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Manifestaciones Bucales de las Enfermedades Sistémica

Escarlatina.
La escarlatina es una enfermedad infecciosa que está causada por una bacteria de la familia del
estreptococo beta-hemolítico del grupo A (EBHGA), se manifiesta en algunas personas que tienen
faringitis estreptocócica. La escarlatina, también conocida como fiebre escarlata, se caracteriza
por un sarpullido rojo brillante que afecta la mayor parte del cuerpo.
Esta enfermedad es más frecuente en los niños de 5 a 12 años. Si bien la escarlatina alguna vez
se consideró una enfermedad grave de la niñez, los tratamientos con antibióticos han hecho
que sea menos peligrosa.
Causas.
La escarlatina se contrae al entrar en contacto con la bacteria del estreptococo, que pueden
encontrarse en la nariz o en la garganta. Cuando una persona contagiada tose o estornuda, o
incluso con las pequeñas gotas de saliva que puede desprender al hablar, en el caso de que una
segunda persona entre en contacto con las gotas que se, tiene alto riesgo de contraer también
la enfermedad. Esto también implica, por tanto, comer del mismo recipiente que la persona
infectada.
La escarlatina también se puede contagiar por contacto con llagas en la piel que hayan surgido a
causa de la enfermedad.
Al ser una enfermedad frecuente en los niños, se suele contagiar en el colegio debido a la alta
presencia de estos.
Síntomas.

• Periodo de incubación: dura entre 3 y 5 días y es asintomática.


• Periodo de invasión: de 12-24 horas con inicio brusco: aparece fiebre elevada, vómitos y
cefalea, faringoamigdalitis dolorosa, enantema (punteado rojo) en velo del paladar y
lengua muy saburral (cubierta con una capa blanquecina, pero con puntos y bordes rojos).
• Periodo exantemático o de estado: dura aproximadamente 3-4 días. Se inicia con un
exantema de color rojo escarlata, fino, más intensa a nivel de pliegues cutáneos. La lengua
se descama y aparece roja con papilas prominentes, dándole aspecto de frambuesa (típica
de la escarlatina).
• Periodo de descamación o declinación: puede persistir durante semanas.
Otros signos y síntomas de la fiebre escarlata pueden incluir los siguientes:

• Fiebre de 101 °F (38.3 °C) o más, a menudo con escalofríos.


• Garganta muy dolorida y roja, a veces con manchas blancas o amarillentas.
• Dificultad para tragar.
• Glándulas agrandadas en el cuello (ganglios linfáticos) que están sensibles al tacto.
• Náuseas o vómitos.
• Dolor de cabeza.
Manifestaciones bucales.
A nivel bucal cursa con un exantema muy marcado en la lengua, la cual aparece cubierta por un
exudado blacoamarillento. Las papilas linguales sobresalen hiperémicas, estando engrosadas y
dando el aspecto de la lengua aframbuesada (lengua en fresa).
Diagnostico.
El diagnóstico de la escarlatina se realiza por la sintomatología clínica confirmándose a través de
pruebas analíticas en las que se detecta:

• Presencia del estreptococo en exudado faríngeo.


• Antiestreptolisinas en suero (desarrollo de anticuerpos).
• Aumento de leucocitos y eosinófilos (glóbulos blancos) en la sangre.
• La evolución puede ser muy diversa y las formas clínicas pueden ser desde malignas
(tóxica, séptica) a benignas (latente, frustrada).
• La enfermedad deja inmunidad duradera frente a la toxina.

Tratamiento.

• Abundantes líquidos.
• Reposo durante el periodo febril.
• Analgésicos y antitérmicos.
• Antibióticos: la penicilina es el antibiótico de elección e inicio, salvo en personas alérgicas
en las que se usará eritromicina. La duración será de 10 días, ya que en caso contrario el
germen puede no erradicarse, y convertirse el sujeto en portador.

Sarampión.
El sarampión es una enfermedad infecciosa exantemática
frecuente, especialmente en niños, es causada por un virus,
específicamente de la familia paramyxoviridae del género
Morbillivirus. Se caracteriza por las típicas manchas en la piel
de color rojo (exantema), así como la fiebre y un estado
general debilitado.
Causas
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus que se reproduce
en la nariz y en la garganta de un niño o adulto infectado. Luego, cuando una persona con
sarampión tose, estornuda o habla, las gotas infectadas se expulsan al aire, donde otras personas
pueden inhalarlas.
Las gotas infectadas también pueden depositarse sobre una superficie, donde permanecen
activas y contagiosas durante varias horas. Si te tocas la boca o la nariz con los dedos o te refriegas
los ojos luego de tocar una superficie infectada, puedes contraer el virus.
Alrededor del 90 % de las personas susceptibles que se exponen a alguien con el virus se
infectarán.
Síntomas
Los signos y síntomas del sarampión aparecen entre 10 y 14 días después de la exposición al virus.
Los signos y los síntomas del sarampión generalmente son los siguientes:

• Fiebre.
• Tos seca.
• Goteo nasal.
• Dolor de garganta.
• Ojos inflamados (conjuntivitis).
• Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en
la cara interna de la mejilla, también denominados "puntos de Koplik".
• Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre
sí.

Manifestaciones bucales.
La lesión característica del sarampión en la cavidad oral son las manchas de Koplik, desarrolladas
en las etapas tempranas del curso de la infección. Se trata de lesiones puntiformes de color
blanquecino rodeadas de un halo eritematoso, las cuales confluyen en ocasiones de forma
localizada en la mucosa yugal.
Diagnostico.
El diagnóstico del sarampión se realiza
fundamentalmente y casi siempre por la clínica.
La observación de las "manchas de Koplik",
pequeños puntos blanquecinos que aparecen en el
interior de las mejillas en las etapas iniciales de esta
enfermedad, es también un diagnóstico de
sarampión.
En ocasiones, cuando el diagnóstico no está muy claro, se puede realizar una analítica sanguínea
para detectar anticuerpos antisarampionosos en suero.
El diagnóstico diferencial se deberá realizar con otras enfermedades exantemáticas como
rubeola, exantema súbito o escarlatina.

Tratamiento.
No hay tratamiento específico.
Sólo sintomático: antitérmicos, ingerir líquidos, luz poco intensa (por las molestias oculares como
la fotofobia).
Mononucleosis infecciosa.
La mononucleosis infecciosa es conocida también como fiebre ganglionar de Pfeiffer o como "la
enfermedad del beso" ya que se transmite por contacto directo de saliva. El virus de Epstein Barr
es la causa más común de la mononucleosis infecciosa. Es una enfermedad infecciosa, aguda,
febril y autolimitada.
En la mayoría de los casos la mononucleosis infecciosa cura sola en 2-3 semanas. En caso de
pacientes inmunodeprimidos por inmunodeficiencia celular previa, trasplantes de médula ósea,
y de órganos sólidos, el virus de Epstein-Barr puede dar lugar al tumor de Burkitt (especialmente
en zonas endémicas de paludismo) u otros síndromes linfoproliferativos (linfomas B).
Causas.
Está producida por un virus de la familia herpes-viridae llamado virus de Epstein-Barr, que está
distribuido por todo el mundo.
Se transmite principalmente por las secreciones orales (saliva) mediante besos o intercambio de
saliva, es decir con un contacto personal estrecho, dado su baja contagiosidad.
El virus se elimina hasta 18 meses después de la infección primaria, luego se elimina
intermitentemente durante toda la vida (en ausencia de enfermedad clínica). Con menos
frecuencia puede contagiarse por transfusión clínica.
Síntomas.
La enfermedad tiene un periodo de incubación de entre 10-50 días asintomático. Le sigue un
periodo prodrómico que dura de 7-14 días con mal estado general, cefalea, astenia, anorexia,
mialgias, dolores de abdomen. A veces el inicio es brusco o agudo con fiebre alta.
Los síntomas más habituales son:

• Fiebre, generalmente elevada.


