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Derecho constitucional

económico, Trabajo Práctico N°2:


Amparo: su recepción
constitucional explícita.

Alumno: Romano Obligado, Mateo

Cátedra: R-0157

Profesora: SUBOTIAK, Nadia

2022
INTRODUCCIÓN

El amparo es una garantía, es decir, una institución de seguridad creada a


favor de las personas, con el objeto de que dispongan del medio para hacer efectivo
el reconocimiento de un derecho.1 En nuestro ordenamiento jurídico esta garantía se
ve empíricamente como una acción rápida y expedita que aparece como una opción
alternativa a otros procesos ordinarios para quien la presenta, evitando de esta
manera que se cause un daño grave e irreparable a sus derechos por la ineficacia
de los demás remedios procesales.

ANÁLISIS HISTÓRICO

En nuestro ordenamiento jurídico, el amparo nace en primer lugar como una


creación pretoriana, es decir, surge de una resolución judicial. Esta primera
resolución se emitió en el año 1957 en el caso de Angel Siri. En este precedente la
Corte Suprema reconoce por primera vez la posibilidad de un proceso sumarísimo,
rápido y expedito para resguardar derechos y garantías distintos al derecho
protegido por el hábeas corpus. En este sentido se expresa la Corte al decir “las
garantías individuales existen y protegen a los individuos por el solo hecho de estar
consagradas por la Constitución e independientemente de las leyes reglamentarias
(...). En consideración al carácter y jerarquía de los principios de la Carta
Fundamental relacionados con los derechos individuales, esta Corte en su actual
composición y en la primera oportunidad en que debe pronunciarse sobre el punto,
se aparta así de la doctrina tradicionalmente declarada por el tribunal en cuanto
relegaba al trámite de los procedimientos ordinarios, administrativos o judiciales, la
protección de las garantías no comprendidas estrictamente en el hábeas corpus.
Los preceptos constitucionales tanto como la experiencia institucional del país
reclaman de consuno el goce y ejercicio pleno de las garantías individuales para la
efectiva vigencia del Estado de Derecho e imponen a los jueces el deber de
asegurarlas" (Fallos 239:459).
Es de esta manera que se empieza a gestar la figura del amparo como la
conocemos hoy en día, admitiendo la prevalencia del resguardo efectivo de los
derechos individuales de las personas por sobre el respeto estricto de las vías
procesales legislativamente regladas hasta entonces.
Tán solo un año después, nuestro supremo tribunal ampliaba la extensión de
esta acción de amparo a aquellos casos en que los derechos en juego hubieran sido
alterados por particulares. Esta ampliación se da a partir del precedente “Samuel
Kot SRL”. En este caso, se vieron afectados el derecho a trabajar, a la libre
actividad y a la propiedad, y quienes producían esta restricción ilegítima eran los
trabajadores del establecimiento, es decir, no se trataba de una autoridad pública.
Para justificar la resolución a favor de Kot y la utilización de la vía del amparo la

1
BIDART CAMPOS, German J. : Manual de derecho constitucional, Ediar, Buenos Aires, 1992.
Corte explica que nada dice en la constitución que permita afirmar que el resguardo
de los derechos humanos esté supeditado a que el ataque provenga de una
autoridad pública. Surge así del fallo que sin importar que la lesión a los derechos
individuales provenga de una autoridad pública o de particulares, debe proveerse
protección constitucional adecuada y esta, en ciertos casos, solo puede ser provista
por acciones rápidas que eviten la agravación del daño por la dilación del proceso.
En este sentido se ha expresado la CSJN: “Siempre que aparezca, en
consecuencia, de modo claro y manifiesto, la ilegalidad de una restricción cualquiera
a alguno de los derechos esenciales de las personas así como el daño grave e
irreparable que se causaría remitiendo el examen de la cuestión a los
procedimientos ordinarios, administrativos o judiciales, corresponderá que los jueces
restablezcan de inmediato el derecho restringido por la rápida vía del recurso de
amparo" (Fallos 241:291).
El siguiente paso que dió el amparo en nuestro derecho fue probablemente el
menos afortunado a través de su legislación de carácter restrictivo en el año 1966 a
partir de la ley 16.986. El artículo primero de esta ley reza “La acción de amparo
será admisible contra todo acto u omisión de autoridad pública que, en forma
actual o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta, los derechos o garantías explícita o implícitamente
reconocidas por la Constitución Nacional, con excepción de la libertad individual
tutelada por el habeas corpus.” Aquí encontramos prima facie dos restricciones de
gran importancia que como veremos más adelante han sido saneadas
explícitamente con la recepción constitucional del amparo pero que igualmente
habían sido soslayadas por la doctrina y la jurisprudencia con anterioridad a 1994.

