de un bien ajeno de
considerar un ilícito civil, que dé lu- menor valor, para salvar uno propio
gar a indemnización de perjuicios, lo de mayor valor, la responsabilidad
que ante la Ley penal está justificado civil puede mantenerse, no realmen-
-en este caso, la producción de un te por solidaridad con el titular del
mal necesario conforme al Art. 10, bien sacrificado, sino porque de lo
N ° 7 O - (ETCHEBERRY, I , 2 6 9 , admi- contrario se le estaría imponiendo
tiendo sólo una excepción, contem- injustificadamente la carga de so-
plada por los principios y reglas del portar unos costos que el acaso puso
Derecho civil, cuando ha habido en- sobre los hombros de otro y que, sin
riquecimiento sin causa-, en el mismo fundamento, se estarían reasignando
sentido, C U R Y , 3 8 1 ) , otra posición completamente en perjuicio suyo; si
sostiene que, por equidad ( N O V O A , la justificación penal del sacrificio de
I, 3 6 3 - 3 6 4 ) o sobre la base de la res- su bien ya refleja un cierto nivel de
ponsabilidad objetiva del causante del solidaridad con aquél en quien reca-
riesgo ( P O L I T O F F , 2 9 6 , invocando yeron los costos (pues, si se respectó
también la equidad y el principio de la exigencia de que el mal produci-
solidaridad humana) sí corresponde- do fuese menor, aquellos costos se
ría indemnizar al tercero inocente (lo vieron reducidos, al punto de que al
que ya se apreciaría en ciertos ámbitos afectado la indemnización de perjui-
como en materia de navegación aérea cios, en principio, de todos modos,
y de seguridad nuclear; v. POLITOFF, le resulta menos costosa que haber
296 y n. 162). En mí opinión, no soportado el mal), liberar al afecta-
siendo indispensable la coincidencia do por completo de ellos, operando

238
HÉCTOR HERNÁNDEZ ART. 10 N° 8

aquella redistribución, extrema la so- guno de los requisitos listados en


lidaridad al punto de convertirla en numeral 7o del Art. 10 conduce a
una total injusticia. una atenuante de eximente incom-
pleta, del Art. 11, N° 1, en relación
JUSTIFICANTE INCOMPLETA c o n e l A r t . 7 3 (POLITOFF, 3 0 0 ) . A s í
también lo ha entendido, en la ju-
Como destaca POLITOFF, a risprudencia, una decisión de cor-
condición de que concurra el "re- te de apelaciones (sentencia de la
quisito esencial" de esta justifi- Corte de Apelaciones de Copiapó,
cante, consistente en 11 la situación Rol N° 73139, 27 de julio de 2000
de necesidad, esto es, el mal que se (recurso de apelación), N° ID Le-
trata de evitar", la ausencia de al- galPublishing: 19534).

Artículo 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]
8. El que con ocasión de ejecutar un acto lícito, con la debida
diligencia, causa un mal por mero accidente.
BIBLIOGRAFÍA: BUSTOS, Juan: El delito culposo. Editorial Jurídica de Chile, Santiago 1 9 9 5 ; COL-
VIN, Alberto: "Algunas eximentes de responsabilidad en el Código penal chileno", Revista
de Derecho (U. Concepción) N ° 1 6 2 ( 1 9 7 4 ) , 7 - 2 3 ; LABATUT, Gustavo: Derecho penal. Parte
general, Editorial Jurídica de Chile, 3A edición, Santiago 1958; MATUS, Jean Pierre / VAN
WEEZEL, A l e x : " C o m e n t a r i o a l a r t í c u l o 7 1 " , e n POUTOFF / ORTIZ, C o m e n t a r i o , p p . 3 7 8 y s s . ;
MERA, Jorge: Derechos Humanos en el derecho penal chileno, ConoSur, Santiago 1998;
NÁQUIRA, J a i m e : " C o m e n t a r i o a l a r t í c u l o 1 0 N ° 8 " , e n POLITOFF / ORTIZ, C o m e n t a r i o , p p . 1 4 5 -
147; RIVACOBA, Manuel de: "El principio de culpabilidad en el Código penal chileno", en
RIVACOBA, Manuel de (editor): Actas de las Jomadas Internacionales de Derecho penal en
celebración del Centenario del Código penal chileno, Edeval, Valparaíso 1 9 7 5 , pp. 4 9 - 1 2 6 ;
SOLARI, Tito: "Versari in re illicita", Revista de Derecho (UCV) N° 1 (1977), 245-265.

COMENTARIO

Héctor Hernández

El N° 8 está tomado literalmen- culpa ni intención de causarlo". Fue


te del N° 8 del Art. 8o del Código aprobado inicialmente sin esa supre-
español de 1850, si bien en Chile se sión y sin ninguna discusión en la
suprimió la frase final "sin la menor sesión 6a de la Comisión Redactora,
239
ART. 10 N° 10 CÓDIGO PENAL COMENTADO

Artículo 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]
10. El que obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio
legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo.
BIBLIOGRAFÍA: RIVACOBA Y RIVACOBA, M a n u e l ( 1 9 6 7 ) , " L a o b e d i e n c i a j e r á r q u i c a en el D e r e c h o
p e n a l c h i l e n o " , en R C P , X X V I ; POLITOFF, SERGIO / MATOS, JEAN PIERRE: " C o m e n t a r i o al A r t . 1 0 ,
N ° 1 0 " , e n POLITOFF / ORTIZ, C o m e n t a r i o , p p . 1 5 3 - 1 5 7 .