• Astenia.
• Tumefacción de ganglios linfáticos cervicales, occipitales, que son dolorosos.
• Faringoamigdalitis.
• Esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo).
• Hepatitis anictérica.

Manifestaciones bucales.
Amigdalitis y faringitis agudas pueden dar lugar al recubrimiento con una membrana exudativa
de color blanco grisáceo; linfadenomegalias cervicales, petequias en el paladar.
Diagnostico.
El diagnóstico de la mononucleosis infecciosa (enfermedad del beso) se realiza por el cuadro
clínico y por las alteraciones en la sangre: aumento de leucocitos (células blancas) siendo típicos
la linfocitosis y el predominio de linfocitos atípicos.
Existe una elevación moderada de transaminasas en el 50% de los pacientes.
También se utilizan los estudios serológicos que demuestran la presencia de unos anticuerpos
(anticuerpos heterófilos) y el estudio de anticuerpos específicos para el virus del Epstein-Barr
(VEB).
Estos estudios ayudan a diferenciar esta enfermedad de otras que pueden cursar con una clínica
similar, causadas por otros agentes como: citomegalovirus, toxoplasma gondii, virus de la
hepatitis, virus del sida, etc.

Tratamiento.
En general solo es necesario un tratamiento sintomático con antitérmicos, antiinflamatorios. En
algunos casos puede ser útil el uso de glucocorticoides.
En los pacientes con sobreinfección bacteriana faringoamigadalar puede utilizarse antibióticos,
pero nunca ampicilinas o amoxicilinas (pueden desencadenar exantemas).
Mientras persista la esplenomegalia el paciente debe evitar los deportes u otras actividades
físicas que impliquen riesgo de rotura esplénica.

Difteria.
La difteria es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Corynebacterium diphtheria,
que infecta principalmente la garganta y las vías respiratorias superiores, y produce una toxina
que afecta a otros órganos. La enfermedad tiene un inicio agudo y las principales características
son dolor de garganta, fiebre baja y glándulas inflamadas en el cuello, y la toxina puede, en casos
graves, causar miocarditis o neuropatía periférica. La toxina difteria hace que una membrana de
tejido muerto se acumule sobre la garganta y las amígdalas, dificultando la respiración y la
deglución. La enfermedad se transmite a través del contacto físico directo o de la inhalación de
las secreciones aerosolizadas por tos o estornudos de individuos infectados.

Causas.
La difteria se produce por la bacteria Corynebacterium diphtheriae. La bacteria suele
multiplicarse en la superficie de la garganta o la piel, o cerca de ella. La Corynebacterium
diphtheriae se propaga a través de lo siguiente:
• Gotas trasmitidas por el aire. Cuando una persona infectada estornuda o tose, lanza al
aire gotas contaminadas y es posible que las personas que estén cerca inhalen la
Corynebacterium diphtheriae. La difteria se propaga fácilmente de esta manera,
especialmente en condiciones de hacinamiento.
• Artículos personales o domésticos contaminados. A veces, las personas se contagian de
difteria al manipular las cosas de una persona infectada, como pañuelos desechables o
toallas de mano que se han usado y que pueden estar contaminadas con la bacteria.
• También puedes trasferir las bacterias que causan la difteria al tocar una herida infectada.

Las personas que se han infectado con la bacteria de la difteria y que no han recibido tratamiento
pueden infectar a personas que no han recibido la vacuna contra la difteria, incluso si no
muestran ningún síntoma.

Síntomas.
Los signos y síntomas de difteria comienzan, generalmente, de dos a cinco días después de
contraer la infección. Estos son algunos de los signos y síntomas:
• Una membrana gruesa y de color gris que recubre la garganta y las amígdalas.
• Dolor de garganta y ronquera.
• Inflamación de las glándulas en el cuello (agrandamiento de los ganglios linfáticos).
• Dificultad para respirar o respiración rápida.
• Secreción nasal.
• Fiebre y escalofríos.
• Cansancio.
En algunos casos, la infección con las bacterias que causan la difteria provoca una enfermedad
leve, o quizás la persona ni siquiera presente signos y síntomas evidentes. Las personas
infectadas que no saben que padecen la enfermedad se conocen como portadores de la difteria.
Se los llama portadores porque pueden trasmitir la infección sin estar enfermos.
Manifestaciones bucales.
Membrana inflamatoria resistente, fibrinopurulenta, de color blanco sucio característico situada
sobre las amígdalas y la retrofaríngea.
Diagnóstico.
Los médicos pueden sospechar que un niño enfermo tiene difteria si presenta dolor de garganta
y sus amígdalas y garganta están recubiertas por una membrana gris. La proliferación de la
Corynebacterium diphtheriae en un cultivo de laboratorio de material extraído de la membrana
de la garganta confirma el diagnóstico. Los médicos también pueden tomar una muestra de tejido
de una herida infectada y examinarla en un laboratorio para detectar el tipo de difteria que afecta
la piel (difteria cutánea).
Si el médico sospecha de difteria, el tratamiento comienza de inmediato, incluso antes de que los
resultados de las pruebas bacterianas estén disponibles.
Tratamiento.
La difteria es una enfermedad grave. Los médicos la tratan de forma inmediata y agresiva. Los
médicos primero se aseguran de que las vías respiratorias no estén bloqueadas o reducidas. En
algunos casos, puede ser necesario colocar una intubación endotraqueal en la garganta para
mantener las vías respiratorias abiertas hasta que estén menos inflamadas.
Entre los tratamientos se incluyen los siguientes:
• Antibióticos. Los antibióticos, como la penicilina o la eritromicina, ayudan a matar las
bacterias del cuerpo y eliminan las infecciones. Los antibióticos reducen el tiempo en que
alguien con difteria es contagioso.
• Una antitoxina. Si un médico sospecha de difteria, solicitará a los Centros para el Control
y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) un medicamento que
contrarreste la toxina de la difteria en el cuerpo. Este fármaco, llamado antitoxina, se
inyecta en una vena o un músculo.
Antes de administrar una antitoxina, puede que los médicos hagan pruebas cutáneas de alergia.
Se hacen para asegurarse de que la persona infectada no sea alérgica a la antitoxina. Si alguien
es alérgico, es probable que el médico le recomiende no recibir la antitoxina.
Los niños y los adultos con difteria a menudo deben ser hospitalizados para el tratamiento. Es
posible que los aíslen en una unidad de cuidados intensivos, ya que la difteria puede propagarse
fácilmente e infectar a quienes no estén vacunados contra la enfermedad.
Tratamientos preventivos
Si has estado expuesto a una persona infectada con difteria, consulta con un médico para hacer
un análisis y considerar un posible tratamiento. El médico puede recetarte antibióticos para
ayudar a que no padezcas la enfermedad. Es posible que también necesites una dosis de refuerzo
de la vacuna contra la difteria.
Además, las personas portadoras de difteria reciben un tratamiento con antibióticos para limpiar
su sistema de las bacterias.

Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).


Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Este virus afecta a las células de defensa de nuestro
cuerpo, llamadas linfocitos T CD4. Si la infección no es controlada evoluciona con mayor rapidez
a lo que llamamos SIDA.
Este virus se encuentra en la sangre, en los fluidos de los órganos sexuales (líquido
preeyaculatorio, semen, secreción vaginal) y en la leche materna.