1. La ley sólo prevé la acción de amparo como respuesta a actos u


omisiones de autoridad pública y no así de particulares.

2. La ley sólo habilita la vía de amparo cuando se ven afectados


derechos o garantías reconocidos por la constitución, no así por otras
leyes o reglamentos inferiores.

Luego, en el segundo artículo de la ley se incrementan aún más las


restricciones irrazonables ya que solo habilita el amparo cuando no existan
recursos o remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección
del derecho o garantía constitucional de que se trate, lo cual desvirtúa la esencia del
amparo en los casos en que es precisamente la extensa duración de un proceso
ordinario la que lo torna ineficaz para resguardar los derechos de las personas. Pero
además, la ley resultaba restrictiva porque no admitía el amparo en los casos en
que fuera necesaria para resolver la declaración de inconstitucionalidad de leyes,
decretos u ordenanzas y preveía asimismo un plazo irrisorio de 15 días a partir de la
fecha en que el acto dañoso fue ejecutado o debió producirse.
Para el inciso que prohíbe la declaración de inconstitucionalidad encontramos
que en la práctica dicho impedimento ya se había visto atenuado
jurisprudencialmente, tal cual surge de los precedentes “Outón” y “Peralta”. En el
primero de estos la corte es clara al explicar la falta de razonabilidad de la ley al
decir que “cuando las disposiciones de una ley, decreto u ordenanza resultan
claramente violatorias de alguno de los derechos fundamentales, la existencia de
reglamentación no puede constituir obstáculo alguno para que se restablezca de
inmediato a la persona en el goce de la garantía constitucional vulnerada”. En el
segundo de los precedentes, igualmente la corte deja en claro que no puede
interpretarse el mentado inciso de la ley como un impedimento para decretar la
inconstitucionalidad cuando haya una arbitrariedad o ilegalidad palmaria y
manifiesta, sino tan sólo como un intento legislativo de dejar en claro que la acción
de amparo es una vía de carácter excepcional. Dice la CSJN “El mentado art. 2º,
inc. d), de la ley 16.986 no puede ser entendido en forma absoluta, porque ello
equivaldría a destruir la esencia misma de la institución que ha sido inspirada en el
propósito definido de salvaguardar los derechos sustanciales de la persona
reconocidos por la Constitución, cuando no existe otro remedio eficaz al efecto (...),
cabe afirmar que el art. 2º, inc. d), de la ley 16.986 halla su quicio constitucional en
tanto se admita el debate de inconstitucionalidad en el ámbito del proceso del
amparo, cuando en el momento de dictar sentencia se pudiese establecer si las
disposiciones impugnadas resultan o no 'clara, palmaria o manifiestamente
violatorias de las garantías constitucionales que este remedio tiende a proteger"
Más allá de estas resoluciones, lo cierto es que una ley no puede prohibir al
juez competente declarar la inconstitucionalidad en un proceso determinado cuando
esta sea manifiesta, ya que esto corresponder a la esfera interna del poder judicial,
de otra manera se estaría atentando contra el principio republicano y la división de
poderes, así opina Bidart Campos.2
Siguiendo la evolución de esta garantía en nuestro ordenamiento jurídico
encontramos la recepción legal explícita del amparo contra actos u omisiones de
particulares en el código procesal civil y comercial de la nación en el año 1968
mediante la ley 17.454. Actualmente el amparo se encuentra regulado en este
código en los artículos 321 segundo inciso y 498 con el nombre de proceso
sumarísimo.

