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“GRUPO ANÓNIMO DE AMOR Y SERVICIO, SANTA ANA TOLUCA”

ADICCIÓN A LAS RELACIONES DESTRUCTIVAS.

- ESCLAVITUD AL APEGO AFECTIVO


- DEPENDENCIA EMOCIONAL

ESCLAVITUD AL APEGO EMOCIONAL

Las personas adictas a las relaciones tienen casi el mismo patrón que un trastorno por abuso de
sustancias. El cerebro necesita esa dosis de apego obsesivo, ese nutriente que nos brinda el otro,
aunque el suyo, sea a menudo un amor adulterado y enfermizo. De este modo, y poco a poco,
terminamos por ser incapaces de regular nuestra conducta. Hasta el punto de llegar a situaciones
extremas: trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, intentos de suicidio…

CAUSAS:
- FAMILIAS DESESTRUCTURADAS:
Normalmente esto se da en personas que han crecido en hogares disfuncionales, donde
eran habituales los abusos entre los miembros de la familia, abusos que se veían como
normales. Crecen acostumbrados a este patrón y con la idea de que el abuso o el maltrato
es un componente necesario
- BAJA AUTOESTIMA:
Creen que no pueden ser queridas por nadie, por lo que aceptan ser amadas
independientemente de cómo son tratadas, porque no creen merecerse nada mejor. Con el
trascurso de la relación, su autoestima se mina más y más, por lo que terminan creyendo
que nunca encontrarán a nadie más que las ame
- SINDROME DE SALVADOR
hay personas que se suelen rodear de gente que necesita ser salvada de algo en concreto
(de una infancia mala, de relaciones frustradas, de una traición del pasado, etcétera). Se
crea, así, un vínculo de dependencia absoluta ya que, por un lado, uno necesita la ayuda del
otro y, por el otro, el otro cree que su deber y responsabilidad es ayudarle y "salvarle".

SINTOMAS COMUNES: control excesivo, aislamiento de la familia y amistades, abusos verbales, falta
de identidad propia,

Muchas personas permanecen en relaciones destructivas, ya que desde pequeños en las familias se
ha visto repetidamente el abuso, y en virtud de que los hogares disfuncionales siempre presentan
estos patrones y las personas que son educadas en estas familias, llegan a ver como “normal" o
como parte de la vida el abuso. Quiere decir que ya están acostumbrados a este patrón y por lo
tanto es un ejemplo para seguir en la vida o imitar aun de manera inconsciente.
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Estas personas no han podido cubrir sus necesidades más básicas desde el punto de vista
emocional puesto que sus padres, los seres que deberían darles protección, respeto y cariño han
estado ausentes física o emocionalmente, y en muchas ocasiones incluso dando la violencia y mal
trato.

Hay personas adictas a las relaciones que dejan cada día su dignidad y amor propio en el área
de objetos perdidos para practicar un apego afectivo tan enfermo como destructivo. Son
perfiles de personas caracterizados por una clara inmadurez emocional donde el amor se
convierte, de pronto, en una enfermedad con graves efectos secundarios.

Las personas adictas a las relaciones afectivas jamás darán forma a un vínculo saludable y feliz,
porque lo que crean son rehenes. Estas parejas erigen en el día a día un escenario de cautividad no
pactada, en un cuadrilátero de sufrimiento donde se sacrifican todo tipo de valores, todo tipo de
principios morales, emocionales e incluso psicológicos.

Así, y como suele suceder en cualquier otro tipo de adicción, no es nada fácil romper con un hábito
alimentado por esa feroz necesidad: la de ser parte de alguien, ponernos a los pies de una persona
para sentirnos completos, nutridos, realizados. Cuando el cerebro se acostumbra a esa dinámica, a
ese “mal amor” o “droga envenenada”, resulta muy difícil desapegarnos de la rutina conocida.

DEPENDENCIA EMOCIONAL

Las personas adictas a las relaciones afectivas son como cualquier otra. Tienen sus trabajos, su
rodaje personal, sus gustos, sus pasiones, sus virtudes, sus defectos. Con esto queremos expresar
una idea sencilla: la adicción al amor no tiene edad, ni estatus, no discrimina y puede darse en
muchos de nosotros sin que nos demos cuenta de ello. Sin que hayamos percibido aún que, tal vez,
nuestra relación sentimental tenga componentes claramente adictivos.

- HAY DOS TIPOS DE ADICTOS A LAS RELACIONES.