Una vez que el VIH se encuentra dentro de las células de nuestro cuerpo, las utiliza para replicarse
sin causar molestias, a esta etapa se le llama asintomática.

Causas.
El VIH es una variación de un virus que infecta a los chimpancés africanos. Los científicos
sospechan que el virus de inmunodeficiencia simia (VIS) saltó de chimpancés a humanos cuando
las personas consumían carne de chimpancé infectada. Una vez dentro de la población humana,
el virus se transformó en lo que ahora conocemos como VIH. Esto es probable que haya ocurrido
desde los años veinte.
El VIH se propagó de persona a persona en toda África a lo largo de varias décadas. Finalmente,
el virus migró a otras partes del mundo. Los científicos descubrieron por primera vez el VIH en
una muestra de sangre humana en 1959.

Síntomas.
Las personas con VIH experimentan síntomas diferentes en las fases iniciales y finales de la
infección.
Infección aguda por VIH
Los síntomas del VIH pueden ser similares a los causados por otras enfermedades.
Unas semanas después de contraer el VIH, muchas personas tienen síntomas parecidos a los de
la gripe, que pueden durar días o semanas. Estos síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza,
cansancio y aumento de tamaño de los ganglios linfáticos en el cuello y la zona de la ingle. Otras
personas pueden ser asintomáticas.
Sin embargo, aunque las personas con VIH se sientan sanas, el virus sigue afectando a su cuerpo.
Una vez que el VIH entra en el cuerpo, infecta un gran número de células CD4+ y se extiende con
rapidez por todo el cuerpo y llega a varios sistemas de órganos.
Durante este periodo inicial, el VIH está presente en grandes cantidades en los fluidos genitales
y en la sangre, y puede transmitirse a otras personas.
Infección crónica por VIH
En la siguiente fase de la infección por VIH, el virus sigue multiplicándose, pero a niveles muy
bajos. Es posible que las personas no se sientan enfermas ni tengan ningún síntoma.
Si no reciben tratamiento para el VIH durante esta etapa, todavía pueden transmitir el virus a
otras personas. Recibir y continuar el tratamiento previene la transmisión del VIH a otras
personas.
Sin el tratamiento del VIH, las personas pueden permanecer en esta etapa durante una década o
más, aunque algunas pasan por esta etapa más rápido.
Con el tratamiento, el VIH está presente solamente en cantidades muy pequeñas en los fluidos
genitales y la sangre, o puede que no se detecte en absoluto. Es posible que las personas con
niveles bajos o indetectables del VIH nunca desarrollen el SIDA.
SIDA
El SIDA es la fase más avanzada de la infección por el VIH, en la que el sistema inmunitario de la
persona está muy debilitado y tiene dificultades para combatir infecciones y ciertos cánceres.
En esta fase, se desarrollan síntomas graves, como:
• Pérdida rápida de peso.
• Infecciones graves.
• Neumonía.
• Fiebre recurrente.
• Inflamación prolongada de los ganglios linfáticos.
• Manchas en la piel.
• Diarrea prolongada.
• Llagas en la boca, el ano o los genitales.
• Pérdida de memoria.
• Depresión.
• Otros trastornos neurológicos.
Manifestaciones bucales.
Las personas con VIH pueden tener afecciones como:

• Boca seca.
• Candidiasis.
• Lesiones blancas a los lados de la lengua (leucoplaquia oral pilosa).
• Gingivitis de banda roja.
• Periodontitis ulcerativa.
• Sarcoma de Kaposi.
• Brotes de virus herpes simple.
• Llagas.

Diagnostico.
El VIH puede ser diagnosticado a través de
pruebas de sangre o saliva. Las pruebas
disponibles incluyen:
• Pruebas de antígenos y anticuerpos. Estas pruebas suelen implicar la extracción de
sangre de una vena. Los antígenos son sustancias del propio virus del VIH y suelen ser
detectables o dar positivo en la sangre a las pocas semanas de la exposición al VIH.
Los anticuerpos son producidos por tu sistema inmunitario cuando se expone al VIH. Los
anticuerpos pueden tardar semanas o meses en ser detectables. La combinación de antígenos y
anticuerpos puede tardar de dos a seis semanas después de la exposición para dar positivo.
• Análisis de anticuerpos. Estas pruebas buscan anticuerpos contra el VIH en la sangre o la
saliva. La mayoría de las pruebas rápidas de VIH, incluidas las autopruebas hechas en casa,
son pruebas de anticuerpos. Las pruebas de anticuerpos pueden tardar de tres a 12
semanas después de la exposición en dar positivo.
• Pruebas de ácido nucleico. Estas pruebas buscan el virus real en la sangre (carga viral).
También implican la extracción de sangre de una vena. Si pudiste haber estado expuesto
al VIH en las últimas semanas, tu médico puede recomendarte una prueba de ácido
nucleico. La prueba de ácido nucleico será la primera prueba en dar positivo después de
la exposición al VIH.

Tratamiento.
Actualmente, no hay cura para el VIH/SIDA. Una vez que tienes la infección, tu cuerpo no puede
deshacerse de ella. Sin embargo, hay muchos medicamentos que pueden controlar el VIH y evitar
complicaciones. Estos medicamentos se denominan terapia antirretroviral (TARV). Todas las
personas diagnosticadas con VIH deben comenzar con la terapia antirretroviral,
independientemente de la etapa de la infección o de las complicaciones.
La terapia antirretroviral suele ser una combinación de tres o más medicamentos de varias clases
de fármacos diferentes. Esta estrategia es la más eficaz para reducir la cantidad de VIH en la
sangre. Hay muchas opciones de terapia antirretroviral que combinan tres medicamentos para
el VIH en un solo comprimido, que se toma una vez al día.
Cada clase de fármaco bloquea el virus de manera diferente. El tratamiento consiste en
combinaciones de fármacos de diferentes clases para:
• Tener en cuenta la resistencia individual a los fármacos (genotipo viral)
• Evitar la creación de nuevas cepas de VIH resistentes a los fármacos •

Maximizar la supresión del virus en la sangre

Pancitopenia.
La pancitopenia corresponde al descenso simultáneo del número de células de la sangre, es decir,
es la disminución del número de eritrocitos, leucocitos y plaquetas, lo que genera signos y
síntomas como palidez, cansancio, hematomas, sangrados, fiebre y tendencia a infecciones.
Esta condición puede surgir por una disminución en la producción de células por parte de la
médula ósea, debido a situaciones como deficiencia de vitaminas, enfermedades genéticas,
leucemia o leishmaniasis; o por una destrucción de las células sanguíneas ya formadas, debido a
enfermedades inmunitarias o enfermedades que estimulan la acción del bazo.
Causas.
La pancitopenia puede ocurrir debido a dos situaciones: cuando la médula ósea no produce
correctamente las células de la sangre o cuando la médula ósea las produce correctamente,
pero las células son destruidas en la circulación sanguínea. Las principales causas de
pancitopenia son:
• Uso de medicamentos tóxicos, como ciertos antibióticos, quimioterapéuticos,
antidepresivos, anticonvulsivantes y sedantes.
• Efectos de radiación o agentes químicos, como benceno y DDT, por ejemplo;
• Deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico en la alimentación.
• Enfermedades genéticas, como anemia de Fanconi, disqueratosis congénita o
enfermedad de Gaucher.
• Trastornos de la médula ósea, como síndrome mielodisplásico, mielofibrosis o
hemoglobinuria paroxística nocturna.
• Enfermedades autoinmunes, como lupus, síndrome de Sjögren o síndrome
linfoproliferativo autoinmune.
• Enfermedades infecciosas, como leishmaniasis, brucelosis, tuberculosis o VIH;
• Cáncer, como leucemias, mieloma múltiple, mielofibrosis o metástasis en la médula ósea
de otros tipos de cáncer;
Enfermedades que estimulan la acción del bazo y de las células de defensa del organismo para
destruir las células sanguíneas, como cirrosis hepática, enfermedades mieloproliferativas y
síndromes hemofagocíticos.
Asimismo, enfermedades infecciosas agudas provocadas por bacterias o virus, como el
citomegalovirus (CMV), pueden provocar una fuerte reacción inmune del organismo, la cual
puede ser capaz de destruir las células sanguíneas de forma aguda durante el transcurso de la
infección.