RECEPCIÓN CONSTITUCIONAL EXPLÍCITA

Actualmente, en el sistema argentino la acción de amparo está expresamente


contenida, a partir de 1994, en el artículo 43 de nuestra Constitución Nacional, el
cual reza en su primer párrafo: “Toda persona puede interponer acción expedita y
rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo
acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o
inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o

2
BIDART CAMPOS, German J. : Manual de derecho constitucional, Ediar, Buenos Aires, 1992
una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que
se funde el acto u omisión lesiva.”
De este texto debemos resaltar en primer lugar el requisito de inexistencia
de otro medio judicial más idóneo, el cual puede acreditarse de diversas formas
de acuerdo al derecho o garantía afectado y la manera en que se lo afecta. Lo
importante de este fragmento del artículo es que a diferencia de la legislación
anterior y de jerarquía inferior que impedía la acción de amparo en caso de existir
“recursos o remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección
del derecho o garantía constitucional de que se trate”, el texto constitucional sólo
impone como requisito que el otro medio judicial que pueda existir no sea más
idóneo, con lo cual amplía el ámbito del amparo.
En segundo lugar, es importante destacar la posibilidad de interponer esta
acción tanto contra actos u omisiones de autoridades públicas o de
particulares. En este aspecto, la reforma constitucional de 1994 modificó el primer
artículo de la infame ley 16.986 que regía previamente esta acción y, dentro de otros
obstáculos para el resguardo de los derechos (e.g: protección limitada a derechos
receptados por la constitución, plazos de caducidad), sólo preveía como causal para
interponer el amparo un acto u omisión de autoridad pública3. En el tiempo en que
no había una legislación específica respecto de la figura del amparo la importancia
de esta acción recaía en salvaguardar los derechos que de otra forma no contaban
con un mecanismo eficaz para su protección y que de someterse a los procesos
ordinarios sufrirían un daño manifiesto e irreparable a causa de una restricción
ilegítima.
En tercer lugar, una importante innovación que aportó la reforma
constitucional de 1994 en cuanto al amparo es la posibilidad de declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se fundó el acto u omisión lesiva en este
proceso rápido y expedito. En este punto encontramos que en la práctica el
impedimento de declarar la inconstitucionalidad ya se había visto atenuado
jurisprudencialmente, tal cual surge de los ya citados precedentes “Outón” y
“Peralta”.
En cuarto lugar, es destacable la recepción del amparo en nuestra ley
fundamental en cuanto lo convierte en una garantía no sólo efectiva para resguardar
derechos que surjan del texto constitucional sino también de aquellos derechos
producto de leyes y tratados.
En cuanto a la legitimación activa de esta acción individual entendemos que
esta abarca a la titular del derecho se trate de una persona humana o de una
persona jurídica ya que el texto del artículo dice literalmente “toda persona”.
Luego, el artículo prosigue haciendo referencia a la posibilidad de interponer
la acción de amparo colectiva y la legitimación activa para ello en casos de
discriminación o de lesión de derechos relativos al ambiente, la competencia, el
usuario, el consumidor y los derechos de incidencia colectiva en general (también
3
Según Dalla Via “quienes están dotados de imperio o de poder —autoridades— nacido de la
Constitución, de los tratados o las leyes, de los reglamentos o de otros actos o elementos del
ordenamiento.” DALLA VIA, Alberto Ricardo: Derecho Constitucional, 2°da ed. ; La Ley. p. 159
llamados derechos de tercera generación). Al respecto dice Dalla Via: “Hay
situaciones en las que los agravios, aunque afecten a una sola persona en concreto,
tienen un efecto generalizado ya que potencialmente incidirán sobre todos los que
se encuentren en la misma categoría, por ejemplo, en el caso de discriminación
racial, o frente al mal funcionamiento de un servicio público, o la mala fabricación de
un producto seriado, etc.; a estas situaciones se refiere el artículo.”4 Es interesante
asimismo el comentario que hace el jurista en cuanto a la innecesariedad del
sufrimiento de un perjuicio directo en estos casos ya que quien ostenta un interés
personal directo sobre por ejemplo una cuestión ambiental se encuentra legitimado
procesalmente para iniciar la acción de amparo sin probar un daño efectivo sobre sí
mismo. Así resolvió la Cámara Nacional Federal Contencioso administrativa, sala 3ª,
el 8/9/1994, en los autos "Schroeder, J. v. Estado nacional - Secretaría de Recursos
Naturales".
Por último el artículo trata las garantías de habeas data y habeas corpus que
protegen específicamente los derechos de la libertad corporal y de los datos o
información privada. El tratamiento de estas garantías excede el marco del presente
trabajo.
Cabe resaltar también que más allá de la recepción constitucional explícita,
gracias al otorgamiento de jerarquía constitucional a los tratados del artículo 75.22
encontramos otros textos que prevén igualmente la figura del amparo como lo hace
por instancia el artículo octavo de la declaración universal de los derechos del
hombre.