COMENTARIO*

Jaime Couso

GENERALIDADES quen excepcionalmente la ejecución


de una conducta típica (POLITOFF,
Estas causales de justificación, a 301), o, en todo caso, para dejar en
las que también se suele fundamen- claro que los conflictos entre leyes
tar a partir del principio del interés penales generales y leyes no pena-
preponderante (ETCHEBERRY, I , 242; les especiales, se resuelven a favor
CURY, 381), en general incluyen, se- de las segundas (GARRIDO, II, 194-
gún ETCHEBERRY, 1,243, determina- 195). Sin embargo, especialmente
das de conflicto de intereses que la en relación con el ejercicio legítimo
Ley ha resuelto por anticipado, en de un derecho, la posibilidad de jus-
diversas disposiciones especiales del tificar acciones típicas cometidas en
ordenamiento jurídico, de modo ejercicio de un derecho deducible
que, para algunos autores, la refe- de normas consuetudinarias o reco-
rencia genérica contenida aquí, en el nocido mediante una interpretación
numeral 10° del Art. 10 casi se ha- analógica (v. CURY, 382) da cuenta
ría por conveniencia "pedagógica", de una función que va más allá de
para "advertir" al juez penal sobre la meramente pedagógica, o incluso
la posibilidad de que normas extra- de la de resolver conflictos con le-
penales en el caso concreto justifi- yes extrapenales que expresamente

Agradezco la valiosa colaboración recibida, en la preparación de este comentario, por


parte de la ayudante de investigación Sabrina Perret, de la Facultad de Derecho de la
Universidad Diego Portales.
JAIME COUSO ART. 10 N°s. 5 - 6

impongan el deber de, o autoricen ejercer legítimamente un derecho,


para, realizar de una acción típica, en el sentido del Art. 10, N° 10, en
al hacer explícito en el campo de la este caso particular, al emplear sus-
valoración jurídico-penal que una tancias estupefacientes en un rito re-
ponderación de intereses puede ex- ligioso y cultural propio de la etnia a
tenderse, con eficacia, más allá de la que pertenece).
los casos en que una norma legal es-
pecial ha resuelto el conflicto. CUMPLIMIENTO DE UN DEBER

Sobre la cuestión de los elemen- Los deberes cuyo cumplimiento


tos subjetivos de la justificante, en justifica la ejecución de una acción
general se reproduce el debate del típica normalmente se imponen a
que ya se dio cuenta para el caso de funcionarios públicos (POLITOFF /
la legítima defensa (supra, Art. 10, M A T U S , Comentario, 1 5 4 ) , pero
N° 4 o ). En relación con el error también hay casos paradigmáticos
sobre la concurrencia de los presu- de deberes que afectan a particula-
puestos fácticos de esta justificante res, como el caso citado por NOVOA,
también son válidas las referencias I, 372) del deber de todo aquél lla-
ofrecidas en ese lugar (en todo caso, mado a declarar en causa criminal,
como se resuelve en una decisión de decir la verdad, aun cuando ello
de corte de apelaciones, si el error resulte lesivo para el honor de una
invencible no recae sobre la con- persona (declaraciones injuriosas).
currencia de los presupuestos fác-
ticos, sino sobre el alcance de una Según ETCHEBERRY, 1,243), para
justificante, la teoría limitada de la que el cumplimiento del deber jus-
culpabilidad conduce sólo a excul- tifique debe tratarse de un deber ju-
par al autor, no a negar el carácter rídico (no uno de otra clase; v. tam-
doloso y culposo de la conducta; bién, más en detalle, GARRIDO, II,
así, por todos, CURY, 440,443-444, 195), que puede ser substancial -la
y la sentencia de la Corte de Apela- Ley directamente impone la conduc-
ciones de Antofagasta, Rol N° 250- ta debida- o formal A* Ley instituye
2007, 30 de noviembre de 2007, una autoridad con potestad para de-
contra Lourdes Aurelia Huagama finir la conducta debida, autoridad
Choque, (nulidad penal), N° ID a la que se debe obediencia-. En el
LegalPublishing: 37829, que califi- segundo caso, el cumplimiento de
ca como un error de prohibición, ex- órdenes impartidas por un superior,
culpante, la conducta de quien creía por ej., en la jerarquía militar, es cau-
261
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

sal de justificación, si la orden, no aplicable cuando la conducta orde-


obstante típica, es lícita; las órdenes nada tiende a la perpetración de un
antijurídicas, en cambio, nunca jus- delito, si es que el subalterno cumple
tifican la conducta, pero pueden ex- con los requisitos de la obediencia re-
culpar a quien las cumple, bajo cier- flexiva la representó ante su superior
tas condiciones estrictas, conforme y éste, aun así, insistió -pero sin con-
al sistema de obediencia reflexiva (v. cluir si con ello venía a justificar la
A r t . 1 0 , N ° 9 ; ETCHEBERRY, I , 2 4 3 ; conducta o si sólo a exculparla-).
v., en detalle, ya de RIVACOBA, 2 3 9 -
284, 275; así también lo entiende, El deber, además, debe ordenar
en la jurisprudencia, la sentencia de directamente la ejecución de la ac-
la Corte de Apelaciones de Santiago, ción típica o debe imponer un deber
Rol N ° 1 3 4 4 7 - 2 0 0 6 , de 1 0 de enero de tal naturaleza que, ordinariamen-
de 2 0 0 8 , Hiram Villagra Castro con te, debe ser cumplido realizando ta-
Juan Manuel Guillermo Contreras les acciones típicas (como el ejerci-
Sepúlveda; Marcelo Luis Manuel cio de la fuerza que ordinariamente
Moren Brito (recurso de apelación), tendrá que ejercer la autoridad poli-
N ° I D LegalPublishing: 3 8 3 2 , que cial que tiene orden de detener a una
sostuvo que la justificante no concu- persona, si ésta se resiste) (ETCHEBE-
rre si "los autores concretan una con- RRY, I, 243). En caso de colisión de
ducta reñida con la juridicidad, es deberes, el deber especial prevalece
decir, si actúan antijurídicamente"; sobre el deber general y, no siendo
cfr., sin embargo, la sentencia de la aplicable este criterio, se debe aten-
Corte Suprema, Rol N° 6 3 0 8 - 2 0 0 7 , der a la jerarquía de los deberes en
de 8 de septiembre de 2008, contra colisión (ETCHEBERRY, I, 244). En
Luis Arturo Sanhueza Ros y otros todo caso, la justificación está sujeta
(casación en la forma y en el fondo a que se cumpla con ciertos criterios
criminal), N° ID LegalPublishing: de adecuación y proporcionalidad
3 9 8 2 8 , que indirectamente aparece (POLITOFF, 302, siendo implícita,
haciendo suya, en el considerando también, la exigencia de necesidad),
8o de la sentencia de reemplazo, una como por lo demás se entiende, en
consideración obiter dictum -pues, Derecho público, que corresponde
finalmente, la eximente se rechazó a las exigencias de toda resolución
de todos modos— realizada por la de una colisión de intereses por me-
sentencia de primera instancia en su dio de la afirmación de que uno de
considerando 33°, conforme a la cual ellos tiene precedencia y justifica un
la eximente del Art. 10, N° 10, era sacrificio relativo del otro interés (y