Síntomas.
Los signos y los síntomas de la pancitopenia están relacionados con la reducción de los glóbulos
rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas en la sangre, siendo los principales:

• Reducción de los glóbulos rojos.


Genera anemia, lo que a su vez provoca palidez, debilidad, cansancio, mareos y
palpitaciones.
• Reducción de los glóbulos blancos
Afecta la acción del sistema inmunitario, aumentando la tendencia a infecciones y fiebre.

• Reducción de las plaquetas.


Dificulta la coagulación de la sangre, aumentando el riesgo de hemorragias, y genera el
surgimiento de equimosis, hematomas y petequias.
Dependiendo del caso, también puede haber signos y síntomas relacionados con la enfermedad
que provoca la pancitopenia, como aumento del tamaño del abdomen debido al incremento del
tamaño del bazo, ganglios linfáticos aumentados de tamaño, malformaciones en los huesos o
alteraciones en la piel.

Manifestaciones bucales.
Se pueden observar estomatitis, queilitis angular, atrofia de papilas gustativas y problemas
hemorrágicos como sangrado de encías, hemorragias nasales o hemorragia interna.

Diagnostico.
El diagnóstico de la pancitopenia es realizado por medio de un hemograma, en el cual son
verificados los niveles de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas disminuidos en la sangre.
Sin embargo, también es importante identificar la causa que provocó la pancitopenia, acción que
debe ser realizada por parte del médico general o del hematólogo mediante la observación de la
historia clínica y el examen físico realizado en el paciente. Asimismo, puede recomendarse la
realización de otros exámenes para identificar la causa de la pancitopenia, como:

• Búsqueda de hierro sérico, ferritina, saturación de transferrina y recuento de


reticulocitos;
• Medición de niveles de vitamina B12 y ácido fólico;
• Búsqueda de infecciones;
• Perfil de coagulación de la sangre;
• Pruebas inmunitarias, como Coombs directo;
• Mielograma, en el cual se aspira la médula ósea para obtener más detalles acerca de las
características de las células de esta región;
• Biopsia de médula ósea, la cual evalúa las características de las células, presencia de
infiltraciones por cáncer u otras enfermedades y fibrosis.
También pueden ser solicitados exámenes específicos para la enfermedad que el médico
sospeche, como es el caso de la inmunoelectroforesis para el mieloma múltiple o el cultivo de la
médula ósea para identificar infecciones, como la leishmaniasis.
Tratamiento
El tratamiento para la pancitopenia es indicado por el hematólogo de acuerdo con la causa,
pudiendo incluir el uso de medicamentos que actúan en la inmunidad, como Metilprednisolona
o Prednisona; o inmunosupresores, como Ciclosporina, en el caso de enfermedades autoinmunes
o inflamatorias. Además, en caso de que la pancitopenia se deba a un cáncer, el tratamiento
puede implicar el trasplante de médula ósea.
Cuando se trata de infecciones, son indicados tratamientos específicos para cada
microorganismo, como antibióticos, antivirales o antimoniales pentavalentes, como por ejemplo
en el caso de leishmaniasis. Por otra parte, la transfusión sanguínea no está siempre indicada,
siendo necesaria solo en casos graves que requieran de una recuperación rápida, dependiendo
de la causa.

Leucemia.

La leucemia es el cáncer de los tejidos que forman la sangre en el organismo, incluso la médula
ósea y el sistema linfático.
Existen muchos tipos de leucemia. Algunas formas de leucemia son más frecuentes en niños.
Otras tienen lugar, principalmente, en adultos.
La leucemia, por lo general, involucra a los glóbulos
blancos. Los glóbulos blancos son poderosos
combatientes de infecciones; por lo general, crecen y se
dividen de manera organizada, a medida que el cuerpo
los necesita. Pero en las personas que tienen leucemia,
la médula ósea produce una cantidad excesiva de
glóbulos blancos anormales que no funcionan
correctamente.
El tratamiento para la leucemia puede ser complejo,
según el tipo de leucemia y según otros factores.

Causas.
En general, se cree que la leucemia aparece cuando algunas células sanguíneas adquieren
cambios (mutaciones) en el material genético o ADN. El ADN de una célula contiene instrucciones
que le dicen lo que debe hacer. Habitualmente, el ADN le indica a la célula que crezca a cierto
ritmo y que se muera en determinado momento. En la leucemia, las mutaciones indican a las
células sanguíneas que continúen creciendo y dividiéndose.
Cuando esto sucede, la producción de células sanguíneas se descontrola. Con el tiempo, esas
células anormales pueden desplazar a las células sanguíneas sanas de la médula ósea, lo que
disminuye la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos, y causa los signos y
síntomas de la leucemia.
Síntomas.
Los síntomas de la leucemia varían según el tipo de leucemia. Los signos y síntomas comunes
incluyen los siguientes:

• Fiebre o escalofríos
• Fatiga persistente, debilidad.
• Infecciones frecuentes o graves.
• Pérdida de peso sin intentarlo.
• Ganglios linfáticos inflamados, agrandamiento del hígado o del bazo.
• Sangrado y formación de hematomas con facilidad.
• Sangrados nasales recurrentes.
• Pequeñas manchas rojas en la piel (petequia).
• Hiperhidrosis, sobre todo por la noche.
• Dolor o sensibilidad en los hueso

Manifestaciones bucales.
Las manifestaciones orofaciales de la leucemia se pueden clasificar en primarias, secundarias y
terciarias.
Primarias:

• Lesiones debidas a infiltraciones neoplásicas extramedulares de la mucosa oral, como


inflamación gingival localizada o generalizada (hiperplasia gingival).
• Cloroma: masas tumorales linfáticas verdosas que aparecen en la mucosa.
• Destrucción del hueso alveolar con consiguiente movilidad, dolor y desplazamientos de
las piezas dentales.
• Linfadenopatia cervical: agrandamiento de los ganglios linfáticos por desprendimiento de
células tumorales del foco neoplásico principal.
• Dolor dental por infiltración leucémica de la pulpa, a causa de una leucemia cutis.
A nivel neurológico:

• Parálisis facial.
• Neuralgia del trigémino.
• Incapacidad para sacar la lengua.
• Debilidad al morder.
• Parestesias de labios, cara o lengua.
Manifestaciones secundarias:

• Palidez generalizada de la mucosa por la disminución de glóbulos rojos.