Admitido Permite Protege Procede si


contra actos examen de derechos existen otros
de particulares constitucionali reconocidos remedios
dad en tratados y
leyes

Amparo SI NO (en NO NO (salvo


pretoriano principio) perjuicio o
gravamen
irreparable)

Ley 16.986 NO NO NO NO

Constitución SI SI SI SI (salvo que


1994 resulten más
idóneos)
Figura 1: Cuadro comparativo de la acción de amparo en su evolución histórica.

4
DALLA VIA, Alberto Ricardo: Derecho Constitucional, 2da ed. La Ley. p. 162.
PARALELISMO CON EL ANÁLISIS ECONÓMICO DEL DERECHO

Al explicar el concepto de análisis económico del derecho, Sagües explica


que se refiere al “empleo de técnicas científicas correspondientes a dicha disciplina
en la ponderación del fenómeno jurídico. Es decir, procura la aplicación de teoría
económica y métodos empíricos desarrollados por la ciencia económica a
fenómenos jurídicos o sistemas legales.”5 Pues bien, si entendemos como concepto
principal de economía a la eficacia, vemos que la acción de amparo es esencial
para su respeto.
Como hemos visto, el amparo es una acción de carácter excepcional que se
utiliza en aquellos casos en los cuales los demás medios procesales que ofrece
nuestra legislación se ven inútiles, ante la necesidad de restablecer un derecho a su
estado anterior a un hecho dañoso o bien evitar un daño inminente, debido al efecto
cercenador de derechos que la duración de estos procesos ordinarios tiene, así
como la perpetuación o agravamiento de un daño que se torna grave e irreparable.
Desde esta perspectiva se torna evidente que ante la necesaria finalidad del estado
de derecho de resguardar las libertades individuales de las personas, el amparo se
presenta como la alternativa esencial que permite cumplir con esta finalidad en los
casos para los que está prevista, constituyéndose en un verdadero requisito para la
eficacia del ordenamiento jurídico en su conjunto.

AMPARO COMO GARANTÍA PARA RESGUARDAR DERECHOS ECONÓMICOS

No resulta complejo trazar un vínculo entre el amparo y los derechos


económicos ya que están estrechamente conectados y la acción es perfectamente
válida para resguardar esta categoría de derechos. Varios de los precedentes que
hemos citado en este trabajo refieren a demandantes que exigen el respeto de
derechos de carácter económico, entre estos el fallo Peralta, en el que a pesar de
haber obtenido los demandantes una resolución desfavorable al interponer la
procuración del tesoro de la nación el recurso extraordinario, denota la importancia
de esta acción para obtener la reparación de los derechos en un tiempo razonable.
En este fallo de 1990 de autos “Peralta, Luis Arcenio y otro c/ Estado Nacional (Mrio.
de Economía - BCRA.) s/ amparo”, el reclamo se suscitó porque el P.E.N había
dictado el decreto 36/90 que tenía como efecto la limitación de la devolución de
ciertos depósitos bancarios a los individuos a la suma de 1.000.000 de australes,
abonándose el resto por medio de bonos (bonos externos 1989). De esta manera lo
que se encontraba en juego era nada menos que el derecho a la propiedad y a
5
Sagües, Maria Sofía; “El análisis económico del derecho (AED) en la jurisdicción constitucional:
ponderación de la Unidad de AED de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina”;
Pensamiento Constitucional Año XIV N° 14
poder disponer de los bienes personales. La cámara competente resolvió previo al
tratamiento de la cuestión por la CSJN que asistía razón a los demandantes y que
debía declararse la inconstitucionalidad del decreto ya que esta era manifiesta
porque además de vulnerar sus derechos se trataba de un decreto de necesidad y
urgencia que no había sido ratificado por el congreso.
En cuanto al amparo como mecanismo de defensa de derechos sociales es
interesante analizar aquellas resoluciones dictadas en el marco de la pandemia del
coronavirus 19, entre estas encontramos diversos fallos referidos a la protección del
derecho de la educación. En la causa de 2021 de autos “M. B. M. B. Y a. J. Ambos
en nombre y representación de su hija menor v. J. C/ gobierno de la provincia del
chaco , ministerio de educación, cultura, ciencia y tecnología del chaco s/ medida
cautelar” se interpuso una acción de amparo con medida cautelar cuya finalidad era
resguardar el derecho de la educación de los alumnos para que estos puedan
concurrir a clases de manera presencial. El derecho a la educación surge
explícitamente de la constitución de Chaco en su artículo 79. En este caso la acción
de amparo y el pedido de medida cautelar que la acompaña fueron la solución
adecuada para esta restricción irrazonable al ejercicio de la educación por
encontrarse el colegio don bosco en condiciones sanitarias adecuadas para dictar
clases de manera presencial.