262
JAIME COUSO ART. 10 N» 10

precisamente en cualquier ejercicio torizada —y que constituiría un caso


de valoración acerca de la posible de ejercicio del derecho legal de reten-
justificación de la ejecución de una ción- por los Arts. 2 2 3 4 y 2 2 3 5 del
acción típica estaría en juego resol- Código Civil. En cambio, ya no pue-
ver un conflicto de intereses de esa de seguir citándose como ejemplo la
naturaleza). conducta constitutiva del delito de
lesiones {menos graves o leves), bajo la
EJERCICIO LEGÍTIMO DE UN D E - suposición de que estaría autorizada
RECHO por el ejercicio de la facultadparental
de corrección y castigo, especialmente,
En este lugar se suele citar casosluego de las sucesivas modificaciones
en que la Ley expresamente autoriza sufridas por el Art. 234 del Código
o faculta la realización de conduc- Civil que, luego de haber eliminado
tas que son típicas ante el Derecho la referencia al castigo (manteniendo
penal (v. ETCHEBERRY, II, 2 4 4 ; P O - sólo una facultad de corrección de los
LITOFF, 3 0 4 - 3 0 5 ) , como por ejem-hijos, que "no menoscabe su salud
plo: la del padre o madre que revisa ni desarrollo personal"), finalmente
la correspondencia o los papeles de incluyó (por Ley N° 20.286, de 15
los hijos menores que se hallen bajo de septiembre de 2008) una prohi-
su dependencia, conducta típica de bición expresa de "toda forma de
violación de correspondencia, según el maltrato físico y sicológico".
Art. 146, inc. IO, pero expresamente
autorizada por el inciso 2o de la mis- En todo caso, como se señaló al
ma disposición (dando a entender introducir esta materia, más allá de
que no bastaría la invocación genéri- los casos en que la Ley expresamen-
ca de las potestades que a los padres te autoriza la realización de una con-
confiere su responsabilidad legal por ducta típica, la justificante de ejerci-
el cuidado personal y educación de cio legítimo de un derecho abarcaría,
los hijos, del Art. 224 del Código según alguna doctrina ( C U R Y , 3 8 2 ) ,
Civil); o la retención de la cosa de- la realización de acciones típicas en
positada, por parte del depositario, ejercicio de un derecho deducido de
a título de compensación de las normas consuetudinarias o recono-
expensas que haya hecho para con- cido mediante una interpretación
servación de la cosa, conducta que analógica.
realizaría el tipo de la apropiación
indebida (del Art. 470, N° I o , del Cualquiera que sea el origen del
CP), pero que está expresamente au- derecho invocado, sólo operaría la

263
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

justificante si su ejercicio es, como esta causal de justificación, NOVOA,


lo exige la disposición comentada, I, 376-377).
legítimo, lo que se entiende en el
sentido de excluir el abuso del dere- E J E R C I C I O LEGÍTIMO DE UNA AU-
cho ( C U R Y , 3 8 2 ; P O L I T O F F , 3 0 5 ) . TORIDAD, OFICIO O CARGO

Por último, según E T C H E B E R R Y , Para CURY, 382, en este caso no


el ejercicio del derecho no es legítimo se trata más que de especificaciones
cuando se traduce en un acto de jus- de la misma idea subyacente al ejer-
ticia por mano propia consistente en cicio legítimo del derecho (en sentido
la reparación de un menoscabo del similar, ETCHEBERRY, I, 247).
propio derecho (en cambio, sí sería
legítima la mera conservación del Un caso ordinariamente inclui-
derecho frente a una perturbación, do en el ámbito de esta justificante
pero bajo las reglas de la legítima es el ejercicio de la actividad médica
defensa o del estado de necesidad jus- (como ejercicio legítimo del "oficio"
tificante), violento o —aún si no es o profesión), típicamente a través
violento— destinado a incorporar al de intervenciones quirúrgicas, si
patrimonio, por ocupación, un de- bien frente al planteamiento tradi-
recho que no se tiene, como en el cional que entiende realizadas unas
caso de quien hurta al deudor para lesiones típicas, pero justificadas (así,
hacerse pago de su crédito ( E T C H E - por todos, ETCHEBERRY, I , 2 4 8 ) , es
BERRY, I, 245-246, llegando, sin cada vez más frecuente, de la mano
embargo, a conclusiones sistemá- de la teoría de la imputación obje-
ticas insatisfactorias, al tener por tiva, en general, y de la noción del
realizado el delito hurto, si falta la riesgo permitido, en particular, el
violencia, pese a que la sustracción planteamiento doctrinario (y, pau-
es violenta solamente sería constitu- latinamente, jurisprudencial) que
tiva de la falta del Art. 494, N° 20; derechamente entiende excluida la
más coherente sistemáticamente es, tipicidad, si la actividad o interven-
en cambio, la conclusión de C U R Y , ción médica, dirigida a preservar o
de considerar atípica, aunque de mejorar la salud del mismo indivi-
todos modos ilícita, la conducta de duo al que se infieren las "heridas",
quien, sin violencia, sustrae de su efectivamente se desarrolló dentro
deudor especies necesarias para ha- de los márgenes del riesgo permiti-
cerse pago; v. también, sobre la jus- do, lo que en buena medida se hace
ticia por propia mano, a propósito de depender del cumplimiento de las