- El tipo 1 define a aquellas personas que necesitan tener siempre una pareja. Su principio se
resumiría en eso de “uno no se enamora de quien quiere, sino de quien puede, pero lo
importante es amar, tener a alguien”
- El adicto tipo 2 actúa como un GANCHO. En cuanto inician una relación, quedan
enganchados, atrapados a ella. No la dejarán, aunque esta sea dañina, aunque esta vulnere
todos los cimientos de su dignidad. Asimismo, tanto el adicto tipo 1 y tipo 2 presentan
características comunes: miedo a la soledad, falta de una identidad clara de ellos mismos,
falta de autoestima, búsqueda constante del afecto y la validación del otro, derivan en
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conductas extremas con el fin de mantener la relación y presentan ansiedad extrema


cuando se percibe que algo falla…

Las relaciones destructivas generan patrones de dependencia muy parecidos a las adicciones y eso
hace todavía más difícil el manejo de la salud física, emocional y psicológica de la pareja. Ya que a
pesar de que la persona se da cuenta que está mal no logra dejar la relación y siempre encuentra
una justificación, aunque sea absurda, para seguir en la relación o para quererla mantener.

En relaciones destructivas, el agresor tiene cambios de comportamiento. Es decir, hay momentos


en que se arrepiente de sus acciones, ofrece disculpas y se muestra afectuoso, haciéndole creer a
su pareja que todo puede cambiar. El sumiso de la relación o dependiente de la misma no ve o no
quiere ver la realidad de la situación y se aferra a esos momentos de esperanzas del supuesto
cambio y sigue aguantando abusos. La realidad es que la mayoría de las veces el agresor no
cambia y continúa en este círculo agresivo.

PROCESO DE SANACIÓN:

Es muy difícil dejar de fumar cuando aún seguimos con un cigarrillo en la mano. Por tanto, nos
será igualmente complicado dejar una relación adictiva cuando continuamos alimentándonos de
unas mismas ideas, de una nicotina afectiva que destruye el amor propio.

Hay quien llega a terapia quejándose de que siempre termina enamorándose de las personas
equivocadas, de las más “dañinas”, insisten. Es como si sus cerebros estuvieran programados
para caer en las mismas dinámicas dañinas; en lugar de aprender del pasado y de las malas
experiencias vividas, derivan una y otra vez en situaciones semejantes. ¿Por qué ocurre? ¿Por qué
les resulta tan difícil a las personas adictas a las relaciones terminar con estas conductas?

Básicamente porque aún no han entendido la repercusión de ese “amor dependencia”. Porque
son vulnerables, con baja autoestima, con una necesidad de apego poco saludable y porque
necesitan trabajar en una serie de aspectos clave. Son los siguientes.
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CÓMO AFRONTAR MI ADICCIÓN AFECTIVA:

ACEPTACIÓN DEL PROBLEMA

• Es necesario reconocer la propia adicción en las relaciones afectivas y las consecuencias de


las mismas. Seamos honestos con nosotros mismos y reconozcamos que hay algo que no
va bien. Abramos los ojos y practiquemos el realismo afectivo.

• Hay que entender que la principal virtud de toda relación es el respeto y el


autorrespeto. Sin él no merecemos amar ni ser amados, porque lo que no se respeta se
descuida y se destruye.

TRABAJAR LAS DEPENDENCIAS:

• Asimismo, es vital entender otro aspecto. El apego y dependencia, la necesidad obsesiva


por tener a alguien a nuestro lado a cualquier precio y en cualquier situación por dañina
que sea, nos corrompe como personas, nos degrada, destruye todo nuestro potencial.

• A menudo, hacemos de nuestros deseos una necesidad. Tras la frase “deseo ser amado”
se esconden muchas veces necesidades que es necesario explorar, entender. Si necesito
reconocimiento, validación o defenderme de la soledad a toda costa, no tengo por qué
buscar rehenes para que satisfagan esos deseos. Esas dimensiones deben ser cubiertas en
primer lugar por mí.

PROGRAMA DE RECUPERACIÓN:

• Dentro de un programa de recuperación fundamentado en los principios de Alcohólicos


anónimos, y después de haber vivido una experiencia espiritual, se inicia el proceso del
desapego, la dependencia de Dios y el servicio a los demás, constituyen una de las
herramientas más eficaces “si lo quieres y estás dispuesto”

• Busca apadrinarte, aunque no seas alcohólico o drogadicto, necesitas analizar tu historial


de relaciones del pasado (daños), la relación de tus padres (cadenas y patrones de
conducta) y tu relación actual, aun sin tener pareja puedes vivir sufriendo, sentirte vacío e
incompleto si no hay nadie a tu lado.

• Fomenta el amor propio, la autoestima, no puedes amar si no te amas. PRIMERO ES LO


PRIMERO

• Depende de Dios, y no pongas tu vida y voluntad al cuidado de un ser humano, porque de


lo contrario esa actitud ante la vida te convertirá en un parasito emocional.

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