CONCLUSIÓN

La acción de amparo es de fundamental importancia para resguardar tanto


derechos individuales como colectivos o de tercera generación que de otra manera
quedarían en infinidad de casos concretos en su plano abstracto, sin ser defendidos
en la realidad por impedimentos procesales de carácter formal que relegan estos
derechos, habilitando una profundización del daño que muchas veces llega a ser
irreparable a causa de la dilación de los procesos ordinarios en nuestro sistema.
Para que exista un derecho en nuestro ordenamiento jurídico debe existir a su vez
un mecanismo de defensa del mismo ya que de otra manera el derecho sería tan
solo una ilusión sin significado en el plano empírico. En igual sentido, este necesario
mecanismo de defensa debe ser eficaz, en el sentido económico de obtener el
resultado deseado ya que si se ve restringido por normas regulatorias podría
tornarse superfluo para la finalidad pretendida en el momento de su creación. Es
manifiesta entonces la utilidad que tiene la institución del amparo en la vida diaria de
las personas ya que es utilizado constantemente como medio de resguardo de
diversos derechos económicos y sociales que prevé nuestra constitución, los
tratados y leyes que conforman la parte más esencial de nuestro ordenamiento
jurídico. Tomando en cuenta todo lo antedicho, es destacable la labor de los
convencionales constituyentes que participaron en la inclusión del amparo en el
texto de 1994, no solo asignándole jerarquía constitucional sino también ampliando
su campo de acción para garantizar la más extensa protección de derechos sin
dejar de tener en vista su carácter excepcional.
BIBLIOGRAFÍA

● BIDART CAMPOS, German J. : Manual de derecho constitucional, Ediar,


Buenos Aires, 1992

● BIDART CAMPOS, German J. Repensando las garantías constitucionales,


19 de Abril de 1991, REVISTA LA LEY pág. 2.

● DALLA VIA, Alberto Ricardo: Derecho Constitucional, 2da ed. actualizada.


La Ley.

● GROSSMAN, Osvaldo Alejandro: La acción de amparo y la garantía de


derechos constitucionales, 2005. Id SAIJ: DACF050064

● SAGÜES, Maria Sofía; “El análisis económico del derecho (AED) en la


jurisdicción constitucional: ponderación de la Unidad de AED de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación Argentina”; Pensamiento Constitucional
Año XIV N° 14

JURISPRUDENCIA

● "Siri, Angel, s/interpone recurso de hábeas corpus" CSJN, 1957.

● "Kot, Samuel S.R.L. s/ recurso de hábeas corpus" CSJN, 1958.

● “Outon, Carlos José y otros s/ recurso de amparo” CSJN, 1967.

● “Peralta, Luis Arcenio y otro c/ Estado Nacional (Mrio. de Economía - BCRA.)


s/ amparo.” CSJN, 1990

● “M. B. M. B. Y a. J. Ambos en nombre y representación de su hija menor v. J.


C/ gobierno de la provincia del chaco , ministerio de educación, cultura,
ciencia y tecnología del chaco s/ medida cautelar” JUZGADO CIVIL Y
COMERCIAL Nº 15 DE CHACO, 2021.

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