264
JAIME COUSO ART. 10 N» 10

reglas de la lex artis (v., por ej., GA- ción de la gestación). Sin perjuicio
RRIDO, I I , 2 0 3 ) . de ello, la reciente introducción de
una nueva eximente de estado de ne-
En cambio, si la actividad mé- cesidad del numeral 11, del Art. 10,
dica no está destinada a salvar o cuya naturaleza de (sólo) exculpan-
proteger la salud del mismo indi- te o (también, para ciertas hipóte-
viduo a quien se somete al riesgo, sis, de) justificante debe ser objeto
como paradigmáticamente ocurre de análisis monográfico, más allá de
en una interrupción del embarazo que evidentemente permite eximir
para protección de la vida o salud de responsabilidad criminal las con-
de la embarazada, la cuestión nece- ductas constitutivas de aborto tera-
sariamente se plantea en términos péutico (no sólo de la madre, sino,
de justificación o no de la realiza- claramente, del médico), plantea la
ción de una acción -indudablemen- cuestión de si no cabe ahora enten-
te— típica, en este caso, del delito de der directamente justificado el abor-
aborto. Y el caso es que, aun tras la to terapéutico para salvar la vida
derogación del Art. 119 del Código de la embarazada, ya directamente
Sanitario (por Ley N° 18.826, de por efecto de ese numeral 11, del
1989), que contemplaba una justi- Art. 10 (como una hipótesis en
ficante especial para el aborto tera- que, todavía, el mal causado es me-
péutico, sigue siendo perfectamente nor que el evitado), e incluso, en su
argumentable que la justificante ge- caso, si no cabe postular una justi-
nérica de ejercicio legitimo de la pro- ficación aun más amplia del aborto
fesión (oficio) abarca de todos mo- terapéutico, por ejemplo, también
dos, justificándola, la intervención del que es necesario para proteger
abortiva necesaria para salvar a la a la embarazada de un grave mal
embarazada de un peligro de muer- para su salud (no para su vida), si
te (v. la convincente exposición de valorativamente aún cabe conside-
POLITOFF / M A T U S / R A M Í R E Z , P E , rar que una grave enfermedad de
96-97, citando además la declara- la embarazada (por ej., una que la
ción del Departamento de Ética del puede hacer perder sus órganos re-
Consejo General del Colegio Mé- productivos, como consecuencia de
dico de Chile, de febrero de 2003, una infección) como un mal mayor
que avala científicamente la exis- al producido con el aborto (caso en
tencia de situaciones en que, para que, de nuevo, viene al caso una
la protección de la vida de la emba- justificación, y no una mera exculpa-
razada, sólo es indicada la interrup- ción de la conducta).

265
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

E l c a s o d e las l e s i o n e s d e p o r t i - b i é n se c o n v i e r t e , a fin de c u e n t a s ,
vas, a l q u e s e suele d a r t r a t a m i e n t o e n u n a c u e s t i ó n d e d e l i m i t a c i ó n del
separado en el seno de esta causal de riesgo permitido, para efectos de
justificación, en mi opinión, bajo la n e g a r o a f i r m a r la tipicidad ( n o la
i n f l u e n c i a d e la teoría de la imputa- a n t i j u r i d i c i d a d ) , c o n l o q u e devie-
ción objetiva - y en estrecha vincu- n e u n p r o b l e m a d e P a r t e Especial,
l a c i ó n c o n l a c u e s t i ó n del v a l o r del que corresponde tratar justamente a
consentimiento del ofendido— t a m - p r o p ó s i t o del d e l i t o d e lesiones.

Artículo 10. Están exentos de responsabilidad criminal:


[...]
11. El que obra para evitar un mal grave para su persona o de-
recho o los de un tercero, siempre que concurran las circunstancias
siguientes:
I a . Actualidad o inminencia del mal que se trata de evitar.
2 a . Que no exista otro medio practicable y menos perjudicial
para evitarlo.
3 a . Que el mal causado no sea sustancialmente superior al que
se evita.
4 a . Que el sacrificio del bien amenazado por el mal no pueda
ser razonablemente exigido al que lo aparta de sí o, en su caso, a
aquel de quien se lo aparta siempre que ello estuviese o pudiese
estar en conocimiento del que actúa.
MATERIALES: Biblioteca del Congreso Nacional: "Historia de la Ley N° 20.480, modifica el
Código Penal y la Ley N° 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, estableciendo el 'femicidio',
aumentando las penas aplicables a este delito y reforma las normas sobre parricidio",
2 0 1 0 (los documentos no se citan conforme a su paginación original, sino de acuerdo con
la paginación correlativa dada en este texto).

BIBLIOGRAFÍA: Couso, Jaime: Fundamentos del derecho penal de culpabilidad, Tirant lo


Blanch, Valencia 2006; FONTECILLA, Rafael: "Los problemas jurídicos de las causas suprale-
gales en materia penal", en AA. W . : Estudios jurídicos en homenaje al Prof. Luis Jiménez
de Asúa, Abeledo-Perrot, Buenos Aires 1 9 6 4 , pp. 6 6 2 - 7 0 3 ; FUENTES, Danae: La ponderación
de los males en el estado de necesidad, LegalPublishing, Santiago 2 0 0 9 ; GARCÍA, María Pau-
lina: El estado de necesidad en materia penal, ConoSur, Santiago 1 9 9 9 ; PEÑA, Silvia: Der
entschuldigende Notstand (tesis doctoral), Tübingen 1979.