• Eritema en mucosa oral o cianosis, es decir coloración azulada de la mucosa por
pigmentos hemoglobínicos anómalos en los hematíes.
• Erosiones y ulceraciones dolorosas e incluso necróticas, debido a las trombosis que sufren
los vasos por esas células leucémicas y por una respuesta inmune reducida.
• Hemorragias, petequias o hematomas presentes en mucosa después de un trauma trivial.
• Aumento de la susceptibilidad frente a infecciones virales, micoticasno bacterianas
debido a esa disminución de la respuesta inmunológica, que llevan a la reactivación de
infecciones latentes cómo la osteomielitis, pericoronitis o inflamaciones periodontales y
periapicales dolorosas. Es común encontrar candidiasis orales, gingivoestomatitis
herpética primaria o secundaria o Guna.
• Ulceraciones palatinas, leucoplasia vellosa, verrugas virales o incluso necrosis por
presencia de mucormicosis en la cavidad nasal y senos paranasales, pueden ser signos del
deterioro de la respuesta del organismo ante intervenciones dentales.

Manifestaciones terciarias.
Las manifestaciones terciarias orofaciales de la leucemia van a ser causadas por la
toxicidad que suponen la quimioterapia y la radioterapia que se emplean como
tratamiento de la enfermedad, como la osteorradionecrosis.
Diagnostico.
Los médicos pueden descubrir la leucemia crónica en un análisis de sangre de rutina antes de
que comiencen los síntomas. Si eso sucede, o si tienes signos o síntomas que indican leucemia,
pueden hacerte los siguientes exámenes de diagnóstico:

• Examen físico. Tu médico buscará signos físicos de leucemia, como palidez de la piel por
la anemia, ganglios linfáticos inflamados, y agrandamiento del hígado y del bazo.
• Análisis de sangre. Al observar una muestra de sangre, tu médico puede determinar si
tienes niveles anormales de glóbulos rojos o blancos, o plaquetas, lo que puede indicar
leucemia. Un análisis de sangre también puede mostrar la presencia de células de
leucemia, aunque no todos los tipos de leucemia hacen que dichas células circulen en la
sangre. Algunas veces las células de leucemia permanecen en la médula ósea.
• Análisis de médula ósea. Tu médico puede recomendarte un procedimiento para extraer
una muestra de médula ósea del hueso de la cadera. La médula ósea se extrae con una
aguja delgada y larga. La muestra se envía a un laboratorio para buscar células de
leucemia. Las pruebas especializadas de las células de leucemia pueden revelar algunas
características que se usan para determinar las opciones de tratamiento.

Tratamiento.
El tratamiento para la leucemia depende de muchos factores. El médico determina tus opciones
de tratamiento para la leucemia en función de tu edad y tu salud general, del tipo de leucemia
que padezcas y de si esta se ha extendido a otras partes del cuerpo, incluido el sistema nervioso
central. Los tratamientos frecuentes que se usan para combatir la leucemia son:
• Quimioterapia. La quimioterapia es la principal forma de tratamiento para la leucemia.
Este tratamiento con medicamentos usa sustancias químicas para matar las células de
leucemia.
• Según el tipo que padezcas, es posible que recibas un único medicamento o una
combinación de varios. Estos pueden venir en forma de pastilla o pueden inyectarse
directamente en una vena.
• Terapia dirigida. Los tratamientos con fármacos con diana específica se enfocan en
anomalías específicas presentes dentro de las células cancerosas. Al bloquear estas
anomalías, los tratamientos con fármacos con diana específica pueden producir la muerte
de las células cancerosas. Se analizarán tus células leucémicas para ver qué terapia
dirigida podría ser útil para ti.

Radioterapia. La radioterapia usa rayos X u otros haces de alta energía para dañar las
células de leucemia y detener su crecimiento. Durante la radioterapia, te recuestas sobre
una camilla mientras una máquina grande se mueve a tu alrededor y dirige la radiación a
puntos específicos del cuerpo.
• Puedes recibir radiación en una zona específica del cuerpo donde haya una acumulación
de células de leucemia, o puedes recibir radiación en todo el cuerpo. La radioterapia se
puede usar para prepararse para un trasplante de médula ósea.
• Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también llamado trasplante
de célula madre, ayuda a restablecer las células madre sanas al reemplazar la médula ósea
enferma con células madre libres de leucemia que regenerarán la médula ósea sana.
• Antes de un trasplante de médula ósea, recibirás dosis muy altas de quimioterapia o
radioterapia para destruir la médula ósea que produce leucemia. Luego, recibirás una
infusión de células madre formadoras de sangre que ayudan a reconstruir la médula ósea.
• Puedes recibir células madre de un donante o se pueden usar tus propias células madre.
• Inmunoterapia. La inmunoterapia utiliza el sistema inmunitario para combatir el cáncer.
El sistema inmunitario que lucha contra las enfermedades de tu cuerpo puede no atacar
el cáncer porque las células cancerosas producen proteínas que las ayudan a esconderse
de las células del sistema inmunitario. La inmunoterapia funciona porque interfiere en ese
proceso.
• Ingeniería de células inmunes para combatir la leucemia. Un tratamiento especializado
llamado terapia con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (CAR) toma las
células T que combaten los gérmenes de tu cuerpo, las diseña para combatir el cáncer y
las infunde de nuevo en tu cuerpo. Esta terapia puede ser una opción para ciertos tipos
de leucemia.
• Ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son experimentos para evaluar nuevos tratamientos
oncológicos y nuevas formas de aplicar los tratamientos existentes. Si bien los ensayos
clínicos les ofrecen a ti o a tu hijo la posibilidad de probar el tratamiento oncológico más
novedoso, los beneficios y los riesgos del tratamiento pueden ser inciertos. Habla sobre
los beneficios y los riesgos de los ensayos clínicos con tu médico.

Liquen Plano.

El liquen plano es una enfermedad que puede causar hinchazón e irritación en la piel, el cuero
cabelludo, las uñas y el recubrimiento de las mucosas. En la piel, el liquen plano, en general,
aparece como bultos planos violáceos que causan picazón y que se desarrollan durante varias
semanas. En la boca, la vagina y otras áreas recubiertas por membranas mucosas, el liquen plano
forma manchas blancas reticuladas que a veces tienen llagas dolorosas.
La mayoría de las personas puede controlar los casos típicos y leves de liquen plano oral en su
casa, sin atención médica. Si el trastorno causa dolor o mucha picazón, quizás necesites
medicamentos con receta. El liquen plano no es contagioso.

Causas.
El liquen plano se presenta cuando el sistema inmunitario ataca células de la piel o el
recubrimiento de las mucosas. No está claro por qué ocurre esta respuesta inmunitaria anormal.
La enfermedad no es contagiosa.
El liquen plano puede ser desencadenado por:
• Infección de hepatitis C.
• Vacuna contra la gripe.
• Determinados pigmentos, productos químicos y metales.
• Analgésicos, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) y naproxeno (Aleve y otros).
• Determinados medicamentos para la enfermedad cardíaca, hipertensión arterial o
artritis.

Síntomas.
Los signos y los síntomas del liquen plano varían según la zona afectada. Los signos y los síntomas
típicos son los siguientes:

• Bultos planos y purpúreos, muy a menudo en el interior del antebrazo, la muñeca o el


tobillo y, algunas veces, en los genitales.
• Picazón.
• Ampollas que se rompen para formar costras o cortezas.
• Parches blancos reticulados en la boca o los labios o la lengua.
Úlceras dolorosas en la boca o la vagina.
• Pérdida del cabello.
• Cambio en el color del cuero cabelludo.
• Daño en las uñas o pérdida de ellas.

Manifestaciones bucales.
El liquen plano oral se caracteriza por la aparición de lesiones en la mucosa que reviste la cara
interna de las mejillas, las encías o la lengua. Pueden ser lesiones blanquecinas, eritematosas o

erosivas (ulceradas) que pueden ocasionar molestias que se acentúan con la ingesta de alimentos
irritantes. Este subgrupo de pacientes con liquen plano erosivo persistente durante años tiene
que someterse a revisiones periódicas, pues existe un riesgo, muy bajo pero real, de generar en
un carcinoma escamoso, una forma de cáncer de cavidad oral.