266
HÉCTOR HERNANDEZ ART. 10 N° 11

COMENTARIO

Héctor Hernández

El N° 11 original ("El mari- Diputados, Dip. Ord. 1952, T. II,


do que en el acto de sorprender a p. 2048, sesión 45 ordinaria de 19
su mujer infraganti en el delito de de agosto de 1952).
adulterio, da muerte, hiere o mal-
trata a ella y a su cómplice; con tal El actual N° 11 fue introducido
que la mala conducta de aquél no mediante el N° 1 del Art. Io de la
haga excusable la falta de ésta. Si Ley N° 20.480, de 18 de diciembre
sólo diere muerte, hiriere o mal- de 2010. Objeto principal de las mo-
tratare a uno de ellos, subsistirá no ciones que dieron inicio al trámite
obstante la exención de responsabi- legislativo (Boletines 4937 y 5308
lidad criminal respecto del marido, refundidos) era mejorar la situación
a menos de constar que intencio- de la mujer víctima de violencia in-
nalmente obró así o que las cir- trafamiliar, contexto en el cual pre-
cunstancias del hecho lo revelen") ocupaba también que no hubiera
fue polémico y resistido desde su mecanismos legales que valoraran
nacimiento (véanse sesiones 7 a , 8a su especial situación de víctima para
y 9a de la Comisión Redactora, de el caso que cometiera delito contra
14, 17 y 21 de mayo de 1870, res- quien ejercía dicha violencia intra-
pectivamente, Actas, 11 ss.; fue el familiar. Contra lo que este contex-
único supuesto del Art. 10 discu- to podía sugerir, desde un principio
tido especialmente en el Congreso se estuvo por resolver el asunto en
Nacional, véase al respecto FUEN- el campo de las eximentes de res-
SALIDA, I, 64 ss.; véase también ponsabilidad genéricas del Art. 10
VERA, 1 0 7 s.; FERNÁNDEZ, I, 98 s.; y sin ninguna referencia al proble-
BAÑADOS, 3 6 ; D E L RÍO, I I , 1 9 8 ss.; ma específico que se quería abor-
DEL RÍO, Manual, 170 s.), sien- dar. Es así como la segunda mo-
do derogado finalmente mediante ción en cuestión, de los Diputados
Ley N° 11.183, de 10 de junio de Burgos y otros, de 5 de septiembre
1953 (a partir de una moción de de 2007, contemplaba trasladar
la Diputada Inés Enríquez, véase el miedo insuperable al N° 10 (y
al respecto Segundo Informe de la el N° 10 al N° 11) y agregar en el
Comisión de Constitución, Legis- N° 9 la exigencia de que quien obra
lación y Justicia de la Cámara de violentado por una fuerza irresisti-

267
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

ble lo hiciera "bajo la amenaza de de Diputados de incluir el estado


sufrir un mal grave e inminente" de necesidad exculpante, tal como
(25). Durante la tramitación en la se hace, entre otras codificaciones,
Cámara de Diputados, sin embar- en el § 35 del Código alemán o en
go, se optó por introducir un tercer Art. 54 del Código italiano. Reco-
supuesto en el N° 9, junto con la noció, sin embargo, la insuficien-
fuerza irresistible y el miedo insupe- cia técnica de la propuesta, ante lo
rable, consistente, precisamente, en cual propuso una nueva redacción
obrar "bajo la amenaza de un mal que, manifiestamente construida a
grave e inminente" (Informe de la partir de los mismos requisitos del
Comisión de Familia de la Cámara, estado de necesidad justificante del
de 16 de abril de 2008, 111 s.; ra- N° 7, agrega las notas extraordina-
tificado por el Informe de la Comi- rias propias del estado de necesidad
sión de Constitución, Legislación y exculpante (Informe de 4 de octu-
Justicia de la Cámara, de 6 de agos- bre de 2010, 448 s.). No obstante
to de 2008, donde se hizo constar las dudas sobre la conveniencia de
"que esta modificación actualizaba resolver una cuestión general tan
las disposiciones del Código, con- delicada en un contexto coyuntural
sagrando lo que la doctrina conoce (450 ss.), se terminó aprobando la
como estado de necesidad exculpan- propuesta del Prof. Cury, con mo-
te", 189), redacción que se mantuvo dificaciones muy menores en orden
inalterada hasta que la Comisión de a recalcar la idea de que la eximente
Constitución, Legislación, Justicia no podía amparar desproporciones
y Reglamento del Senado, en su se- muy significativas entre el daño evi-
gundo informe de 13 de octubre de tado y el daño provocado (453 s.,
2009 la suprimió, en parte porque concretamente la circunstancia 3a).
se le entendía redundante respecto Hasta donde se puede ver ni la li-
de los supuestos ya recogidos en el teratura ni la jurisprudencia se han
N° 9, en parte porque la formula- hecho cargo todavía del precepto,
ción propuesta no expresaba por de modo que sólo se pueden ha-
sí sola la gravedad necesaria para cer algunos primeros comentarios
tener por no exigible la conducta a partir de los antecedentes de su
conforme a derecho (340 s., se oyó gestación y de la sola formulación
especialmente al Prof. Juan Domin- legal.
go Acosta). En Comisión Mixta el
Prof. Enrique Cury valoró favora- Lo primero que cabe destacar
blemente el propósito de la Cámara
es que no parece que los propósitos
268
HÉCTOR HERNANDEZ ART. 10 N° 11

legislativos se puedan lograr con tario al Art. 10 N° 7), el obstáculo


la norma aprobada. Al margen de permanece intacto. Más aún, en-
cualquier valoración de dichos pro- tendiendo que el "mal" en cuestión
pósitos, si de lo que se trataba era de es una nueva agresión de parte del
permitir de un modo relativamente maltratador, si efectivamente ésta
expedito la exención de responsa- pudiera considerarse actual o inmi-
bilidad de la mujer que, cansada nente, lo que correspondería sería
de los graves maltratos acumulados aplicar derechamente la legítima
y temerosa de ser víctima en cual- defensa con efecto justificante, no
quier momento de nuevos maltra- un estado de necesidad que al pa-
tos, ataca a quien la ha martirizado recer sólo tiene efecto exculpante
sistemáticamente, lo pertinente era y está sometido, además, a restric-
construir una variante privilegiada ciones que, como el carácter subsi-
de la legítima defensa, en términos diario, no rigen para aquélla (véase
de relativizar la exigencia de actua- Comentario al Art. 10 N° 4). Por
lidad o inminencia que unánime- cierto no se puede descartar que, no
mente se exige para la "agresión obstante la ausencia de este requi-
ilegítima" que es presupuesto de di- sito de actualidad o inminencia, la
cha eximente, exigencia que consti- situación de la mujer sea tan deses-
tuye el gran obstáculo técnico para perada que le resulte inexigible un
la absolución de mujeres que, des- comportamiento distinto y que se
de el punto de vista de las valora- le pueda absolver por ello, pero si
ciones sociales actuales, al atacarlo esto ocurre no será probablemente
cuando no las está agrediendo ni por el nuevo N° 11, sino por el vie-
está en condiciones de reaccionar, jo N° 9, a través de la fuerza irresis-
no hacen más que "defenderse" de tible o del miedo insuperable (véase
él en un sentido laxo. Pues bien, en Comentario al Art. 10 N° 9), con
la medida en que el nuevo N° 11 lo cual, al menos desde este punto
exige expresamente "actualidad o de vista, la nueva eximente resulta
inminencia del mal que se trata superflua. Desde la perspectiva de
de evitar", sin que, por otra parte, la mujer maltratada lo único que
haya ninguna razón para que dicha puede esperarse del malogrado in-
exigencia se entienda de un modo tento legislativo es que ponga de
distinto a como se entiende en el relieve el problema y genere una re-
estado de necesidad justificante o flexión sobre la forma de abordarlo
en la legítima defensa (véase Co- eficazmente, sea dentro del marco
mentario al Art. 10 N° 4 y Comen- del derecho vigente sin desdibujar

CORTE 269
SUPREMA!

HRl 1DTECA
ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

los delicados contornos de las insti- de necesidad exculpante, fundado


tuciones dogmáticas, sea a través de exclusivamente en el carácter ex-
una intervención legislativa equili- traordinario de la situación y no
brada y realmente orientada al ob- en el real impacto emocional de la
jetivo. misma en el sujeto, lo que se hace
tanto más patente cuando se aprecia
La verdadera importancia del que la eximente favorece también a
precepto radica, entonces, en la in- terceros que no necesitan tener nin-
troducción de una cláusula general gún vínculo especial con la persona
y relativamente explícita de estado sobre la que se cierne en mal. En la
de necesidad exculpante. Si bien medida, además, en que se ha man-
no pocos autores entendían que tenido inalterada la vieja eximente
esta institución ya tenía cabida en del N° 9, no se aprecia que pueda
nuestro derecho bajo el concepto de haber "pérdida" de aplicación de la
fuerza irresistible del N ° 9 (CURY, misma en su dominio indiscutido,
456 s.; GARRIDO, II, 315; POLI- que es el de la grave conmoción psí-
TOFF, 4 7 1 ss.; POLITOFF / MATUS / quica del sujeto.
RAMÍREZ, P G , 3 4 5 ; GARCÍA, 2 4 2 ss.;
también, si bien bajo el concepto de Que no se trata de una causa
miedo insuperable, NÁQUIRA, 4 3 3 de justificación fluye no sólo de
[sólo tácitamente]; y VARGAS, 1 3 9 ) , las afirmaciones hechas durante la
como se decía en el comentario a tramitación legislativa (supra), sino
ese artículo, no es evidente que éste también de la subsistencia del es-
pueda alcanzar todas las hipótesis tado de necesidad regulado en el
de estado de necesidad exculpante, N° 7, que sugiere que más que la
concretamente, que abarque tam- mera ampliación de una causa de
bién las situaciones extraordinarias justificación preexistente se quiso
en que, sin embargo, no se aprecie establecer algo de naturaleza dife-
una "grave conmoción anímica" en rente, así como de las exigencias
el agente. De ahí que la nueva exi- de las circunstancias 3a y 4 a , esto
mente, a pesar de que para algunos es, que el mal causado "no sea sus-
pudiera representar, por los requi- tancialmente superior al que se
sitos que impone, una restricción evita" y que el sacrificio del bien
de los alcances de una figura que amenazado no sea exigible. Lo se-
hasta ahora no los tenía, en los he- gundo porque, sin perjuicio de las
chos probablemente sea el acta de precisiones que luego se hacen al
nacimiento de un genuino estado respecto {infra), remite manifiesta-