Diagnostico.
El médico hace un diagnóstico del liquen plano en base a los síntomas, los antecedentes médicos,
la exploración física y, si es necesario, los resultados de los análisis de laboratorio. Algunas de
estas pruebas son:

• Biopsia. El médico extrae una pequeña muestra del tejido afectado para examinarla con
un microscopio. El tejido se analiza para determinar si presenta los patrones de células
característicos del liquen plano.
• Prueba de hepatitis C. Es posible que se te extraiga sangre para la prueba de hepatitis C,
que es un posible desencadenante de liquen plano.
• Pruebas de alergia. El médico puede derivarte a un especialista en alergias (alergista) o un
dermatólogo para descubrir si eres alérgico a algo que pueda desencadenar liquen plano.
Pueden ser necesarias otras pruebas si el médico sospecha que tienes alguna de las diversas
variaciones del liquen plano, como el tipo que afecta el esófago, los genitales, los oídos o la boca.

Tratamiento.

• Corticosteroides.
La primera opción para el tratamiento del liquen plano es, en general, una crema o un ungüento
recetado con corticosteroides. Si esto no ayuda y tu trastorno es grave o se ha diseminado, el
médico podría sugerir una inyección o una pastilla de corticosteroides.
Los efectos secundarios frecuentes de los corticosteroides tópicos incluyen irritación cutánea o
afinamiento de la piel donde se coloca la crema y candidosis bucal. Los corticosteroides se
consideran seguros cuando se toman según lo indicado y por poco tiempo.

• Medicamentos antiinfecciosos orales


Otros medicamentos orales usados en situaciones determinadas para esta afección son
hidroxicloroquina antimalárica (Plaquenil) y metronidazol antibiótico (Flagyl y otros).

• Medicamentos para la respuesta inmunitaria


Los signos y los síntomas graves pueden requerir medicamentos recetados que eliminen o
modifiquen la respuesta inmunitaria del cuerpo, como azatioprina (Azasan, Imuran),
micofenolato (Cellcept), ciclosporina (Gengraf, Sandimmune y otros) y metotrexato (Trexall).

• Antihistamínicos
Un antihistamínico administrado por vía oral podría aliviar la picazón del liquen plano.

• Fototerapia
La fototerapia (terapia lumínica) puede ayudar a que desaparezca el liquen plano que afecta la
piel. La fototerapia más frecuente para el liquen plano usa luz ultravioleta B (UVB), que penetra
solo la capa superior de la piel (epidermis). En general, la fototerapia requiere de dos a tres
tratamientos por semana durante varias semanas.
Esta terapia no se recomienda para personas con piel oscura, que tienen mayor riesgo de que la
piel quede levemente más oscura incluso después de que se elimine la erupción.

• Retinoides.
Si tu trastorno no responde a los corticosteroides ni a la fototerapia, el médico podría recetarte
retinoides administrados por vía oral, como acitretina (Soriatane).

Pénfigo.

El pénfigo es una enfermedad que causa ampollas y llagas en la piel o las membranas mucosas,
como la boca o los genitales.
El pénfigo puede producirse a cualquier edad, pero se observa con mayor frecuencia en personas
de mediana edad o mayores. Tiende a ser un trastorno de larga duración (crónico) y algunos tipos
pueden poner en peligro la vida si no se tratan. El tratamiento con medicamentos generalmente
logra controlar el trastorno.

Causas.
El pénfigo es un trastorno autoinmune. En condiciones normales, el sistema inmunitario produce
anticuerpos para combatir los invasores dañinos, como los virus y las bacterias. Sin embargo, en
el pénfigo, el organismo produce anticuerpos que dañan las células de la piel y de las membranas
mucosas.
El pénfigo no es contagioso. En la mayoría de los casos, se desconoce el factor desencadenante
de la enfermedad.
En raras ocasiones, el pénfigo se produce por la administración de inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina, penicilamina y otros medicamentos.

Síntomas.
El pénfigo provoca la aparición de ampollas en la piel y las membranas mucosas. Las ampollas se
revientan con facilidad, y dejan llagas abiertas que generan secreciones y se infectan.
Los signos y síntomas de los dos tipos comunes de pénfigo son los siguientes:

• Pénfigo vulgar. Este tipo suele comenzar con la aparición de ampollas en la boca y luego
en la cara o en las membranas mucosas genitales. Las ampollas suelen ser dolorosas, pero
no generan picazón. Las ampollas de la boca o la garganta hacen difícil tragar y comer.
• Pénfigo foliáceo. Este tipo genera ampollas en el pecho, la espalda y los hombros. Las
ampollas tienden a picar y no causar dolor. El pénfigo foliáceo no provoca ampollas en la
boca.
El pénfigo es diferente del pénfigo ampolloso, que es un trastorno de la piel que genera ampollas,
afecta a los adultos mayores y puede causar la muerte.

Manifestaciones bucales.
Se expresa principalmente con lesiones orales en un 88% de los pacientes, siendo además la
mucosa oral el primer sitio donde se manifiesta en la mayoría de los casos (60%). La lesión
elemental son las ampollas, que suelen ser múltiples, mal definidas, de distinto tamaño, de techo
fino que se rompen fácilmente produciendo erosiones, superficiales, irregulares y muy dolorosas.
El paciente presenta conjuntamente la formación de nuevas ampollas junto con otras y
evolucionadas y úlceras, expresando un carácter progresivo. Cualquier localización de la mucosa
oral puede estar afectada, pero con mayor frecuencia lo están las áreas de roce como es la
mucosa bucal cerca del plano oclusal, los labios, la encía alveolar edéntula y el paladar blando.
Las erosiones tienen tendencia a extenderse por toda la cavidad oral a partir de sus bordes, con
un importante componente eritematoso.
En los labios las erosiones evolucionan a costras serohemáticas. Las lesiones curan sin dejar
cicatrices. En algunas ocasiones la participación de la encía se manifiesta como una gingivitis
descamativa: encías eritematosas, brillantes, finas, con vesículas en la superficie. También
pueden afectarse otras mucosas como la faringe principalmente, la nariz, la laringe, el esófago,
la uretra, la vulva, el cérvix, el recto y la conjuntiva, aunque con mucha menor frecuencia y mayor
gravedad.
Diagnostico.
Las ampollas aparecen con una serie de afecciones más comunes, por lo que el pénfigo, el cual
es poco frecuente, puede ser difícil de diagnosticar. El médico quizás te derive a un especialista
de enfermedades de la piel (dermatólogo).
El médico hablará contigo acerca de tu historia clínica, y te examinará la piel y la boca. Además,
puede someterte a pruebas, tales como:

• Una biopsia cutánea. En esta prueba, se extrae una parte de tejido de una ampolla y se
examina con un microscopio.
• Análisis de sangre. Uno de los propósitos de estas pruebas es detectar e identificar
anticuerpos en la sangre que se sabe que están presentes cuando se sufre de pénfigo.
• Una endoscopia. Si tienes pénfigo vulgar, es posible que el médico te realice una
endoscopia para detectar lesiones en la garganta. Este procedimiento consiste en insertar
un tubo flexible (endoscopio) en la garganta.