270
HÉCTOR HERNANDEZ ART. 10 N° 11

mente a la idea de inexigibilidad, sea compatible con la idea de inexi-


que, cumplida la exigencia de sub- gibilidad de otra conducta debería
sidiatiedad de la circunstancia 2 a , ser evidente para todos aquéllos
estaría fuera de lugar si se tratara que ven hipótesis de inexigibilidad
de una genuina causa justificante; en el encubrimiento de parientes
lo primero, porque al menos des- (Art. 17) o en ciertas hipótesis de
de el punto de vista de la "teoría obediencia jerárquica, donde se
de la diferenciación", ampliamente opera del mismo modo. Es tam-
dominante en el debate comparado bién, si se permite una referencia
(al respecto Couso, 523, con mati- excepcional a literatura extranjera,
ces), sólo puede estar justificada la lo que se sostiene mayoritariamen-
irrogación de un mal menor al que te en Alemania respecto del § 35
se evita (ya FONTECILLA, 6 9 0 , 7 0 2 ) , StGB (por todos, JESCHECK, Hans-
a lo que en el caso chileno se suma Heinrich / Weigend, Thomas: Le-
que la eximente no sólo procede hrbuch des Strafrechts AT, 5. Aufl.,
ante igualdad de males, sino inclu- Duncker & Humblot, Berlin 1996,
so cuando se ocasiona un mal ma- p. 477 s.), que tuvo indudable in-
yor, aunque no "sustancialmente fluencia en el concepto que subyace
superior", que el que se evita. Con al N° 11. Por esto, el nuevo N° 11
todo, aun cuando se esté de acuer- parece ser, en efecto, una fórmula
do con la diferenciación, provocan de estado de necesidad exculpante.
dudas los casos en que se ocasiona Las dudas subsistentes las genera
un mal menor al evitado pero fuera la amplitud con que se reconoce el
de los límites del N° 7, respecto de efecto eximente respecto de terce-
los cuales el argumento contra su ros.
carácter justificante sólo descansa
en lo que también podría ser mero Es notorio que estructuralmente
descuido legislativo. Desde la pers- la eximente se ha construido a ima-
pectiva ahora del reconocimiento gen y semejanza del N° 7, aunque
de una causa se exculpación, que con alteraciones que no conciernen
este tipo de fundamento, que de sólo a las diferencias fundamentales
algún modo "objetiviza" lo que a entre ambas instituciones, sino tam-
partir de la valoración de circuns- bién a detalles no necesariamente
tancias extraordinarias se puede intrascendentes.
considerar una motivación anor-
mal (aunque en el caso concreto no El sujeto debe obrar para evitar
afecte emocionalmente al sujeto), un mal. Que se trate de un mal para
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ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

su persona o derecho o para la perso- consagra el carácter subsidiario del


na o derecho de un tercero, exigencia estado de necesidad. Respecto de
desconocida por el N° 7 y más bien estos requisitos se puede remitir al
propia de la legítima defensa, aunque Comentario al Art. 10 N° 4.
en este caso sin requisitos diferencia-
dos, era probablemente innecesario, El núcleo de la nueva eximente
a menos que se entienda que tiene se encuentra en los requisitos previs-
por función restringir el ámbito de tos en las circunstancias 3a y 4 a .
aplicación de la eximente a la pre-
servación de bienes jurídicos indivi- Conforme a la primera se re-
duales, con lo cual, por ejemplo, no quiere que "el mal causado no sea
procedería la eximente si de lo que se sustancialmente superior al que se
trata es de evitar un gran daño am- evita", con lo cual, como se ha di-
biental. Adicionalmente, la Ley exi- cho, se abandona el campo de la jus-
ge que el mal sea "grave", exigencia tificación, que sólo permite la irro-
también desconocida por el N° 7 y gación de un mal menor, y se asume
que, reforzando la idea de que se la posibilidad de eximir de respon-
trata de una causa de exculpación, sabilidad penal, por un déficit de
restringe indudablemente su campo culpabilidad, cuando se ocasiona un
de aplicación. Sólo un mal signifi- mal de igual jerarquía que el que se
cativo para la persona o derecho de quiere evitar, o aun cuando se oca-
un sujeto, de acuerdo con un pará- siona un mal mayor, con tal que
metro objetivo que tome en cuenta no sea "sustancialmente superior".
las circunstancias del caso concreto, Si bien lo que debe ponderarse son
puede servir de base para la eximen- "males" y no bienes jurídicos con-
te, lo que concuerda, además, con siderados en abstracto (véase al res-
el requisito de "razonable inexigibi- pecto Comentario al Art. 10 N° 7;
lidad" de la circunstancia 4 a . así como las explicaciones de FUEN-
TES, 83 ss.) resulta evidente que el
En términos muy similares a primer criterio a tener en cuenta es
los del N° 7, aunque no idénticos, el de los bienes jurídicos en juego,
se exige que el mal sea actual o in- de modo que al menos tratándose
minente (circunstancia I a ) y que no de situaciones de conflicto referidas
exista otro medio practicable y me- al mismo bien jurídico y al mismo
nos perjudicial para evitarlo que la nivel de intensidad de afectación
conducta del sujeto (circunstancia del mismo no debería dudarse de la
2 a ), con lo cual, también aquí, se procedencia de la eximente. Así, da-

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HÉCTOR HERNANDEZ ART. 10 N° 11

dos los demás requisitos, está exento etc.). Si bien debe reconocerse que,
de responsabilidad criminal el que saliendo del ámbito en que está en
mata a otro para salvar su propia juego la vida, no existe mayor cla-
vida o la de un tercero y el que (con ridad respecto de la jerarquía que
independencia de cualquier debate le corresponde a cada bien jurídico,
sobre si se trata de bienes jurídi- menos aún si, además, se introduce
cos de igual jerarquía, debate que la variable del grado de afectación
aquí resulta superfluo) provoca un (¿es más grave sufrir una herida que
aborto para evitar la muerte de la privar de libertad por unas horas a
mujer embarazada, entre otros ca- alguien o sufrir una mutilación que
sos. Tratándose de un bien jurídico violar a alguien?), que la eximente
que admite grados diversos de afec- proceda incluso cuando el mal cau-
tación, como es el caso de la salud sado es superior al que se quería evi-
individual, la propiedad o la liber- tar, con tal que no lo sea "sustancial-
tad ambulatoria, debe estarse a la mente" permite un amplio margen
intensidad de la afectación concreta de apreciación judicial, porque sin
en comparación con la afectación duda lo "sustancial" no está referido
que se trataba de evitar. Ahora bien, a la distinta jerarquía de lo que está
si esto rige ante igualdad de males, en juego, que es un presupuesto ya
con mayor razón procede aplicar la asumido explícitamente por la ley,
eximente si el bien jurídico afecta- sino a la importancia de la distancia
do es de menor jerarquía que el que que existe entre la posición ordinal
se trata de proteger y no existe una de cada valor en la escala jerárquica.
diferencia tal en el grado concreto En otras palabras, no es razón sufi-
de afectación que permita reempla- ciente para negar el requisito que los
zar el criterio del bien jurídico a la males en cuestión estén en distintos
hora de identificar el mal menor. peldaños, sino sólo que sus respecti-
Así, dados los demás requisitos, está vos peldaños estén significativamen-
exento de responsabilidad criminal te alejados. Una interpretación que
el que lesiona para salvar la vida de absolutice la diferencia jerárquica
otro (v. gr. un trasplante forzado de en cuanto tal no parece compatible
un órgano no vital), el que detiene con la letra de la ley. Para graficar-
o encierra a otro con el mismo fin lo con un ejemplo deliberadamente
y el que intimidado (en concreto polémico: es perfectamente posible
bajo amenaza de muerte) comete que, dados los demás requisitos, el
un delito distinto del homicidio que practica un aborto para evitar
(violación, mutilaciones, secuestro, un menoscabo grave de la salud de