Tratamiento.
Los siguientes medicamentos recetados se pueden utilizar solos o combinados, según el tipo y la
gravedad del pénfigo y si tienes otras afecciones médicas:

• Corticoesteroides. Para las personas con enfermedad leve, la crema con corticoesteroides
puede ser suficiente para controlarla. Para otros, el pilar fundamental del tratamiento es
un corticoesteroide oral, como las pastillas de prednisona.
• Medicamentos inmunosupresores ahorradores de esteroides. Los medicamentos como la
azatioprina (Imuran, Azasan), el micofenolato (Cellcept) y la ciclofosfamida ayudan a
evitar que el sistema inmunitario ataque el tejido sano. Pueden tener efectos secundarios
graves, incluido un mayor riesgo de infección.
• Otros medicamentos. Si los medicamentos de primera línea no ayudan, el médico puede
sugerirte otro medicamento, como dapsona, inmunoglobulina intravenosa o rituximab
(Rituxan).
Muchas personas mejoran con el tratamiento, aunque puede llevar años. Otras necesitan
tomar una dosis más baja de medicamentos indefinidamente para evitar que sus signos y
síntomas regresen. Además, algunas personas necesitan recibir tratamiento en un hospital,
por ejemplo, para tratar úlceras graves o infectadas.

Diabetes.

La diabetes mellitus se refiere a un grupo de enfermedades que afecta la forma en que el cuerpo
utiliza la glucosa sanguínea. La glucosa es vital para la salud dado que es una importante fuente
de energía para las células que forman los músculos y tejidos. También es la principal fuente de
combustible del cerebro.
La causa subyacente de la diabetes varía según el tipo. Pero, independientemente del tipo de
diabetes que tengas, puede provocar un exceso de glucosa en la sangre. Un nivel muy alto de
glucosa en la sangre puede provocar problemas de salud graves.
Las afecciones de diabetes crónica comprenden diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. Las afecciones
de diabetes potencialmente reversibles incluyen prediabetes y diabetes gestacional. La
prediabetes ocurre cuando tus niveles de glucosa sanguínea son más altos de lo normal, pero no
lo suficientemente altos como para clasificarlos como diabetes. Y la prediabetes es a menudo la
precursora de la diabetes a menos que se tomen las medidas adecuadas para prevenir la
progresión. La diabetes gestacional ocurre durante el embarazo, pero puede resolverse después
del nacimiento del bebé.

Causas.
Para comprender la diabetes, primero debes entender cómo se procesa normalmente la glucosa
en el cuerpo.
Cómo funciona la insulina

• La insulina es una hormona que se forma en una glándula ubicada detrás y debajo del
estómago (el páncreas).
• El páncreas secreta insulina en el torrente sanguíneo.
• La insulina circula, y así permite que el azúcar ingrese en las células.
• La insulina disminuye la cantidad de azúcar que hay en el torrente sanguíneo.
• A medida que tu nivel de azúcar en sangre baja, también lo hace la secreción de insulina
del páncreas.
Causas de la diabetes tipo 1
Se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1. Lo que sí se sabe es que tu sistema
inmunitario, que normalmente combate las bacterias o los virus dañinos, ataca y destruye las
células que producen insulina en el páncreas. Esto te deja con muy poca insulina, o sin insulina.
En lugar de ser transportada a tus células, el azúcar se acumula en tu torrente sanguíneo.
Se cree que el tipo 1 es causado por una combinación de susceptibilidad genética y factores
ambientales, aunque todavía no está claro cuáles son esos factores. No se cree que el peso sea
un factor en la diabetes tipo 1.

Causas de la prediabetes y de la diabetes tipo 2


En la prediabetes que puede provocar diabetes tipo 2 y en la diabetes tipo 2, las células se vuelven
resistentes a la acción de la insulina, y el páncreas no puede producir la cantidad suficiente de
insulina para superar tal resistencia. En lugar de pasar a tus células donde se necesita como
fuente de energía, el azúcar se acumula en tu torrente sanguíneo.
No se sabe con certeza por qué sucede esto exactamente, aunque se cree que los factores
genéticos y ambientales desempeñan un papel decisivo en el desarrollo de la diabetes tipo 2. El
sobrepeso está estrechamente relacionado con el desarrollo de la diabetes tipo 2, pero no todas
las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso.

Causas de la diabetes gestacional


Durante el embarazo, la placenta produce hormonas para apoyar el embarazo. Estas hormonas
hacen que tus células se vuelvan más resistentes a la insulina.
Normalmente, tu páncreas responde produciendo una cantidad suficiente de insulina adicional
para superar esta resistencia. Pero algunas veces, el páncreas no puede seguir el ritmo. Cuando
esto sucede, en tus células ingresa demasiado poca glucosa y en tu sangre permanece demasiada
cantidad de glucosa, lo cual da lugar a la diabetes gestacional.

Manifestaciones bucales.
Los síntomas de la diabetes incluyen: aumento de la sed y de las ganas de orinar, aumento del
apetito, fatiga, visión borrosa, entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies, úlceras que
no cicatrizan, pérdida de peso sin razón aparente. En la cavidad oral se reconocen la periodontitis
generalizada o el síndrome de boca seca. Los estados hiperglucémicos favorecen la progresión
de la enfermedad periodontal, mientras que la periodontitis a su vez empeorará el control
metabólico de la diabetes mellitus, lo que nos obliga a recomendar el tratamiento combinado de
ambas patologías.
La respuesta gingival de los pacientes con diabetes no controlada, ante la acumulación de placa
dentobacteriana, suele ser acentuada, de manera que la encía se torna hiperplásica y
eritematosa. Entre los hallazgos periodontales que presentan los pacientes con diabetes mellitus
no controlada figuran los abscesos gingivales, la proliferación granulares subgingivales, el
ensanchamiento del ligamento periodontal y la pérdida del hueso alveolar, lo cual conduce a la
movilidad dentaria extrema y a la pérdida precoz de los dientes. Además, una diabetes mal
controlada puede dar lugar a un olor similar al de frutas podridas causado por el cúmulo de
cetonas en la sangre que se van liberando con la respiración.

Diagnostico.
El médico puede utilizar las siguientes pruebas para diagnosticar la diabetes:

• Examen aleatorio de glucosa sanguínea. Se tomará una muestra de sangre en un horario


al azar. Independientemente de la última vez que comiste, un nivel de glucosa sanguínea
de
200 miligramos por decilitro (mg/dL), es decir, 11,1 milimoles por litro (mmol/L) o más
sugiere diabetes.
• Examen de glucemia en ayunas. Se tomará una muestra de sangre después de una noche
de ayuno. Un nivel de glucosa sanguínea en ayunas menor que 100 mg/dL (5,6 mmol/L)
es normal. Un nivel de glucosa sanguínea en ayunas entre 100 y 125 mg/dl (5,6 a 6,9
mmol/l) se considera prediabetes. Si el resultado es 126 mg/dL (7 mmol/L) o más en
distintos análisis, tienes diabetes.
• Examen de tolerancia oral a la glucosa. Para esta prueba, debes ayunar durante la noche,
y se mide el nivel de glucosa sanguínea en ayunas. Luego, debes beber un líquido
azucarado, y se mide el nivel de glucosa sanguínea periódicamente durante las siguientes
dos horas.
Un nivel de glucosa sanguínea inferior a 140 mg/dL (7,8 mmol/L) es normal. Un valor de más de
200 mg/dL (11,1 mmol/L) después de dos horas indica diabetes. Un resultado de entre 140 y
199 mg/dL (7,8 y 11,0 mmol/L) indica prediabetes.
Si existen sospechas de diabetes tipo 1, se realizará un análisis de orina para detectar la presencia
de un subproducto que se produce al utilizarse tejido muscular y tejido adiposo como fuente de
energía porque el organismo no cuenta con insulina suficiente para usar la glucosa disponible
(cetonas).
Pruebas para la diabetes gestacional
Tu médico probablemente evalúe tus factores de riesgo de diabetes gestacional en la primera
etapa del embarazo:
Si presentas riesgo de padecer diabetes gestacional, por ejemplo, si tenías obesidad al comenzar
tu embarazo; si tuviste diabetes gestacional durante un embarazo anterior; o si tu madre, tu
padre, un hermano o un hijo tienen diabetes, tu médico puede realizarte la prueba de detección
de diabetes durante la primera visita prenatal.
Tu médico puede indicar los siguientes exámenes para la detección:

• Prueba de sobrecarga de glucosa inicial.