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ART. 10 N° 12 CÓDIGO PENAL COMENTADO

la mujer embarazada esté amparado la fórmula es una referencia a facto-


por el N° 11. res objetivos que excluyen en gene-
ral la exigibilidad de otra conducta
Desde esta perspectiva, la co- y que, si bien no están explicitados,
rrecta interpretación de la circuns- son susceptibles de descubrimiento
tancia 4 a , que lamentablemente des- por vía interpretativa. Entendida de
taca por su ambigüedad, tendrá una este modo, la circunstancia 4a cum-
importancia superlativa. En lo me- pliría en el derecho chileno la mis-
dular, la Ley exige que "el sacrificio ma función restrictiva del estado de
del bien amenazado por el mal no necesidad que, por ejemplo, cumple
pueda ser razonablemente exigido al en España la exigencia de que la si-
que lo aparta de sí". La referencia a tuación de necesidad no haya sido
lo "razonablemente exigible" consti- provocada intencionalmente por el
tuye sin duda una referencia a la exi- sujeto o que el necesitado no ten-
gibilidad de otra conducta, lo que, ga, por su oficio o cargo, obligación
sin embargo, puede entenderse de de sacrificarse (Art. 20.5, segundo
dos maneras muy diferentes. A pri- y tercero CP), muy similar en este
mera vista podría entenderse como punto a lo previsto en Italia por el
un último espacio de apreciación Art. 54 CP, donde también se habla
judicial del caso concreto, no sujeto de modo expreso de un peligro que
a mayores orientaciones normati- no haya causado voluntariamente
vas, algo así como una apelación a el sujeto y se excluye la aplicación
la "empatia" del tribunal, con toda de la disposición respecto del que
la consiguiente subjetivización. No tiene un particular deber jurídico
parece razonable, sin embargo, que de exponerse al peligro, y en Ale-
luego de darse el trabajo de estable- mania por el § 35 I StGB, si bien
cer minuciosamente requisitos obje- éste, tal como ocurre en el caso chi-
tivos para una eximente que nece- leno (lo que probablemente expli-
sariamente debe diferenciarse de la ca la redacción de nuestro N° 11,
fuerza irresistible, la Ley deje luego por la influencia reconocida de la
entregada por completo su proce- dogmática alemana en su autor),
dencia a una suerte de "libre con- excluye en general la aplicación de
vicción" del tribunal. Más bien al la eximente cuando al sujeto, aten-
contrario, si se consideran especial- didas las circunstancias, se le podía
mente las regulaciones comparadas exigir que soportara el peligro, y
que se tuvieron en cuenta en la gé- sólo a título ejemplar se refiere a la
nesis de la eximente, todo indica que circunstancia de que él mismo haya

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HÉCTOR HERNANDEZ ART. 10 N° 11

causado el peligro o se encuentre sión algo enigmática que sugiere


en una posición jurídica especial la imposición de un deber de dili-
que lo obliga a soportarlo. Lo que gencia al respecto, de modo que no
coincide, por último, con la única estaría exento de responsabilidad
propuesta previa de regulación legal el que obra en favor de un tercero
del estado de necesidad exculpante "debiendo saber" que a éste le era
que conocemos en nuestro derecho, exigible el sacrificio del bien. Debe
la que hiciera en su tesis doctoral entenderse que en este caso la exi-
alemana PEÑA, 2 0 4 . Aquí se favore- mente favorece exclusivamente al
ce, indudablemente, una lectura del agente, no al amenazado por el mal
precepto en estos mismos términos. a quien es exigible el sacrificio para
Sin duda hubiera sido preferible el evento que de algún modo inter-
una formulación legal más nítida venga en el hecho ilícito, por ejem-
en este sentido, pero a la luz de los plo, induciendo al agente o pres-
modelos disponibles, del estado de tándole ayuda. En algunos casos
la discusión comparada y del con- podrá hablarse de autoría mediata;
trasentido que sería abrir la puerta a en otros, de una participación pu-
una subjetivización incontrolable en nible de acuerdo con el principio
una eximente llamada a ser objetivi- de la accesoriedad media o limita-
zación de motivaciones anormales, da (véase Comentario al Art. 14).
esta lectura debería imponerse. La Esto, desde luego, sin perjuicio de
exacta determinación de los factores que al amenazado pueda favorecer-
objetivos que excluyen la aplicación lo alguna otra eximente.
de la eximente será, por cierto, tarea
de la doctrina y la jurisprudencia. Respecto de los casos de error
sobre la efectiva concurrencia de
En su parte final, la circunstan- la situación de necesidad y de los
cia 4a dispone que cuando se obra requisitos de la eximente rige lo
para evitar un mal grave que se mismo que se ha dicho para la dis-
cierne sobre un tercero a quien, sin cusión equivalente en el ámbito del
embargo, sería razonablemente exi- N° 9 (véase Comentario al Art. 10
gible el sacrificio del bien amena- N° 9), porque si bien aquí se trata
zado, esto no obsta a la eximente, de requisitos objetivos, no puede
a menos que el agente haya estado desconocerse que dichos requisitos
en conocimiento de esa circuns- expresan un acuerdo respecto de
tancia, o bien que "pudiese estar cuándo debe asumirse una motiva-
en conocimiento" de ella, expre- ción anormal.
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