• Prueba de tolerancia a la glucosa de seguimiento.
Si al menos dos de los valores de azúcar en sangre son más altos que los valores normales
establecidos para cada una de las tres horas de la prueba, te diagnosticarán diabetes
gestacional.

Tratamientos para todos los tipos de diabetes

• Mantener un peso saludable a través de una dieta saludable y del ejercicio diario es
fundamental para el tratamiento de la diabetes, así como para tu salud general:
• Alimentación saludable.
• Actividad física.

• Tratamientos para la diabetes tipo 1 y tipo 2


El tratamiento para la diabetes tipo 1 implica la colocación de inyecciones de insulina o el uso de
una bomba de insulina, controles frecuentes del nivel de glucosa en la sangre y el cálculo de
hidratos de carbono. El tratamiento de la diabetes tipo 2 implica, principalmente, cambios en el
estilo de vida y el control del nivel de glucosa en la sangre, junto con medicamentos para la
diabetes, insulina o ambos.
Control del nivel de glucosa en la sangre. Según tu plan de tratamiento, puedes controlar y
registrar tu nivel de glucosa en la sangre hasta cuatro veces al día o con más frecuencia si tomas
insulina. Un control riguroso es la única manera de asegurarte de que tu nivel de glucosa en la
sangre se mantenga dentro del rango objetivo. Las personas que tienen diabetes tipo 2 y no se
colocan insulina suelen controlarse el nivel de glucosa en la sangre con mucha menos frecuencia.
Las personas que reciben un tratamiento con insulina pueden elegir controlar sus niveles de
glucosa en la sangre con un control continuo de glucosa. Aunque esta tecnología aún no ha
reemplazado por completo al medidor de glucosa, puede reducir bastante la cantidad de
pinchazos en los dedos necesarios para controlar la cantidad de glucosa en la sangre y
proporcionar información importante sobre las tendencias del nivel de glucosa en la sangre.
Insulina. Las personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan una terapia con insulina para
sobrevivir. Muchas personas que tienen diabetes tipo 2 o diabetes gestacional también necesitan
tratamiento con insulina.
Existen muchos tipos de insulina disponibles, entre ellos, la insulina de corta acción (regular), la
de acción rápida, la de acción prolongada y otras opciones intermedias. Según lo que necesites,
el médico puede recetarte una combinación de tipos de insulina para usar a lo largo del día y de
la noche.
La insulina no puede tomarse por vía oral para bajar la glucosa en la sangre porque las enzimas
del estómago obstaculizan su acción. A menudo, la insulina se inyecta utilizando una jeringa y
una aguja fina o con una pluma para insulina (un aparato que se asemeja a una lapicera).
Una bomba de insulina también puede ser una opción. La bomba es un dispositivo que tiene el
tamaño aproximado de un teléfono celular pequeño y se usa en la parte externa del cuerpo.
Cuenta con una sonda que conecta el reservorio de insulina a un catéter que se introduce por
debajo de la piel del abdomen.
El páncreas artificial también se conoce como administración de insulina en circuito cerrado. Este
dispositivo implantado conecta un medidor de glucosa continuo (que controla los niveles de
glucosa en la sangre cada cinco minutos) a una bomba de insulina. El dispositivo libera
automáticamente la cantidad correcta de insulina cuando el medidor indica la necesidad.
Actualmente, se están estudiando más sistemas de páncreas artificiales (circuito cerrado) en
ensayos clínicos.
Medicación oral y otros medicamentos. En ocasiones, también se recetan otros medicamentos
por vía oral o con inyecciones. Algunos medicamentos contra la diabetes estimulan el páncreas
para que produzca y libere más insulina. Otros inhiben la producción y la liberación de glucosa
del hígado, lo que significa que necesitarás menos insulina para transportar la glucosa a las
células.
Otros incluso bloquean la acción del estómago o de las enzimas intestinales que se encargan de
la descomposición de los hidratos de carbono, o hacen que los tejidos estén más sensibles a la
insulina. La metformina (Glumetza, Fortamet u otros) es, por lo general, el primer medicamento
que se receta para la diabetes tipo 2.
Se puede indicar otra clase de medicamentos llamados inhibidores de SGLT2. Estos evitan que
los riñones reabsorban la glucosa en la sangre. En lugar de esto, la glucosa se excreta en la orina.

• Trasplantes. El trasplante de páncreas puede ser una opción para algunos pacientes que
tienen diabetes tipo 1. También se están realizando estudios sobre el trasplante de islotes.
Con un trasplante de páncreas exitoso, ya no necesitarías una terapia con insulina.
• Cirugía bariátrica. Aunque no se considera específicamente un tratamiento para la
diabetes tipo 2, las personas que la padecen y que también son obesas y tienen un índice
de masa corporal mayor que 35 pueden resultar beneficiadas con este tipo de cirugía. Las
personas que se han sometido a una cirugía de baipás gástrico han visto importantes
mejoras en sus niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, todavía se desconocen los
riesgos a largo plazo de este procedimiento y los beneficios para los pacientes que tienen
diabetes tipo 2.

Tratamiento para la diabetes gestacional


El control de tu nivel de azúcar en sangre es fundamental para mantener la salud del bebé y evitar
complicaciones durante el parto. Además de mantener una alimentación saludable y hacer
ejercicios, tu plan de tratamiento puede incluir el control del nivel de azúcar en sangre y, en
algunos casos, el uso de insulina o medicamentos de administración oral.
El médico también controlará tu nivel de azúcar en sangre durante el parto. Si tu nivel de azúcar
en sangre aumenta, es posible que el bebé libere altos niveles de insulina, lo cual puede dar lugar
a un bajo nivel de azúcar en sangre inmediatamente después del nacimiento.

Tratamiento para la prediabetes


Si tienes prediabetes, las elecciones de un estilo de vida saludable pueden ayudarte a disminuir
el nivel de glucosa en la sangre hasta alcanzar niveles normales o, al menos, evitar que aumente
hasta los niveles observados en la diabetes tipo 2. Mantener un peso saludable con ejercicio y
una alimentación saludable puede ayudar. Hacer por lo menos 150 minutos de ejercicio por
semana y perder aproximadamente un 7 % de tu peso corporal pueden prevenir o retrasar la
diabetes tipo 2.
A veces, los medicamentos, como la metformina (Glucophage, Glumetza y otros), también son
una opción si tienes un riesgo elevado de padecer diabetes, como cuando la prediabetes
empeora o cuando tienes una enfermedad cardiovascular, enfermedad por hígado graso o
síndrome de ovario poliquístico.
En otros casos, se necesitan medicamentos para controlar el colesterol (estatinas) y para la
presión arterial alta. El médico puede recetarte una dosis baja de aspirina para ayudarte a
prevenir las enfermedades cardiovasculares si tu riesgo de padecerlas es alto. No obstante, optar
por un estilo de vida saludable sigue siendo fundamental.

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